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OPINIÓN

Sólo 4% de la humanidad ha sido vacunada: Llegó el “pasaporte de la salud”

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

En la segunda semana de mayo del 2020 indiqué que el Covid19 podría ser usado como pretexto para obligar a la gente a contar con un pasaporte de salud. A 11 meses de distancia nuestro pronóstico se ha vuelto toda una realidad, los 27 países de la Unión Europea anunciaron que para verano habrá un documento digital y físico que permita a sus habitantes poder viajar en la región, dicho documento está siendo acordado también con la Organización Mundial de la Salud para que sirva en otras partes del mundo.

El movimiento se da como una respuesta a la necesidad real y ficticia de saber si los turistas o viajantes ya son inmunes al Covid19 por haber sido vacunados o por tener inmunidad a consecuencia de haber sufrido y superado dicha enfermedad en semanas recientes. La noticia fue dada a conocer por Thierry Breton, jefe del grupo de trabajo de la Unión Europea contra el Covid19.

Europa sigue los pasos de otros países como Japón e Israel quienes ya cuentan con el llamado “Green Passport”, que tiene una duración de 6 meses y es emitido por las autoridades de salud.

Estados Unidos también se suma a dicha iniciativa y está por emitir dicho pasaporte a través de una app que certificaría que los interesados han sido revisados para saber que no son portadores, que han recibido la vacuna o que aun son inmunes por los anticuerpos posteriores a la recuperación.

Naturalmente hay muchas personas que ven esto como una invasión a la privacidad o como un método para controlar a personas y su estado de salud e incluso como una forma de discriminación. ¿Será?

DE LOS HUMANOS ESENCIALES A LOS DE PRIMERA”

Durante el 2020 nos acostumbraron a decir que había personas esenciales que podían o que incluso debían trabajar y que otros no lo eran por lo que debían estar encerrados en casa. De inmediato se creó una diferencia que afecto y benefició de manera injusta a personas en ambos grupos.

El pasaporte sería usado y solicitado no sólo para poder viajar, sino que también será utilizado para poder ir a eventos sociales, a centros de entretenimiento y hasta para trabajar.

Si yo había dicho que nuestros paisanos de clase media y clase alta se habían ido a los EUA de “vacurismo”, ahora podemos saber que ellos y los pocos millones de personas que han sido vacunadas en el mundo, pronto podrán ir a donde les plazca, pero ¿qué pasará con los que sean alérgicos a la vacuna, los que no quieran recibirla o los que aunque quieran no la puedan tener en los meses venideros?

Bueno, habría que decidir si ellos quedarán excluidos de nuestra sociedad o si se les crearán cotos en donde puedan pasear, o si de plano serán encerrados. También podríamos hacernos tontos como en el 2020 y decir que son esenciales y por ende estarían exentos del pasaporte siempre y cuando se trate de trabajar. Pero si tratan de ir de paseo o al cine, entonces deberán de buscar algún amigo que por una lana les arregle el problema digital, porque no habrá vacunas ni voluntad política para asegurar la libertad ni el libre tránsito de todos los seres humanos que hasta el 2019 eran libres.

Me da pena ver como los países más “liberales” que supuestamente no quieren etiquetar a la gente, son los que a la primera de cambios ponen distintivos para poder imponer sus ideas. China nos está dando una arrastrada y Rusia está muy atento a su sociedad con el vecino rojo.

Naturalmente China ya esta haciendo lo propio y en unos días conoceremos su pasaporte de salud. Pero China no tendrá problema en obligar a sus ciudadanos a tener dicho pasaporte, cosa curiosa es el que Putin se haya demorado en recibir la vacuna y que Xi no lo haya hecho aún. Pronto los bebés también la recibirán.

LAS LIBERTADES AL CAÑO

Yo creo que en cuanto pueda me pondré la dichosa vacuna, pero muchos tienen miedo o desconfianza en la vacuna desarrollada con células de fetos o de embriones como alguno de estos fármacos, u otros miedos por los riesgos asociados como abortos o coágulos, pero ¿será que la policía te pueda obligar a salir de un establecimiento o de la iglesia por no estar de acuerdo con las vacunas?

La semana pasada una mujer embarazada quien además tenía a una bebé de dos años en brazos fue arrestada en EUA por traer la máscara por debajo de la nariz, la susodicha acababa de comulgar y se negó a subir la mascarilla alegando que por su embarazo sentía mareos o falta de aire, eso no le fue suficiente al capellán de la iglesia católica quien llamó a la policía para que sacaran a jalones del templo a dicha feligrés y a su bebé. Me pregunto, ¿dónde están las defensoras de los derechos de la mujer o de la religión?

SIN VACUNAS Y SIN PASAPORTES

Los ciudadanos de países pobres pero con visa de EUA podrán ir a recibir las vacunas y naturalmente los refrendos, pero los demás, incluso los europeos que van muy mal en su ritmo de vacunación, deberán decidir si aceptan recibir apodos como fue durante el 2020, en el que millones fueron llamados no esenciales, aplicando medidas que empobrecieron a millones, o ya de una vez mejor exijamos a los políticos expertos que acepten que no sabían y que aún no saben qué hacer.

Que admitan que esta pandemia se ha usado para aplicar medidas abusivas en todo el mundo, generando un daño sicológico mundial sin precedentes y usándonos en contra de nuestra voluntad como conejillos de indias para cuanta estupidez se le ocurre a médicos de oficina que no practican y a políticos como los de la OMS que aplican medidas poco lógicas que se han convertido en la nueva “normalidad”; en un mundo que en busca de la “inmunidad de rebaño” nos han convertido en una manada de borregos.

Hace un año se decía que para tener “inmunidad de rebaño” debíamos vacunar al 60% de la población, pero ahora se dice que debemos vacunar hasta al 90% mundial, lo que es imposible porque no hay vacunas para bebés, ni para niños, ni para adolescentes. Entonces, ¿cómo lograrán esa meta los expertos de la OMS y de los gobiernos? Pero nadie sabe cuando deberemos aplicar una segunda vacuna o tercera y qué pasará con las variantes del virus cuando estemos en medio de la tercera vacuna y busquemos nuestro “pasaporte”.

Desde hace un año, muy pocos políticos vestidos de blanco y casi ninguno de los vestidos de traje sastre se han hecho preguntas lógicas. Sólo se han dedicado a ver cómo la pandemia les sirve o cómo les afecta menos en sus ambiciones personales o de grupo.

SÓLO 4% DE LA HUMANIDAD VACUNADA

Al día de ayer habían aplicado más de 670 millones de dosis en todo el mundo, es decir algo así como 335 millones de personas si contamos las dos dosis de las vacunas con mayor distribución. Eso representa un poco más del 4% de la población mundial. A ese paso tardaríamos años para llegar a la llamada “inmunidad de rebaño”.

Si tomamos en cuenta a Israel que ya vacunó totalmente a más del 60% de su población, nosotros tardaríamos otros 6 meses en llegar a dicha inmunidad, si nos comparamos con EUA que es el país que más personas ha vacunado ya completamente (20% de su población más los turistas), tardaríamos otros ocho o nueve meses.

Ahora los médicos-políticos cambian sus ideas y antes nos decían que debíamos recibir las dos dosis para estar bien, pero como eso tardaría mucho más, están diciendo que para el pasaporte basta con una dosis o con haber tenido coronavirus durante los pasados seis meses, pero eso sí, nos dicen que aunque hayamos tenido COVID-19 hace unos días debemos vacunarnos para no ser contagiosos o para no enfermar de nuevo. ¿Entonces tenemos o no tenemos inmunidad los recuperados? Y si no la tenemos, ¿para qué nos dan el pasaporte?

Si el pasaporte está en una aplicación y le presto mi celular a mi hermano ¿puede él ir al cine, a comer, al parque o a divertirse usando mi código QR de la app? veremos qué escusas se aplican cuando se vea que no todos pueden tener el famoso “pasaporte”

La verdad es que “inmunidad de rebaño” contra el COVID-19 durante los próximos 12 meses es una utopía, incluso si nos comparamos con la mediocre Europa, tardaremos más de 12 meses (sin contar variantes o personas que no se puedan o quieran vacunar). Esto deja claro que el famoso “pasaporte verde” europeo o Excélsior como le dicen en Nueva York, es otra “idiota ideota”, como la del encierro de 15 días, o como los tres metros de sana distancia que ahora se sabe pueden ser uno para jóvenes, o los supermercados llenos pero las tiendas e iglesias vacías.

De hecho, políticos de algunos países piden no dar libertades ni abrir economías hasta que la gente acepte vacunarse, insistiendo que se debe presionar a la gente diciendo que “para tener las libertades de antes deben vacunarse”.

Por lo pronto los grandes empresarios seguirán siendo más ricos y los pequeños negocios sufriendo por el pánico generado en parte por las pifias y mentiras de la Organización Mundial de la Salud.

A seis meses de las primeras vacunas, China ha aplicado al menos una dosis al 5% de su población, EUA al 24%, Europa al 8%, Inglaterra al 27%, México al 3% y el poderoso Japón al 0.4%. En contraste Israel ha aplicado las dos dosis a casi el 60% de su población total de adultos y al 100% cuando menos una dosis.

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