Connect with us

OPINIÓN

Su política de permanente confrontación: López Obrador choca con la terca realidad

Publicado

el

Comuna México, por Benjamín Mora //

Cuentan que en el Paraíso había tres tipos de árboles; uno de ellos era el del conocimiento del bien y del mal que nutriría la psiquis, dotando al hombre y la mujer con capacidad de decidir por sí mismos lo cierto y lo equivocado, lo verdadero y lo falso, lo correcto y lo incorrecto, y serían como dioses. Tales decisiones no implicaban el saber discernir y, muchas veces, con altos márgenes de subjetividad.

La Serpiente engañó a Adán y Eva al no contarles la realidad completa: Serían como dioses, pero jamás como Dios. Al comer de ese fruto, el hombre y la mujer tomaron conciencia de culpa por desobedecer, sintiéndose desnudos –“tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí”-. Desde entonces, hombres y mujeres vivimos y sobrevivimos en la relatividad y los vaivenes de nuestros valores y principios, causa y razón de nuestros problemas más profundos y dolorosos: el estrés y los miedos.

Hoy, como nunca en el pasado, en política, los valores y los principios toman colores y asumen proclamas según les sea conveniente a cada uno y una; con los cambios de partidos, se expían culpas y lavan historias personales. Lo robado se limpia como hacen los delincuentes más vulgares y rastreros cuando, con dinero del crimen compran bienes y pagan impuestos. Hoy, hacia el interior de los partidos políticos, los otrora delincuentes gubernamentales se ponen de acuerdo y protegen; a los amigos se les cuida.

Adán y Eva se paralizaron ante el miedo de saberse sin el Dios que los había creado, y desde entonces, millones de hombres y mujeres –ellas en menor medida- han elegido depender de los dioses que ellos y ellas crearon de su propia arcilla, de su mismo lodazal, de su chiquero. El hombre dejó de ser a imagen y semejanza de Dios, e hizo a sus dioses a su imagen y semejanza, y esos dioses se adueñaron de nosotros y de nuestros destinos.

Los grandes hombres y las grandes mujeres han sido pequeños a la luz de la Historia. Fueron hombres y mujeres con pasiones que jamás lograron dominar. Los griegos lo comprendieron y por ello su mitología es profundamente humana y superficialmente divina. Dioses concupiscentes, traidores y asesinos; dioses que seducen a mujeres y la preñan de hijos que luego se revelan en contra de sus padres.

He insistido en lo preocupante de tener a un presidente que se disocia y aísla de la realidad y que se confronta por todo y con cualquier persona que le reaviva sus conflictos emocionales y traumas internos no resueltos a lo largo de su vida.

Odia a nivel de síndrome, pero lo niega como muestra de los mecanismos de defensa que le hacen sentir a su alma a salvo. Cree que su populismo lo redime de sus ocurrencias y que da sentido a una 4T mal trazada y peor conducida; una 4T condenada a morir aun antes de empezar a vivir. Ellos y ellas que defienden al aborto, han abortado su sueño, y lo cargan en su inerte delirio por las calles y en las plazas públicas, hoy vacías.

Cuando apenas iniciaba el mandato de López Obrador, él ordenó el despido de decenas de miles de trabajadores del gobierno federal sin respetarles sus derechos laborales, con la complacencia de senadores y diputados de Morena y sus aliados, y las titulares de las Secretarías de Gobernación y del Trabajo y Previsión Social. Recientemente, en su Informe parcial de gobierno, López Obrador amenazó con quitar aguinaldos y reducir el sueldo, rompiendo, una vez más, sus derechos y el Estado de Derecho, violando la Carta Magna y, en su delirante sublegalidad, al mismo tiempo, como prueba de su caciquil esencia, amenaza a los empresarios con aplicar todo el peso de la ley en caso de reducir temporalmente sus plantas productivas ante la pandemia. López Obrador evidencia su ignorancia en economía: micro y macro.

No hay duda: La realidad tiene sus datos y la fantasía, los suyos, y casi nunca se concilian. Es evidente que la negación de la realidad es el mecanismo de defensa que más le va al presidente López Obrador: Ante la crisis que su gobierno vive, parece decirse esto no me está pasando a mi… “yo tengo otros datos”, volviéndolo disfuncional y con ello, de poco en poco, su descrédito crece.

Por primera vez en su gobierno, son más los que no le creen que los que aún le tienen esperanza, de acuerdo con Mitofsky y otras encuestadoras.

Tenemos a un presidente de profundas contradicciones internas y amplísimas inexactitudes. ¿Quién ha olvidado que, ya avanzada la pandemia en México, cuando Hugo López-Gatell recomendaba el saludo a distancia y el quedarse en casa, el presidente insistía en los abrazos, pues nada nos pasaría, y en que hiciéramos vida social fuera de casa? Ahora nos dice que su gobierno supo actuar a tiempo. Mentira vil que quizá ni él se cree.

Los trastornos mañaneros que definen al día presidencial, traumatizan a los mercados y ponen a punto de infarto a los emprendedores e inversionistas pronto nos conducirán a infiernos como jamás imaginó Dante en su Divina Comedia. No entiendo cómo ni por qué los empresarios insisten en la comprensión de López Obrador cuando saben de su necedad e ideología. No comprendo su autoengaño y su esperanza sin sustento.

Pronto entraremos en la fase 3 de nuestras epidemias: La de salud desatendida, la económica truncada, la del gobierno naufragante en sus fantasías y mentiras, y la de la desconfianza y confrontación ciudadana y será tiempo de aceptar que esto no cambiará… por ahora. Ojalá López Obrador deje de lado su ambivalencia entre jugar con palabras e imágenes católicas, no siendo creyente del catolicismo, y diciéndose juaristas para romper con la laicidad del Estado mexicano. El respeto, aquí, también es la paz.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.