OPINIÓN
Un pleito que debilita a Jalisco
																								
												
												
											Mujeres y Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Se dio la mega marcha de la Universidad de Guadalajara, que independientemente si fueron 40 mil o 103 mil participantes, lo cierto es que fueron suficientes para paralizar la ZMG durante medio día.
El choque de trenes parece que nadie le podrá poner freno y menos cuando el lenguaje de descalificación se hace presente, como el del gobernador Enrique Alfaro que le llama “bola de pillos” a quienes controlan la Universidad.
¿Si son pillos, ya los denunció?
Extraña que les diga “pillos” con los que tuvo alianzas políticas, a quienes les dio diputaciones federales, diputaciones locales, magistraturas y ahora rompa con ellos. Pareciera una visión bipolar del poder. De acuerdo a las circunstancias que me toca vivir, pacto contigo o peleo contigo y del respeto que te expreso lo cambio por el desprecio.
¿Qué tan ético puede ser esta forma de hacer política? Si eres mi aliado, te abrazo y te lleno de caricias…si no haces lo que yo te digo o a mi me conviene, eres de lo peor y te condeno.
LA VIOLENCIA VERBAL
Dicen los que saben que el rompimiento vino durante el quinto intento por superar las diferencias derivadas de los 140 millones de pesos que por decisión del Gobernador Alfaro le quitaron al Museo de Ciencias Ambientales para redireccionarlo al Hospital Civil de Oriente que es de la propia Universidad de Guadalajara.
Todo iba bien, los criterios sobe los cómo ya se habían aprobado por las partes, lo último que pedía el titular del Poder Ejecutivo fue que las voces críticas de Canal 44, Radio Universidad, así como investigadores y académicos de la UdeG se abstuvieran de seguir criticando al gobierno naranja; Villanueva dijo que eso a él no le correspondía decidir…y vino la explosión de irritación, vinieron los gritos no propios de un jefe político, el Rector de la segunda universidad más importante del país fue corrido de Casa Jalisco olvidándose las buenas formas de la política.
NO EXISTE EL CHAPULÍN COLORADO
¿Quién tiene la capacidad en Jalisco de poner un alto a este choque de pesos pesados?
En Jalisco no hay quien tenga la influencia sobre uno y otro para llamarlos al diálogo constructivo, actuando con madurez y sentido de responsabilidad. El único que podría poner orden es el Presidente López Obrador, pero difícilmente lo hará, creo que no hay interés ni voluntad política -eso es lo que se vislumbra- para dar un manotazo y poner orden.
Al Presidente durante la pasada semana se le trató el tema en La mañanera y su respuesta fue el silencio. No quiere intervenir. Conocido es su opinión que tiene sobre el líder moral de la UdeG, Raúl Padilla, mientras que con Alfaro en el último año ha tratado de tener una relación de concordia, como se ha visto en los acuerdos para que el gobierno federal canalice cerca de 10 mil millones de pesos para dos obras estratégicas en las regiones de Jalisco, la conclusión de la Presa de El Zapotillo y la aportación para que se haga realidad la Línea 4 del Tren Ligero de Tlajomulco a Guadalajara.
JALISCO EL GRAN PERDEDOR
Queda claro que en este pleito que algunos lo llaman de “callejón” no puede haber ganador. Pierde el Gobierno de Jalisco y pierde la Universidad de Guadalajara, porque en lugar de sumar se van a dedicar a obstaculizarse.
En el desplegado que supuestamente firmaron ocho alcaldes metropolitanos -a excepción de Juan José Frangie, de Zapopan- un punto se subrayó: se suspenden los apoyos de gobiernos municipales a “proyectos no sustantivos” de la Universidad de Guadalajara. ¿Qué implica proyectos no sustantivos? ¿El apoyo a la FIL que tanto beneficio le aporta a Jalisco con la proyección mundial que le proporciona y la afluencia de visitantes que se registra cada año? ¿La aportación de terrenos para la construcción de preparatorias y Centros Universitarios en las regiones?
Pablo Lemus al respecto precisó que la FIL no se toca, considerando la trascendencia que significa para Guadalajara y Jalisco.
El punto es que la Universidad de Guadalajara es omnipresente en la vida de Jalisco y sus actividades de gobierno y romper de pronto la relación por decreto es descabellado, es como darse un balazo en el pie, por tratarse de la Universidad de Estado que ha estado entrelazada con el desarrollo de la entidad tanto en lo educativo, político, como económico no sólo de la ZMG, sino de las regiones mismas; los propios presidentes municipales buscan que las autoridades universitarias los consideren en la construcción de preparatorias o Centros Regionales, aportando terrenos para que esto se haga realidad.
Ante la falta de voluntad de algunas de las dos partes para superar el problema, lo que se vislumbra es que el pleito se podría extender hasta que el gobierno estatal termine su gestión y la lucha se recrudezca en los tiempos electorales, considerando el posicionamiento que hizo el propio Rector General Ricardo Villanueva desde la Plaza de la Liberación: la Universidad de Guadalajara asumirá el contra peso que requiere Jalisco en estos tiempos de desequilibrios, cuando los poderes Legislativo y Judicial están al servicio del Ejecutivo y los partidos dejaron de ser de oposición.
No se ve luz al fondo del túnel. Y será el tiempo el que dirima este pleito que tanto daña a Jalisco.
