OPINIÓN
Una sociedad polarizada y fragmentada: El peligro de la historia única
Opinión no pedida, por Armando Morquecho Camacho //
En julio del 2009, la escritora, novelista y dramaturga nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie ofreció una Ted Talk que tuve la oportunidad de escuchar por primera vez cuando cursaba la materia de Seminario Internacional de Derechos Humanos durante el décimo semestre de la universidad.
La conferencia en inglés se titula: ‘’The Danger of the Single Story’’, en ella, la escritora explora la influencia negativa que una ‘’historia única’’ puede tener y además, analiza las raíces de estas historias. Adichie argumenta que aunque las historias únicas, en algunas ocasiones, son el producto de un malentendiendo o de una falta de conocimiento acerca de otras personas, también, es posible que éstas sean malintencionadas y que tengan la intención de suprimir a un grupo de personas debido a un prejuicio.
Durante la conferencia, Adichie comparte tres ejemplos de generalizaciones o de ‘’historias únicas’’ que ella experimentó a lo largo de su vida: primero, habla un poco de su infancia y de los primeros pasos que dio para convertirse en la escritora que es hoy.
Recuerda que en su niñez los libros que consumía más eran cuentos británicos y americanos para niños, lo que motivó que sus primeros cuentos se trataran sobre niños y niñas blancas de ojos azules jugando en la nieve y no de historias que reflejaran la otra cara de África. No fue hasta que descubrió la literatura africana que se dio cuenta que los cuentos y las historias podían proyectar a personas como ella, eso, comenta la escritora, la salvó de tener una historia única acerca de lo que la literatura y los libros debían ser.
El segundo momento fue cuando su compañera de cuarto en la universidad, asumió, con cierto tipo de pena bien intencionada, que todas las personas provenientes de África son pobres y carecen de habilidades o bien, de los conocimientos y las capacidades necesariad para manejar herramientas básicas del hogar como la estufa.
Sin embargo, en lugar de juzgar y guardar resentimiento a su compañera, Adichie reconoce que así como su roommate, ella también fue influenciada por una «historia única», y así recuerda el tercer momento en el que se enfrentó a esa historia, cuando debido a la cobertura que los medios norteamericanos le daban al problema migratorio entre México y Estados Unidos, cometió el error de creer que todos los mexicanos anhelaban cruzar la frontera para así convertirse en migrantes.
Con estas tres anécdotas, Adichie explica que el problema de los estereotipos no es que sean mentira, sino, que están incompletos, y añade que el peligro de los estereotipos y de las ‘’historias únicas’’ en una sociedad, es que definen por completo a un grupo de personas y determinan la manera en que la sociedad no solo los va a ver, sino en cómo serán juzgados ante los ojos del resto de la población.
La escritora nigeriana concluye su grandiosa conferencia afirmando que: ‘’para crear una historia única, muestra a una persona como una sola cosa una y otra vez, y en eso es en lo que se convertirán. ’’
Uno de los principales objetivos que persigo escribiendo en este espacio, es traer a la exégesis literaria tanto mis ideas y opiniones políticas, como mis preocupaciones y pasiones respecto a los problemas que enfrentan Jalisco y México.
Por ello, es que no me cansaré de decir que el rumbo social y político de mi país me preocupa; me preocupa, como ya lo dije la semana pasada, observar como la polarización se agudiza y la intolerancia ideológica se apodera poco a poco de muchos espacios en los que todos como individuos coexistimos.
El 2020 fue un año complejo y probablemente la lección más valiosa que nos dejó es que con una sociedad polarizada y fragmentada, no podremos salir de la crisis en la que nos encontramos inmersos, hoy más que nunca necesitamos los unos de los otros, pero primero tenemos que romper las cadenas que como sociedad nos atan a un sinfín de prejuicios, estereotipos y a «historias únicas» que buscan presentarle al resto de la sociedad la «verdad» que un cierto grupo ha diseñado respecto a otro.
Necesitamos tener presente que el poder político tiene un gran impacto en las historias. El poder, no solo expande historias, también, hace que las ideas persistan, y éste puede ser usado con la intención de controlar cómo se cuentan las historias, quién las cuenta, cuándo se cuentan y cuántas historias se le contarán a la sociedad.
Las historias y las narrativas importan más de lo que creemos. Desde la Segunda Guerra Mundial y los conflictos bélicos entre Oriente y Occidente, hasta los conflictos políticos e ideológicos encabezados por los movimientos populistas en nuestro continente y en regiones de Europa como Hungría y España, las historias y las narrativas se han utilizado para desposeer y calumniar.
Así como Adichie al descubrir la literatura Africana entendió que la escritura y la literatura era más que la simple historia contada por un continente alejado de la realidad que viven en otras partes del mundo, y así como descubrió, con un viaje a Guadalajara, que los mexicanos no somos los criminales que los medios de comunicación describieron que éramos, nosotros podemos usar el poder político, el poder de las historias, los relatos y las narrativas para humanizar, para facultar y para restaurar la dignidad.
Ciertamente nuestra sociedad se enfrenta a problemas verdaderamente grandes, y creo que si queremos hacerle frente a problemas como la desigualdad social, el cambio climático, y la inseguridad que continúa arrebatando vidas y destrozando familias, antes que ‘’ocupar’’ los espacios o ‘’derrumbar los muros’’, primero necesitamos dejar de lado esa visión política que refleja una constante necesidad egocentrista de demostrar que ‘’somos mejores que los demás. ’’
Hoy, debemos comenzar por construir y diseñar tanto historias como relatos, que enfaticen en todo lo que nos hace iguales, y no en aquello que nos hace diferentes, para así, fortalecer y restaurar nuestra conexión como iguales.
Tal y como dijo Joe Biden en su investidura como presidente de los Estados Unidos de América:
«Debemos entender que la política no tiene que ser fuego que destruye todo a su paso. El desacuerdo no nos puede llevar a la desunión. Al contrario, debemos entender que en este mundo hay verdades y hay mentiras, pero la crisis actual nos hace un fuerte llamado a defender la verdad para derrotar las mentiras».
Usemos la política para derrotar los estereotipos, usémosla para unir y para así evitar que se continúen replicando las «single stories».
