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JALISCO

¿Vemos el ocaso del alfarismo?

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De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //

“Nada fortalece la autoridad tanto como el silencio”.

Leonardo da Vinci (1452 – 1519), polímata florentino del Renacimiento Italiano.

“El liderazgo no consiste en estar al mando, sino en cuidar de las personas a tu cargo”.

Simon Sinek (1973 – ) escritor y motivador inglés.

El silencio es un arma muy poderosa. En el implacable e impredecible mundo de la política, guardar silencio en medio de la estridencia, ofrece tiempo para la reflexión.

Grandes pensadores y líderes de todas las épocas, coinciden en que el silencio es signo de prudencia y templanza. No se trata de eludir un conflicto o escapar de la batalla, sino de evitar que los arrebatos intestinales triunfen sobre la razón y la estrategia.

Es cierto, el papel del líder es complejo. La posición de liderazgo no es nada sencilla. Guiar a un grupo que deposita su fe y lealtad en los sueños y causas del líder, es una grave responsabilidad que pocos aceptan.

En esa tesitura debemos reconocer que Enrique Alfaro ha sido el líder político más notable que ha tenido Jalisco en los años recientes.

No me refiero a que haya hecho del Movimiento Ciudadano el partido mejor articulado de la entidad (que de sí, es un logro mayúsculo), sino que creó un movimiento que quedará en los anales de la memoria escrita: el alfarista.

Es así que en el Estado ganó el alfarismo, no el emecismo.

Sin embargo, como todo líder, el gobernador no es inmune a los errores; de hecho, ya comenzó a cometer serias equivocaciones. Recordemos que un líder es tan humano como cualquiera. No importa si tiene mucho o poco poder.

Sobre el particular, me parece conveniente destacar algunos de los yerros que han generado confusión e incertidumbre en la médula de su expresión.

  • ¿Era necesario romper con Dante Delgado a unos cuantos días de darse a conocer el resultado de las encuestas de Morena y el Frente Amplio por México, sin haber diseñado antes una estratagema consensuada con sus adeptos más destacados? La respuesta es no.

Es generalizada la opinión entre sus fans y el círculo rojo que fue un arranque precipitado.

  • Las mismas fuentes que me confiaron que estaba gestándose la mudanza del alfarismo al bloque opositor, me aseguran que alcaldes, funcionarios, diputadas y legisladores, que han mostrado durante años una extrema fidelidad y obediencia a Enrique, hoy están sumidos en el desconcierto, y en no pocos casos, en la molestia, pues nunca fueron tomados en cuenta.
  • “Yo me retiro de la política” y “Les deseo suerte”, son frases que calan hondo en las entrañas de quienes aspiran a seguir escribiendo su historia en el ámbito de lo público.

Hombres y mujeres que le confiaron sus trayectorias, ahora se preguntan qué hacer; pero más aún, con qué partido lo harán.

  • “Muchos nos sentimos a la deriva”, me confesó un importante fundador, operador y promotor del emecé.
  • Al margen de la turbación al interior de las huestes alfaristas, hay otras variables que desajustaron la ecuación. Entre ellas, la que se refiere a la publicación del primer desplegado en apoyo a Alfaro, ya que con eso se perdió algo que en política debe cuidarse con celo especial: la confianza.

No veo cómo el experimentado Delgado Rannauro recobrará la confianza en las mujeres y hombres que firmaron dicha publicación de respaldo y a la vez de reclamo.

  • Por si faltara algo, las muestras de simpatía hacia Xóchitl Gálvez seguramente tendrán consecuencias, una que no es menor, es el deterioro de la interlocución que ofrecía el ex secretario de Gobernación Adán Augusto López con el presidente López Obrador, tipo paranoico, rencoroso y vengativo.

Ahora bien, para concluir es preciso comentar que no pretendo insinuar que Alfaro carece de fundamentos cuando afirma que el MC debe ir en alianza en el proceso electoral en virtud de que se vislumbra una derrota ante Morena, en ese sentido le asiste la razón; no obstante, es evidente que falló al tomar una decisión sin considerar a su base.

Tengamos en cuenta que cuando un líder le da la espalda a sus seguidores, comienza su declive.

Y es que la lealtad es un valor que exige reciprocidad.

Algo es verdad, con Enrique inició y con él llegará a su fin.

¿Vemos el ocaso del alfarismo?

Twitter: @DeFrentealPoder

*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista político.

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