JALISCO
La muerte de Octavio Esqueda: ¿Mantendrá el panismo de Jalisco la unidad?

Por Francisco Junco //
“Como la naturaleza, la vida también te da hermanos. A mí me dio a Octavio Esqueda hace 30 años, y desde entonces, sin falla, tuve a un amigo leal, prudente y presente”, con estas palabras despide Eduardo Rosales Castellanos a su amigo leal, Octavio Esqueda Ávalos, mejor conocido como “El Gordo Esqueda”, quien falleciera la tarde del sábado 20 de enero, de un infarto, en su domicilio. Fue consejero estatal del PAN y oficial mayor del Comité Directivo estatal del blanquiazul en Jalisco.
Para propios y extraños, Octavio Esqueda, representaba un hombre conciliador, buen negociador político, considerado, incluso, como el líder moral del panismo en Jalisco, aunque siempre a la sombra de Lalo Rosales. La pregunta, que queda en el aire es, quién será la figura o perfil que pueda sustituir el trabajo que venía realizando “El Gordo Esqueda”, ya que para el PAN era el enlace con los poderes gubernamentales, el judicial y legislativo; así como con el mandatario estatal Enrique Alfaro Ramírez. Era, sin lugar a duda, el representante del grupo en poder del panismo en la entidad.
La carrera política de Octavio Esqueda, comienza a principios de la década de los noventa, dentro del grupo llamado “Los Santa Tere boy’s”, encabezado por Eduardo Rosales, enclavado en el PAN. Ambos, siempre inseparables, formando cuadros y fortaleciendo su grupo, de acuerdo con varias fuentes consultadas del panismo jalisciense.
Para Jesús Rivera, ex militante del PAN Jalisco por cerca de 28 años, el grupo de Lalo Rosales, se desarrolló a la sombre del grupo del ex gobernador de Jalisco, Paco Ramírez Acuña, pero “le crecieron los enanos”, al grado de desconocerlo como una figura del panismo de Jalisco. “Eduardo Rosales se apodera del Comité Estatal, él siempre fue un tipo inteligente, alguien que solía tener una visión diferente a los grupos tradicionales en el PAN, entonces liderados por Paco Ramírez. Eduardo se convirtió en una figura disruptiva del PAN, más pragmático, que hizo su propio grupo, que hoy por hoy sigue controlando el Comité Estatal, aun viéndolo perder, aun viéndolo difuminarse entre la sociedad. Así se acabaron la marca PAN. De tener una franquicia muy rentable en Jalisco, la convirtieron en una franquicia de cuarto y hasta quinto lugar”.
A decir de otros militantes del PAN, consultados por Conciencia Pública, la triada Herbert Taylor, Emilio González y Antonio Gloria, cuando este último era presidente estatal del blanquiazul, tomaron el acuerdo político con el grupo de Lalo Rosales para entregarles el Comité Estatal del PAN, mientras que los lidereados, en ese momento por González Márquez, se quedaban con el gobierno estatal. Y es aquí, en la primera década de los dos mil, donde comienza la nueva historia del PAN Jalisco, ahora conocido como “Los Lalos” y que tienen vigencia en la actualidad.
En ese momento, los grupos hegemónicos blanquiazules estaban encabezados por Hernán Cortés, Miguel Ángel Monraz y Chema Martínez. Cuando llega Lalo Rosales al Comité Directivo Estatal, coloca como oficial mayor a Octavio Esqueda, es aquí donde éste aparece en la escena pública y desde donde comienza la operación política, para fortalecer la estructura del partido.
En ese contexto, el PAN, tras 13 años de gobiernos panistas en la alcaldía de Guadalajara, con Alfonso Petersen Farah, el partido pierde la capital de Jalisco, en el 2009, a manos del priista Jorge Aristóteles Sandoval. Un grupo importante de azules se manifiestan afuera de las instalaciones del Comité Estatal, en la calle de Vidrio, que culmina con la caída de Eduardo Rosales como presidente estatal, pero en la estructura, permanece Octavio Esqueda como oficial mayor, para “cuidarle el changarro” y desde ahí se fortalece el grupo de “Los Lalos”.
“Aquí es donde se da una lucha entre los grupos de los Emilios contra los Lalos. Entonces, cuando los amigos de Lalo Rosales iban a manifestarse afuera de Casa Jalisco en contra del gobernador, por la famosa “mentada”, Emilio, en simultáneo, estaba mandando a sus amigos a manifestarse en las puertas del Comité Estatal. Era guerra de poderes que lejos de beneficiar a la franquicia o a la marca PAN, la fueron sepultando. Desde ese entonces el brazo operador de Lalo era El Gordo Esqueda”, señaló el ex panista Jesús Rivera, quien por esa época estaba en la Secretaría de Capacitación del PAN.
Otras fuentes consultadas, coinciden en que, desde la Oficialía Mayor, Octavio Esqueda, controla el área de estructuras municipales, una de las más importantes del partido para efectos de la operación, a través de sus operadores Juan Pablo Colín y Manuel Rojas. Aunque en la formalidad, Octavio Esqueda, nunca fue presidente del PAN Jalisco, él era quien tejía todos los acuerdos políticos de Eduardo Rosales.
A la salida de Rosales Castellanos, se genera una mesa de negociaciones, donde participan los presidentes en turno, Hernán Cortés Berumen, Miguel Monraz, Gustavo Macias, Alfredo Medina, Pilar Pérez Chavira y Diana González. El acuerdo de esta mesa es que, la presidencia siempre estará vinculada a Eduardo Rosales, mientras que la Secretaría General estaría controlada por los hermanos Cortés Berumen.
Jesús Rivera, asegura que el sucesor en la presidencia del PAN Jalisco, “tenía instrucciones precisas de Lalo Rosales a través de Octavio Esqueda”. Con lo que este grupo se fortaleció al grado de que se pensaba que El Gordo Esqueda era el que verdaderamente lidereaba al panismo jalisciense, pero “no era El Gordo Esqueda, él siempre recibió instrucciones.
Ahora, sí se me permites ser vulgar, era él, de sus perros, el más fiel. El que jamás le mordió las manos, el que siempre le movió la colita para que Lalo estuviera a gusto y en paz, dejando al PAN estatal en manos de Esqueda. Así fue, hasta el sábado pasado que nos enteramos que desafortunadamente pierde la vida por un infarto”.
Hasta el 2020, eran estos dos grupos hegemónicos, que cedían algo de participación al grupo comandado por Chema Martínez, quien antes de renunciar al PAN e irse a las filas de Morena, entregó la dirigencia del PAN Guadalajara a “Los Lalos”.
La operación política de Octavio Esqueda, logra expandir el control de grupo y tiene vasos comunicantes con Comisión Estatal de Derechos Humanos, durante la presidencia de Alfonso Hernández Barrón; con el Poder Judicial, a través del Consejo de la Judicatura, a través de Irvin Ávila, uno de los operadores importantes de Esqueda.
Pero la operación política de Lalo Rosales, vía Octavio Esqueda, la concentran en el Congreso del Estado y en las presidencias municipales, donde se genera una fuerza económica, ya que tienen el control de las tesorerías de los ayuntamientos que gobiernan. En este grupo logran posicionarse y crecer, como los hombres de confianza de Octavio Esqueda, Manuel Rojas y Juan Pablo Colín, este último perfilado a sustituir a Diana González en la presidencia del PAN estatal, cuando ésta busque la candidatura a la alcaldía de Guadalajara.
Finalmente, los grupos internos se reacomodan. Por un lado, como grupo con mayor poder, el de Lalo Rosales, vía Octavio Esqueda; en segundo lugar, el grupo encabezado por los hermanos Isaías y Hernán Cortés, después le siguen los grupos de Emilio González, Rodolfo Ocampo y César Madrigal. Todos logran un gran consenso, llegan al acuerdo político para llevar a Diana González a la presidencia del PAN Jalisco, aunque con una pequeña influencia del grupo que dejó, el ahora morenista, Chema Martínez.
Ante la desaparición física de Octavio Esqueda, se genera la expectativa de quien asumirá el rol del conciliador y negociador a nombre o “prestanombre” de Eduardo Rosales Castellanos, ya que es quien realmente lleva las riendas de este grupo hegemónico. La disputa se da, por un lado, Claudia Murguía, Manuel Rojas y Juan Pablo Colín, y por el otro Gustavo Macias y Miguel Monraz.
Lo cierto, es que, ante la prematura muerte de Esqueda, Lalo Rosales viaja a la brevedad de Estados Unidos a Guadalajara, para despedir a su amigo y realizar una serie de reuniones cupulares para poner orden y señalar que todos los acuerdos, que realizó su incondicional, se respetarán tal y como él los logró.
En una reseña del periódico Mural, se señala que Lalo Rosales se encontró en un restaurante de Naciones Unidas con la presidenta del PAN Jalisco, Diana González, y el tesorero del partido, Juan Pablo Colín, la coordinadora de los diputados locales del blanquiazul, Claudia Murguía; los diputados federales, Miguel Monraz y Gustavo Macías; el representante del PAN ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), José Antonio de la Torre, así como el Oficial Mayor del PAN Jalisco, Manuel Rojas e Irving Ávila, consejero estatal.
“Consultados sobre la reunión, algunos de los asistentes señalaron que, se acordó dar seguimiento a los compromisos que hizo previamente Esqueda, entre ellos, los que tienen que ver con la definición de las candidaturas que le corresponde proponer al PAN dentro de la alianza que mantiene con el PRI y el PRD”, señala el rotativo tapatío.
En el diario El Informador, consignan que Diana González, Juan Pablo Colín, Claudia Murguía, Gustavo Macías, Paulina Rubio, Eduardo Rosales, Hernán Cortés y los ex gobernadores Francisco Ramírez Acuña, Emilio González y Alberto Cárdenas, se reunieron tras la muerte del líder moral del partido, Octavio Esqueda.
“No ha sido una, sino varias las reuniones de los diferentes liderazgos albiazules en el Estado. Entre ellos se comprometieron para mantener los acuerdos, al menos hasta que pase el 2 de junio, día de las elecciones. Lo anterior, porque el interés es respetar los pactos que se hicieron con el PRI y el PRD por las candidaturas y espacios en Jalisco. Es cierto que rápidamente han levantado la mano los grupos políticos pequeños, pero persistentes, como el de César Madrigal, aunque después de varios encuentros con Eduardo Rosales, que se desplazó de inmediato desde su domicilio en Texas, todo apunta a que mantendrán la paz”, apunta El Informador.
Los panistas consultados, coinciden en que, el perfil de Juan Pablo Colín sería el posible sucesor de Octavio Esqueda; algunos destacan su formación al lado de este líder, aunque otros señalan que la fidelidad al grupo le puede dar el espacio.
“Lo que está muy claro, es que en la planeación que llegó a cabo Lalo Rosales para sacar al PAN adelante, también siguió adelante para mantener el control del Comité Estatal. Durante todo el tiempo, y en su momento, ese control se vendió claramente a los intereses del proyecto de Enrique Alfaro y Enrique Ibarra Pedrosa de Movimiento Ciudadano. Los ejemplos son más que claros, muchísimos espacios en los gobiernos municipales y estatal son de amigos de Lalo en gobiernos de MC”, lamentó Jesús Rivera.
“Cuando estuve en la vida pública, me acompañó, me aconsejó y suplió mis muchas carencias. Cuando me retiré de los reflectores, lo respetó como nadie y me hizo saber, de muchas formas, que contaba con él incondicionalmente. Fue, además, un líder generoso, sensato y sensible que logró, no sólo conseguir resultados en el más adverso de los entornos, sino que lo hizo derrochando aprecio entre quienes lo acompañaron estos años. Me duele su partida. Lo voy a extrañar toda la vida”, se despidió Rosales Castellanos de su amigo, en sus redes sociales.
JALISCO
¿Se acabó la estabilidad en la UdeG?

– Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac
La Universidad de Guadalajara (UdeG), con más de 360 mil estudiantes, ha sido un pilar de estabilidad en el panorama educativo mexicano durante las últimas décadas, especialmente bajo la influencia de Raúl Padilla López, exrector y figura clave hasta su fallecimiento en 2023.
Sin embargo, las recientes protestas estudiantiles, marcadas por la confrontación y actos de violencia en centros universitarios como el CUCSH, donde encapuchados irrumpieron y dañaron instalaciones de la rectoría, han encendido las alarmas.
¿Estamos ante el fin de esa era de calma que caracterizó a la UdeG? ¿O es este un capítulo pasajero que la rectora Karla Planter, la primera mujer en el cargo, podrá resolver con liderazgo y diálogo?
Las movilizaciones estudiantiles, iniciadas el 10 de septiembre de 2025, recuerdan los turbulentos años 60 y 70, cuando movimientos de izquierda generaron inestabilidad en las universidades mexicanas, marcadas por huelgas, violencia, alta politización y enfrentamientos con autoridades y gobiernos estatales.
Aquella época de confrontación contrastó con el periodo de estabilidad que Raúl Padilla consolidó con su liderazgo, transformando a la UdeG en un referente académico y cultural. Su ausencia ha abierto interrogantes sobre el rumbo de la institución en un contexto de transición y nuevas demandas sociales.
Las protestas recientes, que incluyeron la exigencia de suspender las elecciones del Consejo General Universitario (CGU) y la creación de espacios para el consumo de cannabis, han puesto a prueba la capacidad de la rectora Planter para mantener la gobernabilidad.
En un mensaje claro, emitido este miércoles 17 de septiembre de 2025, la rectora general universitaria respondió con un enfoque conciliador pero firme. Aceptó revisar las demandas legítimas, como mejoras en infraestructura, seguridad y acceso a materias, muchas de las cuales ya están en proceso.
Sin embargo, fue contundente al rechazar propuestas que considera inviables o perjudiciales, como la suspensión de las elecciones del Consejo General Universitario (CGU), que calificó de ilegal por violar los derechos de la comunidad universitaria, y la tolerancia al consumo de cannabis en los campus, argumentando que la universidad debe priorizar la salud y el bienestar de los estudiantes.
Además, Planter advirtió contra la intervención de actores externos que podrían estar manipulando las protestas para fines políticos, un riesgo que ella se comprometió a evitar. “No permitiremos que actores ajenos se aprovechen de las causas legítimas de nuestros estudiantes”, afirmó, subrayando su compromiso con un diálogo abierto, pero dentro del marco normativo de la UdeG.
Esta postura refleja una intención de equilibrar la apertura a las demandas estudiantiles con la defensa de la autonomía y la estabilidad institucional. El manejo de esta crisis será determinante para el futuro de la UdeG.
La rectora, quien asumió el cargo el 1 de abril de 2025, se ha destacado por su trayectoria académica y su enfoque en la igualdad y la inclusión. Su elección marcó un hito al ser la primera mujer en liderar la institución en sus 232 años de historia, y ahora enfrenta el desafío de consolidar su liderazgo en un momento de tensión.
Las protestas, aunque legítimas en algunos puntos, han incluido episodios de violencia, como los ocurridos en el CUCSH, que podrían escalar si no se gestionan con cuidado. La pregunta central es si estas movilizaciones son un síntoma pasajero o el preludio de una inestabilidad prolongada, similar a la de décadas pasadas registradas en otras universidades del país, donde los paros y las huelgas generaron mucho daño a la educación superior de México.
La respuesta dependerá de varios factores: la capacidad de Planter para canalizar las demandas viables, la voluntad de los estudiantes para dialogar dentro de los cauces institucionales y la habilidad de la universidad para evitar que intereses externos desestabilicen su comunidad.
La UdeG no es ajena a los retos, pero su historia reciente demuestra que puede superarlos con liderazgo firme y un compromiso con su misión educativa.
UN FUTURO EN JUEGO
La UdeG está en una encrucijada. Las declaraciones de Karla Planter muestran una disposición al diálogo, pero también una línea clara contra propuestas que comprometan la integridad de la institución. Si las demandas estudiantiles encuentran eco en soluciones concretas y la comunidad universitaria opta por la vía pacífica, la estabilidad que ha caracterizado a la UdeG podría mantenerse.
De lo contrario, el riesgo de una escalada de tensiones amenaza con revivir los fantasmas de las épocas de confrontación. La rectora, con su visión de una universidad más igualitaria e incluyente, tiene la oportunidad de forjar un nuevo capítulo de unidad.
JALISCO
Entregan la presea “La Paz hecha a mano”

– Por Francisco Junco
En el marco del Sexto Congreso de Cultura de Paz, celebrado en el Congreso del Estado de Jalisco, la asociación civil Conciencia y Acción México, Educación para la Paz, que preside Dolores Patricia Alvarado, entregó la presea La Paz hecha a mano.
El reconocimiento busca visibilizar proyectos comunitarios que fomentan la convivencia pacífica, la dignidad humana y la construcción de una sociedad más justa.
Entre las galardonadas se encuentra Cointa Sotomayor Reyna, distinguida por su proyecto Clan de Abus Excursionistas de Jalisco, iniciativa que promueve el derecho al esparcimiento y la vida plena de mujeres adultas mayores mediante viajes y actividades culturales, fortaleciendo con ello la convivencia pacífica y la participación activa.
También fue reconocida Josefina Acosta Rivera por su proyecto de arte por la paz Bodypaint en mujeres y hombres que luchan contra el cáncer de mama.
La iniciativa utiliza el arte corporal como herramienta de resiliencia, dignificando la vida de las personas que enfrentan esta enfermedad y proyectando un mensaje de esperanza y fortaleza.
La presea fue entregada igualmente a Liliana Pascual Bautista por su contribución a la paz a través de la confección del rebozo, símbolo de identidad, resistencia y memoria colectiva.
Su trabajo rescata la tradición textil mexicana como vehículo de cultura, dignidad y esperanza.
Otra de las galardonadas fue Epifanía Rosas Antonio, quien impulsa el proyecto Huipiles de mi pueblo. Esta propuesta resalta el arte textil indígena como un acto de resistencia e identidad, al tiempo que fortalece la economía de las artesanas y empodera a las comunidades a través de la revaloración de su patrimonio cultural.
También, el artista Enrique Chiu recibió el galardón por su proyecto Corazón Migrante, una obra de arte por la paz que busca recordar que la humanidad trasciende fronteras.
Con su propuesta, promueve el diálogo y la solidaridad, subrayando la necesidad de construir un mundo más justo e inclusivo.
JALISCO
Realizan Sexto Congreso de Cultura de Paz, reúne voces por la justicia y la igualdad en Jalisco

– Por Francisco Junco
El Sexto Congreso de Cultura de Paz, celebrado en el Congreso del Estado de Jalisco bajo el lema “Cosmovisión, Justicia y Paz”, reunió a autoridades, representantes de pueblos originarios, defensores de derechos humanos y sociedad civil, quienes coincidieron en que la paz no es sólo ausencia de violencia, sino un proceso colectivo basado en justicia, igualdad, respeto y diálogo, donde cada acción individual contribuye a transformar comunidades y construir un México más humano y solidario.
El Congreso de Jalisco, fue sede de este encuentro, organizado por la asociación civil Conciencia y Acción México, Educación para la Paz, donde representantes de instituciones, autoridades y sociedad civil coincidieron en la necesidad de construir un país más justo, humano y solidario.
Bianca América Enríquez, titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, destacó que el evento buscó generar un espacio de igualdad simbólica entre todos los asistentes.
“Lo importante no son los cargos o reconocimientos, sino la dignidad de cada individuo”, señaló.
Subrayó también los avances en materia de derechos sociales alcanzados a nivel nacional, como el derecho universal a la salud y la educación, así como el reconocimiento legal de los pueblos y comunidades indígenas.
Bianca América Enríquez recordó la cosmovisión wixárika al hablar de paz como un valor comunitario transmitido desde la infancia, donde se enseña a respetar la palabra de los abuelos, los acuerdos colectivos y la naturaleza.
Añadió que desde el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas se impulsan proyectos para fortalecer la identidad, lengua y patrimonio cultural de los pueblos originarios, al tiempo que llamó a la sociedad a reconocer y respetar sus distintas formas de vida.
Por su parte, Luz del Carmen Godínez González, presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, advirtió sobre los retrocesos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU hacia 2030.
“Si tenemos el marco normativo y los presupuestos, ¿qué es lo que está fallando al ser humano? Lo que está fallando es volver a retomar la esencia del ser humano”, expresó, al tiempo que instó a reconocer la dignidad de cada persona y trabajar desde lo cotidiano para transformar la sociedad.
Godínez González enfatizó la importancia de la responsabilidad individual y colectiva en la construcción de paz, al señalar que cada acción puede generar un efecto multiplicador en familias, comunidades y municipios.
“Los buenos somos más, tenemos que hacer de verdad ese frente común”, afirmó, subrayando el compromiso de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de trabajar de manera conjunta con la sociedad civil.
En su intervención, Dolores Patricia Alvarado Corona, presidenta de Conciencia y Acción México, y encargada de inaugurar este encuentro, recordó que México enfrenta graves problemáticas como desapariciones, violaciones a derechos humanos y violencia estructural. Aún así, insistió en que la paz es un proceso activo que implica diálogo, justicia, libertad y respeto.
“La paz se construye en colectivo, no la podemos construir solitas ni solitos”, expresó y concluyó que este congreso busca no solo reflexionar, sino actuar en favor de una cultura de paz que se construya en lo cotidiano, desde decisiones individuales hasta transformaciones colectivas.
“La paz no es un destino lejano, la paz está aquí, cerquita de nosotros”, afirmó, invitando a los participantes a convertirse en promotores de un México más justo, equitativo y pacífico.
JALISCO
Mensaje a comunidad de la UdeG: Dentro del marco legal se respetará la libre expresión y se atenderán necesidades, Karla Planter

– Por Redacción Conciencia Pública
En un mensaje en video dirigido a toda la comunidad universitaria, la rectora de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Karla Planter, enfatiza el compromiso de la institución con la libertad de expresión y el respeto a la diversidad de opiniones dentro de la comunidad universitaria.
Destaca la importancia de escuchar las inquietudes de estudiantes, maestros y trabajadores, pero garantizando un ambiente de convivencia democrática y en forma pacífica, dentro del marco normativo vigente.
Anuncia que dirigen todos sus esfuerzos para atender las necesidades de infraestructura y bienestar social que han sido expresadas por comunidad universitaria, mientras mantiene una postura firme en contra de propuestas que comprometan la integridad y la autonomía de la universidad. Su liderazgo se fundamenta en la colaboración, el diálogo y la defensa de los derechos universitarios.
Planter reafirma la legalidad del proceso electoral del Consejo General Universitario, el cual representa la voz de una comunidad de más de 360,000 personas. Cancelar este proceso sería una violación de los derechos de la comunidad universitaria y de la normatividad vigente.