JALISCO
Jalisco, líder en desapariciones durante el sexenio: La autocrítica estuvo ausente en informe

Por Daniel Emilio Pacheco //
El Gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez, presentó el martes 27 de octubre el segundo informe de su administración en materia de personas desaparecidas en Jalisco, denominado “Estamos buscando”, donde se hizo saber que:
-En Jalisco hay un total de 9 mil 731 personas desaparecidas desde el año de 1965 hasta el 30 de septiembre del 2020. De octubre del 2019, fecha del primer informe en materia de personas desaparecidas a septiembre del 2020, han sido localizadas 3 mil 635 personas por la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas.
-A través del Protocolo Alba se localizaron a 957 niñas, adolescentes y mujeres de un total de 1,097 que fueron denunciadas en el periodo octubre 2019 a septiembre 2020; es decir el 87%.
-Se destacó que Alerta Amber Jalisco localizó con vida a 264 niñas, niños y adolescentes, que contaban con reporte de desaparición; sin iniciar denuncia, en las primeras 24 horas de su ausencia en la gran mayoría de los casos.
-Blanca Trujillo Cuevas, Fiscal Especial de Personas Desaparecidas, indicó que se han localizado 2,679 personas que contaban con denuncia o carpeta de investigación y con el fin de mejorar los resultados se creó la agencia especializada en investigación de desaparición forzada, además de una segunda agencia especializada en este delito en El Salto y Chapala.
-Con el objetivo de fortalecer los esquemas de búsqueda, se ha impulsado a las Instituciones de Seguridad Pública Municipales a crear y conformar sus Grupos de Búsqueda, hasta ahora son un total de 51 municipios que cuentan con ellos.
-Desde el inicio de esta administración, un total de 320 personas han sido judicializadas, lo que representa un 500 por ciento más personas respecto al 2018, cabe resaltar que 91 personas eran elementos de alguna corporación policial, 2 jueces municipales y 3 civiles de 11 municipios del Estado. Mientras que 11 policías más están a la espera del desahogo de su audiencia.
-El trabajo realizado por el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) ha llevado a la identificación de 791 personas de las que, al momento de su muerte, no se conocía su identidad, a través de las confrontas realizadas se ha logrado vincular a 399 personas fallecidas sin identificar con algún familiar.
-28 personas más han sido identificadas gracias al Registro de Personas Fallecidas Sin Identificar; 140 personas fallecidas en el 2019 y 2020 a través de colaboraciones con el Consejo Estatal de Seguridad Pública; 224 personas fallecidas entre el 2018 y 2020, por medio de colaboración con el Instituto Nacional Electoral.
-De las 55 fosas localizadas durante esta administración se han exhumado los restos de 638 personas, de las cuales 343 han sido identificadas y entregadas a sus familiares.
LOS CUESTIONAMIENTOS AL INFORME
Sin embargo, el informe de Enrique Alfaro fue cuestionado por varios colectivos y organizaciones de la sociedad civil en el documento: LAS FAMILIAS HABLAN, INFORME SOBRE LA SITUACIÓN DE LAS PERSONAS DESAPARECIDAS EN JALISCO, de donde se destaca que:
-La reclasificación del número de personas desaparecidas y no localizadas en el SISOVID, realizado en mayo de 2019, donde la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas señaló que la mayoría de los casos son considerados como personas “No localizadas” porque los Ministerios Públicos determinaron que no existía la comisión de un delito.
La reclasificación realizada por la Fiscalía es violatoria a lo establecido en la Ley General de Desaparición, pues después de 72 horas de presentada la denuncia por desaparición, los casos deben ser considerados como “persona desaparecida” y se debe investigar bajo la presunción del delito.
-En Jalisco fuimos testigos en tiempo real de cómo la institución encargada de procurar justicia, empleó sus recursos para desaparecer forzadamente a más de 80 personas los días 4, 5, y 6 de junio de este año. Así, pudimos ver que, la Fiscalía del Estado desaparece personas con total impunidad.
-Existe una diferencia considerable entre el SISOVID que muestra un total de personas desaparecidas, al 30 de septiembre de 2020, de 9,731 personas desaparecidas. Pero, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no Localizadas, al 27 de octubre de 2020, en Jalisco arroja la cifra de 11,219 personas desaparecidas.
Esto más que un dato estadístico, es hablar de un sub registro de personas que no aparecen y no se sabe si las autoridades de Jalisco les busca.
-Jalisco ha sido el estado número uno en desapariciones durante el sexenio, ocupa el segundo lugar histórico por la alta incidencia de casos vigentes a nivel nacional.
-De enero a septiembre de 2020 se localizaron 2,852 personas, mientras que, en 2019 de enero a septiembre se localizaron 3,313 personas. Es decir, casi un 14 por ciento menos.
-En el registro de Persona Fallecidas Sin Identificar existen 1,918 personas en espera de ser identificadas.
-El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses tiene sumando todas sus delegaciones la capacidad de resguardar 749 cuerpos, según el Informe Sobre la Situación de las Personas Desaparecidas en Jalisco, existen 1,409 personas en resguardo y que no han sido identificadas o reclamadas.
-La cantidad de cuerpos en resguardo del IJCF muestran que, el Estado no ha dotado de personal y los recursos necesarios para realizar las pruebas de identificación necesarios para resolver la crisis en los SEMEFOS.
-En Jalisco hasta la fecha, solo se han logrado 4 sentencias condenatorias por el delito de desaparición, 2 por desaparición forzada y 2 por desaparición cometida por particulares; en un estado que tiene más de 10 mil desaparecidos.
-El 7 de octubre de 2019, el gobernador se comprometió a destinar un presupuesto total de 453 millones de pesos para fortalecer a la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, la Comisión de Búsqueda de Personas y la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas, pero, el presupuesto publicado el 30 de diciembre solo otorga 417 millones a estas dependencias.
En su evento, Enrique Alfaro mencionó que se han dedicado 445 millones de pesos como presupuesto para 2020. No es posible conocer de dónde sale esa cantidad que menciona el gobernador.
Cabe destacar que, Enrique Alfaro tiene asignado como presupuesto, 168 millones para la coordinación de la agenda y promoción de sus actividades en 2020.
Ante el informe del Gobernador de Jalisco es bueno recordar la recomendación 35/2020 de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, pues de ahí se puede saber:
-La CEDHJ evidenció que, derivado de la desaparición de las personas, las autoridades municipales y estatales, que de manera concurrente tienen el deber de garantizar la seguridad ciudadana en el estado y sus municipios, no implementaron las acciones razonables y suficientes para evitar la desaparición de las personas, incumpliendo con la obligación de garantía y protección del derecho de todas las personas contra la desaparición forzada y la cometida por particulares”.
– “Al analizar los datos que reporta el Sisovid, en los últimos 15 meses, es decir, del 31 de mayo de 2019 al 31 de agosto de 2020, 2 079 personas se suman al universo de las no localizadas o desaparecidas. Esta defensoría ve con profunda preocupación la situación de la desaparición de personas en el estado, pues con estos datos se puede concluir que, en promedio, 5 personas son reportadas diariamente como no localizadas o desaparecidas”, recomendación 35/2020 de la CEDHJ
– “De la información proporcionada por la FEPD, se advierte que de agosto de 2019 a la fecha en que se emite esta Recomendación, se crearon cuatro nuevas agencias del Ministerio Público para conocer de asuntos de personas desaparecidas; sin embargo, los esfuerzos realizados no han sido suficientes para atender el incremento de las cifras de desapariciones, pues en 2019 cada una de las 22 agencias integraba en promedio 326 casos. Para este 2020, cada una de las 26 agencias atiende en promedio 368 asuntos de personas desaparecidas, por lo que la carga laboral continúa siendo excesiva e impide que el personal ministerial pueda desempeñar sus funciones bajo los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, exhaustividad, debida diligencia y respeto a los derechos humanos”, recomendación 35/2020 de la CEDHJ.
Los números y los datos aportados por el Gobernador del Estado, las organizaciones y colectivos, además de la CEDHJ muestran el gran problema social que vive Jalisco ante la desaparición de personas; la poca capacidad para resolver la identificación de cuerpos en resguardo en el SEMEFO; la deficiente capacitación del personal para aplicar los protocolos básicos de búsqueda; el bajo presupuesto asignado a la búsqueda de personas; el distante interés de servidores públicos en todos los niveles ante la desaparición de personas; pero sobre todo, muestra otra vez la falta de autocrítica que caracteriza la administración de Enrique Alfaro.
ASEGURA ALFARO HAY DISMINUCIÓN DE CIFRA DE PERSONAS DESAPARECIDAS
El informe del Gobierno del Estado, según la autoridad, arroja números que dan muestra de que se está atendiendo esta agenda prioritaria tanto en personas encontradas, identificadas y detenidos por desaparición forzada.
“Desde el inicio de la administración hice el compromiso de que no iba a permitir que este tema se desvaneciera, se ha destinado más del doble del presupuesto a esta agenda prioritaria. Abrimos el proceso de rendición de cuentas de este año en Jalisco, reafirmando el compromiso de que no vamos a parar en el estado hasta encontrar a los que nos faltan”, indicó el mandatario.
El Gobernado destacó el trabajo coordinado que se ha realizado entre la Fiscalía Especializada para Personas Desaparecidas y la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y la Agencia para Atención de Víctimas, para lograr la localización e identificación de las personas reportadas como desaparecidas.
Desde la creación de la Comisión de Búsqueda de Personas en junio del 2018, se han recibido reportes de 8 mil 228 personas desaparecidas, sin embargo gracias a la implementación de mecanismos ágiles en los procesos de búsqueda se ha incrementado la capacidad de respuesta y de resultados obtenidos, señaló Francelia Hernández Cuevas, Titular de la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Jalisco. Asimismo, informó que el compromiso no solamente es con la búsqueda en vida de las personas desaparecidas, sino con la impartición de justicia y castigo por este delito.
JALISCO
Frivolidad política devastadora: Mientras arde la ciudad

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
El mundo se tambalea en un vértigo de titulares y caos. Cada día trae una nueva grieta: un ataque quirúrgico de Israel a Irán que tensa el tablero global, protestas en Estados Unidos que hierven con furia contra el ICE, y un gobernador de Florida que, con desconcertante naturalidad, justifica atropellar manifestantes como si hablara del clima. La realidad parece un guion distópico donde la sensatez es una reliquia y los extremos han reclamado el centro del escenario.
En medio de este desorden, el poder, lejos de ser un ancla, a menudo se convierte en un espectáculo: líderes que prefieren el brillo de las cámaras al peso de las decisiones, que confunden gobernar con posar.
En esa obsesión por la imagen, en esa danza de vanidades, resuena el eco de un gobernante que convirtió su administración en una obra de teatro, donde el aplauso importaba más que la estabilidad y el bienestar de su pueblo.
Ese gobernante no cargaba con responsabilidades, sino con un espejo en el que se contemplaba con fascinación. Mientras sus consejeros urgían reformas, él organizaba fiestas. Cuando las calles ardían, ensayaba canciones. Si las crisis lo alcanzaban, las maquillaba con destreza. Su habilidad para evadir la realidad era casi poética: transformaba cualquier incendio en un fondo perfecto para su retrato. No gobernaba: posaba.
Su entorno, por supuesto, aprendió a adaptarse. Los colaboradores se convertían en cortesanos y el pueblo, acostumbrado a la miseria de la rutina, empezó a convencerse de que tal vez la frivolidad también podía ser una forma de liderazgo. Al menos era vistosa. Al menos era constante. Al menos sonreía.
La ciudad, mientras tanto, se agrietaba. Las calles eran menos seguras, los servicios más ineficientes, el ánimo más crispado. Pero todo eso quedaba fuera del encuadre. Porque el verdadero país era el que se veía en sus retratos: moderno, brillante, alegre, superficial. Un país de fachada.
El personaje en cuestión tenía un talento muy particular: sabía producir momentos. No políticas, no resultados, no estrategias. Momentos. Instantáneos momentos cuidadosamente orquestados donde él era siempre el centro, el héroe, el mesías. Lo mismo aparecía abrazando a un anciano que bailando en una plaza pública, rodeado de luces y cámaras.
Era adorado por su carisma, celebrado por su estilo, temido por su egocentrismo. Su capacidad para desviar la atención era absoluta. Nadie podía mirar a otro lado cuando él estaba presente, aunque nada relevante estuviera ocurriendo. Y es que, en el fondo, él no quería cambiar el mundo. Quería que el mundo lo aplaudiera.
Pero el culto a la imagen tiene una condena inevitable: necesita crecer, siempre. Cada selfie debe superar a la anterior. Cada evento debe ser más estridente. Cada sonrisa más amplia. Es un ciclo adictivo, y también profundamente frágil. Porque cuando la realidad irrumpe —cuando el fuego ya no puede disimularse con luces de neón—, el telón se cae y deja al descubierto lo que siempre estuvo ahí: la incompetencia, la vanidad, el vacío.
Hubo un día —el más recordado de su administración — en que las llamas consumieron la ciudad. Las teorías abundaron: que fue un accidente, que fue un castigo divino, que fueron sus enemigos. Pero todos sabían, en el fondo, que el incendio no era nuevo. Que la ciudad llevaba años ardiendo lentamente, bajo el disfraz de la fiesta. Y que él, en lugar de apagarlo, bailó.
Y no metafóricamente: bailó, cantó, recitó. Mientras miles lo perdían todo, él organizó concursos de poesía. Mientras las estructuras colapsaban, él afinaba su lira. Mientras su pueblo gritaba, él ensayaba su mejor nota. No por maldad, sino por indiferencia. No por crueldad, sino por vanidad.
Y así terminó: solo, odiado, desfigurado por la historia. No por sus políticas, que nadie recuerda. No por sus reformas, que nunca existieron. Sino por haber confundido el gobierno con una puesta en escena. Por haber creído que el poder es una extensión del ego y no un contrato con los otros.
A veces, cuando veo cómo algunos gobernantes actuales se obsesionan con el encuadre perfecto, con la pose milimétrica, con la marca personal por encima del bien público, pienso en él, en Nerón, aquel emperador romano. Pienso en su brillo momentáneo. En su frivolidad devastadora. En su capacidad para construir una burbuja de halagos mientras su pueblo caminaba entre cenizas.
Pienso en los que creen que gobernar es un acto de autopromoción permanente. En los que prefieren las luces del espectáculo al trabajo discreto. En los que huyen de las decisiones difíciles y se aferran al aplauso fácil. En quienes usan el poder como un espejo, y no como una herramienta de transformación.
Y es que no hay nada más frágil que un gobierno sostenido por la imagen: la popularidad es volátil, los reflectores se apagan, el público se cansa. Pero el daño queda. Como entonces, también hoy hay quienes olvidan que la historia no recuerda a los que mejor posaron, sino a los que, incluso entre las llamas, supieron sostener el rumbo.
Los pueblos no se salvan con coreografías ni con filtros, sino con compromisos reales, con la incómoda pero necesaria sobriedad de quienes entienden que el poder es servicio, no espectáculo. La historia nos lo advierte: el culto a la imagen es un castillo de naipes que se derrumba ante la primera ráfaga de realidad. Mientras los líderes se pierden en la búsqueda del aplauso efímero, las ciudades se agrietan, los puentes se quiebran y la confianza se desvanece.
La frivolidad puede llenar titulares, pero no construye futuros. Hoy, cuando el escenario global parece repetir los mismos errores —líderes obsesionados con la pose, discursos que maquillan crisis, promesas que se disuelven en el humo de la indiferencia—, el riesgo es el mismo: un líder solo, atrapado en su propio reflejo, rodeado de cenizas mientras su pueblo, agotado de espejismos, deja de aplaudir.
Pero la historia también nos ofrece una elección: apostar por quienes, aun en medio de las llamas, eligen el trabajo silencioso, las soluciones incómodas, el liderazgo que no busca reflectores, sino resultados. Solo así, con la claridad de quienes ven el poder como un deber y no como un escenario, los pueblos pueden reconstruirse, no sobre los escombros del espectáculo, sino sobre la solidez de la responsabilidad.
JALISCO
Indecorosas para una gran metrópoli: No están a la altura, urge dignificar las entradas y salidas de Guadalajara

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
En todo México y aún en el mundo, la Perla Tapatía, nuestra hermosísima Guadalajara, es reconocida como genuina representativa de la mexicanidad, no la indígena, que es legataria de la grandiosa historia precortesiana nacional, sino de la que nació tras tres siglos de coloniaje, cuando surgió nuestro país como nación independiente.
Recordemos que la urbe jalisciense, antes que alguna localidad de la actual república, tuvo un gobierno nacional (instituido por el padre de la patria, Miguel Hidalgo y Costilla, cuando el movimiento insurgente adoptó como sede a nuestra Atenas de Occidente, entre noviembre y enero de 1810-811) y que, además, pregonó la independencia (13 de junio de 1821) primero que cualesquiera poblaciones de México, incluida la capital del país, la cual lo hizo hasta el 27 de septiembre de 1821. Finalmente, mencionaremos que fue cuna del federalismo y con ello de la República Federal.
Pues bien, a la fecha Guadalajara continúa preservando muchos elementos de los que la llevaron a ser considerada la más hermosa ciudad mexicana. Una vez, en 1981, estando de visita el licenciado Humberto Lira Mora, destacado político nativo del Estado de México, luego de un paseo por el centro histórico, expresó emocionado: “De verdad, Guadalajara es una ciudad para presumir a México”. A ello agreguemos que el notable filósofo José Vasconcelos, en sus memorias, varias veces elogia a Jalisco y su capital, reiterando que era la sede de la aristocracia étnica mexicana.
En su toma de posesión como primera presidenta municipal de nuestra Perla de Occidente, la alcaldesa Verónica Delgadillo, declaró: “Que se oiga claro y fuerte: Guadalajara será un faro de esperanza para todo México. Desde esta tierra, se defiende y se engrandece a nuestro país. Desde aquí, desde el corazón de Jalisco, vamos a cuidar a nuestras tapatías y tapatíos, vamos a seguir transformando México.”
Lo anterior, con palabras emotivas, realza el ánimo de todos los que residimos en esta metrópoli del valle de Atemajac, fundada por cuarta ocasión el 14 de febrero de 1542. Sin embargo, la terca realidad se empeña en obstruir lo que expresó la mandamás tapatía.
Al respecto podemos aludir a un reciente viaje que hicimos al espectacular Puerto Vallarta, la alhaja jalisciense del Pacífico, a donde acudimos para cuestiones culturales, y atraídos por conocer la supuesta flamante vía corta que apenas -según publicaciones oficiales- se concluyó el 28 de diciembre — Día de los inocentes— pasado.
“El último tramo, que conecta Bucerías con el Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta, se inauguró a finales de 2024, después de 13 años de construcción. Esta vía corta reduce significativamente el tiempo de viaje entre Guadalajara y Puerto Vallarta, de aproximadamente 5 horas a cerca de 2 horas y media”.
Sobre esa información, diremos que tiene varias imprecisiones, pues el entronque con la ciudad porteña no está terminado y se debe hacer circo para llegar a un domicilio en la ciudad turística. Por otra parte, el costo de la caseta final de la autopista es de $483.00 -cuatrocientos ochenta y tres pesos- es decir, casi nueve pesos por kilómetro recorrido en este tramo. Esto es un verdadero atropello, el cual hará que no se utilice por los automovilistas.
De regreso a nuestra querida Perla Tapatía, como a las 17.00 horas, nos encontramos con tal saturación de tráfico a partir de La Venta del Astillero (Zapopan) y hasta el centro guadalajarense, que requerimos alrededor de ¡tres horas! Esto hace que cada viajero, se exaspere y con ello incurra en movimientos que ocasionan tremendos problemas viales. Y claro, recordatorios maternos para las autoridades.
Al día siguiente hubo necesidad de ir a un punto cercano a Santa Ana Tepetitlán, en las cercanías del Periférico Sur. El único camino es la avenida Adolfo López Mateos, y esta tiene tal saturación vial, que solo con la paciencia de Job se puede tolerar su recorrido. Mientras esto sucedía, meditamos en los problemas que tiene la comunicación de la ciudad tapatía al aeropuerto y a Chapala con sus colindancias, de encantadora atracción turística. Y regresaron las expresiones poco encomiables hacia los gobernantes.
Ahora bien, el traslado del aeropuerto (Libertador Miguel Hidalgo, nombre que nadie usa ya, ni tan siquiera el mismo edificio de la terminal aérea) es toda una calamidad: hay ocasiones en que para abordar un taxi —por cierto bastante caro— se dura más de una hora; pero eso sí, no se puede pedir un vehículo de alguna compañía del ramo, porque es un monopolio de los taxis del aeródromo; esto a ciencia y paciencia de las mandos federales, los cuales suelen multar con enormes sumas al conductor que se atreva a dar sus servicios. Y eso que la Constitución prohíbe los monopolios.
Para los que vivimos en la urbe, otro problema es el de la nomenclatura, la cual siempre ha sido relegada por los ayuntamientos. La solución, al alcance de la mano, la deberían tomar nuestros funcionarios municipales, tan sencillo como exigir que todo comerciante o usuario de alguna licencia, imprima junto a su razón social, el nombre de la calle en que se ubica.
Y en cuanto a las esquinas donde no hay giros que lleven a cabo aquella encomienda, se subsidie a los propietarios para que instalen las placas correspondientes, que luego se les reintegrará lo invertido.
Aquí también puede acudirse a las empresas que suelen anunciarse, para que pongan los señalamientos de calles, a cambio de difundir sus productos -recurso que hace años se utilizó, pero luego se dejó al margen- lo cual es benéfico para todos.
Y ya que hablamos de calles, recordemos que estas no son propiedad de los dueños de fincas allí ubicadas, los cuales broncamente se apropian de ellas para evitar que algún ciudadano se estacione, y con toscos instrumentos, se reservan sus espacios para provecho propio, lo cual es reprobable y hasta punible. Pero tal parece que los inspectores del municipio, o los que dirigen tránsito, no les interesa poner orden al respecto.
Retornando a los ingresos-salida de la Perla Tapatía, son, lo menos que podemos decir, indecentes para el nivel de la gran metrópoli que es. El gobierno de Jalisco, y hasta el de ámbito federal, deberían sumarse a la cruzada de dignificar esas vías de comunicación carretera. Y esa regeneración debe incluir la adecuación de construcciones a lo largo de tales accesos, pues en algunas partes, hasta los ojos duelen de ver lo pésimo de sus edificaciones.
Hay que tener presente que la arquitectura es de gran importancia, y cuando al menos el Centro Histórico, y las colonias del poniente, son de excelente característica, por lo que los inmuebles de los ingresos-salidas de Guadalajara deben estar a la altura del respetable perfil urbanístico de la ciudad.
Hace unos días, nos informamos que “en un encuentro sin precedentes con directivos de medios y líderes de opinión, la alcaldesa de Guadalajara, Verónica Delgadillo, ofreció un vistazo crudo a los desafíos que enfrenta su administración, particularmente la crisis hídrica y la precariedad financiera municipal.”
Eso está muy bien, pero luego presentó lo difícil del panorama de acuerdo con el magro presupuesto del municipio, ante los formidables desafíos que tiene para brindar buenos servicios. (Gabriel Ibarra Bourjac, Conciencia Pública). Al respecto, manifiesta el agudo periodista: “La alcaldesa puede impulsar alianzas público-privadas con incentivos fiscales y cabildeo con el Estado y la Federación, pero sin una reforma fiscal local que amplíe la base tributaria o modernice el catastro, estas medidas podrían quedar en promesas.” Lo cual es muy cierto.
El reto ahí está. Muchos son los aspectos que hay que corregir, pero precisamente la categoría de buen político se demuestra ante los problemas. Y en este tiempo de mujeres, la alcaldesa tapatía tiene la palabra para dar excelentes resultados, y así proseguir su carrera ascendente.
JALISCO
Arranca el programa Visores en Zapopan

Por Diego Morales Heredia //
Con la finalidad de que la ciudadanía tenga más facilidad para levantar reportes en temas de índole municipal como la recolección de basura, baches, alumbrado público, mobiliario urbano, grafiti, entre otras, el gobierno de Zapopan presentó el programa “Visores”, que consta de 20 personas en 10 vehículos que estarán circulando en cuatro sectores del municipio al servicio de los ciudadanos.
Contento con la presentación del programa, que espera posicione la ciudad como una de las mejores en México, Juan José Frangie, presidente municipal de Zapopan hizo un llamado a los habitantes del municipio a acercarse a las unidades, hacer sus reportes y juntos transformar la ciudad.
“Estoy orgulloso, sé que esto será un gran trabajo. Voy en la camioneta, todo el día ando en trayectos, viendo baches, banquetas, parezco lotería viendo los detalles. Pensando dije, si hubiera más gente que pudiera realizar este trabajo esto sería una maravilla. En campaña hablé con mi equipo, hay que lanzar este proyecto de Visores urbanos, la gente está contenta en las colonias, vamos a tener la ciudad más bonita”.
A un año de la inauguración del Mundial 2026 a realizarse en la ciudad, el alcalde zapopano espera que este programa sirva para tener a Zapopan como una ciudad ejemplar para recibir a los cientos de turistas y amantes del futbol.
“Hay muchas cosas por mejorar, todo si lo solucionamos tendremos un Zapopan bellísimo, que nos va a diferenciar en toda la república mexicana, hoy con miras al mundial nos va a caer como anillo al dedo para tener la ciudad impecable. Servicios Públicos ahora sí tendrá una alta demanda con todos los reportes, no tengo la menor duda que de cerca se trabaja mejor con los ciudadanos, eso es lo que estamos queriendo hacer”.
Agregó: “Cuando pensé este proyecto, me decían este loco qué trae, pero nos va a servir mucho. Muchas veces nos falta la cultura de la limpieza, de no tirar las cosas, prevenir todo, si sembramos un árbol después lo vemos seco, muchas veces no nos damos cuenta, pero los vecinos sí. Con esto llevaremos a Zapopan a otro nivel, es un proyecto que es el detalle del municipio, son las pequeñas cosas que nos harán grandes”.
En el mismo orden de ideas, Juan José Frangie espera que con la implementación de este programa mejores los indicadores de servicios públicos y se afiancen aquellos en donde están teniendo buenos resultados.
«Estarán en todas las colonias, vigilando, no tengo la menor duda que esto lo sacarán adelante. Los indicadores de servicios públicos, donde más estamos fallando, en aseo, mejoramiento urbano, pavimentos, estamos bien, pero nos falta y esperamos tener totalmente iluminado Zapopan, vamos a arrancar con todo el municipio prendido, con alta tecnología”.
Subrayó: “Estará muy ligado a cercanía ciudadana, los pueden parar y decir acabo de ver esto acá, los ciudadanos también pueden ser visores, les pedimos ayuda. Esto es una nueva modalidad, no lo tiene ningún municipio en la república mexicana, si hay que meter después 10 carros más lo haremos, por fin arrancamos con este proyecto. Queremos que esto sea para bien de todos los zapopanos”.
Por su parte, el director de Contacto Ciudadano, Vladimir Gerardo Rico Tostado, explicó el funcionamiento del programa Visores, que consta de 10 vehículos con dos personas cada uno, que recorrerán las calles y levantarán los reportes correspondientes por medio de las plataformas GuaZap y Zapopan 24/7 para dar seguimiento a su pronta solución.
“Este programa de Visores Zapopan tiene el propósito principal de adelantarnos a generar las solicitudes de servicios, adelantarnos al ciudadano. Es decir, este equipo de las compañeras y compañeros de Visores estará, a través de estas unidades que recientemente se adquirieron, recorriendo todos los días el municipio de Zapopan para estar observando y generando estas solicitudes de servicios”.
También, Ana Isaura Amador Nieto, coordinadora general de Cercanía Ciudadana, exhortó a los zapopanos a que se acerquen a los Visores con sus peticiones, dudas y se haga una sinergia para solucionar las problemáticas del municipio.
“Buscamos ser anticipados, que no tengamos que estar esperando también un reporte para poder estar viendo qué es lo que hace falta, sobre todo en las vialidades principales o en aquellos lugares en donde normalmente transitamos, pero que a veces no nos damos cuenta, pero los pequeños detalles son los que importan”, puntualizó.
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