OPINIÓN
El equipaje de Lozoya

Entre Nos, por Alfredo Ponce //
Lejana la época, en la que Emilio Lozoya, con toda elegancia, la mirada por encima de los hombros, demostraba un poco de soberbia y un mucho de poder y le decía al pueblo de México, que la modernidad y el éxito estaban de la mano, con los manejos políticos de las reformas de Peña Nieto.
La rueda de la fortuna ha girado y se le detuvo en la parte mas desesperante. En un viaje de mas de 13 horas, es lanzado de la madre patria, a una aventura de la que depende su vida. La figura pesada, sabiendo que trae cargando una dura loza en su espalda, la cara agachada, entendiendo que ha sido descubierto en su fechorías, el cubre bocas mal puesto, como presagiando que por los espacios abiertos empezará a salir un soplo de vida y esperanza, para quitarse un poco de culpa. La vida no se estaciona, sigue siempre su rumbo, ahora, le está tocando pasar por el dolor de haber involucrado a sus padres, a su esposa y a muchos mas, para tratar de esconder todos los millones de dólares que le estaban saqueando a la nación.
Mucha gente se empieza a poner nerviosa, no es solo la venta de una empresa de fertilizantes, que pertenecía a la nación, no solo el esquema gangsteril del robo de combustible, que se manejaba desde las altas oficinas de Pemex, no es tan solo saber donde quedó el dinerito de Obedretch, el problema es que hay muchos temas mas candentes y que pueden mover los pisos de muchos, que se comportan como si fueran gente decente y esconden negra historia.
A México le interesa la verdad, queremos conocer la historia de unas maletas llenas de dinero, que se dice recibieron algunos legisladores, para votar a favor de la reforma energética y que se ufanaban de ser patriotas, cuando en realidad estaban vendiendo los destinos de la patria.
Emilio Lozoya, trae mucha ropa sucia en sus maletas y será importante ver, que tanto sale de mugre, cuando se empiece a lavar. Esperamos que la investigación sea transparente. En lugar de llegar a la prisión, se le envía a un hospital lo que evidencia una negociación. Mucho cuidado se debe de tener de resguardar su seguridad, porque hay muchos que seguramente quisieran cerrarle la boca. Aunque le duela a algunos, que todavía siguen tratando de defender el pasado, buscando los errores del gobierno actual, para disminuir sus pecados de ayer, la boca de Lozoya, puede cambiar la vida política de México y terminar incluso con la vida de varios partidos políticos, que ayer gritaban a los cuatro vientos su fuerza y mañana pueden estar en el lado oscuro de la historia. Si alguna vez soñó con ser protagonista de la historia, ahora lo está siendo.
LA CUERDA SE ESTÁ APRETANDO
Como dice la canción, “aquí no hay novedad”, pasan los días y vemos muchos discursos, sobre la situación trágica que estamos viviendo, hay confusión en los políticos, tiran la cuerda para muchos lados diferentes, desesperación en la gente, no saben que hacer con sus enfermos, no hay medicinas en las farmacias que puedan aliviar el dolor, no hay plata en el bolsillo. Los ahorritos se están terminando, las alacenas se van vaciando, la mano en la calle se estira con mas frecuencia, son los meseros, los mariachis, los trabajadores de la fábrica que han tenido que pararse en una esquina a vender una galleta o bolsitas de frijoles.
Hasta las carteras más gordas están adelgazándose y no llegan las ideas, seguimos viendo confrontaciones políticas banales. Hay que incentivar a las empresas farmacéuticas o a crear unas nuevas con vocación social, que empiecen a producir lo que los enfermos necesitan. Tenemos que empezar a dar tratamientos compasivos, que puedan aliviar a los enfermos. No podemos mandarlos a casa a morir con un paracetamol. No podemos seguirle la idea a los científicos cuadrados que se cruzan de brazos y dicen que no podemos dar nada, porque no hay evidencias científicas. Alexander Fleming, no tenia evidencias científicas de que un hongo producía una sustancia que se podía convertir en penicilina y esto cambió la historia de la salud del mundo.
Ni siquiera vitamina C hay en las farmacias, tenemos que hacer grupos de investigación científica que se enfoquen en comprobar, en qué condiciones puede funcionar la Ivermectina o la Hidroxicloroquina o el oseltamivir o cualquier otra droga. Extrañamente todos estos medicamentos desaparecieron del mercado.
Ningún político, economista, sociólogo o de esos que se hacen llamar intelectuales, han hecho una propuesta seria y viable para aliviar la emergencia económica. Para qué demonios nos sirven las estadísticas de contagiados y muertos, si no tenemos un remedio. Que nos digan cuántos reaccionaron bien a una sustancia, que nos digan cuántos se aliviaron con un tratamiento. Pongámonos todos a trabajar solidarios, desde ponernos el cubre bocas de forma adecuada, cubriendo nariz y boca y después seguir todas las medidas de seguridad social. Ya, no hay mañana, tenemos que empezar en este preciso momento y recuerden aquello de, “si no lo hicieras, que el pueblo te lo demande”.
Nos encontramos en una semana.
Deportes
Atlas, de la gloria reciente al futuro incierto

-Por Diego Morales Heredia
A punto de cumplir 109 años de existencia, el Atlas es uno de los equipos con más tradición en el futbol mexicano. A lo largo de su historia, el conjunto rojinegro ha sido reconocido por su futbol vistoso y ofensivo, por la formación de talentos en su academia y por su afición, acostumbrada al sufrimiento y la esperanza, conocida con orgullo como “La Fiel”.
Durante más de ocho décadas, el club fue manejado por una Asociación Civil integrada por empresarios destacados de Jalisco. Sin embargo, los problemas financieros, la falta de resultados y decisiones divididas obligaron a que en 2013 el equipo fuera vendido a Grupo Salinas.
Bajo el mando de la televisora, si bien el conjunto del Paradero retomó estabilidad financiera, el Atlas vivió una etapa de altibajos, marcada por constantes cambios de técnico, bajo rendimiento en la cancha y una creciente desconexión con su afición.
Durante la presidencia de Gustavo Guzmán, también se rompió el vínculo histórico con los socios, pues el primer equipo, fuerzas básicas y femenil dejaron de utilizar las sedes tradicionales de Colomos, Chapalita y Country, generando un vacío en la identidad atlista.
Para sorpresa de muchos, en 2019 se anunció un nuevo cambio de administración: Grupo Orlegi, encabezado por Alejandro Irarragorri, tomó el control del club. Con ellos llegó la modernización bajo el lema “infraestructura, estructura y procesos”. Y con ello, también, la gloria: los títulos del Apertura 2021 y Clausura 2022 rompieron una sequía de más de 70 años sin campeonato de liga. Además, se consolidó la Academia AGA en Nextipac como símbolo del nuevo modelo formativo.
Hoy, a solo días de cumplir 109 años, Grupo Orlegi ha iniciado el proceso de venta del club, con el objetivo de cumplir las reglas de la Liga MX que prohíben la multipropiedad. La directiva ha optado por conservar a Santos Laguna, y poner al Atlas en el mercado por una cifra cercana a los 250 millones de dólares.
Y para “La Fiel”, vuelve la incertidumbre. La esperanza de que el legado rojinegro quede en buenas manos, que los colores, el escudo y la esencia del club no sean alterados. Serán meses largos, llenos de especulaciones, anhelos y miedo al cambio. Una vez más, los atlistas tienen su corazón en vilo.
¿Quién compra al Atlas?
Deportes
Edición 798: El drenaje profundo, un paso hacia el futuro en Guadalajara

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JALISCO
Año de la Mujer Indígena: Promesas vs silencio en la Comunidad Indígena de Mezquitán

-Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac
Entre el discurso oficial del gobierno de México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, y la cruda realidad de las comunidades indígenas, se abren fisuras que revelan contradicciones inquietantes.
En 2025, declarado «Año de la Mujer Indígena» por el Congreso de la Unión y respaldado por el Ejecutivo, se pretende enaltecer el rol histórico y cultural de estas mujeres, combatir la discriminación y fortalecer sus derechos con políticas inclusivas.
Sin embargo, esta intención noble choca con actos de violencia institucional perpetrados por dependencias del mismo gobierno, como se evidencia en el caso de la Comunidad Indígena de Mezquitán, en Zapopan Jalisco.
Desde 2001, esta comunidad lleva 24 años esperando una indemnización justa por la expropiación de 26.93 hectáreas de sus tierras, utilizadas para la ampliación de la carretera Guadalajara-Ixtlahuacán del Río-Saltillo.
Esta discrepancia plantea una pregunta crucial: ¿es el reconocimiento a las mujeres indígenas un compromiso genuino o un juego de poder simbólico?
UNA INJUSTICIA DE DOS DÉCADAS
El conflicto de Mezquitán comenzó en 2001, cuando la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), expropió las tierras prometiendo una compensación de aproximadamente 40 millones de pesos. Sin embargo, solo se pagaron 6 millones como anticipo entre 2004 y 2005, dejando un adeudo pendiente que, conforme a la Ley Agraria y sentencias del Tribunal Superior Agrario, debe ajustarse a valor comercial.
Después de siete años de litigios contra la SICT (desde 2017) el Tribunal Agrario 16, y en noviembre de 2023, el Tribunal Superior Agrario les dio la razón a la Comunidad Indígena de Mezquitán, ordenando un avalúo por el INDAABIN para calcular el pago a valor comercial. Sin embargo, la SICT siguió interponiendo amparos frívolos, el último resuelto en diciembre de 2024, para retrasar lo inevitable.
Ahora lo que procede es que se ejecute la sentencia y que la SICT proceda al pago correspondiente, pero para ello se requiere el avaluó actualizado que debe realizar INDAABIN, donde ahora está el atorón con el tortuguismo de la dependencia.
Habrá que señalar que la Consejería Jurídica Federal del gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, coincide y recomienda, que lo que sigue es el cumplimiento de la sentencia y darle seguimiento hasta su conclusión, es decir, el pago en favor de la Comunidad.
Fue el 18 de junio pasado en el que mediante acuerdo, el Tribunal Agrario ordenó al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN) que, en un plazo de 10 días, informe sobre el trámite del avalúo solicitado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), con apercibimiento de multa en caso de incumplimiento, pero a la fecha no tenemos conocimiento de que INDAABIN haya cumplido ese requerimiento.
Todos estos obstáculos del poder de la burocracia, de diversas formas, ha enfrentado la Comunidad Indígena de Mezquitán, diversas formas para retrasar el proceso de pago; ahora es el «tortuguismo» de INDAABIN, que ha ignorado plazos como el de 10 días establecido el 18 de junio de 2024, bajo amenaza de multa.
Esta demora impacta directamente a 333 familias, muchas lideradas por mujeres indígenas que enfrentan pobreza y marginación como resultado de esta injusticia prolongada.
Saúl Rodríguez Barajas, presidente del Comisariado de Bienes Comunales, expresó su frustración: “Llevamos 24 años luchando por nuestros derechos, mientras el gobierno promete justicia, pero no actúa”.
Esta situación no solo contradice el espíritu del «Año de la Mujer Indígena», sino que también desvirtúa la reforma constitucional de 2024, que reconoce a los pueblos indígenas como sujetos de derecho público y obliga a consultar y compensar por proyectos que afecten sus territorios.
CONTRADICCIÓN ENTRE DISCURSO Y REALIDAD
El gobierno de Sheinbaum ha desplegado iniciativas ambiciosas para apoyar a los pueblos indígenas. En su informe de 100 días, anunció un presupuesto de 221 mil millones de pesos para 2025 destinados al desarrollo de comunidades indígenas y afromexicanas, que incluye 17 planes de justicia ya en marcha y el inicio de 13 más.
Además, lanzó el programa Apoyo Financiero a Mujeres Indígenas y Afromexicanas Artesanas (MIAA) con 500 millones de pesos, y en diciembre de 2024 restituyó 2,178 hectáreas a comunidades rarámuris en la Sierra Tarahumara.
Estas acciones, combinadas con la designación de figuras históricas como Tecuichpo, Tz’ak-b’u Aha, Señora 6 Mono y Xiuhtlaltzin como emblemas del año, buscan visibilizar el legado de las mujeres indígenas.
No obstante, el caso de Mezquitán revela una desconexión alarmante. Mientras se celebran avances simbólicos, la SICT se resiste a pagar y INDAABIN incumple sentencias judiciales, dejando a las mujeres de esta comunidad sin la indemnización que les corresponde.
Esta contradicción no es un incidente aislado, sino un síntoma de un problema estructural: las políticas públicas, aunque bien intencionadas, a menudo no se traducen en justicia tangible. La reforma constitucional de 2024, que manda consultar y compensar, debería haber agilizado casos como este, pero la inacción gubernamental lo contradice, erosionando la confianza en las promesas de inclusión.
MÁS ALLÁ DE LOS JUEGOS DE PODER
La negativa de la SICT y el «tortuguismo» de INDAABIN en el caso de Mezquitán contradicen el espíritu del «Año de la Mujer Indígena». Esta comunidad, con sus 333 familias —muchas lideradas por mujeres que encarnan los valores que el gobierno dice proteger—, merece una resolución que trascienda la retórica.
Aunque Sheinbaum no ha abordado directamente el caso, su compromiso con la justicia social indica que, con información clara, podría impulsar una solución para que 2025 no sea un ejercicio vacío. El gobierno debe actuar con urgencia, asegurando el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Agrario.
Solo así el discurso de reconocimiento a las mujeres indígenas se convertirá en hechos concretos, dejando atrás los juegos de poder y demostrando que la justicia no es negociable. La responsabilidad recae en Sheinbaum y sus dependencias: el tiempo apremia para alinear palabras con acciones.