NACIONALES
La popularidad de AMLO entre 60% y 70%: Los dueños del capital que buscan frenar a la 4T en 2021

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
En todo sistema democrático, debe existir la oposición, o, mejor dicho, las oposiciones, porque no es posible que solo existan dos vías para forjar un gobierno. La geopolítica nos enseña claramente que además de las tradicionales derechas, izquierdas y centros, están los regímenes mixtos, es decir, de centro derecha y centro izquierda, con matices peculiares cada uno.
Dejamos al margen los formas monárquicas o republicanas, con sus modalidades de centralistas o federalistas (incluso las confederadas) y forcejeos de conservadores contra liberales, que para justificarse siempre enarbolan principios constitucionales.
La república mexicana, ya lo sabemos, (art.40 constitucional) es federal, democrática y representativa, con el agregado que se hizo en 2012 de ser laica, porque la laicidad, (debido a nuestra trayectoria histórica cuajada de intrusiones clericales) es la fórmula más eficaz que debemos observar para que imperen convivencia, justicia y pluralidad.
Las corrientes ideológicas que desde la revolución maderista, hasta el año de 2018, se han disputado el poder, han sido de tinte revolucionario (liberal nacionalista o socialista), con tendencias hacia la izquierda (con Lázaro Cárdenas); hacia el centro con Ávila Camacho y Miguel Alemán, conservando algo de nacionalismo con López Mateos hasta Echeverría y decolorándose con López Portillo, quien se autodenominó “último presidente de la revolución”. con tintes rumbo a la derecha a partir de Miguel de la Madrid, el rumbo de plano se enderezó a la derecha, si bien se enmascaró de liberalismo, que realmente fue de orden neoliberal, es decir, abandonaron su línea revolucionario-nacionalista de contenido social, para de plano implementar acciones propias de las derechas, donde el bienestar social es pospuesto, el Estado se reduce y se prioriza el interés de los particulares-empresarios. Estas posturas bien podrían inscribirse en el conservadurismo.
Ese panorama registró recio giro en los comicios presidenciales de 2018, cuando con el gran apoyo popular de más de treinta millones de votos, surgió por primera vez en nuestra historia un gobierno de izquierda. Éste ha instrumentado varias medidas que pretenden transformar a la república, en una secuencia que arrancó con la independencia (1810-21), continuó con la Reforma (1857-61) y prosiguió con la Revolución (1910-1917), por lo que ésta (2018-2024) sería la Cuarta Transformación (Cuatro T).
Ante esa realidad, muy cruda para los partidos vencidos, se sumaron los dueños del capital (al menos los que empatizan con los Claudio X. González (Laporte y Guajardo) y con Gustavo de Hoyos Walter, exlíder de COPARMEX y de ideología muy empanizada. Estos capitanes del dinero, fueron capaces de englobar a las dirigencias de los partidos políticos derrotados en la elección presidencial pasada: panistas, tricolores y perredistas, que a simple vista solo tienen de común denominador ser los vencidos por el obradorismo, porque al menos documentalmente, sus posiciones ideológicas son distintas, en algunos casos hasta contrapuestas, de allí que muchos ciudadanos consideren que esa es una alianza antinatura. Como quiera que sea así surgió el organismo partidista-empresarial conocido como “Si por México”, el 20 de octubre de 2020.
El primer gran objetivo de esta liga anti Cuatro T, fue vencer a MORENA y sus aliados en los pasados comicios de junio, “las elecciones mas grandes de la historia nacional”, según se propaló a lo ancho y largo del país. Para ello el original “consorcio” oposicionista se mutó en “Va Por México”, coalición englobadora de los tres institutos antes mencionados: PAN, PRI y PRD. Sus resultados, ya lo sabemos, no fueron los que anhelaban, pues no lograron arrebatar al gobierno de la Cuatro T, la mayoría de la Cámara de Diputados, y con ello la opción soñada de esculpir el presupuesto federal. Para simular que alcanzaron metas, mintieron, afirmando que habían quitado a los morenistas y aliados, la mayoría calificada de la Cámara Baja, lo cual jamás tuvo el gobierno y sus partidos. Y agigantaron los éxitos de varias alcaldías de la ciudad de México, callando flagrantemente sus aplastantes derrotas en las gubernaturas disputadas, pues perdieron doce de quince.
La opción siguiente, se creyó sería el proceso de revocación de mandato presidencial, previsto para marzo de 2022. Al principio, Gustavo de Hoyos, quien más que crear empleos agita la política, habló de que, con la unión lograda por los adversarios del gobierno actual, se esforzarían para abatir a los obradoristas y con ello echar de la silla presidencial a su líder, es decir al primer magistrado federal.
Pero resulta que AMLO sigue con banderas desplegadas: las encuestas nacionales lo sitúan entre 60 y 70 por ciento de popularidad; el organismo internacional Morning Consult de Estados Unidos, lo ubica según el mes, en primero o segundo lugar, como gobernante más popular de entre trece naciones importantes del mundo; y Mitofsky lo incluyó entre “el top cinco mundial”. Ante tal situación, las oposiciones echaron reversa y ahora se niegan a participar en el ejercicio plebiscitario de la revocación de mandato, aludiendo que está amañado y que más bien es un mecanismo ideado para confirmar al mandatario, además de significar un gasto que debería aprovecharse para otros menesteres.
El 11 de octubre, convocados por los dos patronos multicitados (De Hoyos y Claudio X) se volvieron a reunir como quince impenitentes opositores (eso sí, puros “machitos”, remedo chabacano del club de Tobi) y publicaron morrocotuda foto en que lucen engreídos, cacareando que su liga es electoral y legislativa, y que con tan hercúleo frente “echarán de Palacio Nacional a MORENA” en el 2024. Como este gobernante es de los que no se guardan nada, (“mi pecho no es bodega”, recalca) ripostó en la mañanera del miércoles 13: “Lo que pensaría el general Cárdenas, Adolfo López Mateos, incluso Gómez Morín, ‘Maquío’. ¿Qué es esto? Una promiscuidad política nunca vista…”, rematando en pocas palabras, “¡Una vergüenza!”.
Jesús Zambrano, orondo líder del insepulto perredismo, reaccionó a los decires de López Obrador y refirió que, “el Presidente anda molesto”, porque no le está dando resultado su intento de dividir a la oposición: “Muestra su preocupación por ver a la oposición unida. Sociedad civil, empresariado y partidos políticos de oposición vamos juntos contra sus reformas regresivas y llegaremos unidos a 2024”.
El grado de rabia de los antagonistas del inquilino de Palacio Nacional orilló a que el bloque de Legisladores de oposición, integrantes de la susodicha coalición “Va Por México”, presentaran una acción de inconstitucionalidad contra la Ley Federal de Revocación de Mandato ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Así lo declararon el 14 reciente, muy disgustados, los coordinadores de las bancadas: del PRI, Rubén Moreira, afirmando es una norma impuesta; del PAN, Jorge Romero, señalando que fue un abuso de la mayoría, y del PRD, Luis Cházaro, despotricando por el costo que implica el ejercicio revocatorio, gasto que debería dedicarse a otras cosas. Todos pues, aseguran que es una ley anticonstitucional, amañada y por ende, no coadyuvarán para que se realice cabalmente ese procedimiento democrático.
Para el 20 de octubre reciente, al celebrar el primer aniversario de “Sí por México”, las oposiciones reafirmaron: mantener sus compromisos unionistas, buscar un candidato que los represente y, con fuerzas redobladas, alcanzar el objetivo supremo de ganar la presidencia en 2024. Y otra vez se lucieron con una fotografía, cuyo fondo es el Palacio Nacional; allí cuatro recalcitrantes antiobradoristas, (De Hoyos, Beatriz Pagés, Argelia Núñez y Claudio X.) sostienen una manta que tiene inscrito: “UNIDAD para construir un/ México ganador para todos/ y echar a Morena de Palacio”. De estos personajes, los más rabiosos son Claudio X y Beatriz Pagés -periodista tornadiza enquistada en el activismo político-, quienes tachan al primer mandatario federal de “miserable”, dictador y tirano. Este por su parte, tildó de “ternuritas” a tan ácidos adversarios.
El 22 de octubre, Twitter en ristre y tempranito, Claudio X. González Guajardo dictaminó: “La llamada 4t, una gran farsa, acabará mal, muy mal. Hay que tomar nota de todos aquellos que, por acción o por omisión, alentaron las acciones y hechos de la actual administración. Y lastimaron a México. Que no se olvide quien se puso del lado del autoritarismo populista y destructor.”
Al respecto, el acreditado columnista Julio Astillero escribió: “La intención claudista de colocar ante un hipotético paredón cívico a quienes hubiesen alentado al obradorismo o se hubiesen puesto de lado de él, tiene un terrible tufo vengativo de ajusticiamiento desde las élites en caso de retomar el poder”. (La Jornada, 25-X-021). Es una tétrica “pretensión de revanchismo histórico golpeador”.
El empresario Simón Levy exclamó sobre lo que twitteó el Señor Equis: “Me parece asqueroso el contubernio hipócrita del que se hace empresario al amparo del poder y luego, termina amenazando a todo el que no piensa como él; se erige en juez cuando es acusado.” Y sobre los organismos “no gubernamentales” que ha creado este Señor Equis (Claudio X.) lo describió: “Negocio redondo: Creas una organización paladín anticorrupción (se refiere a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, MCCI, donde cobraba 300 mil pesos), persigues con ‘periodistas’ orgánicos a quien te estorba; te financias de tu club de empresarios; luego haces que el poder les pague con concesiones y contratos. Tu luego te vuelves el jefe de partidos. ¡Pum!”. Enseguida muchísimos simpatizadores de AMLO, dijeron: “¡Que me apunten en la lista”!
No cabe duda. La oposición a la Cuatro T, es rabiosa y quedó como aturdida después de la apabullada de 2018, y la pérdida de junio de este año. Y cada iniciativa gubernamental, es combatida con escarnios, insultos y palabrotas; con falacias y burlas, demostrando su carencia de evidencias y fundamentos creíbles. Ahora, esta contra renunció al intento de revocar el mandato presidencial en 2022, y todo su febril empeño es ganar la elección de 2024, con un abanderado que represente a todas las oposiciones, aunque Movimiento Ciudadano ya se desmarcó. Terciando sobre el tema, el sectario líder de FRENAA, Gilberto Lozano, les masculló a los claudistas: “¡Me estoy ahogando, no podemos aguantar más asesinatos, más desempleo… y tú, idiota, me vienes a hablar de 2024, en pleno octubre de 2021; ¡vende patrias, traidor, distractores de la revocación!”. Así de encrespados andan los oponentes de AMLO.
Sobre obsesión de alcanzar la presidencia dentro de tres años, apuntó visionariamente Jorge Zepeda Patterson: “Hoy en día López Obrador ejerce la presidencia sin enfrentar una amenaza real de parte de la oposición. La explicación para la consolidación de tal poder político reside, en parte al menos, en el hecho de que invariablemente ha sido subestimado por sus críticos y rivales”. Y sobre el soñado candidato unificador de oposiciones, expresa: “Francamente no se ven figuras de esta experiencia o calibre entre la oposición o en la vida pública en general, para efectos de una candidatura”. (milenio, 14-10-21).
Así pues, con este escritor y analista, concluimos: El estado calamitoso en el que se encuentra la oposición, rabiosa y aturdida, prácticamente le garantizan al movimiento (iniciado por Andrés Manuel López Obrador) un sexenio más en el poder.
ENTREVISTAS
Fabiola Moreno Pérez: Ofrece justicia penal con sensibilidad y experiencia

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
Con “24 años en la carrera judicial, habiendo transitado por todos los escalafones”, Fabiola Moreno Pérez es una figura destacada del Poder Judicial de la Federación. Desde su rol como magistrada en un Tribunal Colegiado Penal en Jalisco, donde ha servido durante cuatro años tras una década como juez de distrito, Moreno ha resuelto casos complejos como feminicidios y desaparición forzada, siempre con un enfoque humano.
“Contribuir a la creación de criterios y tesis jurisprudenciales que amplían el acceso a la justicia para las víctimas” es para la maestra Fabiola Moreno, uno de sus mayores legados, reflejando su compromiso con una justicia abierta y efectiva, quien aspira a ser electa magistrada en materia penal en las elecciones para la renovación del Poder Judicial Federal el próximo 1 de junio.
Moreno, inspirada desde niña por “las injusticias” que observó en su pueblo en Chihuahua, ve en este proceso una oportunidad para acercar el Poder Judicial a la gente. Sin embargo, advierte que “el mayor desafío es informar a la ciudadanía sobre su rol”, enfrentando el desconocimiento y críticas que “carecen de análisis profundo”.
Moreno aboga por una justicia que vaya más allá de la legalidad, “colocando a la persona en el centro”. Desde la protección de niñas vulnerables hasta la incorporación de la perspectiva de género, su labor demuestra que la equidad y la imparcialidad son pilares irrenunciables.
LAS INJUSTICIAS LA MOTIVARON A ESTUDIAR DERECHO
P: ¿Qué la motivó a dedicarse a la carrera judicial?
Crecí en un pueblo de Chihuahua, donde las injusticias me motivaron a estudiar derecho, inspirada por mi hermano, magistrado estatal. La materia de amparo, que protege derechos humanos, me apasionó, y un maestro con visión humana reforzó mi vocación de servir a la justicia.
P: ¿Cuáles son las principales responsabilidades de un Tribunal Colegiado de Distrito y por qué es crucial su labor?
Los Tribunales Colegiados de Distrito revisan apelaciones y amparos como última instancia, resolviendo casos penales para determinar penas o revisar sentencias. Analizamos errores procesales, garantizando constitucionalidad y derechos humanos, actuando como contrapeso al poder público.
P: ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta el Poder Judicial en el contexto actual de reformas judiciales y presión social?
El mayor desafío del Poder Judicial es informar a la ciudadanía sobre su rol, especialmente con la reforma que introduce la elección de jueces. El desconocimiento, las restricciones de comunicación y las críticas poco fundamentadas complican la tarea. Urge garantizar votos informados por perfiles éticos.
P: ¿Comparte las críticas al Poder Judicial y qué tan necesaria considera esta reforma?
No comparto todas las críticas al Poder Judicial, ya que carecen de análisis profundo. La reforma actual es limitada, pues ignora problemas estructurales como las deficiencias en ministerios públicos, defensorías y comisiones de víctimas, esenciales para una justicia efectiva.
P: Cuando enfrenta casos con alta carga política o social, ¿qué principios guían sus decisiones para garantizar la imparcialidad?
La imparcialidad es el principio rector en todos los casos, independientemente de su magnitud. Los magistrados contamos con causas de impedimento que nos permiten excusarnos si percibimos que la presión social o cualquier factor podría comprometer nuestra neutralidad.
P: ¿Cómo incorpora la perspectiva de género en sus resoluciones y qué avances o retos observa en este enfoque?
La perspectiva de género es esencial en la justicia, aplicándose a víctimas, imputados y casos con desequilibrios de poder. Requiere pruebas de oficio, análisis sin prejuicios y lenguaje no estigmatizante. Pese a avances en capacitación, persisten resistencias culturales y falta de sensibilización.
P: ¿Qué medidas son esenciales para fortalecer la autonomía de los jueces y magistrados?
La autonomía judicial requiere selecciones transparentes y meritocráticas, sin influencias políticas. Pese al componente político de la elección popular, los candidatos deben ser éticos y experimentados para actuar independientemente, sin presiones, y mantener la confianza en el sistema.
P: ¿Cómo ha transformado la tecnología, como los juicios en línea o el expediente electrónico, el trabajo de los tribunales colegiados?
La digitalización, como el expediente electrónico, agiliza procesos judiciales, ahorra recursos y facilita la justicia con mayor acceso a internet. Aunque los servidores limitados son un riesgo, las oportunidades son mayores. La inteligencia artificial puede apoyar tareas administrativas, pero nunca reemplazar el análisis humano.
P: ¿Qué habilidades considera fundamentales para los magistrados en el siglo XXI y cómo se mantiene actualizada?
Los magistrados necesitan conocimientos jurídicos, sensibilidad humana y adaptabilidad. La capacitación continua es clave, con cursos del Poder Judicial, pero las altas cargas de trabajo limitan su uso. Me mantengo actualizada en avances legales y tecnológicos para enfrentar retos.
P: ¿Podría compartir una experiencia que haya marcado su carrera como magistrada?
Un caso impactante involucró a dos niñas sustraídas y violentadas por su abuela, quien las privaba de educación por motivos económicos. Mediante un amparo, ordenamos su protección inmediata, reafirmando la necesidad de actuar rápido y con sensibilidad por los vulnerables.
P: ¿Cuál es la diferencia entre justicia y legalidad?
La legalidad implica aplicar la ley y la jurisprudencia, mientras que la justicia va más allá, colocando a la persona en el centro. Justicia significa considerar el contexto, las particularidades de cada caso y las condiciones de vida que llevaron a una persona a determinada situación. La ley no puede prever todos los escenarios, por lo que un magistrado debe resolver con equidad, buscando lo más justo para cada individuo en su realidad específica.
P: ¿Por qué deberían los ciudadanos votar por usted en la elección del 1 de junio?
Mi trayectoria de 24 años en el Poder Judicial, mi experiencia resolviendo casos complejos y mi compromiso con una justicia humana y accesible me respaldan. Tengo la sensibilidad y la vocación para impartir justicia con puertas abiertas, priorizando a las víctimas y colocando a las personas en el centro del sistema. Mi objetivo es garantizar resoluciones éticas y equitativas que fortalezcan la confianza en el Poder Judicial.
¿QUIÉN ES FABIOLA MORENO?
“Llevo 24 años en la carrera judicial, habiendo transitado por todos los escalafones, desde secretaria de estudio y cuenta hasta magistrada. Durante 12 años he sido juzgadora en Jalisco, primero como juez de distrito en materias penal, civil, administrativa y laboral, y desde hace cuatro años como magistrada en un tribunal colegiado penal.
He resuelto casos de gran relevancia, como delitos de delincuencia organizada, feminicidios, desaparición forzada, abuso infantil y violencia familiar, que son asuntos complejos y emocionalmente demandantes. Sin embargo, uno de los aportes más significativos ha sido contribuir a la creación de criterios y tesis jurisprudenciales que amplían el acceso a la justicia para las víctimas, promoviendo mayor apertura y asesoría jurídica efectiva.
ENTREVISTAS
Nadia Licón, candidata a magistrada en materia administrativa: «Todos podemos transformar la justicia con nuestro voto»

Por Francisco Junco //
El 1 de junio de 2025 marcará un antes y un después en la justicia mexicana. Por primera vez, los ciudadanos decidirán quiénes impartirán justicia en los tribunales federales, un hito que Nadia Licón, candidata a magistrada del Tribunal Colegiado en Materia Administrativa en Jalisco, ve como una oportunidad histórica.
“Todos podemos contribuir a la transformación del Poder Judicial con nuestro voto”, afirmó a Conciencia Pública con una mezcla de convicción y calidez. Con 27 años de servicio en el Poder Judicial Federal, Licón no solo busca un cargo, sino acercar la justicia a la gente, haciéndola transparente, ética y humana.
UNA VIDA DEDICADA A LA JUSTICIA
Nadia Cecilia Lupita Licón González, conocida como Nadia Licón, comenzó su carrera judicial a los 19 años como meritoria en el Tercer Tribunal Unitario. “Sin salario, solo con la sed de aprender, me enamoré de la función jurisdiccional”, recuerda.
Nacida el 12 de julio, Día Nacional del Abogado, bromea: “Soy abogada de nacimiento, pero lo elegí por vocación”. Criada en una familia de maestros, su hogar estaba lleno de libros jurídicos que encendieron su pasión por la justicia. Tras un breve paso por el litigio durante la universidad, ingresó al Poder Judicial Federal en 1997 y nunca se fue.
Hoy, como secretaria del Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, aspira a ser magistrada en el mismo órgano. “Los magistrados revisamos sentencias de jueces de distrito en juicios de amparo, en áreas como salud, educación o medio ambiente”, explica.
La materia administrativa, señala, exige aprendizaje constante por su impacto directo en la vida cotidiana. “Las leyes cambian de un día a otro. Debemos estar preparados para que la justicia realmente sirva a las personas”.
UNA ELECCIÓN HISTÓRICA Y DESAFIANTE
La elección de jueces por voto popular, establecida por la reforma constitucional de 2024, ha generado controversia. Licón reconoce su politización: “Pasar de concursos internos a voto público lo cambia todo, pero me ha abierto puertas”. Como servidora pública, enfrenta restricciones: no puede hacer campaña de 9 a 15 horas, no recibe fondos públicos ni privados, y depende de recursos propios y redes sociales. “En Facebook e Instagram comparto mis recorridos calle por calle. La gente me sigue, comparte mis historias, y eso me emociona”, dice.
La campaña no ha sido sencilla. “Al principio, no sabía cómo presentarme. Muchos desconocían que habría una elección judicial”, admite. Sin embargo, tras semanas de esfuerzo, nota un cambio: “Ahora la gente sabe, incluso me dice por quién votará”.
Las limitaciones de tiempo y presupuesto no la detienen; al contrario, la han acercado a la ciudadanía, revelándole cuánto desconocen sobre el Poder Judicial. “Estar detrás de un escritorio nos ha aislado. Esta campaña me abrió los ojos: la justicia debe ser accesible”, reflexiona.
UNA JUSTICIA CERCANA Y TRANSPARENTE
Licón propone usar las redes sociales para difundir resoluciones en lenguaje claro, sin tecnicismos. “Que la gente entienda cómo resolvemos, que el Poder Judicial no sea algo lejano”, insiste.
Su compromiso es claro: independencia, ética y cero tolerancia a la corrupción y el nepotismo. “Actuaré con la transparencia y autonomía que he practicado en 27 años. Aunque soy secretaria, no estoy exenta de presiones, pero mi brújula es la Constitución y los derechos humanos”, asegura.
Cita la reforma constitucional de 2011, que prioriza el mayor beneficio para las personas, especialmente grupos vulnerables. “Si un tratado internacional protege más que la Constitución, lo aplicamos. Los derechos humanos son la guía”, explica. Su visión se basa en criterios de la Suprema Corte que exigen sensibilidad y perspectiva de género en las sentencias.
UN CASO QUE MARCÓ SU CARRERA
Uno de los momentos definitorios de su trayectoria ocurrió en un tribunal colegiado auxiliar, donde analizó un amparo penal. Un hombre, condenado por abuso deshonesto contra su hijastra de cinco años, buscaba reducir su pena. El caso era desgarrador: la niña, ignorada por su madre y las autoridades, seguía viviendo con el agresor durante el proceso. “Nadie la escuchó. Su dolor era invisible”, recuerda Licón.
Como secretaria proyectista, Licón propuso priorizar el interés superior de la menor. El tribunal negó el amparo y ordenó una reparación integral: atención psicológica, medidas de protección y seguimiento institucional.
La sentencia, emitida en 2013, incorporó tratados internacionales y perspectiva de género, ganando un premio nacional de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia. “Era crucial que esa niña sintiera que el Estado la protegía. Eso es justicia”, afirma Licón. Este caso refleja su enfoque: mirar más allá del expediente, reparar el daño y dar voz a los vulnerables.
UN VOTO POR LA TRANSFORMACIÓN
El 1 de junio, los ciudadanos recibirán seis boletas electorales, una por cada cargo judicial en disputa. La boleta rosa, para tribunales colegiados en materia administrativa, incluirá 28 candidatos, con Licón entre las mujeres aspirantes. “El votante puede escribir mi número, subrayar mi nombre o escribirlo completo. Lo importante es la intención”, explica, destacando la flexibilidad del proceso para facilitar la participación.
Licón insiste en no desanimarse por la complejidad. “Hay tutoriales y simuladores. Lo esencial es votar. No dejen pasar esta oportunidad histórica”, urge. Su campaña, financiada con recursos propios, ha sido una lección de cercanía. “Me ha mostrado lo que la gente quiere: un Poder Judicial transparente, eficiente y humano”, dice.
Apartidista, su compromiso es con la ciudadanía, no con partidos. “Mi lealtad es con quienes me han abierto sus puertas y votarán”, asegura.
ENTREVISTAS
Joaquín Sandoval, candidato a juez de distrito en materia civil: «Quiero acercar la justicia a la ciudadanía»

Por Diego Morales Heredia //
En la histórica elección judicial del 1 de junio de 2025, Joaquín Sandoval, candidato a Juez de Distrito en Materia Civil por el Distrito 4 Judicial en Jalisco, busca transformar el Poder Judicial con una justicia más pronta, accesible y humana.
Abogado egresado de la Universidad Panamericana, con dos maestrías y una sólida trayectoria en el servicio público, Sandoval apuesta por perfiles independientes y éticos que prioricen a la ciudadanía sobre intereses externos. En entrevista con Conciencia Pública, comparte su visión para un Poder Judicial que escuche, resuelva y recupere la confianza de los jaliscienses, en un momento clave para la democracia mexicana.
Experiencia y compromiso al servicio de la justicia
Con experiencia en materia civil y mercantil, Sandoval ha sido testigo de primera mano de las fallas del sistema judicial. “Como litigante, vi malos manejos en los juzgados. La reforma de 2024, que abrió la elección de jueces al voto popular, me motivó a participar para llevar mi conocimiento a un cargo donde pueda dar resultados reales”, afirma.
Su trayectoria en distintos niveles de gobierno y su formación académica lo han preparado para enfrentar los retos de un Poder Judicial percibido como distante. “Ser servidor público implica atender, orientar y resolver las necesidades de la gente, no solo cumplir trámites”, subraya.
Sandoval ha centrado su campaña en recorridos callejeros, llevando su mensaje directamente a los ciudadanos. “Salgo a informar cómo votar y por qué estas elecciones son cruciales. Los cargos duran nueve años, con posibilidad de reelección; la participación ciudadana definirá el futuro de la justicia”, explica.
Su propuesta principal es una justicia abierta, con espacios de diálogo que permitan a los ciudadanos, especialmente aquellos sin conocimientos legales, sentirse escuchados. “El ciudadano común enfrenta barreras para hablar con un juez. Los juzgadores no siempre ofrecen un trato digno. Quiero generar orientación y confianza, manteniendo la imparcialidad”, detalla.
El candidato también aboga por capacitar a los funcionarios judiciales en ética, inclusión y atención a grupos vulnerables. “La inclusión no debería ser un debate; todos merecen dignidad por ser personas. Como juez, impulsaré un trato humano y accesible”, asegura.
Sandoval ve en la elección judicial una oportunidad para cambiar la cultura de los juzgados, donde los expedientes suelen importar más que las historias humanas detrás de ellos.
Independencia judicial: Un compromiso innegociable
La independencia judicial es el pilar de la candidatura de Sandoval. “Nunca me he prestado a corruptelas. Mi historial es limpio, no tengo padrinos ni compromisos con partidos o grupos. Mi único compromiso es con la ciudadanía”, enfatiza.
Para garantizar transparencia, propone un comité de disciplina que supervise su actuación, con sanciones o destitución en caso de irregularidades. “Democratizar el Poder Judicial no es politizarlo, sino legitimarlo. La ciudadanía podrá exigir cuentas y sancionar faltas”, añade, respondiendo a críticas que temen una influencia partidista en la elección.
Sandoval reconoce el desconcierto ciudadano ante este proceso inédito. “La gente siente desconfianza y apatía porque nunca había votado por jueces. Mi tarea es informar y motivar”, dice.
Su campaña, sin grandes recursos, se basa en la convicción de servir. “Siempre he buscado ayudar sin esperar nada a cambio. Esta experiencia me enseña que, con ganas de trabajar, podemos cambiar percepciones”, reflexiona.
Defiende principios constitucionales como la dignidad, la igualdad y el enfoque pro-persona. “Elegiré siempre la norma que proteja a quien más sufre. La justicia debe velar por las personas, no por documentos”, insiste.
La elección judicial, asegura, es más importante que cualquier proceso previo. “Estos cargos definirán la justicia por casi una década. La participación es clave para renovar un sistema que ha perdido credibilidad”, explica.
Sandoval llama a los jaliscienses a informarse y votar, combatiendo la percepción de que el Poder Judicial es inaccesible o manipulable. “Popularizar la justicia no significa politizarla; es darle legitimidad y acercarla a la gente”, subraya.
Una justicia para los vulnerables y un llamado al voto
Sandoval se compromete a acercar la justicia a grupos vulnerables, eliminando las barreras que enfrentan al interactuar con los juzgados. “El acceso a la justicia es un derecho constitucional, pero hoy está lejos del ciudadano. Cada persona trae una historia, y el Poder Judicial debe entenderlo”, afirma.
Critica la falta de empatía en los tribunales y propone espacios de orientación para que los ciudadanos se sientan defendidos. “Quiero que quien acuda a un juzgado sea atendido con respeto, no intimidado por tecnicismos legales”, añade.
El candidato también aborda las críticas que ven en la elección judicial un riesgo de politización. “Confiemos en la autonomía de los candidatos. Lo que garantizo es un ejercicio digno e independiente. Democratizar es empoderar a la ciudadanía para exigir justicia”, dice.
Su propuesta incluye capacitación constante en ética y perspectiva de género, asegurando que los funcionarios traten a todos con equidad. “No deberíamos discutir si capacitar en inclusión; es una obligación básica”, sentencia.
Para Sandoval, la elección del 1 de junio es una oportunidad histórica. “He trabajado incansablemente, recorriendo las calles para llevar mi mensaje. Estoy en el Distrito 4 Judicial, boleta amarilla, cuadro lila, número 18”, detalla. Su campaña, marcada por la cercanía, le ha dejado un aprendizaje: “La incertidumbre ciudadana es una oportunidad para conectar. Invito a todos a votar y ser parte de esta renovación”. Con un compromiso de justicia humana, Sandoval busca convencer a los jaliscienses de que un Poder Judicial accesible es posible, siempre que la ciudadanía se involucre en este momento decisivo.
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