OPINIÓN
¿Y dicen ser diferentes?
Tercera Instancia, por Modesto Barros González //
Con qué facilidad y de nueva cuenta “sacándole al bulto” y evadiendo responsabilidades, varias dependencias de diferentes niveles de gobierno, no se han hecho responsables del tráfico ilegal de indocumentados y mucho menos lo hacen cuando hay víctimas inocentes que pierden la vida.
La tragedia ocurrida en las proximidades de la capital de Chiapas, en plena carretera y con plena luz del día, el pasado viernes 10 de Diciembre, donde perdieron la vida 55 personas y por lo menos otras 105 sufren lesiones, pero todas y algunas más que no se sabe de su paradero eran trasladadas en la caja de un tráiler con destino a algunos puntos del país.
Todas y todos eran indocumentados y como por tantos años ha sucedido, grupos de los llamados “polleros” siguen enriqueciéndose con el ilegal tráfico de personas que no cuentan con la documentación y autorización legal para lograr llegar a la frontera norte y tramitar su legal internación a Estados Unidos.
Como ya se ha repetido en varias ocasiones, los altos funcionarios del gobierno de la República y de entidades locales, de inmediato se “quieren lavar las manos” y desviar la responsabilidad a los desalmados traficantes y a funcionarios de menor rango, total que “la cuerda se rompe por lo más delgado”, dicen en éstos casos.
Uno de los que al parecer “cubrió” al personal a su mando y responsabilidad, fue el comandante de la Guardia Nacional, el General en retiro Luis Rodríguez Bucio, quien en abril de 2019 fue designado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y por el entonces Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño.
El importante agrupamiento que supuestamente dirige Luis Rodríguez Bucio, tiene la responsabilidad, entre muchas otras más, de custodiar la red carretera nacional, como tantos años hizo la desaparecida Policía Federal de Caminos, cuando estuvo a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, corporación reconocida por el desempeño de sus elementos, aunque también algunos de los malos uniformados eran señalados por acciones de extorsiones y exigencias de dádivas contra conductores de empresas y de particulares.
Esa tipo de malas tácticas, por desgracia no han desaparecido, con todo y que el propio Primer Mandatario de país, lo pregona constantemente que ahora son diferentes y casi incorruptos, pero por desgracia no es verdad.
En el caso del tráiler de la muerte accidentado en Chiapas, según las autoridades locales informaron que llevaba más de 150 personas de diferentes nacionalidades y seguramente con la poca capacidad para conducir el chofer de la empresa Transportes Zeta, la carga suelta se le movió en la curva y el exceso de velocidad provocó la volcadura.
Por cierto la empresa transportadora ahora se deslinda de ser la propietaria del tráiler, o sea también busca lavarse las manos.
Al paso que van las “investigaciones”, si es que las están realizando, las 95 personas de Guatemala, las tres de República Dominicana, la de Ecuador, la de Honduras y otras cuatro no identificadas, supuestamente entraron “volando” al territorio de México, y casi por arte de magia lograron esconderse y subirse al enorme vehículo que debe costar varios cientos de miles de pesos y que nadie se dio cuenta.
Con esas supuestas cualidades de los indocumentados, también lograron “evadir” puestos de revisión y vigilancia que deben operar en la tan transitada zona fronteriza del sur de México, más concurrida en los últimos años que han llegado y se presentan miles de personas de diferentes nacionalidades que tienen el gran sueño americano para llegar a Estados Unidos de Norteamérica.
Lo ocurrido no se puede dejar a la ligera y dar carpetazo por parte del Gobierno de la Cuarta Transformación, ya que es el enorme botón de muestra que deja al descubierto que debe de haber fuerte corrupción entre diferentes responsables de dependencias locales y nacionales, si es que en verdad hay voluntad de terminar o por lo menos combatir el ilegal tráfico de indocumentados que ha dejado y deja multimillonarias cantidades de dinero a quienes se dedican a ello y también a los que propician la llamada “mordida”.
EN 100 DÍAS DEBE ARRANCAR EL AIFA
Supuestamente en 100 días más deberá ser inaugurado y ponerse en marcha el que se dice será moderno Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en la Ciudad de México, uno de las obras faraónicas y orgullo del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para entonces el entusiasta promotor de esa obra (AML), deberá de estar con sus simpatizantes y empleados muy contento y orgulloso, aunque todavía le falta sortear varios problemas.
Entre los conflictos que se han destacado están las aceptaciones e interés por parte de importantes líneas aéreas extranjeras, sobre todo aquellas que tienen conectividad con destacadas ciudades y destinos del vecino país del norte, por señalar un “prietito en el arroz”.
A la fecha solamente tres líneas aéreas han firmado y anunciado que trabajarán en la nueva terminal y son: la Venezolana Conviasa y las mexicanas Volaris y Viva Aerobus, como se puede notar ni la más importante compañía de nuestro país, Aeroméxico, se ha inscrito para ocupar esa terminal aérea, se verán fuertes enfrentamientos y decisiones legales para “meter al redil” a los directivos y que por ningún motivo pueden “desairar” al Gobierno de la República, que tanto se ha “desgastado” y “gastado” en el nuevo aeródromo, pero ya veremos qué pasa.
