OPINIÓN
La partida de Zul: El irreverente de la política

Mujeres y Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¡Qué difícil es escribir este texto!
Se fue de repente. Toda la semana desconectado de sus redes y el domingo siguiente, antes de las 12 de la noche empezó a circular una de las noticias más tristes que he recibido en mi vida: la desaparición física de mi amigo Zul.
Hubiera querido que fuera un sueño, pesadilla, pero era verdad.
Soy demasiado terrenal y muy sensible ante una partida de alguien que en poco tiempo se ganó, primero la confianza por su calidad humana y su honestidad, con todo y que digan que era “un hijo de la chingada”, que lo era, pero en el otro sentido de la expresión.
No pocos políticos le temían por su agudeza y su ingenio, le bastaba una frase o un meme para que se hiciera viral. Se convirtió en un monstruo de las redes.
Para algunos simuladores, en efecto, fue una pesadilla porque los desenmascaró.
Acabó con mitos pregoneros de ser dueños de la verdad absoluta en el periodismo y la comunicación.
El del valor, de no tener prejuicios y decir como eran las cosas. De encarar y burlarse del poder. Debatir cara a cara. De esa facilidad de mezclar el sarcasmo, la ironía con el humor.
Ese domingo no llegó la columna irredente y paradójica de Zul “Con todo respeto”.
Tan sólo diez días atrás me invitó a comer el zarandeado al estilo Mexcaltitán en el Farayón de Tepic, ubicado a una cuadra de lo que fue su última morada, allí por Niño Obrero. Quise pagar la cuenta y no me lo permitió.
Fue el mejor zarandeado en años y con la grata compañía de mi amigo y mi cómplice en proyectos de comunicación.
Platicamos del programa radiofónico que caminaba “Lo que duremos” que lideraba con el equipo integrado por muy buenos periodistas, Analí Nuño, Andrés de la Peña y Valeria Lunarti.
Le digo a Analí: “Pinchi cabrón, se ganó nuestros corazones y así nos dejó”.
Y es que desde el nombre mismo nos la jugó…»Lo que duremos».
Estábamos midiendo si el programa resistiría la embestida del poder, cuando los espacios para el periodismo libre se han ido acotando.
«Lo que duremos» apenas se estaba por cumplir el mes.
Y Zul estaba fascinado.
Venían proyectos de televisión.
Ya habíamos vivido la experiencia de «Los sótanos del poder».
Más de un año con su estilo de periodismo irredento, fresco e ingenioso.
Los sótanos del poder nacen con la convocatoria a siete personalidades de las redes y algún empresario. El primero que se bajó fue el empresario que se asustó con Zul. La primera sede fue la oficina del mismo. Pero al segundo programa reclamó que éramos muy críticos del gobierno.
O sea, le entró la temblorina y dijo: “Hoy no habrá programa”.
Zul respondió: “¡Claro que habrá programa…yo me encargo¡”.
Ese día teníamos programado entrevistar al consejero del Comité Social del Sistema Estatal Anticorrupción, David Gómez Álvarez que en esos días era perseguido por el que se siente el dueño de Jalisco.
Y en efecto, el programa se hizo. Le prestaron a Zul una bodega, alguien aportó una cámara y para adelante.
Y su genialidad: “¡Disculpen los problemas técnicos, luz y sonido, pero nos cerraron la chapa de la oficina desde los sótanos del poder”. Y tuvimos que acondicionar esta bodega como estudio y sede.
El programa se hizo y se hicieron muchos más que allí quedan como testimonio de la clase de Zul.
Zul se enamoró del programa y esa pasión lo convirtió en trascendente.
Como parte del cuadro de panelistas-analistas invitamos a las activistas Susana Ochoa y Candelaria Ochoa, de Futuro y Morena, que hasta el último momento se mantuvieron.
La característica del programa fue el periodismo social, además de político, que formaban parte del mundo de Zul, con su peculiar visión crítica y saracástica.
Durante estos días he presenciado las muestras de cariño que se han expresado en las redes. ¡Cómo lo queríamos! En mis cerca de cuatro décadas de ejercicio periodístico, no había presenciado algo similar.
Tantas anécdotas, tantas expresiones de sentimiento y dolor verdadero…y también reclamos de por qué se fue tan pronto, cuando lo mejor estaba por venir.
Es la fragilidad de la vida. Hoy aquí estamos y mañana no sabemos.
El dolor nace ante lo sorpresivo de las partidas.
LA CALIDAD Y CONFIABILIDAD DE ZUL
En estos cerca de dos años que tuve el privilegio de hacer equipo con Zul, de empujar proyectos comunes, más allá de su talento, su chispa, frescura, ocurrencias y todo lo demás, quiero resaltar su calidad como persona y profesional: su honestidad que desde el primer momento generó confianza, algo tan difícil de lograr en estos tiempos.
Y resalto que en momento alguno tuve diferencias, ni en lo más mínimo. Platicábamos y rápido nos poníamos de acuerdo. En uno o dos minutos y para adelante.
Y lo resalto porque en este caminar por el mundo del periodismo me ha tocado convivir y trabajar con muchos periodistas, algunos de ellos me han dejado un muy mal sabor de boca por su pobre calidad humana. Sin embargo, resaltó a dos periodistas que han estado en otro nivel: Chema Pulido y Zul de la Cueva.
Se nos ha ido Zul. Nos deja con el corazón sangrando y el alma herida.
“…Todos andamos así en el mundo de prestado; suponiendo el tiempo y creo que esa suposición de eternidad hace nuestra mortalidad más llevadera”, escribió Zul en 2019.
Queda presente amigo Zul esas expresiones, esa sonrisa y esa carcajada abierta: “A la suprema orden!”, “¡Dígame don Gabriel, qué hacemos!
Querido Zul: Te vas físicamente pero te quedas por siempre en nuestros corazones.
Dejaste una huella imborrable.
JALISCO
Lemus ante el desafío histórico del SIAPA

-Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac
La política, en su versión más superficial, se ha convertido en un escenario de promesas vacías durante las campañas, donde los candidatos abordan los grandes problemas de la ciudad con discursos grandilocuentes que, una vez en el poder, se diluyen en selfies y mensajes huecos en redes sociales.
Este “empobrecimiento de la política” se refleja en la gestión del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), organismo responsable de abastecer de agua a cerca de seis millones de habitantes en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).
Sin embargo, lo que alguna vez fue un modelo eficiente de gestión intermunicipal ha sido desvirtuado por prácticas políticas irresponsables que lo han llevado al borde del colapso, dejando a la ciudad en una crisis hídrica que exige soluciones urgentes.
El declive del SIAPA comenzó hace años, cuando políticos voraces lo convirtieron en un botín político. Durante el gobierno de Emilio González Márquez, el organismo se transformó en una “agencia de colocaciones” para aliados del PAN. Junto con el entonces dirigente estatal del partido, González Márquez repartió gerencias y direcciones entre alcaldes y líderes políticos, priorizando lealtades sobre la competencia técnica.
Este modelo de “cuotas y cuates” se consolidó con los gobiernos posteriores, que continuaron usando al SIAPA como un espacio para colocar a allegados, sin importar su preparación. Un caso emblemático es el de la famosa publirrelacionista, quien, tras manejar relaciones públicas en el Instituto Jalisciense de Reinserción Social (INJANRESO) y firmar convenios para la venta de productos de reclusos, fue nombrada en una plaza directiva del SIAPA por decisión arbitraria de un aliado político.
Este tipo de prácticas refleja la frivolidad que ha caracterizado la gestión del organismo en las últimas décadas.
Como resultado, el SIAPA enfrenta una crisis multidimensional: administrativa, financiera y técnica. Está prácticamente en bancarrota, con un déficit estructural que lo ha dejado al borde de la quiebra.
Mientras tanto, la infraestructura hidráulica de la ZMG, con tuberías y colectores obsoletos, es incapaz de satisfacer las necesidades de una población en crecimiento. Esta situación se agrava en temporadas de lluvias, cuando las inundaciones exponen el colapso de los sistemas de drenaje, poniendo en riesgo vidas y propiedades.
La irresponsabilidad de los políticos que han manejado al SIAPA con fines clientelares ha llevado al organismo a un punto crítico, donde la inacción ya no es una opción. Este escenario ha estallado en el mandato del gobernador Pablo Lemus, quien enfrenta una bomba de tiempo heredada por décadas de negligencia.
Inicialmente, la reestructuración del SIAPA no parecía estar en su agenda prioritaria. La reciente aprobación de un aumento tarifario, impulsada con el peso político del gobierno estatal y los votos de los alcaldes metropolitanos, se llevó a cabo sin un diagnóstico claro ni un plan concreto de reingeniería. Sin embargo, el caso de la publirrelacionista, que destapó las “miserias” del organismo, junto con las crecientes quejas de la ciudadanía y actores políticos por el deficiente servicio de agua, ha obligado a Lemus a actuar.
“Estamos trabajando en una reingeniería absoluta del SIAPA, que abarca desde recursos humanos, áreas administrativas, atención al cliente, hasta la mejora en el suministro de agua potable”, afirmó el gobernador el 27 de julio de 2025.
Subrayó que, tras el incremento de tarifas, el SIAPA está obligado a mejorar: “Lo dije desde el día que se aprobaron las tarifas: el SIAPA debe dar un mejor servicio”.
Lemus ha anunciado una inversión inicial de 9,000 millones de pesos para modernizar la red hidráulica de la ZMG, un esfuerzo crucial para reemplazar tuberías y colectores obsoletos. Este proyecto requiere la colaboración de los alcaldes metropolitanos, quienes forman parte del consejo de administración del SIAPA.
El gobernador ha prometido convocar a sectores clave —técnicos, académicos, empresarios, organizaciones civiles y medios de comunicación— para presentar un plan integral que aborde no solo la gestión del organismo, sino también la infraestructura subterránea de la ciudad.
Entre las soluciones propuestas está el drenaje profundo, una medida necesaria para mitigar el caos que las lluvias provocan en una metrópoli colapsada, donde las inundaciones representan un peligro constante.
La decisión de Lemus es una de las más trascendentes en Jalisco en las últimas cuatro décadas. Rescatar al SIAPA implica no solo sanear un organismo en crisis, sino también realizar una “cirugía mayor” a las entrañas de la ciudad.
Este desafío pone a prueba la capacidad del gobernador para superar las inercias de la frivolidad política que han marcado a la entidad. Si logra ejecutar un plan transparente y efectivo, demostrará el valor de una “buena política” que priorice el bienestar colectivo sobre los intereses de grupo.
Sin embargo, el éxito dependerá de la coordinación con los municipios, la participación de la sociedad y la rendición de cuentas. La ciudadanía, cansada de promesas vacías y selfies, exige resultados concretos: un SIAPA eficiente y una ciudad que funcione, incluso en los días de temporal.
Este momento histórico puede ser un punto de inflexión para Jalisco, donde la gestión responsable del agua marque la diferencia entre el empobrecimiento de la política y un gobierno que cumpla con su mandato.
NACIONALES
El crimen de vivir con dignidad

-Opinión, por Miguel Anaya
La historia de Irma Hernández es una tragedia mexicana con todas las letras: una maestra jubilada, convertida en taxista para sobrevivir, asesinada por no pagar “cuota de plaza” a un grupo criminal. No es una historia de ficción ni un capítulo más del realismo trágico nacional: es la vida —y la muerte— de miles que hoy, en este país, caminan la delgada línea entre sobrevivir y caer en la estadística.
Irma educó a generaciones enteras. Fue pilar de una comunidad, sembradora de futuro. Pero cuando llegó su retiro, el sistema la premió con una pensión que no alcanzaba para comer, menos aún para sobrellevar una enfermedad o vivir con dignidad. Y es así como la maestra, que durante décadas trabajó para el Estado, terminó su vida buscando ingresos en un volante ajeno, en una ciudad tomada por intereses que no son los de la ley, ni del pueblo, ni de la justicia.
Detrás de esta historia hay una cadena de fracasos: primero, la precarización del trabajo y la miseria disfrazada de pensión. Jubilados que deben seguir trabajando no por gusto, sino por necesidad, son un símbolo de un país que castiga a quienes entregaron su vida al servicio público, a ser productivos. El jubilado no pide riqueza sino dignidad.
Segundo, la inseguridad que se ha vuelto paisaje. No la inseguridad abstracta de cifras y reportes vacíos, sino la concreta: la que se siente en cada esquina, la que decide quién vive y quién muere, la que cobra derecho de piso como si se tratara de una tarifa institucional.
Tercero, el monstruo de la extorsión, esa epidemia silenciosa que arruina comercios, desaparece oficios, y también se cobra vidas. Hoy es más común de pago la cuota de plaza que la del impuesto predial. Se paga por miedo, se paga por costumbre, se paga porque ya no hay autoridad que proteja a nadie que no tenga escoltas, y a veces ni con ellos ajusta.
Y finalmente, el más devastador de todos: la normalización. Hemos dejado de conmovernos. A veces, ni siquiera nos indignamos. Solo registramos el hecho, lo compartimos un par de veces, y seguimos. Como si no se tratara de una tragedia nacional, sino de una rutina ineludible.
Pero en el fondo, lo más alarmante es esto: el crimen organizado ha ocupado las funciones del Estado. Cobran impuestos —llámese derecho de piso—, brindan “seguridad” —a cambio de sumisión—, y regulan el trabajo —con amenazas y violencia. Son, de facto, autoridades paralelas. No solo porque actúan con impunidad, sino porque llenan el vacío que los gobiernos, en todos los niveles, han dejado crecer por cobardía, complicidad o simple ineptitud.
El Estado ya no manda en vastas regiones del país. No gobierna, no protege, no impone justicia. Delegó su deber en el crimen, y este lo ha asumido con eficacia perversa. Las calles ya no responden a las leyes escritas en papel, sino a las que dictan los cárteles con plomo, miedo y silencio.
Irma no fue víctima del azar. Fue víctima de un sistema fallido, de un país que castiga al que trabaja y premia al que amenaza. Su asesinato no es un hecho aislado. Es una muestra de que, en México, hay zonas donde ser honesto y valiente puede costarte la vida.
Hoy Irma es nombre propio, pero mañana puede ser cualquier otro. Porque mientras no se recupere el control del territorio, mientras el Estado no asuma su deber de proteger, mientras no haya justicia ni condiciones de vida dignas para los más vulnerables, este país seguirá siendo eso: un territorio compartido entre los que mandan sin ley… y los que mueren sin voz.
NACIONALES
Abrazos, sablazos y silencio presidencial

-Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez
Diría el que dijo que las banalidades, intrascendencias y trivialidades “le vienen como anillo al dedo” al horno en que se queman a diario las figuras y figurines de la 4ª transformación.
Poco a poco se agota la estrategia gubernamental de minimizar hasta el punto de la desvergüenza los hechos en los que se muestran claramente las ligas, asociaciones y nexos con las actividades del crimen organizado (sector privado) de connotados miembros del partido en el poder.
No es gratuito ni creíble que una presidente de la república dedique un buen de su tiempo en la maña…nera a la futilidad surgida por las declaraciones del “Chicharito” Hernández y eluda hablar de casos que estremecen por la crueldad, la saña y la impunidad con que actúan a plena luz del gobierno los sicarios, narcos, huachicoleros y no pocos legisladores así como de las acusaciones y señalamientos en contra de funcionarios sobre su participación o complicidad en delitos que ejecutan los “ejércitos y gerentes” de las diferentes “empresas” delincuenciales.
Se desconoce a ciencia cierta si estas noticias que muestran el lado oscuro de MORENA han salido a la luz “gracias” a la información que los capos sinaloenses presos en Estados Unidos de Norteamérica han proporcionado a la opinión pública, porque son los diarios, la televisión, la radio y las redes sociales donde se han ventilado esos bochornosos casos que muestran a “altas personalidades” implicadas en las ilícitas e ilegales actividades atribuidas a los cárteles del crimen organizado (sector privado).
Las declaraciones del Chicharito sobre la masculinidad y las féminas; los chismes de la farándula y las giras promocionales de los gobernantes, llenas de incienso auto promovido, ya no les alcanzan para desviar la atención del problema principal que vive México: la implicación de buen número de funcionarios y militantes de MORENA en las actividades que se catalogan como del Crimen Organizado.
Este contubernio entre delincuentes y políticos no es exclusivo ni de ahora. Viene de hace muchos sexenios. Lo que admira es que los actuales gobernantes llegaron al poder merced a su discurso acusatorio a los “emisarios del pasado” y aseguraron que “todo cambiaría” por el sólo hecho de llegar su partido al poder. Se está viendo que el dicho aquel de “quítate tú para ponerme yo” es lo que realmente ocurrió.
La gente puede ser engañada algunas veces, pero no por siempre.
Los “gringoleaks” irán destapando la cloaca que hace decenas de años se inició entre los narcotraficantes y la gente del poder (políticos, pero también empresarios).
Si los norteamericanos han encendido la mecha para que estalle esta carga de dinamita política es porque existe el material explosivo. ¿Hasta cuándo se dejará de proteger a los implicados en los escándalos, ya por ser parte de las actividades, por “disimulo” o por ser beneficiarios de las muy jugosas ganancias de ese dinero mal habido?
Es así como se ha revelado que los huachicoleros no son solamente perforadores de ductos para “ordeñarlos”. Existe una red de huachicoleo que maneja cantidades industriales de petróleo y sus derivados, con refinerías y redes de distribución y exportación a EEUU, incluidas. Pemex está quebrada; se pretende “inyectarle” miles de millones de pesos para que no sucumba financieramente.
Mientras el gobierno federal busca dinero para resucitar al cadáver de Pemex, los huachicoleros, los peones, alfiles y reyes de esta actividad ilícita, obtienen ganancias exorbitantes que bien podrían refaccionar a la paraestatal sin necesidad de deuda pública. Si hubiera una verdadera acción para arrancar de las negras manos el negro líquido, “blanqueado” por los criminales que lo usufructúan.
Ahí no para el asunto. ¿Si se logra rescatar a Pemex para quién será el beneficio? ¿Para la nación o para quienes se han apoderado de la empresa ahogándola en deudas, ineficiencias y piraterías desde dentro y por afuera?
La punta del iceberg asoma apenas. Si hay “voluntad política” y la misión de sanear al país de tan grave y grande corrupción se terminará la política aquella de “abrazos y sablazos” que no combatió a la ilegalidad lo ilícito y, en cambio, prohijó casos como el de Pemex, Segalmex, Tren Maya, trata de personas, impunidad a los facinerosos en las extorsiones, secuestros, tráfico de drogas, delitos varios y el enriquecimiento muy explicable de los jeques y sultanas de esta nueva ola de políticos que ejercen el poder sin recato, sin escrúpulos y sin moderación.
Ojalá la presidente no desperdicie la oportunidad de oro de establecer su impronta al gobernar y comience a mandar de acuerdo con su leal saber y entender que, se espera, sea para bien de todos los mexicanos.
El humor de los mexicanos es incorregible. Que al gritarle “¡no estás solo!” a Adán Augusto López en realidad las huestes morenísticas aludían a que también están en el ajo, otros miembros del partido acusados de varios delitos, incluso de violación y que la han “librado” porque como dijo Juárez: “Al enemigo, justicia y gracia; al amigo…sólo gracia”.