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CULTURA

Víctor Haro, su convicción es apoyar causas sociales: El artista plástico que llegó del norte a triunfar en GDL

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Por Gabriel Ibarra Bourjac //

Una de las grandes decisiones tomadas en la vida de Víctor Haro, fue dejar la cómoda vida familiar que disfrutaba en Hermosillo, Sonora, para asumir los desafíos de una gran ciudad como Guadalajara, donde iniciaría de diseñador de una agencia de publicidad y posteriormente le permitiría realizar su sueño como es el pintar.

Víctor Haro es un artista de la plástica que se ha hecho y consolidado en Guadalajara, que se distingue por el estilo hiperrealista, él dice que trata de evitarlo y trata de darle un punto en el que se note el trazo, la mancha, que se distinga que se trata de una pintura y no es copia de una fotografía.

Mi carrera en el mundo del arte ha sido de lucha, de esfuerzo, superación constante, estoy muy agradecido con la vida, con las galerías, con los coleccionistas que compran mi obra, la decisión que tomé de dejar la tierra no fue fácil por lo arraigado que somos al terruño, los sonorenses somos muy regionalistas, Guadalajara me abrió los brazos, pero sigo siendo sonorense, la identidad no la he perdido y me siento muy orgulloso de mi origen”

Como artista Víctor se ha distinguido por apoyar causas y eso le ha abierto las puertas para estar en subastas y en las galerías de más prestigio de Guadalajara y la Ciudad de México.

Después vendrían las exposiciones en Nueva York donde su obra en cuatro ocasiones ha sido presentada.

Hay algunas de las galerías de México que han llevado su obra a España, Italia, Portugal; tiene también obra en Sudamérica, Argentina, Colombia, Panamá. “Tuve la oportunidad de trabajar un par de meses en Panamá, un mural con motivos mexicanos, convocado por el ministerio de cultura de Panamá; en Estados Unidos, en Chicago, en Los Ángeles en en Arizona, tengo muchísimo trabajo”, resalta.

VOCACIÓN DESDE LA NIÑEZ

Su vocación se manifestó desde la niñez, cuando cursaba sus primeros estudios, en lugar de tomar notas escritas, le gustaba dibujarlas a manera de taquigrafía con imágenes. “Eran unos dibujitos que yo hacía y el maestro me regañaba, pues dibujaba lo que yo entendía de la clase”, recuerda.

“Eso fueron mis inicios allá en Hermosillo, mi tierra natal donde realicé mis primeros estudios básicos, secundaria preparatoria”.

“Después empiezo a hacer piezas ya como más formadas, más congruentes y en el momento que en mi familia mandan enmarcar uno de mis dibujos que yo dejaba por todos lados, lo veo en la pared, entonces digo ‘esto es una pintura’, esto es lo que hago yo y eso es lo que yo quiero hacer”.

Es el momento en el que tomas conciencia y definición de la de la vocación…

Sí porque pues los dibujos los hacía por todos lados y los dejaba regados, regalaba o incluso los tiraba, pero mi mamá fue la que empezó a guardarlos y cuando vio alguno que le gustó lo enmarca y yo al verlo sólido sobre la pared, algo de lo que yo veía de los otros ahora ya era mío, entonces esta es la vocación natural, porque no tengo estudios, ni papá que te mandara a una escuela de arte, nada, nunca tomé una clase de dibujo ni de pintura, irónicamente hoy doy clases de pintura.

Es complicado vivir del arte…

Mi vocación la tenía clara, pero no podía vivir de mis pinturas, por lo que decidí estudiar algo que me diera de comer y lo más cercano fue diseño gráfico, cuando el diseño gráfico era de rastreador, cuando tenías que saber dibujar, ahora ya no es necesario dibujar, pero en ese tiempo para mi era lo más cercano y además me apasionó también el mundo de la publicidad, todo lo que era el diseño publicitario gráfico y podía desarrollar por un lado también lo que era mi vocación, mi vena artística.

¿Cómo dejas la tierra tan cálida como es Sonora y llegas a Guadalajara?

Originalmente vine de vacaciones a Guadalajara y por casualidad, coincidencia o destino llego a caer en una agencia de publicidad en donde me ofrecen quedarme a trabajar ahí y lo acepto porque además me gustaba mucho la ciudad, veía que había mucho potencial y que podía tener muchísimo más futuro que en Hermosillo, pues me quedo y no fue la decisión errónea, creo que fue lo acertado.

EL APOYO DE GONZALO LEAÑO

Entras a una agencia de publicidad con Gonzalo Leaño…

Sí, entro como diseñador a la agencia de publicidad que manejaba varias empresas, entre ellas el periódico Ocho Columnas, en la agencia hacíamos la publicidad para marcas importantes, para desarrollos inmobiliarios de aquí de Guadalajara que hoy son muy importantes.

En muy poco tiempo me quedo a cargo de de todo el departamento, después vamos evolucionando, pasamos al periódico a lo que es diseño editorial sin dejar de crear y de ver la manera de entrar en la comunidad cultural y artística Jalisco.

En el periódico Ocho Columnas el licenciado Gonzalo Leaño cuando se entera que yo trabajo con pintura, me invita a montar una exposición para crear el pasillo del arte del periódico y se inaugura en el evento anual más importante que tenía el diario, la entrega del galardón “Ocho Columnas de Oro” con grandes personalidades invitadas, artistas, empresarios, deportistas, en este tiempo se hizo el reconocimiento a Salma Hayek y Rafa Márquez, incluso en una de ellas se reconoció a Saúl “El Canelo” Álvarez en sus inicios.

Eso fue el evento que me dio una gran proyección por lo que siempre estaré muy agradecido con el licenciado Gonzalo Leaño.

Me voltearon a verme en serio, estaba convencido que mi vida sería la pintura, no era hobby, como algunos pensaban.

Tu lo tenías muy claro el camino que seguiría tu vida…

Estaba esperando el momento de cambiar la prioridad de un ingreso económico seguro con una profesión segura, el tener la proyección y dedicarme al 100 al arte.

Qué representa para ti el arte.

El arte es como lo vives, soy muy visual, para mí el arte es todo lo que yo veo y lo puedo asimilar para después plasmarlo y expresarme por medio de lo que hago, aprecio mucho el arte de los colegas, de los maestros de todos los tiempos, no pierdo la oportunidad de ir a exposiciones tanto aquí en Guadalajara como en los lugares que visito, siempre voy a museos, galerías, veo cuáles son las tendencias, cuáles son las técnicas de los maestros de todos los tiempos y hago mis experimentos.

Has estudiado y sigues estudiando

Hago mis estudios, tengo una bibliografía bastante extensa sobre todo de los maestros que considero que son influencia.

¿Tu estilo cómo defines?

Hay quienes dicen que es hiperrealismo, una corriente que es lo más cercano a la realidad, casi la misma fotografía, estoy tratando de evitar eso, soy muy obsesivo de los detalles, pero trato de darle un punto en el que se note el trazo, en el que la mancha se distinga, que es una pintura y que no es una copia de una fotografía muchísimo menos.

Parte de mis herramientas es el aerógrafo, trabajo con la pistola de aire y hace un pulverizado que pareciera grano de impresión.

Siempre trato de buscar y además ahora estoy en la búsqueda de nuevos materiales, de nuevas técnicas que no empañen o ensombrezca el estilo que ya tengo, la cosa es enriquecer mi trabajo, mi propuesta y que se note la evolución, en cada colección presento sombras.

Eres muy autocrítico

Como ha sido es prueba y error, cada pieza que yo hago para mí tiene un error y no es un error que voy a corregir en esa pieza, que ya está plasmado, entonces la pieza se determina se considera el error y la siguiente pieza se subsana ese error, pero en ese siguiente pieza voy a tener un nuevo error y esa es la evolución de mi trabajo, estar corrigiendo los errores constantemente, siempre, siempre…

¿Cuánto tiempo te tardas para elaborar una pieza?

Depende mucho de mi estado de ánimo, como del grado de dificultad de la pieza, el tamaño de la pieza, no soy de piezas chiquitas, no soy de piezas pequeñas, por lo general trabajo con gran formato mínimo de 90 X 120 y esas piezas me pueden llevar entre una semana y tres meses, cuatro meses, dependiendo de los detalles, por lo general trato de buscar, sobre todo en los últimos tiempos, que mi trabajo y mi propuesta tengan una causa, sobre todo una causa social y siempre destino por lo menos en unas cuantas piezas, un porcentaje donado a alguna fundación que tenga como finalidad esa causa que yo estoy representando.

Te distingues entre los artistas jaliscienses por apoyar causas…

Eso he hecho, me sensibilizo mucho, sobre todo, no apoyo a causas que no conozco, es también triste porque llegan muchas a pedirte que colabores con una causa que no es tal, entonces siempre cuando me invitan a participar en una causa, vamos conociendo cuál es tu causa, cuáles son tus instalaciones, a qué te dedicas, para qué sería el recurso.

¿Qué grado de satisfacción tienes con tu obra?

Creo que voy bien, sobre todo en cuestión evolutiva, sí he notado en cuanto a mis temas, a mis técnicas, en mis materiales y en cuanto a la aceptación que se tiene por parte de la comunidad, de los coleccionistas y de los galeristas, que me buscan, que que tienen mi obra, hay quienes tienen solamente obra mía tanto en sus empresas como en sus casas y para mí, pues, es un honor que además no quieran tener obra de nadie.

Sí estoy satisfecho, pero no caigo en el conformismo, siempre estoy en la búsqueda y como te digo, siempre es prueba y error, el día que yo diga esta obra es perfecta, entonces ya no tengo nada que buscar espero que nunca llegue ese día.

¿Qué viene el futuro, qué podemos esperar de Víctor?

La próxima exposición la estoy preparando, trae un poquito de esta exposición montada en el Hotel Fiesta Americana “Motus”, será dentro de dos meses, va a llevar varias causas sociales.

La verdad es que estoy muy agradecido con la vida, con la opinión, con las galerías que me han tomado en cuenta para poder seguir desarrollando mi trabajo y poder seguir expresando mi sentir que como te digo, soy muy visual, la mayoría de mis trabajos, de mis piezas son personajes que no existen y eso fue lo que me permite ver la vida para poder interpretarla de la mejor manera para este reconocimiento que han logrado estas alturas del partido.

“Hay quienes dicen que mi estilo es hiperrealismo,  una corriente que es lo más cercano a la realidad, casi la misma fotografía, estoy tratando de evitar eso, soy muy obsesivo de los detalles, pero trato de darle un punto en el que se nota el trazo”.

“Para mí el arte es todo lo que yo veo y lo puedo asimilar para después plasmarlo y expresarme por medio de lo que hago”.

 

“Hay coleccionistas que tienen solamente obra mía tanto en sus empresas como en sus casas, para mí es un honor que además no quieran tener obra de nadie más”. 

Como pintor Víctor se ha distinguido por apoyar causas y eso le ha abierto las puertas para estar en subastas y en las galerías de más prestigio de Guadalajara y la Ciudad de México.

“La decisión que tomé de dejar la tierra no fue fácil por lo arraigado que somos al terruño, los sonorenses somos muy regionalistas, Guadalajara me abrió los brazos, pero sigo siendo sonorense, la identidad no la he perdido y me siento muy orgulloso de mi origen”

        

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CULTURA

Obra de Ernesto Ríos: «Códigos», lo que hay detrás de lo que vemos

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-Por Gabriela Andrade

Desde el 3 de julio de 2025, el Centro de las Artes de San Luis Potosí alberga una muestra que no solo reúne obra visual, sino también pensamiento crítico, investigación y sensibilidad poética. Se trata de “CÓDIGOS”, exposición individual del artista, investigador y académico Ernesto Ríos, que se presenta en la Galería Central del CEART con entrada libre y una duración extendida durante el verano.

La exhibición ha sido curada por Gabriela Gorab, quien propone una lectura del trabajo de Ríos como un acto de desciframiento de los lenguajes invisibles que componen el mundo: desde algoritmos hasta estructuras celulares, pasando por patrones ancestrales y símbolos tecnológicos. En palabras de Gorab, esta obra se entreteje con el latido profundo de lo que no vemos, un lenguaje encriptado en la biología, el arte y la conciencia.

UN ARTE QUE PIENSA, RESPIRA Y CALCULA

La exposición toma como punto de partida el cruce entre arte, ciencia y espiritualidad. Cada obra puede entenderse como una suerte de “interface” visual entre lo humano y lo inmaterial. Ernesto Ríos investiga desde hace años la naturaleza del patrón, tanto en lo visual como en lo conceptual. En “CÓDIGOS”, esto se manifiesta en una serie de pinturas monocromáticas que integran formas geométricas, estructuras fractales, matrices numéricas y efectos ópticos.

Estas imágenes no están hechas solo para ser contempladas, sino para ser interpretadas. Sus secuencias recuerdan lo que podríamos encontrar en un microscopio o en un telescopio: células en mutación, tejidos en movimiento, constelaciones, redes neuronales. Sin embargo, nada es literal. Ríos sugiere más que describe. Como él mismo ha expresado en otras ocasiones, su obra busca que el espectador complete el sentido, como si el arte fuera una suerte de código que necesita ser traducido desde la intuición.

CERÁMICA COMO ALQUIMIA

Además de su producción pictórica, “CÓDIGOS” incorpora una serie de esculturas cerámicas realizadas con la técnica del raku, una práctica japonesa que implica la cocción a alta temperatura, la quema con fuego abierto y el enfriamiento abrupto. Este proceso, controlado solo parcialmente por el artista, permite resultados inesperados: craquelados, texturas quemadas, tonalidades metálicas, superficies carbonizadas.

El resultado es un conjunto de piezas que, aunque nacen del fuego, parecen emerger de tiempos arcaicos, como si fueran vestigios de una civilización futura o mensajes enviados desde una dimensión paralela. Según Ríos, esta técnica le permite introducir el azar en su proceso creativo, estableciendo una conversación directa con los elementos: tierra, agua, aire y fuego. “Trabajar con raku es aceptar que no todo está en mis manos”, comentó el artista en una entrevista previa. “Es un diálogo con la materia”.

RESONANCIAS DE PANDEMIA Y TRANSFORMACIÓN

Una de las obras más significativas de la exposición es “Skull SARS‑CoV‑2”, una pieza que retoma la forma de un cráneo humano para integrarle el código genético del virus del COVID-19. No se trata de una representación mórbida, sino de una reflexión sobre cómo la biología, la ciencia y la historia se entrelazan. Para Ríos, la pandemia fue un momento que nos obligó a mirar los sistemas que sostienen la vida y también a repensar el lenguaje del miedo, de la resistencia y de la adaptación.

“La obra no busca retratar una amenaza, sino señalar un proceso de reconfiguración”, explicó. “El virus fue también un catalizador para reentender la vulnerabilidad humana y la interconexión del planeta. Lo que parece desorden puede ser parte de un nuevo equilibrio”.

UNA CURADURÍA DE ESCUCHA PROFUNDA

Gabriela Gorab, curadora de la exposición, ha enfatizado que “CÓDIGOS” no se limita a una exhibición estética. “Es una experiencia sensorial, filosófica y espiritual. Las obras de Ernesto están hechas con los ojos abiertos, pero también con los poros, con la memoria, con el cuerpo”, ha declarado. La muestra, en ese sentido, propone que cada visitante realice su propia lectura, encontrando en las formas abstractas una resonancia íntima, un eco de algo que quizás aún no sabe nombrar.

Para Gorab, el trabajo de Ríos crea una coreografía visual en la que todo está relacionado: la geometría con la biología, el sonido con la vibración, el pasado con el porvenir. “Este arte no nos dice qué pensar, pero sí nos invita a pensar distinto”, expresó.

TRAYECTORIA SÓLIDA, MIRADA INQUIETA

Ernesto Ríos nació en Cuernavaca, Morelos, y es doctor en Artes Visuales por el Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT), en Australia. Su obra ha sido expuesta en México, Argentina, Australia, Alemania, Chile y otros países, en más de 70 exposiciones colectivas y 29 individuales. Fue el primer artista latinoamericano en ganar el Premio Siemens-RMIT de Artes Visuales en 2010.

Actualmente, combina su práctica artística con la docencia y la investigación como profesor en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde impulsa proyectos de arte contemporáneo con un enfoque transdisciplinario.

EL ARTE COMO CÓDIGO VIVO

“CÓDIGOS” es, al mismo tiempo, una exposición sobre el presente, una mirada hacia el futuro y una evocación de los saberes antiguos. Nos recuerda que todo lo que vemos —y lo que no— responde a estructuras, algoritmos, vibraciones. Nos propone que el arte puede ser también una herramienta de investigación, una vía para abrir portales y formular nuevas preguntas.

Disponible durante varias semanas en el CEART de San Luis Potosí, esta muestra no solo merece ser visitada: merece ser leída, descifrada y sentida.

 

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CULTURA

Entre libros y lectores: ¿Negocio o fomento a la lectura?

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-Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias

Finalizó el magno remate de libros en Guadalajara en su cuarta edición. En ella participaron editoriales independientes, nacionales, librerías de viejo e iniciativas como cita a ciegas con un libro.

El espíritu el evento es fomentar la lectura y la cultura en los tapatíos, para otros sectores, la verdadera finalidad es ayudar a las editoriales a deshacerse de su inventario viejo, también conocido como inventario envejecido, inventario muerto o inventario obsoleto, es decir, libros que han permanecido sin venderse durante un periodo prolongado, ocupando espacio en los almacenes y sin retribuir los costos de producción utilizados.

El evento es organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco y las editoriales participantes, con el fin de ofrecer a los asistentes libros con descuentos desde el 40% hasta el 70%, se podían encontrar libros desde 20 pesos. Estos descuentos pueden ser percibidos como una forma de animar al público a acercarse a la lectura y la cultura.

Pero para un sector más crítico de escritores, editoriales locales y público asiduo a comprar libros en físico, el evento tiene un fin comercial con un pretexto cultural, ya que las librerías grandes o establecidas, en esta cuarta edición Penguin y Gonvill, no ponen en descuento lo más nuevo o vendido de su catálogo, simplemente asisten con su stock regular buscando generar ventas o poniendo en descuento aquellos títulos que no han logrado vender y necesitan desalojar de sus almacenes para hacer espacio a nuevos embarque.

En sus redes sociales, algunos asistentes criticaron la falta de títulos actuales, señalaron que, en su mayoría, se trataba de libros de autoayuda, manuales de cocina, segundas o terceras partes de sagas no reconocidas o títulos de literatura clásica. Por lo que su experiencia no fue muy satisfactoria, aun así, los que se dedicaron a buscar y rebuscar en los montones de libros encontraron algún libro de su agrado.

Vendedores y consumidores tienen razón, sus posturas son válidas y no son incompatibles. La industria editorial es un negocio, cuya finalidad es producir ganancias, como cualquier otra industria. Por ello busca estrategias que acerquen al público a sus productos. El debate se da por el tipo de producto que manejan, libros. La asociación entre libros y cultura es natural, y al ser un bien intangible, de dominio público y un derecho de cualquier ser humano, el relacionarlo con el ámbito comercial genera escozor en los sectores más puristas, tradicionales o idealistas.

No es una crítica a estos grupos, la cultura es fundamental en el desarrollo del individuo y aspirar al desarrollo de ella debe ser un objetivo de cualquier sociedad y son estos mismos grupos los que suelen mantener viva escena cultural del estado. Pero cultura e industria no deberían percibirse como antagónicos, sino complementarios. Ambos tienen un fin en común, acercar a las personas a los libros.

Se puede objetar que a las editoriales no les interesa el tipo de libro, el uso que se le dé o si son leídos o no; simplemente quieren vender la mayor cantidad de ejemplares posible. Las editoriales o librerías no tienen la función de fomentar el gusto por la lectura, su función es ofrecer los productos que el público demanda; leerlos o no es decisión del comprador.

Entonces, ¿para qué sirve un libro que no es leído? Es ahí donde los sectores culturales, ajenos a los intereses comerciales, pueden colaborar, despertando el interés en la lectura, en el saber. Si alguien compra un auto, una máquina para ejercicio o cualquier otro producto y no lo utiliza, no se culpa al vendedor, sino al consumidor, incluso se podría argumentar que es su inversión y está en todo su derecho de hacer o no hacer con ella lo que quiera.

Según el módulo de análisis sobre la lectura en 2024, realizado por el INEGI, en México la población alfabetizada que practica la lectura es del 69.6%. Los libros siguen siendo lo más leído, con un 41.8% del material leído, que incluye también a periódicos, páginas de internet, revistas e historietas. No se aclara si se trata solo de libros físicos o si se incluyen las versiones digitales, pero sí se menciona que el acceso gratuito a materiales de lectura aumentó de 55.6 % en 2015 a 66.7 % en 2024.

Es decir, los lectores están recurriendo al material gratuito, una de las razones es el costo de adquirir un libro nuevo, en 2024 el salario mínimo en México fue de $248.93 por día, por lo que comprar un libro nuevo, en promedio, implica mínimo un día de trabajo para los trabajadores con salario mínimo.

Eventos como este, buscan promover la compra de libros en grupos que no tienen los recursos suficientes para adquirir un ejemplar de forma regular. El público al que busca llegar no es el que asiste de forma regular a las librerías o al FIL, donde los costos de los libros se incrementan tanto por la renta de espacios y la logista que implica armar un evento así, sino a aquellos que no cuentan con los recursos para adquirir de forma regular o en la cantidad que ellos quisieran.

Y es verdad que, al tratarse de un remate, los libros que se ofrecen no son los más demandados sino aquellos que no han logrado entrar en el gusto de los consumidores, pero eso no significa que carezcan de valor cultural o que no puedan ofrecer algo de interés.

Porque los libros son algo especial, en palabras de Rubén Darío: “El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Es necesario promover y fomentar no solo su compra, labor de las editoriales y librerías, sino su lectura, ya sea de forma virtual o digital, es labor del gobierno, instituciones públicas y privadas, así como de las familias, no el formar un hábito sino un gusto, por lo que la escena cultural del estado y las editoriales y librerías deberían realizar esfuerzos conjuntos y no de forma asilada o incluso antagónica.

 

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CULTURA

Tlaquepaque celebra la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica

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-Por Raúl Cantú

En una vibrante ceremonia que reunió a artesanos de todo México, el Centro Cultural “El Refugio” fue el escenario de la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica, un evento que celebró la tradición, el talento y el arte popular.

Con un récord de 912 participantes, esta premiación destacó la importancia de la cerámica como patrimonio cultural y económico de México, consolidando a Tlaquepaque como la Villa Alfarera y un referente nacional.

La presidenta municipal, Laura Imelda Pérez Segura, resaltó el valor ancestral de la cerámica, un arte de más de 4,000 años que fusiona tradición prehispánica y técnicas modernas. “En Tlaquepaque, como Pueblo Mágico y centro de la mexicanidad, asumimos la misión de preservar este oficio milenario”, afirmó.

Este año, la bolsa de premios creció un 50% hasta los 2.79 millones de pesos, entregando 36 galardones en categorías como cerámica tradicional, contemporánea, infantil y juvenil, además de reconocimientos por trayectoria.

En esta edición participaron artesanas, artesanos y ceramistas de diferentes estados de la República, como: Estado de México, Jalisco, Tlaxcala, Michoacán, Coahuila, Guerrero, Chihuahua, Aguascalientes, Veracruz, Ciudad de México, entre otros. 

Los premiados fueron los siguientes de acuerdo con cada una de las categorías que a continuación se mencionan:

GALARDÓN NACIONAL DE LA CERÁMICA TRADICIONAL

Martín Hernández Sánchez, originario del Estado de México, con la obra «Una Pequeña Gran Obra». 

 TALENTO INFANTIL

Primer lugar, Fabiana Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Muertito y Coleando”; segundo lugar, Abdiel Abdiel Valenzuela Ramos, originario de Coahuila, con la obra “Norteña” y tercer lugar a Erika Guadalupe Zacarías Pascual, originaria de Michoacán, con la obra “Mis Emociones.”

Mención Honorífica Fabrizio Torres Meneses, originario de Tlaxcala, con la obra “Mi Pulquero Tlaxiquero”.

TALENTO JUVENIL

 Primer lugar, Florencia Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Recipiente de los Sueños Imperecederos”; segundo lugar, Mane Aranza Delgado Fraire, originaria de Coahuila, con la obra “Juguemos” y tercer lugar, Darío Soteno Esquivel, originario del Estado de México, con la obra “Niños con las Máscaras”.

PREMIOS POR TRAYECTORIA

Premio Ángel Carranza: Gerónimo Ramos Flores, de Tonalá, Jalisco.

Premio Pantaleón Panduro: Saúl Camacho Rodríguez, del Estado de México. 

 CATEGORÍA: ALFARERÍA VIDRIADA SIN PLOMO 

Premio San Pedro Tlaquepaque: Cristian Rodrigo Sebastián Contreras, originario de Michoacán, con la obra «Juego de Té Purépecha».

Premio Jalisco: Antonio Martínez Reyes, originario de Michoacán, con la obra «Olla Punteada Primaveral». Premio Nacional: Marcelo Montoya Vázquez, originario del Estado de México, con la obra «Cazo Decorado». 

 CATEGORÍA: BRUÑIDO TRADICIONAL

Premio San Pedro Tlaquepaque: Carolina Medina Santana, originaria de Michoacán, con la obra «Cántaro Matizado Bruñido». 

CATEGORÍA: VIDRIADO TRADICIONAL

Premio San Pedro Tlaquepaque: Antonia Cerano Gutiérrez, originaria de Michoacán, con la obra “Piña Flor Naciente”.

CATEGORÍA: POLICROMADO TRADICIONAL AL FRÍO

Premio San Pedro Tlaquepaque: Tomasa González Sánchez, originaria de Michoacán, con la obra “California en Llamas (Hollywood)”.

CATEGORÍA: TRADICIONAL ALISADO Y DECORADO EN ENGOBES*

Premio San Pedro Tlaquepaque: Yesenia Lorenzo Camilo, originaria de Guerrero, con la obra “Danza de Chinelos”. 

CATEGORÍA: FIGURA EN ARCILLA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Luis Timoteo Vicente Jacobo, originario de Michoacán, con la obra «Cantina el Diablito Feliz». Premio Jalisco: Guadalupe de la Cruz Torres, originaria de Michoacán, con la obra «Velatorio de Monjas Coronadas». Premio Nacional: Gerardo Tena Sandoval, originario de Chihuahua, con la obra «Cuidemos la Fauna».

 

CATEGORÍA: CERÁMICA EN MINIATURA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Rolando David Rodríguez Herrera, originario de Aguascalientes, con la obra «Días de Fiesta». Premio Jalisco. Carlos Ignacio Ávalos Ruiz, originario de Michoacán, con la obra «Los Trastecitos de mi Abuela». Premio Nacional. José Adolfo Soto Díaz, originario el Estado de México, con la obra «La Tlanchanita de Metepec».

CERÁMICA NAVIDEÑA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Elizabeth Castañeda Escobar, originaria de Veracruz, con la obra «Burrito Sabanero». Premio Jalisco: Miguel Ángel González Mesillas, originario del Estado de México, con la obra «Nacimiento». Premio Nacional. Blanca Jiménez Flores, originaria del Estado de México, con la obra «Buenos Días Jesús». 

CATEGORÍA: ESCULTURA EN CERÁMICA

Mención Honorífica: Carlos Vázquez Macías, originario de Jalisco, con la obra «Hijos de Maíz» y Manuel Alejandro Romo Razón, originario de Jalisco, con la obra «Gallito de Verano». Premio San Pedro Tlaquepaque: Marina Santana González, originaria de Jalisco, con la obra «Santanaceramica@gmail.com«. Premio Jalisco: Ángel Martín Álvarez Rivera, originario de la Ciudad de México, con la obra «Ello, Yo y Super Yo». Premio Nacional: José Miguel Quisberth León, originario de la Ciudad, con la obra «Imaginari». 

CATEGORÍA: CERÁMICA CONTEMPORÁNEA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Emmanuel Abelardo Zavala Flores, originario de Veracruz, con la obra “Modernidad Efímera”. Premio Jalisco, Brian Gregorio Corres Hernández, originario de Oaxaca, con la obra “Polilla”. Premio Nacional. Constanza López Caparros Íñiguez, originaria de Veracruz, con la obra “Manglar”.  

CATEGORÍA: CERÁMICA TRADICIONAL

Premio Jalisco: Esperanza Felipe Mulato, originaria de Michoacán, con la obra «Fiesta de San Pedro y San Pablo». Premio Nacional. Alfredo Felipe Rivera, originario de Michoacán, con la obra “Alfarería”. 

En el evento estuvieron presentes el secretario de Cultura del Estado de Jalisco, Luis Gerardo Ascencio en representación del gobernador Pablo Lemus Navarro y David Gallegos Soto, director general del Patronato Nacional de la Cerámica.

Para todos los interesados en adquirir alguna de las piezas concursantes, el Centro Cultural “El Refugio” cuenta con un espacio para la exposición y venta de las artesanías participantes, mismo que estará abierto al público hasta el 03 de agosto de 9:00 a 18:00 horas.

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