MUNDO
Conferencia de Múnich: Orden unilateral o multipolar
Choca política exterior errática de EU

Por Elisabeth Hellenbroich (De Solidaridad Iberoamericana)
La quincuagésima quinta Conferencia de Seguridad de Múnich (CSM), realizada entre el 15 y el 17 de febrero, fue dedicada al tema: “¿Quién recogerá las piezas?” La pregunta se refiere al actual orden mundial en colapso, a dos años de gobierno de Donald Trump y su política exterior errática. El encuentro de Múnich abrió de par en par las puertas de las divergencias en el campo occidental al aflorar debates centrados en si el futuro orden mundial deberá fundarse en el “unilateralismo” o en “multilateralismo”.
De un lado estuvo el vicepresidente Mike Pence, en contraste con la canciller alemana,Angela Merkel, cuya defensa de un orden global multipolar fue aplaudida de pie, mientras que el discurso de Pence dejó a los asistentes literalmente congelados.
Además, a pesar de todos los intentos de aislar a Rusia, el canciller ruso, Serguéi Lavrov hizo un llamado vehemente a la reconstrucción de la “casa común europea”; enfatizó que Rusia está coordinando estrechamente su política euroasiática con China, al mismo tiempo que deploraba profundamente la pérdida de las oportunidades ofrecidas luego de la Guerra fría para crear un espacio común europeo en los campos económico, cultural y legislativo. Sus palabras tuvieron en contraparte las del representante de China, Yang Jiechi, quien ofreció una visión osada de un orden mundial reformado y apeló a la Unión Europea (UE) a estrechar la cooperación con su país.

El mundo está en proceso de reconfiguración, pero el actual orden mundial se convierte en un rompecabezas y se colapsa, con un Donald Trump que impulsa una política exterior norteamericana errática.
LA POSICIÓN DE ESTADOS UNIDOS
Pence insto a Europa a seguir el “liderato” estadounidense. La que sigue es su definición de liderato estadounidense en el mundo:
“(Trump) tomó medidas decisivas para hacer todavía más fuertes las fuerzas armadas más poderosas de la historia del mundo, teniendo la mayor inversión en nuestra defensa nacional desde los días de Ronald Reagan. (…) Iniciamos la modernización de nuestro arsenal nuclear. Y, el mes pasado, el presidente Trump reveló la nueva estrategia de defensa contra proyectiles de nuestra nación. (…) Trump ha liderado a nuestros aliados de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) para renovar su compromiso con nuestra defensa común.” Estados Unidos, exigió Pence, “espera que cada miembro de la OTAN ponga en marcha un plan creíble para alcanzar la meta de 2 por ciento (de su PIB, en la defensa –n.e). Y hasta 2024, esperamos que todos nuestros aliados inviertan el 20 por ciento de los gastos de defensa en adquisiciones” (de armamentos y equipos –n.e.).
Pence hizo una fuerte crítica indirecta a Alemania, al afirmar que Estados Unidos no permitiría una alianza dividida por interferencia política o por el uso de recursos energéticos. Exigió que, imitando a Estados Unidos, “todos los socios de Europa deberían adoptar una posición fuerte contra el (gasoducto ruso-alemán) Nord Strem II. Y recomendamos que otros hagan lo mismo.” A manera de justificación, argumentó que Occidente no puede defenderse “si nuestros aliados siguen dependiendo de Oriente.”
Además, como era de esperarse, dedicó un ataque especial a Rusia en el que destacó que “luego de años de violaciones rusas de nuestro tratado de décadas, Estados Unidos anunciaron planes para retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio.”
La otra diana fue Irán. Pence afirmó, y con ello demostró la obsesión patológica de demonizar el país, que “el régimen iraní defiende abiertamente otro holocausto y busca los medios para conseguirlo. El mismo ayatola Jamanei dice que la misión de la República Islámica de Irán es borrar a Israel del mapa.”
En referencia a la reunión de Varsovia sobre Paz y Seguridad en Oriente Medio afirmó: “Llegó la hora de que todos nosotros actuemos. Llegó el momento de que nuestros socios europeos dejen de minar las sanciones de Estados Unidos contra este régimen revolucionario asesino (sic). Llegó el momento de que nuestros socios estén presentes con nosotros y con el pueblo iraní, nuestros aliados y amigos de la región. Llegó el momento de que nuestros socios europeos se retiren del “acuerdo nuclear con Irán” y se unan a nosotros, mientras hacemos las presiones económicas y diplomáticas para dar al pueblo iraní, a la región y al mundo la paz, la seguridad y la libertad que merecen.”

La canciller alemana Angela Merkel, encabeza la defensa de un orden global multipolar, mientras China y Rusia arman su juego como actores del ajedrez global.
MERKEL DEFIENDE EL ORDEN MUNDIAL MULTILATERAL
En un discurso contundente y aplaudido de pie, Merkel no dejó ninguna duda de que cuando los intereses estadounidenses y alemanes, así como los de la UE, “chocan”, la respuesta no puede ser la sumisión ciega a la presión unilateral. Sus observaciones se centraron en principios indispensables para reforzar los intereses soberanos de Alemania:
1)Alemania no cederá al dictamen de Trump de sacrificar el gasoducto Nord Stream II, del cual participan cinco naciones europeas, una campaña conducida en tonos casi histéricos por parte de Estados Unidos, que amenazan con sancionar a las empresas alemanas y europeas, para obligar a comprar el GLP estadounidense.
2) En respuesta a la amenaza de Trump de imponer tarifas a los automóviles alemanes, cuyas importaciones fueron calificadas por la Secretaría de Comercio estadounidense de “amenaza a la seguridad nacional,” Merkel afirmó que recibió tal declaración como “choque,” pues, hoy, más automóviles BMW se producen en Carolina del Sur y se exportan de allí que de las fábricas de BMW de Baviera.
3) En línea con su ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, Merkel subrayó que el principio orientador de la política exterior de Alemania no es el “unilateralismo,” sino el “multilateralismo.”
4) Dejó claro que Alemania y muchos otros socios europeos, reflejando la posición de la canciller de la UE, Federica Mogherini, no aceptará las exigencias de Estados Unidos para abolir el tratado nuclear con Irán.
5) No obstante que sea crítica de lo que califica la violación rusa del tratado de proyectiles de alcance intermedio (INF), afirmó que quiere mantener el diálogo con Rusia y China, dado el carácter “bilateral” del INF, Europa está más amenazada con su abolición.
Merkel, así hizo explícitas las “líneas de fractura” en Múnich, aunque su compromiso de fomentar el diálogo con Rusia no haya sido tan enfático como necesario, si se considera lo que está en juego para el futuro.
LAVROV DEFIENDE LA “CASA COMÚN EUROPEA”
El discurso de Serguéi Lavrov sobre cómo será el continente europeo en el futuro fue corto y directo. A partir de la observación de que en el continente europeo y en la región euroatlántica en general, “surgen cada vez más nuevos mal entendidos y los más antiguos se profundizan,” afirmó: “Creo que, en estas circunstancias, es relevante y hasta oportuno retomar la idea de la Casa Europea, por más extraño que esto pueda parecer en la situación actual.”
En referencia a la visión del general Charles de Gaulle aseveró: “Muchos grandes políticos modernos percibieron la necesidad de reunir las potencialidades de absolutamente todos los estados europeos. Déjenme mencionar a Charles de Gaulle, quien presentó el concepto de una Gran Europa del Atlántico a los Urales, una Europa Pacífica, sin divisiones o enfrentamientos de bloques, lo que, en su opinión, convertía a Europa en artificial y estéril. El canciller Helmut Kohl y el presidente François Mitterrand también hablaron sobre la importancia de una sociedad más amplia posible con Rusia, en nombre de la estabilidad y de la seguridad.”
Lavrov lamentó que los europeos se hayan involucrado en un enfrentamiento sin sentido con Rusia y que estén “sufriendo pérdidas de miles de millones con las sanciones que fueron impuestas desde el exterior.”
Sin embargo, observó también que el mundo sigue cambiando rápidamente y que, en términos prácticos, la UE ya no tiene el monopolio de la agenda de integración regional. En lugar de ello, el “equilibrio de poder se está modificando en el enorme continente euroasiático, principalmente, a causa de los nuevos centros de la región Asia-Pacífico. La Unión Económica Euroasiática (EAEU) se convirtió en una parte inalienable del paisaje geopolítico, como quedó evidenciado por los resultados concertados alcanzados por ella y por el deseo demostrado por decenas de estados y de asociaciones, de firmar acuerdos preferenciales con la EAEU”.
“La República Popular de China, que está promoviendo el concepto de la Iniciativa y Ruta, está dando la propia contribución para mejorar Eurasia. De la misma forma, existen proyectos que tienen que ver con la integración abierta de la plataforma SCO (Organización de Cooperación de Shanghái). (…) Se están haciendo esfuerzos para crear un espacio euroasiático común con el alineamiento de la EAEU y entre esas dos organizaciones y la SCO.”
El representante ruso dijo creer que los socios europeos se beneficiarán de la adhesión a tales proyectos. Sobre la creación de un espacio común de Lisboa a Vladivostok y el proceso de un diálogo estable entre la Comisión Europea y la Comisión Económica Euroasiática. “La hora pasó hace mucho tiempo. Estamos listos para eso.”
Defendió, igualmente, la profundización de la cooperación EU-EAEU y recalcó, como lo hicieran los representantes chinos, que ambos países están a favor de un nuevo orden mundial reforzado multilateralmente y que rechace decisiones unilaterales y chantajes.
LA VISIÓN MULTILATERAL DE CHINA
Un contrapunto real a los planes unilaterales de Estados Unidos fue el discurso de Yang Jiechi, miembro del Comité central del Partido Comunista Chino y director de la Comisión Central de Relaciones Exteriores del partido. En sus palabras, el sistema de gobierno mundial está siendo desafiado y “enfrenta a una elección consecuente entre el unilateralismo y el multilateralismo, enfrentamiento y diálogo, aislamiento y apertura.” Resaltó: “El multilateralismo ofrece una forma efectiva de mantener la paz y promover el progreso, y el mundo necesita del multilateralismo, hoy más que nunca.” Para China, la Organización de Naciones Unidas (ONU) es el “símbolo del multilateralismo.”
Sobre las relaciones China-Rusia, afirmó que los dos países “trabajarán para elevar su sociedad estratégica de coordinación amplia a nuevas plataformas. China sigue siendo un firme defensor de la integración europea. Nos congratulamos con una Europa más unida, estable y próspera, y apoyamos a Europa para que desempeñe un papel importante y constructivo en los asuntos internacionales.”
El gobierno mundial tiene que reformarse, afirmó Yang Jiechi. Subrayó que China. Con una posición clara contra el unilateralismo y el proteccionismo, está “inyectando energía positiva en un mundo de incertidumbres.” Se refirió a muchos proyectos en los que China está comprometida con entidades como la Organización de la Unión Africana, la Liga Árabe, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y –caribeños, el BRICS, la SCO y otras. Dijo, además, que con la creación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura y del Nuevo Banco de Desarrollo, China ha hacho contribuciones importantes para la mejora del gobierno económico internacional: “China contribuyó con 30 por ciento al crecimiento económico mundial, más que cualquier otro país del mundo. La enorme demanda generada por 1 400 millones de chinos que están subiendo en la escala de la renta proporcionarán al mundo todavía más oportunidades en términos de inversión y cooperación en el mercado.”
El tipo de proyectos en los que China está participando actualmente es impresionante y, en muchos de ellos, participa Rusia. Mencionó, para finalizar, la Iniciativa Cinturón y Ruta, una especie de la nueva Ruta de la Seda, descrita por él como un importante “bien público internacional,” con el cual China contribuye al mundo y a la cooperación para el desarrollo común: “China y más de 150 países y organizaciones internacionales firmaron acuerdos de cooperación que representan valore superiores a los 6 billones de dólares en comercio acumulado entre China y los países participantes… El servicio de tren de carga es un ejemplo poderoso de cómo la cooperación del Cinturón y Ruta puede impulsar el progreso y la prosperidad comunes de China y de Europa con comunicación más eficaz.”
La reunión de la CSM ilustró los fascinantes cambios que están ocurriendo en la arquitectura mundial y ofrece, para los que en Europa quieren armar el rompecabezas de forma constructiva, nuevas oportunidades para ampliar la cooperación mínima en política, economía y cultura.
EU CONTRA GASODUCTO
“Todos los socios de Europa deberían adoptar una posición fuerte contra el (gasoducto ruso-alemán) Nord Strem II. Y recomendamos que otros hagan lo mismo.” A manera de justificación, argumentó que Occidente no puede defenderse “si nuestros aliados siguen dependiendo de Oriente.”
MIKE PENCE / VICEPRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS
LA POSICIÓN DE MERCKEL
Alemania no cederá al dictamen de Trump de sacrificar el gasoducto Nord Stream II, del cual participan cinco naciones europeas, una campaña conducida en tonos casi histéricos por parte de Estados Unidos, que amenazan con sancionar a las empresas alemanas y europeas, para obligar a comprar el GLP estadounidense.
ANGELA MERCKEL / CANCILLER DE ALEMANIA
RECOMPOSICIONES REGIONALES
“El mundo sigue cambiando rápidamente y en términos prácticos la Unión Europea ya no tiene el monopolio de la agenda de integración regional. En lugar de ello, el equilibrio de poder se está modificando en el enorme continente euroasiático, principalmente, a causa de los nuevos centros de la región Asia-Pacífico”.
SERGUÉI LAVROV / CANCILLER RUSO
EN PRO DEL MULTILATERALISMO
El sistema de gobierno mundial está siendo desafiado y “enfrenta a una elección consecuente entre el unilateralismo y el multilateralismo, enfrentamiento y diálogo, aislamiento y apertura.” (…) “El multilateralismo ofrece una forma efectiva de mantener la paz y promover el progreso, y el mundo necesita del multilateralismo, hoy más que nunca.”
YANG JIECHI/ MIEMBRO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA CHINO
CARTÓN POLÍTICO
Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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LAS CINCO PRINCIPALES:
Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…
MUNDO
Inteligencia artificial: La arquitectura del nuevo orden mundial

– Análisis, por Victor Hugo Celaya Celaya
El mapa del poder mundial se ha reorganizado. Hoy, la influencia no se mide únicamente en arsenales o acuerdos comerciales, sino en algoritmos y capacidad de procesamiento.
Nos enfrentamos a un nuevo tablero geopolítico y geoeconómico definido por tres grandes polos de poder: Estados Unidos, con su enfoque en el desarrollo tecnológico, las finanzas y la seguridad; China, que ha apostado por la manufactura avanzada, la innovación y la inversión masiva en infraestructura; y Rusia, que basa su estrategia en el control de energía, minerales estratégicos y su poder militar.
Esta reconfiguración global plantea preguntas cruciales para el resto del mundo. ¿Cómo coexistir con estos bloques? ¿Cómo aprovechar las corrientes de innovación que emanan de ellos sin sacrificar nuestra soberanía? Y, sobre todo, ¿cómo podemos acompasar nuestras políticas públicas y nuestros esfuerzos nacionales para no quedarnos atrás en esta nueva era de equilibrios de poder?
La visión de una «aldea global» que definimos en los años noventa, unida por la apertura del comercio, ha dado paso a una realidad más compleja. La interconexión actual se teje con redes de inteligencia artificial (IA), investigación científica y ecosistemas digitales.
Aunque las tensiones militares persisten, el verdadero campo de batalla se ha trasladado a la biotecnología, la robótica y, de manera central, a la inteligencia artificial. Esta revolución ya impacta nuestra vida diaria, transformando la educación, la salud, el trabajo y la seguridad. Ninguna sociedad puede sustraerse a ella.
LA CARRERA POR EL FUTURO: ESTRATEGIAS EN COMPETICIÓN
Cada una de las grandes potencias ha trazado una ruta clara para liderar esta era tecnológica, obligando al resto de los países a replantear la cooperación y la competencia.
Estados Unidos ha optado por un modelo que prioriza la innovación impulsada por su dinámico sector privado. En 2023, la inversión privada en IA en este país alcanzó los $67.2 mil millones, una cifra superior a la suma de los siguientes 14 países.
El gobierno actúa como un catalizador estratégico, como lo demuestra la Orden Ejecutiva 14110 para el desarrollo seguro y confiable de la IA, o la Ley CHIPS y de Ciencia, que destina más de $52 mil millones a revitalizar la fabricación de semiconductores, el hardware fundamental sobre el que corre toda la inteligencia artificial.
Esta estrategia se materializa en proyectos monumentales como ‘Stargate’, el centro de datos de $100 mil millones de Microsoft y OpenAI, o la Alpha School en Virginia, que ya personaliza el aprendizaje con IA.
China avanza con un enfoque centralizado y dirigido por el Estado, con la meta clara de alcanzar el liderazgo mundial en IA para 2030. A través de iniciativas como «AI+», integra soluciones de IA en sectores clave. El resultado es un ecosistema robusto: se estima que el valor de la industria de IA en China superará los $220 mil millones para 2026.
Este esfuerzo se refleja en su dominio de la propiedad intelectual, acumulando casi la mitad de todas las solicitudes de patentes de IA en el mundo. Gigantes tecnológicos como Baidu, Alibaba y Tencent no son solo empresas, sino instrumentos de la estrategia nacional para establecer estándares globales.
Rusia, por su parte, enfoca su estrategia de IA en la soberanía digital y la seguridad nacional. A través del proyecto nacional “Economía de Datos”, que se extenderá hasta 2030, busca reducir su dependencia de la tecnología extranjera e integrar la IA en sectores gubernamentales clave.
Más que competir en el mercado de consumo global, su prioridad es aplicar la IA para la optimización de sus industrias estratégicas (energía, defensa) y la administración pública. Su marco regulatorio es estricto y busca asegurar un uso responsable de la tecnología, priorizando el control estatal y el desarrollo de talento local a través de iniciativas educativas supervisadas.
La Unión Europea ha decidido jugar un papel distinto, posicionándose como el gran regulador global. Su enfoque no es competir en una carrera de velocidad, sino establecer las reglas del juego. Con su Ley de Inteligencia Artificial (AI Act), aprobada en 2024, introduce el primer marco legal integral para la IA, basado en niveles de riesgo. Este prohíbe aplicaciones consideradas inaceptables (como el «social scoring» estatal) y regula estrictamente los sistemas de alto riesgo.
Este poder normativo se complementa con fuertes inversiones a través de programas como Horizonte Europa y Europa Digital, que movilizan miles de millones de euros para construir una infraestructura de datos soberana bajo iniciativas como GAIA-X y apoyar a un ecosistema de IA «confiable y centrado en el ser humano».
EL DESPERTAR DE AMÉRICA LATINA: PRIMEROS PASOS
Frente a estas estrategias consolidadas, América Latina no es un simple espectador; la región ha comenzado a mover sus propias piezas. Aunque de manera desigual y con retos importantes, están surgiendo iniciativas notables.
En México, la coalición multisectorial IA2030MX ha impulsado una agenda para el desarrollo de una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial. Polos de innovación como Monterrey y Guadalajara concentran talento y startups, mientras que universidades como la UNAM y el Tec de Monterrey lideran la investigación.
Otros países también marcan el paso. Chile fue pionero en la región al lanzar su Política Nacional de Inteligencia Artificial en 2021, centrada en el desarrollo de talento, la ética y la adopción de IA en la industria. Brasil cuenta con una robusta red de centros de investigación en IA y debate activamente un marco legal propio. Por su parte, Colombia ha establecido un marco ético para la IA en el sector público y promueve proyectos de datos abiertos para fomentar la innovación. Estos esfuerzos, aunque incipientes, demuestran una conciencia creciente sobre la urgencia de participar activamente en esta revolución.
DE ESPECTADORES A PROTAGONISTAS
Ante este escenario, la pregunta para nuestros países es ineludible: ¿nos conformaremos con estos primeros pasos o aceleraremos el ritmo para jugar un rol protagónico? Si queremos dejar de ser simples compradores de tecnología para convertirnos en creadores, necesitamos una hoja de ruta clara y acciones inmediatas.
La interconexión de hoy, definida por algoritmos, nos obliga a innovar. Para ello, es fundamental avanzar en tres áreas estratégicas:
- Formar talento e invertir en educación digital. Esto debe empezar desde la educación primaria y extenderse hasta los posgrados.
- Crear alianzas estratégicas entre universidades, gobierno y empresas. Los esfuerzos aislados son insuficientes.
- Diseñar políticas públicas con visión de futuro. Debemos impulsar el uso integral de la IA y desarrollar un marco ético sólido que garantice la equidad y la protección de datos.
Esto implica fomentar centros de inteligencia artificial que apoyen a startups y consoliden proyectos de investigación propios, aprendiendo de las experiencias globales. La tecnología no debe ser vista como algo «importado» o lejano, sino como un campo fértil donde podemos liderar.
Nos encontramos en un punto de inflexión histórico. La inteligencia artificial está redefiniendo las reglas del desarrollo económico y social a una velocidad sin precedentes. No podemos permitirnos el lujo de la duda o la postergación. La tarea es clara: debemos alinear nuestros recursos, talentos y voluntades para integrarnos de manera soberana y estratégica a esta nueva era. Lo que hagamos, o dejemos de hacer, durante esta década determinará las oportunidades de las próximas generaciones.