MUNDO
Lo que sucede en el mundo

Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
A veces, creemos que el mundo y lo que sucede dentro de él se limita únicamente a lo que pasa en nuestro círculo de convivencia cercano, pensamos que lo que sucede en otros países, otros estados o incluso con otros miembros de nuestra comunidad con los que tenemos poca convivencia no nos afecta, sin embargo, esto no es así; en un mundo globalizado lo que sucede a nivel político y social en muchas partes del mundo nos afecta de una u otra manera.
Hagamos un recuento de algunos acontecimientos importantes que han sucedido recientemente en otras latitudes del mundo.
En Estados Unidos, el expresidente Donald Trump se enfrenta a diversas acusaciones, entre ellas la de tratar de amañar la elección del año 2020; los resultados del juicio sobre su persona son reservados. A pesar de esto Trump puede competir en las elecciones del próximo año, las encuestas muestran que es por mucho, el contendiente republicano con más simpatías entre los estadounidenses. Trump podría resultar electo presidente incluso si es declarado culpable. Pensar que algo así suceda en Estados Unidos suena increíble ¿No?
En Colombia, Nicolás Petro, diputado de aquel país e hijo del presidente Gustavo Petro, fue detenido por las autoridades acusado de lavado de dinero, durante su comparecencia admitió haber recibido fuertes sumas de dinero por parte del crimen organizado para financiar la campaña electoral de su padre; la investigación comenzó luego de que la ex esposa de Nicolás diera declaraciones públicas sobre presuntos actos de corrupción. ¿Dinero sucio en campañas electorales latinoamericanas? ¡Qué sorpresa!
En El Salvador, el presidente Nayib Bukele ha anunciado que será candidato a la presidencia nuevamente en 2024. La reelección inmediata era algo que prohibía la constitución salvadoreña y que fue expuesto por la corte de aquel país. En 2021, el Congreso -donde el partido del presidente tiene la mayoría- expulsó a cinco jueces de la Corte Suprema de Justicia sustituyéndolos por personas afines al régimen y hoy no hay quien diga ni pío sobre la posible reelección del promotor de los balazos y no abrazos. Se podrá estar de acuerdo o no con Bukele, pero la situación salvadoreña nos muestra la importancia de tener contrapesos en las instituciones de gobierno de cualquier país.
En Europa, la crisis migratoria y la desilusión sobre los institutos políticos ha hecho que los partidos de extrema derecha tomen una fuerza impensada meses atrás. En Italia, Suecia, Polonia, Hungría y Finlandia han ganado las elecciones y, además, han tomado fuerza en países como España, Francia y Alemania. Cuando se presenta la crisis y los partidos o políticos convencionales no ofrecen solución, ya sea por complicidad, tibieza o corrupción, las ideas extremistas crean liderazgos emergentes que crecen muy rápido. ¿Y en México como andamos?
En Asia y parte de Europa, las últimas semanas se dio una ola de calor sin precedentes que provocó la pérdida de cosechas, dificultades para acceder a agua potable y que por semanas cayera la productividad en varios países. Los hechos generados provocarán en el corto y mediano plazo el encarecimiento de algunos productos debido a la escasez de estos. El cambio climático sí existe y de ahí la urgencia de buscar alternativas para utilizar energías más limpias y renovables.
México atraviesa momentos complicados, las principales problemáticas son sociales, políticas, económicas, migratorias y ecológicas, pero los casos mencionados nos muestran que no son situaciones únicas ni aisladas y que estas se entrelazan o al menos son similares a las de otros países.
Es importante voltear a ver estos fenómenos para entender los procesos se han suscitado, qué consecuencias han traído y sobre todo, analizar las posibles soluciones que se han conseguido. Finalmente, en todos lados se cuecen habas, pero siempre será mejor aprender de lo sucedido en otros casos para evitar cometer errores similares.
JALISCO
Lleva Ballet Folclórico de Guadalajara cultura y tradición a Estados Unidos

– Por Mario Ávila
El Ballet Folclórico de Guadalajara se presentó en el Rosemont Theatre de Chicago, en el evento estelar de la Segunda Ruta de la Gira Internacional 2025, México en el Corazón.
Los bailarines tapatíos compartieron escenario con el Mariachi Estelar de México en el Corazón y la Banda Orquesta Colores, y presentaron estampas, música y canciones de Guanajuato, Yucatán y Jalisco ante los más de 4 mil 400 asistentes.
Este espectáculo se realiza anualmente e incluye al Mariachi Estelar como uno de sus principales artistas, junto con el Ballet Folclórico Guadalajara y la Banda Orquesta Colores.
Participaron en el evento Sergio Suárez, presidente de NAIMA (North American Institute for Mexican Advancement); Ron Serpico, alcalde de Melrose Park; Susana Mendoza de Illinois Comptroller; Reyna Torres, cónsul general de México en Chicago; Andrea Blanco, coordinadora del Gabinete Social del Gobierno de Jalisco; y Manuel Romo, secretario de Gobierno del Gobierno de Guadalajara.
Esta es la segunda parada de la ruta de México en el corazón, la primera fue en la Ciudad de Sioux City, en Iowa en donde se presentó por primera vez, y más de mil personas asistieron a disfrutar de este espectáculo.
La gira continuará por el Medio Oeste, Sur y la Costa Este de los Estados Unidos.
Para fechas y ciudades entrar en este sitio web: http://www.mexicoenelcorazon.org
CARTÓN POLÍTICO
Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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LAS CINCO PRINCIPALES:
Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…
Paty
7 de agosto de 2023 at 10:59
Desafortunadamente para buscar soluciones, se requiere de conocimiento objetivo ( hay de otro?) del problema pero sobre todo serenidad y rectitud de intención.
Creo que esos requisitos no abundan entre los encargados de encontrar las solicuciones. Tal vez sea momento de que la Sociedad civil tome la iniciciativa y eventualmente las riendas.