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OPINIÓN

Cambios en la línea editorial: Proceso, ¿semanario a la deriva?

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Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //

Es incuestionable que una persona bien informada seguramente no aceptará imposiciones, abusos, ni embaucadores: El periodismo es el mejor instrumento para lograr ese objetivo. No en balde nuestro insigne Francisco Zarco afirmó: “La prensa no solo es el arma más poderosa contra la tiranía y el despotismo, sino el instrumento más eficaz y más activo del progreso y de la civilización”.

Ciertamente, los periodistas auténticos, al esgrimir su pluma cual filosa espada, hacen temblar a los políticos falsarios y a los partidarios de la corrupción, sean funcionarios públicos o miembros del sector privado.

Hace años, el célebre ghanés Kofi Annan, sostuvo con firmeza que “Ninguna sociedad democrática puede existir sin una prensa libre, independiente y plural”. Y vaya que este personaje tenía tan grandes conocimientos y virtudes, que se desempeñó como séptimo secretario general de las Naciones Unidas y en 2001 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.

Quien ejerce la elevada tarea del periodismo, siempre debe sujetarse a la verdad, tener como meta servir a la comunidad y nunca doblegarse, ni ante presiones, adversidades y mucho menos seducciones, incluyendo las monetarias.

En nuestra República hemos tenido ejemplares periodistas y estupendos periódicos. Julio Scherer y el semanario “Proceso” pueden ser citados como muestras de uno y otro. El primero, tras valiente dirección del diario “Excelsior”, fue obligado por el poder público a salir de su cargo, siguiéndolo cientos de cooperatistas, con los cuales fundó en 1976 el semanario “Proceso”, al que dirigió alrededor de 20 años. Entre sus más cercanos colaboradores destaca el tapatío Vicente Leñero, cofundador y de prendas semejantes al antedicho.

Desde esa ya lejana fecha, tanto Scherer como su semanario, acrecentaron su presencia, uno dirigiendo y haciendo extraordinarias entrevistas, la revista haciéndose referente para tirios y troyanos, ya que en sus páginas abrevaban leyendo los análisis, críticas, noticias, opiniones y punzantes cartones. Sus portadas y cabeceos eran memorables.

Cuando falleció (2015) Don Julio el fundador, en CISA, la empresa que es la editora del semanario y que siempre presidió, le sucedió su hijo el abogado Julio Scherer Ibarra. El impreso prosiguió con su línea editorial crítica, la cual muchos la clasificaron como de izquierda; desde 1999, tenía un periodista destacado como Director General (Rafael Rodríguez Castañeda).

Cuando llegó a la presidencia de México Andrés Manuel López Obrador, el segundo de los Scherer dimitió a su puesto en CISA y fue sustituido por su hermana María Scherer Ibarra, casada con el panista Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita Zavala de Calderón. La Sra. Scherer también se incorporó al portal digital “Latin Us”, que dirige Carlos Loret, y es una plataforma antiobradorista.

El director Rodríguez Castañeda salió a principios de 2020 y fue sustituido por Jorge Carrasco, quien en el directorio de 2016 aparece como reportero en compañía de Álvaro Delgado, Genaro Villamil, Jesusa Cervantes, Santiago Igartua Scherer, José Gil Olmos, Arturo Rodríguez, etc. De estos periodistas, Delgado, Villamil y Cervantes, ya salieron del semanario. El coordinador del área de internet (Proceso.com.mx) era Alejandro Caballero, de quien afirma Julio Astillero es en su actividad muy confiable, honrado, crítico y capaz. Además, Proceso integró un excelente cuerpo de caricaturistas (del que ya salieron Rocha, Hernández y murió Helguera), corresponsales, analistas sociopolíticos (de donde suprimieron a Ackermann, Fabricio Mejía, etc.), de deportes, cultura, etc., de considerable reconocimiento.

Por todo lo anterior es que resulta impactante una carta que se dio a conocer el 16 de septiembre reciente, suscrita por Alejandro Caballero, misiva en la cual dice adiós a Proceso luego de 21 años y 8 meses de trabajo, “alarmado por el rumbo que ha tomado la empresa que edita” la revista, o sea CISA, que preside la señora Scherer de Zavala.

El aludido, Caballero, asevera que Proceso entró en un acelerado desprestigio, motivado por cierta “derechización” de su línea editorial, a lo que se suma una crisis económica de la que no se informa a los trabajadores, que, desde luego, en estos tiempos de austeridad y pandemia, no es raro, aunque sí el ocultarlo.

Por si lo anterior fuese poco, se divulga en la citada comunicación, “una dramática caída en la venta de ejemplares, un derrumbe en las suscripciones y una caída preocupante en las visitas al espacio digital”, lo que de ser verídico reviste tintes muy preocupantes.

Paro Caballero el director Jorge Carrasco era “reportero gris”, de tendencia conservadora, “sin mayor experiencia en tareas de dirección, definición de portadas, cabeceo y línea editorial”, por lo que generó que en unos meses a “Proceso se le haya perdido el respeto”, y se le considere “una especie de encarte dominical del periódico Reforma”. Recordemos que este diario es uno de los más punzantes impugnadores de la izquierdista Cuatro T.

Abundando en el tema, menciona el renunciante Caballero, que el “actual es un Proceso opuesto al que nos legaron Don Julio y Rafael, pero a tono con el tamaño de sus nuevos mandos: hacia adentro maltrato laboral y hacia fuera alianza con medios que lo último que hacen es respetar a sus trabajadores”. Es decir, conforme a las clasificaciones vigentes, una empresa neoliberal explotadora de sus recursos humanos.

Otro desatino de la dirección, enfatiza Caballero, es alentar el “autonombramiento de Santiago Igartúa” (también de la dinastía Scherer) como jefe de la página digital, donde suplantó al dimitente. Ese nieto del fundador, ingresó a Proceso desplazando sin pudor alguno al corresponsal en Argentina, luego pasó a redacción donde se distinguió, “por cobrar sin trabajar”: enseguida “de manera cobarde, mientras me encontraba de vacaciones, sin aviso alguno… me desplazó de mis funciones”.

El resultado es que “tanto el portal como la revista han perdido credibilidad y en el caso del primero hasta seriedad y no se diga oportunidad noticiosa”, todo ello, responsabilidad única de este periodista, quien “confirma que la honestidad y el talento no se heredan”.

Los agravios que recibí -afirma el dimitente- desde la cúpula y que incluyeron marginarme de cualquier toma de decisiones y en el absurdo cambiar mi escritorio por uno más pequeño y borrarme del directorio por más de un año, lamentablemente no han sido los únicos. El Proceso que privilegiaba las relaciones humanas, factor que distinguía al semanario de cualquier otra empresa periodística, se esfumó con la llegada de Carrasco e Igartúa.

Y la epístola continúa enumerando yerros de la editora de Proceso: “por ejemplo, a como sin consideración alguna se despidió a corresponsales en el extranjero y a colaboradores de la sección de análisis. Imperdonable también fue el maltrato, incluso hasta horas antes de su muerte, que tuvieron para con Marco Antonio Cruz, en su calidad de coordinador de fotografía”.

Y menciona datos, para probar su dicho: “Tengo la certeza de que los nuevos mandos se enteraron de la estatura profesional del querido Marco cuando leyeron los entrañables textos póstumos que amigos y compañeros le dedicaron en Proceso. Desde los puestos de dirección, en vida se le ofendió, a su muerte se le elogió”.

El final señalamiento que con índice flamígero expresa el señor Caballero, se refiere a la designación José Gil Olmos como jefe de información, a quien tilda de inepto, pues a su juicio es “Incapaz de argumentar una orden de trabajo, negado para idear un reportaje, torpe para redactar un párrafo sin incurrir en problemas de sintaxis y faltas de ortografía”, con lo cual la empresa le dio una autoridad que, por obvias razones, no respetan ni sus subordinados.

Haciendo memoria, cuando excluyó el señor Carrasco a varios colaboradores de sello izquierdista, hace un año, le escribió a Carmen Aristegui: “Proceso mantiene abierta la pluralidad que puede constatarse en cada una de sus plataformas y el espíritu de libertad que nos legaron nuestros fundadores”. Pero fue irreductible con la guadaña y salieron valiosos colaboradores, haciendo caso omiso del principio que dice: “La libertad de expresión lleva consigo cierta libertad para escuchar”.

Igualmente, la dirección del semanario o de la empresa editora, olvidaron lo que pregonaba el Benemérito Benito Juárez: “La emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre como es libre en el hombre la facultad de pensar”. Y en su lugar pareciera que los periodistas a sus órdenes solo deben describir la verdad del patrono, lo que obviamente es indigno y aterrador.

Así pues, ceñidos a la idea que postula al periodismo como una deslumbrante escuela de vida, tras leer la carta llameante que hemos comentado, tan cáustica como una filípica, caemos en la cuenta de que el célebre hebdomadario “Proceso”, está a la deriva, porque encara un problemático presente y lo amaga un incierto porvenir.

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JALISCO

El pleito Dante-Alafro podría dinamitar a Movimiento Ciudadano

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

El choque de trenes Alfaro-Dante puede terminar con secuelas funestas para Movimiento Ciudadano. La sanción de bajar a Alberto Esquer de la candidatura al senado de la república, que había quedado registrado en primer lugar en la fórmula que se había registrado ante el INE, se la adjudican a la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano al haber sido notificado y no haber hecho los ajustes en tiempo y forma.

Aquí en Jalisco el emecismo lo interpreta como una omisión deliberada de la dirigencia nacional, que se traduce como un revanchismo derivado del pleito Alfaro-Dante, cuyo impacto de ese choque no hemos aún visto su final.

Las hondas diferencias entre los dos pesos más pesados del emecismo nacional, que encarnan Dante Delgado y Enrique Alfaro se ha manifestado en el desdén al candidato postulado a la presidencia de la república, que resultó el zacatecano Jorge Álvarez Máynez a quien aquí le han hecho el vacío.

El emecismo local en solidaridad con Alberto Esquer decidieron cancelar el evento que tenían organizado el pasado fin de semana en Puerto Vallarta en torno a Jorge Álvarez Máynez, una señal más del evidente deterioro de la relación entre los dos grupos de poder. Nadie quiere dar el brazo a torcer.

ALBERTO ESQUER VA AL TRIBUNAL FEDERAL

¿Qué va a hacer Alberto Esquer ante este golpe bajo que recibiera de parte de la dirigencia de su partido? Va a acudir ante el Tribunal Federal Electoral para defender su derecho a ser votado y cuya candidatura fue producto de un acuerdo político entre las fuerzas políticas de Jalisco y que la dirigencia nacional aparentemente había avalado.

Me quitan el registro, le notifican al partido, ahora tengo que ir al Tribunal Federal Electoral a hacer valer mis derechos electorales, es personal, porque a quien violentaron sus derechos es a mí, en mis acuerdos declaratorios digo que el propio partido violentó mis derechos al no contestar en tiempo y forma el oficio, que el INE violó todo el procedimiento porque no puede decidir el proceso electoral a través de una tómbola”, cuestionó Esquer en entrevista que nos concedió a Becky y un servidor en Tela de Juicio.

Vamos a ir a decirle al tribunal que reponga el procedimiento, en la reposición ya hay un documento de Dante Delgado que dice cambiamos las fórmulas de Durango y Baja California para que entren Alberto Esquer y Eliseo Fernández en primera fórmula y puedan volver a campaña. Aquí es donde veo mano negra, esto puede durar semanas y mientras no puedo hacer campaña”.

LO QUE VIENE

Esto que pasó va a tener consecuencias en el futuro de Movimiento Ciudadano, independientemente de si la autoridad judicial federal restituye la candidatura de Esquer.

El hecho de que cuando menos diez días o dos semanas esté impedido Esquer de hacer proselitismo a favor de su candidatura, queda en condiciones de inequidad y esto pudiera afectar incluso la candidatura a la gubernatura de Jalisco. En una elección muy apretada de 1 o 2 puntos que favoreciera a la candidata de Morena y aliados, se podría alegar inequidad para solicitarse la anulación de la elección.

Pareciera algo descabellado, pero podría suceder y más en un ambiente tan polarizado y tenso que hemos estado viviendo en estos últimos meses.

Por otro lado, este suceso que no puede ser menor, vendrá a definir el futuro de la relación de Jalisco en Movimiento Ciudadano. De por si una situación tensa con el cuestionamiento de que la dirigencia nacional sirve a intereses de Morena, toda vez que su actitud de no ir en alianza, tendía a favorecer al partido en el poder como en su momento así lo advirtió Enrique Alfaro.

La consecuencia es que el alfarismo -vamos a ver cómo queda después del 2 de junio- se podría desligar del partido de Dante Delgado para convertirse en un partido regional, por el choque de intereses que los ha confrontado en este proceso electoral. Los de Alfaro y los de Dante. Alfaro no tuvo el apoyo del veracruzano para ser candidato presidencial y allí empezaron a aflorar las diferencias.

Papel fundamental le tocará jugar a Pablo Lemus, quien de ganar la gubernatura, tendrá los hilos del poder para incidir el futuro del partido naranja en Jalisco. Pablo ha dicho una y otra vez que no le interesan los partidos políticos, que su visión es muy distinta. En efecto, no le interesa, pero los necesita, primero para ganar la elección del 2 de junio y después para la gobernabilidad, como el impulsar reformas constitucionales desde el Congreso del Estado, porque el desdeñarlos le puede suceder lo que a Samuel García en Nuevo León, quien simplemente no pudo ser candidato presidencial porque no se entendió con los legisladores para que eligiera a su sustituto que fuera una gente de su confianza.

Claro está, Pablo no es Samuel. Pablo es inteligente y sabe cómo opera el poder.

Así las cosas. El pleito Alfaro-Dante sigue echando chispas explosivas.

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JALISCO

La fractura de Movimiento Ciudadano: El caso Esquer; pasiones humanas, derecho y política

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco

La chispa que encendió el polvorín fue, sin duda, la cancelación de la candidatura al Senado de Alberto Esquer, pero el fuego ya venía crepitando desde antes, alimentado por disputas y rencillas que hunden sus raíces en lo más profundo de la política interna del partido.

Los emecistas de Jalisco, en su fervor, no dudan en señalar a la dirigencia nacional, encabezada por Dante Delgado, como el gran villano de esta trama. ¿Acaso fue una negligencia o una venganza premeditada? La línea entre ambas se difumina en el teatro de la política donde las pasiones humanas son las principales en escena.

Esta saga política se torna más amarga cuando se revela que la omisión de la dirigencia no solo afectó a Esquer, sino que también dejó en claro el profundo desdén hacia la candidatura presidencial de Jorge Álvarez Máynez, quien, en su búsqueda de apoyo en Jalisco, se encontró con puertas cerradas y una indiferencia que raya en el desprecio. Lagos de Moreno y el ITESO fueron testigos del desaire, pero la cancelación de su evento en Puerto Vallarta es un mensaje claro: «Aquí no eres bien venido».

Este drama político, marcado por acusaciones de traición y deslealtad, no es sino el reflejo de un partido fracturado, donde los intereses personales y las viejas rencillas superan al proyecto colectivo. La relación rota entre Delgado y el gobernador Enrique Alfaro ya no es secreto para nadie, pero el conflicto trasciende las figuras y pone en jaque la unidad del partido.

Los emecistas jaliscienses, en su afán por defender a Esquer, se enfrentan a un dilema moral: señalar con el dedo acusador a la dirigencia nacional y arriesgar sus propias candidaturas, o guardar silencio y ser cómplices en la omisión. El miedo a las represalias pesa más que el valor de la verdad.

Clemente Castañeda, Mirza Flores, Manuel Romo, y el propio Esquer, todos saben quién es el verdadero culpable de esta situación, pero la lealtad, o más bien el temor, les impide alzar la voz. La dirección nacional, por su parte, parece vestir una armadura de indiferencia, ignorando las voces disidentes y culpando al INE por los errores propios.

En este escenario, la hipocresía se convierte en el traje de gala, y las redes sociales en el escenario perfecto para desviar la atención y esconder las verdaderas intenciones. Pero la verdad, esa verdad incómoda y punzante, se mantiene firme: la cancelación de la candidatura de Albero Esquer no es más que el resultado de una dirigencia que decidió jugar a la política en los términos más bajos, olvidando que, al final del día, son ellos los únicos responsables de las fracturas internas y el descontento que ahora sacude a Movimiento Ciudadano.

Y mientras tanto, Alberto Esquer se encuentra atrapado en el fuego cruzado, siendo víctima de una estrategia política que le ha costado no solo su candidatura, sino quizás su futuro político. La solidaridad de «mera saliva» no hace más que añadir insulto al daño, dejando en evidencia la cruel realidad de la política partidista, donde las ambiciones personales a menudo eclipsan el bien común.

DERECHO

En los laberintos del poder y la justicia, el caso de Movimiento Ciudadano se presenta como un drama electoral, en donde la ausencia de una impugnación se convierte en el nudo gordiano de una disputa legal sin precedentes.

En este enredo, la trama comienza con un error, o más bien, una omisión tan estratégica como peligrosa: la falta de un abogado electoral que dirigiera la batalla legal de Movimiento Ciudadano. Un descuido, ¿o acaso una jugada maestra disfrazada de negligencia? La respuesta se esconde en los pliegues de las leyes y los reglamentos que rigen las contiendas políticas en nuestro país.

Pero no todo está perdido, pues aún brilla una luz al final del túnel: la posibilidad de un Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano ante la Sala Superior. Aquí, el principio pro persona se erige como el bastión último de esperanza, ofreciendo un escudo legal para aquellos cuyos derechos han sido inadvertidamente pisoteados por la maquinaria electoral. Pero, como en todo drama de alta tensión, existe un «pero» que amenaza con desvanecer esta esperanza.

La ley electoral, con su intrincada red de disposiciones y principios, no contempla la suspensión de derecho como una medida cautelar. Sin embargo, se abre la posibilidad de una restitución de derechos, una especie de segunda oportunidad para aquellos que se encuentran temporalmente marginados del escenario político. Pero esta restitución viene con su propio precio: la ausencia forzada de la campaña electoral, un limbo político que puede extenderse por semanas, erosionando las posibilidades de éxito en la contienda.

Y aquí es donde el drama se intensifica, transformándose en un thriller político-jurídico. La prolongada ausencia de la arena electoral no es solo un obstáculo; es una herida abierta que invita a un escenario aún más complejo y sombrío. Si la resolución de la Sala Superior tarda y, en el peor de los casos, la elección se pierde, se abriría la caja de Pandora: la demanda por la nulidad de la elección debido a la falta de equidad en la contienda.

Esta posible demanda no es un simple trámite jurídico; es la admisión de una batalla perdida que busca renacer de sus cenizas, apelando a la justicia para rectificar lo que se percibe como un agravio irreparable. La sentencia, en este caso, no sería simplemente un veredicto, sino un mandato para reponer la elección, una especie de deus ex machina jurídico que promete redimir las injusticias del proceso electoral.

En este escenario, los actores políticos y legales se convierten en gladiadores en una arena donde el derecho y la estrategia se entrelazan en un combate sin cuartel. La omisión de impugnar, lejos de ser un simple olvido, se revela como una jugada de alto riesgo que puede cambiar el curso de la historia electoral. En este juego de sombras, donde cada movimiento es calculado con precisión quirúrgica, el destino de Alberto Esquer pende de un hilo, balanceándose entre la posibilidad de un triunfo rescatado de las garras de la burocracia y el espectro de una derrota que podría reescribir las reglas del juego político en México.

POLÍTICA

En el entramado de la política mexicana, la figura de Alberto Esquer Gutiérrez emerge no solo como un candidato despojado, sino como un combatiente en la arena de los derechos político-electorales, desafiando las decisiones de una autoridad que parece haberse extraviado en su propio laberinto de reglas y procedimientos.

Por lo pronto, en el universo paralelo de la política mexicana, donde cada contratiempo es también una oportunidad, Esquer no se queda de brazos cruzados. Ante la adversidad, encuentra una vía alterna: la asignación como coordinador de la Plataforma Electoral de Jalisco por el Comité Estatal de MC. Un movimiento astuto que le permite seguir en la lucha, aunque sea desde la trinchera de la solidaridad y el apoyo a sus compañeros emecistas.

La esperanza de Esquer y su equipo se cifra en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ante la cual han presentado un juicio para la protección de los derechos político-electorales. Confían en que la justicia prevalecerá, que el Tribunal verá más allá de las marañas burocráticas y restaurará la candidatura a su estado original.

Sin embargo, el drama se intensifica con la incertidumbre del calendario. La próxima sesión del pleno cae en medio de las celebraciones de Semana Santa, un detalle que podría retrasar aún más la resolución del caso. Este detalle no es menor; en la política, como en la vida, el tiempo es oro, y cada día sin hacer campaña es un día perdido en la carrera hacia el Senado.

En X @DEPACHECOS

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OPINIÓN

Homenaje a Elena Larrea; una muerte sorpresiva: Equinoterapia para salud física, mental y emocional

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Salud y Bienestar, por Gabriela Arce Siqueiros //

Les saludo lectores y lectoras, en esta ocasión quiero hacer un sentido homenaje a una persona con un corazón enorme, me refiero a Elena Larrea, quien desafortunadamente perdió la vida la semana pasada. Fundadora de Cuacolandia, un santuario dedicado al rescate y rehabilitación de caballos, logró el rescate de poco más de 350 ejemplares.

Pero además impulsó una ley que tipifica como delitos graves cometidos contra los animales cometidos en el estado de Puebla. 

Su muerte ha conmocionado a todos lo que la seguíamos. Tengo fe que su labor no ha terminado y que somos muchos quienes seguimos de cerca el bienestar de nuestros animales. En esta ocasión especialmente los caballos. Sin más, les comparto una breve investigación sobre una de las muchas herramientas o terapias alternativas para procurar la salud, rehabilitación de distintos temas para el bienestar.

La equinoterapia es una forma de terapia que utiliza caballos como parte integral del proceso de tratamiento para personas con discapacidades físicas, mentales o emocionales. Se basa en los movimientos tridimensionales del caballo, que simulan los movimientos naturales del cuerpo humano al caminar, lo que puede beneficiar a los pacientes de varias maneras, incluyendo mejoras en el equilibrio, la coordinación, la fuerza muscular y la autoestima.

La historia de la equinoterapia se remonta a la antigua Grecia, donde se documentaron los primeros indicios de sus beneficios terapéuticos. Sin embargo, la equinoterapia moderna comenzó en Europa durante el siglo XX, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se comenzaron a usar caballos para rehabilitar a soldados heridos. Desde entonces, la equinoterapia se ha expandido en todo el mundo y se ha utilizado para tratar una amplia gama de condiciones médicas y discapacidades.

La equinoterapia funciona como método de rehabilitación, principalmente a través de los movimientos naturales del caballo, que proporcionan estímulos sensoriales y físicos beneficiosos para el paciente. Al montar a caballo, el movimiento tridimensional del animal transfiere al jinete una serie de estímulos que afectan positivamente al sistema nervioso, muscular y esquelético. Además, el vínculo emocional que se establece entre el paciente y el caballo puede aumentar la motivación, la confianza en sí mismo y la autoestima del individuo, lo que contribuye aún más a su rehabilitación física y emocional. 

El trabajo en equipo con el terapeuta equino y otros profesionales de la salud permite adaptar el programa de equinoterapia a las necesidades específicas de cada paciente, maximizando así sus beneficios terapéuticos.

La equinoterapia puede ser beneficiosa para tratar una amplia gama de condiciones médicas y discapacidades, incluyendo: Trastornos neuromusculares, como parálisis cerebral, espina bífida y lesiones de la médula espinal, trastornos del desarrollo, como el autismo y el síndrome de Down, lesiones físicas, como traumatismos craneoencefálicos, lesiones cerebrales traumáticas y lesiones ortopédicas, trastornos sensoriales, como la pérdida de visión o audición, trastornos emocionales o de comportamiento, como el trastorno por estrés postraumático, la depresión y la ansiedad, trastornos del aprendizaje, como la dislexia y el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

La equinoterapia se adapta a las necesidades individuales de cada paciente y puede ser utilizada como complemento de otros tratamientos médicos y terapias para mejorar la calidad de vida y promover el bienestar físico, emocional y social. Ofreciendo una variedad de beneficios físicos, emocionales y psicológicos para quienes participan en ella como son mejora del equilibrio y la coordinación, incremento de la fuerza muscular y la resistencia, estimulación sensorial y vestibular, desarrollo de habilidades motoras finas y gruesas, mejora de la postura y la alineación corporal.

Beneficios emocionales y psicológicos: Aumento de la confianza en sí mismo y la autoestima, reducción del estrés y la ansiedad, fomento del vínculo emocional con el caballo, desarrollo de habilidades sociales y de comunicación, sensación de logro y empoderamiento, oportunidad de experimentar emociones positivas y gratificantes.

En general, proporciona un entorno único y estimulante que promueve el bienestar integral de los participantes, ayudándoles a superar desafíos físicos, emocionales y psicológicos mientras disfrutan del contacto con los caballos y la naturaleza.

Tanto los caballos como los terapeutas en equinoterapia reciben un entrenamiento específico para asegurar la seguridad y eficacia del tratamiento: Los caballos utilizados deben ser seleccionados cuidadosamente por su temperamento, confiabilidad y capacidad para adaptarse a diferentes entornos y jinetes. Responden a señales y comandos del terapeuta, así como a adaptar su ritmo y movimientos según necesidades del paciente.

Los terapeutas equinos son profesionales de la salud, como fisioterapeutas, psicólogos o educadores especializados, que han recibido formación adicional en equinoterapia. Se les enseña a evaluar las necesidades individuales de cada paciente y a diseñar programas de tratamiento personalizados. Aprenden técnicas específicas para trabajar con el caballo y el paciente durante las sesiones, así como medidas de seguridad y manejo adecuado de los caballos y pacientes. También reciben formación en la observación del comportamiento del paciente y en la interpretación de las respuestas del caballo durante las sesiones de terapia.

Sí, existen investigaciones científicas que respaldan la eficacia de la equinoterapia en el tratamiento de diversas condiciones médicas y discapacidades. Aunque se necesita más investigación para comprender completamente los mecanismos subyacentes y los efectos a largo plazo de la equinoterapia, muchos estudios han demostrado beneficios significativos en áreas como la función motora, la función cognitiva, el bienestar emocional y la calidad de vida de los participantes.

Algunos ejemplos de áreas donde la equinoterapia ha mostrado beneficios respaldados por la investigación incluyen: Mejora del equilibrio y la coordinación en personas con parálisis cerebral, incremento de la fuerza muscular y la movilidad en personas con lesiones de la médula espinal, reducción de la ansiedad y el estrés en personas con trastornos del espectro autista, mejora de la función cognitiva y la calidad de vida en personas con enfermedad de Alzheimer. Aumento de la confianza en sí mismo y la autoestima en personas con trastornos emocionales o de comportamiento.

Estos hallazgos han sido documentados en estudios científicos revisados por pares y publicados en revistas médicas y de terapia ocupacional. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la equinoterapia no es una panacea y puede no ser adecuada para todos los individuos o condiciones. Es fundamental consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de equinoterapia y buscar servicios de equinoterapia que estén dirigidos por personal capacitado y certificado. Siempre es importante la seguridad y bienestar animal: Garantizar el bienestar y el trato humanitario de los caballos utilizados en equinoterapia, cumpliendo con las normativas de bienestar animal y proporcionando cuidados adecuados, alimentación, alojamiento y atención veterinaria.

En conclusión, es importante considerar desde diversas perspectivas y mantener una mente abierta  y constructiva sobre este tema. Espero que este artículo haya servido como un punto de referencia  para considerarlo como una herramienta más para hacer conciencia sobre la relación que el ser humano tiene con los animales y el vínculo que se genera. 

Juntos, podemos trabajar hacia soluciones que promuevan la salud. 

Gracias por su atención y su compromiso con este artículo. Siempre quedo atenta a sus comentarios. 

Gabriela Arce Siqueiros. 

E-mail: siqueiros.arte@gmail.com

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Tendencias

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