OPINIÓN
Los espías rusos: Putin en México, a un mes de su invasión a Ucrania

Serendipity, por Benjamín Mora Gómez //
“Hay partidos que reciclan la basura política, pero no por ello son ambientalistas.”
Mi abuela Rafaela compartía su vida de la manera más suave y discreta. Para ella, lo obvio era para mentes reducidas. Recuerdo aquel día en que me dijo: “Quien te quiere, siempre aflora lo mejor de ti, y tú, por quien amas, buscas ser mejor persona”, luego me pidió sentarme a su lado y, mirándome a los ojos me dijo: “Escúchame bien, el gran secreto de la vida es saber elegir a quién tendrás a tu lado, en especial a la mujer que amarás, a tu esposa, y luego a tus amigos, quienes serán como de tu familia, pues de ella y ellos dependerá cómo y qué sentirás, pensarás, dirás, callarás y realizarás. Hay un segundo secreto, tan importante como el primero, haz que todo sea oportuno en tiempo, lugar y circunstancia… también hay un tercer secreto, pero éste me enseñó mi madre: “Las medallas por hacer el bien las da Dios y se cuelgan en el alma, no en el pecho.”
Putin está en México; se encuentra en el ánimo de quienes apoyan su invasión y genocidio sobre el pueblo ucranio, y también en el número de espías rusos operando desde nuestro territorio -el mayor en el mundo-, como advirtió, el jueves pasado, el jefe del Comando Norte de Estados Unidos, Glen VanHerck. Tal invasión silenciosa a México, Rusia la hace con la complacencia del inquilino de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, quien reconoce que el presidente de México está informado de todo lo que sucede en el país y, por tanto, lo dice él, no se vale decir que no lo sabía, no estaba enterado o fui engañado como ahora afirma en el caso de los espías rusos.
Es pues, mentira que el gobierno de López Obrador se mantenga imparcial en el conflicto de Rusia frente a Ucrania. En todo caso, el nuestro es un gobierno esquizofrénico con tres discursos contrapuestos: El de México ante la ONU en que condena la invasión rusa, el de las mañaneras en que se dice imparcial y el de sus diputados pro soviéticos.
El miércoles pasado, 23 de marzo, diputados federales -oficialistas- del PT, Morena y Verde, así como uno del PRI (Augusto Gómez Villanueva), ante el embajador y representante de Putin en México, Viktor Koronelli, instalaron el Grupo de Amistad México-Rusia. El embajador dijo: «Valoro mucho este gesto de demostración de amistad, solidaridad y apoyo». Los diputados amistosos pro soviéticos de la Cuarta Transformación nos mostraron sus pifias y fobias y nos dejaron claro a quienes obedecen y ante quiénes inclinan sus lealtades: Andrés Manuel y Vladimir Putin.
Mientras tanto, el sufrimiento se agrava en el pueblo ucranio en medio de una creciente escasez de alimentos, agua, energía, medicamentos, hospitales, fuentes de trabajo, refugios contra la guerra y temor por perder su vida.
Coincidentemente, se formó el Grupo de Amistad México-Estados Unidos, en presencia del embajador norteamericano Ken Salazar, quien pidió “solidaridad con Ucrania”. Salomón Chertorivski, diputado de Movimiento Ciudadano y de origen ucranio por sus abuelos, se pronunció con un rotundo no a la guerra y rechazo al grupo de diputados pro soviéticos.
La indecencia e impertinencia del Partido del Trabajo, al promover el Grupo de Amistad México-Rusia, llevó a la creación del segundo grupo y a la intervención de los embajadores de Rusia y Estados Unidos en un asunto al que ¿no quería meterse?, al menos abiertamente, el presidente López Obrador. No olvidemos que Alberto Anaya, presidente del PT, admira y ha festinado a Kim Jong-un, el tirano de Corea del Norte, y estuvo acusado de robarse, junto con su esposa, Guadalupe Rodríguez, el dinero destinado a las guarderías infantiles.
Dice el Código Civil que el poseedor o dueño de un animal es responsable de los perjuicios que causare. ¿Entonces, de qué es responsable López Obrador por los delirios de sus diputados petistas, morenistas y verdes? Recordemos que, en política, todo perro tiene dueño.
Es oportuno señalar que existe, desde el 27 de febrero de 2020, el Grupo de Amistad México-Ucrania; asimismo, que Alejandro Moreno, presidente nacional del Revolucionario Institucional, se reunió el 13 de marzo pasado con la embajadora de Ucrania en México, Oksana Dramaretska, para expresarle su solidaridad por la invasión que sufren su país y sus conciudadanos. Así que, reconozcamos que el diputado Augusto Gómez Villanueva no representa el sentir del priismo nacional ni parece entender que la autodeterminación de los pueblos nada tiene que ver con una invasión cruenta y cobarde. Gómez Villanueva anda perdido en espacio y tiempo.
Serguéi Lavrov, canciller ruso, se ha atrevido a decir que México, junto con India y China, “no quieren estar sólo en la posición en la que el Tío Sam les ordena algo”, y decir solamente “sí, señor”. ¡No, señor Lavrov, no se confunda ni pretenda confundir a nadie! Millones de mexicanos no estamos a favor de la invasión ordenada por su presidente Putin y dictador de la Federación Rusa sobre Ucrania que solo sus lacayos, en México y en el mundo, miran complacidos y hasta orgullosos. Aquí no se trata de obedecer al Tio Sam ni a la OTAN, sino de dolerse por los más de tres millones y medio de ucranios que han abandonado su casa, historia personal y de familia, y han dejado a su patria buscando sobrevivir en otra nación y en otra realidad distinta de la suya.
Nos duelen los otros millones de ucranios y ucranias que hoy temen por sus vidas y la de sus hijas e hijos, padres y hermanos, y amigos, ante la atroz y despiadada invasión y exterminio ordenados por su jefe Vladimir Putin. ¡Putin es un asesino de lesa humanidad! Putin será juzgado como lo que es, el mayor asesino de este inicio de siglo. Putin y Lenin son la misma cosa. Putin se excusa en patrañas que solo caben en su esquizoide imaginación, negando que Ucrania es un país con una historia, cultura y lengua propias con siglos de vida.
Vivimos tiempos de riesgo para la democracia en el mundo por gobernantes populistas y autoritarios. Putin en Rusia, Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua y López en México son ejemplo de lo que no es bueno para la democracia. Todos trazados por igual demencia.
Ucrania no es un asunto menor ante el cual podamos quedarnos callados. Ucrania exige y merece la paz, y Rusia debe abandonar los territorios ucranios tomados. Putin debe preguntar a su madre de sus devaneos amorosos para conocer el nombre de su padre.
JALISCO
Alfaro y la negación de la crisis de desaparecidos

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Cómo entender la desaparición de cerca de 10 mil personas en un sexenio y de estos un buen número son jóvenes?
Por qué el gobernador Enrique Alfaro siempre negó la crisis de desaparecidos y en forma machacona repetía una y otra vez que no eran desaparecidos, que se iban de sus casas por propia voluntad y en su último informe sostuvo su discurso de seis que durante su administración fueron localizadas 17 mil 405 personas (con vida): 5 mil 595 mujeres y 11 mil 810 hombres (…) No hay crisis de desaparecidos, muchos se van por voluntad propia”.
¿Y cuántos no regresaron? Eso no respondió porque eso no le importó nunca. Un personaje sin un ápice de empatía con las víctimas y con sus familiares.
¿Pero cómo tapar o esconder tanto desaparecido? ¿En qué cabeza cabe que tarde o temprano el problema iba a explotar y que su sucesor no lo taparía?
Y pensar que hubo medios de comunicación que completita le compraban esa narrativa, desde la oficina de Comunicación del Gobierno del Estado hasta les dictaban las cabezas, sin siquiera tener el pudor de cambiar la redacción a ese boletín.
El operador de esa desinformación fue Ricardo Sánchez Berumen, coordinador del gabinete de seguridad, le preparaba los datos a Alfaro, quien quería convencer que “los periodistas enemigos de Jalisco inventábamos estos datos de los miles de desaparecidos”.
Alfaro vivió gran parte de su gobierno protegido por cientos de guaruras, con carros blindados, con una Casa Jalisco y un Palacio de Gobierno rodeado de bayas. Los liderazgos de los colectivos de buscadores de desaparecidos le echaban en cara al entonces gobernador: “ustedes tienen a sus familias bien aseguradas, con carros blindados, escoltas y los ciudadanos estamos en el desamparo”
La seguridad se convirtió en una crisis por un desgobierno que no tuvo ni quiso tener contacto con los familiares de las víctimas. Simplemente hay que echarle una mirada al Semefo para ver que hay más de 5 mil cuerpos sin identificar. La bronca se la hereda Alfaro a Pablo Lemus.
Y Jalisco así se convirtió en el estado líder en desaparecidos.
Desde el 2022 el gobierno de Jalisco dejó de subir información al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNDDNO).
Quienes confrontábamos la información de desaparecidos con los datos de Alfaro fuimos satanizados por el propio gobernador desde la muralla de Casa Jalisco.
SE ABRE LA CAJA DE PANDORA
El campo de entrenamiento y exterminio de Teuchitlán, abre la caja de pandora de un gobierno que en lugar de cumplir con su compromiso de poner orden, dejó crecer a la criminalidad. Sin embargo, todo gobierno tiene fecha de caducidad y ahora Alfaro sin la protección de ser la cabeza del Poder Ejecutivo de Jalisco que le permitió asumir una arrogancia, sintiéndose dueño de la verdad absoluta, podría enfrentar lo que su irresponsabilidad generó que el Estado sea un desastre en inseguridad y violencia, como lo muestran las imágenes en el Izaguirre Ranch, los 200 pares de calzado y las prendas de vestir e hombres y mujeres muestran el tamaño de la tragedia con los delitos de lesa humanidad allí cometidos.
Gente cercana a Alfaro comentan que éste estaba harto de los problemas de Jalisco que no pudo o no quiso resolver, de allí que se inventaba viajes a Europa o fuera de México.
Por eso el último día de su gobierno huyó de Jalisco y se fue a vivir a España.
Dice que se prepara en Europa para convertirse en director técnico de Chivas de Guadalajara. Imaginemos a Alfaro de director técnico del equipo más popular de México, del hombre que dejó esa larga estela de sangre y cadáveres, por no haber asumido su responsabilidad y aplicar la ley.
¿LO CITARÁ LA FISCALÍA?
No se qué ideas pasen por la cabeza de Alfaro allá en España, donde seguramente disfruta de una tranquilidad que en Jalisco no es posible. ¿Cómo tomará la información de estos centros de exterminio en Teuchitlan? ¿Cuándo va a subir sus clásicos vídeos para desmentir “las falsedades de las Fiscalías y de los Guerreros Buscadores de Jalisco”?
¿Qué le responde al fiscal general de la República, Alejandro Hertz Manero a esos graves señalamientos que hizo la pasada al calificar de «muy crítico y muy grave» el hallazgo del crematorio clandestino”?
El Fiscal General cuestionó la falta de conocimiento y acción por parte de las autoridades locales y estatales respecto a la existencia de este centro de exterminio. Hertz Manero expresó:»no es creíble» que las autoridades municipales y estatales no estuvieran al tanto de las actividades ilícitas que se llevaban a cabo en el rancho Izaguirre por lo que anunció que la Fiscalía General de la República (FGR) iniciará una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes. La investigación se centrará en identificar posibles omisiones o complicidades de las autoridades locales y estatales en relación con el funcionamiento de este centro de exterminio.
El Fiscal General también enfatizó la importancia de coordinar esfuerzos entre las distintas instancias de gobierno para combatir eficazmente al crimen organizado y evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro y subrayó la necesidad de fortalecer las instituciones de seguridad y justicia para garantizar la protección de los ciudadanos y el respeto a los derechos humanos.
¿Qué responsabilidad tuvo Alfaro en minimizar el suceso de Izaguirre Ranch y dejarlo en que se trataba de un campo de entrenamiento de un grupo criminal? ¿Alfaro desconoció que se trataba de un centro de exterminio de jóvenes?
Habrá que ver hasta dónde se quiere llegar en esta terrible tragedia y si el brazo de la justicia no sólo queda en un agente del ministerio público, agentes de investigación y algunos funcionarios menores de la Fiscalía.
JALISCO
El horror de Teuchitlán alcanza a Alfaro

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
La primera semana de diciembre del año pasado escribí en este espacio una colaboración que titulé “Alfaro y el karma de la vida”.
En esa ocasión afirmé:
“Enrique Alfaro deja con su adiós una larga estela de agravios.
“Durante su estancia en el poder siempre privilegió satisfacer su apetito egocéntrico.
“Se sabe muy bien que con el tiempo creció su agrado por la sumisión absoluta de sus colaboradores.
“El control férreo fue su sello particular.
“Incluso algunos de sus chiqueados más cercanos admitían en lo corto que sus furiosas reacciones no eran más que una proyección de su personalidad soberbia e intolerante.
“Se dice del karma que toda acción tiene una consecuencia y que todo lo que se envía al universo volverá a nosotros.
“Si atendemos esto, entonces quizás el ahora ex gobernador de Jalisco debe prepararse para carear las consecuencias de esta ley inevitable”.
No pasó mucho tiempo para que el horror de Teuchitlán lo alcanzara.
Lo que son las cosas, mientras disfrutaba de lo lindo en Europa, se le apareció el rostro macabro de lo que fue su sexenio en materia de desaparecidos.
Las consecuencias serán muchas.
Por lo pronto, me aseguran que Pablo Lemus ni siquiera tiene ganas de responderle las llamadas y que derivado de este y otros asuntos, emprenderá una serie de medidas para despojar a Jalisco y a su gobierno de todo aquello que huela a alfarismo.
Tomar el control de partido MC sería una de sus primeras acciones.
Por cierto, en el centro del drama heredado por Alfaro Ramírez, es pertinente colocar el nombre de quien fue la mente perversa de la pasada gestión: Hugo Luna.
Sabemos que al margen de haber sido el zalamero más cercano, toda decisión institucional pasaba por su aduana, de tal modo que en la mira del actual gobierno su persona se vuelve un objetivo prioritario.
El fuero es un tema que ya está en revisión.
Al respecto, no sé si la justicia se encargará de estos dos personajes; sin embargo tengo fe en que el veredicto de la historia los colocará en el lugar que se merecen, porque ambos –hay que decirlo con toda claridad- se comportaron como unos miserables con los colectivos de padres y madres buscadoras.
Les ignoraron, descalificaron y re-victimizaron.
Por eso creo que podrán escapar de la ley, pero del karma, jamás.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista
político.
JALISCO
La justicia, un privilegio inalcanzable: Teuchitlán, la negación como crimen de Estado

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Hay maneras múltiples de negar un crimen, formas infinitas de enterrar un cuerpo, procedimientos diversos para desaparecer personas, ideas, realidades. En México, especialmente en Jalisco, el gobierno parece haberlas aprendido todas. El más reciente y grotesco episodio de negación oficial se escenifica alrededor de un rancho en Teuchitlán, cuyo nombre, «Izaguirre», se volvió sinónimo del horror: fosas, huesos quemados, restos calcinados, zapatos sin dueño.
Pero, según la fiscalía general del Estado, allí nunca hubo hornos crematorios. Así lo dijeron, con palabras oficiales, tranquilas, demasiado tranquilas, con la frialdad de quien niega para no actuar.
Héctor Flores, vocero del colectivo Luz de Esperanza, habla con el tono cansado de quien ya conoce todas las versiones oficiales. «Quieren minimizar la crisis, callar lo que dicen las familias y los medios», señala. No habla desde la teoría; lo suyo es la práctica cotidiana de una búsqueda desesperada, un intento de hacer justicia con propias manos, mientras el Estado responde con burocracia y negaciones. Y no habla solo de Teuchitlán, sino de una realidad que atraviesa todo México: más de 15,000 desaparecidos solo en Jalisco y decenas de miles más en todo el país. Números que aumentan, cifras que no despiertan acción sino indiferencia.
«La confianza está en las familias, no en las instituciones», sentencia Flores. Las palabras golpean con fuerza porque reflejan una verdad ya inocultable: el Estado ha dejado hace tiempo de ser garante de seguridad para convertirse en cómplice por omisión, por negligencia, por indiferencia. Flores lo explica sencillo, pero la simplicidad de su denuncia encierra toda la complejidad del fracaso institucional: «La federación no puede lavarse las manos echándole la culpa a los estados. La delincuencia organizada es competencia federal y tienen que actuar».
Pero México es el país donde los gobiernos siempre encuentran razones para no actuar. La Fiscalía argumenta que necesita denuncias formales para iniciar carpetas de investigación. Las familias responden que denunciar es ponerse en peligro, es exponerse a la violencia del crimen organizado, protegido por autoridades corruptas. La paradoja es brutal: se exige que las víctimas, ya violentadas, vulnerables, amenazadas, sean quienes se arriesguen aún más para hacer el trabajo que el Estado rechaza.
La negativa oficial sobre los hornos de Teuchitlán no solo busca invisibilizar la tragedia, sino evitar las consecuencias internacionales que podría acarrear el reconocimiento de un crimen que claramente constituye una violación masiva de derechos humanos. Flores apunta hacia organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Penal Internacional, advirtiendo que esta crisis, de ocurrir en cualquier país europeo, sería inmediatamente calificada como una emergencia global. Pero ocurre en México, donde los muertos pesan menos, donde los desaparecidos son culpables antes que víctimas.
La negación no es solo federal, es también local. Enrique Alfaro, gobernador saliente de Jalisco, dejó en herencia un récord macabro: pasó de 5,000 a más de 15,000 desaparecidos durante su mandato. Colectivos como «Por Amor a Ellxs» recuerdan cómo Alfaro prometió diálogo y puertas abiertas, pero solo entregó indiferencia y abandono. María del Refugio Torres resume así el gobierno de Alfaro: «ineficaz, lleno de omisiones y deficiencias».
Ahora la responsabilidad recae en Pablo Lemus, sucesor político que, al parecer, ante esta prueba está actuando a destiempo. En reuniones en noviembre del año pasado, previas a la toma de poder, Salvador Zamora, quien ahora es secretario general de Gobierno, asistió solo para sacarse la foto. No escuchó, no conversó, no actuó, en esta crisis, no ha aparecido.
La crisis institucional no se detiene en el Ejecutivo. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), denunciaba al finalizar la administración de Enrique Alfaro que no había ni siquiera un programa estatal de búsqueda en Jalisco y que el rezago en el Servicio Médico Forense alcanzaba niveles vergonzosos: más de 9,400 cuerpos sin identificar.
Mientras las autoridades siguen negando la realidad, las familias se organizan y protestan. Este sábado pasado, frente al Palacio de Gobierno de Jalisco, más de dos mil personas gritaron consignas claras y dolorosas: «El Estado sí sabía, Alfaro sí sabía». Lo sabían porque es imposible no saberlo, porque los campos del horror no nacen en secreto sino bajo el amparo de complicidades. Daniela Gómez, quien busca a su hermano desaparecido, resume el sentimiento común: «No es posible que haya más de 18,000 desaparecidos y solamente seis buscadores en el gobierno».
La vigilia del sábado fue otra demostración del dolor transformado en resistencia. Héctor Águila Carvajal, padre de otro desaparecido, pidió unidad: «Sigamos uniendo fuerzas, el dolor no cesa». Y no cesa porque la respuesta oficial sigue siendo mínima, burocrática, cínica.
Y lo de que Teuchitlán no se trata de un caso aislado. La lista de sitios donde se repite la tragedia es dolorosamente extensa: desde la macabra «Gallera» en Veracruz hasta los cuerpos disueltos en ácido por el infame «Pozolero» de Tijuana, pasando por la escalofriante cifra de restos en «La Bartolina», Tamaulipas. Un catálogo infernal de barbaries toleradas, acaso protegidas, por autoridades que prefieren mirar hacia otro lado.
Esta crisis no puede seguir siendo escondida bajo excusas burocráticas ni minimizada con comunicados oficiales. Los colectivos lo denuncian: Teuchitlán no es un caso aislado, sino un símbolo más de la impunidad institucionalizada. Héctor Flores alerta sobre al menos seis puntos más similares en Jalisco, que nadie quiere investigar porque nadie quiere reconocer lo evidente.
Desde Madrid hasta Nueva York, mexicanos en el exilio exigen lo básico: reconocer el término «sitios de exterminio», proteger efectivamente a las buscadoras, garantizar justicia y reparación. Es un grito desesperado, es una demanda urgente, y es, sobre todo, una advertencia: la negación no borrará los muertos, solo prolongará el sufrimiento.
Negar lo evidente es una forma más de violencia. México merece más que excusas. Las víctimas merecen más que palabras. Y la justicia, que debería ser obvia, hoy parece un privilegio inalcanzable.
En X @DEPACHECOS
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