Connect with us

MUNDO

Sufren los países desarrollados: Corea del Sur de ejemplo a emergencia, sin camas para Covid-19

Publicado

el

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Los sube y baja de contagios a nivel mundial han puesto en aprietos a los países que habían sido más exitosos en el combate vs Covid-19.

“Mal de muchos, consuelo de tontos”, pero creo que nos ayuda a entender que casi todo el mundo está pasando por experiencias similares a las que se ven en nuestro propio entorno. Digo casi, porque no todos los países se han enfrentado a situaciones en las que los pacientes se vean en la necesidad de esperar días para poder ser hospitalizados.

Hace unos días el titular del Ministerio de Salud en Corea del Sur, Son Young-rae, informó que dada la alta demanda de camas por el aumento de casos del Covid-19 de las últimas semanas, en todo el país únicamente quedaban 49 camas disponibles para cuidados intensivos.

Según datos locales, durante la semana que acaba de concluir, ha habido varios pacientes que fallecieron por haber tenido que esperar dos o tres días para poder tener acceso a una cama de hospital.

Corea del Sur ha sido admirado y alabado por muchos expertos, pero parece que “no todo es miel sobre hojuelas”, quien ha prometido que para otoño del 2021 habrá vacunado al 60% de su población. De hecho, parece que solo EUA compró suficientes vacunas de manera anticipada, con lo que podría atender a más de la mitad de su población antes de verano 2021, ya que la mayoría de los otros países están en calendarios similares a los de Corea del Sur.

Me llama la atención que (en general), sean los países más desarrollados y en vías de desarrollo los que más hemos sufrido, con la excepción de China que en lo económico va muy bien y en lo médico es muy hermético por lo que no se puede saber si dicen la verdad, al grado de que ellos padecían esta epidemia desde octubre del 2019 y no lo informaron al mundo.

En efecto, hace un par de días CNN confirmó lo que hace meses, muchos habíamos señalado sobre los tiempos reales en los que la epidemia habría iniciado en China, mismos que no coincidían con los que la OMS y Beijing habrían hecho públicos.

¡HEMOS FRACASADO!, EXCLAMA EL REY DE SUECIA

En su tradicional mensaje navideño, Carl XVI Gustaf, Soberano del Reino Sueco, declaró que su país había fallado en su lucha contra el Covid-19 por el alto número de muertes (7,800), en especial entre la población de la tercera edad alojada en casas de retiro. Parece que el monarca preferiría una estrategia más homogénea con el resto del mundo en el que a nueve meses de encierros y una catástrofe educativa, económica y alimenticia, siguen los contagios y hasta se quedan sin camas de hospital.

Como sabemos, Suecia es uno de los muy pocos países que se reusó a seguir las políticas de encierro y restricciones que han seguido otros países del mundo, pero a pesar de que no cerró, sus números de muertes “per cápita” son inferiores a los de Francia, Alemania, Inglaterra, España e Italia por mencionar algunos.

El monarca no cuenta con poder político y poco habla sobre temas de gobierno, pero en esta ocasión rompió la costumbre y de manera directa dejó clara su molestia por la política adoptada. ¿Será que a las democracias u otras monarquías les fue mucho mejor? ¡No! en realidad ha sido una catástrofe mundial en la que si uno se para frente a un árbol, no es posible ver el bosque y a toro pasado cualquiera es experto, pero los números son fríos como los muertos y los números indican que sólo el rastreo de contagio eficiente y el aislamiento de viajeros o de regiones lograron bajar contagios y por ende mayores problemas, lo demás fue un exceso que poco sirvió e incluso mucho afectó.

Naturalmente en un inicio esto no se sabía, pero a casi un año ya era hora de haber aprendido la lección.

LAS ESTADÍSTICAS DE LOS CONTAGIOS

Según estadísticas de Nueva York, USA, el 74% de los contagios se dan en reuniones familiares, el 7.81% en hospitales y farmacias, 2.02% en escuelas y el 1.5% en restaurantes o centros de entretenimiento, 2.2% en centros de estudio superior, 0.14% en salones de belleza y centros de atención personal y 0.06 en gimnasios. No obstante los restaurantes, las iglesias, las escuelas, gimnasios y los pequeños negocios son cerrados sin piedad.

Pero las grandes empresas pueden seguir. Esto está creando una disparidad económica que afectará a la actual y a la siguiente generación. Las grandes corporaciones de comercio, de electrónicos y los servicios de internet son las más beneficiadas mientras que la clase media mundial está siendo mermada de un plumazo emitido desde la comodidad de las oficinas de burócratas disfrazados de científicos.

EL QUE NO CONOCE LA HISTORIA

A finales del siglo antepasado casi al inicio de 1900, EUA promovió la inmigración masiva de personas que venían de Europa. Pero la inmigración masiva obligó a la construcción de un mega hospital a un lado de la Estatua de la Libertad en la llamada “Isla Ellis”.

En dicho centro había múltiples áreas de aislamiento, secciones completas del gigantesco complejo hospitalario podían ser aisladas para mantener a los inmigrantes que en el viaje se habían enfermado y a sus compañeros a fin de evitar la entrada de nuevas enfermedades.

Así es, ya en esa época se pensaba que poner en cuarentena a un viajero enfermo o con compañeros enfermos era la mejor manera de evitar un contagio al interior del país. Solo unos cuantos países lo hicieron en Covid19 y los que lo dejaron de hacer han padecido nuevamente los estragos de los contagios locales masivos. Esto es más barato que cerrar toda tu economía, educación etc.

Es mi opinión personal que los encierros generales no sirvieron por 9 meses y no servirán ahora, recuerdo que eran por una semana o 15 días. Los encierros deben ser muy enfocados y los contagios rastrados, incluso los viajeros deben aislarse por un par de semanas para no llevar contagios de un lado a otro, pero paralizar a una región o a una economía es casi suicida. Veamos el caso de Australia del Oeste en donde desde abril no había contagios locales, en esa región se pedía a los viajeros una quincena de encierro. Pero ahora que la eliminaron de inmediato hubo contagios locales procedentes de personas llegadas de otros países.

Se que el Covid-19 es una enfermedad de cuidado, pero también se que el 99% de la gente sale bien librada si se atienden y cuidan al tener los primeros síntomas.

Gracias a Dios soy un sobreviviente del Covid-19, mismo que me ha dado en dos ocasiones de febrero a la fecha, tengo amigos y familiares que lo han padecido, pero aun así creo que es injusto e inhumano el condenar a la miseria económica a millones sin permitirles trabajar. Creo que la salud no sólo es responsabilidad del gobierno sino de uno mismo y uno mismo debe tener la capacidad de decidir si quiere arriesgarse a salir o no, De trabajar o de no hacerlo.

Bienvenido al mundo en el que por razones de salud usted no es necesario. Al inicio de la pandemia se decía que había que proteger a los demás y que por eso debíamos encerrarnos. Ahora me pregunto si el caldo no sale más caro que las albóndigas, cuando vemos que los suicidios, la depresión y otros padecimientos van en aumento veloz incluidas enfermedades de largo plazo causadas por el estrés y la inactividad física.

DOS VACUNAS UN CAMINO

Los poderosos y “expertos” decían que no habría vacunas vs el Covid-19 sino hasta el 2021-2022. Ahora esos mismos “expertos” nos dicen que hasta que la mayoría de todos los países estén vacunados los demás no podremos regresar a la normalidad. Eso dice el “No Dr.” Bill Gates millonario y socio de las empresas que están fabricando las vacunas y claro de las empresas de software que han hecho su agosto en esta pandemia. Pero ya hay dos vacunas y en unas semanas habrá dos más, adicionalmente hay cuando menos dos medicinas 95% eficaces llamadas “Regeneron” y Bamblamivimab. ¡Aprenda estos dos nombres!

Si vacunamos a la población en riesgo y a los médicos, los demás podemos seguir y esperar un turno de vacuna si es que así lo queremos. Esto sin contar con que si lo requerimos podemos usar una de las dos medicinas antes mencionadas, mismas que extrañamente no están siendo ofrecidas por los servicios médicos de EUA y Canadá, ya que a la fecha sólo se ha usado el 5% del inventario disponible de ambos medicamentos. ¿Será que vale más la gente enferma en hospitales o en la morgue? cuando estas medicinas eliminan los síntomas casi de forma inmediata. ¿por qué no poner al alcance de todos los países esa cura? ¿por qué los países que la tienen no la usan? Saque usted sus conclusiones.

Esta idea es compartida y de hecho promovida por muchos especialistas que se han sumado a la llamada Great Barrington Declaration, incluso podemos ver en el artículo titulado “cómo terminar con los encierros el mes próximo”, publicado por el especialista y epidemiólogo Jay Bhattacharya el pasado jueves en el “Wall Street Journal” de EUA.

Sin embargo, los más ricos del mundo y muchos políticos están convencidos de que mientras que ellos puedan ejercer más poder sobre la gente ganando más dinero, mejor para ellos que sólo ven el camino de la dominación popular a partir del miedo y la sumisión económica.

Muy feliz navidad, bendiciones y que Dios le acompañe que es lo mejor que uno le puede desear a alguien.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MUNDO

Bojayá y la esperanza de paz

Publicado

el

Opinión, por Miguel Anaya //

A finales de los años noventa y principios de los 2000, Colombia vivió una crisis de violencia que superaba a la que actualmente enfrenta México. Uno de los departamentos más afectados fue el de Chocó, donde operaban las FARC, grupos delictivos y autodefensas.

El 2 de mayo de 2002, la pequeña comunidad de Bojayá se convirtió en el escenario de una de las tragedias más devastadoras del conflicto armado. En medio de intensos enfrentamientos entre las FARC y grupos paramilitares, cientos de habitantes buscaron refugio en la iglesia del pueblo, confiando en que sus paredes consagradas los protegerían del horror que se vivía afuera.

Alrededor de las 3 de la tarde, un cilindro-bomba impactó directamente en el templo, causando la muerte instantánea de 79 personas, entre ellas 48 niños. Los cuerpos quedaron mutilados y las paredes de la iglesia manchadas de sangre. Días después, el número de víctimas fatales alcanzó las 119, ya que muchos no sobrevivieron a las heridas.

Este acto brutal puso de manifiesto la vulnerabilidad de las comunidades atrapadas entre las fuerzas violentas. A raíz de este y otros eventos que conmocionaron al país, Colombia emprendió un camino hacia la pacificación y la reconstrucción social. Las políticas implementadas, que combinaban estrategias de seguridad con inversión social y económica, comenzaron a dar frutos en las dos décadas siguientes.

Según datos del Banco Mundial, la tasa de homicidios en Colombia pasó de 70 por cada 100 mil habitantes en 2002 a 25 en 2022. En ese contexto, la ciudad de Medellín llegó a tener una tasa alarmante de 380 homicidios por cada 100 mil habitantes.

El entonces gobierno colombiano aplicó la estrategia de ‘Seguridad Democrática’. Esta política implicó el despliegue masivo de fuerzas de seguridad para recuperar el control territorial, fortalecer las capacidades de inteligencia y aumentar la presencia del Estado en zonas rurales, donde guerrillas y grupos paramilitares habían establecido su dominio. La creación de redes de informantes y la colaboración con las comunidades fueron fundamentales para desmantelar estructuras criminales y reducir los enfrentamientos armados.

Tras el debilitamiento militar de las FARC, el gobierno reconoció que la violencia era también un efecto de problemas estructurales como la pobreza y la falta de oportunidades en las regiones rurales.

En respuesta, se implementaron programas de desarrollo rural que incluyeron la construcción de infraestructura, carreteras y electrificación, con el fin de conectar comunidades aisladas con el resto del país.

Además, se promovieron programas de acceso a créditos para pequeños agricultores y cooperativas rurales, incentivando la sustitución de cultivos ilícitos por productos agrícolas comerciales.

En el ámbito social, las políticas de reparación y reconciliación jugaron un papel central. La creación de una Unidad para las Víctimas permitió que quienes sufrieron violencia fueran reconocidos y compensados, generando un proceso de catarsis social.

La inversión en educación y salud fue un eje central: entre 2002 y 2022, el acceso a la educación secundaria aumentó en un 20 por ciento, mientras que la cobertura de salud pública se amplió significativamente en las zonas rurales. A pesar de que aún persisten desafíos en materia de seguridad, el avance en Colombia ha sido notable.

Esta experiencia ofrece lecciones valiosas para México. La implementación de políticas que fortalezcan instituciones, promuevan el desarrollo económico, social y fomenten la cohesión social son esenciales para revertir la tendencia de violencia.

La profesionalización de las fuerzas de seguridad, la recuperación del control territorial y la implementación de programas sociales en zonas marginadas son pasos fundamentales para reconstruir el tejido social. Políticas de desarrollo rural, como las aplicadas en el país sudamericano, podrían replicarse en México para incentivar la economía local, alejar a los jóvenes de las dinámicas del crimen organizado y generar alternativas económicas en comunidades atrapadas en el ciclo de la violencia.

En conclusión, la trágica masacre de Bojayá simboliza el profundo sufrimiento que la violencia puede infligir a una nación. Sin embargo, también demuestra que por muy cruda que sea la realidad violenta que nos rodea, esta puede cambiar con voluntad política y estrategias integrales adecuadas.

El caso de Teuchitlán debe ser un llamado a la acción colectiva. Debemos abrir los ojos y encontrar en la experiencia de otros países una guía para diseñar e implementar políticas efectivas que conduzcan a un futuro más seguro y próspero.

Continuar Leyendo

MUNDO

La cumbre no es eterna: El peso del poder y la caída inevitable

Publicado

el

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

La historia está repleta de ejemplos de líderes que, enceguecidos por la ambición, olvidaron la fragilidad de su posición. Luis XVI, convencido de que su linaje era suficiente para sostener su trono, ignoró las señales del descontento popular hasta que el filo de la guillotina le enseñó lo contrario. Napoleón, tras haber conquistado media Europa, creyó que Rusia sería otra joya en su corona, solo para encontrar en la crudeza del invierno su Waterloo anticipado.

El ascenso y la caída de los poderosos no es un fenómeno reciente ni exclusivo de una geografía en particular. Desde la antigüedad, los imperios han crecido con el ímpetu de la ambición y se han desplomado con la misma rapidez con la que olvidaron los límites de su propio poder.

Alejandro Magno conquistó medio mundo, pero murió sin dejar un heredero capaz de sostener su imperio. Julio César creyó que su popularidad y victorias militares lo hacían intocable, hasta que sus propios aliados decidieron que representaba una amenaza mayor que un beneficio. La política, como la historia, es una danza peligrosa entre la gloria y la ruina, donde el exceso de confianza suele ser el último paso antes de la caída.

El mito de Ícaro nos recuerda precisamente esto: el peligro de volar demasiado alto sin medir las consecuencias. Ícaro, fascinado por su recién adquirida capacidad de volar, olvidó la advertencia de su padre y ascendió hacia el sol, hasta que el calor derritió la cera de sus alas y cayó al mar.

La política, como la vida misma, requiere de equilibrio. Quien se eleva sin mesura, sin comprender la delgada línea que separa el éxito de la caída, está condenado a desplomarse con mayor fuerza. El poder tiene un peso que pocos pueden sostener sin perder la compostura. No se trata solo de alcanzar alturas, sino de saber mantenerse en ellas.

Pero si Ícaro es el ejemplo de la caída, Sísifo representa la otra cara de la moneda: el castigo de quienes están atrapados en una lucha interminable. Su condena consistió en empujar una roca cuesta arriba solo para verla rodar de nuevo al punto de partida. En la política, muchas veces la lucha es constante y el esfuerzo parece nunca rendir frutos.

Sin embargo, el verdadero peligro no está en la repetición del intento, sino en la ilusión de que la cima es un lugar permanente. Muchos políticos creen que el poder les pertenece, que su ascenso es definitivo y que su esfuerzo no necesita ajustes. Pero la realidad es que la piedra siempre caerá, y lo único que define a los grandes es cómo afrontan la inevitable repetición del ciclo.

No hay imperio ni liderazgo que sea eterno. La historia es cíclica, y los excesos suelen conducir al mismo desenlace. En México y en el mundo, las trayectorias políticas están marcadas por ascensos meteóricos y caídas estrepitosas. Basta con observar cómo en cada sexenio surgen figuras que, creyendo haber conquistado la cima, terminan en el olvido o el descrédito. Quienes llegan al poder suelen olvidar que su estancia en la cúspide es efímera, que la rueda del destino sigue girando y que lo que hoy es gloria mañana puede ser polvo.

El sistema político parece diseñado para producir nuevos Sísifos, figuras condenadas a empujar sus delitos cuesta arriba, solo para verlos rodar nuevamente cuando cambian las administraciones. Cada sexenio, cada legislatura, cada relevo de poder trae consigo un ajuste de cuentas disfrazado de justicia o renovación, donde los caídos de ayer se convierten en los verdugos de hoy y los actuales intocables pronto serán las nuevas piezas sacrificables. La impunidad no es eterna, pero sí cíclica, y quienes creen haber asegurado su permanencia descubren, tarde o temprano, que la roca siempre vuelve a caer.

Las reformas, los cambios de gobierno y los giros políticos no son más que un nuevo acto en esta obra repetitiva, donde las promesas de castigo a la corrupción se mezclan con la selectividad de la justicia. Los escándalos que hoy cimbran las instituciones terminan convertidos en anécdotas cuando el tiempo y la indiferencia los diluyen, hasta que nuevos nombres ocupan los titulares y el proceso vuelve a empezar. En este juego de relevos, algunos consiguen deslizarse entre las grietas del sistema, mientras que otros terminan aplastados por el peso de sus propias ambiciones.

Y así, en un ciclo interminable, la historia se repite de forma tal que la pregunta no es si caerán, sino cuándo y con qué consecuencias. Algunos lo harán con estrépito, arrastrando consigo estructuras enteras y exhibiendo las miserias del sistema; otros, con sigilo, desaparecerán en la sombra de negociaciones y pactos que les garanticen una caída suave. Pero la constante es ineludible: nadie se mantiene en la cumbre para siempre, y aquellos que creen haber burlado el destino solo están posponiendo lo inevitable.

La enseñanza es clara: la política requiere mesura, prudencia y un entendimiento profundo de la transitoriedad del poder. Nadie es eterno en el cargo, y quienes lo olvidan terminan consumidos por el peso de sus propias decisiones.

En la vida, como en la política, el equilibrio lo es todo. El dinero, el éxito y la influencia pueden convertirse en espejismos que hacen olvidar el propósito inicial. La historia nos ha enseñado que aquellos que se ven a sí mismos como intocables, como dueños de un destino inalterable, terminan siendo arrastrados por la corriente de su propia soberbia. La verdadera habilidad no está en acumular poder, sino en administrarlo sin perder el sentido de la realidad.

El desafío es claro: no ser Ícaro ni Sísifo, sino aprender a volar sin olvidar que siempre habrá una caída, y a empujar la piedra con la consciencia de que el esfuerzo nunca es definitivo. Porque en la política, como en la vida, nadie es eterno en la cumbre, y solo aquellos que lo entienden logran caer con dignidad y levantarse con sabiduría.

Continuar Leyendo

MUNDO

Los narcos gringos, primera parte

Publicado

el

Opinión, por Gerardo Rico //

“La violencia urbana en Estados Unidos, que en ciudades como Chicago, Baltimore, Los Ángeles y Nueva York arroja estadísticas preocupantes de por lo menos una persona asesinada a diario, está directamente ligada a la venta de drogas y por ende al narcotráfico mexicano.

Sin embargo, en una sociedad como la estadounidense, con su gobierno acostumbrado a buscar fuera de sus fronteras a los culpables del problema de la demanda y el consumo de drogas, los asesinatos cometidos todos los días por pandilleros o entre pandillas no son algo que valga la pena resaltar a nivel nacional; es más, si el muerto o los muertos son afroamericanos o hispanos, el gobierno hace todo lo posible por meter el asunto debajo de la alfombra”.

En la Unión Americana no existen estructuras lineales en las organizaciones del narco, como las hay en México y otras naciones latinoamericanas. Los narcos gringos trabajan con cualquier cártel y con varios al mismo tiempo cuando es posible. Son operadores que se encargan de la logística para transportar, distribuir y vender drogas. Su tajada se reparte entre muchos, son como una cadena de trabajadores independientes que prestan sus servicios a los narcos extranjeros.

“Lo que no hay en Estados Unidos son cárteles, no hay una estructura piramidal de capos entre los narcos gringos, menos aún un narcotraficante estadounidense destacado en comparación con los logros criminales alcanzados por delincuentes como Pablo Escobar Gaviria, Rafael Caro Quintero o el Chapo Guzmán”.

Este es apenas un bosquejo del libro “Los narcos gringos”, una radiografía inédita del tráfico de drogas en Estados Unidos, que fue escrito por el periodista Jesús Esquivel, corresponsal de la revista Proceso desde 1989 en Washington D.C., acreditado ante la Casa Blanca, el Congreso Federal y el Departamento de Estado de Estados Unidos. Hay que destacar que el libro fue editado en el 2016 y los derechos de edición son de Penguin Random House.

Ante las medidas del presidente Donald Trump, quien declaró como grupos terroristas a los cárteles de la droga en México, y las advertencias de funcionarios de su administración que podrían intervenir militarmente en nuestro país para terminar con estos, se me hizo muy interesante realizar una reseña de este libro que describe cómo opera el narco en el vecino país del norte.

“Las narcas gringas no son como las buchonas sinaloenses ni andan subiendo fotos al Facebook acompañadas de “su hombre” o ataviadas con joyas y vestidos de diseñador; son casi imperceptibles: están en todos lados, pero no se ven. Viven en grandes urbes como Nueva York, visten como ejecutivas y en algunos casos lo son, pero están más concentradas en hacer dinero fácil”.

En la Gran Manzana no llama la atención ver a una mujer blanca caminando por Park Avenue vestida con un traje sastre y con un portafolios en la mano: alguien así se puede considerar una más de las abogadas, empresarias o vendedoras de acciones financieras en Wall Street.

La lucha contra la violencia urbana es la guerra del gobierno estadounidense contra sus narcotraficantes y contra el comercio de drogas, pero aquel no lo admite y prefiere mantenerla disfrazada como “lucha contra la violencia”. En la DEA se desarrolló la Estrategia de ahogamiento, concentrada en su totalidad a combatir el tráfico de drogas al nivel de los pandilleros.

El objetivo de esta estrategia fue el identificar a los intermediarios estadounidenses de los cárteles mexicanos, personajes que se encargan de establecer la relación directa de un cártel con las pandillas de Estados Unidos. Los intermediarios son los que reclutan a los pandilleros y uno de los lugares favoritos para este objetivo es el sistema carcelario a nivel estatal y local.

Con cifras de hace nueve años, el autor del libro precisa que “para tener una idea del problema solo hay que mirar lo que sucede en Chicago: tiene el sistema carcelario municipal más grande de Estados Unidos y del mundo, el cual alberga entre 9,000 y 13,000 presos, de los cuales más del 80% purgan condenas por delitos relacionados con la violencia urbana pandillera y la venta de narcóticos”.

“La gravedad y el tamaño de la epidemia del consumo de drogas en Estados Unidos es auténticamente una calamidad; la muerte de jóvenes estadounidenses por sobredosis de narcóticos parece un hoyo negro sin fondo. Desde el gobierno federal de este país, la mejor práctica para enfrentar el problema del tráfico internacional de narcóticos sigue siendo buscar responsables fuera de sus fronteras; en este contexto de irresponsabilidad y de delegar a otros las culpas y las consecuencias de sus problemas de salud pública y educación, se augura que México seguirá siendo el villano favorito de la Casa Blanca y del Capitolio”.

Los Narcos Gringos, de Jesús Esquivel, además de ser una lectura amena, describe cómo operan los brókers, los narco motociclistas y narco camioneros, las narco pandillas los informantes y la narco corrupción gringa, entre otros capítulos por demás interesantes y que no pierden actualidad.

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.