PERSONALIDADES
General brigadier Luis Rodríguez Bucio: El primer comandante de la Guardia Nacional

Por Diego Morales //
Con el compromiso de garantizar la paz y la seguridad, la Guardia Nacional ya tiene mando. Se trata del general de brigada en proceso de retiro, Luis Rodríguez Bucio, que fue elegido para la comandancia de la nueva corporación de seguridad.
En su presentación, expresó: “Agradezco al señor presidente el honor que me otorga con el cargo de comandante de la Guardia Nacional”.
El general Rodríguez Bucio tendrá la responsabilidad de ser el primer jefe de la Guardia Nacional, el organismo creado a propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador que tendrá la enorme tarea de ejecutar el Plan Nacional de Paz y Seguridad presentado por el mandatario tabasqueño en noviembre pasado.
La estrategia de seguridad que tiene como finalidad devolverle al país la paz y tranquilidad perdida durante los últimos 13 años, tras las estrategias fallidas de los gobiernos encabezados por los presidente Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto que han dejado como saldo en esta lucha contra el crimen organizado cuando menos de 2006 a la fecha, 252.538 homicidios –informe de la ONU-, 40 mil desaparecidos y 26 cuerpos sin identificar.
El Presidente López Obrador expresó que “ahora, por las circunstancias, lo prioritario es atender el grave problema de la inseguridad y la violencia. Por eso, el Estado Mexicanos con sus instituciones que son profesionales, como el Ejército y la Marina, ayudará a que se pueda garantizar la paz y la tranquilidad del país”.
“Trataré de cumplir lo mejor posible en base a mi experiencia”, expresó el militar en proceso de retiro al dirigir sus primeras palabras a la opinión pública tras el anuncio de su nombramiento.
“Me considero un militar, un general, mi carrera no es diferente a la de mis colegas, mis contemporáneos. Afortunadamente tuve la oportunidad de realizar algunos cursos que marcan un poco la diferencia hacia mi persona. Tuve oportunidad de ir a Alemania, me dio experiencia, el hecho de tener ese curso te da experiencia, conocer otros militares es algo que todos queremos pero no todos podemos”, expresó en entrevista para ADN40.
En este rubro, el ahora comandante de la Guardia Nacional ostenta una licenciatura en Administración Militar en el Colegio de la Defensa Nacional, una maestría en Seguridad y Defensa Nacional, así como un doctorado en Defensa y Seguridad Nacional por el Centro de Estudios Superiores Navales. Tiene estudios en Alemania y experiencia en combate al narcotráfico.
Tiene 62 años de edad, nació el 27 de agosto de 1956 en Tancitaro, Michoacán.
Su trayectoria militar comenzó en el año 1973, en su ingreso como cadete en el Heroico Colegio Militar; se graduó como subteniente de infantería en 1977. Fue asignado al Segundo Batallón de Guardias Presidenciales, donde estuvo hasta 1985. Para el año de 1989, fue transferido al Estado Mayor Presidencial, donde fungió un año como subjefe de la Sección Cuarta.
Entre sus labores, estuvo como jefe de la Sección Tercera de la Segunda Brigada de Infantería en el Campo Militar número 1; fue oficial de Estado Mayor en la Sección Quinta del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional; coordinador de grupos interinstitucionales en trabajo de campo en el CISEN entre 1994-2000.
También, comandante del Segundo Batallón de Fuerzas Especiales en Temamatla; comandante de la Guarnición Militar de Cancún; de 2001 a 2013 fue asignado coordinador de Operaciones en Monterrey, haciéndose cargo de las operaciones contra las actividades de los grupos vinculados al narcotráfico en Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí; Director del Centro de Investigación y Desarrollo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Su último cargo fue el presidir el Consejo de Delegados de la Junta Interamericana de Defensa cuya sede está en Washington, D.C., en Estados Unidos y actualmente está en proceso de retiro.
El general de brigada Luis Rodríguez Bucio de 62 años de edad es experto en investigación sobre narcotráfico y su anterior encomienda –antes de que asuma la responsabilidad de estar al frente de la Guardia Nacional- fue la de presidente del Consejo de Delegados de la Junta Iberoamericana de Defensa en Washington, que está integrada a la Organización de Estados Americanos (OEA). Desde diciembre pasado inició su trámite de retiro.
LA MISIÓN DE CONSTRUIR
La enorme encomienda que tiene Luis Rodríguez Bucio en la Guardia Nacional tiene un reto extra: no solo es comandar la nueva corporación, sino construirla desde cero, con el gran reto de garantizar la paz y la seguridad en el país.
“Creo que se está intentando algo diferente, construir una nueva organización, que de más certidumbre, que esté presente siempre, quizá nuestros proyectos anteriores era ir con gran cantidad de personas, policías o militar, donde había un evento que exigía la presencia por corto tiempo. Ahora, lo que se pretende es permanente, estará en todo el territorio nacional”.
En medio de su designación, vino el debate si la guardia era militar o civil, a lo que Luis Rodríguez Bucio manifestó que se debe tener disciplina en cualquier fuerza armada, con una visión militar, no lo imagina de otra manera.
“Para dirigir una organización como la Guardia Nacional se requiere personal militar, un mando civil no es que no pueda, pero sí se vería mucho más complicado dar órdenes. Debemos poner énfasis en la disciplina, si no podemos tener un cuerpo armado, porque tendremos armas, debe ser un cuerpo disciplinado, todo cuerpo armado sin disciplina no podría ser una fuerza armada, es la base de la estructura, que permite que las ordenes se cumplan”.
Su nuevo cargo lo supo 24 horas antes de ser anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por ello, el comandante de la Guardia Nacional se reservó muchas cuestiones en su presentación, esperando que con el tiempo que comienza a dedicarle a su nueva encomienda, lo lleve a tener las respuestas a los cuestionamientos de la prensa y la sociedad.
“Tengo escasas 24 horas sabiendo mi designación, mi anterior función exigía mi tiempo, mi esfuerzo, de manera que muchas cosas no estoy totalmente enterado, ya inicié un proceso de inmersión en mi nueva función, espero que un corto tiempo pueda tener ya el conocimiento, pido su comprensión si no tengo respuesta a algunas preguntas”.
Subraya: “Tengo muchas más dudas que lo que hay, pero de lo que sí estoy seguro es que de inmediato nos sumamos al equipo de SEDENA y Marina, para hacer la parte que le corresponde a la Guardia. No quisiera dar fechas”.
A pregunta expresa de cómo se define y cómo será Luis Rodríguez Bucio en su cargo en la Guardia Nacional, dijo: “Me definiría como una persona que ante cualquiera de los cargos que he tenido siempre he buscado encontrar la forma de hacerlo, cumplir con la misión. Pero hay que entender lo que uno tiene que hacer. Tenemos que dedicarle tiempo al lugar donde está uno, eso da al final resultado. Hay que atender el tema en el que uno está trabajando al cien por ciento, mientras más tiempo le dedique al tema quizá lo va comprendiendo uno mejor. Siempre hay que dedicarle tiempo, esfuerzo, voluntad a entender dónde está uno. Creo que eso me puede ayudar en mi nueva responsabilidad”, puntualizó.
CULTURA
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PERSONALIDADES
Mauricio Camarena, un legado de tequila y tradición heredada

– Por Francisco Junco
En los Altos de Jalisco, entre tierras rojas y campos de agave, se gesta una de las historias más entrañables de la industria tequilera. La vida de Mauricio Camarena está marcada por una herencia de generaciones, pero también por el esfuerzo personal de mantener viva una tradición que, más que negocio, es un modo de vida.
“Soy parte de la sexta generación de mi familia productora de tequila, y eso nos lleva a una responsabilidad de llevar el nombre en alto”, afirmó en entrevista para Conciencia Pública, y es que, para él, el tequila no es sólo una bebida, es identidad nacional, símbolo de México en el mundo y una herencia que obliga a trabajar con la frente en alto.
Mauricio Camarena, con mucho orgullo, presume su origen familiar. Creció en Arandas, un pueblo enclavado a 2 mil 100 metros sobre el nivel del mar, rodeado de gente trabajadora y hospitalaria. Ahí, prácticamente bajo una penca de agave, empezó a descubrir la pasión que marcaría su vida. “Desde chico mi abuelo me inculcó el arte de producir tequila”, recordó con nostalgia y con ese orgullo que genera a quien desde pequeño lo enseñaron a amar su tierra.
El aprendizaje fue directo, sin aulas universitarias ni títulos formales en ingeniería. La destilería fue su escuela y los agaves sus libros. “No soy ingeniero, no estudié para tequilero, simplemente para mí es una forma de vida”, dijo, subrayando que su verdadera formación vino de la experiencia, de los maestros tequileros y, sobre todo, de su abuelo.
La historia familiar está llena de nombres que construyeron los cimientos de la industria. Entre sus bisabuelos se encuentran apellidos como Orendain, Cuervo, Rosales y Camarena, linajes que forman parte del ADN del tequila en México. Cada uno aportó visión y trabajo para consolidar un patrimonio que hoy trasciende generaciones.
Sin embargo, la verdadera fuerza de la historia está en la figura de su madre. Viuda a los 30 años y con seis hijos pequeños, tomó las riendas de la empresa tras la muerte prematura de su esposo. “Es una mujer que admiro mucho; supo sortear todos los obstáculos en tiempos muy difíciles para la mujer empresaria”, relató Mauricio con orgullo de hijo, de quien recibió lo que hoy en día es y representa.
El esfuerzo de ella fue más que empresarial, significó también forjar una familia sólida, inculcar valores y demostrar que, con determinación, se puede levantar una empresa desde la adversidad. Esa enseñanza, dice, es uno de los pilares que lo acompaña hasta hoy.
De su abuelo aprendió la disciplina y el arte de transformar el agave en tequila; de su madre, la fortaleza para no rendirse jamás. Ambos dejaron huellas imborrables en su vida, y en cada botella que produce se refleja ese legado.
Hoy, al frente de Tequila Carrera, Mauricio ha decidido honrar a sus ancestros regresando a las bases artesanales. “Estamos volviendo a la manera que ellos nos enseñaron, con hornos de mampostería, molienda en tahona, fermentación en pilas de ladrillo y destilación en alambiques de cobre”, explicó.
Para él, no se trata solo de un proceso técnico, sino de un viaje al pasado, un homenaje a más de cien años de historia familiar. Cada paso busca preservar la esencia de un tequila puro, con notas que cuentan una historia en cada copa.
Su visión no se queda en la producción. También mira al futuro de sus hijos, a quienes transmite el amor por la industria y los valores de honestidad y trabajo que heredó. “Yo siempre he dicho que ser honesto es buen negocio”, afirmó convencido de que esa es la clave para trascender.
Mauricio habla de la vida como una rueda de la fortuna. A veces toca estar arriba, otras veces abajo, pero lo importante es nunca dejar de girar. “Gracias a Dios hay que sacar la casta y seguir adelante, no hay muchos secretos más que hacer las cosas bien”, compartió con serenidad.
El mercado estadounidense representa alrededor del 80% del consumo de su tequila, pero él ha decidido no depender sólo de ese destino. Con visión estratégica, busca crecer en Latinoamérica y Europa, convencido de que el tequila tiene un lugar en todos los rincones del mundo.
Su filosofía frente a los retos es muy clara, para él, el éxito no es inmediato. “El mensaje para los jóvenes es que no hay atajos. Todo es trabajo, paciencia y estrategia. Hay que tener un objetivo claro y trabajar hasta lograrlo”, subrayó.
Esa visión contrasta con la prisa de las nuevas generaciones, que buscan resultados rápidos. Para él, el verdadero éxito no se mide en dinero, sino en legado. “El éxito es el reconocimiento que tienen tus hijos por tu trabajo, es sentir que has hecho las cosas bien y que representas con orgullo a tu familia”.
Por eso insiste en que el tequila no es solo una bebida de exportación, sino una expresión de identidad mexicana. “Cuando tú dices tequila, dices México”, aseguró, convencido de que cada botella debe llevar esa esencia al mundo entero.
Más allá del mercado, su compromiso está con la gente que lo rodea, desde sus trabajadores, empleados, colaboradores y consumidores. “Tenemos que elaborar un buen tequila, generar fuentes de empleo y llevar el nombre de tequila por todo el mundo con la frente en alto”, enfatizó.
Al final, su mensaje es sencillo, pero poderoso: amar lo que se hace. “Tuve la fortuna de nacer en un negocio que amo, pero para quien no la tuvo, el consejo es que amen lo que hacen y terminarán amando su trabajo”.
En cada palabra, Mauricio reflejó no solo el peso de la tradición, sino también la convicción de que el verdadero valor de la vida está en la pasión y en la huella que se deja. Su historia es la de un hombre que inspira a todo aquel que lo conoce, porque es alguien que supo tomar las riendas de un legado centenario y transformarlo en una fuente de orgullo para México y los transmite en cada charla y acción que emprende.
CARTÓN POLÍTICO
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JALISCO
95 aniversario del natalicio de Porfirio Cortés Silva: Deja legado de política, amistad y generosidad

– Por Diego Morales Heredia
En el marco de la conmemoración del 95 aniversario de su natalicio, PALMAC rindió homenaje al destacado político y líder sindical Porfirio Cortés Silva, recordando su legado, en donde dejó huella en educación, deporte, convivencia y unión social, pero más allá de su trayectoria pública, se resaltó la trascendencia del hombre cuyo compromiso social sigue vigente hasta la actualidad.
En este acto conmemorativo, que contó con la presencia de compañeros políticos y de la vida sindical, amigos y familiares, se recordó la vida y obra del homenajeado.
Porfirio Cortés Silva, nacido el 27 de agosto de 1930, fue cuatro veces diputado local y cuatro veces diputado federal por Jalisco. Asimismo, se desempeñó como abogado, egresado de la Universidad de Guadalajara, doctor en Derecho y presidente municipal de San Pedro Tlaquepaque.
Impulsado por su tío, don Francisco Silva Romero, se integró a la lucha sindical y se distinguió como dirigente de PALMAC, donde defendió los derechos laborales. Más allá de su labor política, es recordado por su generosidad, como cuando destinó íntegramente su salario para la construcción de escuelas y bibliotecas.
LA AMISTAD COMO PRINCIPIO FUNDAMENTAL
Durante el evento, se evocó al hombre cercano y solidario, que entendía la amistad como un principio fundamental. Por ello, el periodista Gabriel Ibarra Bourjac, amigo personal de Porfirio Cortés Silva, compartió unas palabras.
“Recordar a mi amigo me resulta muy grato, gente positiva, querida, cuyas acciones tienen un alto impacto y trascendencia social. Puedo hablar del político y del amigo; tuve oportunidad de conocerlo, platicar muchas horas con él sobre muchos temas de corte político, filosófico, de la trascendencia del ser humano, algo que Porfirio remarcaba mucho: hacer el bien desde el espacio donde te desarrolles. Ese fue su sentido de vida: para qué tener poder, qué hacer con él. En su caso, poder político y sindical”.
El director general de Conciencia Pública contó la manera en que conoció a Cortes Silva, siendo diputado local de la 49 Legislatura, una de las más recordadas en la historia de Jalisco, marcada por los debates de altura y el intercambio de ideas y pensamiento en beneficio del estado:
“Con su experiencia legislativa, fue diputado local y federal, era el látigo de los gobiernos locales y el congreso del estado, era un político duro y temido por su conocimiento de la técnica parlamentaria, la dureza en la argumentación y confrontación de ideas. Como periodista me tocaba hacer crónicas de los debates en el congreso; no sé qué me vio Porfirio, era un joven impetuoso, le llamó la atención mi novatez, me buscó; me invadían los nervios, conocer a aquel personaje, hablar con él en lo corto no era fácil para mí”.
Agregó: “Lo primero que sucedió fue la empatía, conectamos, empezó una larga amistad que trascendió el tiempo, haciéndome partícipe de sus locuras. Conocí a un hombre de un gran corazón; el hombre impecable en el debate era otro en el trato directo; esa amistad me dejó grandes aprendizajes de vida”.
UN POLÍTICO DIFERENTE
Para Gabriel Ibarra Bourjac, el paso de Porfirio Cortés Silva en la vida pública lo marca como un hombre trascendente, con una visión a largo plazo, social, que entendía las problemáticas de los ciudadanos.
“Eso marca la diferencia entre ser y no ser. Porfirio, al paso del tiempo, trascendió; solo así se entiende que el Ayuntamiento de Tlaquepaque se hubiera hecho del Hospital del Refugio, que lo compró a precio de ganga, sin sacar ventaja personal; fue el municipio el gran beneficiario al comprar un inmueble abandonado, lo remodeló y hoy es uno de los grandes espacios para la expresión de la cultura de la metrópoli. Igual hizo cuando compró el Atlas Paradero”.
Entre las anécdotas, Ibarra Bourjac se refirió como “las locuras de Porfirio” a las acciones que tomó durante su trayectoria, que lo dejaron en la historia de Jalisco como uno de los principales mecenas de la educación en la historia moderna.
«Otra de las grandes locuras de Porfirio fue el centro recreativo PALMAC, me platicó el proyecto desde su nacimiento, lo recorrimos y me invitó cuando había cientos de familias ahí. Otro proyecto fue el de turismo social, por la zona de San Luis Soyatlán. Donaba su sueldo como diputado para la construcción de escuelas; es el único caso a nivel nacional de un diputado tan generoso».
«En la inauguración de uno de estos planteles, a muchos nos emocionó cuando el coro de niños le agradeció el gesto de la donación con la canción Vive de Napoleón, con unas lágrimas de Porfirio al no contener la emoción», agregó Ibarra Bourjac.
Para cerrar con su discurso, aseveró la importancia de recordar a un hombre trascendente, al político con empatía social, al amigo cercano, al político generoso. “Eso fue Porfirio, un gran ser humano, un político que vivió el bien común, que dedicó su vida a darle a los demás; lo hacía con pasión e intensidad, lo recuerdo con gran cariño y admiración”, puntualizó.
El evento cerró con la premiación del Concurso de Conocimientos Infantil 2025, un proyecto que mantiene vivo el legado educativo de Porfirio Cortés Silva, entregando laptops a los primeros tres lugares entre aplausos de los presentes.