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MUNDO

Estados Unidos y China: Tregua comercial a la guerra tecnológica

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Por Alfredo Jalife-Rahme (Cortesía de Sputnik Mundo)

La guerra comercial de Trump contra China obtuvo una tregua con un arreglo ‘deslactosado’ que mínimamente detuvo la batalla de las tarifas que beneficia a EEUU. China esperará el desenlace del ‘impeachment’ de Trump en el Senado y/o su reelección cuando se intensifica la guerra tecnológica por Mike Pompeo y se abre un nuevo frente en el Ártico.

Existe un patente fatalismo en los círculos estratégicos de Washington sobre la inevitable guerra de EEUU contra China plasmado en el teorema de la trampa de Tucídides y el memorándum Crowe del libro Sobre China de Kissinger.

En su libro Destinados para la Guerra, el politólogo y relevante consultor del Pentágono Graham Allison expone su teorema de la trampa de Tucídides: «Cuando una gran potencia amenaza para desplazar a otra, la guerra es casi siempre el resultado».

En su polémico libro Sobre China, Kissinger, todavía muy cercano a Trump y a su yerno talmúdico Jared Kushner, desarchiva el célebre memorándum Crowe que versó antes del estallido de la Primera Guerra Mundial sobre la inevitabilidad de la guerra entre Gran Bretaña y Alemania y que ejemplifica «la rivalidad angloalemana como un augurio (sic) de lo que le puede esperar a EEUU y a China en el siglo XXI».

Aquí no importan si tienen razón o no Allison y Kissinger, sino que representan más bien la moda pensante de los dos partidos reinantes de EEUU con sus respectivos estrategas que son auscultados por el presidente en turno.

En medio de su naufragio doméstico, debido a los avatares de su impeachment en el Senado, Trump consiguió dos resonantes triunfos comerciales de corte electorero: su acuerdo deslactosado de la fase uno con China, y su avallasador acuerdo T-MEC con Canadá y México que contempla utilizar para su reelección.

Trump exulta su logro comercial con China con propósitos propagandísticos, mientras ha levantado muchas cejas escépticas y asépticas sobre la implementación de la controvertida fase uno, no se diga si habrá una segunda fase.

Pareciera que a cambio del respiro que le concedió a Trump —debido a su flagrante intervencionismo desde Hong Kong hasta la provincia islámica de Xinjiang—, China prefirió absorber algunas pérdidas relativas a su inmenso PIB, que en términos de paridad de compra/poder adquisitivo ya rebasó a EEUU, mediante sus electoreras compras teledirigidas por 200.000 millones de dólares en dos años, mientras Trump mantenía el castigo de sus 360.000 millones de dólares en tarifas.

Así las cosas, después de dos años de estéril guerra comercial, las tarifas de EEUU a los bienes chinos serán del 19%, comparado al 3% de su inicio. Aquí pierde China.

Las fotos de la ceremonia en la Casa Blanca simbolizan el estado de las cosas. Cabe resaltar que no acudió el chino Xi Jinping y envió en su representación al viceprimer Liu He quien siempre estuvo a cargo de las negociaciones.

El rostro de Trump exultaba el triunfo, mientras la cara del viceprimer chino exhibía su distante perplejidad nada sonriente.

El triunfo de Trump es electoral coreográfico con poca sustancia, ya que no pudo someter a China, cuyos multimedia previnieron que no se trataba de «una victoria de un solo lado», sino de un «win-win» (ganar-ganar).

China trató en la medida de lo posible de no apartarse de los axiomas de la OMC, del FMI y del G20.

Un día antes de la firma electoral coreográfica de Trump sobre el deslactosado acuerdo comercial con China, el pugnaz secretario de Estado y anterior director de la CIA, Mike Pompeo, intensificó la campaña contra Huawei ante los miembros del Grupo de Liderazgo de Silicon Valley —en el Commonwealth Club, de San Francisco— a quienes instó romper sus asociaciones con el Gobierno chino y sus empresas vinculadas.

En un ataque nada diplomático, dada la firma comercial del día después, Pompeo calificó a China de «verdadero Estado orwelliano» y refirió como ejemplo a seguir que «ninguno de nosotros hubiera instalado la tecnología soviética (sic)».

Llama la atención que Pompeo aporte como ejemplo a la URSS cuando, en relación con el asesinato del icónico general iraní Soleimani ordenado por Trump, su primera reacción fue llamar a su homólogo ruso Lavrov para propiciar una «desescalada» en Oriente Medio.

Exageradamente emotivo, Pompeo exclamó ante el liderazgo tecnológico de Silicon Valley que «EEUU enfrenta un desafío de China que pide cada fibra (sic) de sus habilidades innovativas» y a quienes instó que «cooperar más con las agencias gubernamentales de EEUU» con el fin de «frenar a los militares chinos de usar nuestra propia innovación en contra nuestra», por lo que «estaba alertando a sus aliados de los riesgos privados y la seguridad masiva en caso de estar conectados a la construcción de sus redes 5G por Huawei». 

Quizá Pompeo ignore que no hace mucho varios gigantes de las joyas geoestratégicas de Silicon Valley —Google, Facebook y Microsoft—propusieron que el Pentágono controle la inteligencia artificial

Como si lo anterior fuera poco, una delegación del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU encabezada por Matt Pottinger, presiona a Gran Bretaña a deslindarse de la red 5G de Huawei, ya que de otra forma EEUU interrumpiría su compartición de datos de espionaje con Londres. 

Simone McCarthy, del portal South China Morning Post, aduce que «la próxima frontera de la batalla de EEUU/China es por el control global» —desde el mar del Sur de China hasta África—, donde el Ártico viene en primera línea

Según McCarthy, el Documento Blanco sobre el Ártico de 2018 que publicó China, donde se define como «un Estado casi (sic) del Ártico», provocó escepticismo en Washington, ya que Pekín carece de «ambición militar».

Nadie dice que es muy probable que la asociación estratégica de Rusia con China sea susceptible de conferirle su anhelado paraguas militar/nuclear/hipersónico a Pekín en el Ártico.

Nada menos que el fundamentalista evangelista sionista Mike Pompeo —quien se ha posicionado como el espantapájaros de Trump— arremetió contra China en el Consejo del Ártico por sus veleidades en el Ártico.

Pompeo fustigó la Ruta Polar de la Seda que pretende construir China en el Ártico, además de sus dos otros proyectos de Ruta de la Seda continental y marítima

Para el Pentágono, la presencia científica china en el Ártico —donde tratan de desarrollar un sistema GPS que cubra su polo— abre la vía militar a China, lo cual «incluye a sus submarinos».

Trump hará lo imposible para bloquear el irredentismo chino en el Ártico, por lo que se puede interpretar su ofrecimiento de comprar Groenlandia con ese último fin.

El corredor chino en el Ártico y/o su proyectada Ruta de la Seda Polar dependen de la contribución de Rusia y la anuencia de los países nórdicos aledaños.

McCarthy cita al ruso Artyom Lukin, investigador de la Universidad Federal del Lejano Oriente, quien reconoce que «sin la participación china, será difícil conseguir mayores proyectos en el Ártico ruso (…) debido a sus inmensos costos y a su complejidad tecnológica».

Para Lukin, «Rusia tiene todos (sic) los activos militares en el Ártico, todas las capacidades» cuando «China es solamente un huésped» cuyo valor reside en su voluntad de invertir.

Sea lo que fuere, el sutil avance de China en el Ártico ha puesto nerviosos a Trump y a su espantapájaros Pompeo.

A mi juicio, el caos, la confusión y las volteretas de Trump y Pompeo subrayan la desesperación estratégica de EEUU frente al doble ascenso y a la asociación de Rusia y China.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

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MUNDO

Bitcoin alcanza su máximo valor histórico en el mercado: Las inversiones especulativas crecen ante la crisis política internacional

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Economía Global, por Alberto Gómez R. //

El mes de marzo en curso se ha marcado como un hito histórico en lo que se refiere a la economía y las finanzas, específicamente a las finanzas descentralizadas, ya que la primera y más importante moneda digital basada en la tecnología blockchain, el Bitcoin (BTC), rebasó su máximo valor anterior ($60 mil USD), situándose durante un par de días por arriba de los $73,500 dólares.

Las criptomonedas, también conocidas como activos o monedas digitales, son una evolución del dinero y una gran novedad para el sistema financiero. Y, como toda novedad, siguen provocando muchas dudas.

El concepto básico de las criptomonedas es ser, por lo general, dinero digital descentralizado que está diseñado para utilizarse en internet. Bitcoin, que se lanzó en 2008, fue la primera criptomoneda y sigue siendo la más grande, influyente y conocida por encima del resto. Desde ese entonces y en solo diez años, bitcoin y otras criptomonedas como Ethereum surgieron como alternativas digitales al dinero que emiten los gobiernos.

Las criptomonedas están basadas en desarrollos informáticos utilizando la criptografía, que consiste en la codificación para ocultar los datos de forma que sólo tenga acceso la persona adecuada, se utiliza para mantener tanto la privacidad en la red abierta que habitan, como la seguridad.

Para entender mejor qué es la criptomoneda, es necesario hablar de la innovación que suponen estos activos digitales.

La primera moneda digital que se lanzó con éxito fue el Bitcoin. Sus principales innovaciones ilustran el concepto principal de las monedas digitales:

  • Es un activo internacional: puede utilizarse en cualquier parte del mundo.

  • No depende de los bancos ni de los gobiernos para su emisión: está descentralizado y gobernado por la comunidad.

  • Su existencia es 100% digital, transparente y de código abierto: cualquiera puede comprobar los registros, pero las personas permanecen anónimas.

Las criptomonedas aportan esta gran innovación de ser monedas digitales descentralizadas. Esto significa que no se emiten desde bancos ni gobiernos, y, por eso, necesitan la parte “cripto”, de “criptografía”, para añadir la capa de seguridad a su funcionamiento. (bitso.com)

Las criptomonedas más populares, por capitalización de mercado, son Bitcoin, Ethereum, Tether y Solana. Otras criptomonedas muy conocidas son Tezos, EOS y ZCash. Algunas son similares a bitcoin. Otras se basan en tecnologías diferentes, o tienen nuevas funciones que les permiten hacer algo más que transferir valor.

Las criptomonedas posibilitan la transferencia de valores en línea sin la necesidad de un intermediario, como un banco o un procesador de pagos, lo que permite que los valores se transfieran en todo el mundo casi al instante, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con comisiones muy bajas.

Por lo general, los gobiernos o las autoridades centrales no emiten ni controlan las criptomonedas. Quienes las administran son redes de ordenadores peer-to-peer (par a par) que funcionan con software de código abierto y gratuito. Por lo general, cualquier persona que quiera participar puede hacerlo.

Si no hay ningún banco ni gobierno involucrado, ¿cómo es que las criptomonedas son seguras? Son seguras porque todas las transacciones son examinadas por una tecnología llamada cadena de bloques (Blockchain).

La cadena de bloques de una criptomoneda se parece al libro de contabilidad o al balance general de un banco. Cada moneda tiene su propia cadena de bloques, que es un registro en el que se verifica continua y constantemente cada una de las transacciones que se han hecho con esa moneda.

A diferencia del libro de contabilidad de los bancos, una cadena de bloques de una criptomoneda se distribuye entre los participantes de toda la red de dicha moneda digital.

Ninguna empresa, país o tercero tiene control sobre ella y cualquier persona puede participar. La cadena de bloques es una tecnología de vanguardia que se hizo posible hace poco tiempo, gracias a décadas de innovaciones informáticas y matemáticas. (coinbase.com)

En medio de la grave incertidumbre política internacional actual con una conflagración mutinacional en puerta -que probablemente pueda desencadenar la Tercera Guerra Mundial- las criptomonedas han surgido como una opción de inversión cada vez más popular. Estos activos digitales, como el Bitcoin y Ethereum, ofrecen una alternativa descentralizada al sistema financiero tradicional y han capturado la atención de inversores en todo el mundo. Sin embargo, su naturaleza volátil y especulativa plantea preguntas sobre su papel durante períodos de crisis política.

LA ATRACCIÓN DE LAS CRIPTOMONEDAS EN TIEMPOS DE CRISIS

Durante momentos de crisis política internacional, los inversores a menudo buscan refugio en activos considerados seguros, como el oro o los bonos del gobierno. Sin embargo, las criptomonedas han emergido como una opción alternativa atractiva. Su estatus descentralizado y su falta de correlación con los mercados tradicionales las hacen atractivas para aquellos que buscan diversificar sus carteras y protegerse contra la volatilidad política.

Además, las criptomonedas ofrecen la posibilidad de realizar transacciones de manera rápida y eficiente en un entorno globalmente incierto. Para aquellos que buscan evitar las restricciones impuestas por los controles de capital o las sanciones internacionales, las criptomonedas pueden ofrecer una solución viable.

VOLATILIDAD Y RIESGOS ASOCIADOS

A pesar de su atractivo durante períodos de crisis, las criptomonedas también presentan riesgos significativos para los inversores. Su volatilidad extrema puede exacerbarse durante momentos de agitación política, lo que resulta en fluctuaciones de precios impredecibles. Esta volatilidad puede llevar a ganancias sustanciales para algunos inversores, pero también puede provocar pérdidas catastróficas para otros.

Además, la falta de regulación y supervisión en el mercado de las criptomonedas significa que los inversores están expuestos a un mayor riesgo de fraude, manipulación del mercado y robo cibernético. En un entorno político inestable, estos riesgos pueden intensificarse, ya que los actores malintencionados buscan aprovechar la confusión y la incertidumbre.

IMPACTO EN LA ESTABILIDAD FINANCIERA

La especulación en criptomonedas durante tiempos de crisis política también plantea preocupaciones sobre la estabilidad financiera.

A medida que más inversores se vuelcan hacia estos activos digitales en busca de ganancias rápidas, existe el riesgo de que se cree una burbuja especulativa que eventualmente estalle, causando daños en los mercados financieros globales.

Sin embargo, ante otras inversiones especulativas o de alto riesgo, las criptomonedas no podrían causar una hecatombe financiera como la sucedida en 2008, ocasionada por las hipotecas subprime (de alto riesgo) que primero hizo quebrar al banco Lehman Brothers (la cuarta entidad financiera más importante de Estados Unidos), y luego se extendió a los mercados financieros internacionales de todo el mundo, creando un caos que provocó que millones de personas alrededor del mundo perdieran todo lo que tenían.

La creciente popularidad de las criptomonedas podría socavar la capacidad de los gobiernos para mantener el control sobre sus sistemas financieros y monetarios. Esto podría tener ramificaciones significativas para la política económica y la soberanía nacional, especialmente en países afectados por crisis políticas internas o sanciones internacionales.

La Crisis Financiera del 2008 tuvo un impacto significativo en la percepción y la posición del dólar como el principal activo de reserva. Si bien sigue siendo una moneda dominante en los mercados internacionales, la crisis exacerbó las preocupaciones sobre su estabilidad a largo plazo y condujo a una mayor diversificación de las reservas internacionales por parte de los países.

Las inversiones especulativas en criptomonedas durante tiempos de crisis política internacional representan una oportunidad tentadora para algunos inversores, pero también conllevan riesgos significativos. Si bien las criptomonedas pueden ofrecer una alternativa atractiva en un entorno de volatilidad política, su naturaleza especulativa y falta de regulación las hacen particularmente vulnerables a la incertidumbre del mercado y a la manipulación externa.

Como tal, es fundamental que los inversores ejerzan la debida diligencia y cautela al considerar la inclusión de criptomonedas en sus carteras de inversión durante períodos de crisis política internacional.

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MUNDO

Microchips en el cerebro y riñón de puerco: ¡Qué semana! finalmente son realidad el homociber y homochoero

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

La semana pasada se realizaron y publicaron de manera exitosa dos procedimientos médicos que serán sin duda, de los más importantes adelantos científicos de la medicina moderna.

Por un lado, el multimillonario Elon Musk y su empresa NeuraLink dieron a conocer con un video muy detallado que finalmente lograron implantar con éxito y hacer funcionar un microchip en el cerebro de una persona que por accidente había quedado paralizado de las cuatro extremidades, es decir sin control de piernas ni brazos hace años.

La empresa ahora valuada en cinco mil millones de dólares informó que en septiembre pasado reclutó al sujeto que ahora goza de dicho equipo con el cual puede según se pudo ver, controlar una computadora e incluso jugar ajedrez sin problema alguno en dicha máquina. 

Neuralink tiene grandes proyectos para este tipo de microchips mismos que han dicho pueden ser utilizados en padecimientos tan diversos como bajar de peso, como pelear con enfermedades como el Alzheimer y en un futuro recuperar la movilidad de las extremidades en casos como el del actual sujeto.

Esto es genial porque según la Organización Mundial de la Salud, cada año algo así como medio millón de personas sufren accidentes o enfermedades que les causan parálisis de piernas o de ambas piernas y brazos. Como lo he mencionado, esta tecnología será un gran regalo del cielo para los que por alguna razón han quedado sin capacidad de mover a voluntad sus piernas y brazos. Yo mismo tengo un primo hermano que por culpa de un accidente se quedó sin movilidad en sus piernas desde los 20 años de edad. Por cierto, el costo de este equipo actualmente es de tan solo $10 mil dólares lo que seguramente bajará al generalizarse cuando esté realmente a la venta. 

Hemos de decir que el año pasado, en Suiza se logró instalar, de manera exitosa, un sistema externo a un paciente un equipo externo que le permitió levantarse, con sus propias piernas, con el uso de su cerebro como comando de la máquina digital conectada a sus piernas y a su cerebro de forma externa. Esta tecnología se le conoce como puente digital que pasa por fuera de la espalda la parte dañada de la columna y comunica el cerebro con las partes bajas de la columna. Genial, esto servirá también para la gente con parálisis por embolia.  No se dio a conocer el costo de este equipo, pero seguro es menos que el de las sillas y las molestias. 

De momento, ninguno de los tres adelantos está a la venta, pero esperemos que pronto ambos sean puestos a la disposición de millones de personas que con ellos podrían recuperar la movilidad y autosuficiencia que por una razón u otra han perdido. 

Esta empresa no es la única que está trabajando con esta tecnología, por ejemplo, en Australia la Universidad de Sídney está experimentando el uso de este tipo de tecnología para que soldados controlen robots a distancia del frente de batalla o en estaciones de policía.

Por otro lado, y no menos importante, esta semana también se dio a conocer que se realizó con éxito el primer trasplante de riñón de un puerco a un ser humano, dicho riñón fue crecido y modificado genéticamente para ser compatible con el paciente.

Esto es verdaderamente fascinante porque millones de personas por país sufren insuficiencia renal que en muchos casos culmina con la necesidad de cambiar riñones, mismos que son escasos o rechazados por los pacientes. 

El pasado jueves, Richard Slayman, de 62 años de edad, recibió el primer trasplante de este tipo. Así es, este señor ya hizo historia y su ejemplo podrá ser estudiado y seguido por millones para que en un futuro no muy lejano podamos gozar de riñones y de otros órganos de reemplazo en nuestra búsqueda por vivir más y mejor. Los números de enfermos es monumental, simplemente para el 2022 se decía que en el mundo dos millones de personas anuales padecen por la falla total en sus riñones y unos 800 millones de personas sufren de la enfermedad en sus riñones misma que es progresiva, por lo que eventualmente ellos también necesitarán riñones a menos de que fallezcan antes. 

El promedio es del 10% de la población total del planeta. No se dio a conocer el costo de crecer a un puerco con riñones humanizados, pero seguro es menos que las eternas diálisis y claro que estar en el difícil mercado de los riñones donados por vivos o por muertos que, después son rechazados por el cuerpo del beneficiario y ni hablar de los efectos de los medicamentos para no rechazar los trasplantes.

 Ojalá y pronto podamos presumir que en México ya tenemos este tipo de avances que permitan a la población tener una mejor calidad de vida. ¿Será que a nuestros políticos se les ocurra curar en lugar de solo calmar o aplazar? ¡Ojalá! Si los políticos del mundo gastasen menos en grilla y tonterías y más en estas tecnologías seguro la gente los valoraría mucho más. Por lo pronto el hombre con partes cibernéticas en su cerebro, es decir el homociber y el hombre con órganos de puerco, es decir el homochoero, hicieron su llegada en este 2024.

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Putin se reafirma como el gran poder de Rusia: Elecciones mundiales 2024, ¿qué sucederá en casi 100 países?

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

El 2024 tiene, entre otras peculiaridades, la de ser el súper año electoral, en el que cerca de 100 países de todo el mundo celebrarán comicios a lo largo de los próximos 12 meses. Y, de ellos, 50 serán presidenciales, según la base a datos oficiales de los organismos electorales, la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES) y la consultora Anchor Change.

Distintos países han celebrado ya elecciones desde los primeros días del año, como Taiwán, Comoras, Finlandia y El Salvador; en el caso de este país de América Latina, el resultado de los comicios del 4 de febrero tuvo una especial resonancia en Estados Unidos y en los detractores del presidente reelecto, Nayib Bukele, que obtuvo más de 2,7 millones de votos que representan el 84,6 por ciento de respaldo, según el acta de escrutinio final divulgada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), esto a pesar de las duras críticas de organismos internacionales supuestamente a favor de la democracia y derechos humanos, sobre las acciones contundentes del gobierno de Bukele para reestablecer la paz y el orden en el país, que se encontraba desde hace décadas en manos de la mafia de las “maras”, sembrando el terror en todos los rincones de El Salvador, que pasó de ser el país más peligroso del mundo, a uno de los más seguros, en cuestión de meses.

Para el resto del año, la agenda estará compuesta por algunas de las elecciones generales más relevantes de las siguientes décadas. Este será el caso para países de la región de América, como México, Venezuela y los Estados Unidos, así como para territorios más alejados, como la India, que concentra la mayor cantidad de habitantes en el mundo (más de 1,400 millones).

De acuerdo a los últimos datos del Banco Mundial, este escenario implica que la mitad de la población del planeta, un estimado de 4.000 millones de personas, vive en los países donde habrá comicios en 2024. De este total, según cálculos compartidos por el Foro Económico Mundial, alrededor de 2,000 millones estarán habilitadas para ejercer su voto.

Los ciudadanos de El Salvador, Panamá, República Dominicana, México, Uruguay y Venezuela irán a las urnas durante los próximos meses para elegir a sus nuevos gobernantes.

En Panamá, las elecciones presidenciales se realizarán el 5 de mayo. Una semana más tarde será el turno de República Dominicana (19 de mayo).

Por su parte, México se prepara para celebrar el próximo 2 de junio una elección que podría ser histórica. Por primera vez, 2 mujeres compiten por la presidencia: la ex jefa de gobierno de Ciudad de México (CDMX), Claudia Sheinbaum, aspirante por el partido oficialista Morena; y la ex senadora Xóchitl Gálvez, por una coalición compuesta por los opositores Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD). Casi 100 millones de habitantes podrán participar de la votación, según estadísticas del Instituto Nacional Electoral mexicano.

El 27 de octubre concluirá el cronograma establecido para toda la región, cuando los ciudadanos en Uruguay asistan a sus propios comicios para elegir al sucesor del presidente Luis Lacalle Pou (Partido Nacional).

En Venezuela, la votación está pactada para el segundo semestre de 2024. Así lo acordaron delegaciones del gobierno de Nicolás Maduro y de la oposición venezolana, en octubre del año pasado, durante una jornada de diálogo realizada en Barbados. Sin embargo, todavía no hay una fecha confirmada.

En este contexto, tienen especial atención las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, a celebrase el 5 de noviembre próximo, en las que contenderán muy probablemente el ex presidente Donald Trump por el partido Republicano, y el actual presidente Joe Biden, por el Demócrata, buscando reelegirse para un nuevo período.

En Europa, habrá elecciones presidenciales en Finlandia (28 de enero), Eslovaquia (23 de marzo), Lituania (12 de mayo), Macedonia del Norte (24 de mayo), Islandia (1 de junio), Georgia (30 de noviembre), Moldavia y Rumania (noviembre), y Croacia (diciembre). Sin embargo, el principal evento para el continente será la votación del nuevo Parlamento Europeo. Entre el 6 y 9 de junio, alrededor de 400 millones de votantes de los 27 países miembros de la Unión Europea renovarán a los representantes del bloque.

Habrá también comicios en el país más poblado del mundo, la India. Más de 900 millones de personas, de una población total de 1.400 millones, votarán entre abril y mayo de 2024. La fecha estimada es el 30 de abril, aunque aún no está confirmada.

En África, se celebrarán la mayor cantidad de comicios del año: 18 territorios en total elegirán nuevos mandatarios. El foco estará especialmente puesto sobre Sudáfrica, cuyas elecciones presidenciales tendrán lugar entre mayo y agosto de 2024, según lo confirmado por su Comisión Electoral. Es uno de los territorios más habitados del continente africano, con alrededor de 60 millones de ciudadanos, entre los cuales hay más de 26 millones de votantes habilitados.

La votación presidencial en Rusia, del 15 al 17 de marzo pudiera haber tenido los rasgos de una carrera reñida, pero es más bien un referéndum, ya que su actual presidente, Vladimir Putin, sigue gozando del apoyo de la gran mayoría de sus gobernados.

El presidente Vladimir Putin, de 71 años, sin duda ganó un quinto mandato, sin que ninguno de los otros tres candidatos de las elecciones haya representado un verdadero desafío. Putin obtuvo más del 87% de los votos con una amplia mayoría de las papeletas escrutadas, según datos de la Comisión Electoral Central.

La participación se elevó al 74,22% del electorado, 7 puntos más que en los pasados comicios de 2018. «Por mucho que hayan intentado asustarnos, reprimir nuestra voluntad, nuestra conciencia, nadie lo ha logrado en la historia. Fracasaron ahora y fracasarán en el futuro», afirmó el líder ruso en un discurso tras confirmarse su victoria.

También expresó «un agradecimiento especial a nuestros guerreros en la línea de contacto», en referencia al frente de la guerra en Ucrania.

El presidente ruso se apresta iniciar un mandato de seis años hasta 2030 y puede volver a ser reelecto hasta 2036, tras reformar las reglas que limitaban el tiempo que permanecería en el cargo.

Algunos especialistas han advertido que Putin podría haber alcanzado recientemente su momento de mayor fortaleza y se espera que esta reelección sea utilizada por su gobierno para mostrarlo como un líder popular, con escasos críticos a nivel doméstico. (bbc.com)

Sin embargo, la votación es importante para Putin, ya que le permite consolidar su legitimidad y restaurar su imagen preferida como encarnación de la seguridad y la estabilidad. Esa imagen se vio empañada cuando la guerra, anunciada como una operación rápida para derrocar al gobierno de Kiev, se convirtió asunto complicado por los países occidentales, que ha causado cientos de miles de víctimas.

“El Kremlin necesita demostrar que cuenta con un enorme apoyo popular y que este ha aumentado desde el comienzo de la guerra”, afirma Nikolay Petrov, politólogo ruso del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad de Berlín.

La definición del rumbo político de Rusia es factor clave para lo que sucederá en Europa, al respecto de la guerra en Ucrania, con la interrogante de quién será el próximo ocupante de la Casa Blanca, en Estados Unidos. Si Biden fuera reelecto -escenario muy poco probable- se podría anticipar una escalada bélica en Europa y otras partes del mundo, como ha sucedido ya durante su primer mandato, con el alto riesgo del desenlace en una tercera guerra mundial. Si Donald Trump quien fuera electo presidente, muy probablemente desactivaría la intervención de la OTAN en Ucrania, ya que es un político pragmático, y tiene otra visión de lo que en Estados Unidos debe hacerse, para bien o para mal de muchos, entre estas las minorías étnico-raciales.

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