OPINIÓN
VUELACERCAS /// Digna actuación de Charros en Serie del Caribe en Panamá

Nuestro representativo nacional, culminó su participación ubicado en el cuarto lugar del certamen, superando a países tradicionalmente imponentes como Venezuela y Puerto Rico, pero quedando por debajo de las escuadras representativas de República Dominicana, Cuba y Panamá, siendo el conjunto anfitrión la agradable sorpresa del torneo.
Por Salvador Cosío Gaona ///
Y así fue como los Charros de Jalisco, Campeones de la temporada 2018-2019 de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), nuestro máximo circuito de práctica del juego de pelota a nivel profesional en otoño-invierno, culminaron dignamente su participación como representantes de México en la edición 61 de La Serie del Caribe, (conquistada por el sorprendente equipo panameño, Los Toros de Herrera, coronándose en el ‘Estadio Nacional Rod Carew’ en la Ciudad de Panamá), al terminar en triple empate con 2 triunfos y 2 derrotas en el liderato del grupo A con los equipos Cardenales de Lara, campeones de Venezuela y Leñadores de Las Tunas los monarcas de Cuba, más quedando al margen de jugar el cotejo final del torneo en razón a los criterios de desempate establecidos por la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC).
De acuerdo al reglamento de la competencia, resultó que el equipo de Cuba fue ubicado en primer lugar del grupo tras determinarse superó en una carrera al conjunto mexicano en relación al promedio de anotadas y recibidas durante los 4 cotejos que sostuvieron a lo largo de la competencia, ubicando al equipo mexicano en segundo lugar y al venezolano en el tercero del standing grupal, de ahí que avanzara la novena isleña al juego final ante Los Toros de Herrera, un modesto equipo de una provincia panameña, que no es siquiera el mejor o el campeón de la llamada Serie Panameña, más es el que pudieron armar emergentemente , y no obstante ello, se anotó el éxito de adjudicarse el título del certamen, luego de vencer en su grupo a las potencias que son República Dominicana (el país con más campeonatos : 19) y Puerto Rico (el que le sigue , con 14 y cuyo representativo se impuso en las ediciones 59 y 60 efectuadas en Culiacán y Zapopan y buscaba el tricampeonato).
Hay que advertir que el escuadrón panameño empató el liderato en el grupo B a los ‘Estrellas Orientales’ de República Dominicana, más se tuvo que recurrir al tercer criterio de desempate para conocer al líder del grupo, ya que ambos conjuntos igualaron en el balance de carreras en los 4 cotejos que desahogaron, pero al contrastar entre el porcentaje de bateo colectivo de ambos equipos los panameños tuvieron mejor desempeño. El último sitio del grupo y del torneo lo ocupó el conjunto puertorriqueño ‘Criollos de Caguas’.
Si bien, el hecho de que los Charros de Jalisco llegaban a esta competencia precedidos de su recién conquistado y muy merecido título de la LMP nos hizo albergar grandes expectativas, no podemos perder de vista algunos factores que también jugaron un papel preponderante en esta competencia, y se debe juzgar tanto su participación como los resultados en su justa dimensión.
Por ejemplo, no se puede soslayar que para esta edición del certamen el sistema de competencia tuvo que ser reformado con motivo del ajuste en la agenda para llevar a cabo la competencia en la sede alterna de Panamá tras los problemas que impidieron a Venezuela ser el anfitrión, lo que significó recortar y ajustar las fechas propiciando un cambio radical en el proceso de la serie.
Asimismo, se adicionó un equipo participante y al jugar seis equipos en lugar de cinco, en vez del tradicional round robin se formaron dos grupos de tres equipos para batirse unos contra otros los integrantes de cada sector en dos ocasiones, a efecto de propiciar enfrentarse entre sí los ganadores de los grupos A y B en una gran final para el último día de la competencia.
Podremos tener diferentes puntos de vista en cuanto a la conformación del equipo que se armó para enfrentar este compromiso internacional, si los jugadores eran los mejores, las alineaciones las correctas, los cambios atinados y las decisiones acertadas. Lo cierto es que la directiva mexicana dio en el clavo al llevar como base a los Charros campeones y aderezar la plantilla con incrustaciones importantes; se reforzaron todas las líneas con presencia de buenos peloteros de casi todos los equipos de la organización beisbolera mexicana llamada del Pacífico, advirtiéndose un sólido conjunto de peloteros equilibrado y armónico en cuanto a su cuerpo de serpentineros abridores y relevistas en todas sus variantes y para posibles situaciones especiales como en relación a las diversas líneas a la defensiva y su batería para producir anotaciones con labor eficaz de sus toleteros. Se llevó prácticamente a lo mejor que se tenía y también acertado fue dejar al manager Roberto Vizcarra y su equipo de coaches al frente del pelotón.
Quizá esperábamos mejores resultados por el momento anímico que acabábamos de experimentar al ver a nuestro equipo campeón, sin duda creímos que al llegar con esa fuerza, y embalado al certamen podría brindarnos una mayor alegría. Tristemente, fueron sorprendidos con un par de derrotas en sus dos primeros juegos ante Venezuela y Cuba y si bien pudimos verlos en sus siguientes enfrentamientos con mayor seguridad, con un mejor juego y desempeño en todas sus líneas, el criterio de desempate no los favoreció para seguir avante en la competencia.
México enfrentó a dos monstruos del béisbol mundial, de los mejores no hay duda, y sabíamos que sería complicado. Aún así, su desempeño no fue el esperado en sus dos compromisos iniciales, habiendo flaqueado los lanzadores abridores, cometido algunas pifias y con sumamente escasa producción de anotaciones; dejó un mal sabor de boca al no haber advertido hasta ese momento el mismo coraje, la misma garra y entrega con la que el equipo culminó la serie final por el título de la LMP en que venció a Yaquis de Obregón, cuando desplegó un beisbol de alta calidad.
Para los siguientes dos cotejos frente a los mismos adversarios, tuvimos la satisfacción de observar un plantel con las cualidades que ya le conocíamos; la garra, la entrega y la pasión estuvieron presentes y el buen beisbol también. Ahora sí enfrentaron sin complejos a sus competidores y nos dieron un par de alegrías al imponerse en segundas rondas a Leñadores de Las Tunas campeones de la Liga Cubana y Cardenales de Lara triunfadores de la liga venezolana. Al final, fue un cuestionado criterio de desempate el que no permitió ir más allá en la competencia.
De cualquier forma, ya los caporales albicelestes lograron trascender en esta edición de la serie del Caribe al dejar un gran recuerdo del empeño logrado tras conquistar esas dos victorias. Quedarán en nuestra memoria esos Charros que sacaron la casta enfundados en la franela mexicana para demostrar que tenían las condiciones, el beisbol y la pasión para no solo reponerse de un par de descalabros sino jugarle de tú a tú y vencer a los mejores.
La anhelada corona histórica número diez para nuestro país en el máximo serial beisbolero latinoamericano tendrá que esperar, al igual que será para otra ocasión que Charros de Jalisco consiga el título de campeón de La Serie del Caribe, habrá que pensar que la directiva de los caporales jaliscienses ya están trabajando desde ahora en su próximo objetivo que es el bicampeonato de la LMP y con ello la oportunidad de ir por la revancha, a conseguir la corona del más importante certamen del juego de pelota en América Latina en la siguiente edición, la numero 62, que se habrá de efectuar en suelo mexicano allá en los primeros días de febrero del 2020, al culminar la temporada 2019-2020 del béisbol invernal en nuestro país.

opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1
Deportes
Atlas, de la gloria reciente al futuro incierto

-Por Diego Morales Heredia
A punto de cumplir 109 años de existencia, el Atlas es uno de los equipos con más tradición en el futbol mexicano. A lo largo de su historia, el conjunto rojinegro ha sido reconocido por su futbol vistoso y ofensivo, por la formación de talentos en su academia y por su afición, acostumbrada al sufrimiento y la esperanza, conocida con orgullo como “La Fiel”.
Durante más de ocho décadas, el club fue manejado por una Asociación Civil integrada por empresarios destacados de Jalisco. Sin embargo, los problemas financieros, la falta de resultados y decisiones divididas obligaron a que en 2013 el equipo fuera vendido a Grupo Salinas.
Bajo el mando de la televisora, si bien el conjunto del Paradero retomó estabilidad financiera, el Atlas vivió una etapa de altibajos, marcada por constantes cambios de técnico, bajo rendimiento en la cancha y una creciente desconexión con su afición.
Durante la presidencia de Gustavo Guzmán, también se rompió el vínculo histórico con los socios, pues el primer equipo, fuerzas básicas y femenil dejaron de utilizar las sedes tradicionales de Colomos, Chapalita y Country, generando un vacío en la identidad atlista.
Para sorpresa de muchos, en 2019 se anunció un nuevo cambio de administración: Grupo Orlegi, encabezado por Alejandro Irarragorri, tomó el control del club. Con ellos llegó la modernización bajo el lema “infraestructura, estructura y procesos”. Y con ello, también, la gloria: los títulos del Apertura 2021 y Clausura 2022 rompieron una sequía de más de 70 años sin campeonato de liga. Además, se consolidó la Academia AGA en Nextipac como símbolo del nuevo modelo formativo.
Hoy, a solo días de cumplir 109 años, Grupo Orlegi ha iniciado el proceso de venta del club, con el objetivo de cumplir las reglas de la Liga MX que prohíben la multipropiedad. La directiva ha optado por conservar a Santos Laguna, y poner al Atlas en el mercado por una cifra cercana a los 250 millones de dólares.
Y para “La Fiel”, vuelve la incertidumbre. La esperanza de que el legado rojinegro quede en buenas manos, que los colores, el escudo y la esencia del club no sean alterados. Serán meses largos, llenos de especulaciones, anhelos y miedo al cambio. Una vez más, los atlistas tienen su corazón en vilo.
¿Quién compra al Atlas?
Deportes
Edición 798: El drenaje profundo, un paso hacia el futuro en Guadalajara

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JALISCO
Año de la Mujer Indígena: Promesas vs silencio en la Comunidad Indígena de Mezquitán

-Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac
Entre el discurso oficial del gobierno de México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, y la cruda realidad de las comunidades indígenas, se abren fisuras que revelan contradicciones inquietantes.
En 2025, declarado «Año de la Mujer Indígena» por el Congreso de la Unión y respaldado por el Ejecutivo, se pretende enaltecer el rol histórico y cultural de estas mujeres, combatir la discriminación y fortalecer sus derechos con políticas inclusivas.
Sin embargo, esta intención noble choca con actos de violencia institucional perpetrados por dependencias del mismo gobierno, como se evidencia en el caso de la Comunidad Indígena de Mezquitán, en Zapopan Jalisco.
Desde 2001, esta comunidad lleva 24 años esperando una indemnización justa por la expropiación de 26.93 hectáreas de sus tierras, utilizadas para la ampliación de la carretera Guadalajara-Ixtlahuacán del Río-Saltillo.
Esta discrepancia plantea una pregunta crucial: ¿es el reconocimiento a las mujeres indígenas un compromiso genuino o un juego de poder simbólico?
UNA INJUSTICIA DE DOS DÉCADAS
El conflicto de Mezquitán comenzó en 2001, cuando la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), expropió las tierras prometiendo una compensación de aproximadamente 40 millones de pesos. Sin embargo, solo se pagaron 6 millones como anticipo entre 2004 y 2005, dejando un adeudo pendiente que, conforme a la Ley Agraria y sentencias del Tribunal Superior Agrario, debe ajustarse a valor comercial.
Después de siete años de litigios contra la SICT (desde 2017) el Tribunal Agrario 16, y en noviembre de 2023, el Tribunal Superior Agrario les dio la razón a la Comunidad Indígena de Mezquitán, ordenando un avalúo por el INDAABIN para calcular el pago a valor comercial. Sin embargo, la SICT siguió interponiendo amparos frívolos, el último resuelto en diciembre de 2024, para retrasar lo inevitable.
Ahora lo que procede es que se ejecute la sentencia y que la SICT proceda al pago correspondiente, pero para ello se requiere el avaluó actualizado que debe realizar INDAABIN, donde ahora está el atorón con el tortuguismo de la dependencia.
Habrá que señalar que la Consejería Jurídica Federal del gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, coincide y recomienda, que lo que sigue es el cumplimiento de la sentencia y darle seguimiento hasta su conclusión, es decir, el pago en favor de la Comunidad.
Fue el 18 de junio pasado en el que mediante acuerdo, el Tribunal Agrario ordenó al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN) que, en un plazo de 10 días, informe sobre el trámite del avalúo solicitado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), con apercibimiento de multa en caso de incumplimiento, pero a la fecha no tenemos conocimiento de que INDAABIN haya cumplido ese requerimiento.
Todos estos obstáculos del poder de la burocracia, de diversas formas, ha enfrentado la Comunidad Indígena de Mezquitán, diversas formas para retrasar el proceso de pago; ahora es el «tortuguismo» de INDAABIN, que ha ignorado plazos como el de 10 días establecido el 18 de junio de 2024, bajo amenaza de multa.
Esta demora impacta directamente a 333 familias, muchas lideradas por mujeres indígenas que enfrentan pobreza y marginación como resultado de esta injusticia prolongada.
Saúl Rodríguez Barajas, presidente del Comisariado de Bienes Comunales, expresó su frustración: “Llevamos 24 años luchando por nuestros derechos, mientras el gobierno promete justicia, pero no actúa”.
Esta situación no solo contradice el espíritu del «Año de la Mujer Indígena», sino que también desvirtúa la reforma constitucional de 2024, que reconoce a los pueblos indígenas como sujetos de derecho público y obliga a consultar y compensar por proyectos que afecten sus territorios.
CONTRADICCIÓN ENTRE DISCURSO Y REALIDAD
El gobierno de Sheinbaum ha desplegado iniciativas ambiciosas para apoyar a los pueblos indígenas. En su informe de 100 días, anunció un presupuesto de 221 mil millones de pesos para 2025 destinados al desarrollo de comunidades indígenas y afromexicanas, que incluye 17 planes de justicia ya en marcha y el inicio de 13 más.
Además, lanzó el programa Apoyo Financiero a Mujeres Indígenas y Afromexicanas Artesanas (MIAA) con 500 millones de pesos, y en diciembre de 2024 restituyó 2,178 hectáreas a comunidades rarámuris en la Sierra Tarahumara.
Estas acciones, combinadas con la designación de figuras históricas como Tecuichpo, Tz’ak-b’u Aha, Señora 6 Mono y Xiuhtlaltzin como emblemas del año, buscan visibilizar el legado de las mujeres indígenas.
No obstante, el caso de Mezquitán revela una desconexión alarmante. Mientras se celebran avances simbólicos, la SICT se resiste a pagar y INDAABIN incumple sentencias judiciales, dejando a las mujeres de esta comunidad sin la indemnización que les corresponde.
Esta contradicción no es un incidente aislado, sino un síntoma de un problema estructural: las políticas públicas, aunque bien intencionadas, a menudo no se traducen en justicia tangible. La reforma constitucional de 2024, que manda consultar y compensar, debería haber agilizado casos como este, pero la inacción gubernamental lo contradice, erosionando la confianza en las promesas de inclusión.
MÁS ALLÁ DE LOS JUEGOS DE PODER
La negativa de la SICT y el «tortuguismo» de INDAABIN en el caso de Mezquitán contradicen el espíritu del «Año de la Mujer Indígena». Esta comunidad, con sus 333 familias —muchas lideradas por mujeres que encarnan los valores que el gobierno dice proteger—, merece una resolución que trascienda la retórica.
Aunque Sheinbaum no ha abordado directamente el caso, su compromiso con la justicia social indica que, con información clara, podría impulsar una solución para que 2025 no sea un ejercicio vacío. El gobierno debe actuar con urgencia, asegurando el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Agrario.
Solo así el discurso de reconocimiento a las mujeres indígenas se convertirá en hechos concretos, dejando atrás los juegos de poder y demostrando que la justicia no es negociable. La responsabilidad recae en Sheinbaum y sus dependencias: el tiempo apremia para alinear palabras con acciones.