MUNDO
El tráfico de drogas en el Nuevo Orden Mundial: Los chinos, ¿socios de cárteles y altos políticos de EEUU?
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
El tema del narcotráfico y el tráfico de personas en el norte del continente americano por lo general no son abordados en este espacio; esos asuntos que se tratan en otros espacios como termas mucho más regionales. No obstante, esta quincena ha salido a la luz información que puede ayudarnos a percibir el nivel de impacto internacional que, como país estamos protagonizando al ser parte, voluntaria o involuntariamente, del corredor para el tráfico de drogas y de personas más importante del planeta.
El juicio de García Luna y del Chapo, dejan más preguntas que respuestas. Hace muchos años escuchaba la plática de mi amigo el licenciado Alejando Díaz de León, catedrático de la UNAM, quien decía que parte del gobierno de EUA estaba íntimamente entrelazado con los cárteles y productores de drogas en todo el mundo.
Incluso decía mi muy estimado Alejandro que los Demócratas favorecían a los cárteles de una región del mundo y los republicanos a otra, dando ejemplos de cómo en cada gobierno se daban golpes a rutas de uno y otro bando desde el Oriente Medio hasta América del Sur. Obviamente sería irresponsable decir que un partido político de cualquier parte del mundo está dedicado al narco o al tráfico de personas como parte de sus actividades cotidianas, pero no es difícil comprender cómo es que mi amigo tuvo dicha idea y en lato sensu, lo mismo nos deberíamos preguntar de todo el mundo.
En el juicio del Chapo y de García Luna, no se dijo cómo era que los cargamentos de drogas y de personas han pasado por las narices de la frontera entre Estados Unidos y México. Cómo es posible que los equipos más sofisticados sean ineficientes para detectar, dar seguimiento y detener el paso de mercancías y personas que transitan por parte del territorio mexicano y entran para también transitar gran parte del territorio estadounidense sin que logren ser interceptados.
Cuando el FBI quiso detener a miles, realmente miles, de personas que en enero 6 del 2021 habían protestado e irrumpido al edificio del Capitolio en Washington, encontraron a personas en días y con el uso de las redes sociales y del reconocimiento facial y de voz, las detuvieron en distintas partes de ese país, desde Alaska hasta Florida. Pero el mismo país nos dice que no puede detener a un grupo de narcotraficantes y a un grupo de políticos corruptos de su vecino del sur. Suena casi ridículo.
Hace años Gerardo Fernández Noroña y algunos periodistas eran marginados por pedir investigaciones en contra de García Luna, pero ahora resulta que nadie sabía nada. El escándalo naturalmente nos ha cimbrado como país, pero habría que dar seguimiento a una nota que pasó casi desapercibida. En esa semana del veredicto contra García Luna, legisladores de Arizona elevaron la voz para acusar a su ex secretaria de Estado y actual gobernadora Katty Hobbs de ese estado, de haber recibido dinero del cartel de Sinaloa.
Incluso el Washington Times indica que el cártel de Sinaloa es “el mayor empleador de Arizona” ¿Será? Es importante recordar que Arizona comparte frontera con nuestro país y que para que la droga y la gente circulen en ese país, debe haber gente ayudándole a los cárteles quienes ya tienen dentro de la Unión Americana grupos dedicados a aplicar su “ley” y a infiltrar a políticos con “regalos”. Algo similar a lo que se dice de China quien tiene a empresarios donando cantidades importantes de dinero a las campañas y a otros que con visa de turista o de migrantes quienes en realidad trabajan como policías del partido comunista en el territorio del tío Sam.
Aunque duela es importante reconocerlo, así como en México hay una penetración del narco y de las redes de tráfico de personas en todos los niveles de gobierno y de empresas, EUA y Europa no son la excepción y a través de ellos, ese negocio infecta, de una forma u otra a todos los países y niveles sociales del mundo. Al final del día la ley del mercado indica que si hay una demanda habrá quien busque cómo satisfacerla.
Tan solo en los dos últimos 3 años ha habido un tráfico de personas indocumentadas de México a EUA que supera los 5 millones y el ritmo va en aumento. En dicha migración se han detectado personas de más de cien países incluyendo también a niños migrantes sin compañía de adultos. Niños que según documentos del gobierno de EUA han quedado en muchas ocasiones bajo la responsabilidad de adultos con intenciones poco honorables. El New York Times publicó el pasado martes una nota en la que acusaba a diversas corporaciones de ese país de usar a menores migrantes como empleados en condiciones cuestionables.
El diario entrevistó a más de 100 menores quienes decían que las condiciones de trabajo eran muy duras y los dejaban exhaustos. Según documentos del Departamento de Servicios Humanos, en los últimos 2 años se han extraviado o perdido la pista a más de 250 mil menores inmigrantes que fueron entregados a personas que no necesariamente eran sus familiares. Esto es una locura y es muy triste porque muchos de esas niñas y niños sin duda quedaron en manos de las bandas de traficantes a quienes les deben parte de su pasaje y pagarán de una u otra forma.
Por su lado el Departamento del Trabajo de EUA indica que del 2021 al 223 las violaciones a la Ley del Trabajo por el uso de menores, ha incrementado en un 70% y que en el 2022 se detectaron a más de 800 compañías utilizando a más de 2,800 menores en labores ilegales, eso sin contar las labores sexuales. Las empresas que fueron detectadas y están en proceso de ser sancionadas no son únicamente pequeñas compañías o temas sexuales, sino que también hay fábricas de helados como Ben & Jery´s o de carnes como Tayson y Cargill quienes fueron acusados de utilizar a los menores de hasta 14 años de edad para limpiar navajas de molinos con químicos muy tóxicos.
En su carrera por ser coronado y reconocido como el nuevo líder supremo del orden mundial, China y su apoyo al narcotráfico a través de México, ha sido expuestos por sus efectos al proveer fentanilos que durante el 2022 causaron la muerte a más de 300 personas diarias en EUA. Según estudios de seguridad nacional, el gobierno centralizado y de control férreo de Beijing no son ajenos a este fenómeno de los ríos de drogas y dinero que fluyen desde sus costas hasta nuestro país y de aquí a EUA y Canadá.
Los cárteles mexicanos son una verdadera organización internacional. Según un informe de la DEA y de otros análisis del FBI, en el 2017 se detectó a una figura extraña que operaba con mucho dinero de EUA a China y a México. La figura pronto fue identificada como el empresario sino-americano Xizhi Li, quien era uno de los altos financieros de confianza de los cárteles mexicanos. Lo anterior llamó la atención y por eso se le siguió la pista con lo que se detectó una nueva modalidad de lavado de dinero en la que presuntamente estarían involucrados funcionarios del gobierno de China y tal vez el propio gobierno de Dragón. Según este estudio y testimoniales de la DEA en Canadá y en EUA, este método de lavado a través de empresas en los barrios chinos de EUA, habrían ayudado a lavar de manera ágil y barata hasta $3.8 mil millones de dólares en los últimos 10 años lo que convertiría a este método y a China en el lavador número uno del mundo. Según esas investigaciones, los socios de Xizhi Li son personas de alto rango del partido comunista y sus métodos e instrumentos de operación parecen más de espionaje que de narco o de financiero.
EL NUEVO ORDEN MUNDIAL Y LA MUERTE DEL ACTUAL.
Si Alejandro Díaz de León tenía razón y altos políticos de los partidos de EUA juegan con el tráfico y abasto de drogas del mundo, si como señalan algunos legisladores de Phoenix, la Gobernadora de Arizona recibió dinero del cártel de Sinaloa y si en verdad la DEA tiene razón sobre la permisividad del gobierno de China con respecto al envío de drogas y al lavado de dinero, estaríamos viendo que el Dragón no inventa esta forma de minar al enemigo, porque otras potencias como Inglaterra y Francia ya lo habían hecho en su momento con la llamada guerra del opio por la cual se condenó a varias generaciones de chinos a las adicciones para poder controlar a su país y además se condenó a China a ceder territorios y condiciones desfavorables de comercio a los vencedores en el siglo XIX.
NADA NUEVO BAJO EL SOL
Los cárteles mexicanos son sin duda empresas trasnacionales de gran calado e influencia y por gusto o por accidente estarían ayudando a la formación del Nuevo Orden Mundial. Si en el pasado las potencias han financiado guerrillas o movimientos políticos y sociales para llevar al gobierno en otros países a grupos aliados o para dividir la unidad nacional, ¿por qué China no usaría la misma táctica? Si el dinero y la influencia de China y de los cárteles están afectando elecciones y gobiernos en México como se ha dicho desde EUA, ¿por qué no afectarían en NY, Washington, Berlín, París o Londres? ¿Quiénes son los García Luna de Berlín, de NY, de Washington, de París y de Londres? Ya de menos saber, ¿quiénes han sido los socios o empleados de alto rango de los cárteles y de China en California, BCS, Arizona, Sonora, Nuevo México, Chihuahua, Texas, Coahuila, Tamaulipas y Florida?
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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