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MUNDO

El tráfico de drogas en el Nuevo Orden Mundial: Los chinos, ¿socios de cárteles y altos políticos de EEUU?

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

El tema del narcotráfico y el tráfico de personas en el norte del continente americano por lo general no son abordados en este espacio; esos asuntos que se tratan en otros espacios como termas mucho más regionales. No obstante, esta quincena ha salido a la luz información que puede ayudarnos a percibir el nivel de impacto internacional que, como país estamos protagonizando al ser parte, voluntaria o involuntariamente, del corredor para el tráfico de drogas y de personas más importante del planeta.

El juicio de García Luna y del Chapo, dejan más preguntas que respuestas. Hace muchos años escuchaba la plática de mi amigo el  licenciado Alejando Díaz de León, catedrático de la UNAM, quien decía que parte del gobierno de EUA estaba íntimamente entrelazado con los cárteles y productores de drogas en todo el mundo.

Incluso decía mi muy estimado Alejandro que los Demócratas favorecían a los cárteles de una región del mundo y los republicanos a otra, dando ejemplos de cómo en cada gobierno se daban golpes a rutas de uno y otro bando desde el Oriente Medio hasta América del Sur. Obviamente sería irresponsable decir que un partido político de cualquier parte del mundo está dedicado al narco o al tráfico de personas como parte de sus actividades cotidianas, pero no es difícil comprender cómo es que mi amigo tuvo dicha idea y en lato sensu, lo mismo nos deberíamos preguntar de todo el mundo.

En el juicio del Chapo y de García Luna, no se dijo cómo era que los cargamentos de drogas y de personas han pasado por las narices de la frontera entre Estados Unidos y México. Cómo es posible que los equipos más sofisticados sean ineficientes para detectar, dar seguimiento y detener el paso de mercancías y personas que transitan por parte del territorio mexicano y entran para también transitar gran parte del territorio estadounidense sin que logren ser interceptados.

Cuando el FBI quiso detener a miles, realmente miles, de personas que en enero 6 del 2021 habían protestado e irrumpido al edificio del Capitolio en Washington, encontraron a personas en días y con el uso de las redes sociales y del reconocimiento facial y de voz, las detuvieron en distintas partes de ese país, desde Alaska hasta Florida. Pero el mismo país nos dice que no puede detener a un grupo de narcotraficantes y a un grupo de políticos corruptos de su vecino del sur. Suena casi ridículo.

Hace años Gerardo Fernández Noroña y algunos periodistas eran marginados por pedir investigaciones en contra de García Luna, pero ahora resulta que nadie sabía nada. El escándalo naturalmente nos ha cimbrado como país, pero habría que dar seguimiento a una nota que pasó casi desapercibida. En esa semana del veredicto contra García Luna, legisladores de Arizona elevaron la voz para acusar a su ex secretaria de Estado y actual gobernadora Katty Hobbs de ese estado, de haber recibido dinero del cartel de Sinaloa.

Incluso el Washington Times indica que el cártel de Sinaloa es “el mayor empleador de Arizona” ¿Será? Es importante recordar que Arizona comparte frontera con nuestro país y que para que la droga y la gente circulen en ese país, debe haber gente ayudándole a los cárteles quienes ya tienen dentro de la Unión Americana grupos dedicados a aplicar su “ley” y a infiltrar a políticos con “regalos”. Algo similar a lo que se dice de China quien tiene a empresarios donando cantidades importantes de dinero a las campañas y a otros que con visa de turista o de migrantes quienes en realidad trabajan como policías del partido comunista en el territorio del tío Sam.

Aunque duela es importante reconocerlo, así como en México hay una penetración del narco y de las redes de tráfico de personas en todos los niveles de gobierno y de empresas, EUA y Europa no son la excepción y a través de ellos, ese negocio infecta, de una forma u otra a todos los países y niveles sociales del mundo. Al final del día la ley del mercado indica que si hay una demanda habrá quien busque cómo satisfacerla.

Tan solo en los dos últimos 3 años ha habido un tráfico de personas indocumentadas de México a EUA que supera los 5 millones y el ritmo va en aumento. En dicha migración se han detectado personas de más de cien países incluyendo también a niños migrantes sin compañía de adultos. Niños que según documentos del gobierno de EUA han quedado en muchas ocasiones bajo la responsabilidad de adultos con intenciones poco honorables. El New York Times publicó el pasado martes una nota en la que acusaba a diversas corporaciones de ese país de usar a menores migrantes como empleados en condiciones cuestionables.

El diario entrevistó a más de 100 menores quienes decían que las condiciones de trabajo eran muy duras y los dejaban exhaustos. Según documentos del Departamento de Servicios Humanos, en los últimos 2 años se han extraviado o perdido la pista a más de 250 mil menores inmigrantes que fueron entregados a personas que no necesariamente eran sus familiares. Esto es una locura y es muy triste porque muchos de esas niñas y niños sin duda quedaron en manos de las bandas de traficantes a quienes les deben parte de su pasaje y pagarán de una u otra forma.

Por su lado el Departamento del Trabajo de EUA indica que del 2021 al 223 las violaciones a la Ley del Trabajo por el uso de menores, ha incrementado en un 70% y que en el 2022 se detectaron a más de 800 compañías utilizando a más de 2,800 menores en labores ilegales, eso sin contar las labores sexuales. Las empresas que fueron detectadas y están en proceso de ser sancionadas no son únicamente pequeñas compañías o temas sexuales, sino que también hay fábricas de helados como Ben & Jery´s o de carnes como Tayson y Cargill quienes fueron acusados de utilizar a los menores de hasta 14 años de edad para limpiar navajas de molinos con químicos muy tóxicos.

En su carrera por ser coronado y reconocido como el nuevo líder supremo del orden mundial, China y su apoyo al narcotráfico a través de México, ha sido expuestos por sus efectos al proveer fentanilos que durante el 2022 causaron la muerte a más de 300 personas diarias en EUA. Según estudios de seguridad nacional, el gobierno centralizado y de control férreo de Beijing no son ajenos a este fenómeno de los ríos de drogas y dinero que fluyen desde sus costas hasta nuestro país y de aquí a EUA y Canadá.

Los cárteles mexicanos son una verdadera organización internacional. Según un informe de la DEA y de otros análisis del FBI, en el 2017 se detectó a una figura extraña que operaba con mucho dinero de EUA a China y a México. La figura pronto fue identificada como el empresario sino-americano Xizhi Li, quien era uno de los altos financieros de confianza de los cárteles mexicanos. Lo anterior llamó la atención y por eso se le siguió la pista con lo que se detectó una nueva modalidad de lavado de dinero en la que presuntamente estarían involucrados funcionarios del gobierno de China y tal vez el propio gobierno de Dragón. Según este estudio y testimoniales de la DEA en Canadá y en EUA, este método de lavado a través de empresas en los barrios chinos de EUA, habrían ayudado a lavar de manera ágil y barata hasta $3.8 mil millones de dólares en los últimos 10 años lo que convertiría a este método y a China en el lavador número uno del mundo. Según esas investigaciones, los socios de Xizhi Li son personas de alto rango del partido comunista y sus métodos e instrumentos de operación parecen más de espionaje que de narco o de financiero.

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL Y LA MUERTE DEL ACTUAL.

Si Alejandro Díaz de León tenía razón y altos políticos de los partidos de EUA juegan con el tráfico y abasto de drogas del mundo, si como señalan algunos legisladores de Phoenix, la Gobernadora de Arizona recibió dinero del cártel de Sinaloa y si en verdad la DEA tiene razón sobre la permisividad del gobierno de China con respecto al envío de drogas y al lavado de dinero, estaríamos viendo que el Dragón no inventa esta forma de minar al enemigo, porque otras potencias como Inglaterra y Francia ya lo habían hecho en su momento con la llamada guerra del opio por la cual se condenó a varias generaciones de chinos a las adicciones para poder controlar a su país y además se condenó a China a ceder territorios y condiciones desfavorables de comercio a los vencedores en el siglo XIX.

NADA NUEVO BAJO EL SOL

Los cárteles mexicanos son sin duda empresas trasnacionales de gran calado e influencia y por gusto o por accidente estarían ayudando a la formación del Nuevo Orden Mundial. Si en el pasado las potencias han financiado guerrillas o movimientos políticos y sociales para llevar al gobierno en otros países a grupos aliados o para dividir la unidad nacional, ¿por qué China no usaría la misma táctica? Si el dinero y la influencia de China y de los cárteles están afectando elecciones y gobiernos en México como se ha dicho desde EUA, ¿por qué no afectarían en NY, Washington, Berlín, París o Londres? ¿Quiénes son los García Luna de Berlín, de NY, de Washington, de París y de Londres? Ya de menos saber, ¿quiénes han sido los socios o empleados de alto rango de los cárteles y de China en California, BCS, Arizona, Sonora, Nuevo México, Chihuahua, Texas, Coahuila, Tamaulipas y Florida?

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MUNDO

El Capitán América y la batalla ideológica

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Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //

El cómic del Capitán América nació con un objetivo claro y acorde a un momento histórico muy concreto. El Nº1 de la serie apareció en los puestos de revistas estadounidenses en marzo de 1941, en su portada mostraba a un musculoso hombre enmascarado que portaba un traje lleno de barras y estrellas, mismo que propinaba un golpe en la mandíbula a Adolf Hitler. Este primer número vendió más de un millón de ejemplares.

Cuando se publicó el cómic, Estados Unidos aún no había entrado en la Segunda Guerra Mundial pero la situación era cada vez más tensa con las fuerzas del Eje y el gobierno ya estaba preparado para lo que podía suceder.

En diciembre de ese año, Pearl Harbor fue bombardeado por aviones japoneses y entonces EEUU se unió a los aliados. El Capitán América, que había conquistado el corazón de los jóvenes lectores, se sumó a la lucha difundiendo mensajes patrióticos o apareciendo en campañas propagandísticas.

El origen del Capitán América decía bastante de él: Steve Rogers era un joven que intentó alistarse en el ejército llevado por el compromiso que sentía hacia su país, pero que fue rechazado debido a su mala condición física. Sin embargo, su valentía y valores llamaron la atención de un grupo de científicos que lo eligieron para ser el primer “supersoldado” de la historia inyectándole un suero especial.

Si bien es cierto que lo que hace a Steve un héroe es el resultado de la inyección del suero (fuerza sobrehumana, súper reflejos, etc.), sus habilidades son una consecuencia de los valores que ya tenía. Es decir, que Steve era tan importante cómo el capitán. Los propagandistas gringos tenían claro lo que querían comunicar: cualquier estadounidense puede ser un héroe para su nación.

El panorama que enfrenta Estados Unidos en pleno 2024 es diametralmente distinto al que se tenía previo a la segunda guerra mundial. Los jóvenes ya no creen en lo que hace el gobierno, piensan que la guerra contra el Estado Islámico y Hamás es incorrecta y aquel sentimiento patriótico que llevó a Estados unidos a ser lo que es, se desvanece.

Los jóvenes estadounidenses, empujados por una serie de ideas que ven en redes sociales y por un pensamiento propio que critica a las instituciones, han salido a protestar en sus campus universitarios. Los manifestantes exigen a los centros educativos que rompan vínculos con cualquier proyecto que beneficie al Gobierno israelí o a las empresas que financian el conflicto entre Israel y Palestina.

La primera manifestación se dio en la Universidad de Columbia. Decenas de estudiantes instalaron una zona de tiendas de campaña en el campus y en días pasados, la policía intentó desalojar el campamento, cuando arrestó a más de 100 personas.

El fin de esta historia es de pronóstico reservado, pues parece increíble que hoy los jóvenes salgan a protestar contra un gobierno que de una u otra manera garantiza su expresión y su desarrollo personal para en cambio, defender ideas de aquellos que han buscado destruirlos. Algo de razón tendrán los jóvenes, pero, de seguir adelante con esto, ponen en riesgo a las instituciones que les brindan una serie de privilegios que pocos tienen en el mundo; pareciera que viven el síndrome de Estocolmo.

México, con diferencias de fondo, vive una situación similar. La admiración a la delincuencia organizada y a lo que representa, lleva a los jóvenes aspirar a ser como aquellos que generan inseguridad en el país, a compartir sus ideas, escuchar su música, replicar su vestimenta y a llevar a cabo acciones similares a las de que aquellos que tanto dañan a la sociedad.

Tal vez la guerra ideológica se perdió cuando faltaron líderes positivos a quien admirar, cuando se inició una guerra y el estado se mostró débil, cuando la pobreza y marginación llevaron a los jóvenes a buscar salir de esa situación a cualquier costo o cuando se propuso que a los delincuentes se le debían dar abrazos.

Estados Unidos y México comparten el problema de la falta de credibilidad de sus jóvenes hacia el gobierno. En ambos casos, parece que la batalla ideológica está perdida. ¿Qué hacer para recuperar la admiración y el respeto de los jóvenes por el país que los vio nacer?

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El radicalismo viene de la izquierda

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Opinión, por Fernando Núñez de la Garza Evia //

“La estabilidad lo es todo”, dice un antiguo proverbio chino. Pronto nos daremos cuenta de su sabiduría al quedar atrás la relativa estabilidad vivida en el país y el mundo durante los últimos treinta años. Además del regreso de las rivalidades geopolíticas, del desafío del calentamiento global y los riesgos de las nuevas tecnologías, tendremos que añadir el regreso del radicalismo político. En ciertos países proviniendo de la derecha, mientras que en otros de la izquierda.

Ha habido un debilitamiento de la democracia ante una creciente radicalización política. En Estados Unidos, una parte de la izquierda se ha vuelto más fundamentalista con la cultura del woke, aunque se ha mantenido en los márgenes partidistas. En la derecha, sin embargo, la radicalización se ha normalizado al llevar al extremo los principios del libre mercado, la negación del calentamiento global y la militarización de la política exterior.

Asimismo, en Europa ha sido la derecha política la que se ha tornado más extremista, llegando inclusive al poder en países tan relevantes como Italia. Pero, ¿por qué es la derecha la que ha llevado la delantera radical? Fundamentalmente, por la migración masiva y sus crecientes problemas culturales. Y un problema mayúsculo es que ese extremismo no solo es a nivel de las élites, sino también de las poblaciones.

La derecha en México no se ha radicalizado, al menos no aún. Porque no ha hecho suyas las políticas de mano dura contra la inseguridad, como la derecha salvadoreña. Porque no tiene una dura retórica anti-migrante, como la derecha europea. Y porque no niega el calentamiento global ni ha hecho suyo el dogma del libre mercado, como la derecha estadounidense. Además, la derecha mexicana es democrática, porque cree en los canales institucionales, la negociación partidista y las elecciones populares como mecanismos fundamentales para resolver los problemas políticos nacionales.

Sin embargo, su problema fundamental estriba en su falta de cuadros políticos, tanto así, que una persona sin militancia partidista será su candidata a la presidencia de la República, y lanzaron a una ex-Miss Universo para tratar de recuperar su otrora joya de la corona en el norte del país: Lupita Jones en Baja California.

La izquierda en México es la que se ha radicalizado. Tiene sentido: si en Occidente la derecha lo ha hecho a raíz de la migración masiva y sus choques culturales, en México ha sido la izquierda derivada de un contexto de pobreza y desigualdad, y de la desconfianza social que inevitablemente generan.

Las políticas del populismo de izquierda están ahí: militarización de la vida pública, exclusión del calentamiento global y los temas medioambientales, una profunda aversión a la ciencia y la tecnología, reparto de dinero sin condicionantes de por medio, adelgazamiento continuo de las capacidades del Estado, y un largo etcétera. Ni hablar de su manifiesto autoritarismo y sus políticas que podrían llevar al fin de la democracia-liberal en el país.

La izquierda y la derecha son dos lados de la misma moneda ideológica. Sin embargo, ha sido la izquierda política la que se ha radicalizado en México, tomada por el populismo lopezobradorista. La buena noticia es que la radicalización ha ocurrido más a nivel de las élites, sin haber permeado del todo entre la población. Por ahora.

  • Fernando Nuñez es analista político con estudios en derecho, administración pública y política pública, y ciencia política por la Universidad de Columbia en Nueva York

E-mail: fnge1@hotmail.com

En X: @FernandoNGE

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Abordando la desigualdad económica: El papel esencial del gobierno en las políticas de redistribución

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En la actualidad, la desigualdad económica es un tema candente que suscita debates y preocupaciones en todo el mundo. Esta disparidad en la distribución de la riqueza y los recursos económicos no solo es un fenómeno presente en economías en desarrollo, sino que también afecta a las naciones más industrializadas.

Mientras algunos defienden el valor de la meritocracia y la libre empresa, argumentando que el éxito económico debería ser el resultado del esfuerzo y el talento individual, otros señalan la creciente brecha entre ricos y pobres como una injusticia fundamental que requiere atención urgente.

La idea de que cada individuo debe tener la oportunidad de prosperar según su mérito es una piedra angular de muchas sociedades modernas, pero en la práctica, esta promesa de igualdad de oportunidades puede ser inalcanzable para muchos debido a barreras estructurales y desigualdades sistémicas.

En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿Cuál es el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica? Si bien algunos abogan por una intervención mínima del Estado en los asuntos económicos, argumentando que el mercado libre eventualmente corregirá cualquier desequilibrio, la realidad es que la desigualdad económica persiste y se profundiza en muchas sociedades.

Esto plantea la necesidad de una evaluación cuidadosa del papel que el gobierno puede y debe desempeñar en la promoción de la equidad económica y la justicia social. La cuestión no es solo una de moralidad, sino también de estabilidad social y cohesión comunitaria. Una sociedad profundamente dividida por la desigualdad económica corre el riesgo de enfrentar tensiones sociales y políticas que pueden socavar la estabilidad y el progreso a largo plazo

En este contexto, el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica es crucial, ya que a través de ella, y con debida perspectiva social, se pueden implementar políticas de redistribución que promuevan una distribución más equitativa contribuyendo así a una sociedad más justa y próspera.

Lo anterior cobra relevancia ya que en un sistema económico basado en la libre empresa, a menudo se promueve la idea de que el gobierno debe tener una mínima intervención en la economía, dejando que el mercado se autorregule.

Sin embargo, esta perspectiva puede pasar por alto el importante papel que el gobierno puede desempeñar en la reducción de la desigualdad económica a través de políticas de redistribución las cuales no necesariamente implican una intervención directa en la economía, sino más bien un enfoque en la redistribución equitativa de la riqueza y los recursos para garantizar un mayor equilibrio social y económico.

Por otro lado, en esta tesitura, el gobierno puede adoptar medidas para fortalecer la seguridad social, proporcionando una red de seguridad para los ciudadanos más vulnerables lo que puede incluir programas de asistencia social, como seguro de desempleo, subsidios alimentarios y programas de vivienda asequible, que ayudan a proteger a los individuos y familias de caer en la pobreza extrema debido a circunstancias adversas.

Asimismo, es fundamental invertir en infraestructuras sociales, como educación pública de calidad y acceso equitativo a oportunidades de desarrollo profesional. Al proporcionar a todos los ciudadanos las herramientas y habilidades necesarias para tener éxito en la economía moderna, se puede reducir significativamente la desigualdad económica y promover una mayor movilidad social.

No podemos perder de vista que, si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, el gobierno tiene un papel vital que desempeñar en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución equitativa de la riqueza y los recursos. Estas políticas no solo promueven la justicia social, sino que también pueden contribuir a un mayor crecimiento económico y estabilidad social a largo plazo.

A pesar de ello, la realidad es que un enfoque equilibrado es necesario. Mientras que el exceso de intervención del gobierno puede tener efectos negativos en la innovación y la eficiencia económica, la falta de intervención puede exacerbar la desigualdad y crear tensiones sociales insostenibles. Por lo tanto, es importante que el gobierno encuentre el equilibrio adecuado, implementando políticas de redistribución que sean efectivas y eficientes sin socavar el espíritu emprendedor y la vitalidad económica.

Es evidente que la desigualdad económica es un desafío significativo que enfrentan muchas sociedades modernas, tanto que este desafío constantemente nos genera la necesidad de plantear preguntas difíciles, pero cuyas respuestas son necesarias.

Si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, no puede garantizar por sí sola una distribución justa y equitativa de la riqueza y los recursos. En este sentido, el gobierno puede desempeñar un papel crucial en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución que promuevan un mayor equilibrio social y económico.

Al considerar estas políticas de redistribución, es importante tener en algunas de las ideas planteadas por Michael Sandel en su libro «La tiranía del mérito».

Sandel argumenta que la meritocracia, la idea de que el éxito se debe exclusivamente al mérito individual, ha contribuido a la creciente desigualdad económica al glorificar el éxito personal mientras denigra a aquellos que no tienen éxito. Esta narrativa del mérito puede llevar a la creencia de que aquellos que están en la parte inferior de la escala económica merecen su situación, lo que socava la solidaridad social y perpetúa la desigualdad.

Por lo tanto, las políticas de redistribución deben ir más allá de simplemente corregir las desigualdades económicas y también abordar las injusticias subyacentes en el sistema. Esto puede implicar cambiar la forma en que valoramos el éxito y reconocer que el mérito individual no es el único determinante del éxito económico. En su lugar, debemos adoptar un enfoque más colectivista que reconozca la contribución de todos los miembros de la sociedad y garantice que todos tengan acceso a oportunidades y recursos básicos para prosperar.

La lucha contra la desigualdad económica requiere un enfoque integral que combine políticas de redistribución efectivas con un cambio en nuestra concepción del mérito y el éxito. Al hacerlo, podemos trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa, donde todos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial independientemente de su origen socioeconómico.

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