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MUNDO

Cuatro sistemas de geolocalización para un planeta: El sistema BeiDou, un paso más de China para convertirse en superpotencia

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

En este 2020 el Gobierno de China logró alcanzar una nueva marca que lo posiciona aún más cerca de conseguir la codiciada posición de superpotencia suprema.

El 24 de junio la Agencia Espacial China lanzó y colocó el último equipo necesario para completar su red satelital llamada “BeiDou”, lo que coloca al Gigante Asiático como el tercer país en contar con una red propia de geo localización satelital. El sistema de los EUA se llama GPS y el ruso se llama GLONASS. La Unión Europea también tiene su propio sistema llamado Galileo, que es propiedad de ese grupo de naciones europeas. En chino BeiDou es el nombre que se da al conjunto de las siete estrellas más brillantes de la Osa Mayor, conocidas en español como El Gran Cazón o El Gran Cucharón por la figura geométrica de dicha alineación astral.

El sistema BeiDou ha ido evolucionando y se encuentra en su tercera generación; en sus inicios -año 2000-, se dedicaba a dar servicio a los equipos chinos en su territorio, en la segunda – año 2012-, dio servicio a la región Asia-Pacífico. La nueva generación tardó diez años en ser finalizada y está compuesta por 35 satélites dando cobertura global.

CUARTRO SISTEMAS DE GEO-LOCALIZACION PARA UN PLANETA

El sistema Galileo inició en el 2016 y se concluyó en este 2020, está integrado por 30 satélites dedicado únicamente a servicios civiles y es operado por la Agencia Europea de Sistemas de Navegación Satelitales.

El sistema ruso GLONASS se integra por 26 satélites y logró cobertura global desde 1995 pero fue interrumpida por varios años, recuperándose en 2011. Es operado por Roscosmos, que es la agencia espacial rusa, quien lo utiliza para servicios militares y civiles.

El sistema estadounidense, llamado GPS, está operado por la recientemente creada Space Force, pero lleva en funcionamiento desde 1978 con 31 satélites que se han ido actualizando y dos sistemas de referencia. Aunque inició siendo una tecnología para uso militar en los años ochenta el presidente Ronald Reagan puso dicho sistema a la disposición de empresas y población civil de todo el mundo, inaugurando la era de la navegación satelital civil que hoy disfrutamos. Como es natural el Gobierno de Estados Unidos puede suspender o disminuir el acceso al sistema en caso de considerarlo necesario por interés o seguridad nacional, lo que representa una desventaja para sus adversarios o rivales.

El BeiDou es el sistema más grande y moderno en su tipo, utilizando referencias planetarias con tres distintos métodos a diferencia de los otros grupos que usan 1 o 2. El costo de este sistema fue de 10 mil millones de dólares, lo que no es caro si se compara con el costo de perder capacidad estratégica en operaciones civiles aéreas y militares. Las operaciones se lanzan desde la isla de Hunan.

Japón e India tienen sistemas regionales de localización satelital para sus servicios oficiales y algunos civiles pero no son comparables con los de Rusia o la Unión Europea y mucho menos con los de EUA o China.

Los servicios satelitales de geo-localización son proveídos de manera gratuita por las cuatro agencias que existen en el mundo, pero representan una herramienta gubernamental de uso militar. En los años noventa China lanzó un ataque contra Taiwán con misiles teledirigidos; las autoridades de Beijing dijeron que sus ataques fallaron porque los EUA desconectaron el sistema GPS, esto mostró que no podían depender de extranjeros en caso de una guerra militar o comercial, así nació el Proyecto BeiDou.

La geo localización satelital es utilizada en astronomía, geografía, automatización vehicular, cartografía, telefonía celular, flotas comerciales, flotas militares y comerciales, vuelos comerciales y militares, navegación oceánica, minería, protección civil y desastres naturales, vuelos orbitales alrededor de la tierra, flujos de energía en las redes eléctricas, juegos electrónicos, apps de todo tipo, noticias, servicios geo referenciados por usuario, telemetría y muchas más . En la nueva era la red china también servirá para enviar textos de celular a celular vía satelital. Naturalmente las demás redes deberán modernizarse o en su caso abrir dichas capacidades si es que ya las tienen.

Utilizar satélites o equipos ajenos deja la puerta abierta para que el dueño de los mismos use la información de los usuarios o restrinja el acceso sin permiso del afectado, por lo que China en su crecimiento neo imperial no quiere y no va a depender de Estados Unidos en sus sistemas satelitales y hoy se convierte en el tercer país con capacidades de geo-localización satelital propia para su ejército y sus agencias de inteligencia o espionaje.

El uso de chips en tecnologías occidentales que permitan aprovechar el sistema de geo-localización satelital chino será cada vez más frecuente, permitiendo a dicho país acceder y utilizar la información que circule a través del sistema. La apuesta es clara, usar tecnologías propias para incrementar su presencia global y a través de ella su influencia económico-política como en su tiempo lo hicieron otras potencias.

Por ejemplo los países que están en el acuerdo One Belt Road o la Nueva Ruta de la Seda, patrocinado por China para infraestructura y comercio internacional (sobre todo en Europa y Asia), son “invitados” o motivados económicamente a usar el sistema satelital de Beijing como alternativa del GPS americano.

El nuevo sistema que permite enviar texto vía satelital no requiere de las antenas celulares por lo que será sin duda una buena razón para usar BeiDuo. Pronto podremos ir a regiones remotas y enviar mensajes de texto sin la preocupación de perder la señal celular.

Otra aplicación interesante para las redes satelitales con fines militares es el de facilitar los ataques con pulsos electromagnéticos (ElectroMagnetic Pulse o EMP en inglés), lo que es una bomba que destruye sistemas electrónicos y líneas de transmisión de una región. En 1962 EUA detonó una bomba de ese tipo a 400 Kilómetros de altura. Los efectos electromagnéticos de la misma se sintieron a más de 1300 kilómetros en Hawái en donde se fundieron cientos de equipos y alumbrado público. Según informes de seguridad nacional presentados ante el Senado de EEUU, China es el país con mayor capacidad de misiles balísticos con facultades de implementar ataques tipo EMP y ahora con su capacidad de medición y dirección vía satelital terminada pueden guiar a los mismos para ser mucho más certeros en sus posibles blancos.

CHINA EL VECINO INCÓMODO

En la historia de la humanidad el territorio siempre ha sido importante y aunque en la era digital eso pareciera estar fuera de moda, las potencias siguen queriendo aumentar su dominio territorial. Eso no ha cambiado y no se si algún día desaparezca. En nuestra era se sigue haciendo de una u otra forma desde Europa hasta Oriente Medio. China parece estar dispuesta a presionar militar y económicamente a sus vecinos para poder ampliar sus fronteras o ejercer dominio sobre tierras que estaban en duda.

Uno puede recordar que Rusia hace un par de años invadió Ucrania y puede que pronto vaya por más, Israel está por consolidar su ocupación en lo que era el valle de Jordania ahora conocido en inglés como “East Bank”, y en África hay varios conflictos similares.

China mantiene desde hace muchos años conflictos territoriales con la India, Japón, Taiwán, Vietnam y a través de Corea del Norte con Corea del Sur. La retórica y acciones de China con relación a esos conflictos territoriales han ido en crecimiento en este 2020, en especial cuando el mundo está casi paralizado.

En su frontera con India está reclamando el dominio de una zona limítrofe en los Himalayas que le permite un amplio acceso hacia Oriente Medio y al Tíbet; contra Japón el dominio de unas islas y mares territoriales en donde incluso ya construyó islas -sí islas- para uso militar; con Taiwán y Vietnam disputa el control del mar territorial y con Corea del Sur a través de Corea del Norte juega con amenazas de ataques militares directos; por otro lado hace dos días el vocero del gobierno en Beijing envío un mensaje claro a Tokio: “recordar y aprender de la historia de la Segunda Guerra Mundial” y “limitar el uso de su ejército para labores de autodefensa de su territorio”. que no incluye dichas islas, sentenció el diplomático chino.

La estrategia mediática china ha dado resultados en varias partes del mundo, por ejemplo en Europa la población italiana percibe que China los ayudó más que la propia Unión Europea durante el COVID19. Lo que no sé si sea verdad o no, pero es la percepción de muchos ciudadanos cuya principal fuente de información son las redes sociales.

La semana antepasada Facebook y Twitter cerraron más de 170 mil cuentas relacionadas con el gobierno chino dedicadas a difundir desinformación sobre sucesos políticos o médicos para mejorar el posicionamiento de China entre la población abierta en Europa y Estados Unidos. Por su parte India y Australia denunciaron la semana pasada haber sido víctimas de ataques cibernéticos patrocinados por Beijing; India también bloqueó 52 apps que son usadas por China para obtener información de manera encubierta y que es usada para atacar, controlar o desinformar a la población y autoridades locales según se dijo en el informe de gobierno Hindú.

En la tragedia mundial del 2020 China -de donde salió el COVID19- es el que mejor ha aprovechado la oportunidad, ha exhibido que Europa y EUA no fabrican ni siquiera sus medicamentos y como declaró el presidente de Francia Emmanuel Macron, deben salir adelante “dejando de depender del extranjero” señalando a China y a EUA como poco eficientes en la pandemia. Recordemos que incluso Italia ha dicho que China lo trató mejor que la Unión Europea en la pandemia. En este día de San Pedro y San Pablo podemos decir que China tiene las llaves del “cielo material”.

Por si las dudas aprendamos chino y no olvidemos la historia. Feliz onomástico a los Pedros y Pablos. Dios nos bendiga, que es lo mejor que uno puede desear y feliz semana.

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MUNDO

Semana histórica en México y en el mundo

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Opinión, por Miguel Anaya //

El mundo es una tragedia para aquellos que sienten, pero una comedia para aquellos que piensan”, Horace Walpole.

Tal vez la velocidad del día a día no nos da para poner en su justa dimensión la semana histórica que acabamos de vivir, tanto en México como en el mundo han acontecido una serie de hechos que de una u otra manera cambiarán al mundo.

En el plano internacional dos sucesos llamaron la atención iniciando con el primer el debate presidencial estadounidense (que seguramente será el único) entre el expresidente y candidato republicano Donald Trump y la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris que arrojó un resultado positivo para esta última, dejando ver que la nación más poderosa del mundo podría tener a su primera mujer presidenta.

Estados Unidos se enfrentará en tan solo mes y medio a una elección importantísima en la que se define volver a la política proteccionista y conservadora de Trump o mantener la política social y globalista que representan los demócratas. El debate posicionó muy bien a Harris que comenzó una campaña cuesta arriba después del pobre desempeño como candidato del presidente Biden. Hoy, las alarmas en el equipo de Trump suenan fuerte pues parece que Kamala le está comiendo el mandado y como dice el viejo refrán: Caballo que alcanza gana.

Mientras Estados Unidos sigue sumergido en su proceso electoral, las tensiones en Europa del Este siguen escalando, tan es así que hace unos días el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que si Occidente autoriza a Ucrania a emplear su armamento de largo alcance contra el territorio de Rusia esto significaría la guerra con la OTAN, esta amenaza no debe tomarse como algo menor.

Si escala la tensión en Europa, esto significaría involucrar de manera directa a los países como Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Alemania, etc. y consecuentemente China, Corea y hasta los países árabes tendrían que tomar partido, esto supondría un conflicto internacional de terribles proporciones por lo que habrá que estar atentos al tema.

Aterrizando en México, habrá que lamentar los tristes sucesos de Sinaloa donde, a partir de la detención de uno de los líderes importantes de la mafia, se han desatado disputas que han durado días en el estado norteño, en la mismas han muerto civiles, soldados y delincuentes. La acción de las autoridades deja mucho que desear pues la escalada de violencia ha causado daño en la infraestructura, en la economía y por supuesto en el modo de vida de la sociedad sinaloense.

Por si esto fuera poco, la reciente aprobación de la reforma judicial ha conmocionado al país, pues además del contenido de la misma que preocupa a parte de la población y a los entes económicos locales e internacionales, la forma de llevarla a cabo ha levantado más dudas que certezas, pues la aprobación “fast track” ha impedido una discusión profunda del tema y ha evitado que expertos puedan dar su manita de gato a la misma.

El voto decisivo vino de los Yunes, políticos veracruzanos que anteriormente fueron señalados por hechos de corrupción por la actual administración y que hoy para un sector importante de mexicanos representan la imagen de la traición y el descaro; para otros representaron el fiel de la balanza que redimió lo mandado por el pueblo. La batalla discursiva e ideológica le pega al peso y a la inflación que comienzan a tambalear la estabilidad económica del país.

Al final, en el tema del análisis político los sucesos pueden representar una comedia o una tragedia según el cristal con que se miren. Pero más allá de admirar la puesta en escena, no se puede ser omiso ante los acontecimientos que dan rumbo a la realidad, es necesario ser parte del reparto y participar de los hechos que están modificando de la realidad actual, porque nos guste o no habrá que recordar que tanto la acción como la omisión tienen su repercusión.

 

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MUNDO

El poder de las redes: Revolución digital, la nueva arma política

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

La historia de la humanidad ha sido escrita a través de la comunicación. Desde los primeros garabatos en las cuevas hasta las imprentas de Gutenberg, la evolución de la comunicación ha sido un catalizador de cambios sociales, culturales y políticos. Cada vez que la tecnología ha ampliado nuestra capacidad para intercambiar información, hemos presenciado una transformación significativa en las dinámicas de poder.

Los primeros pergaminos del conocimiento, restringidos a las élites intelectuales, dieron paso a la imprenta, que democratizó el acceso a las ideas y fue la chispa que encendió revoluciones. Hoy, en plena era digital, la comunicación ha dejado de ser una herramienta exclusiva de las élites para convertirse en un arma poderosa en manos de cualquier individuo con un teléfono inteligente. Pero, al igual que cualquier arma, su uso puede ser tanto constructivo como destructivo, y en México, ha reconfigurado la forma en que se toman las decisiones políticas.

Las redes sociales se han erigido como la nueva plaza pública, donde ciudadanos, activistas y políticos convergen en un incesante intercambio de ideas, propuestas y, en muchas ocasiones, desinformación. La idea romántica de una conversación pública abierta y democrática, que originalmente impulsaba la internet, ha sido parcialmente distorsionada.

Aunque las plataformas digitales han permitido que más voces se expresen, también han introducido una nueva clase de monopolio: el de los algoritmos que dictan qué mensajes son visibles y cuáles son ignorados.

La política en México no ha quedado al margen de esta revolución comunicativa. De hecho, ha sido profundamente impactada por la inmediatez y accesibilidad de las redes sociales. Hoy, un «like» o un retuit puede tener más peso en la toma de decisiones que una encuesta de opinión o un estudio técnico. Los políticos, conscientes del poder que tienen las redes para modelar la opinión pública, han ajustado sus estrategias para gobernar en función de la popularidad digital.

En este contexto, la figura del político tradicional, con discursos largos y decisiones basadas en deliberaciones profundas, ha sido reemplazada por la del político-influencer, cuya prioridad no siempre es el análisis técnico de los problemas, sino la construcción de una imagen atractiva.

Esta tendencia es análoga a la forma en que los antiguos emperadores romanos ofrecían pan y circo para distraer al pueblo de los problemas estructurales del Imperio. Hoy, el «circo» está en los videos virales, los memes y las respuestas rápidas a las crisis que explotan en las plataformas digitales. El problema radica en que esta política basada en el «engagement» puede ser volátil y poco efectiva para resolver los problemas de fondo.

El acceso a la información se ha democratizado, pero con ello también ha nacido un fenómeno inquietante: la cámara de eco. Los algoritmos en redes sociales, diseñados para maximizar la atención del usuario, refuerzan los sesgos y rodean a las personas de contenido que confirma sus creencias. Esto ha fragmentado la opinión pública en burbujas, donde la verdad se distorsiona y la polarización se agudiza. En México, esto ha generado una atmósfera donde el diálogo político real, basado en la confrontación de ideas y en la búsqueda de soluciones comunes, se ve reemplazado por confrontaciones entre «tribus» digitales.

La dinámica de las redes sociales ha polarizado la política mexicana, haciendo que las decisiones se tomen más por presión popular inmediata que por análisis técnicos o consensos a largo plazo, esto a tal grado que los debates no se limiten a las cámaras legislativas, sino que se libran también en Twitter y Facebook, donde la presión de los trending topics y las narrativas virales obligan a los políticos a adaptar sus discursos en tiempo real. Como gladiadores modernos en la arena digital, los líderes deben ajustar sus estrategias para mantener el favor del público, aunque esto signifique sacrificar la profundidad de sus decisiones.

El populismo ha encontrado terreno fértil en la era de la comunicación digital. Las redes sociales permiten a los líderes populistas construir narrativas simplistas y emocionales que se propagan como un incendio forestal. Los problemas complejos se reducen a eslóganes, y las soluciones a cuestiones profundas se venden como si fueran productos de consumo inmediato. En México, el discurso populista ha capitalizado la inmediatez de las plataformas digitales, permitiendo que los líderes tomen decisiones más reactivas que estratégicas.

Este fenómeno recuerda a los vendedores ambulantes de la antigua Grecia, quienes ofrecían remedios milagrosos para cualquier mal. En el espacio digital, el remedio milagroso viene en forma de una política rápida, diseñada más para satisfacer la demanda inmediata de los usuarios que para abordar los problemas estructurales de fondo. Las decisiones impulsadas por el populismo digital pueden ser eficaces a corto plazo, pero a menudo carecen de la sustentabilidad que requiere un cambio profundo.

Aunque la comunicación se ha democratizado, es importante recordar que ahora nuevos actores controlan el flujo de información. Plataformas como Facebook, Twitter y Google tienen un poder inmenso sobre qué contenido llega a los usuarios y cómo se organiza el debate público. Este nuevo monopolio digital no es necesariamente más transparente que los viejos monopolios mediáticos. De hecho, su influencia puede ser incluso más sutil y difícil de contrarrestar, ya que los algoritmos detrás de las plataformas son opacos y su funcionamiento está lejos del escrutinio público.

La comunicación es y ha sido siempre un arma poderosa. Hoy, más que nunca, las decisiones políticas en México están moldeadas por la forma en que se intercambia la información en la arena digital. Si bien la democratización de la comunicación ha permitido la aparición de nuevas voces, también ha traído consigo nuevos desafíos. La política ha sido transformada por las dinámicas de las redes sociales, y con ello, las decisiones se han vuelto más reactivas, polarizadas y, en muchos casos, superficiales.

Es responsabilidad tanto de los ciudadanos como de los líderes políticos aprender a navegar este nuevo ecosistema de información con sabiduría y cautela, buscando siempre el equilibrio entre la inmediatez y la profundidad. Solo así podremos asegurarnos de que la política siga siendo una herramienta de cambio verdadero, y no solo un espectáculo efímero para la aprobación instantánea del público digital.

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MUNDO

¿Política pública o eslogan de campaña? «El marketing en la transparencia»

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Opinión, por Alejandro Verduzco Mendoza //

El 2024 ha sido un año de muchos acontecimientos en nuestro país y a nivel global, pero si hablamos de política y de campañas electorales podemos comentar lo acontecido en el proceso electoral del 2 de junio en México, donde los electores en su mayoría eligieron a la primera presidenta, a la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

Consumando un hecho histórico, donde gobernará una mujer la silla de Palacio Nacional, con más de 35 millones de votos, lo cual representa el 59 % de la votación, y que en días pasados ratificó dicho triunfo la Sala Superior del Tribunal Electoral Federal por el periodo del 2024 al 2030.

En dicho proceso pudimos apreciar que la campaña de Morena estuvo integrada por mensajes estratégicos a través de discursos, eslóganes de campaña, propaganda política, debates, en mítines y medios de comunicación en general, que fueron utilizados y lanzados como petardos a los electores para persuadir y mantener su posicionamiento de marca, como lo consiguió el presidente López Obrador en su campaña y gobierno, para seguir posicionando su ideología política: “No puede haber gobierno rico, con pueblo pobre”; “No le vamos a fallar al pueblo de México”; “No más corrupción en la construcción del país”; “Vamos bien, vamos avanzando”; “Por el bien de todos, primero los pobres”; y “Somos el gobierno más transparente de la historia”, entre otros.

Así mismo, en la elección de gobernador en el estado de Jalisco, que se celebró simultáneamente con las elecciones federales, el partido Morena logró posiciones significativas en alcaldías, diputaciones locales y federales, además de dos curules en el Senado por el estado. Sin embargo, el virtual ganador de la gubernatura fue Jesús Pablo Lemus Navarro, candidato del partido Movimiento Ciudadano.

Durante el proceso nos percatamos como los distintos cuartos de guerra de los candidatos (war room o sala situacional) desarrollaban diversas estrategias al calor de la contienda, donde el gobernador vencedor, según el órgano electoral de Jalisco, Pablo Lemus, se describía en campaña como un jalisciense que disfruta su trabajo, con su eslogan “Porque de buenas es mejor”; destacando que así lo hizo en el municipio de Zapopan y en Guadalajara cuando fue presidente municipal, con buenos resultados y buenos gobiernos, comprometiéndose en campaña que en su gobierno van a trabajar de cerquita con la gente, escuchando, resolviendo los problemas sociales, y que, integrará los mejores perfiles para su administración, anteponiendo un gobierno transparente, con rendición de cuentas y con una ética pública.

Durante la campaña en Jalisco y en todas las entidades, la bandera de la transparencia, rendición de cuentas y el combate a la corrupción; pareciera que era un eslogan de campaña, una mención en los mensajes estratégicos de trámite, más que de una verdadera política pública.

Es importante señalar que la elección a gobernador en Jalisco fue impugnada por el partido Morena y su coalición, por supuestas irregularidades en el proceso, y fue el 12 de agosto que el Tribunal Electoral de Jalisco ratificó el triunfo del candidato de Movimiento Ciudadano (MC), Jesús Pablo Lemus Navarro, quien obtuvo una votación a favor de un millón 626 mil 789 votos, lo que representa el 44.25 % del total; seguido de la coalición Sigamos Haciendo Historia por Jalisco con un millón 440 mil 024, el 39.17 %. La diferencia entre uno y otro candidato fue de 186 mil 765 votos, lo que representó el 5.08 %. Esta diferencia porcentual fue el argumento por el cual el tribunal determinó la imposibilidad de ordenar la repetición de la elección en Jalisco.

Por otro lado, en un contexto similar, pero en otra región de América Latina, tenemos los recientes acontecimientos relacionados con la elección presidencial en Venezuela. El 28 de julio, el presidente Nicolás Maduro se proclamó ganador, lo que significaría un tercer mandato, avalado por las autoridades electorales venezolanas.

Por su parte, el líder de la oposición, Edmundo González, y María Corina Machado publicaron en Internet que, según los datos recopilados por el frente opositor, con 24,532 actas computadas (equivalentes al 81.7 % del total), ellos tendrían la victoria con un amplio margen: el 67 % de los votos a favor, frente al 30 % obtenido por Nicolás Maduro. Esta cifra contrastó ampliamente con la información oficial del Consejo Nacional Electoral.

Cabe resaltar que en Venezuela se vivió una jornada electoral marcada por la incertidumbre, la represión y las amenazas, además de una notable falta de transparencia en los cómputos y en los resultados presentados públicamente, tanto por el órgano electoral como por el presidente Maduro. Este proceso, carente de claridad, ha creado un descontento generalizado en el país y ha provocado reacciones a nivel internacional, con pronunciamientos de líderes de otros países y de la propia Organización de los Estados Americanos (OEA).

Asimismo, este año, el 4 de noviembre, se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, una contienda caracterizada por numerosos incidentes en la carrera hacia la Casa Blanca, como es bien sabido, el presidente Biden inició su campaña como candidato del Partido Demócrata con la firme intención de asegurar un segundo mandato, enfrentándose al candidato republicano, el expresidente Trump.

Sin embargo, todo cambió cuando la campaña de Biden comenzó a enfrentar dificultades. El 13 de julio, durante un mitin en Butler, Pensilvania, el candidato Trump sufrió un atentado, en el que murieron dos personas, incluido el presunto agresor, y varias más resultaron heridas. Este ataque desató el pánico y reavivó los temores de asesinatos y atentados en Estados Unidos.

Por irónico que parezca, la bala que iba dirigida a Trump le pegó a Biden, pues el candidato republicano no solamente salió con vida, sino que además resultó empoderado y mejoró su posicionamiento entre los electores. Este hecho dejó al candidato demócrata navegando a la deriva durante las horas y días siguientes, hasta que, una semana después del incidente en Pensilvania, anunció que se bajaba de la candidatura, y propuso a la vicepresidenta Kamala Harris como su sucesora, misma que fue elegida en la Convención Nacional Demócrata para disputar la elección contra Donald Trump; contienda, en la que dicho sea de paso, no está nada decidido.

Los 3 candidatos, Biden, Trump y Kamala, en su momento, han realizado ataques y señalamientos, utilizando como bandera la “transparencia”, dado el impacto global que esta tiene en el discurso actual. Desde luego, los candidatos han hablado de fortalecer la rendición de cuentas y el combate a la corrupción.

En este contexto, considero necesario citar la definición de “política pública” de Luis Aguilar Villanueva, un referente en materia de gobernanza y administración pública, como el: “Proceso que incluye la identificación del problema, la formulación de soluciones, la implementación de estrategias y la evaluación de resultados”. En el entendido de que el concepto de la transparencia más que un eslogan de campaña electoral, debería ser una verdadera política pública.

Las políticas públicas deben ser comprendidas dentro de un marco amplio que considera la participación de diversos actores, como el gobierno, la sociedad civil y el sector privado. Estos actores interactúan en un espacio de deliberación donde se establecen los objetivos de las políticas, se diseñan estrategias, se discuten posibles soluciones y se toman decisiones que buscan beneficiar a la sociedad en su conjunto”, tal como lo señala el Dr. Guillermo Muñoz Franco en su obra «La Transparencia como una Forma de Vida». Reitero, pues, que el concepto de “transparencia” va más allá del uso mercadológico en las campañas políticas, del discurso de un candidato o de una bandera gubernamental; pienso que este debería convertirse en un hábito esencial, integrando tanto el «ser», en términos de ética y moral, como el «deber ser» en relación con las normas que guían la corrección de nuestras acciones como miembros activos de una sociedad.

En esta publicación me gustaría compartir con ustedes, estimados lectores, que en el año 2015 tuve la oportunidad de colaborar en la política pública de comunicación en materia de transparencia del Gobierno del estado de Jalisco, durante esa administración hubo grandes retos y logros, en ese año la Secretaría de la Función Pública (SFP) en coordinación con la Comisión Permanente de Contralores Estados-Federación (C.P.C.E.F.), convocó al Primer Concurso de Ensayo en «Transparencia y Rendición de Cuentas» en México, un concurso a nivel nacional con la finalidad de impulsar y promover la generación de una nueva cultura organizacional en la materia. Para ello, un servidor participó con el ensayo “El marketing en la transparencia y el acceso a la información pública en México”, obteniendo el segundo lugar a nivel nacional, este abordó la creación de un modelo enfocado en la difusión y promoción de la cultura de la transparencia, acceso a la información pública y la rendición de cuentas, considerando las distintas herramientas promocionales que permite la interdisciplinariedad del marketing, basado en Philip Kotler, mismo que hoy utilizo para escribir este texto.

En mi trayectoria de contribuir a una nueva cultura de transparencia en el ejercicio público, fui testigo del nacimiento de la primera Ley Federal de Transparencia en México, que entró en vigor en 2002. Esta ley dio origen en 2003 al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), el cual se estableció como el órgano garante en la materia en México. Posteriormente, en 2014, este organismo cambió su nombre a Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, convirtiéndose en un organismo público autónomo.

Para concluir, me pregunto: ¿estamos ante la posible extinción de la transparencia y su relegación a la historia? ya que como sabemos el pasado 24 de agosto, las Comisiones de la Cámara de Diputados aprobaron una propuesta de reforma constitucional que amenaza los derechos fundamentales de acceso a la información pública y la protección de datos personales. Esta reforma propone extinguir al INAI y su Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), lo que representaría un grave retroceso, eliminando décadas de esfuerzos, participación social, inversión e investigación. Dicho marco constitucional fue producto de la lucha de ciudadanos y organizaciones no gubernamentales contra la opacidad de las instituciones públicas y la falta de rendición de cuentas que caracterizó a muchos gobiernos en el pasado.

La reforma plantea, entre otras cosas, la desaparición de los 32 institutos de transparencia locales como el ITEI en Jalisco y el INAI a nivel nacional, además extinguir otros 6 organismos autónomos importantes para la democracia y desarrollo de nuestro país como la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu). ¿Realmente estas decisiones garantizarán el estado de derecho y el bienestar social de los mexicanos?, que el tiempo, los hechos y la historia lo juzguen.

Felices fiestas patronales y que #VivaMéxico…

Por: Mtro. Alejandro Verduzco Mendoza

Mercadólogo y analista político

@averduzcom

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