ENTREVISTAS
Jaliscienses con Estrella: César Cosío, parte de una talentosa generación de «Ciudadanos del Sol»
Por Belisario Bourjac //
Viene de una generación de tapatíos a la que le sobra talento, se le conoce como “Ciudadanos del Sol”, de la que surgieron personajes que hoy son íconos de una cultura popular de nuestro tiempo. Ellos desde niños y adolescentes convivían en la colonia Ciudad del Sol, alrededor de la Glorieta donde se localiza la réplica de la Pirámide del Sol en Zapopan.
Simplemente hay que ver el elenco de aquellos chavales que se reunían y soñaban con ser estrellas y lo que son hoy. Fernando Olvera de Maná; Los Rostros Ocultos; Kenny y Los Eléctricos; el cineasta Guillermo del Toro; Alejandro Fernández, Los Fredys, La Revolución de Emiliano Zapata, la cantante Estrellita que fue muy famosa en la época de los 70’s.
Surge también José Fors a través del teatro y después se convertiría en expresión musical, el padrino fue Ricardo Ochoa que vivió en Ciudad del Sol, que lo acercó a grupos de la Ciudad de México para convertirse después en parte de la producción de Timbiriche, gracias a la invitación de Luis del Llano.
El relato lo hace Octavio César Cosío Martínez, mejor conocido como el del disc jockey César Cosío, que nació el 30 de octubre de 1964 en Guadalajara. Es músico, empresario, comunicador. Es un ejemplo de lo que es la inteligencia múltiple. Su plataforma fue la empresa Zeppelin que tiene más de tres décadas haciendo feliz a la gente.
A César le sobran anécdotas. Es un personaje cuya fama trasciende las fronteras de Jalisco.
“Me pareció interesante, sí formamos parte de una generación que vio la transición de los setenta y ochenta, cuando dices la música grupera están Los Freddys; en el ámbito ranchero por supuesto Alejandro cuando está con el tema Como quien Pierde una Estrella, Maná con Rayando el Sol, qué decir de las primeras grabaciones de Guillermo del Toro.
César proviene de una familia muy política. Su tío don Guillermo Cosío Vidaurri fue presidente municipal y gobernador de Jalisco. Su padre Octavio César Cosío fue secretario de Educación Pública. Sin embargo, comenta que la política nunca le llamó. La música siempre ha sido su mundo, que abrazó desde el momento que tuvo uso de razón.
LOS FESTEJOS EN MINERVA Y CHAPULTEPEC
La vida de César Cosío ha girado en torno a la música. Es pionero en iniciativas que ha encabezado y que al paso del tiempo se quedan por siempre al impactar la vida de los tapatíos.
Los dos puntos torales de festejos de los tapatíos y recreación como puntos de encuentro de los jóvenes, La Minerva y Paseo de Chapultepec, tiene su origen en eventos que nuestro entrevistado de hoy encabezó en aquellos albores cuando avanzaba la década de los ochentas, incluso la vía recreativa –pedalear por la ciudad- formó parte de sus iniciativas.
Así lo relata cuando trae al presente aquellos tiempos. Dos sucesos resalta: “En 1986, la costumbre nos llevaba a que tuvimos la fortuna de ser anfitriones del mundial México 86, íbamos al estadio –aclara que no es muy aficionado, le va al Atlas – salía la gente de ver jugar a Brasil, había subirse al coche y pitar, hacer una alegría que ya se había vivido en 1970, había que pasar por la Minerva echando relajo, para llegar a Plaza del Sol”.
“Cuando vi la primera vez que sucedió eso, me llamó la atención, ya tenía mi equipo de sonido, entonces por qué no poner las bocinas en la Minerva en una tienda de nieves que ya no existe, pedí permiso, me dieron chance, puse el sonido y qué pasó, cambié la historia, la gente se bajó del coche, empezó a bailar y hacer relajo, que se convirtió en una tradición tapatía, en vez de dar vueltas en el coche”.
Emocionado platica como armaron la fiesta. “Nadie me pagó, nadie me contrató, fue algo por gusto arriesgándonos a que llegara la autoridad, esto continuo por todos los días del mundial, con dos horas de relajo, se convirtió en un festejo, eso transformaría la Minerva en un lugar para celebrar”.
PASEO DE CHAPULTEPEC
“Otra es cuando recibí el honor de ser inducido al salón de la fama de los DJ americanos, que sucedió en el 2006 en Estados Unidos. En el avión de regreso coincidí con el entonces alcalde, que me dijo que por qué no le regalaba una fiesta a los tapatíos, claro que sí, me hablaron y yo tenía un idea vaga de hacer una fiesta underground, pensé que los túneles serían ideales, entonces propuse la idea que me facilitaran los camellones de Chapultepec para hacer el festejo.
“Yo llevé baños, servicios privados, hicimos en toda la avenida 11 pistas de baile, por épocas, los 60’s, los 70’s, 80’s, y época de vanguardia, fue un éxito, a partir de entonces me volvieron a llamar, entonces dije sí pero yo pagué todo, ya llegamos a un acuerdo y lo volví a replicar con más de 26 mil asistentes. Quedó ya instaurado lo que se llama hoy Paseo Chapultepec, cosa que antes de mí no había sucedido”.
TODO EMPEZÓ A LOS 14
Pregunta. Te hiciste un profesional de la música desde joven, ¿a qué edad se manifestó que este era tu camino?
Respuesta. Eso nunca lo entendí, mi primera oportunidad de hacer una fiesta fue a los 14 años, y de ahí en adelante seguí, seguí, con la bendición y buena fortuna de hacer lo que me gustaba y la gente le gustara.
P. ¿Qué ha sido para ti la música?
R. La música para mí ha sido el motor de mi vida profesional, afortunadamente vengo de una familia de padres que tenían la música muy bien cimentada. Mi papá, Octavio César Cosío, trae la música desde que nació, gracias a él he conocido otros géneros musicales desde los años cuarenta, cincuenta, los treinta; con mi mamá conocí la música de los años sesenta, de los setenta, lo demás ya me tocó a mí vivirlo.
P. Además tus papás extraordinarios bailarines, tu papá llegó a ganar concursos internacionales…
R. Desgraciadamente esa parte no llegó tanto conmigo, no soy tan buen bailarín como ellos, pero sí bailé folclórico. Eso es parte de lo que me ha ayudado en la vida explorar todas las raíces de música mexicana, porque pues me enamoré de la música de mariachi sin tocar mariachi, que me ayudaría para cuando fui productor durante casi 18 años de los Encuentros del Mariachi y la Charrería que organiza la Cámara de Comercio. Para mí era un deleite sentarme a escuchar esos conciertos siendo que era parte de la producción, sonido, iluminación, video, todo eso.
P. ¿Te acuerdas cómo se manifestó ese amor a la música?
R. Es una historia que podría definir que toda la vida. Pero cuando uno crea su propia música, empiezas a elegir tu propia música, esto es lo mío, no es lo que escuchaba con mis tías abuelas, que era Cri-Cri, siendo yo el sobrino era el único sobrino que me regalaban discos, cada historia de Cri-Cri es una enseñanza musical, el maestro Gabilondo Soler tuvo a bien a través de su música educar geográficamente a los niños, los tangos de Argentina, la música country de Estados Unidos.
P. ¿Quiénes son tus artistas preferidos? ¿Es el mariachi tu música preferida?
R. Ese es el problema, me convertí en un curador musical desde hace muchos años, realmente no tengo una preferencia por un género musical, soy ecléctico, un género que abarca todo, los 365 grados de la música, para mí es un placer escuchar cada uno de los géneros, sobre todo disfrutarlos, una cosa es escuchar, otro conocerlos y disfrutarlos.
Es por eso que ahora que tuve la oportunidad de colaborar en el Sistema Jalisciense de Radio y Televisión, una invitación que agradezco a Alberto Mora Martín del Campo, a la hora de escuchar la programación me di cuenta que había muchos ritmos y géneros musicales que no estaban presentes, entre ellos el mariachi, ahí es donde tomé la iniciativa y programé música de mariachi en Jalisco Radio, que actualmente sigue sonando.
P. ¿Con qué época musical te identificas?
R. Siempre la gente me dice que antes la música era mejor, cada quien que vive su época dicen que la música es mejor. Tu época musical es cuando estás cruzando esa independencia musical, cuando decides tu ropa, tus modas, tu música, eso ya es propio. Si eso lo aplico en mí, podría decir que mi época fue la transición de los setenta, ochenta, que era como el esplendor de la música disco, la decadencia y después el esplendor del rock, como una forma de vida y baile.
La música es cíclica, los años 4 de cada década vienen cambios importantes en la música, del 54 la consolidación del rock and roll, en el 64 la consolidación de los Beatles, dieron ese giro a diferentes subgéneros de rock, en el 74 empieza la música disco, que ya para el 84 vino el declive y empieza el rock, se vuelve tendencia mundial, en el 94 todo era dance, en el 2004 la consolidación de la música electrónica y así sucesivamente.
P. Te han tocado las transiciones y cambios en la tecnología, de cómo los artistas tienen mayor alcance. ¿En qué se escucha mejor y cómo has visto estas transiciones?
R. Es interesante el paso de la tecnología en la música, hay formatos que me tocó vivir como el 8 track, un cartucho enorme, formatos tan simpáticos como el mini disc, no pegó mucho pero fue interesante porque fue una evolución, lo divertido era que cabía en la bolsa de tu pantalón, se caía lo pisabas y no pasaba nada. El formato más fiel en calidad de sonido seguirá siendo por siempre el vinil.
P. Los discos guardados en cajas son joyas…
R. Hay que cuidarlos, hay que limpiarlos y lo más importante, hay que compartirlos, con tu generación, con tus amigos, con tus nietos, sobrinos, hay que compartirlos, la música es para eso, yo veo que la música es una herramienta idónea para acercar a la gente, como en los años cuarenta la radio reunía familias, todos en la sala escuchando la radio, que después fue la televisión, ya en los sesenta todos en la televisión. Hoy en día con los dispositivos portátiles todos aislados, cada quien en su mundo. La música es interesante compartirla, un buen disco de vinil es ponerlo, platicarlo, sacar las anécdotas entorno a ese disco, ese algo es lo que yo encuentro en mucha gente. Esas historias nutren la vida familiar gracias a la música”.
¿Es difícil conseguir aparatos para escuchar vinil?
R. No, para nada, hoy en día existen los formatos totalmente amigables, te encuentras tornamesas para reproducir discos de vinIl desde 800 pesos, si te vas a los tianguis, a los lugares que venden cosas usadas, equipos que la gente se deshace de ellos porque vendió o regalo los discos y se quedó con el aparato, los encuentras de 600 pesos, 800 pesos, de ahí para arriba, porque también te puedes encontrar de 20 o 30 mil pesos. El consejo es conservar tu música, es parte de ti, de tu historia, cada disco que saques va a remontar por su portada, por su contenido, por la letra, muchas historias dignas de compartirse con tu familia o amigos.
(Próxima edición segunda parte).
