Connect with us

OPINIÓN

Comuna México: AMLO y su política de antagonismos

Publicado

el

Por Bejamín Mora Gómez //

Las Aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain, fue el séptimo que leí y, aunque todas sus travesuras me fascinaron, solo en una ocasión me escabullí de la escuela; yo estaba en tercero de primaria cuando, a invitación de algunos compañeros, “me fui de pinta”. Ingenuamente creí que irse de pinta era escapase para ir a dibujar y pintar, así que ese día llegué con mis lápices de colores y un cuaderno para dibujar. Nada hicimos más que caminar, y caminar, y caminar bajo el sol abrazador de Guaymas, lo que me hizo arrepentirme y jamás repetirlo. Hoy, de Mark Twain quiero recordar una frase que a todos y todas nos viene bien: La palabra precisa tal vez sea efectiva, pero ninguna palabra jamás ha sido tan efectiva como un silencio preciso.

Mi padre siempre me insistía “cuida tus palabras y no las sueltes a menos que sean mejores que tu silencio”. Mi mamá, por su parte, al compartir la música que nos tocaba en su piano, me repetía insistentemente, como queriendo se me grabara: “En la música, los sonidos son tan importantes como los silencios; pero, un sonido ininterrumpido es solo ruido que en el silencio que separa y une cada nota puede surgir la más hermosa melodía”.

Durante la semana que recién terminó, el presidente Andrés Manuel López Obrador nos sorprendió con las cartas que, lo dijo, envió al Papa Francisco y al rey Felipe V de España, exigiéndoles una disculpa pública por las atrocidades que sufrieron los pueblos originarios de México con la Conquista española y la Evangelización católica. El presidente no solo se atrevió a tal exigencia, sino que lo propagó, ufano; ello le costó burlas, críticas, memes y un ¡NO! rotundo del rey español, así como la cancelación del viaje papal, en 2021, a México. Los costos internacionales ya son altos.

Hay, entre sus incondicionales seguidores y detractores, quienes NO comprenden el porqué de López Obrador; hay, también, quienes creen estar ante una locuacidad presidencial casi irreflexiva que solo lo confronta social, peligrosa e inútilmente; yo, sin embargo, difiero ampliamente. Veamos:

AMLO no es un improvisado en lo social ni mucho menos en lo emocional, y sabe que los antagonismos también unen, que la animosidad y el instinto de lucha son parte de ese dualismo confrontado, necesario para la destrucción de la parte que se le opone.

En éste, su primer año de gobierno, el presidente, desde su aparente pero visible negatividad, mide, dibuja y asegura –así lo desea- los tres últimos años de su gobierno… con una mayoría legislativa. Quiere, con la revocación del mandato, estar en las boletas electorales intermedias y ganar carro completísimo: Senadores, diputados federales y locales, gobernadores, presidentes municipales, síndicos, regidores y concejales.

Andrés Manuel le apuesta a una nueva Teoría del Caos Político semejante al cosmos en que conviven la atracción con la repulsión, las simpatías y las antipatías, que le ayudarán a definir sus estrategias políticas de gobierno en su último tercio.

Pero volvamos a los arrepentimientos exigidos al Papa y al Rey español. En entrevista con Pepe Cárdenas, la historiadora Patricia Galeana defendió la iniciativa de López Obrador con argumentos contundentes, aunque tambaleantes en la realidad histórica, pero sobre todo actual de México. Patricia Galeana habló de la destrucción de los templos indígenas para edificar los católicos con las piedras de los primeros, del casi exterminio de pueblos indígenas por la explotación y esclavitud que obligó a traer esclavos africanos, de la imposición del pensamiento religioso único, etc.

No podría estar más de acuerdo si no tuviéramos en nuestro pasado y presente mucho de lo qué arrepentirnos y ofrecer disculpas públicas. O quién ha olvidado lo sangriento de las Guerras Floridas en que los aztecas tomaban prisioneros para ofrecer sus corazones a sus dioses y después ser devorados en festines caníbales.

O quién puede negar lo sangrienta que fue nuestra Guerra de Independencia o quien puede olvidar que, en la Toma de la Alhóndiga de Granaditas, los insurgentes del padre Miguel Hidalgo y Costilla, calcinaron a españoles y criollos, con sus esposas, hijos e hijas, ahí refugiados. O quién podría negar la crueldad de Antonio López de Santa Anna en contra de los tejanos secesionistas, refugiados en El Álamo y en cuya batalla solo dos quedaron con vida.

O que no debería el Gobierno de López Obrador ofrecer disculpas por la represión que el Gobierno de Benito Juárez hizo en contra de los indígenas que se rebelaron en su contra en Sonora, Veracruz, Tehuantepec y Chalco. O los gobiernos de México y de Yucatán no deberían disculparse con el pueblo maya por el maltrato y abusos que sufrieron en manos de los criollos yucatecos que llevaron a la Guerra de Castas. O quién no podría sentir vergüenza de las decisiones racistas de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles en contra de chinos de Sonora y Sinaloa, a quienes asesinaron cruelmente. O que México no debería disculparse con la Iglesia de Roma por las matanzas de católicos durante la Guerra Cristera. O qué de la muy probable extinción de 14 de los 68 pueblos indígenas de México y la inacción gubernamental. O qué del Tren Maya de AMLO y el daño a nuestra selva aun cuando la Madre Tierra lo haya aprobado. O qué del llamar fifís a quienes no aceptan ceder ante sus deseos de pensamiento único. En nuestra Historia previa a 1519, colonial e independiente, hay injurias, injusticias y dolores de los que avergonzarnos y pedir perdón, como nación, como gobierno y como pueblo.

El presidente López Obrador debe aceptar que tanto su palabra como sus silencios ya no son solo suyos sino del mandato republicano que lleva a sus espaldas y que, mientras eso no lo interiorice, podría ir de tumbo en tumbos, perdiendo el amplio bono político que hoy tiene. Debe comprender que en política es trascendente dosificar el discurso y el silencio, y que importa más la oportunidad de una presencia que el hartazgo de ella.

Mi maestro de kung-fu, chino él, nos decía que las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos. Hoy, en México, dominan los caprichos y ocurrencias carentes contenido y continente, alimentados de odios y desconfianzas.

Quizá, solo quizá, deberíamos leer Yo antes de ti de Jojo Moyes pues nos haría reflexionar sobre la realidad que vivimos, y descubriríamos que, a querer o no, al final, fifís y chairos, somos los únicos que podemos sacar adelante a México aun sin estar de acuerdo en todo. Tenemos que aprender a ver el lado bueno de lo cotidiano porque, en lo cotidiano, estaremos el resto de nuestras vidas. Hay que vivir esta decisión.

El Gobierno de la República –el de hoy- apenas se empieza a dibujar; debe pues, cuidar de rayar el libro en que escribe, reflexionado a profundidad cada palabra dicha y cada acción emprendida. Debe, asimismo, saber que las palabras, cuando se sueltan, se vuelven del dominio popular; en cambio, los silencios son siempre de quien los guarda.

Parafraseando a Ernest Hemingway: México es un buen lugar, valdría la pena defenderlo.

E-mail: comunamexico@yahoo.com

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Deportes

Edición 798: El drenaje profundo, un paso hacia el futuro en Guadalajara

Publicado

el

Lectores en teléfono celular: Para una mejor lectura, girar a la posición horizontal

Continuar Leyendo

JALISCO

Año de la Mujer Indígena: Promesas vs silencio en la Comunidad Indígena de Mezquitán

Publicado

el

-Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac 

Entre el discurso oficial del gobierno de México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, y la cruda realidad de las comunidades indígenas, se abren fisuras que revelan contradicciones inquietantes.

En 2025, declarado «Año de la Mujer Indígena» por el Congreso de la Unión y respaldado por el Ejecutivo, se pretende enaltecer el rol histórico y cultural de estas mujeres, combatir la discriminación y fortalecer sus derechos con políticas inclusivas.

Sin embargo, esta intención noble choca con actos de violencia institucional perpetrados por dependencias del mismo gobierno, como se evidencia en el caso de la Comunidad Indígena de Mezquitán, en Zapopan Jalisco.

Desde 2001, esta comunidad lleva 24 años esperando una indemnización justa por la expropiación de 26.93 hectáreas de sus tierras, utilizadas para la ampliación de la carretera Guadalajara-Ixtlahuacán del Río-Saltillo.

Esta discrepancia plantea una pregunta crucial: ¿es el reconocimiento a las mujeres indígenas un compromiso genuino o un juego de poder simbólico?

UNA INJUSTICIA DE DOS DÉCADAS

El conflicto de Mezquitán comenzó en 2001, cuando la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), expropió las tierras prometiendo una compensación de aproximadamente 40 millones de pesos. Sin embargo, solo se pagaron 6 millones como anticipo entre 2004 y 2005, dejando un adeudo pendiente que, conforme a la Ley Agraria y sentencias del Tribunal Superior Agrario, debe ajustarse a valor comercial.

Después de siete años de litigios contra la SICT (desde 2017) el Tribunal Agrario 16, y en noviembre de 2023, el Tribunal Superior Agrario les dio la razón a la Comunidad Indígena de Mezquitán, ordenando un avalúo por el INDAABIN para calcular el pago a valor comercial. Sin embargo, la SICT siguió interponiendo amparos frívolos, el último resuelto en diciembre de 2024, para retrasar lo inevitable.

Ahora lo que procede es que se ejecute la sentencia y que la SICT proceda al pago correspondiente, pero para ello se requiere el avaluó actualizado que debe realizar INDAABIN, donde ahora está el atorón con el tortuguismo de la dependencia.

Habrá que señalar que la Consejería Jurídica Federal del gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, coincide y recomienda, que lo que sigue es el cumplimiento de la sentencia y darle seguimiento hasta su conclusión, es decir, el pago en favor de la Comunidad.

Fue el 18 de junio pasado en el que mediante acuerdo, el Tribunal Agrario ordenó al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN) que, en un plazo de 10 días, informe sobre el trámite del avalúo solicitado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), con apercibimiento de multa en caso de incumplimiento, pero a la fecha no tenemos conocimiento de que INDAABIN haya cumplido ese requerimiento.

Todos estos obstáculos del poder de la burocracia, de diversas formas, ha enfrentado la Comunidad Indígena de Mezquitán, diversas formas para retrasar el proceso de pago; ahora es el «tortuguismo» de INDAABIN, que ha ignorado plazos como el de 10 días establecido el 18 de junio de 2024, bajo amenaza de multa.

Esta demora impacta directamente a 333 familias, muchas lideradas por mujeres indígenas que enfrentan pobreza y marginación como resultado de esta injusticia prolongada.

Saúl Rodríguez Barajas, presidente del Comisariado de Bienes Comunales, expresó su frustración: “Llevamos 24 años luchando por nuestros derechos, mientras el gobierno promete justicia, pero no actúa”.

Esta situación no solo contradice el espíritu del «Año de la Mujer Indígena», sino que también desvirtúa la reforma constitucional de 2024, que reconoce a los pueblos indígenas como sujetos de derecho público y obliga a consultar y compensar por proyectos que afecten sus territorios.

CONTRADICCIÓN ENTRE DISCURSO Y REALIDAD

El gobierno de Sheinbaum ha desplegado iniciativas ambiciosas para apoyar a los pueblos indígenas. En su informe de 100 días, anunció un presupuesto de 221 mil millones de pesos para 2025 destinados al desarrollo de comunidades indígenas y afromexicanas, que incluye 17 planes de justicia ya en marcha y el inicio de 13 más.

Además, lanzó el programa Apoyo Financiero a Mujeres Indígenas y Afromexicanas Artesanas (MIAA) con 500 millones de pesos, y en diciembre de 2024 restituyó 2,178 hectáreas a comunidades rarámuris en la Sierra Tarahumara.

Estas acciones, combinadas con la designación de figuras históricas como Tecuichpo, Tz’ak-b’u Aha, Señora 6 Mono y Xiuhtlaltzin como emblemas del año, buscan visibilizar el legado de las mujeres indígenas.

No obstante, el caso de Mezquitán revela una desconexión alarmante. Mientras se celebran avances simbólicos, la SICT se resiste a pagar y INDAABIN incumple sentencias judiciales, dejando a las mujeres de esta comunidad sin la indemnización que les corresponde.

Esta contradicción no es un incidente aislado, sino un síntoma de un problema estructural: las políticas públicas, aunque bien intencionadas, a menudo no se traducen en justicia tangible. La reforma constitucional de 2024, que manda consultar y compensar, debería haber agilizado casos como este, pero la inacción gubernamental lo contradice, erosionando la confianza en las promesas de inclusión.

MÁS ALLÁ DE LOS JUEGOS DE PODER

La negativa de la SICT y el «tortuguismo» de INDAABIN en el caso de Mezquitán contradicen el espíritu del «Año de la Mujer Indígena». Esta comunidad, con sus 333 familias —muchas lideradas por mujeres que encarnan los valores que el gobierno dice proteger—, merece una resolución que trascienda la retórica.

Aunque Sheinbaum no ha abordado directamente el caso, su compromiso con la justicia social indica que, con información clara, podría impulsar una solución para que 2025 no sea un ejercicio vacío. El gobierno debe actuar con urgencia, asegurando el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Agrario.

Solo así el discurso de reconocimiento a las mujeres indígenas se convertirá en hechos concretos, dejando atrás los juegos de poder y demostrando que la justicia no es negociable. La responsabilidad recae en Sheinbaum y sus dependencias: el tiempo apremia para alinear palabras con acciones.

Continuar Leyendo

JALISCO

El expediente que ocultan de Eli Castro

Publicado

el

– Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco

Por más vueltas que se le quiera dar, hay casos en los que el poder se exhibe en su versión más burda, más vulgar, más ofensiva. Tal es el caso de la señora Eli Castro, personaje de escasa trayectoria profesional —pero al parecer de relaciones estrechas con el poder—, quien durante semanas se mantuvo oculta en las nóminas y pasillos del SIAPA sin que nadie pudiera explicar a ciencia cierta qué hacía ahí, quién la nombró, bajo qué criterios fue contratada y, sobre todo, por qué ocupaba un puesto como «asesora técnica» sin tener un perfil técnico.

En estos tiempos de administración de la opacidad, cuando la transparencia es una palabra que se usa solo como adorno en los discursos oficiales, bastó con que se asomara el escándalo para que el Gobierno de Jalisco aplicara su fórmula favorita: «Ya hay una investigación en curso por parte de la Fiscalía Anticorrupción». Esa frase, que en otros países podría representar un paso hacia la rendición de cuentas, en Jalisco se ha convertido en la coartada perfecta para esconder todo lo que no quieren explicar. Detrás de esa frase se apagan los focos, se cierran los archivos y se invoca el silencio.

Pero el caso de Eli Castro no nació en SIAPA. Su historia con el gobierno jalisciense viene de tiempo atrás. Concretamente con las administraciones emecistas, la referencia es del año 2019, cuando la Secretaría de la Hacienda Pública, entonces encabezada por Juan Partida Morales -Si, el mismo funcionario que fue el administrador gubernamental de Enrique Alfaro durante su gobierno de Guadalajara y el gobierno de Jalisco y hoy director de IPEJAL-, decidió firmar con ella un contrato por la nada despreciable suma de 379 mil 170 pesos. El motivo: brindar apoyo administrativo y emitir opinión jurídica. Así, tal cual, como si se tratara de una abogada constitucionalista o de una analista con doctorado en administración pública.

¿Y cuál es la preparación académica de la contratada? El propio contrato, que le hicieron llegar a quien esto escribe, lo dice con claridad insultante: Eli Castro cuenta únicamente con estudios de secundaria. Ni una licenciatura, ni una cédula profesional, ni una especialidad. Y, aun así, el gobierno del estado decidió pagarle por emitir opinión jurídica. Como si en la Secretaría de la Hacienda Pública se hubieran quedado sin abogados, sin técnicos, sin funcionarios de carrera. Como si el presupuesto público se manejara como una bolsa personal para favorecer amigos o pagar favores.

Por si fuera poco, el periodista Pepe Toral destapó aún más esta cloaca en su cuenta en la red social X. Tras conocer el contrato, decidió hacer lo que el gobierno no hizo: pedir cuentas. Solicitó, por la vía de transparencia, los informes mensuales que la contratada debía entregar. Porque el contrato estipula —con toda claridad— que debía rendir informes mensuales sobre las actividades realizadas.

La respuesta que recibió Pepe Toral, ¡fue una joya del absurdo burocrático!: la Secretaría de la Hacienda Pública respondió que no tiene los informes, porque la contratada, en realidad, prestaba sus servicios en una dependencia distinta: el Instituto Jalisciense de Rehabilitación Social, más conocido como INJALRESO.

Pero esa respuesta es una tomadura de pelo lo que, en el caso de Pepe Toral, no es nada fácil. En ninguna parte del contrato revisado se establece que los informes puedan omitirse si la contratada es enviada a otra dependencia. Y mucho menos se menciona que INJALRESO sea la unidad responsable de vigilar el cumplimiento de sus obligaciones. El gobierno no entregó al periodista Pepe Toral los informes, ni explicó su contenido, ni señaló si alguien los recibió. Y peor aún: no hay constancia de que alguien se los haya exigido.

Frente a la falta de informes, el periodista decidió ir más allá. Solicitó que se le informara cuáles fueron los entregables, los productos concretos, los resultados derivados de la contratación. Y aquí es donde el disparate alcanza dimensiones kafkianas.

La Secretaría de la Hacienda Pública le respondió —y cito textualmente— que no puede entregar los resultados de la contratación «por tratarse de un hecho futuro a realizarse». Repito: un contrato que se firmó y concluyó en 2019, hace seis años, es considerado por la autoridad como un hecho futuro. No una omisión, no una irregularidad, no una burla: un hecho que aún no ocurre.

¿Estamos ante una administración que no distingue entre pasado y futuro? ¿O simplemente ante una estructura de encubrimiento sistemático de irregularidades?

Como si no fuera suficiente, la Secretaría también se negó a entregar copia de los cheques emitidos a nombre de Eli Castro. Alegaron que la información puede consultarse en el portal de nómina. Y, en efecto, ahí aparecen dos pagos: abril y mayo de 2019. Pero el contrato establecía una duración de abril a diciembre de ese año.

La opacidad no es casual. Es un sistema. Es una práctica. Es una forma de gobierno. Porque el caso de Eli Castro no es el único, pero sí es un emblema. Un emblema de cómo se administra el dinero público con lógica de compadrazgo, de cómo se burlan los controles internos, de cómo se simulan funciones para justificar plazas, contratos, favores.

En el fondo, el caso no trata solo de una mujer sin preparación cobrando como asesora. Trata de un gobierno que no da explicaciones, de instituciones que no documentan, de fiscalías que callan y de una sociedad que, con frecuencia, se resigna. La pregunta ya no es si Eli Castro debía o no ocupar ese cargo. La pregunta es: ¿cuántos más como ella hay incrustados en el aparato público? ¿Cuántas nóminas están infladas con nombres que no trabajan, no entregan nada y nadie los supervisa?

La indignación no debería durar solo el ciclo de una noticia. Este tipo de casos amerita un seguimiento constante, una presión sostenida, una exigencia colectiva. Porque mientras se normalice que se contrate a una presentadora de música para emitir opiniones jurídicas, sin estudios, sin experiencia, sin rendición de cuentas, no habrá reforma administrativa que valga ni discurso de austeridad que resista.

Pero, lo terrible en este caso es que, el director del SIAPA sigue sin dar la cara y dar explicaciones. Juan Partida acostumbrado a distribuir pagos generosos a su personal de confianza después de su intento de madruguete en IPEJAL para subirse el sueldo él y sus cercanos, sigue ahí.

¿Saldrá Luis García Sotelo secretario de la Hacienda Pública de Jalisco a explicar este cochinero? O ¿Solo la dejará pasar?

Y mientras la señora Castro cobraba sin rendir cuentas, el gobierno silbaba hacia otro lado… como si la corrupción, cuando es propia, no apestara.

En X @DEPACHECOS

 

Continuar Leyendo

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.