Connect with us

MUNDO

Termina una era para la monarquía británica: ¡La reina ha muerto, larga vida al rey!

Publicado

el

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

El jueves pasado se nos adelantó en el camino a la eternidad la muy famosa y respetada Reina Elizabeth II. Su vida fue nada común, incluso para un integrante de la realeza imperial.

Lo que más se ha repetido de la Reina Isabel II es que era una persona con dignidad, decencia y valentía. La hija de los príncipes de York no estaba destinada a ser Monarca, pero todo cambió cuando su tío el Rey Eduardo VIII abdicó al trono después de unos cuantos meses de su reinado. ¿La razón? Que el Rey quería casarse con una mujer divorciada y extranjera de familia común, la famosa americana Wallis Simpson. Así en aquel mes de diciembre de 1936, a las puertas de la Segunda Guerra Mundial, el padre de la pequeña Isabel de diez años de edad se convertía en el Rey Carlos VI.

Como cualquier niña a los 13 años vivía con sus padres, ellos habitaban el Palacio de Buckingham en Londres cuando este fue bombardeado por las fuerzas de Hitler, en ese momento ella aprendió una importante lección de sus padres quienes eligieron no evacuar el palacio para dar un sentido de seguridad a los demás habitantes del Reino. En ese momento su madre la Reina consorte Elizabeth Bowes-Lyon emitió un mensaje que daría ejemplo de valentía a la joven princesa y al mundo diciendo… “les quiero dejar claro -dijo la Reina madre de Elizabeth en ese lejano año de 1940 y momentos después del ataque nazi-, las niñas no se irán sin mí, yo no me iré sin el Rey y el Rey no se irá de Londres».

Semanas después, la muy joven princesa daba mensajes en la radio dirigidos a todos los británicos, pero en especial a los niños para alentarlos en esos momentos de dificultades, recordándoles que al ganarse la guerra ellos serían los responsables de construir un futuro mejor. Poco más adelante y aún en la guerra, en el año de 1943 se alistó en el ejército y fue la primera mujer de la realeza en servir en las fuerzas armadas como chofer y mecánico.

Años después a los 25 años de edad y ya con experiencia que le dieron varios viajes diplomáticos, participación en algunos aspectos de la Segunda Guerra Mundial en representación de su padre y por supuesto después de 15 años de instrucción como princesa heredera, ascendió al trono a la muerte del Rey en 1952.

Previo a su coronación y durante la misma, envió claros mensajes de su vocación de servicio y de comprensión de lo que era ser monarca del imperio británico a la salida de la guerra en contra de los nazis en un mundo convulsionado por la guerra fría entre el capitalismo, el comunismo soviético y el nacimiento de la China comunista.

“Sinceramente he jurado dedicar mi persona a su servicio de la misma forma que muchos de ustedes han jurado su servicio a mi persona; durante toda mi vida, con todo mi corazón he de esforzarme para ser digna de su confianza, pido a ustedes que sin importar su credo o religión oren por mí para que pueda servir correctamente, les declaro a todos ustedes que mi vida, sea larga o corta será dedicada a servirles a ustedes y a mi familia”.

En ese 1952 la Reina de Inglaterra era también Reina de decenas de territorios entre ellos Canadá, Nueva Zelanda y Hong Kong. Actualmente el Reino Unido y su llamado Commonwealth tiene 56 Estados libremente asociados y cuatro Estados subordinados como lo son Inglaterra, Escocia, Gales y el Norte de Irlanda.  Además, el monarca Inglés es el jefe de la Iglesia Anglicana un rol como de sumo pontífice de dicha religión.

Fue la sexta mujer monarca de Reino Unido y su reinado es el más longevo en la historia del mundo con 70 años de duración. Su coronación fue marcada entre otras cosas, como el primer evento de este tipo transmitido por televisión a nivel mundial, generando de inmediato una adicción mediática en todo planeta, una suerte que le seguiría a toda su familia como arma de doble filo.

Su reinado vio desfilar a 15 primeros ministros de Inglaterra, incluida la primera mujer en dicho cargo, Margaret Thatcher, y a la más reciente, Liz Truss, quien fue reconocida apenas dos días antes de su muerte el pasado martes. Convivió con 14 presidentes de los EUA, con 7 papas de la Iglesia Católica y fue parte activa en conjunto con Juan Pablo II, Ronald Reagan, Margaret Thatcher y el extraordinario Mikhail Gorbachev en la caída del comunismo y del muro de Berlín.

El 12 de septiembre del 2001 al medio día y durante la ceremonia de cambio de Guardia del Palacio Real, la Reina Elizabeth II ordenó a su guardia interpretar el Himno Nacional de los EUA en muestra de solidaridad con ese país por el ataque terrorista del día anterior en Nueva York.

En mayo 16 de 1991 fue la primera monarca de Inglaterra en hablar ante el parlamento de EUA.

La Segunda monarca de su país en visitar los EUA, esto después de que su padre George VI fuese el primero en 1939 durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Visitó más de 100 países, muchos de ellos múltiples ocasiones, siendo la primera monarca Británica en viajar a México en 1983 donde visitó Acapulco, Lázaro Cárdenas, Puerto Vallarta y La Paz.

LA GENERACIÓN DE HIERRO VS LA GENERACIÓN DE CRISTAL

Una mujer fuerte que sabía ser prudente y supo pasar con mano firme pero sin excesos en los tiempos de la post guerra, de la guerra fría, del terrorismo, de la creación de la ONU, del ingreso y salida de Inglaterra a la Unión Europea, de la era espacial y de la era nuclear. Decía que para su trabajo se requería “no quejarse” ¡Que diferencia de mujer con relación a otros líderes que se la pasan lloriqueando y culpando a todos de sus propias limitaciones!

El nuevo Rey Carlos III es mucho menos reservado y ha hecho públicas sus posturas en casi todos los aspectos de la vida, lo que será un contraste con la postura discreta de su madre. Si la Reina era tan popular es porque no se sabía si estaba de un lado o del otro de los partidos políticos de su país con lo que no se veía como partidaria sino como referente de unidad.

EL LUTO Y LA CEREMONIA DEL ADIÓS

Como los faraones de Egipto, los emperadores y los papas tienen una preparación muy detallada de sus ceremonias luctuosas, estas preparaciones duran años, incluso con la participación de los propios homenajeados quienes proyectan sus propios entierros. El caso de Elizabeth II no es la excepción, según se sabe su funeral ha estado en preparación con lujo de detalle desde el año de 1962 cuando ella tenía apenas 35 años de edad y múltiples actualizaciones. Durante los próximos ocho días se realizarán las ceremonias luctuosas para despedir a la amada Reina Elizabeth II que culminarán el sábado con su entierro, asistirán muchos dignatarios, pero en primera fila estarán el Rey Carlos III y su esposa Camila ahora Reina consorte quien ocupa el lugar que un momento tuvo la también amada Princesa Diana quien hace 25 años dejó este mundo. También estarán los hijos del Rey y de Diana Henry quien ha estado distante de Londres por varios escándalos mediáticos desde su matrimonio con la actriz norteamericana Meghan Markle y William siendo este el primero en línea a heredar al trono a la muerte de su padre Carlos III, quien recientemente lo ha nombrado Príncipe de Gales.

CARLOS III, LA INCÓGNITA

El papel del Rey en una monarquía constitucional es más de escucha y recomendaciones que de político, pero mientras que la Reina fue muy clara en esa línea el Príncipe ahora Rey ha sido incluso públicamente crítico de los gobiernos de su país lo que no se sabe si continuará o limitará ahora que ya tiene la responsabilidad de ser el Rey de todos los britones. Carlos III tiene 73 años de edad, es decir que su madre ha sido monarca por prácticamente toda la vida del nuevo Rey.

El pasado sábado se dirigió en mensaje grabado a su pueblo y al mundo por primera vez como Rey, en su mensaje por supuesto que dio palabras dulces a su madre a la que amó y llamó un ejemplo …“mi madre la Reina vivió una vida bien vivida, cumplió su palabra de una vida de servicio, misma que ahora yo renuevo a mi propio nombre”.

El Rey admitió que su vida y la de toda su familia cambiará, pero no dice mucho de lo que será su postura como monarca en especial si será tan vocal como Rey a lo que fue como Príncipe o si será más como su madre. La conducta del Rey dependerá de lo que él considere como su deber de servicio y también en lo que él perciba como la conducta que debe tomar para ganar el cariño y respeto de sus súbditos, que en su mayoría preferían a su hijo William como sucesor de la Reina, de lo contrario su conducta dañaría la estabilidad de la Monarquía en una era en la que dichos jefes de estado están en extinción.

Su abuelo entró al trono en los inicios de la Segunda Guerra Mundial, su madre en los inicios de la Guerra Fría y ahora él asume el trono en medio de una crisis económica y energética de propia creación que está azotando al Reino Unido y a todo el mundo a la sombra de un cambio de potencias en las que China parece ser la inminente próxima supra potencia mundial.

Los próximos días el mundo será testigo de un gran espectáculo político social y económico sin precedente y como tal cerrará una era y abrirá una nueva.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MUNDO

El Capitán América y la batalla ideológica

Publicado

el

Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //

El cómic del Capitán América nació con un objetivo claro y acorde a un momento histórico muy concreto. El Nº1 de la serie apareció en los puestos de revistas estadounidenses en marzo de 1941, en su portada mostraba a un musculoso hombre enmascarado que portaba un traje lleno de barras y estrellas, mismo que propinaba un golpe en la mandíbula a Adolf Hitler. Este primer número vendió más de un millón de ejemplares.

Cuando se publicó el cómic, Estados Unidos aún no había entrado en la Segunda Guerra Mundial pero la situación era cada vez más tensa con las fuerzas del Eje y el gobierno ya estaba preparado para lo que podía suceder.

En diciembre de ese año, Pearl Harbor fue bombardeado por aviones japoneses y entonces EEUU se unió a los aliados. El Capitán América, que había conquistado el corazón de los jóvenes lectores, se sumó a la lucha difundiendo mensajes patrióticos o apareciendo en campañas propagandísticas.

El origen del Capitán América decía bastante de él: Steve Rogers era un joven que intentó alistarse en el ejército llevado por el compromiso que sentía hacia su país, pero que fue rechazado debido a su mala condición física. Sin embargo, su valentía y valores llamaron la atención de un grupo de científicos que lo eligieron para ser el primer “supersoldado” de la historia inyectándole un suero especial.

Si bien es cierto que lo que hace a Steve un héroe es el resultado de la inyección del suero (fuerza sobrehumana, súper reflejos, etc.), sus habilidades son una consecuencia de los valores que ya tenía. Es decir, que Steve era tan importante cómo el capitán. Los propagandistas gringos tenían claro lo que querían comunicar: cualquier estadounidense puede ser un héroe para su nación.

El panorama que enfrenta Estados Unidos en pleno 2024 es diametralmente distinto al que se tenía previo a la segunda guerra mundial. Los jóvenes ya no creen en lo que hace el gobierno, piensan que la guerra contra el Estado Islámico y Hamás es incorrecta y aquel sentimiento patriótico que llevó a Estados unidos a ser lo que es, se desvanece.

Los jóvenes estadounidenses, empujados por una serie de ideas que ven en redes sociales y por un pensamiento propio que critica a las instituciones, han salido a protestar en sus campus universitarios. Los manifestantes exigen a los centros educativos que rompan vínculos con cualquier proyecto que beneficie al Gobierno israelí o a las empresas que financian el conflicto entre Israel y Palestina.

La primera manifestación se dio en la Universidad de Columbia. Decenas de estudiantes instalaron una zona de tiendas de campaña en el campus y en días pasados, la policía intentó desalojar el campamento, cuando arrestó a más de 100 personas.

El fin de esta historia es de pronóstico reservado, pues parece increíble que hoy los jóvenes salgan a protestar contra un gobierno que de una u otra manera garantiza su expresión y su desarrollo personal para en cambio, defender ideas de aquellos que han buscado destruirlos. Algo de razón tendrán los jóvenes, pero, de seguir adelante con esto, ponen en riesgo a las instituciones que les brindan una serie de privilegios que pocos tienen en el mundo; pareciera que viven el síndrome de Estocolmo.

México, con diferencias de fondo, vive una situación similar. La admiración a la delincuencia organizada y a lo que representa, lleva a los jóvenes aspirar a ser como aquellos que generan inseguridad en el país, a compartir sus ideas, escuchar su música, replicar su vestimenta y a llevar a cabo acciones similares a las de que aquellos que tanto dañan a la sociedad.

Tal vez la guerra ideológica se perdió cuando faltaron líderes positivos a quien admirar, cuando se inició una guerra y el estado se mostró débil, cuando la pobreza y marginación llevaron a los jóvenes a buscar salir de esa situación a cualquier costo o cuando se propuso que a los delincuentes se le debían dar abrazos.

Estados Unidos y México comparten el problema de la falta de credibilidad de sus jóvenes hacia el gobierno. En ambos casos, parece que la batalla ideológica está perdida. ¿Qué hacer para recuperar la admiración y el respeto de los jóvenes por el país que los vio nacer?

Continuar Leyendo

MUNDO

El radicalismo viene de la izquierda

Publicado

el

Opinión, por Fernando Núñez de la Garza Evia //

“La estabilidad lo es todo”, dice un antiguo proverbio chino. Pronto nos daremos cuenta de su sabiduría al quedar atrás la relativa estabilidad vivida en el país y el mundo durante los últimos treinta años. Además del regreso de las rivalidades geopolíticas, del desafío del calentamiento global y los riesgos de las nuevas tecnologías, tendremos que añadir el regreso del radicalismo político. En ciertos países proviniendo de la derecha, mientras que en otros de la izquierda.

Ha habido un debilitamiento de la democracia ante una creciente radicalización política. En Estados Unidos, una parte de la izquierda se ha vuelto más fundamentalista con la cultura del woke, aunque se ha mantenido en los márgenes partidistas. En la derecha, sin embargo, la radicalización se ha normalizado al llevar al extremo los principios del libre mercado, la negación del calentamiento global y la militarización de la política exterior.

Asimismo, en Europa ha sido la derecha política la que se ha tornado más extremista, llegando inclusive al poder en países tan relevantes como Italia. Pero, ¿por qué es la derecha la que ha llevado la delantera radical? Fundamentalmente, por la migración masiva y sus crecientes problemas culturales. Y un problema mayúsculo es que ese extremismo no solo es a nivel de las élites, sino también de las poblaciones.

La derecha en México no se ha radicalizado, al menos no aún. Porque no ha hecho suyas las políticas de mano dura contra la inseguridad, como la derecha salvadoreña. Porque no tiene una dura retórica anti-migrante, como la derecha europea. Y porque no niega el calentamiento global ni ha hecho suyo el dogma del libre mercado, como la derecha estadounidense. Además, la derecha mexicana es democrática, porque cree en los canales institucionales, la negociación partidista y las elecciones populares como mecanismos fundamentales para resolver los problemas políticos nacionales.

Sin embargo, su problema fundamental estriba en su falta de cuadros políticos, tanto así, que una persona sin militancia partidista será su candidata a la presidencia de la República, y lanzaron a una ex-Miss Universo para tratar de recuperar su otrora joya de la corona en el norte del país: Lupita Jones en Baja California.

La izquierda en México es la que se ha radicalizado. Tiene sentido: si en Occidente la derecha lo ha hecho a raíz de la migración masiva y sus choques culturales, en México ha sido la izquierda derivada de un contexto de pobreza y desigualdad, y de la desconfianza social que inevitablemente generan.

Las políticas del populismo de izquierda están ahí: militarización de la vida pública, exclusión del calentamiento global y los temas medioambientales, una profunda aversión a la ciencia y la tecnología, reparto de dinero sin condicionantes de por medio, adelgazamiento continuo de las capacidades del Estado, y un largo etcétera. Ni hablar de su manifiesto autoritarismo y sus políticas que podrían llevar al fin de la democracia-liberal en el país.

La izquierda y la derecha son dos lados de la misma moneda ideológica. Sin embargo, ha sido la izquierda política la que se ha radicalizado en México, tomada por el populismo lopezobradorista. La buena noticia es que la radicalización ha ocurrido más a nivel de las élites, sin haber permeado del todo entre la población. Por ahora.

  • Fernando Nuñez es analista político con estudios en derecho, administración pública y política pública, y ciencia política por la Universidad de Columbia en Nueva York

E-mail: fnge1@hotmail.com

En X: @FernandoNGE

Continuar Leyendo

MUNDO

Abordando la desigualdad económica: El papel esencial del gobierno en las políticas de redistribución

Publicado

el

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En la actualidad, la desigualdad económica es un tema candente que suscita debates y preocupaciones en todo el mundo. Esta disparidad en la distribución de la riqueza y los recursos económicos no solo es un fenómeno presente en economías en desarrollo, sino que también afecta a las naciones más industrializadas.

Mientras algunos defienden el valor de la meritocracia y la libre empresa, argumentando que el éxito económico debería ser el resultado del esfuerzo y el talento individual, otros señalan la creciente brecha entre ricos y pobres como una injusticia fundamental que requiere atención urgente.

La idea de que cada individuo debe tener la oportunidad de prosperar según su mérito es una piedra angular de muchas sociedades modernas, pero en la práctica, esta promesa de igualdad de oportunidades puede ser inalcanzable para muchos debido a barreras estructurales y desigualdades sistémicas.

En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿Cuál es el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica? Si bien algunos abogan por una intervención mínima del Estado en los asuntos económicos, argumentando que el mercado libre eventualmente corregirá cualquier desequilibrio, la realidad es que la desigualdad económica persiste y se profundiza en muchas sociedades.

Esto plantea la necesidad de una evaluación cuidadosa del papel que el gobierno puede y debe desempeñar en la promoción de la equidad económica y la justicia social. La cuestión no es solo una de moralidad, sino también de estabilidad social y cohesión comunitaria. Una sociedad profundamente dividida por la desigualdad económica corre el riesgo de enfrentar tensiones sociales y políticas que pueden socavar la estabilidad y el progreso a largo plazo

En este contexto, el papel del gobierno en la reducción de la desigualdad económica es crucial, ya que a través de ella, y con debida perspectiva social, se pueden implementar políticas de redistribución que promuevan una distribución más equitativa contribuyendo así a una sociedad más justa y próspera.

Lo anterior cobra relevancia ya que en un sistema económico basado en la libre empresa, a menudo se promueve la idea de que el gobierno debe tener una mínima intervención en la economía, dejando que el mercado se autorregule.

Sin embargo, esta perspectiva puede pasar por alto el importante papel que el gobierno puede desempeñar en la reducción de la desigualdad económica a través de políticas de redistribución las cuales no necesariamente implican una intervención directa en la economía, sino más bien un enfoque en la redistribución equitativa de la riqueza y los recursos para garantizar un mayor equilibrio social y económico.

Por otro lado, en esta tesitura, el gobierno puede adoptar medidas para fortalecer la seguridad social, proporcionando una red de seguridad para los ciudadanos más vulnerables lo que puede incluir programas de asistencia social, como seguro de desempleo, subsidios alimentarios y programas de vivienda asequible, que ayudan a proteger a los individuos y familias de caer en la pobreza extrema debido a circunstancias adversas.

Asimismo, es fundamental invertir en infraestructuras sociales, como educación pública de calidad y acceso equitativo a oportunidades de desarrollo profesional. Al proporcionar a todos los ciudadanos las herramientas y habilidades necesarias para tener éxito en la economía moderna, se puede reducir significativamente la desigualdad económica y promover una mayor movilidad social.

No podemos perder de vista que, si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, el gobierno tiene un papel vital que desempeñar en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución equitativa de la riqueza y los recursos. Estas políticas no solo promueven la justicia social, sino que también pueden contribuir a un mayor crecimiento económico y estabilidad social a largo plazo.

A pesar de ello, la realidad es que un enfoque equilibrado es necesario. Mientras que el exceso de intervención del gobierno puede tener efectos negativos en la innovación y la eficiencia económica, la falta de intervención puede exacerbar la desigualdad y crear tensiones sociales insostenibles. Por lo tanto, es importante que el gobierno encuentre el equilibrio adecuado, implementando políticas de redistribución que sean efectivas y eficientes sin socavar el espíritu emprendedor y la vitalidad económica.

Es evidente que la desigualdad económica es un desafío significativo que enfrentan muchas sociedades modernas, tanto que este desafío constantemente nos genera la necesidad de plantear preguntas difíciles, pero cuyas respuestas son necesarias.

Si bien la libre empresa puede ser un motor importante para el crecimiento económico, no puede garantizar por sí sola una distribución justa y equitativa de la riqueza y los recursos. En este sentido, el gobierno puede desempeñar un papel crucial en la reducción de la desigualdad a través de políticas de redistribución que promuevan un mayor equilibrio social y económico.

Al considerar estas políticas de redistribución, es importante tener en algunas de las ideas planteadas por Michael Sandel en su libro «La tiranía del mérito».

Sandel argumenta que la meritocracia, la idea de que el éxito se debe exclusivamente al mérito individual, ha contribuido a la creciente desigualdad económica al glorificar el éxito personal mientras denigra a aquellos que no tienen éxito. Esta narrativa del mérito puede llevar a la creencia de que aquellos que están en la parte inferior de la escala económica merecen su situación, lo que socava la solidaridad social y perpetúa la desigualdad.

Por lo tanto, las políticas de redistribución deben ir más allá de simplemente corregir las desigualdades económicas y también abordar las injusticias subyacentes en el sistema. Esto puede implicar cambiar la forma en que valoramos el éxito y reconocer que el mérito individual no es el único determinante del éxito económico. En su lugar, debemos adoptar un enfoque más colectivista que reconozca la contribución de todos los miembros de la sociedad y garantice que todos tengan acceso a oportunidades y recursos básicos para prosperar.

La lucha contra la desigualdad económica requiere un enfoque integral que combine políticas de redistribución efectivas con un cambio en nuestra concepción del mérito y el éxito. Al hacerlo, podemos trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa, donde todos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial independientemente de su origen socioeconómico.

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.