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Arturo Gleason Espíndola: Gobiernos deben impulsar nueva gestión del agua

La visión crítica del científico

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Erróneo abocarse solo a obras de infraestructura

Por Mario Ávila

Los científicos expertos en el tema del agua, han sido marginados de las grandes decisiones implementadas por la clase gobernante en Jalisco desde hace más de 25 años; a las autoridades solo les importa resolver el abasto de agua con obras, con presas, colectores, acueductos, bombeos y poco hacen por atender plenamente una gestión integral del agua.

Esta denuncia fue hecha por José Arturo Gleason Espíndola, director del Instituto de Investigaciones Tecnológicas del Agua, A.C., quien aprovechando el inicio de los períodos de gobierno federal y estatal, dijo que ellos siempre estarán abiertos al diálogo, independientemente de los colores del partido que gobierne.

Detalló que en el arranque de las administraciones federal y estatal, sería deseable que tanto Andrés Manuel López Obrador como Enrique Alfaro Ramírez los tomaran más en cuenta y estableció: “Nosotros siempre estaremos disponibles para cualquier autoridad que quiera, sinceramente nuestros conocimientos y nuestras experiencias le puedan servir al pueblo, lamentablemente nosotros los científicos no entendemos de política, nosotros entendemos de cifras, de observaciones, de evidencias, entonces quizá esta situación dependiendo de la coyuntura política no sea muy beneficiosa en ocasiones, pero nosotros nos debemos a la verdad”.

José Arturo Gleason Espíndola, quien cuenta con una trayectoria de 18 años como docente de la Universidad de Guadalajara, habló de las causas del fracaso en más de un cuarto de siglo en materia de abasto de agua para Guadalajara.

“Yo creo que es evidente el fracaso -dijo- la falta de entendimiento creo que es una de las principales causas, no nos hemos puesto de acuerdo, como es evidente y básicamente tiene que ver con varios aspectos. Creo que la gestión del agua se ha enfocado más a la construcción de obra, me refiero a presas, canales, tanques, bombas y es un enfoque que en su momento hace más de 100 años empezó con la intención de poder abastecer a las insaciables ciudades, y conforme hemos ido creciendo este enfoque fue la respuesta natural a satisfacer la sed insaciable de las ciudades que fueron creciendo después de la primera y la segunda guerra mundial y hasta nuestros días”.

“Ese enfoque -abundó-, de traer agua de cualquier punto al costo que sea, sigue prevaleciendo hasta ahora, nada más que ahora las circunstancias ambientales, no del agua como un simple recurso, porque ese es el problema, vemos al agua como un recurso que tenemos en casa, con la que se bañan, producen y usan, pero esa percepción del agua como recurso ha dejado de lado la falta de ponderación o de cuidado del sistema que provee el agua, que es el ciclo del agua”.

“El enfoque tradicional del que hablamos, de ir por el agua al costo que sea y de donde sea, prevalece todavía hoy, pero las circunstancias medioambientales del ciclo del agua ya no son las mismas, es decir el ciclo del agua ya no funciona como funcionaba hace 100 o más años. Caso específico, nuestra área metropolitana de Guadalajara ha crecido desordenadamente y ha ido cubriendo la superficie de los territorios que nosotros desde el punto de vista hidrológico le llamamos cuenca, por ejemplo la del Valle de Atemajac, que viene del Cerro del 4 hasta la barranca de Huentitán; de poniente a Oriente el cerro del Colli hasta el Cerro de la Reina, toda esta ‘vasija’ que le llamaban los españoles, a principios del siglo pasado tenía una mancha urbana pequeña hasta casi tener cubierta ahora toda esta área y brincando el Cerro del 4 y el Cerro del Tesoro hacia Tlajomulco, haciendo una mancha gris que provoca afectaciones al funcionamiento del ciclo del agua”.

“Esto es el ciclo del agua nos provee la lluvia, cuando antes no había tanto concreto, a través de lo que hoy son calles y avenidas se infiltraba, recargaba el acuífero, podía uno con una cubeta sacar el agua de un pozo y en algunos casos como la cuenca de Atemajac hay manantiales que se tiran al drenaje todavía, en prueba de que el agua busca salir del subsuelo, porque ese es parte del ciclo del agua”.

“Nos hemos convertido en una sociedad que está extrayendo cantidades impresionantes de agua del subsuelo, pero con la observación de que no le recargamos nada y es como estar sacando dinero de tu cuenta del banco, sin que te importe cuánto le está entrando y lo que va a pasar algún día es que si sigues en ese ritmo de sacar y sacar, sin meterle, la lógica es muy clara te quedarás sin dinero”.

«Nosotros siempre estaremos disponibles para cualquier autoridad que quiera, sinceramente nuestros conocimientos y nuestras experiencias le puedan servir al pueblo, lamentablemente nosotros los científicos no entendemos de política, nosotros entendemos de cifras, de observaciones, de evidencias”.

     Arturo Gleason Espíndola DIRECTOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES TECNOLÓGICAS DEL AGUA, A.C.

“Exactamente eso ocurre hoy en la ZMG, el ciclo del agua ha sido modificado, estamos construyendo sin control cubriendo áreas de recarga como El Bajío, estamos haciendo grandes edificios sin importarnos las cimentaciones como afectan los acuíferos, como lo contaminan, como bombean agua de las construcciones porque se encharcan cuando excavan y brota el agua. Y para atender este problema, este desorden, no lo vemos claro en las políticas públicas, porque hay desconocimiento y falta de conciencia del problema que no es el simple hecho de la escasez y que contradictoriamente añade otro problema: las inundaciones, entonces el punto es que no habrá presa que pueda saciar a una ciudad tan grande como la nuestra, no habrá acuíferos en 20 años, porque parece que le seguiremos sacando agua al subsuelo sin meterle agua de lluvia.

“Esto significa que no habrá obras hidráulicas que satisfagan la sed, pero además yo veo aquí este enfoque tradicional que reclama una transformación de la conceptualización del problema, el problema no es que no haya agua, el problema no es que haya inundaciones, el problema es que hemos afectado el ciclo del agua. Cómo nos quejamos de falta de agua y cuánta agua se va a los drenajes cada temporal, ¿no es una paradoja?”, se cuestionó el investigador de la UdeG.

CONSTRUIR GRANDES Y MILLONARIAS OBRAS

Arturo Gleason, 7 años como miembro del sistema nacional de investigadores en el nivel 2 expuso que lamentablemente la política pública tradicional habla de construir más presas, “pero si estás tirando agua de lluvia a los drenajes, por ello la respuesta tradicional oficial es: hagamos más colectores para tirarla más rápido a la barranca o al Río Santiago, no, no tiene lógica sabia, porque nos está cayendo del cielo y se puede capturar con las manos con cubetas, meterla a la cisterna, lo que no quepa ahí lo echo al acuífero, gracias a que Guadalajara tiene un suelo muy envidiable para poder recibir agua en nuestro banco natural de agua que es el subsuelo, pero si lo cubres de concreto es difícil hacerlo”.

A este desconocimiento de la conceptualización del problema -sentenció-, habrá que añadirle el interés de unos pocos por construir las obras hidráulicas y ahí ya el debate no es netamente técnico-científico, los científicos inclusive somos marginados de los debates y se convierte en una lucha de intereses, se pelean los estados, se pelean las autoridades por traer más agua de x lugar, pero por ejemplo Zapotillo, no sabemos cuánta agua corre por el río Verde, se trata de repartir la herencia sin saber cuánta herencia hay, se habla de estudios del 95 o el 97 y con eso no se puede plantear, simple y sencillamente porque no tenemos un sistema de monitoreo de estaciones meteorológicas, que abarque incluso a la ciudad, que tengamos disponibilidad de información en los trabajos para saber cuánta agua está entrando a nuestra cuenca, cómo escurre esa agua por los acuíferos y por las calles.

“Si se programan las obras pero no sabemos cuánto escurre por las calles y con una simple fórmula matemática no es posible presuponer cuanto escurre por Plaza del Sol, cuánto por avenida México, se tiene que medir y ante la ausencia de medición y de monitoreo, las decisiones se toman con base al enfoque tradicional de hacer mega obra y como la población no entiende mucho de esto, no reclama, no levanta la voz y la autoridad en una actitud paternalista ofrece resolver el problema de las inundaciones y del abasto con las formas tradicionales”.

“La nueva gestión integral del agua es precisamente eso, cuidar el ciclo, restauralo, has participar a las personas, aquí en mi casa, su casa, gastamos 55 mil litros de los casi 80 mil que nos caen al año, es decir más de la mitad del año estamos abastecidos con agua de lluvia, estos son casos concretos que estamos viviendo”, comentó.

CAPTAR AGUA DE LLUVIA

Sobre la conveniencia de haber invertido en Jalisco en temas como infraestructura para la captación de agua de lluvia y en renovación de equipos hidrosanitarios en los hogares, en lugar de perder miles de millones de pesos en fallidas presas como Arcediano, San Nicolás, El Purgatorio y Zapotillo, el investigador Arturo Gleason, a la vez líder del Cuerpo Académico UdeG 604 y director del Instituto de Investigaciones Tecnológicas del Agua, A.C., expuso:

“Así es, por muchas causas no hemos querido afrontar el problema como debe de ser, no es una obra la que resuelve el problema, es la conducta, es la forma de ver nosotros el tema del agua, el ciudadano común no va más allá del concepto de agua de la que ve en la llave, pero detrás del agua hay un funcionamiento natural que llamamos ciclo del agua, llueve, se infiltra, evapora y hay un sistema artificial que se llama sistema hidrosanitario urbano, se bombea, se limpia, se traslada, llega a la casa, la desechamos, entonces todo esto no lo vemos por ignorancia o falta de enseñanza que en otros países como Japón sí tienen, incluso tienen hasta su museo del agua”.

“El caso de Australia es muy interesante por la implementación de una política de ahorro, de cambiar los WC, la cisterna, la regadera, de enseñar a la gente a captar el agua de lluvia, se generaron empresas que vendieron los dispositivos, los sistemas, toda una excelente reconversión de la ciudadanía y de la mano del gobierno, las universidades y eso para mí sería la clave”.

“No se trata de ganar el debate, ni de demostrar quién tiene la razón, sino de ver sinceramente qué es lo que está pasando, es como cuando uno tiene una enfermedad, de qué te sirve que te traten de un resfriado, cuando en verdad tienes una pulmonía”, puntualizó Gleason Espíndola.

Finalizó diciendo que muy probablemente los políticos implementan las políticas públicas en materia de agua de la siguiente manera: “Ellos en su mente solo hacen una fórmula matemática, multiplican el área de la cuenca, el río, definen cuántos metros cúbicos dará por segundo, construyen la presa, se les llena, tienen 400 mil millones de metros cúbicos, consiguen en teoría un gasto de 3 metros cúbicos por segundo y resulta que son los 3 que les hace falta para la ZMG, luego ponen sobre la mesa los presupuestos estatales y sobre de eso deciden, esa es la manera en la que implementan sus políticas públicas”

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Iniciativa de César Madrigal: Unánime respaldo en el Congreso de Jalisco al drenaje profundo

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-Por Mario Ávila 

 

En un gesto de unidad histórica, los diputados de las ocho fracciones políticas de la LIV Legislatura local aprobaron por unanimidad la iniciativa del diputado César Madrigal, del Partido Acción Nacional (PAN), para exhortar al gobernador de Jalisco a incluir el diseño e implementación de un drenaje profundo en el Plan Estatal de Desarrollo 2024-2030.

Esta propuesta busca abordar el grave problema de inundaciones y socavones en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), un desafío que se agudizó tras el torrencial aguacero del 24 de junio, Día de San Juan, que paralizó la movilidad regional.

Presentada el 23 de junio y aprobada el jueves 10 de julio, la iniciativa marca un paso significativo hacia una solución estructural, inspirada en proyectos exitosos como el túnel emisor de la Ciudad de México.

UN PROYECTO CON RAÍCES Y VISIÓN

César Octavio Madrigal Díaz destacó que el drenaje profundo, con túneles de 80 a 100 metros de profundidad y un diámetro de 7 metros, no interferiría con el tráfico ni las redes hidrosanitarias, a diferencia de los actuales drenajes de 2.5 metros que colapsan, como se vio en los recientes socavones del Bethel.

“Es como la tuneladora de la Línea 3 del Tren Ligero: obras subterráneas que resuelven sin afectar la vialidad”, explicó.

A diferencia del sistema de la Ciudad de México, que mezcla aguas pluviales y residuales y las desvía a Hidalgo, la propuesta para la ZMG sería innovadora al enfocarse exclusivamente en captar agua de lluvia. Esto permitiría almacenarla la zona de El Dean o San Rafael, desviarla a plantas potabilizadoras, recargar mantos freáticos o incluso dirigirla al río Santiago y la Barranca de Huentitán, contribuyendo al ciclo hidrológico.

Madrigal subrayó el potencial hídrico de la obra: la ZMG consume alrededor de 13 metros cúbicos por segundo (m³/s), y el sistema podría captar hasta 5 m³/s de agua más limpia que la del lago de Chapala, contaminada por químicos industriales, agropecuarios y descargas residuales.

Esta agua reutilizable representaría un avance nacional, transformando un problema de inundaciones en una oportunidad de sostenibilidad.

La iniciativa tiene antecedentes en Jalisco. En los primeros años del siglo XXI, el gobierno de Guadalajara diseñó un plan de drenaje profundo para la ciudad, mientras que en 2008 el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) propuso el Programa de Manejo Integral de Aguas Pluviales, que incluye desazolves y pozos de captación, pero también sugiere a largo plazo dos túneles emisores por Gobernador Curiel y Calzada Independencia, destinando el agua a la Barranca de Huentitán.

En 2017, el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua (IMTA) elaboró un proyecto conceptual para toda la ZMG, retomado en 2023 por el Colegio de Ingenieros de Jalisco. Su entonces presidente, Luis Barbosa Niño, estimó una inversión de 30 mil millones de pesos en 12 años, con una erogación anual de 2,500 millones de pesos.

Además, particulares han propuesto un sistema en el sur de la ZMG que llevaría agua a la presa Atotonilquillo en Villa Corona para su potabilización y retorno al Acuaférico, enriqueciendo el debate.

SALVAGUARDAR VIDAS

Para Madrigal, el objetivo principal es salvar vidas. Hasta ahora, el temporal de lluvias de 2025 ha cobrado seis vidas, un recordatorio doloroso de la urgencia del proyecto. “No podemos postergarlo más”, insistió, lamentando que obras como esta, al ser “dinero enterrado”, a menudo se descartan por falta de rédito político.

Sin embargo, como legislador responsable, enfatizó la necesidad de infraestructura básica en una metrópoli que alberga a casi 5 millones de habitantes, una de las más pobladas de América Latina.

“Es una inversión esencial, no un lujo”, afirmó, subrayando que los socavones y las inundaciones no solo dañan la economía, sino que ponen en riesgo la seguridad ciudadana.

La aprobación unánime refleja un consenso raro en un Congreso a menudo dividido. Madrigal recordó el ejemplo de la Ciudad de México, donde el túnel emisor central se inauguró en 1975, seguido por el poniente en 2000 y el oriente en 2021, demostrando que un enfoque por etapas es viable.

En la ZMG, el proyecto podría dividirse en fases, priorizando las zonas más vulnerables como el oriente y el centro, donde las redes actuales colapsan con lluvias moderadas.

DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES

Aunque el respaldo político es un avance, la ejecución enfrenta retos. El costo de 30 mil millones de pesos requiere financiamiento mixto, posiblemente con aportaciones federales, estatales y privadas, además de un estudio detallado de impacto ambiental y geológico.

El SIAPA, criticado por su manejo ineficiente, deberá desempeñar un rol clave, pero su historial de retrasos plantea dudas. Madrigal sugirió involucrar a expertos del IMTA y el Colegio de Ingenieros para garantizar transparencia y eficiencia.

La propuesta también abre oportunidades. El agua captada podría aliviar la dependencia de Chapala, cuya calidad ha decaído, y apoyar la recarga de acuíferos, un tema crítico en una región afectada por sequías.

Además, la obra generaría empleos y fortalecería la resiliencia urbana frente al cambio climático, cuyos efectos, como lluvias más intensas, ya son evidentes.

El diputado César Madrigal cerró, señalando que “la mesa está servida. Este es un tema grave, agravado por socavones causados por inundaciones y tuberías de drenaje insuficientes. Es hora de actuar, tras años de olvido, para resolver este problema crítico en la zona metropolitana.”

VISTO BUENO DEL SECRETARIO DE GESTIÓN INTEGRAL DEL AGUA

Durante la segunda reunión de trabajo en la que los funcionarios del Poder Ejecutivo presentaron al legislativo el resultado del Plan Estatal de Desarrollo 2024-2030, el ingeniero Ernesto Marroquín, secretario de Gestión Integral del Agua, dio su visto bueno a la propuesta del diputado César Madrigal sobre el drenaje profundo.

“Diputado, César Madrigal, en el tema de las inundaciones, coincido completamente con usted lo mismo que en el tema del drenaje profundo, y en este año también estamos trabajando en la actualización para el registro en cartera, que ya tenía un registro en cartera, pero se perdió, y vamos a trabajar en la actualización de este registro en cartera para retomar todos estos proyectos contra las inundaciones, y yo en lo personal, y creo que el equipo técnico, estamos de acuerdo en que una buena solución es el drenaje profundo”.

“Obviamente, eso tiene que ir de la mano de otras acciones que se tienen que tomar como usted ya bien mencionó, el Promiat que habla del control en el origen de las aguas pluviales, que esto significa que cada desarrollo debe tener una descarga cero, esto quiere decir que se haga un tanque de retención que permita almacenar el agua mientras ocurre la lluvia y después, cuando los colectores ya estén menos saturados, permitan desalojar esta agua porque en realidad en la ciudad no contamos con colectores pluviales, eran colectores que estaban hechos para aguas residuales; sin embargo, al no contar con colectores pluviales se hicieron combinados y no tienen la capacidad necesaria para atender el problema del exceso de agua en tiempos de lluvias”.

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Alberto Maldonado: Diputados de Morena apoyarían a Lemus en proyecto de drenaje profundo para la ZMG

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-Por Gabriel Ibarra Bourjac

La bancada federal de Morena de Jalisco le brinda el apoyo al gobernador Pablo Lemus para impulsar el drenaje profundo en la Zona Metropolitana de Guadalajara, un a obra clave para mitigar las inundaciones crónicas que sufre la urbe cada temporal de lluvias y que además se traduce en pérdida de vidas, lo que todos unidos debemos evitar, expresó el legislador Alberto Maldonado Chavarín.

En un gesto de unidad, los diputados de Morena se suman a esta iniciativa, exigiendo que la Cámara de Diputados contemple esta inversión en el próximo presupuesto, a discutirse entre noviembre y diciembre de 2025, con el objetivo de iniciar los trabajos en 2026, destacó Maldonado Chavarín, quien es coordinador de los legisladores federales de Morena de Jalisco y miembro de la Comisión de Asuntos Hidráulicos en San Lázaro.

La propuesta surge en medio de la crítica situación hídrica y de infraestructura en la región que está completamente rebasada por el crecimiento registrado y la falta de inversión para su mantenimiento y renovación, donde el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) enfrenta cuestionamientos por su manejo.

Maldonado, quien trabajó años atrás en el área jurídica del SIAPA y conoce sus entrañas, destacó la urgencia de abordar el problema del agua, que supera incluso la inseguridad como principal preocupación en Jalisco, según estudios de opinión.

“El agua que no llega o que llega sucia y hedionda es el núcleo del problema”, afirmó en entrevista con Conciencia Pública. La reciente aprobación de un aumento del 9% a las tarifas del SIAPA, decidido por la Cámara de Diputados local, generó indignación social al carecer de un diagnóstico previo sobre la deuda, el rezago de cobranza, el número de empleados y las necesidades reales del organismo.

“Antes de subir tarifas, debimos saber dónde estamos parados”, señaló, proponiendo un observatorio plural con expertos de universidades como la UdeG, la UAG, la UNIVA, el ITESO y el TEC de Monterrey, junto a legisladores federales y locales.

El legislador abogó por regresar al modelo original del SIAPA, cuando los ayuntamientos de la ZMG tenían voz y voto en su junta de gobierno, un derecho perdido durante el sexenio de Jorge Aristóteles Sandoval por presiones políticas y económicas del estado.

“Zapopan, Guadalajara, Tlaquepaque y Tonalá aportan el dinero de sus ciudadanos, pero los recursos se concentran en zonas privilegiadas, dejando atrás comunidades pobres del oriente”, criticó.

Además, urgió revisar el área de saneamiento, abandonada en los últimos años, lo que ha permitido que los tanques de almacenamiento queden sin limpieza ni químicos, agravando la calidad del agua.

El tema de las inundaciones, agravado por la infraestructura hidráulica obsoleta, cobró relevancia tras las recientes lluvias que dejaron seis muertos y un historial de 10 a 12 fallecidos por temporal. Maldonado respaldó la propuesta de la presidenta del Colegio de Ingenieros Civiles de Jalisco de impulsar un drenaje profundo, una obra costosa pero esencial para evitar colapsos y los cerca de 2,000 hundimientos anuales en la ZMG.

“Le propongo al gobernador Pablo Lemus convocar a todos los sectores para discutir esto y gestionar recursos extraordinarios en el presupuesto de 2026”, anunció, ofreciendo la solidaridad de los legisladores federales para cerrar filas por Jalisco.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado la inversión en temas hidráulicos como prioridad nacional para 2025, destinando partidas amplias a la Conagua y urgiendo a gobernadores y alcaldes a priorizar obras subterráneas, a pesar de su baja visibilidad política.

Maldonado coincidió en que la mala gestión del agua, más que su escasez, es el problema central. Criticó proyectos como el acueducto de Zapotillo, que tras dos décadas de debate solo aportará tres metros cúbicos —sin un litro entregado aún— y propuso aprovechar cuerpos de agua subutilizados como el canal de Atequiza y la presa de Tamazula de Gordiano.

“Estudios muestran que estos podrían ahorrar hasta un 70% del agua extraída de Chapala, usada mayormente por el campo e industria, pero han sido ignorados”, reveló, prometiendo enviar datos detallados.

Maldonado también abogó por un diagnóstico objetivo con tecnología satelital y drones para detectar fugas en tuberías viejas, sugiriendo a la Secretaría de Gestión Integral del Agua en Jalisco le ponga atención especial a este problema.

“Hay agua, pero está mal manejada”, insistió, proponiendo que el SIAPA contrate personal técnico especializado en saneamiento y distribución, recuperando el modelo de contratación basado en expertise.

Con esta visión integral, los diputados de Morena buscan transformar la crisis hídrica de la ZMG en una oportunidad de desarrollo, siempre que el gobernador Lemus acepte el reto y la Cámara de Diputados respalde el drenaje profundo en el presupuesto venidero.

 

 

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Drenaje profundo no es solución: Guadalajara está asentada en una «bomba de tiempo», Arturo Gleason

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-Por Mario Ávila Campos 

A causa de muchas omisiones en la supervisión y en el mantenimiento a la infraestructura hidráulica de la ciudad, de lo viejo de los colectores y de la cada vez mayor cantidad de agua que en tiempos de lluvia saturan los drenajes, Guadalajara podría estar asentada en una ‘bomba de tiempo’, según alertó el doctor en Urbanismo, José Arturo Gleason Espíndola.

A través de un plano en donde se abarcan más de 35 mil hectáreas de la mancha urbana, el académico realizó un estudio juicioso, en el que se plantean al menos 20 puntos con riesgo potencial de hundimientos y del surgimiento de socavones en el temporal de lluvias, tan o más peligrosos que los que ya han ocurrido en días pasados en la avenida Malecón, en la colonia El Bethel, en el límite entre Guadalajara y Tonalá y en la colonia La Duraznera, en el municipio de Tlaquepaque.

Planteó al mismo tiempo la necesidad de delinear prioridades, definir obras y acciones, así como gestionar recursos presupuestales para empezar a atender el problema que lleva más de 30 años de retraso, “porque si para nosotros no es una prioridad atender el rezago hidráulico, la situación crítica nos va a cobrar factura posteriormente y eso implicará una grave irresponsabilidad de la clase gobernante”, estableció el investigador de la UdeG.

UN RIESGO INMINENTE Y OLVIDADO

Gleason presentó un plano detallado que mapea zonas vulnerables, destacando colectores antiguos como el de San Juan de Dios, construido en 1902 (123 años), que abarca 1,280 metros entre Calzada Independencia y Parque Morelos.

Otros puntos críticos incluyen la Avenida López Mateos (1971-1977), el colector Oriente (Parque San Rafael a Oblatos), Lázaro Cárdenas y Avenida Patria, todos con más de 50 años de antigüedad. Estos sistemas, diseñados para cargas menores, colapsan bajo la presión de lluvias intensas, como los 180 mm/hora registrados en años pasados, superando con creces los 80-100 mm/hora que deberían soportar.

“No son lluvias atípicas; es falta de estudios y cálculos”, criticó Gleason, desmontando la excusa oficial y exigiendo evidencia científica.

LA FALTA DE MANTENIMIENTO AGRAVA EL PROBLEMA

Con más de 500 kilómetros de colectores obsoletos, la ciudad carece de un plan integral. Gleason lamentó que no exista en la agenda pública la rehabilitación de estas redes, proponiendo un análisis riguroso para priorizar intervenciones.

La cuenca del Osorio, por ejemplo, abarca más de 3,000 hectáreas impermeabilizadas, acumulando agua que debería infiltrarse. En el caso del socavón de El Bethel, sugirió un peritaje para evaluar si modificaciones en el Parque Luis Quintanar alteraron los escurrimientos, acelerando el colapso.

“Es como retener agua y luego liberarla con fuerza; podría haber contribuido”, especuló, destacando la necesidad de estudios detallados.

MÁS ALLÁ DEL DRENAJE PROFUNDO: UNA SOLUCIÓN SUSTENTABLE

Gleason se pronunció contra el drenaje profundo, aprobado recientemente por el Congreso estatal con una inversión estimada de 30 mil millones de pesos, como la solución mágica propuesta por el diputado César Madrigal, el gobernador Pablo Lemus y el Colegio de Ingenieros.

“No hay estudios que sustenten esa cifra ni garantías de éxito”, afirmó, recordando que él mismo lo consideró viable en el pasado, pero ahora prioriza la sustentabilidad.

Su alternativa es un Plan de Gestión Sustentable de Aguas, enfocado en retener agua en edificios, parques y techos verdes, reverdeciendo la ciudad para reducir el volumen que llega a los colectores.

Según parámetros internacionales, el 60% de la lluvia en áreas urbanas totalmente impermeabilizadas (90-100%) se drena, pero Gleason estima que hasta un 30-40% podría retenerse con trincheras filtrantes, pozos de absorción y sistemas de infiltración. “Guadalajara debe volver a ser una esponja”, propuso, sugiriendo que el excedente se canalice a corredores verdes o ríos restaurados a cielo abierto, dejando un drenaje profundo de menor capacidad como última opción.

Criticó obras como el Parque San Rafael y el Dean, que cubren solo 2,400 hectáreas desde el Cerro del Cuatro a la Zona Industrial, insuficientes para una cuenca tan amplia. “Es como meter una cubeta en un vaso; el agua se derrama”, ilustró, recordando que propuso captaciones progresivas al exgobernador Enrique Alfaro, sin éxito.

UN LLAMADO A LA CIENCIA Y LA RESPONSABILIDAD

Gleason urgió dejar de construir por construir y formar un equipo con científicos para resolver el rezago hidráulico. “Si no es prioridad, la factura será grave e irresponsable”, advirtió, señalando que los más de tres meses restantes del temporal de 2025 podrían agravar los 20 puntos de riesgo.

Propuso medir lluvias, escurrimientos e infiltración con equipos de alta precisión, descartando soluciones aisladas como tanques o vasos reguladores. La restauración parcial de ríos y la recaptación son innovaciones que, combinadas con un enfoque integral, podrían mitigar el peligro.

DESACTIVAR LA BOMBA

Guadalajara enfrenta una crisis hidráulica que amenaza vidas y patrimonio, agravada por la falta de mantenimiento y planificación. El diagnóstico de Gleason, respaldado por datos y experiencia, exige un cambio de paradigma: de obras reactivas a una gestión sustentable. El Drenaje Profundo, aunque apoyado políticamente, no basta sin un plan previo. La clase gobernante debe actuar con ciencia y urgencia para desactivar esta ‘bomba de tiempo’, antes de que los socavones y las inundaciones cobren un costo irreparable.

 

 

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