OPINIÓN
Reformas educativas, y el cierre del ciclo escolar

Educación, por Isabel Venegas Salazar //
La paradoja de un país diverso y revolucionario como el nuestro, se encuentra en una de las soluciones que todos claman como evidente: La educación. Pareciera ser muy claro que, lo que todos y todas los mexicanos necesitan, es asegurar el acceso a la educación, pero una vez teniendo un espacio físico en las aulas, la masificación se contrapone con todas las lógicas de calidad y los principios básicos de formación para la convivencia.
Afortunada y desafortunadamente, la pandemia nos obligó a explorar el territorio de la virtualidad; tratar de resolver el tema de la atención global a través de pantallas y digitalización puso en evidencia que el contacto, la sonrisa, el saludo de la llegada, las conversaciones en el patio de la escuela, el sabor del lonche y las despedidas de cada día, es decir, el tema físico se volviera imprescindible, y con ello medular en la “extrañanza” de los ritmos que apenas comenzamos a recuperar, tal vez todo esto se pueda ir resolviendo, en la medida en la que no nos tome por sorpresa la implementación.
Y es que, a la mayoría nos ha costado volver a la presencialidad; a mí por lo menos, todavía no me carga toda la configuración que antes tenía; hoy me parece que tengo un agotamiento mayor y no logro rendir igual ¿Será que la recuperación va cuesta arriba? Tal parece que se nos está juntando la chamba: atender la recuperación escolar (la operatividad), cuidar lo que nos demandan las reformas educativas (la normatividad), y apoyar a los padres de familia, que también están en un momento de crisis muy particular (la comunidad).
A unos días de cerrar este ciclo escolar, y de cara a los cursos de fortalecimiento docente, es importante recordar que tenemos en curso las últimas reformas educativas: La del año 2013, cuando se implementó la reforma que buscaba mejorar la calidad de la educación en nuestro país. Ella se centró en la evaluación de los maestros y la mejora de su formación, la modernización del sistema educativo y la promoción de la inclusión y la igualdad de oportunidades. Cabe recordar que esta reforma fue muy polémica y generó protestas en todo el país.
Para el 2019 se aprobó una reforma constitucional en materia educativa que buscaba revertir algunos de los cambios implementados en la Reforma Educativa de 2013. Esta reforma se centró en la participación de los maestros en la toma de decisiones, la eliminación de la evaluación punitiva de los profesores (que bien cabría volver a tomar el debate de esta definición), y la reducción de la centralización del sistema educativo.
Para ese mismo periodo se presentó el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, que incluye una serie de medidas para mejorar la calidad de la educación en México. Entre estas medidas se contempla la mejora de la formación de los maestros, la ampliación de la oferta educativa en áreas rurales y marginadas, y la promoción de la inclusión y la igualdad de oportunidades.
De ahí que la Nueva Escuela Mexicana sea un modelo educativo que busca promover una educación de calidad basada en principios como la equidad, la inclusión, el humanismo y la excelencia. El objetivo es renovar y modernizar el sistema educativo mexicano, promoviendo la formación integral de los estudiantes y el desarrollo de habilidades para la vida. Se enfatiza la individualización del aprendizaje, el uso de tecnología y la inclusión de la educación emocional y cultural. La Nueva Escuela Mexicana se define como un modelo flexible y dinámico que busca responder a las necesidades y contextos de cada comunidad escolar en particular.
En conclusión, en menos de diez años hemos vivido reformas, revoluciones y conmociones en nuestro sistema educativo, que de nuevo nos plantean una paradoja: hablar de la Nueva Escuela Mexicana desde una concepción flexible y dinámica, implica tener calendarios escolares más largos, programas de capacitación más agotadores, y menos tiempo para dedicar al centro de la demanda de atención: los alumnos. La humanización de la escuela se sigue manteniendo a merced de los tiempos y los ritmos del mercado. Este es un conflicto que muestra su gravedad en lo micro, con lo cual habrá que observar cada centro escolar: evaluar el estado en el que se encuentra, la temperatura con la que se puede evidenciar la paz y la armonía entre los miembros de la colectividad, para resolver también desde ahí, desde el individuo como prioridad.
Cerrar el 2022-2023 es agradecer el contacto con cada miembro de la comunidad, la sonrisa, el saludo a la llegada, las conversaciones en el patio de la escuela, el sabor del lonche y las despedidas de cada día; y elevar una plegaria para que la masificación deje de ser el lastre de tantas décadas de desatención.
JALISCO
Impunidad selectiva

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
La aprehensión de Julio César Chávez Jr., además de lamentable y de ocupar primeras planas, es la muestra de que los norteamericanos tienen mejor información sobre lo que sucede en nuestro país, incluso que la mismísima presidente Sheinbaum.
Al menos así quedó establecido cuando le preguntaron a la titular del Ejecutivo si sabía de la orden de aprehensión que desde varios años atrás se le había girado y contestó que no.
Aunque AMLO afirmó en varias ocasiones que son mentiras que un presidente ignore o no sepa o no tenga información sobre todo lo que ocurre en el país, seguramente es casi imposible que millones de acontecimientos sean conocidos por los titulares del Poder Ejecutivo, de cualquier país, pero los más importantes, los trascendentales…esos no deben ser motivo de ignorancia, porque se puede pensar mal sobre los verdaderos motivos para no darlos a conocer o fingir demencia.
Hay situaciones y hechos que o no se revelan, se esconden o incluso se encubren por los gobernantes, aludiendo que se ocultan, “por el bien de todos”. Sobre todo, si los involucrados en estos hechos o acontecimientos, negativos siempre, involucran a “personalidades” o miembros y protegidos del poder político y gubernamental.
¿Por qué los estadounidenses sí sabían de la citada orden de aprehensión en contra del boxeador? ¿Por qué no se le había capturado a pesar de que son varios años de la expedición de la orden?
Los delitos de que se le acusa no son menores: Tráfico de armas; golpeador del Cártel de Sinaloa y asociación delictuosa.
No es gratuito que personajes de la vida pública, deportistas, científicos e intelectuales gocen en no pocas ocasiones de favores o preferencias por parte de los gobernantes que, magnánimos que son, “ayudan” con sus palancas a llevar al cabo ilegalidades e ilícitos, que parece lo mismo, pero no es igual.
Ante la notoriedad de la captura de Julio César Chávez Jr., al gobierno mexicano no le quedará otra que traerlo al país y llevar al cabo un juicio donde se determine si es o no culpable de los delitos que se le imputan. Eso es harina de otro costal.
Ahora que la 4T desapareció por sus pistolas legislativas a los organismos de transparencia, menos se sabrán informaciones, datos, cuentas que las dependencias gubernamentales estaban obligadas a proporcionar, mediante un protocolo, a Juan Pueblo.
¿Cuántas cloacas más tendrán que destaparse vía norteamericana? ¿Cuánta información tienen las agencias de inteligencia gringas sobre la sombra delincuencial que oscurece a nuestra nación?
Ahí está el meollo del asunto: Los que manejan la información delincuencial de manera subterránea no lo hacen por un “interés público”. Atienden a instrucciones “de arriba” sean gubernamentales o de los “patrones”. La impunidad se genera en la desinformación, en la corrupción y en la complicidad.
Este caso en particular da visos de que: La presidente no es informada adecuadamente; hay impunidad selectiva; y seguimos en la etapa del emisario del pasado que impuso los “abrazos no carcelazos” a la delincuencia.
Mientras tanto, acá en Jalisco, no se cantan mal las vernáculas. Aunque no del mismo tipo, se descubrió que una señora que trabaja como conductora de programas en televisión, era “aviadora” en el SIAPA con un sueldo que ofende a los trabajadores del organismo, pues por no hacer materialmente nada cobraba nada más y nada menos que 73 mil pesos mensuales, aparte aguinaldos, bonos y etc.
Aquí opera aquello de que “no tiene la culpa la conductora, sino quien la hizo aviadora”.
Porque “Lady SIAPA”, así la nominaron en las redes sociales, no tenía un mes o un año sobrevolando la dependencia. No… tenía años. Y algo muy significativo es que presume una relación cercana con el actual gobernador, Pablo Lemus Navarro, a quien se le ve muy contento en reuniones con la susodicha.
Los malpensados podrían asumir que ese puestazo se lo obsequió “alguien” con gran influencia que le consiguió esa “aviaduría”.
¿Se comprende ahora por qué le urge dinero al SIAPA? Porque ese es un caso, pero los mismos “siapenses”, soto voce, indican que como ese hay no uno, sino decenas de “favorecidos” y que hay sueldazos para una élite.
Viene aquí un poco de historia: cuando el SIAPA se conformó comenzó como una solución al problema del abasto de agua potable y la instalación de redes de alcantarillado, principalmente.
Uno de sus administradores, don Arnulfo Villaseñor Saavedra, construyó bases sólidas de eficiencia y eficacia del organismo. Pero el SIAPA degeneró en lo que hoy es: una institución deplorable, ineficiente, lamentable y hasta patética, malversada, saqueada y con argumentos cínicos que sus directivos han esgrimido de unos 25 años a la fecha, “refinados” los últimos seis años, por las ineficiencias evidentes.
Jamás habíamos padecido un SIAPA tan desordenado, desorganizado, desfalcado, “burrocrático” y llenos de “aeropistas”.
Sabrá Dios qué se halle de nuevo respecto a la pésima administración en este organismo. Lo que sí urge es que los diputados, que son quienes tienen las facultades, ordenen auditorías hasta de los tornillos que compran y revisen la nómina minuciosamente. O pasarán a la historia como cómplices del desbarajuste del SIAPA.
JALISCO
Entre lluvias y socavones

Opinión, por Miguel Anaya //
El socavón que se abrió esta semana en la avenida Malecón, a la altura de la colonia El Bethel, dejó algo más que un vacío en el pavimento. Dejó al descubierto una serie de omisiones, tiempos postergados y una realidad que, aunque subterránea, tarde o temprano, emerge: la infraestructura de la ciudad requiere atención urgente.
El hundimiento, que afectó a varios vehículos y dejó personas lesionadas, entre ellas una recién nacida, no es un caso aislado ni un accidente fortuito. Según datos oficiales, el SIAPA detecta al menos 8 hoyancos al día en las vialidades de la Zona Metropolitana de Guadalajara. El patrón es claro: redes de drenaje envejecidas, fisuras no atendidas, fugas prolongadas que erosionan el terreno. El resultado: el suelo cede.
La autoridad ha reaccionado de forma inmediata, como debe ser, asegurando la zona, revisando el subsuelo con herramientas especializadas y activando protocolos de reparación. Sin embargo, vale la pena preguntarse y preocuparse por lo siguiente: ¿Cuánto de lo que hoy se repara pudo haberse evitado? ¿Qué tanto se ha dejado de hacer en términos de mantenimiento preventivo? ¿Qué hace el SIAPA contratando asesores inexpertos que cuestan decenas de miles mensuales antes de prevenir y mantener las redes hidráulicas?
No es la primera vez que ocurre algo así. El año pasado, el colapso de un colector en la avenida López Mateos, una de las arterias más importantes de la ciudad, provocó semanas de caos vial, afectó a miles de tapatíos y nos costó más de 100 millones de pesos. Aquella experiencia encendió las alertas. Se prometieron diagnósticos, monitoreo y acciones preventivas. Pero un año después, los eventos se repiten.
El problema va más allá del colector que se fractura. Es un reflejo de una lógica institucional en la que lo que no se ve, tiende a postergarse. Las obras subterráneas, aunque fundamentales, no generan titulares ni cortes de listón. Sin embargo, son las que sostienen la vida urbana: drenajes, redes de agua e infraestructura pluvial. Ignorarlas tiene consecuencias.
Los socavones afectan mucho más que la movilidad. Comprometen la seguridad de las personas, generan pérdidas económicas y alimentan una sensación creciente de vulnerabilidad. Para quienes viven cerca de zonas con infraestructura antigua, cada temporada de lluvias viene acompañada del temor legítimo a un colapso más, a la pérdida de su patrimonio. En el caso de las personas afectadas por el reciente socavón, el incidente puso en riesgo su vida.
Desde luego, no se trata de señalar culpables de manera ligera. Las ciudades crecen, envejecen y se transforman, y el mantenimiento urbano es un reto constante. Pero también es cierto que la prevención exige voluntad, recursos, continuidad en las políticas públicas y mucha, mucha responsabilidad, no solo respuesta ante la emergencia.
Es momento de mirar con seriedad lo que ocurre bajo nuestros pies. No se trata solo de reparar una calle dañada, sino de revisar, diagnosticar y renovar una red urbana que lleva años cargando con más de lo que puede sostener. El esfuerzo no debe ser únicamente técnico, sino también institucional. Invertir en lo que no se ve, puede parecer poco atractivo a corto plazo, pero es lo que realmente previene tragedias.
El socavón de Malecón debe ser una advertencia, no un episodio más en una lista creciente. Guadalajara necesita una agenda pública que atienda lo invisible con la misma urgencia con que se promociona lo evidente. Porque en temas de infraestructura, lo que se pospone, tarde o temprano se hunde.
NACIONALES
¿La seguridad y la libertad van de la mano?

Opinión, por Claudia Salas //
¿Estás dispuesto a renunciar a tu libertad a cambio de una promesa de seguridad? Esa es la pregunta que deberíamos hacernos después de lo que se aprobó en la Cámara de Diputados.
En nombre de la seguridad, el oficialismo ha cruzado una línea muy peligrosa. La pasada semana en la Cámara de Diputados se aprobó una reforma que otorga a la Guardia Nacional facultades excepcionales para realizar operaciones encubiertas, intervenir comunicaciones privadas y solicitar información a empresas de tecnología, todo sin necesidad de una orden judicial.
Así, bajo el pretexto de protegernos, abren la puerta a la vigilancia masiva, sin controles ni contrapesos. No estamos hablando de un episodio aislado, sino de un paso más hacia la normalización de un Estado que espía, que vigila y que concentra el poder en manos de una estructura militar sin transparencia.
Lo que está en juego no es menor, nuestra privacidad, la libertad de expresión, el derecho a disentir y a vivir sin miedo. Porque cuando las instituciones armadas son utilizadas para fines políticos o electorales, lo que se erosiona es la democracia misma.
Uno de los puntos más alarmantes, es que esta reforma permite que elementos activos de la Guardia Nacional puedan participar como candidatos en elecciones populares. ¿Qué mensaje manda eso? Que los militares podrán ser jueces y parte en los procesos democráticos, que en las boletas electorales se podrán incluir candidatos con formación castrense, en un país que optó hace décadas por un mando civil precisamente para evitar los abusos del poder armado.
No olvidemos que las Fuerzas Armadas fueron creadas para defender la soberanía, no para vigilar a la población. Confundir esa misión es gravísimo y pone en riesgo el equilibrio institucional.
Esta misma semana se aprobó la reforma al Sistema Nacional de Seguridad Pública con la que se fortalecerá la coordinación entre los tres órdenes de gobierno en materia de seguridad pública y se reconfigurará el papel de las instituciones policiales.
Esta reforma tiene algunos aspectos positivos, sin duda uno de los más importantes es en el que se reconoce la urgencia de abordar la violencia de género dentro de las corporaciones, estableciendo de manera clara que toda conducta vinculada a violencia de género, acoso y hostigamiento sexual se investigue y se sancione con perspectiva de género, colocando los derechos de las mujeres al centro de la transformación institucional.
Mientras la reforma se discutía en el pleno, vivimos otro episodio que muestra que la cultura machista aún impera en el Congreso, vimos como el diputado Reginaldo Sandoval se refirió a la diputada Margarita Zavala únicamente como “la esposa de Calderón” despersonalizando su trayectoria como legisladora y atentando contra su legitimidad, esto nos recuerda que tenemos mucho por trabajar para que las mujeres podamos vivir una vida libre de violencias.
No se puede construir paz sin derechos humanos, ni confianza sin justicia. México no necesita un Estado que nos vigile, necesita un Estado que nos cuide.
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