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CULTURA

Los Robinsons de la destrucción

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Historia de estrellas del béisbol

Por Héctor Barrios Fernández

Frank fue un jugador difícil, agresivo y de un gran talento, el primero en ganar el trofeo de jugador más valioso, tanto en la Liga Nacional como también en la Liga Americana. Además el primer afroamericano en manejar un equipo de Grandes Ligas. Por Héctor Barrios Fernández

En el béisbol mexicano, coincidieron algunas veces en varios equipos, sobre todo con los “Pericos” de Puebla, Moi Camacho y Ronnie Camacho, que no tienen parentesco alguno entre ellos, lo que si tenían o tienen, es un enorme talento para el béisbol, lo cual los llevó a obtener un privilegiado lugar entre la élite del béisbol mexicano, fueron conocidos como “los Camacho de la destrucción”. 

Aunque no tengo noticias de que fueran conocidos así, en las Grandes Ligas, llegaron a coincidir con los “Orioles” de Baltimore los Robinsons, a quienes bien podría llamárseles “los Robinsons de la destrucción”. Aunque Brooks pasó toda su carrera con los “Orioles”, Frank estuvo con varios equipos, primero con los “Rojos” de Cincinnati y después con Baltimore, en donde hizo magnífica mancuerna con el grandioso tercera base.

Frank Robinson fue electo al Salón de la Fama en Cooperstown en 1982. 

Frank fue un jugador difícil, agresivo y de un gran talento, el primero en ganar el trofeo de jugador más valioso, tanto en la Liga Nacional como también en la Liga Americana. Además el primer afroamericano en manejar un equipo de Grandes Ligas. 

Frank Robinson jugó durante 21 temporadas y tuvo un porcentaje de bateo de .294. Le faltaron 57 hits para alcanzar los 3000 y 14 home runs para los 600. Anotó 1829 carreras e impulsó 1812. Fue un super jardinero y un atrevido corredor de bases, inculcaba miedo entre los jugadores de cuadro con sus barridas en las bases. Tuvo números de doble dígito en nueve temporadas consecutivas, con 26 robos en 1963. 

Fue novato del año en 1956, bateando para .290, empujando 83 carreras, y con sus 38 cuadrangulares, empatar para ese entonces, el récord para novatos. 

Después de 10 productivos años con Cincinnati, fue cambiado a Baltimore en 1966. Los Rojos explicaron a los indignados aficionados que aunque Frank tenía solamente 30 años de edad, era un “viejo de 30”. Con el tiempo él parecía un joven de 31, ganó la triple corona con los Orioles en 1966, bateando para .316, 49 cuadrangulares y 122 carreras impulsadas. En 1970 bateó dos grand slam en el mismo juego, pero no en el mismo inning y contra el mismo pitcher como Fernando Tatis. Jugó en cinco Series Mundiales, en 1961 con los Rojos, perdiendo contra los Yankees y cuatro con los Orioles, con ellos ganó dos y perdió dos. En ninguna de las cinco bateó sobre los .300, pero bateó al menos un cuadrangular en cada una de ellas, dos en la tercera en que participó. 

Frank Robinson jugó durante 21 temporadas y tuvo un porcentaje de bateo de .294. Le faltaron 57 hits para alcanzar los 3000 y 14 home runs para los 600. Anotó 1829 carreras e impulsó 1812.

En 26 juegos de Serie Mundial, anotó 19 carreras y empujó 14, mientras bateaba para promedio de .250. Pero la verdadera valía de Robinson no puede ser medida con estadísticas. En la serie de 1971 contra los Piratas, con el score empatado 2-2, con un out en el décimo inning, recibió base por bolas, llegó a tercera en un sencillo de Merv Rettenmund, venciendo apenas el tiro del jardinero central de Pittsburgh, Vic Davalillo, entonces Brooks Robinson bateó un elevado poco profundo al jardín central, en pisa y corre se lanzó al plato y deslizándose entre las piernas del receptor Manny Sanguillén, por milímetros venció el tiro de Davalillo. Desafortunadamente, para su equipo, al siguiente día los Piratas ganaron el séptimo de la serie pasando sobre los favoritos Orioles.

En 1966, los Orioles barrieron a los Dodgers de Los Angeles en cuatro juegos, Frank bateó dos cuadrangulares en el juego uno, para que el relevista Moe Drabowsky se llevara la victoria. En el cuarto juego volvió a pagar de cuadrangular para la única carrera del juego y que Dave McNally lanzara blanqueada.  En la serie de 1970 aunque fue el otro Robinson el que brilló por Baltimore, Frank contribuyó bateando dos batazos de cuatro esquinas, anotando cinco carreras e impulsando cuatro para la victoria de los Orioles en cinco juegos sobre los Rojos de Cincinnati. Una combinación de astucia y fiereza, hicieron que Frank Robinson contribuyera a contrarrestar la negativa barrera racial, por lo que en 1975 los Indios de Cleveland lo nombraron el primer manejador negro en Grandes Ligas. Con los Indios se convirtió en uno de los pocos manejador-jugador en la era moderna del béisbol. Manejó durante 11 temporadas o parte de ellas a Cleveland, San Francisco y Baltimore, pero ninguno de sus equipos finalizó más arriba del segundo lugar. 

Fue electo al Salón de la Fama en Cooperstown en 1982. En la Liga Mexicana del Pacífico se le vio manejando a los Tomateros de Culiacán.

Brooks Robinson, La aspiradora humana

Robinson tuvo el mejor porcentaje de fildeo para un tercera base (.971), oportunidades defensivas en tercera base (9 165), más que cualquier otro, tuvo 6 205 asistencias, 1 175 más que Mike Schmidt, 2 697 puestos out, 409 más que Traynor. 

Brooks Robinson también es líder de todos los terceras bases en dobles plays con 618.

Por Héctor Barrios Fernández

Ahora toca el turno del no menos espectacular Brooks Robinson. Una vez vi jugar a Brooks en Anaheim, con su único equipo en Grandes Ligas, los Orioles de Baltimore. Debió haber sido un juego ordinario, no recuerdo que haya hecho una jugada espectacular. Tuve la fortuna de ver en algunas ocasiones a Graig Nettles, Aurelio Rodríguez, Ken Caminiti, Mike Schmidt, Ron Cey y otros. De algunos de ellos si fui testigo de espectaculares jugadas en tercera base. Dicen que Brooks Robinson fue superior a todos ellos en su juego. Cuando niño quería realizar las jugadas que hacía Robinson en tercera, a lo más que llegué en relación a la tercera base, fue tener una fotografía autografiada por Celerino Sánchez, que por cierto aún conservo y de quien su guante no le pedía mucho a las estrellas antes mencionadas, por algo llegó a jugar con los Yankees de New York.

Pues bien, después de que Brooks Robinson convirtió en un out de rutina por la vía 5-3, lo que parecía ser un seguro doblete por toda la línea del jardín izquierdo, la víctima de esta jugada, Lee May de los Rojos de Cincinnati, a manera de queja dijo que Brooks Robinson era más bien una “aspiradora humana”. Y es que en la Serie Mundial de 1970, Orioles contra Rojos, ante la televisión nacional e internacional, Brooks convirtió cualquier clase de batazos que fueran cerca de él, en simples jugadas rutinarias, muchos estábamos asombrados de lo que veíamos, pero los aficionados de Baltimore estaban acostumbrados a ese tipo de lances. Era pan de cada día.

Los viejos aficionados podrán decir que no ha habido otro como Pie Traynor, los menos viejos dirán que Mike Schmidt era espectacular, los mexicanos argumentaremos que Leo, Aurelio o Celerino se las comían ardiendo, pero la mayoría de los expertos declara inequívocamente que nunca ha habido un tercera base que se compare con Brooks Robinson.

Las crudas estadísticas pueden escasamente capturar la magia de este hombre que más bien parecería una muralla.

Robinson tuvo el mejor porcentaje de fildeo para un tercera base (.971), oportunidades defensivas en tercera base (9 165), más que cualquier otro, tuvo 6 205 asistencias, 

1 175 más que Mike Schmidt, 2 697 puestos out, 409 más que Traynor. 

Brooks Robinson también es líder de todos los terceras bases en dobles plays con 618. Fue líder en la Liga Americana en fildeo 11 veces, en asistencias 8 veces, ambas son récords para un tercera base, ganó 16 guantes de oro. No fue un corredor rápido, pero tuvo una rápida reacción y una gran anticipación a las jugadas. Conocía  a cada bateador y los retaba a batear por donde él estaba, jugándoles poco profundo. Tuvo un fuerte y preciso brazo, además de que se deshacía muy rápido de la pelota y una excelente coordinación ojo-mano.

Con el bat se defendía bastante bien. Fue el jugador más valioso de la Liga Americana en 1964, cuando bateó para .317, con 28 cuadrangulares y fue líder en la liga con 118 carreras impulsadas. En la Serie Mundial de 1970, además de cautivar con su fildeo acrobático, bateó para .429 con un par de home runs y seis carreras impulsadas. 

Al siguiente año cuando los Piratas vencieron a los Orioles 4 juegos a 3 en la Serie Mundial, Brooks Robinson bateó para .318 con cinco carreras impulsadas en una causa perdida. Bateó más de 20 home runs en 6 de sus 23 años de carrera y finalizó con 268 batazos de cuatro esquinas, así como 1 357 carreras producidas. Aunque su porcentaje de bateo fue de .267, fue su fenomenal trabajo con el guante, lo que lo llevó al Salón de la Fama en 1983. 

Fue líder en la Liga Americana en fildeo 11 veces, en asistencias 8 veces, ambas son récords para un tercera base, ganó 16 guantes de oro.

Robinson fue como muchos otros peloteros, un poco supersticioso. Después de la inesperada derrota contra los Mets de New York en 1969, a principios de la temporada de 1970, él amarró una etiqueta a su maleta de equipaje en la cual se leía, “Brooks Robinson, campeones mundiales 1970”. Después, con la valiosa contribución de los Robinsons, (Frank y Brooks) los Orioles llegaron a ser justamente eso, “campeones mundiales’. 

Directivos del Salón de la Fama en Cooperstown, le solicitaron a Brooks la donación de su maravilloso guante para su exhibición después de la victoria en esa serie, pero Robinson los puso en constante preocupación al decirles “¿Y si hay más milagros dentro de este guante?”, por lo que se quedó con él un año más antes de donarlo. 

Brooks Robinson no solamente fue un gran jugador, fue un gran narrador de juegos, un verdadero caballero, un hombre perspicaz, cooperativo y dueño de un muy buen humor.

El lleno más grande en la historia del Memorial Stadium, 51 798 aficionados, asistieron al “día de Brooks Robinson”, el 18 de septiembre de 1977, para honrar el retiro del hombre de 40 años de edad. 

Recordando su año de novato en 1955, Brooks dijo a la multitud, “Nunca en mis sueños pensé que 23 años después, estaría parado justo aquí diciendo adiós a tanta gente. No creo que querría cambiar un solo día”.

Aunque Lee May y algunos otros, víctimas de su excelente fildeo, querrían cambiar algunos.                                                                                    

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Edición 804: Lo piden los expertos: Una nueva Corte de Justicia sin extremos ideológicos

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CULTURA

El Mazapán Parade 2026 arranca con sabor a México: La trascendencia cultural de este alimento

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– Por Francisco Junco

Con un aire festivo y lleno de orgullo local, se dio el banderazo oficial del Mazapán Parade, un evento que busca rendir homenaje al dulce más emblemático de la ciudad y, al mismo tiempo, proyectar a la capital jalisciense al mundo como una tierra de tradición e innovación cultural.

La iniciativa no solo celebra al mazapán como ícono de identidad tapatía, sino que también abre un espacio para la creatividad, el arte urbano y la convivencia social, con decenas de piezas monumentales intervenidas por artistas locales y nacionales que transformarán las calles en un museo al aire libre.

Fue la tarde del jueves 21 de agosto cuando Tlajomulco tenía un aire festivo, desde el primer momento en que los invitados comenzaron a llegar. Las sonrisas y los abrazos llenaban el salón, en la sede de la fábrica de Dulces de la Rosa, donde todo estaba dispuesto para el lanzamiento de un evento que promete dejar huella.

En el centro de la celebración, Enrique Michel, vestido de negro con una sobriedad elegante, irradiaba alegría. Se le veía emocionado, repartiendo saludos, como anfitrión que abre las puertas de su casa para honrar a la cultura mexicana, representada, en un dulce, que ya forma parte de la memoria colectiva.

A su lado, con la serenidad de quien sabe que está sosteniendo un proyecto de gran trascendencia, María Laura Anaya lucía un vestido rojo que resaltaba con fuerza entre el ambiente decorado con motivos mexicanos. Ella, consejera de la Fundación Enrique Michel Velasco, se movía entre los invitados con un aire de gratitud, consciente de que lo que estaban a punto de anunciar se convertiría en un hito artístico y cultural para Jalisco.

La celebración tenía un sello profundamente mexicano. El banquete, pensado al detalle, buscaba rendir homenaje a las raíces de la región, a la cocina tradicional que ha acompañado las fiestas familiares y populares durante generaciones.

El ambiente se encendió cuando el Mariachi Oro y Plata arrancó con los primeros acordes de “Viva el Mariachi” y “El son de la negra”. La música vibraba en el corazón del salón. También el grupo norteño “Alegres de Tlajo” subió al escenario para mantener vivo el ánimo festivo.

En medio de este ambiente, Enrique Michel explicó el propósito del Mazapán Parade 2026 y aseguró que “vamos a tener una serie de mazapanes en diferentes avenidas, en el aeropuerto, y en los estadios de fútbol”, detalló, subrayando la dimensión que tendrá el proyecto, pensado para coincidir con el Mundial del próximo año.

La iniciativa no se limita a la exhibición, como explicó Michel Velasco, la idea busca que el mazapán trascienda como un símbolo cultural. “Esto lo estamos haciendo para celebrar a uno de los mejores artistas que tiene la escultura”, afirmó.

Para él, la importancia radica en que los visitantes del Mundial encuentren un punto en común que los acerque a México. “Que es precisamente el mazapán”, señaló.

Y es que después de más de cincuenta años de esfuerzo, la empresa cuenta con certificaciones internacionales que le abren las puertas a todo el mundo. “Tengo ISOS que nos dan la puerta abierta a todo el mundo. Me siento muy contento, orgulloso y satisfecho, porque sobrinos, hijos, siguen aquí creciendo la fábrica”, compartió con un brillo especial en los ojos, reflejo del legado familiar en marcha.

El orgullo también se mide en cifras. Actualmente, Dulces de la Rosa genera más de siete mil empleos, de los cuales tres mil 100 corresponden a la planta más grande de Latinoamérica en su ramo. No se trata sólo de dulces, se trata de trabajo, estabilidad y futuro para miles de familias, afirmó el director general de Dulces de la Rosa.

María Laura Anaya, explicó el trasfondo del proyecto y aseguró que “el objetivo del Mazapán Parade es acercar la cultura a través del arte, y con ello vinculamos la educación”.

Añadió que el festival contará con quince esculturas de mazapán intervenidas por artistas plásticos de renombre. “Estamos muy contentos por la apertura del gremio artístico y la confianza en el legado del señor Michel”, afirmó.

La lista de participantes es internacional. Entre ellos destacaba Aram Cortez, que celebraba quince años de trayectoria artística, y el príncipe Lorenzo de Médici, quien viajará desde Italia para intervenir una de las piezas, que después se exhibirá en la fundación de su familia.

Esto es internacional”, dijo con énfasis María Laura, “el continente está presente: Chile, México y Europa. Vamos a celebrar el Día Internacional del Mazapán el 24 de enero y será una caravana por todo Jalisco, después por otros estados y luego Estados Unidos”.

Llegó entonces el turno de Aram Cortez, quien habló con emoción contenida. Y apuntó que “este proyecto nació en mi mente por allá del 2019, como un sueño lejano, pero poco a poco fue tomando forma gracias a la confianza del señor Enrique Michel y de María Laura”, dijo.

Después, Ignacio Gana, reconocido escultor chileno, tomó la palabra y dijo que para él “el arte es el bálsamo de la vida. Es alimento para el espíritu y lo que ha hecho don Enrique a través de esta convocatoria es dejar un legado”.

El artista comparó la trascendencia del arte con los testimonios históricos de la humanidad. “El arte es el mejor ejemplo para dejarle a las nuevas generaciones una muestra de cómo se hacen las cosas con amor, como lo ha hecho don Enrique”.

El mazapán, en ese instante, se convertía en un símbolo de unidad. Lo que nació como un experimento en un taller sencillo, hoy se había transformado en un emblema de México que se exporta a 38 países.

Alfonso Martorell, en representación del gobernador Pablo Lemus, tomó la palabra para reconocer la trayectoria de Michel. “Queremos agradecer de manera muy especial a don Enrique Michel, quien con su visión ha logrado que un dulce tan sencillo se convierta en un emblema de México y del mundo”, expresó con solemnidad.

Martorell destacó que el Mazapán Parade es reflejo de lo que representa Jalisco, raíces firmes, cultura viva y la capacidad de compartir con el mundo lo mejor de sus pueblos mágicos, su arte y su gastronomía.

Cuando llegó el turno final de Enrique Michel, el empresario habló con sencillez y emoción. “Les agradezco mucho que estén aquí y que formen parte de este grupo que quiere hacer el bien a la sociedad”, dijo, cerrando un ciclo de discursos que había estado cargado de gratitud y esperanza.

Y así, entre música de mariachi, platillos tradicionales y cocteles de mazapán, el Mazapán Parade 2026 dio su banderazo de salida. Una fiesta mexicana que reunió arte, cultura y orgullo, y que promete llevar a Jalisco y a México más allá de sus fronteras, con un dulce que se ha ganado un lugar en el corazón del mundo.

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CULTURA

Clásico del teatro estadounidense: Un tranvía llamado deseo, minimalismo y pasión en escena

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– Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias

Un tranvía llamado deseo se presentó en el Conjunto Santander, la dirección estuvo cargo de Diego del Río quien presenta una puesta en escena minimalista; una tarima vacía en medio del escenario y su izquierda; discreta, disimulada, casi perdida en la sombra, una pianola.

No hay un telón que divida la realidad de la representación, no se guardan secretos entre el público y los actores, quienes en ningún momento abandonan el escenario; lo que se ve es lo que hay, sin música o efectos grabados. Los números musicales son interpretados y musicalizados en vivo por el grupo actoral utilizando la pianola, un banjo y una armónica, que crean un ambiente pasional, irracional, impredecible y caótico que tanto caracterizan al jazz.

Toda la atención está dirigida a la tarima, con luces cálidas sobre ella, las cuales, junto con la música, recrean el calor, la pasión de Nueva Orleans y los personajes que ahí dan vida a uno de los dramas más famosos en la historia del teatro. Una vez que los actores hacen su aparición, comienza el encanto, cada uno recorre la tarima, hace suyo el espacio y prepara al público hasta que todo inicia con la aparición de Blanche DuBois quien busca a su hermana Stella.

Blanche es interpretada por Marina De Tavira, con una actuación que oscila entre la fragilidad y la manipulación, ambigüedad que define al personaje de Blanche y las relaciones que ella forman con las personas a su alrededor, su presencia es lo que impulsa al resto de personajes, la actuación de Marina De Tavira es la base sobre la que se cimienta la obra.

Astrid Mariel Romo interpreta a Stella, la cual está casada con Stanley Kowalski, interpretado por Rodrigo Virago. Ellos viven en el barrio obrero de Elysian Fields, y es ahí, montada en un tranvía llamado deseo a donde llega Blanche.

La relación entre los tres es turbia; son opuestos que se atraen, se necesitan para ser. Blanche y Stella tienen ascendencia francesa, pertenecen a la clase burguesa, la cual entró en crisis a causa de la Revolución Industrial, la Segunda Guerra Mundial y la naciente clase media.

Las hermanas representan el conflicto social que se daba a finales de los 40s y durante los 50s, en pleno declive de la clase burguesa, desplazada por los nacientes capitalistas, las tierras perdieron valor frente a las fábricas, dando lugar a un nuevo orden, donde los capitalistas ocupan la cima de la pirámide social y se ve nacer un nuevo grupo, la clase media.

Blanche le cuenta a su hermana que han perdido la plantación familiar, llamada Belle Rêve (Hermoso Sueño, en francés); esto es, el fin del sueño burgués, el cual ha quedado reducido a un apellido, sus costumbres y su dignidad, que es lo único que llena la maleta de Blanche.

En México, por ejemplo, con el fin del porfiriato, muchas familias burguesas caídas en desgracia económica fueron rescatadas al casar a sus hijas con empresarios, los cuales ofrecían dinero a cambio del apellido, la educación y los contactos de los burgueses.

Por su parte, Stella, la hermana menor, está casada con un obrero, lleva años lejos de su familia y no aspira a recuperar las glorias pasadas, sino que se adaptó al cambio, abrazó a la clase trabajadora al casarse con Stanley. Stella es la transición; ya no se trata de una dama, refinada, elegante y conservadora, como busca ser Blanche, sino de una mujer que se encarga de que el hogar funcione, sin contar con fortunas o criados que la respalden, únicamente con su ingenio y el sueldo del esposo.

Stanley pertenece a la oleada de migrantes que llegó a Estados Unidos después de la 2 Guerra Mundial, cuando el trabajo en el campo dejó su lugar al trabajo en las fábricas. Los obreros se convierten en el motor económico, son duros, resistentes y sin mayores aspiraciones que cobrar su sueldo, beber y jugar. Stanley es un hombre de su tiempo; rudo, tosco, intransigente, lo que hoy se denomina machista.

Su primera aparición se da al salir del trabajo cuando le da un paquete con carne a Stella, anunciándole que irá a los bolos; ella le pregunta si puede acompañarlo. Ahí está, reducida, toda la dinámica de la época.

Un tranvía llamado deseo, escrita por Tennessee Williams, es la más importante de sus obras, cuyo valor proviene de la capacidad de retratar no solo la dinámica de su época, sino todas las contradicciones, vicios y deseos que existen tras ella.

Stanley no es el caballero que enamora por su trato, como el Señor Darcy en Orgullo y prejuicio; es algo más salvaje, animal; por ello aparece en escena sin camisa o solo en bóxer, provocando a las hermanas. Stella siente hacia él una atracción sexual; no es un encanto romántico, es el instinto animal. Mientras que él siente fascinación y rechazo por Blanche, como algo sagrado que puede profanar.

Un tranvía llamado deseo se caracteriza por su realismo psicológico, explorando la mente y los sentimientos de sus personajes. El mérito de la obra radica en la profundidad de sus personajes, especialmente femeninos, y en la capacidad de volver conflictos sociales particulares en algo universal.

Su lenguaje poético, la intensidad dramática y la innovación teatral la consolidaron como un clásico del teatro estadounidense, reconociendo a su autor con el Premio Pulitzer de Drama en 1948, y su influencia sigue vigente en el trabajo de Diego del Río, las actuaciones de Marina De Tavira, Astrid Mariel, Rodrigo Virago, Alejandro Morales, María Filippin, Andrés Penella, Federico Di Lorenzo, Diego Medel, Diego Santana y Paty Vaca.

 

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