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MUNDO

La batalla por la autonomía financiera: Alternativas al SWIFT en un mundo en desdolarización

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

(Parte 1) En las últimas décadas, el sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) ha sido la columna vertebral de las transacciones financieras globales, facilitando el flujo de más de 40 millones de mensajes diarios entre bancos en 200 países. Sin embargo, su dominio —y el del dólar estadounidense que lo sustenta— está siendo desafiado por una ola de iniciativas que buscan reducir la dependencia de Estados Unidos y reconfigurar el orden económico internacional.

Desde proyectos tecnológicos como mBridge hasta alianzas geopolíticas como las impulsadas por los BRICS, el mundo asiste a una carrera por crear infraestructuras financieras alternativas que reflejen un nuevo equilibrio de poder.

La caída del poderío del imperio económico de los Estados Unidos, mantenido principalmente por el dólar como moneda de reserva y comercio internacional, está llegando a su fin, sobre todo en el contexto de fuertes agresiones comerciales iniciadas el 20 de enero del 2025, día en que Donald Trump asumió la presidencia de aquel país por segunda ocasión, con el supuesto objetivo de “hacer grande a América otra vez” (MAGA), el tema y lema de la campaña que lo llevó a la Casa Blanca en las elecciones de 2024. A partir de ese mismo momento, el ahora presidente estadounidense, comenzó una carrera para intentar mantener a flote la economía de su país, a través de una fuerte estrategia de intimidación para lograr negociar lo que a su parecer es mejor para Estados Unidos.

EL SWIFT Y SU PAPEL EN LA HEGEMONÍA DEL DÓLAR

Fundado en 1973, 239 bancos de 15 países crearon la red SWIFT (siglas de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), con el objetivo de hacerlos más rápidos, fáciles y seguros. Casi medio siglo después, SWIFT conecta a más de 11.000 entidades financieras y más de 200 países y territorios entre sí, que han logrado estandarizar el proceso para que se complete en plazos de entre 24 y 48 horas; no es un sistema de pagos en sí mismo, sino una red de mensajería que estandariza las órdenes de transferencia entre instituciones financieras. Su relevancia radica en que el 90% de las transacciones internacionales se liquidan en dólares, lo que otorga a Estados Unidos un poder de vigilancia y sanción sin precedentes.

Como señaló la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo en 2023: «Debemos comerciar en nuestras monedas y crear canales de pago distintos a esta red controlada por Occidente».

El sistema se basa en el intercambio rápido y seguro de información sobre las transacciones financieras (ya sean pagos, avales, garantías, información de cuentas…) que tienen lugar entre entidades de distintas áreas globales. Cada entidad cuenta con un código único compuesto por una serie de entre 8 y 11 dígitos, que identifican la entidad, el país al que pertenece y la localidad en la que se encuentra su sede central. Es el código SWIFT, también conocido como BIC (por las siglas en inglés de Código de Identificación Bancaria).

Para el intercambio de esta información cuenta con SWIFTNet, una plataforma de mensajería que facilita estas comunicaciones y aloja cuatro servicios: FIN, el servicio de mensajería más antiguo, permite intercambiar mensajes individuales en formatos estándar ampliamente aceptados por toda la comunidad financiera; InterAct permite, además, intercambiar mensajes en formatos privados y es más flexible; FileAct facilita la transferencia de archivos, por ejemplo, el envío de grandes lotes de pagos internacionales; y WebAccess habilita para sus miembros la navegación segura por las páginas web financieras. (bbva.com)

Este monopolio se ha convertido en un arma geopolítica. En 2022, la exclusión de bancos rusos de SWIFT tras la invasión a Ucrania aceleró la búsqueda de alternativas. Rusia, China y otros países perciben ahora la urgencia de construir sistemas que eviten lo que el senador estadounidense Marco Rubio llamó «el poder de estrangular economías enteras».

MBRIDGE: LA APUESTA ASIÁTICA POR LAS CBDCs

Uno de los proyectos más avanzados es mBridge, una plataforma de pagos transfronterizos basada en monedas digitales de bancos centrales (CBDC). Desarrollado por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) junto a China, Hong Kong, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos y, recientemente, Arabia Saudita, mBridge utiliza tecnología de ledger distribuido para eliminar intermediarios y reducir costos. En pruebas realizadas en 2024, una transacción entre Abu Dabi y Beijing se completó en solo 10 segundos, frente a los días que puede tomar el sistema tradicional.

Según Josh Lipsky del Atlantic Council, mBridge «podría redefinir cómo se liquidan las materias primas, especialmente el petróleo, sin depender del dólar». Este proyecto no solo tecnifica las transacciones, sino que simboliza un cambio estratégico: países como Arabia Saudita, históricamente aliados de EE.UU., ahora exploran vías para comerciar petróleo en yuanes o CBDCs, erosionando el pacto del petrodólar establecido en 1974.

El proyecto mBridge alcanzó la etapa de producto mínimo viable (MVP) a mediados de 2024. El proyecto buscaba explorar una plataforma de moneda digital multibanco central (CBDC) compartida entre los bancos centrales y comerciales participantes, basada en tecnología de registro distribuido (DLT) para permitir pagos y liquidaciones transfronterizas instantáneas.

El Proyecto mBridge fue el resultado de una amplia colaboración iniciada en 2021 entre el Centro de Innovación del BPI (Banco de Pagos Internacionales), el Banco de Tailandia, el Banco Central de los Emiratos Árabes Unidos, el Instituto de Moneda Digital del Banco Popular de China y la Autoridad Monetaria de Hong Kong. El Banco Central Saudí se unió en 2024.

El proyecto tuvo como objetivo abordar algunas de las principales ineficiencias en los pagos transfronterizos, como los altos costos, la baja velocidad y las complejidades operativas. También abordó las preocupaciones sobre la inclusión financiera, especialmente en jurisdicciones donde la banca corresponsal (que conecta a los países con el sistema financiero global) ha estado en declive, lo que ha generado costos y retrasos adicionales.

Los acuerdos multi-CBDC que conectan diferentes jurisdicciones en una única infraestructura técnica común ofrecen un gran potencial para mejorar el sistema actual y permitir que los pagos transfronterizos sean inmediatos, económicos y universalmente accesibles con liquidación final.

Se creó una plataforma basada en una nueva cadena de bloques, mBridge Ledger, para facilitar pagos transfronterizos y transacciones de divisas entre pares en tiempo real. En 2022, se llevó a cabo un piloto con transacciones de valor real. El equipo del proyecto mBridge exploró posteriormente si la plataforma prototipo podía evolucionar hasta convertirse en un MVP.

Para lograrlo, los cuatro bancos centrales y autoridades monetarias participantes fundadores desplegaron un nodo de validación, mientras que los bancos comerciales realizaron más transacciones de valor real en preparación para el lanzamiento del MVP. Paralelamente, el comité directivo del proyecto creó un marco legal y de gobernanza a medida, que incluye un reglamento, adaptado a la naturaleza descentralizada única de la plataforma.

La plataforma MVP está habilitada para realizar transacciones de valor real (sujeta a la preparación jurisdiccional) y también es compatible con la Máquina Virtual de Ethereum -la criptomoneda. Esto le permitió servir como banco de pruebas para soluciones tecnológicas complementarias, nuevos casos de uso y la interoperabilidad con otras plataformas. El BPI anunció en octubre de 2024 que cedería el proyecto a los socios. (bis.org)

continuará…

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MUNDO

El objetivo de combatir la depresión y la soledad: Amigos por inteligencia artificial, el arriesgado plan de Zuckerberg

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Como sabemos, la soledad y la depresión son dos enfermedades crónicas que se han ido incrementando entre los adolescentes. Ahora el fundador de Facebook que ayudó a conectar a miles de personas en todo el mundo, pero que también fue el primer método para que los humanos, especialmente jóvenes y ancianos, se desconectaran de su entorno inmediato para irse al mundo virtual, nos asegura ahora que la inteligencia artificial será la cura para la soledad y la depresión consecuente.

En entrevista en el podcast de Dwarkesh Patel, el supermillonario dueño de Meta, Mark Zuckerberg, declaró que su empresa está creando las herramientas para que las personas creen amigos virtuales a través de la IA, y que esto ayudará a reducir la epidemia de soledad.

Con todo respeto para el brillante empresario, creo que está mal. Dicho sea, con mucho respeto, él mismo admite que tiene un problema de autismo y tal vez para personas con ese problema esto sirva, pero para la mayoría de la gente no será. Simplemente, veamos los resultados de los encierros del COVID19.

Si bien es cierto que jóvenes con problemas de socialización pueden encontrar espacios para entretenerse, también es verdad que esto por gusto los podría aislar aún más socialmente. Además, esto se repetirá entre los jóvenes sin estos desafíos, quienes empezarán a generar mundos paralelos al real.

Los mejores y más exitosos programadores han tenido algo de autismo, como lo admite el propio Zuckerberg, y casi todos ellos son un poco bobos como los personajes de la serie “Big Bang Theory”. Pero eso muestra lo que podría causar en masas de jóvenes que no sepan diferenciar entre máquinas y personas y que de hecho prefieran a las máquinas como sus amigos.

Esto no solo tendrá cuestionables efectos en la salud física, sino en la salud mental y claro, en los valores morales. Digamos que todos hemos escuchado que algunas personas quieren más a sus coches o a sus bienes materiales que a sus amigos. Ahora imaginemos que ese bien material le habla y le da consejos.

Lamento escribir lo que a continuación advierto, pero la idea de que los objetos inanimados sean adorados como personas está cerca, pero también está cerca el momento en que los humanos piensen ser Dios y después que una máquina se lo crea y ellos la adoren. Este párrafo es realmente perturbador. Lo peor es que hace cientos de años autores de ciencia ficción nos lo habían anunciado y si entramos en los terrenos de la Fe podremos recordar que la Biblia también nos advierte de estos ídolos.

Así, la IA, que debiera ser herramienta, hoy ya es utilizada para sustituir la autorreflexión y muy pronto dejará de darnos respuestas y empezará a darnos instrucciones o sugerencias de acción. Al ser una “amiga de confianza”, muchos olvidarán que es una máquina que solo puede responder con base en su programa y en lo que a partir de ese programa interpreta.

He tenido pláticas con amigos que en principio toman lo dicho por la inteligencia artificial como dogma de fe y cuando les aclara uno, ellos se escuchan y de inmediato recapacitan. Pero eso se irá perdiendo. Poco a poco la gente confiará más en lo que le dice la IA que en lo que reflexionan otros seres humanos.

La IA no debiera sustituir al cerebro, pero sus promotores más ingenuos piden que sustituya no solo al cerebro, sino que sustituya a nuestros amigos. Yo soy admirador de la ciencia, pero como herramienta de la humanidad, no como sustituto. En esto coincido ampliamente con Elon Musk, quien advirtió a sus amigos creadores de la IA que debía tener límites, a lo que ellos se opusieron.

Soy “especista” y me interesa defender a la especie humana. Pero para algunos de estos también llamados “nerds”, la sociedad no les ha dado lo que ellos quieren, por lo que sus creaciones pueden ser más atractivas que la humanidad y, por ende, en una disputa, la inteligencia (aunque sea artificial) debe ser la que domine a la especie inferior. Este último párrafo fue la discordia que separó a Musk de los creadores de ChatGPT.

De cualquier forma, esto es muy interesante y claro que poder tener un robot de ayudante que además pueda reflexionar y ayudar va a ser genial, pero ¿dónde acabará la herramienta y donde empezará el influencer? Digamos que el AmiBot me dice que mi jefe es un desalmado o que el aparato decide poner en su lugar a unos tipos que me caen mal. Entonces ¿qué va a pasar?

Mark Zuckerberg puede estar sin querer diciendo lo que va a suceder y no sabe que tal vez no sea bueno. Crear amigos por computadora, no acabará con la soledad, sino que la garantizará; será lo más solitario y deprimente. Seremos borregos de los programadores que antes eran los llamados nerds y después podríamos ser simplemente suplantados por las máquinas en labores de todo tipo, desde la amistad hasta las pasiones sexuales. Pero para las élites siempre habrá humanos como una cosa exótica, así como la comida orgánica y los alimentos de origen silvestre. La IA está por llevar a nuevos límites y significados el adjetivo “amigos materiales”.

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MUNDO

El futuro de la Iglesia Católica: ¿Un progresista, conservador o moderado en el trono de Pedro?

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Por Redacción Conciencia Pública //

La elección del sucesor de Francisco en 2025 presenta diferencias significativas respecto a la elección de Francisco tras la renuncia de Benedicto XVI en 2013, marcadas por los cambios que Francisco implementó en la Iglesia durante su pontificado y el contexto eclesiástico de cada momento. Analicemos las diferencias clave:

La elección del sucesor de Francisco en 2025 presenta diferencias significativas respecto a la elección de Francisco tras la renuncia de Benedicto XVI en 2013, marcadas por los cambios que Francisco implementó en la Iglesia durante su pontificado y el contexto eclesiástico de cada momento. Analicemos las diferencias clave:

COMPOSICIÓN DEL COLEGIO CARDENALICIO

En 2013, el Colegio Cardenalicio que eligió a Francisco tenía 115 electores, con una fuerte presencia europea (60 de ellos) y un dominio de cardenales nombrados por Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes representaban una Iglesia más tradicional y eurocéntrica. Las iglesias periféricas tenían poca representación, y los electores asiáticos y africanos eran minoría.

En 2025, tras 12 años de pontificado, Francisco nombró al 80% de los 133 cardenales electores (108 de ellos), diversificando el colegio con mayor presencia de Asia, África y América Latina, regiones donde el catolicismo crece. Europa, aunque sigue siendo mayoritaria (45,2%), ha perdido peso, y hay 23 electores latinoamericanos. Esta internacionalización refleja la visión de Francisco de una Iglesia más global y menos centrada en Occidente.

PERFIL IDEOLÓGICO DE LOS ELECTORES

En 2013, el cónclave estaba dividido entre conservadores, que apoyaban la línea de Benedicto XVI, y un grupo más reformista que buscaba un cambio tras los escándalos de Vatileaks y abusos. Francisco, un outsider jesuita y sudamericano, emergió como una sorpresa, apoyado por quienes querían una Iglesia más pastoral y menos rígida.
En 2025, la mayoría de los cardenales son «bergoglianos», alineados con la visión progresista de Francisco (alrededor de 50 purpurados), pero hay tensiones. Aunque Francisco nombró a la mayoría, también incluyó a unos 30 cardenales conservadores (como Gerhard Ludwig Müller) y 40 de zonas periféricas que, pese a su origen, son tradicionalistas en temas como el celibato o la homosexualidad. Esto sugiere un cónclave más polarizado, con riesgo de divisiones entre progresistas y conservadores, a diferencia de 2013, donde la elección de Francisco fue relativamente rápida (cinco escrutinios).

CONTEXTO ECLESIÁSTICO Y LEGADO

En 2013, la Iglesia enfrentaba una crisis de credibilidad por escándalos de corrupción y abusos, y la renuncia de Benedicto XVI, un hecho histórico tras seis siglos, creó un ambiente de incertidumbre. Los cardenales buscaban un líder que renovara la imagen de la Iglesia, lo que favoreció a Francisco, conocido por su humildad y cercanía a los pobres.

En 2025, tras la muerte de Francisco, la Iglesia está en un momento de transición ideológica. Francisco dejó un legado progresista: apertura a la comunidad LGBTIQ+, énfasis en la justicia social y el cambio climático, y una descentralización del poder eclesiástico. Sin embargo, esto ha generado resistencia entre sectores conservadores, que ven en el cónclave una oportunidad para retomar un rumbo más tradicional. La elección de 2025 no solo definirá si se continúa con las reformas de Francisco o se revierte su dirección, sino que también pondrá a prueba la cohesión de una Iglesia más diversa pero dividida.

PROCESO Y EXPECTATIVAS DEL CÓNCLAVE

El proceso formal del cónclave sigue siendo el mismo: se celebra en la Capilla Sixtina, requiere dos tercios de los votos (90 en 2025 frente a 77 en 2013 debido al mayor número de electores), y culmina con la fumata blanca. Sin embargo, las expectativas han cambiado. En 2013, la elección de un sudamericano fue inesperada, rompiendo con la tradición de papas europeos. En 2025, hay una mayor probabilidad de que el sucesor sea no europeo (como Luis Antonio Tagle de Filipinas o Fridolin Ambongo del Congo), aunque candidatos europeos como Matteo Zuppi de Italia también tienen fuerza. Además, el cónclave de 2025 será el más numeroso e internacional de la historia, lo que podría prolongar las votaciones debido a la falta de consenso entre los cardenales, muchos de los cuales no se conocen bien entre sí.

INFLUENCIA DEL PAPA SALIENTE

Benedicto XVI, al renunciar, prometió no influir en la elección de su sucesor, aunque su presencia como papa emérito generó tensiones entre conservadores y progresistas. En 2025, Francisco no estará presente, pero su impacto es innegable: al haber designado a la mayoría de los electores, su visión progresista tiene más posibilidades de continuar. Sin embargo, la oposición conservadora, que incluye a cardenales como Raymond Burke o Robert Sarah, podría buscar un candidato que revierta algunas de las reformas de Francisco, algo que no tuvo un paralelo tan marcado en 2013, ya que Benedicto no había transformado tan profundamente la composición del colegio.

La elección del sucesor de Francisco en 2025 se da en una Iglesia más diversa y global, pero también más polarizada, con un Colegio Cardenalicio moldeado por Francisco para reflejar su visión de inclusión y periferias. A diferencia de 2013, donde la elección de Francisco marcó un cambio inesperado hacia una Iglesia más pastoral, el cónclave de 2025 enfrentará el desafío de decidir entre continuidad o retroceso, en un contexto donde la influencia de Francisco, aunque dominante, no garantiza un sucesor de su misma línea debido a las divisiones internas.

FRANCISCO: EL PAPA DE LA MISERICORDIA Y LA IGLESIA DE LOS POBRES

Francisco reorientó la Iglesia hacia una pastoral de la misericordia, priorizando a los pobres, los migrantes y los excluidos. Su frase emblemática, «quiero una Iglesia pobre para los pobres», se reflejó en gestos como lavar los pies de presos, refugiados y mujeres musulmanas durante el Jueves Santo, y en su visita a campos de migrantes en Lampedusa (2013), donde denunció la «globalización de la indiferencia». Su encíclica Amoris Laetitia (2016) abrió un camino para que los divorciados vueltos a casar pudieran acceder a los sacramentos en ciertos casos, mostrando una Iglesia más acogedora y menos rígida.

JUSTICIA SOCIAL Y CUIDADO DE LA CREACIÓN

Francisco fue un líder global en la defensa del medio ambiente y la justicia social. Su encíclica Laudato Si’ (2015) marcó un hito al abordar la crisis climática desde una perspectiva de fe, vinculando el cuidado de la «casa común» con la lucha contra la pobreza. Criticó el consumismo y el capitalismo descontrolado, abogando por un desarrollo sostenible que priorice a los más vulnerables. También denunció las desigualdades económicas, la trata de personas y la explotación laboral, siendo una voz profética en foros internacionales como la ONU.

REFORMA DE LA IGLESIA Y SINODALIDAD

Francisco impulsó una descentralización de la Iglesia, promoviendo la sinodalidad como un modelo de gobierno más participativo. Creó el Sínodo sobre la Sinodalidad (2021-2024), buscando que laicos, mujeres y comunidades locales tuvieran mayor voz en la toma de decisiones. Reformó la Curia con la constitución apostólica Praedicate Evangelium (2022), simplificando estructuras y priorizando la evangelización sobre la burocracia. Además, combatió la corrupción financiera en el Vaticano, enfrentando escándalos como el del Banco Vaticano y promoviendo mayor transparencia.

APERTURA A LA DIVERSIDAD Y DIÁLOGO INTERRELIGIOSO

Francisco abrió puertas a grupos tradicionalmente marginados por la Iglesia. En 2023, bajo su pontificado, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe aprobó bendiciones para parejas del mismo sexo (Fiducia Supplicans), un paso histórico que generó controversia pero reflejó su visión de una Iglesia inclusiva. También fomentó el diálogo interreligioso, firmando el Documento sobre la Fraternidad Humana (2019) con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyeb, para promover la paz entre cristianos y musulmanes. Sus viajes a países de mayoría no cristiana, como Irak (2021), subrayaron su compromiso con la convivencia pacífica.

ENFRENTAMIENTO A LOS ABUSOS SEXUALES

Aunque su respuesta inicial fue criticada, Francisco tomó medidas significativas contra los abusos sexuales en la Iglesia. Promulgó Vos Estis Lux Mundi (2019), una ley que obliga a denunciar abusos y establece procedimientos para investigar a obispos. En 2018, tras el escándalo en Chile, aceptó la renuncia de varios obispos y se reunió con víctimas, reconociendo errores institucionales. Su enfoque evolucionó hacia una mayor transparencia y apoyo a las víctimas, aunque algunos consideran que el problema sigue sin resolverse del todo.

INTERNACIONALIZACIÓN DEL COLEGIO CARDENALICIO

Francisco transformó el Colegio Cardenalicio, nombrando a 108 de los 133 electores actuales (80%) y priorizando a cardenales de periferias como Asia, África y América Latina. Esto redujo el dominio europeo (45,2% en 2025 frente a 52% en 2013) y reflejó su visión de una Iglesia más global. Cardenales de países como Tonga, Myanmar y Haití recibieron el capelo rojo, mostrando su deseo de dar voz a las regiones marginadas.

IMPACTO EN CONFLICTOS GLOBALES

Francisco desempeñó un papel diplomático en conflictos internacionales. En 2014, medió en el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, facilitando la restauración de relaciones diplomáticas. En 2025, su muerte reunió a líderes como Donald Trump y Volodímir Zelenski en su funeral, un evento que impulsó avances en las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania, demostrando su capacidad para convocar al diálogo incluso después de su fallecimiento.

UNA IGLESIA MÁS INCLUSIVA Y SINODAL

El legado de Francisco se caracteriza por su enfoque en la misericordia, la justicia social y una Iglesia más inclusiva y sinodal. Laudato Si’, Amoris Laetitia y su reforma de la Curia son hitos que redefinieron el papel de la Iglesia en el mundo contemporáneo. Aunque enfrentó resistencias por su progresismo, especialmente en temas como la apertura a la comunidad LGBTQ+ y la descentralización, su pontificado marcó un cambio hacia una Iglesia más cercana a los pobres y abierta al diálogo, dejando un impacto duradero en la fe católica y en la sociedad global. Su muerte en 2025 dejó una Iglesia más diversa, pero también polarizada, enfrentada al desafío de decidir si continuar o ajustar su rumbo.

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MUNDO

El escenario del Cónclave en el 2025: Los que lideran la carrera

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Por Redacción Conciencia Pública //

El cónclave de 2025 para elegir al sucesor de Francisco enfrenta a tres corrientes en una lucha por definir el futuro de la Iglesia. Los progresistas, liderados por figuras como Luis Antonio Tagle y Matteo Zuppi, buscan continuar las reformas inclusivas del papa fallecido. Los conservadores, con Robert Sarah y Raymond Burke a la cabeza, abogan por un retorno a la tradición doctrinal. Mientras tanto, moderados como Pietro Parolin y Christoph Schönborn emergen como posibles candidatos de consenso, capaces de tender puentes en un Colegio Cardenalicio polarizado.

Por qué un moderado puede dar la sorpresa

Un moderado puede dar la sorpresa en el cónclave de 2025 debido a la dinámica de polarización y las reglas del proceso de elección, que favorecen a un candidato capaz de generar consenso en un Colegio Cardenalicio dividido.

Aquí las razones clave:

Polarización entre progresistas y conservadores: De los 133 cardenales electores, alrededor de 50 son progresistas (alineados con el legado de Francisco) y 30 son conservadores (que buscan un retorno a la tradición). Los 40 cardenales periféricos, aunque diversos, tienden a inclinaciones tradicionales. Esta división hace difícil que un candidato de cualquiera de los extremos (como Tagle o Sarah) obtenga los 90 votos necesarios (dos tercios), especialmente en las primeras rondas de votación.

Necesidad de consenso: Históricamente, cuando un cónclave se estanca entre facciones opuestas, los cardenales tienden a buscar un candidato de compromiso. Un moderado, como Pietro Parolin o Christoph Schönborn, puede atraer votos de ambos lados: los progresistas lo verían como una continuidad parcial de Francisco, mientras que los conservadores lo considerarían un freno a reformas más radicales.

Perfil conciliador de los moderados: Los moderados suelen tener experiencia diplomática y un enfoque pastoral que evita posiciones extremas. Parolin, por ejemplo, como Secretario de Estado, ha mediado en conflictos globales (como las negociaciones con China) y es respetado por su capacidad para dialogar. Schönborn, con su prestigio teológico y su apoyo mesurado a Amoris Laetitia, también tiene habilidades para tender puentes, lo que lo hace atractivo en un cónclave donde el consenso es crucial.

Cardenales periféricos como factor decisivo: Los 40 cardenales de regiones periféricas, muchos de los cuales tienen visiones tradicionales pero fueron nombrados por Francisco, podrían inclinarse por un moderado que respete sus valores culturales sin imponer cambios drásticos. Un candidato como Parolin, con experiencia global, o Schönborn, con un enfoque equilibrado, podría ganarse su apoyo.

Precedentes históricos: Cónclaves pasados han mostrado esta tendencia. En 1978, tras la muerte de Pablo VI, la polarización entre reformistas y tradicionalistas llevó a la elección de Juan Pablo I, un moderado, como candidato de consenso. Un escenario similar podría repetirse si las votaciones iniciales no producen un ganador claro.

En resumen, un moderado puede dar la sorpresa porque la división entre progresistas y conservadores, combinada con la necesidad de dos tercios de los votos y la influencia de los cardenales periféricos, favorece a un candidato que pueda unificar al colegio. Parolin y Schönborn, con su capacidad para mediar y su perfil menos polarizante, están bien posicionados para emerger si el cónclave busca un equilibrio entre tradición e innovación.

PROGRESISTAS AL FRENTE: ¿HEREDEROS DEL LEGADO DE FRANCISCO EN EL CÓNCLAVE?»

Los cardenales progresistas con posibilidades de ser elegidos papa en el cónclave de 2025, tras la muerte de Francisco, son aquellos alineados con su visión de una Iglesia más inclusiva, descentralizada y enfocada en la justicia social.

Basados en el contexto actual de la Iglesia y los nombres que circulan, aquí están los más destacados:

  • Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años)
    Prefecto adjunto del Dicasterio para la Evangelización, Tagle es una figura clave del ala progresista. Conocido como el «Francisco asiático», su carisma, enfoque en la misericordia y la inclusión, y su origen asiático lo convierten en un favorito. Ha abogado por una mayor acogida a las personas divorciadas y a la comunidad LGBTQ+, aunque mantiene posturas conservadoras en temas como el aborto. Su juventud podría ser una desventaja para algunos cardenales, pero su perfil global lo posiciona bien en una Iglesia cada vez más diversa.
  • Matteo Zuppi (Italia, 69 años)
    Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Zuppi es un progresista vinculado a la Comunidad de Sant’Egidio, conocida por su trabajo en mediación de conflictos y ayuda a los pobres. Apoya la bendición de parejas homosexuales, la comunión para divorciados y un celibato sacerdotal opcional. Su estilo pastoral y su cercanía a Francisco lo hacen un fuerte candidato, aunque su relativa juventud podría generar dudas entre quienes prefieren un papado más breve.
  • Víctor Manuel Fernández (Argentina, 62 años)
    Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Fernández, apodado «Tucho», es muy cercano a Francisco y ha sido clave en decisiones progresistas como la aprobación de bendiciones a parejas del mismo sexo. Su enfoque teológico flexible y su origen latinoamericano lo hacen un candidato relevante, pero su progresismo genera controversia entre los conservadores, lo que podría limitar sus posibilidades. Además, algunos creen que ya se tuvo un papa latinoamericano reciente, lo que reduce sus chances.
  • Jean-Marc Aveline (Francia, 66 años)
    Arzobispo de Marsella, Aveline ha ganado visibilidad por su trabajo en migración y su enfoque pastoral inclusivo. Convenció a Francisco de visitar Marsella para abordar estos temas, lo que refleja su sintonía con las prioridades del papa fallecido. Su progresismo prudente y su capacidad para generar consenso lo hacen atractivo, aunque su peso en la Curia es limitado.
  • Mario Grech (Malta, 68 años)
    Secretario general del Sínodo de los Obispos, Grech ha trabajado en la sinodalidad, un pilar del pontificado de Francisco. Es progresista en temas como la bendición de parejas homosexuales y la posibilidad de mujeres diáconas. Su experiencia en el Sínodo le ha permitido conocer a muchos cardenales, dándole una ventaja política, pero su origen maltés y su perfil menos carismático podrían jugar en su contra.
  • Juan José Omella (España, 79 años)
    Arzobispo de Barcelona y expresidente de la Conferencia Episcopal Española, Omella es un progresista que ha respaldado las reformas de Francisco. Su enfoque pastoral y su manejo de crisis, como los abusos en España, lo hacen respetado, pero su edad avanzada (cumple 80 en mayo de 2025) lo descarta prácticamente como papa, aunque sigue siendo influyente en el cónclave.

CONSERVADORES EN EL CÓNCLAVE: ¿UNA SORPRESA CONTRA EL LEGADO DE FRANCISCO?

Los cardenales conservadores con potencial para dar la sorpresa como sucesores de Francisco en el cónclave de 2025 son aquellos que, a pesar de ser minoría en un Colegio Cardenalicio mayoritariamente nombrado por Francisco, tienen liderazgo, influencia y capacidad para generar consensos entre los electores más tradicionales y aquellos que buscan un cambio de rumbo tras las reformas progresistas de Francisco. Aquí están los más destacados:

  • Robert Sarah (Guinea, 79 años)
    Prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Sarah es una figura prominente del ala conservadora. Es conocido por su defensa de la liturgia tradicional, su oposición a las bendiciones de parejas homosexuales y su crítica a lo que considera una «desviación» progresista en la Iglesia. Su origen africano podría atraer a cardenales de regiones periféricas, donde el catolicismo es más tradicional, y su experiencia en la Curia le da peso. Sin embargo, su edad avanzada (cumple 80 en junio de 2025) y su postura polarizante podrían limitar sus posibilidades, aunque sigue siendo un líder influyente que podría ser un «candidato de compromiso» si los conservadores logran un bloque sólido.
  • Raymond Leo Burke (EE.UU., 76 años)
    Cardenal estadounidense y antiguo prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, Burke es un líder conservador que ha criticado abiertamente las reformas de Francisco, especialmente en temas como la comunión para divorciados y la sinodalidad. Es un defensor de la ortodoxia doctrinal y un favorito de los sectores tradicionalistas, particularmente en América del Norte. Aunque su origen estadounidense podría ser una desventaja (nunca ha habido un papa de EE.UU.), su capacidad para articular una visión conservadora clara podría darle apoyo si los cardenales buscan un giro hacia la tradición. Su perfil polémico, sin embargo, lo hace un candidato divisivo.
  • Gerhard Ludwig Müller (Alemania, 77 años)
    Ex prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (2012-2017), Müller es un teólogo conservador que, aunque fue nombrado por Benedicto XVI, mantuvo una relación tensa con Francisco por sus críticas a documentos como Amoris Laetitia. Defiende una línea ortodoxa en temas doctrinales y ha expresado preocupaciones sobre la descentralización de la Iglesia. Su experiencia teológica y su origen europeo podrían atraer a cardenales que desean un retorno a un enfoque más tradicional, pero su carácter directo y su salida de la Curia bajo Francisco podrían restarle apoyos entre los bergoglianos.
  • Willem Jacobus Eijk (Países Bajos, 71 años)
    Arzobispo de Utrecht, Eijk es un cardenal conservador con formación médica y teológica, conocido por su postura firme contra la secularización y su defensa de la doctrina tradicional en temas como el matrimonio y el celibato sacerdotal. Ha criticado las aperturas progresistas de Francisco, como la sinodalidad y la bendición de parejas del mismo sexo. Su origen europeo y su claridad doctrinal lo hacen un candidato viable para los conservadores, aunque su perfil bajo en la escena internacional podría limitar su alcance. Podría surgir como una sorpresa si los conservadores buscan un candidato menos polarizante que Sarah o Burke.
  • Péter Erdő (Hungría, 72 años)
    Arzobispo de Budapest, Erdő es un conservador moderado con experiencia en derecho canónico y un perfil más conciliador que otros de su línea. Fue considerado un posible candidato en 2013 y sigue siendo respetado por su equilibrio entre tradición y pragmatismo. Aunque apoyó algunas reformas de Francisco, como la sinodalidad, se ha mostrado crítico con aperturas en temas morales. Su origen europeo y su capacidad para tender puentes entre facciones lo convierten en un candidato sorpresa si el cónclave se estanca entre progresistas y conservadores extremos.

CONTEXTO Y POSIBILIDADES DE SORPRESA

De los 133 cardenales electores en 2025, solo alrededor de 30 son claramente conservadores, lo que los coloca en desventaja frente a los aproximadamente 50 cardenales progresistas nombrados por Francisco.

Sin embargo, los 40 cardenales de zonas periféricas, aunque nombrados por Francisco, tienden a ser tradicionalistas en temas doctrinales, lo que podría inclinar la balanza hacia un conservador si se forma un bloque sólido. Además, la polarización en el cónclave podría llevar a un candidato de compromiso.

Entre los mencionados, Péter Erdő y Willem Eijk tienen mayor potencial para dar la sorpresa, ya que combinan un perfil conservador con una actitud menos confrontacional, lo que podría atraer a electores moderados y tradicionales. Sarah y Burke, aunque líderes influyentes, son más divisivos, lo que reduce sus posibilidades en un cónclave donde se necesitan dos tercios de los votos (90 de 133).

Müller, por su parte, podría ser un candidato viable si los conservadores buscan un teólogo de peso, pero su relación tensa con Francisco podría restarle apoyos. La clave estará en la capacidad de los conservadores para unificar su voto y negociar con los moderados.

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