OPINIÓN
Chivas es más que un equipo de futbol: Vergara, el depredador de sueños

Opinión, por Esteban Trelles Meza //
La historia del equipo de futbol “Chivas de Guadalajara” tiene particularidades muy especiales que los hacen únicos en el contexto nacional.
Nacidos e impregnados de la humildad y sencillez de la propia idiosincrasia de la nación misma que distingue e identifica ambos, aunados al nacionalismo y mexicanidad de sus integrantes futbolistas, que como ya se ha dicho, sociológicamente hablando, son un fenómeno social que inciden en el ánimo y proceder de sus millones de simpatizantes, incluyendo fuera de nuestra fronteras (USA), llamados aficionados, nada que ver con términos argentinizados de varios países del sur de nuestro continente con las barras o hinchada de fanáticos radicales enfermizos que caen en la enajenación y violencia desmedida.
Chivas por tanto es el equipo sin discusión más importante, popular y significativo con la devoción mariana desde siempre, identificado con su pueblo con la proeza de 7 campeonatos de Liga de la era profesional contemporánea, casi de forma consecutiva de un año de competición, que inició en 1957 con su primer Campeonato en el ya extinto Estadio Martínez Sandoval, y el octavo, temporadas después, de la camada de los inmortales: Gómez, Nuño, Chaires, Sepúlveda, Villegas, Jaso (Capitán del equipo), Flores, Ponce, Moreno, Valle, Mellone, Chololo, Hernández, Reyes, Arellano y Jara, entre otros, que entre paréntesis olvidados por Vergara y el gobierno mismo al no tener un Monumento, Avenida, el premio de una casa como mínimo (Aunque sea del INFONAVIT), alguna pensión económica vitalicia ( octogenarios en el ocaso de sus vidas), como ejemplo e incentivo hacia la juventud que fueron la base sus jugadores de los Mundiales de 1958 en Suecia, en 1962 en Chile y 1966 en Inglaterra, comandados por Ignacio Trelles, muchos han fallecido lamentablemente, pero sí tenemos Monumento en el Estadio Jalisco de Plaza Brasil, campeones mundiales en nuestro país en 1970 con sede en esta ciudad tapatía como huéspedes distinguidos entrenando en el Club Providencia.
Después de este preámbulo como reseña para nuestros lectores (los más jóvenes), damos paso para establecer de manera cualitativa la verdadera historia del empresario Jorge Vergara en su justa dimensión sin tratar de herir susceptibilidades ni mucho menos ofender su memoria (RIP).
El legado de Vergara y sus 17 años al frente del equipo, y subrayo equipo, que fue a lo único que se dedicó, tiene negatividades trascendentales.
El equipo Chivas va más allá de un equipo de futbol, era toda una Institución del Club Social y Deportivo que el empresario se encargó de destruir literal hasta sus cimientos en Colomos dando paso a un espectacular edificio (plusvalía de venta millonaria) en la Colonia Providencia, pisoteando su historia no solo futbolística, enfatizamos, sino la convivencia y sana recreación, hacedores y forjadores de la Cultura Deportiva en sus máxima expresión buscando siempre la supremacía de varias disciplinas.
Cómo olvidar a José “Veneno” Becerra, campeón mundial de Frontenis y Pelota Vasca, que después transmitió su talento como entrenador, así surgió él “Bebe” Moreno (hijo de Agustín Moreno “campeonísimo”), tenista de corte internacional que apareció muy jovencito (15 años de edad), nadadores, clavadistas, basquetbolistas, voleibolistas, atletas, ciclistas y entrenadores de Selección Jalisco y campeones nacionales, muchos de ellos que sería interminable la lista tanto en damas y caballeros, los juegos de mesa de la inteligencia Ajedrez y Dominó y otras disciplinas, en fin, toda una infraestructura positiva y significativa para el desarrollo integral de una ciudad cosmopolita y vanguardista como lo es Guadalajara.
LA LLEGADA DE VERGARA
Vergara apareció de repente en la vida institucional del Club Guadalajara con la imposición, controversia y polémica al adjudicarse en la asamblea de socios la compra del equipo, misma que un grupo encabezados por Evaristo Cárdenas Jr., refutaron, interponiendo una demanda que por lustros, duerme el sueño de los justos.
El comentario de Vergara es obligado, puesto que en un programa televisivo de cadena internacional lo destacan como un directivo excepcional lo cual con todo respeto no es así.
La personalidad del empresario, arrogante, engreído, prepotente y altanero que lo llevó a publicar desplegados en periódicos nacionales de páginas completas (un dineral), de manera retadora e insultante a sus adversarios deportivos en turno.
Si a ello agregamos las apuestas que muchos caían en el “garlito”, resulta infantil.
Su avaricia y visión empresarial lo llevaron a buen puerto (normal y justificado), posicionando la marca del equipo de manera trascendental.
Como negatividades destacamos las siguientes:
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Romper con los paradigmas de la humildad y aburguesar al equipo con su estadio carísimo.
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La compra del Club Jalisco en San Rafael, para después venderlo.
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La compra del equipo de futbol Saprisa en Costa Rica.
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La estupidez de Chivas USA, no respetando la mexicanidad de sus jugadores.
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La puñalada trapera a la afición humilde de la aplicación Chivas TV. Y la falta de respeto a los rivales, clasificándolos según su calidad, clásico más caro contra América.
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La edificación del Estadio Chivas en el Polígono del Bajío sobre bajo mantos freáticos al igual que las Villas Panamericanas que deben destruirse.
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El mini campeonísimo técnico Almeyda argentino (campeón de Liga, dos campeonatos de Copa, Campeón CONCACAF, campeón de campeones), lo despidió sin consideración.
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Desmanteló al equipo campeón de Liga de la estructura vertebral (Cota a préstamo, lo regresó; Alanís Vázquez, Pineda, Pizarro vendidos todos ellos referentes).
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El incumplimiento de los premios en efectivo llevó al equipo a ocupar los últimos lugares en el siguiente torneo, además de cinco liguillas a la fecha (2020) fuera.
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No mencionamos el despido injustificado en Selección Nacional de Hugo Sánchez y que influyó en los dueños de equipo que lo tomó personal en contra de él.
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La vergonzosa salida por la puerta de atrás de Ricardo Antonio Lavolpe acusado de acoso sexual contra la podóloga del Club ante la Fiscalía (Almaguer, administración Aristóteles). Se manejó inadecuadamente, debió terminar en la cárcel el argentino.
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El apoyo incondicional de las barras auspiciados por el empresario para “ambientar” con sus cánticos sin identidad propia que por los desmanes y presiones, tuvo que quitar.
Poderoso Don Dinero que tiene serviles e incondicionales que ocultan una realidad y manipulan lo que está a simple vista. Principalmente en los medios de comunicación que magnifican los aciertos y que no se atreven a señalar errores imperdonables.
Ciertamente, un empresario debe de ser contundente en los negocios sin miramientos ni sentimentalismos en aras de la comercialización y enajenación de bienes, eso es entendible, aquí estamos manejando la aportación social y cultural que sin mayor remordimiento se perdió irremediablemente para nunca jamás volver, un club histórico no solamente en lo deportivo sino en la aportación positiva hacia la juventud principalmente, enfocado en preservar y acrecentar valores tan perdidos en estos momentos donde impera la modernidad: legalización de la marihuana, el aborto, el matrimonio del mismo sexo, la diversidad sexual, etc.
Un directivo ejemplar como dueño de equipo lo es sin duda alguna Jesús Martínez (asesorado por Andrés Fassi) que se preocupa y ocupa por acrecentar valores por medio del futbol en Pachuca creando la Universidad Deportiva, el Salón de la Fama Internacional y un equipo no solo competitivo sino con la mística de la supremacía, obteniendo campeonatos de liga e imitando lo que América en monopolio por décadas manejó otros equipos, Martínez compró a León, haciéndolo bicampeón al igual que Pumas de la UNAM en el campeonato mexicano.
Por espacio solamente terminamos con nuestra apreciación personal de manera objetiva.
Esteban Trelles es analista deportivo
Correo electrónico: etrememodelos@hotmail.com
Facebook: Esteban Trelles
CARTÓN POLÍTICO
Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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LAS CINCO PRINCIPALES:
Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III
JALISCO
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III

– Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac
La autorización del Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) para construir 17,000 viviendas en Valle de los Molinos y la presión de desarrolladores para levantar una torre de 15 pisos en Colomos III amenaza la sostenibilidad de Jalisco, evidenciando un sistema donde los intereses privados prevalecen sobre el bien público.
El gobernador Pablo Lemus, el alcalde de Zapopan, Juan José Frangie, al igual que la presidenta municipal de Guadalajara enfrentan una batalla jurídica contra desarrolladoras, mientras la sociedad exige proteger el patrimonio natural.
¿Es irreversible esta situación? ¿Qué revela sobre el desarrollo urbano en Jalisco?
COLOMOS III: UN PULMÓN EN PELIGRO
El Bosque Los Colomos, un Área Natural Protegida vital para el agua en Guadalajara, enfrenta una seria amenaza si el TJA accede a la demanda de la empresa Paseo Pabellón S.A. de C.V. para que construya 140 departamentos en Colomos III. Lemus ha jurado impedir esta obra, calificándola de atentado ecológico.
El TJA suele justificar sus fallos por omisiones de los gobiernos municipales, como no entregar información a tiempo, un ejemplo de lo que el especialista Jesús Ibarra llama la “mafia del ladrillo”. Este patrón, donde ayuntamientos fallan y tribunales favorecen a constructoras, pone en riesgo el derecho a un medio ambiente sano.
Lemus insiste en que Colomos III es una zona de protección hidrológica, pero el fallo del Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Tercer Circuito, que ordenó devolver 5.7 hectáreas de Colomos III a particulares, representa un revés para el gobierno de Jalisco.
Jurídicamente, la decisión no es irreversible: el gobierno y el Ayuntamiento pueden recurrir a amparos federales o revisiones extraordinarias, argumentando el impacto ambiental y la violación de planes parciales que prohíben urbanizar esta área. Sin embargo, la lentitud burocrática y omisiones pasadas han permitido avances de desarrolladores, complicando la defensa del bosque.
VALLE DE LOS MOLINOS: UN DESASTRE INMINENTE
En Zapopan, el TJA autorizó 17,000 viviendas en Valle de los Molinos, una zona frágil en infraestructura y recursos hídricos. Frangie advierte que este megaproyecto, que duplicaría la población con 65,000 habitantes, colapsaría servicios y agravaría inundaciones y cambio climático al reducir la filtración de agua.
Lemus respalda esta postura, prometiendo frenar el desarrollo. El Plan Parcial de Desarrollo Urbano de Zapopan limita la urbanización en esta área, y un amparo colectivo, coordinado con la Consejería Jurídica, busca revertir la autorización del TJA, priorizando el interés público y la sostenibilidad.
UN SISTEMA CORRUPTO Y LEYES LAXAS
Ambos casos reflejan un “triángulo de corrupción urbanística” entre el TJA, ayuntamientos y el Congreso de Jalisco. Omisiones municipales, como no proporcionar información completa, permiten fallos favorables a desarrolladoras, mientras el Congreso no ha fortalecido leyes ambientales ni revisado la designación de magistrados del TJA.
El ambientalista Miguel Magaña Virgen alerta que esta urbanización descontrolada convierte a Jalisco en una “isla de calor”, afectando el equilibrio ecológico y la calidad de vida.
El Plan Estatal de Desarrollo y Gobernanza 2024-2030 prioriza la agenda ambiental, pero casos como Colomos III y Valle de los Molinos prueban la capacidad del gobierno de Lemus para pasar de palabras a hechos.
Paula Bauche, titular de Semadet, subraya que el medio ambiente es una prioridad, especialmente para los jóvenes, y promete trabajar por un Jalisco sustentable. Sin embargo, el desafío es equilibrar el desarrollo económico con la preservación del patrimonio natural.
LA LUCHA POR EL BIEN COMÚN
Lemus, Frangie y Vero Delgadillo enfrentan un desafío monumental. La vía jurídica, con amparos respaldados por estudios técnicos, es la herramienta inmediata para frenar estos proyectos. La Consejería Jurídica, liderada por Tatiana Anaya, coordina estrategias con Zapopan y Guadalajara, involucrando a la sociedad civil para fortalecer la defensa.
Colectivos ciudadanos y propuestas como la del PRI Jalisco, que exige información pública y movilizaciones, refuerzan la presión social para proteger estas áreas.
Más allá de los tribunales, Jalisco necesita transformar su modelo de desarrollo urbano. Fortalecer planes parciales, regular la designación de magistrados y fomentar la participación ciudadana son clave para evitar que intereses privados prevalezcan.
La sociedad jalisciense, como actor crucial, debe mantener el activismo para defender el agua, los bosques y el derecho a la ciudad. Como ciudadanos, debemos preguntarnos: ¿permitiremos que el lucro de unos pocos destruya el patrimonio de todos?
No hay que bajar la guardia. Luchas como las que encabeza Laura Haro, activista defensora del medio ambiente, son muy loables, esa ha sido su bandera desde que se inició en el activismo social y que ha cambiado convertida en lideresa política.
Los casos de Valle de los Molinos y Colomos III exponen un sistema que favorece a desarrolladoras sobre el bien público. Lemus y Frangie, con el apoyo de la Consejería Jurídica, luchan por revertir estas decisiones mediante amparos y presión ciudadana, alineados con el Plan Estatal 2024-2030. La sociedad debe permanecer vigilante para garantizar un Jalisco sustentable, donde el medio ambiente y el interés público no sean negociables.
JALISCO
Gobierno desaparecido: La marcha que desnuda la impunidad

– Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco
Un niño preguntó en la marcha por qué su padre estaba en la lona y no en casa. La madre, con la voz rota por el cansancio de tres años, respondió lo que la Fiscalía de Jalisco calla desde el primer día: “porque aquí no buscan a nadie”.
Esa escena, tan breve como brutal, explica lo que ocurrió el 30 de agosto en Guadalajara: cientos de familias arrastrando fotografías en lugar de abrazos, nombres en carteles en lugar de voces en la mesa, retratos colgados en pancartas en lugar de vivos.
El escenario fue la avenida Chapultepec, convertida en galería macabra: paredes humanas de cartón y lona con rostros que se repiten como si fueran estampas de un álbum interminable. Colectivos de nombres luminosos —Luz de Esperanza, Madres Buscadoras de Jalisco, Corazones Unidos en Búsqueda, Entre el Cielo y Tierra— marcharon con la resignación activa de quienes saben que no habrá Estado que los acompañe. Más brigadas de madres con palas que ministerios públicos con oficio. Más plegarias y consignas que sentencias.
El archivo 15,838 es el verdadero expediente del estado. Así debería llamarse: “Caso Jalisco”. Son más de quince mil ochocientas treinta y ocho personas desaparecidas. No es un número: es la nómina macabra de un gobierno que tolera el secuestro permanente. Es el catálogo del fracaso institucional. Marta Leticia García, de Entre el Cielo y Tierra, lo resumió con precisión quirúrgica: “Cada 30 de agosto que pasa, las cifras siguen aumentando sin que haya medidas reales de prevención ni sanciones”.
El dato no miente: Jalisco concentra casi una tercera parte de los desaparecidos del país. Supera a Tamaulipas, a Veracruz, a Guanajuato. Si esto fuera un campeonato, Jalisco sería líder absoluto en la tabla del horror. Y las autoridades, en lugar de pedir disculpas, presumen avances que no existen, sentencias que se cuentan con los dedos de la mano, búsquedas que se hacen más en comunicados que en terrenos.
En medio de la marcha, familiares de desaparecidos sostenían las fotografías de sus hijos, padres, esposos y amigos. Algunos con años de búsqueda que no han dado frutos. Años de puertas cerradas en la Fiscalía.
El comentario es generalizado: “Voy a pedir informes de la investigación y siempre es lo mismo, casi yo tengo que hacer la investigación para llevarles pruebas a ellos”, denuncian los familiares de los desaparecidos. La frase es un dardo en el corazón del sistema: el Estado obliga a las víctimas a convertirse en detectives improvisadas.
No es exageración. Madres que pagan investigadores privados, familias que rastrean llamadas, colectivos que cavan con picos comprados en ferreterías de barrio. Mientras tanto, la Fiscalía, con presupuesto millonario, produce carpetas de papel mojado.
Entre 2018 y 2024, Jalisco apenas consiguió 35 condenas por desaparición cometida por particulares y ocho por desaparición forzada. En 2025, suman nueve sentencias. Haga cuentas: con más de quince mil casos, la impunidad roza el 99.9%. Dicho en lenguaje llano: desaparecer en Jalisco es un delito de bajo riesgo, casi un negocio seguro.
Los nombres ya forman un rosario: rancho Izaguirre, La Vega, Las Agujas. Cada sitio descubierto añade más cuerpos a la lista, más bolsas negras al conteo. Espacios donde la tierra se convierte en archivo, donde la pala sustituye al expediente. Cada hallazgo, lejos de ser un triunfo de la Fiscalía, es la confirmación de su fracaso. No encuentran vivos; encuentran muertos. Y casi nunca por ellos mismos, sino por las familias que insisten en buscar.
Héctor Flores, de Luz de Esperanza, lo dijo sin rodeos: “Encontramos a nuestros hijos despedazados, torturados o esclavizados en vida”. La palabra “esclavitud” no es metáfora: es literal. En los testimonios se documenta el reclutamiento forzado para sicariato, para la producción de drogas, pero también para la pizca de aguacate, de limón, de caña. Mano de obra gratuita para el crimen. El desaparecido convertido en jornalero, en recurso explotable, en herramienta descartable.
El contraste es grotesco. Mientras miles de familias buscan a sus seres queridos, la Fiscalía apenas acumula expedientes como si fueran objetos perdidos. Más que ministerio público, parece la Oficina Nacional de Extraviados. “Se le perdió un hijo, vuelva en seis meses”, parece ser la consigna tácita. La ironía duele: la institución creada para proteger a las personas funciona como bodegón de papeles sin salida.
Y cuando detienen a algún sospechoso, el resultado es igual de indignante: pruebas débiles, carpetas mal integradas, jueces que liberan. El caso de Teuchitlán fue emblemático: policías municipales que operaban como escoltas de criminales. ¿Qué puede esperar el ciudadano cuando la patrulla es taxi de secuestro?
La justicia se vuelve simulacro: se detienen “sospechosos” para la foto, se filtran comunicados que hablan de avances, pero la realidad es que la impunidad se recicla una y cuando la marcha llegó a Palacio de Gobierno, las paredes de cantera fueron cubiertas con lonas de desaparecidos. La sede del poder convertida en muro de acusaciones. Cada rostro colgado era una denuncia silenciosa: usted, señor gobernador, no busca. Usted, señor fiscal, no previene. Usted, señor Estado, no sanciona.
La imagen fue brutal: el poder custodiado por policías, rodeado de fotografías de sus propios fracasos. Un espejo incómodo que no puede maquillarse con ruedas de prensa.
El clamor no fue solo un acto de memoria, fue un interrogatorio político: ¿Dónde están? ¿Quién los desapareció? ¿Quién se beneficia de su ausencia? Preguntas que la Fiscalía archiva en la gaveta equivocada. Preguntas que ningún funcionario se atreve a responder.
Mientras tanto, la sociedad mira de lejos, como si el dolor ajeno no fuera una advertencia propia. Pero la desaparición no es un problema de colectivos: es un crimen de lesa humanidad que erosiona la estructura del Estado. Hoy son las madres las que cavan, mañana serán comunidades enteras las que entierren su confianza en las instituciones.
Jalisco arde en la paradoja: tierra del tequila y de la innovación tecnológica en los discursos oficiales, pero territorio de fosas clandestinas en la realidad. Valle del Silicio en los folletos de inversión, pero valle del silencio en las fiscalías. Estado de modernidad en el eslogan, pero estado de madres con palas en el campo.
Con 15 mil desaparecidos, lo que se tambalea no es solo la seguridad pública, sino la idea misma de Estado. Porque un gobierno que no busca a sus ausentes es, él mismo, un gobierno desaparecido.
En X: @DEPACHECOS