OPINIÓN
La verdadera educación ambiental

Educación, por Isabel Venegas //
Ventajas y desventajas de los medios de comunicación actuales y la velocidad con la que corre la información, es que por un lado nos permite enterarnos de muchas cosas en lapsos que hasta hace pocos años eran prácticamente imposible hacerlo; hoy vemos notas de tres ciclones, cuatro terremotos, dos deslaves de cerros, tres plagas, brotes de epidemias y una cantidad interminable de tragedias ambientales con tan solo cambiar de canal o revisar el timeline de Facebook o Twitter.
Sin hacer un sondeo de percepción, está claro que hay un ánimo de angustia y preocupación por el tema ecológico y es esa ansiedad la que hace parecer efectiva casi cualquier campaña. En el supermercado han dejado de dar bolsas de plástico, ya no ponen popotes para el café en el expendio y a cada convocatoria por reforestar una zona, hay más de dos que se apuntan. Incluso hay anuncios que nos llaman a “salvar” el planeta del caos, la mugre y la contaminación que nosotros mismos inventamos.
Ahí está el detalle, cuando nos volvemos el colectivo, el “uno solo” que ensució que contaminó o que va ser el que venga a salvar al mundo para no dejar de tener donde vivir. Propongo una reflexión, pero antes de eso primero habríamos de preguntarnos ¿Cuál fue el momento en el que el ser humano comenzó a sentirse superior a las demás especies y con la responsabilidad para mantenerlas sobre esta faz? La mayoría toma la base darwiniana para derrocar el imperio idealista religioso que hablaba sobre la creación de un hombre y una mujer, mismos que a partir de un soplo de vida fueron capaces de repoblar el mundo. No voy a entrar en el juicio de algo que entiendo totalmente metafórico, pero que hay quienes leen como histórico; vuelvo al punto de la contradicción de quienes critican ese pensamiento, pero sí toman esa base para erguirse sobre las demás creaturas de la tierra por mandato divino.
Si realmente estuviéramos atendiendo a Darwin, tendríamos claro que solo las especies que desarrollan más capacidades, que se adaptan y que analizan sus nuevas realidades tendrían el derecho a permanecer y a seguirse reproduciendo siempre en evolución. En ese sentido es el ser humano el que después de haber desarrollado una capacidad deslumbrante en su inteligencia, es capaz de inventar una cantidad de instrumentos para facilitar su trabajo, sobreponerse a enfermedades y tener expectativas mayores de vida. El hombre generó instrumentos que no solo le hicieron más sencillo su devenir diario, sino que también abrieron un campo de gozo y disfrute que además de todo, se volvieron altamente rentables para otros.
Pongamos un ejemplo, por allá del 1955 F. Lewis Urry buscaba la forma de mejorar el almacenamiento portátil de energía. Las baterías duraban muy poco y eran muy caras; empleado de la compañía Eveready Battery Company, Urry logró hacer funcionar una combinación entre el dióxido de manganeso y el zinc en polvo, además de utilizar como electrolito el hidróxido de potasio, creando así la pila alcalina.
Las ventas de este producto comenzaron en 1959 vendiéndola como la pila “Energizer”, con un impacto tal que en 1980 la compañía cambiaba su nombre por el del dispositivo que los había catapultado al éxito. Mientras la bolsa de valores registraba cada vez más ganancias para estos empresarios, el mundo de la década de los ochenta y noventa llenaba las casas con radios, lámparas, reproductores de video, y más grande o más chiquita la pila alcalina era un elemento que se había vuelto indispensable hasta para quien quería medirse la presión arterial con un dispositivo portátil.
Sin embargo desde los primeros años de este siglo, algunos investigadores comenzaron a darse cuenta del enorme impacto que causaba la cantidad de consumo, y particularmente la forma en la que se desechaban las baterías en la basura. Investigadores como Jesús Torres y Alfredo Flores Valdez de la Unidad Saltillo del CINVESTAV, mostraron cifras en el 2013 de un consumo por habitante de 10 baterías en promedio, multiplicado por una población de 110 millones (hoy ya somos más de 120 millones).
Tirar más de mil millones de pilas a la basura representan un cambio en la estructura del subsuelo, sabiendo que una sola puede contaminar hasta 100 mil litros de agua, provocando cáncer, problemas de riñón, pulmón y en el sistema nervioso central.
A casi diez años de esta campaña la noticia no es suficiente, los contenedores de baterías de desecho prácticamente están vacíos y la propuesta de reciclar este producto para reutilizar el aluminio no ha sido rentable porque no es suficiente la materia prima. Existe pues una desconexión entre los científicos, ingenieros, ambientalistas y un sector de la población, que se volvió un gran consumidor, porque el caso de las pilas es el mismo que el del anticongelante, el líquido para frenos, el aceite de los automóviles, o el caso de los medicamentos caducos, entre tantos otros.
Estamos ante el escenario de habernos vuelto una sociedad que se ha acostumbrado rápidamente a un modo cómodo de vivir, cuya expectativa de vida se ha incrementado en más del 60% en tan solo 50 años; la mayoría tenemos la vida casi asegurada hasta los ochenta años, pero al mismo tiempo vamos perdiendo nuestra propia resiliencia ante los embates de la vida. En tanto los científicos desarrollan vacunas, alimentos bio-mejorados, insecticidas potentes para controlar plagas, etc., en lo individual cada vez somos menos fuertes, incapaces de sobrevivir dos días en la selva o de sobreponernos a la tempestad de nuestro nuevo clima.
Hace más de veinte años, cuando tenía yo la primera junta de padres de familia en un colegio particular, hacía la introducción con una frase célebre de Carl Sagan «Crecemos en una sociedad basada en la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Esta mezcla combustible de ignorancia y poder tarde o temprano, va a terminar explotando en nuestras caras».
Hago un llamado a dejar de querer salvar a cualquier especie hasta no habernos hecho cargo de nosotros mismos, hasta no recuperar esa fortaleza como especie que nos hace tener el derecho a permanecer aquí; hasta no redimir nuestra conciencia de seres efímeros que trascienden solo en virtud de la hermandad no únicamente con los que nos rodean en el presente, sino con quienes nos precedieron y con quienes vendrán.
Si bien nuestra organización como sociedad ha hecho que desde hace mucho tiempo sean unos los que se dedican a la caza, otros a la guerra, otros a curar la misma guerra creada, y otros más a ver las estrellas, incluso dejando a un grupo el deleite del culto a la espiritualidad, también es cierto que nunca debimos dejar de vernos como uno solo, con el compromiso de ayudarnos unos a otros en las habilidades que por las características de nuestro hacer diario se fueron atrofiando. Vivir debe tener el sentido de la compasión, la generosidad y el desarrollo de la inteligencia crítica y compleja, de lo contrario tanta tecnología solo sirve para distracción, y mientras nos distraemos se pasa el tiempo en el que podríamos crecer como especie.
Cierro con otra bella célebre de Sagan que nos anima a dejar de pensar en un modo derrocado por la adversidad ante los nuevos climas, las inundaciones o las nuevas tormentas tropicales: «La Tierra es el lugar más bello para nuestros ojos que cualquiera que conozcamos. Pero esa belleza ha sido esculpida por el cambio: el cambio suave, casi imperceptible, y el cambio repentino y violento. En el cosmos no hay lugar que esté a salvo del cambio» Aunque no te des cuenta estás en movimiento, la tierra viaja a una velocidad que no se siente, pero no deja de ser. Mantente atento y ¡Que disfrutes el viaje!
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa venegas@hotmail.com
JALISCO
Consejos para la jubilación

Opinión, por Arturo Pérez Díaz //
Cumplir 55 años no solo marca un nuevo capítulo en la vida, también enciende una alerta: es momento de pensar con seriedad en el retiro. Muchas personas posponen esta reflexión, confiadas en que aún hay tiempo.
Sin embargo, el marco legal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), establece requisitos que no se cumplen de la noche a la mañana y que, de no gestionarse oportunamente, pueden traducirse en la pérdida de derechos adquiridos durante toda una vida laboral.
Acorde al Consejo Nacional de Población (CONAPO), hasta el año 2024 el 12.3% de la población total del estado eran personas adultas mayores de 60 años o más, lo que equivale a 1 millón 085 mil 609 habitantes.
Así de grande es el problema de las jubilaciones en Jalisco, que en la mayoría de los casos se concibe como problema, dado que reciben pagos mensuales de miseria, en caso de que todo adulto de este grupo de edad haya logrado una jubilación.
Para entender el tema hay que revisar el artículo 138 de la Ley del Seguro Social, que indica requisitos para obtener una jubilación: para la pensión por vejez se necesitan 65 años de edad y al menos 500 semanas cotizadas (diez años de trabajo formal). Pero también existe la opción de cesantía en edad avanzada, disponible de 60 a 64 años de edad, si se cuenta con las mismas semanas cotizadas y ya no se tiene trabajo remunerado.
Aun así, ningún beneficio es automático: hay que solicitarlos y acreditar los requisitos ante el IMSS, lo cual puede ser confuso para muchos, además de que toma tiempo.
La decisión de pensionarse debe ser estratégica y no dejarla al tiempo porque equivale al olvido. Dejar pasar los años sin revisar cotizaciones, sin confirmar la situación laboral, sin conocer los montos aproximados de cesantía o jubilación por vejez, puede poner en riesgo no solo la pensión, sino también las asignaciones familiares, ayuda asistencial y servicios médicos a los que se tiene derecho (arts. 137 y 145).
Por ello, quienes cumplen 55 años deben comenzar ya el proceso de revisión de jubilación, analizando: semanas cotizadas, modalidades de retiro, documentación, trámites y requisitos ante el IMSS. Ser omiso y no hacerlo a tiempo puede llevar a perder beneficios irrecuperables. La vejez no llega de golpe, pero cuando lo hace, no perdona la omisión. Es mejor prevenir que lamentar.
Toda una vida de trabajo puede llevar el riesgo de jubilarse con montos injustos de 9 mil quinientos pesos mensuales. Sin embargo, la mayoría de la gente debería saber que hay opciones de incrementar las jubilaciones hasta montos mayores de 80 mil pesos, mediante una estrategia legal acorde a la propia ley del IMSS.
Una pensión justa es aquella que brinda los medios adecuados para pagar los servicios de salud, alimentación y cuidado del jubilado, pero muchas personas adultas no lograron una pensión, y los que sí tuvieron derecho recibieron pensiones de hambre.
Muestra de ello es que, a pesar de tener edad de retiro, la gente sigue trabajando. Así lo demuestra el INEGI, a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Según resultados del primer trimestre de 2024, el 19.5% de la población de 65 años y más en Jalisco era económicamente activa, es decir, 182 mil 375 personas; de las cuales 64.2% (117,108) eran hombres y 35.8% (65,267) mujeres. Destaca que, el cien por ciento de las personas adultas mayores económicamente activas se encontraba ocupado.
Una jubilación justa se debe empezar a trabajar a los 55 años de edad, en las próximas colaboraciones expondremos las estrategias para lograr pensiones mayores a lo que le tiene programado el IMSS a quienes caminan ya rumbo al sexto piso.
Lograr una vejez tranquila, sin tener necesidad de seguir trabajando hasta una edad muy avanzada, es posible, pero hay que informarse de los derechos laborales y de las prestaciones.
El mayor problema es el de personas que tienen más de 50 años de edad y hoy laboran sin seguridad social, sin los beneficios de una AFORE, INFONAVIT y sobre todo sin cotizar para una jubilación, que con una adecuada información, toda esta gente estaría a tiempo de rescatar una jubilación digna. La informalidad provoca daños en el futuro de los trabajadores, porque, llegado el tiempo, vivirán una vejez sin protección social, sin dinero.
La gente debería saber que existen mecanismos legales para regularizar su situación en cualquier giro laboral, logrando la protección del IMSS con servicios médicos, cirugías y medicamentos en el presente y una pensión para el futuro.
Algunos ejemplos de incorporación al IMSS son los trabajos domésticos, en donde miles de mujeres trabajan para un patrón que no les brinda hasta hoy la afiliación al seguro social que puede realizarse de una forma sencilla. Otro caso son los trabajadores de aplicaciones móviles como Uber y Didi, que a partir de junio de este año ya se deben inscribir por ley al IMSS.
También existen trabajadores independientes de alto nivel, como los dentistas, que siempre por tradición han sido independientes y no tienen patrón que los incorpore al seguro social. Para ellos también existen modalidades de afiliación al IMSS, y aunque muchos creen que la población de escasa formación es la víctima de la injusticia de las jubilaciones, esto no es así, también profesionistas están descobijados en su futuro laboral.
Si toda persona inscrita en el IMSS, que tiene ahora más de 55 años de edad y que pertenece a la Ley 73, se preocupara hoy por informarse, estaría a tiempo de evitar una jubilación injusta con montos bajos que empobrecen a los jubilados.
A la población que pertenece a la ley 73 del IMSS, le asiste la ley con varios beneficios que, sin embargo, no son ejercidos por ignorancia. El mayor beneficio es poder continuar cotizando para una jubilación a pesar de que se hayan quedado sin empleo, y por su edad, ya nadie quiso brindarles empleo formal.
El beneficio se conoce como continuación voluntaria, con lo que, al contribuir directamente y pagar su afiliación, podrán asegurar su retiro aun cuando se hayan quedado sin patrón y un empleo formal. Pero, adicionalmente, tienen el derecho de enriquecer su cotización, elevando el salario base, lo cual repercute en una pensión que puede ser en 2025 superior a 80 mil pesos mensuales.
Es tiempo de prepararse para el futuro y no dejarlo al día a día, el tiempo y el futuro están más cerca de lo que parece, infórmese.
E-mail: amper61@hotmail.com
Arturo Pérez Díaz es periodista independiente, ha sido docente de política, opinión pública y mercadotecnia política, así como asesor profesional de comunicación pública.
NACIONALES
Grupo Salinas y la erosión de la justicia fiscal

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La posibilidad de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falle a favor de Grupo Salinas, eximiendo al conglomerado de Ricardo Salinas Pliego de pagar más de 74 mil millones de pesos en impuestos, trasciende un simple revés fiscal: representa un agravio directo al pueblo de México.
Esta cifra colosal, que supera el presupuesto anual de 25 estados y el financiamiento de programas sociales esenciales como salud y educación, pone en evidencia una verdad incómoda: el poder económico puede doblegar las instituciones diseñadas para velar por el interés colectivo. En un país donde las desigualdades persisten, este caso no es solo un debate legal, sino un reflejo de cómo las élites financieras influyen en la democracia y erosionan la confianza ciudadana.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado un fallo favorable como “la injusticia llevada a la máxima expresión”, y su afirmación encuentra eco en los números. Con 74 mil millones de pesos se podrían construir hospitales como el Agustín O’Horán en Mérida, cuyo costo estimado es de 3 mil millones, financiar el programa de apoyo a mujeres de 60 a 64 años, con un presupuesto de 54 mil millones, o sostener la beca universal para estudiantes de secundaria, beneficiando a millones de jóvenes.
Estos recursos representan una oportunidad perdida para mejorar la calidad de vida de las mayorías, en contraste con el accionar de Grupo Salinas. Este conglomerado, que incluye gigantes como Elektra y TV Azteca, ha acumulado 32 litigios fiscales durante 16 años, retrasando desde 2008 el pago de impuestos que, según la Procuraduría Fiscal, debió saldarse. ¿Es esto justicia o un privilegio camuflado tras tecnicismos legales que solo los poderosos pueden costear?
El trasfondo de esta situación revela una relación alarmante entre el poder económico y el judicial. Durante casi dos décadas, Grupo Salinas ha empleado estrategias como amparos y maniobras dilatorias para evadir sus obligaciones fiscales, una práctica que ha escalado hasta llegar a la SCJN.
Reportes sugieren que ministros como Luis María Aguilar Morales han retrasado resoluciones, dejando expedientes congelados por meses, lo que alimenta sospechas de influencias indebidas. Este problema no es un fenómeno aislado ni reciente; tiene raíces en las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuando el emporio comenzó a litigar para eludir impuestos, acumulando una deuda que hoy alcanza niveles escandalosos.
La pregunta se impone: ¿quién protege los intereses de la nación cuando las instituciones ceden ante la presión de unos pocos magnates? La respuesta parece diluirse en un sistema donde la balanza de la justicia se inclina hacia quienes pueden pagar por su defensa.
Sheinbaum ha vinculado las críticas de TV Azteca —un brazo mediático de Grupo Salinas— contra la reforma judicial y su gobierno con un interés claro: preservar un sistema que permita a corporativos evadir responsabilidades fiscales. Este señalamiento no puede tomarse a la ligera. La cadena ha intensificado su narrativa en contra de las iniciativas del Ejecutivo, lo que refuerza la percepción de un conflicto de intereses.
Un fallo favorable a Grupo Salinas no solo legitimaría una deuda impaga, sino que enviaría un mensaje devastador: en México, la justicia se doblega ante quienes tienen los recursos para litigar eternamente, mientras el pueblo carga con las consecuencias económicas y sociales. Este precedente podría abrir la puerta a más empresas para seguir el mismo camino, agravando la erosión fiscal y la desigualdad.
Estos excesos del poder económico, respaldados por complicidades en el ámbito judicial, justifican la urgente necesidad de reformar el sistema. Millones de mexicanos, sin los recursos ni el acceso a un ejército de abogados como el de Salinas Pliego, quedan desprotegidos frente a un sistema que favorece a las élites.
A nivel local, la situación no es distinta. En Jalisco y otras entidades, se han documentado casos de jueces coludidos con funcionarios políticos para reprimir a ciudadanos que denuncian corruptelas, utilizando su autoridad para aplastar voces disidentes. Algunos de estos actores judiciales incluso buscaron el voto popular para perpetuarse en el poder, pero su pasado de complicidad ha sido expuesto, desmantelando su fachada de imparcialidad.
La reforma judicial propuesta por el gobierno actual busca romper con este ciclo de impunidad. Sin embargo, su éxito dependerá de la voluntad política y de la presión ciudadana para garantizar que los nuevos mecanismos no sean cooptados por los mismos intereses que hoy se cuestionan. Se espera que esta nueva etapa trace un horizonte donde la justicia sea verdaderamente igualitaria, sin distinción de clases ni influencias económicas.
En México y Jalisco, urge un sistema renovado donde el poder político y el económico no dicten el rumbo de la justicia, sino que esta responda a los principios de equidad y transparencia.
Este debate sigue vigente, reflejando las tensiones entre poder político y el económico, y el papel que el poder judicial ha asumido en un país en transformación. La ciudadanía debe mantenerse vigilante, exigiendo que la SCJN actúe con integridad y que las reformas prometidas se traduzcan en un sistema judicial que sirva a todos, no solo a unos pocos. Solo así se podrá cerrar el capítulo de los “juegos del poder” y abrir uno donde la justicia fiscal sea un pilar de la democracia mexicana.
JALISCO
Uribe y su circunstancia

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
Hay cuatro asignaturas en la agenda de Guadalajara que están fastidiando al gobierno de Movimiento Ciudadano: Inseguridad, agua, movilidad y basura.
En todas las evaluaciones brotan esos temas de manera consistente.
Personalmente creo que Verónica Delgadillo hace –como puede y con lo que tiene- un esfuerzo que merece un alto reconocimiento.
Y aunque no tenemos condiciones para afirmar que su labor pinta para lograr la postulación naranja con miras a nuestro próximo encuentro con las urnas, lo cierto es que nadie puede negar que le pone seriedad y esfuerzo a su función como presidenta.
En un contexto así, a Morena se le presenta una oportunidad única para conquistar el triunfo en menos de dos años.
Hay cartas con nombre y apellido en la baraja guinda.
Cito algunos con verdaderas posibilidades de alcanzar la nominación:
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Merilyn Gómez Pozos, presidenta de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara Federal de Diputados.
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Claudia Delgadillo González, ex diputada federal y ex candidata al gobierno del Estado.
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Carlos Lomelí Bolaños, ex candidato al gobierno de Jalisco y actual senador de la República.
Sin embargo debemos colocar en la primera línea a quien ya ha sido alcalde, Alberto Uribe.
Hombre de las confianzas de Marcelo Ebrard, es titular de la Dirección General de Contenido Nacional y Fomento en el Sector Energético y Coordinador del Corredor del Bienestar del Pacífico (Jalisco, Michoacán, Colima y Nayarit) de la Secretaría de Economía, posición que lo coloca en inmejorables condiciones para vincularse con sectores estratégicos que si bien no definen una elección, sí inciden en ella.
Por una extraña razón, distinguidos opinantes se resisten a suponer que a Uribe Camacho le aguarda un futuro prometedor en la escena electoral.
Yo difiero. Lo conozco, y si alguien sabe sortear el oleaje del impredecible e implacable mar de la política, es Alberto.
Por eso, para aquellos que sostienen que la historia sobre la designación de la candidatura de Morena rumbo a la alcaldía tapatía ya se escribió, vale la pena recordarles esa máxima que dice que en la política, como en la vida misma, la circunstancia lo es todo.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, activista, escritor y analista político.
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