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NACIONALES

El frustrado experimento de Claudio X. González: De la democracia o la ilusión de la libre elección

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Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Aprendí que una buena decisión se toma desde un correcto proceso de reflexión y de discernimiento entre lo bueno sobre lo malo, entre lo mejor sobre lo bueno, entre lo óptimo sobre lo mejor, y entre los trascendente sobre los óptimo. Discernir no es, necesariamente, diferenciar entre dos oponentes sino, idealmente, entre dos opciones positivas. Por ello, las ocurrencias no ayudan a que lo deseable ocurra.

Aprendí, siendo joven, que toda acción exitosa empieza con una decisión bien informada en el momento correcto y justo, en el lugar debido y con la gente propicia y amada. Asimismo, que un buen día inicia con la decisión de levantarnos, agradeciendo el vivir con el firme propósito de lograr, con éxito, todo lo que, desde el día o días anteriores, nos habíamos propuesto y planeado, utilizando con responsabilidad nuestras inteligencias, personalidades y circunstancias cambiantes, creándolas o haciéndolas propicias. La otra decisión posible sería ignorar aquellos propósitos y quedarnos en cama en espera de un milagro. Esto es degradante y miserable porque corroe la lucidez y condena a nuestra vida a un mal destino.

Claudio X. González, un empresario metido a mecenas de la oposición, supo imponer su novatez política a los experimentados dirigentes del PAN, PRI y PRD, Marko Cortés, Alito Moreno y Jesús Zambrano, respectivamente, y Xóchitl Gálvez logró vencer [¿…?] a Santiago Creel, José Ángel Gurría, Ildefonso Guajardo, Enrique de la Madrid y Beatriz Paredes… con la presión de una sociedad civil muy fifí y de los medios masivos ávidos de noticias casi hepáticas, por amarillas y enfermas. Lo demás es la historia de un fracaso, de una derrota anunciada.

De camino hacia las más recientes elecciones federales, todos sabíamos que López Obrador traía el sartén del poder en la mano; mientras, algunos millones, siempre en minoría e ingenuamente, soñaban, soñábamos, con cambiar nuestro destino personal y de México. Entonces, de la nada, surgió Xóchitl Gálvez porque fue a Palacio Nacional a exigir un espacio mañanero para decir su verdad… no se le abrió y se volvió símbolo de la resistencia anti-pejista. Mayor mérito no tenía Xóchitl Gálvez para soñarse en la presidencia de la República.

El papel de todo dirigente de partido y de todo candidato es ser facilitadores de la expresión de las emociones de sus correligionarios y ser constructores de las esperanzas ciudadanas en todo aquello que les duele, separa de los beneficios del progreso como nación y patria, y su desarrollo, y de aquello que los detiene en sus vidas. Cuando se niega la realidad, ésta hace sus travesuras y nos enseña y se ensaña.

En casos como Jalisco, en el Revolucionario Institucional, por ejemplo, los imberbes de la política compraron asesorías y cursos rápidos de procesos electorales sin ocuparse, con tiempo, de construir las estructuras institucionales sostenibles y sólidas, responsables y comprometidas. Se renovaron los comités municipales y distritales con puros incondicionales de la entonces presidente Laura Haro. No hubo, en aquel proceso interno, un diagnóstico que la problemática diferenciada y específica, profunda y clara, de cada municipio y región que le diera al PRI, banderas que enarbolar. Hoy, tras la derrota, el PRI en Jalisco no tendrá los fondos suficientes para mantener, quizá, ni siquiera su gran edificio. En la derrota lleva la penitencia. Tras la derrota, en el PRI de Jalisco, se dijo: “Aquí nadie se da por vencido”. Curiosa negación de una realidad. La esquizofrenia en política es más que peligrosa. Hubo un tiempo en el que el general vencido en batalla, entregada su espada al vencedor; había honor al reconocerse derrotado.

En el PAN, el PRI y el PRD sabían que Xóchitl Gálvez perdería, pero la necesitaban para contender para ganar escaños legislativos, alguna gubernatura y varias presidencias municipales; el asunto era seguir vivos… sentirse vivos. El sesgo cognitivo estaba trabajando desde el auto engaño de una sociedad civil NO organizada y la confabulación de tres dirigentes de partidos políticos ya degradados, y, claro, de una candidata ingenuamente esperanzada.

En México, al tomar un cargo de elección, o por nombramiento, se protesta que, si se cumple, la nación nos lo reconocerá, y si no, que nos los demandará. Sin embargo, en México, a nadie que haya fallado o mentido desde algo público, la nación se lo ha demandado. Esta realidad es ese algo que destruye las más mínimas expectativas en la democracia y que, por desgracia, se mantiene por la cobardía legislativa mexicana de darnos esa vía ciudadana de demandar la mentira y el engaño de las campañas electorales y por la falta de voluntad en el cumplimiento de promesas.

Gurús del poder, los tres presidentes de los partidos supieron no ahogarse en medio de un mar revuelto y un clima político torrencial… buscaron sobrevivir, aunque el barco de México se hundiera; ese era el propósito. Había que explotar el temor y el odio ciudadano opositor, y el sarcasmo esperanzador de los memes pueriles. Del otro lado, la burla morenista demostró su miserable entraña. Todo fue perverso.

Hace años escribí: “La democracia, desde voces reflexivas y críticas, es más”. Hoy, lo reitero. A medida en que maduramos, entendemos el porqué de las cosas. Al nacer, todos necesitamos de quién nos proteja y ayude a ser. Más tarde, la vida nos pone, cuando hemos madurado con bien y hacia el bien, en el lugar de quien ayuda, no de quien necesita ayuda, y nos da la capacidad de la bondad, la compasión y la solidaridad. Cuando ayudamos con éxito, no creamos dependencias y sí formamos para la libertad.

Hoy, los presidentes de los partidos derrotados se niegan a profundizar en las causas de la parálisis electoral que se tuvo al final de proceso, cuando fueron encapaces de atraer los suficientes votantes y representantes de Xóchitl Gálvez en cada casilla electoral. Los ciudadanos, sin partido, quisieron darse una candidata alejada de los partidos políticos, pero se negaron a defender sus propios votos, apuntándose como representantes de Xóchitl Gálvez en las casillas electorales. La política es algo demasiado serio e importante para dejarlo en manos de los políticos y menos en las banalidades de los improvisados. Las elecciones no se definen en las charlas de café ni en las sobremesas en casa.

La democracia es la mejor manera en que nos permitimos elegir a quién se sabe poner en los zapatos del pueblo y caminar con aquellos para sentir en dónde aprietan y dónde incomodan. Más aun, el elegido debería ser quien dará al pueblo nuevos zapatos, arreglará los caminos que cruzará y animará hacia nuevos destinos. Un buen líder debería primero aquel hombre o mujer de bien que merezca ser ejemplo a seguir y no quien busque perpetuarse en el poder pues sabe que éste, cuando se obsesiona, pervierte y maldice.

La experiencia en el ejercicio del poder y las cosas de la real politik no viene en cursos rápidos aun recibiendo certificaciones. Las catarsis o quejas post electorales de los dirigentes de los partidos y los candidatos derrotados dan cuentas de sus culpas negadas y sus proyecciones autocomplacientes hacia aquellos que ellos mismos restringieron o vilipendiaron dentro de sus correligionarios. Desde la ignorancia desesperante, los derrotados pretenden vendernos humos de adrede, esperando que en sus tinieblas se difuminen sus culpas y responsabilidades, insisto, negadas.

La improvisación, desde el arrebato, y la indecisión, por temores, no tienen rumbo, pero si destinos que, en la mayoría de las veces, sueles ser desastrosos o, simplemente, indeseables.

Los dueños de la experiencia en el ejercicio real del poder político tenían necesidad de embarcarse en una elección presidencial de vida o muerte, ávida de los profesionales electorales para transitar, con mediano éxito y suficientes resultados, en un mar de incertidumbres y dudas. Los dirigentes de aquellos partidos políticos, anticipando la derrota, aseguraron sus escaños como plurinominales. Dirían en Michoacán: “Eran guarines, pero bien se fijaron”.

Nadie está obligado a lo imposible, pero todos lo estamos a la verdad. Decidimos sobre la base de nuestra experiencia y de nuestros grupos de identidad que nos hacen valorar y predecir los resultados en nuestra vida y en nuestros valores identitarios. A nadie nos gusta jugar a la ruleta rusa, aunque, aceptémoslo, la vida diaria nos exige dar saltos de fe en lo personal, lo familiar, lo comunitario y lo público, aunque nada nos garantiza ni el éxito ni el fracaso sobre nuestra suposiciones y decisiones.

No sé si Xóchitl Gálvez se la creyó, pero sí que, advirtiendo su derrota, se atrevió a mentir y engañar diciéndonos que ya había alcanzado a Claudia Sheinbaum y la rebasaría. El 2 de junio, la verdad se impuso y su derrota se cumplió. Si, reconozco que fue una elección inequitativa, de mil ilegalidades, amañada y de Estado, muy tramposa, con urnas llenas de votos con un solo color, pero ello lo sabíamos todos, en especial los presidentes de los partidos de oposición y la propia Xóchitl, y nada se hizo para detenerla. “La culpa no fue del padrino sino de quién lo hizo compadre”. La derrota está en el destino de quienes carecen de la primera virtud de un gran líder: Empatizar emocionalmente con los suyos y los NO suyos, y de la segunda, prepararse para la batalla final, aquella en la que se decide quién gana y quién es derrotado: El domingo electoral, movilizando a sus bases electorales y cuidando las manos del oponente para que no llene la urna con boletas no reclamadas por los ciudadanos registrados en cada casilla en que se abstuvieron de votar.

Para avanzar en la vida, una de las habilidades más importantes es saber tomar decisiones. En éstas hay de dos tipos, las reversibles y las irreversibles. A las primeras es fácil asumirlas porque hay manera de aprender y dar marcha atrás para corregirlas; en las segundas, el temor crece pues no hay manera de volver atrás pues son, evidentemente, definitivas.

Peter Drucker nos lo dijo: “La mejor manera de predecir el futuro es creándolo”, y, por consecuencia, la peor manera de llegar al futuro es ignorándonos como sus obligados constructores.

Platón nos dijo: “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”. ¡Considerémoslo!

Se perdió porque imberbes, como Claudio X. González, tóxicos del poder, se impusieron a los ciudadanos y, en los partidos, a la experiencia práctica de políticos de cepa.

Tras el proceso electoral mexicano reciente, ha llegado el momento de preguntarnos sobre nuestra real libertad de elegir, con aquellas dos posibilidades de reversibilidad e irreversibilidad, en las cosas del poder político y de gobierno, del legislativo y del judicial… en otras palabras, de la viabilidad real de la democracia como el culmen de decisiones objetivas, responsables y bien informadas, no alteradas por la tendencia -evidente- de los beneficiados de mentirnos y engañarnos sobre sí mismos y sobre los otros, y, sobre todo, de sus responsabilidades, compromisos y garantías de cumplimiento. El asunto de fondo a resolver es saber cuándo somos dueños de nuestras decisiones electorales y cuándo éstas son condicionadas por creencias no fundamentadas ni fundamentales para nuestras vidas, y sobre la incredulidad hacia los políticos que ya es parte del imaginario colectivo. Hablo de los sesgos cognitivos que quizá expliquen al abstencionismo electoral.

Un proceso electoral dirigido desde la inexperiencia y sin una dirección contundente y bien planificada es como un barco sin capitán ni timón ni rumbo en medio de un huracán… el naufragio es inevitable y, por ello, el destino de México hoy pareciera ser de condena sexenal.

Una vez leí: “Donde hay esperanza, hay fe; donde hay fe, suceden milagros”, pero los milagros, Dios los reserva a quién sabrá hacer buen uso de ellos y no malgastará. Las mentiras electorales son las ladronas de nuestra fe democrática y por ello no hay milagros políticos, económicos y sociales que transformen a México ni la vida de los millones de marginados y empobrecidos.

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NACIONALES

La presidenta Sheinbaum: ¿Acatará tratados internacionales?

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De primera mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín //

EL CLAROSCURO de la reforma judicial. Por un lado, los opositores a esta reforma promovida por López Obrador y consumada por Claudia Sheinbaum, tienen en el Artículo Primero de la Constitución y en la actuación de los organismos internacionales que vigilan el cumplimiento de los ordenamientos jurídicos para la defensa de los derechos humanos, un argumento más de lucha.

Por el lado oficial, dueña de los tres poderes del Estado Mexicano y seguidora de la “cuarta transformación” -que ha hecho a un lado los criterios de organizaciones internacionales que exponen sus opiniones con respecto al gobierno de México-, la presidenta Sheinbaum podría promover de una vez por todas las reformas constitucionales que harían a un lado el actual ordenamiento contemplado en la Carta Magna para dejar de considerar todo tratado internacional como Ley Suprema.

No podemos olvidar que en el paquete de reformas constitucionales para establecer la “Ley Suprema” del Congreso de la Unión por encima del Poder Judicial Federal, se contemplaba una reforma para hacer a un lado del texto lo relativo a los “tratados internacionales”, pero al final del día no se contempló.

Hasta ahora, el Artículo 1 de la Constitución se contempla así:

“En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece”.

Por parte de los organismos internacionales dedicados a la defensa de los derechos humanos, hay un tema neurálgico en relación a México, luego de la reforma judicial y la expectativa de una posible violación a los derechos humanos ante la selección de los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal a través del voto popular, porque los nuevos juzgadores podrían sujetarse a las consignas políticas y no a la Ley.

Una abogada experta en el sistema interamericano de derechos humanos –Tamara Taraciuk-, dijo a “Proceso” lo siguiente:

“Si el Estado Mexicano ignora las eventuales recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, este organismo se transforma en una suerte de Fiscalía y lleva el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José, Costa Rica y este tribunal inicia un proceso que podría culminar en una sentencia condenatoria vinculante que el Estado Mexicano tendría la obligación de cumplir como firmante de la Convención Interamericana de Derechos Humanos”

Aparte, de forma paralela, en la Organización de las Naciones Unidas se desarrolla un proceso en el que el Estado mexicano tiene que responder. La reforma también está en la mira de la relatora especial de la ONU para la Independencia de Jueces y Abogados y de la Comisión de Venecia, un organismo de la Unión Europea que vela por el constitucionalismo y el Estado de derecho y del cual México forma parte. De parte de estas organizaciones no hay sentencias vinculantes pero sí pronunciamientos políticos.

Aparte, el artículo 133 de la Constitución establece que los tratados internacionales son parte de la Ley Suprema de la Unión, junto con la Constitución y las leyes del Congreso.

Palabras más, palabras menos, ante el inminente riesgo de violaciones a los derechos humanos por la puesta en práctica de una reforma judicial cuyos jueces electos por el voto popular atenderían las recomendaciones de quienes los colocaron para “administrar la justicia” y no a la interpretación de la Constitución en sus primeros 29 artículos relativos a las garantías individuales o derechos del hombre y la mujer, el gobierno de México podría recibir una condena internacional y verse obligado a modificar parte de su reforma al Poder Judicial de la Federación.

Eso por un lado, pero por otro, podría ser una oportunidad para que el régimen impuesto por López Obrador y perfeccionado por Claudia Sheinbaum, quite los candados constitucionales que le oprimen aún, el propósito de establecer de una vez por todas un régimen en manos de una sola persona, es decir, una autocracia en la que las libertades y derechos humanos de sus ciudadanas y ciudadanos se sujetarían a la voluntad del Estado, el mismo que sería capaz de declarar de utilidad pública, toda propiedad privada.

NO HABRÁ DIÁLOGO CON LA OPOSICIÓN

SI LA presidenta Sheinbaum hizo de manera personal una crítica pública al nuevo dirigente nacional del PAN, Jorge Romero, es porque está enviando un mensaje de que no habrá diálogo alguno con la oposición… Decir que Romero es “el jefe del cartel inmobiliario” en la ciudad de México, podría haber corrido a cargo de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez o de la presidenta de MORENA, Luisa María Alcalde, pero no fue así… Un asunto de bajo perfil fue tomado como un pretexto para decir a todos los mexicanos que esta “construcción del segundo piso de la cuarta transformación”, solo gobernará para los simpatizantes, haciendo a un lado a todo aquel o aquella que piense diferente… Adiós entonces a la aspiración de un llamado desde palacio nacional a la unidad de las y los mexicanos…

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ENTREVISTAS

Entrevista a José Luis Ortiz: «Nuestro estado no dio figuras relevantes a la Revolución»

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Por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Por qué el caudillo revolucionario sonorense Álvaro Obregón dejó la frase que quedó grabada de en la percepción nacional al tildar a Jalisco como el gallinero de la república?

Entrevistamos al historiador jalisciense José Luis Ortiz en el marco del 107 aniversario de la Revolución Mexicana quien nos platica cómo se dio esa expresión que pronunció Obregón en una visita que hizo a Guadalajara.

“Mira Gabriel, tu paisano Álvaro Obregón viene triunfando de Sonora, pasa por Sinaloa, se queda un rato en Nayarit y llega a Jalisco. Tenía como destino la capital del país. Manuel M. Diéguez va por él a la estación del ferrocarril que estaba allí en San Francisco y los dos se van caminando a Palacio de Gobierno y el sonorense entra al mismo y desde el salón principal les manda un mensaje a los jaliscienses y lo grita a los cuatro vientos”:

Mientras los sonorenses nos quemábamos las manos de pólvora, los jaliscienses se mecían en mecedoras en los portales tomando chocolate con pan. Por eso Jalisco es el gallinero de la república y de la revolución mexicana”.

Y José Luis comenta: “Creo que Jalisco sí fue el gallinero de la república, porque no aparece, no da figuras, hay muy pocas figuras en la Revolución Mexicana”.

¿Pasó la Revolución Mexicana por Jalisco?

JGO. Sí hubo, incluso Francisco Villa estuvo en la famosa “Batalla de la Cuesta de Sayula”, donde prácticamente se acabó al obregonista a Manuel M. Diéguez, pero él ya iba rumbo a la Batalla de Celaya, viene prácticamente con toda la tropa de la División del Norte, pero antes hay una batalla importantísima en la cuesta de Sayula donde derrotan a Manuel M. Diéguez y allí Villa duerme en Sayula y los curros sayulenses van y lo felicitan. “General lo felicitamos por el triunfo que tiene usted en esta gran batalla “y Pancho Villa les responde: “con otro triunfo se acaba la División del Norte”.

José Luis añade: Allí prácticamente se desgasta Villa y Diéguez siendo gobernador huye a Colima, pero en esa estancia Pancho Villa deja de gobernador a un jalisciense nacido en Etzatlán y siendo presidente municipal de Hostotipaquillo de nombre Julián Medina. Si te fijas en el reloj de palacio, tiene un balazo y ese se lo da Julián Medina, y les dice, “pa’ que sepan cuándo estuvo aquí Julián Medina y a qué hora salió Julián Medina de Jalisco”.

Julián Medina fue delegado villista en la Convención de Aguascalientes, pero tuvo prácticamente muy poca participación.

Y también nos aparece por allí un general nacido en Tlajomulco, hoy conocido como Tlajomulco de Zúñiga, el general Eugenio Zúñiga, que llegó a traer 800 hombres, por eso se llama Tlajomulco de Zúñiga, se lo acomodaron.

PRESENCIA ESCUETA DE JALISCO EN LA REVOLUCIÓN

¿Con cuál de los grupos él andaba Eugenio Zúñiga?

JLO. Ellos fueron carrancistas, fue del grupo de Manuel M. Diéguez. Tiene Eugenio Zúñiga un hermano de nombre Nicolás Zúñiga, pero Eugenio tiene una calle en Tlajomulco, hay una placa, pero también en Guadalajara donde se juntaba la calle hoy Federalismo y Fidel Velázquez había un mercado y ese mercado se lo dedicaron a Eugenio Zúñiga, fue una gente buena que la quería Jalisco.

Aparece también otro personaje muy escueto con el nombre de Julián del Real, pero el nombre correcto era Julián Real González, también nace en Tlajomulco, hay una placa en este municipio que se la dedicaron, pero él trabajaba como obrero en una mina que estaba en Etzatlán, él se levanta en armas prácticamente en Querétaro , pero fue una gente que se dedicó a robar, robar mujeres, tenía una mala imagen ante la sociedad y lo rechazaban, él anduvo por El Grullo, Mascota, por Talpa, por Atenguillo, él nace en Tlajomulco, pero se contrata en una mina llamada Amparo Company, un mineral inglés muy grande de plata y oro. Julián real anduvo en Tonaya, llegó a Autlán, pero era un pillo, parecido a Pedro Zamora.

¿Podríamos decir que fue muy pobre la participación de Jalisco en la revolución?

JLO. La presencia de Jalisco en la revolución fue muy escueta, y alcanzó a Sayula donde es la parte más importante que se tiene de la revolución donde tiene prácticamente estuvo Francisco Villa con toda la división del Norte y Fierro, ellos iban rumbo a El Bajío donde lo estaba esperando Álvaro Obregón, donde fue la derrota donde prácticamente se acaban a Villa.

Pancho Villa siempre ninguneaba a Obregón, lo mencionaba como el perfumado. Hay que recordar que tu paisano ya venía de haber sido presidente de Huatabampo, gente de buena familia, era un buen agricultor que introduce el garbanzo, prácticamente en Sonora y Villa un analfabeta. Villa fue muy inteligente, pero Villa aprendió a leer y escribir cuando estuvo preso en Lecumberri, era analfabeta, pero mandó a hacer un facsímil en EEUU con su nombre y le echaba una crucecita.

Y Lecumberri lo manda Victoriano Huerta quien es el que funda la División del Norte…

¿Victoriano Huerta funda la División del Norte?

JLO. Él fue el primero en encabezar la división del Norte y Pancho Villa con él aprendió mucho.

Si el telégrafo hubiera estado más lejos de 50 metros, Huerta lo hubiera fusilado. Con Villa andaba también Raúl Madero, hermano de Francisco Madero que le salva la vida a Villa; Raúl era hermano del presidente Madero y le manda un telegrama que van a fusilar a Villa, y Madero prácticamente le contesta que no lo fusile, que lo deje preso en Lecumberri.

Pero hay que tomar el tema de otro negro jalisciense, pero que fue un gran general, Victoriano Huerta, conocido como El Chacal, nacido en Colotlán. González Ortega llega a Colotlán y él buscaba quién le redactara un manifiesto. Victoriano Huerta tenía muy bonita letra y le redacta el manifiesto, González Ortega se lo trae con él y lo nombra secretario particular y él le consigue una beca para que entre al Colegio Militar, pero quiere decirte que entre las cualidades de Huerta, era uno de los generales que más sabía de matemáticas. Hay rumores de las voces del viento que él dio clases de matemáticas en la UNAM.

Cuando Victoriano Huerta sale del Colegio Militar (dicen que ha sido uno de los promedio más limpios y más puros). Él fue maestro de Felipe Ángeles, la única persona que estuvo con Pino Suárez y Madero, y por la amistad que tenía con Ángeles, le salva la vida y lo manda desterrado a Cuba, inclusive Huerta fue el secretario de obras públicas con un gobernador de Nuevo León, con Bernardo Reyes, dicen que la parte nueva de Monterrey.

Las voces del viento dicen también, que él tragaba cognac de las 10 de la mañana a las 2 de la mañana, todos los días, era un alcohólico, pero lo curioso que a él casi a rastras lo metían a una casa de asistencia que estaba en Monterrey a la 1 o 2 de la mañana, pero él a las 6 de la mañana estaba bañado, rasurado, cambiado y listo para irse a trabajar y es de los generales que más matemáticas sabe, pero sí tiene el don que le quedó hasta chiquito.

¿Victoriano Huerta, ya no regresó a Jalisco después de haber hecho carrera en el Colegio Militar?

JGO. La historia no dice nada al respecto. Pero él fue una persona muy inteligente y preparado, culto, pero con los intestinos muy negros, pero era un tipo brillante que se debe de decir.

LA YEGUA QUE SE ROBÓ VILLA

¿Por qué Victoriano Huerta quería fusilar a Villa?

JGO. Lo que pasa es que Villa él se robó una yegua en Chihuahua de un español, que va con Huerta y le dice que uno de sus soldados tiene una yegua de él, Huerta le dice a su asistente que le hable a Pancho Villa, que lo quiere ver.

Pancho Villa se estaba curando de una calentura y la forma de curarse entonces en los pueblos era bañarlos con cebo y taparse con una frazada para que suden la calentura. Villa le contesta que con mucho gusto pero que nomás terminaran de curarlo de la friega que le estaban dando y yo voy con él.

Victoriano Huerta, borracho, personalmente lo levanta y casi a rastras se lo lleva directo al paredón. Villa le lloró, le imploró y miles de cosas le pidió. Las voces del viento dicen que hasta Pancho Villa lloró cuando Huerta lo iba a fusilar, personalmente iba a nombrar la escolta que iba a fusilarlo.

Pero Raúl Madero le manda un telegrama al Presidente Madero y es cuando llevan a Villa a Lecumberri, donde Villa empieza a saber leer y escribir.

¿Cuánto tiempo estuvo Villa en Lecumberri?

JGO. Prácticamente 8 meses. Él a la muerte de Madero sale y se lo llevan a un puerto, con rumbo a Dallas, así es como entra a EEUU y regresa a México por el famoso Paso del Norte de Ciudad Juárez.

Y lo demás es historia.

(próxima edición, la segunda parte, de cómo Margarito Ramírez le salvó la vida a Álvaro Obregón y éste en reciprocidad lo hace gobernador de Jalisco).

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NACIONALES

Renovación de dirigencia del PAN: Jorge Romero llega a la presidencia nacional con estigma de corrupción

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Por Francisco Junco //

La dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN) acaba de renovarse y al rededor de 100 mil militantes panistas eligieron que fueran lidereados por Jorge Romero Herrera, quien tiene enfrente dos grandes desafíos, por un lado lograr integrar al PAN con la sociedad civil trabajando con liderazgos sociales y juveniles para refrescar los cuadros azules, además de superar la sombra de corrupción que pesa en su contra, según palabras de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien lo señaló como “el jefe del cartel inmobiliario”.

Aunado a estos dos grandes desafíos, el nuevo líder blanquiazul tendrá que luchar contra la sombra de ser hechura y cobijo del actual presidente del partido, Marko Cortes, quien desde hace algunos años lo impulso como su delfín.

«Es un PAN que opera desde la Colonia del Valle, en la Ciudad de México, cerrado a la participación de la sociedad. Hoy, lo que vemos es más de lo mismo, una estafeta que pasa de manos entre el mismo grupo», criticó el periodista Guillermo Velasco, quien también hizo énfasis en los retos inmediatos que enfrenta el nuevo dirigente, «Romero tiene que demostrar muchísimo para estar a la altura de un partido que debería ser la alternativa para la sociedad».

Fernando Guzmán, panista de larga trayectoria, reconoció que Romero proviene del mismo grupo que Marko Cortés, lo que genera dudas sobre un cambio real en la dirección del partido. «Es necesario que esta dirigencia sea plural, que incorpore a liderazgos representativos y se abra a la sociedad. El PAN tiene que reencontrarse con su esencia, con la defensa de la vida, la familia y las libertades», declaró.

Y es que la elección interna del PAN que llevó a Jorge Romero, diputado federal con licencia, a la dirigencia nacional ha marcado un momento decisivo en la historia reciente del principal partido de oposición en México.

Sin embargo, tanto propios y extraños, han señalado fuerte críticas por la baja participación, además de cuestionar el modelo de liderazgo interno, más los señalamientos de corrupción que han acompañado a Romero desde su gestión como delegado en la alcaldía Benito Juárez.

Ahora, con la tarea de revitalizar un partido debilitado, el nuevo dirigente enfrenta una de las pruebas más complejas en la historia del PAN.

La elección interna, que concluyó el pasado 10 de noviembre, fue celebrada en medio de tensiones internas y un panorama nacional adverso, reflejó el desinterés y desanimo de los militantes por la vida política partidista. Apenas el 43 por ciento de un padrón de los cerca de 300 mil afiliados participaron en el proceso, otorgándole a Romero Herrera un contundente 80 por ciento de los votos frente al 20 por ciento que logró obtener Adriana Dávila.

El periodista y analista Guillermo Velasco, aseguró para Conciencia Pública, que estos números de participación son preocupantes, por lo que significa la historia del PAN, incluso calificó este proceso de elección, desde su muy particular punto de vista, como una derrota, ya que un partido de la relevancia que tiene como oposición con más fuerza, con más tradición, con más principios fundantes, y que tenga ese nivel de participación no habla de ese partido que históricamente es opositor.

Es ridículo que un partido con la historia y tradición del PAN tenga un padrón que no llega ni a 300 mil personas en un país del tamaño de México. Además, más de la mitad de ellos ni siquiera votaron, lo que evidencia un grave desinterés de la militancia”, señaló y aseguró que este esto responde a una estructura interna cerrada y controlada.

Romero ganó utilizando los recursos del aparato partidista, el control del partido, utilizando la lógica de cuates y cuotas en el asunto de colocar gente, de aprovechar, de alguna manera porque hayan tenido el control del padrón, de afiliaciones, en fin. Es más de lo mismo, sin una renovación auténtica que entusiasme a la militancia o a la sociedad”.

LAS CRÍTICAS DE ADRIANA DÁVILA

La panista Adriana Dávila, contendiente derrotada, expresó una crítica similar y mediante un comunicado de prensa, tras reconocer su derrota, señaló que el modelo actual del PAN, que prevalece desde hace más de una década no funciona.

Nadie puede sentirse orgulloso cuando alrededor del 70 por ciento de los panistas no fue a votar. El mensaje de abstencionismo de nuestros militantes es claro: las cargadas no entusiasman. La nómina de gobiernos no es suficiente para convocar. Las almas no se mueven con dinero sino con ideas y conductas dignas de ser imitables”, apuntó en su mensaje enviado a los medios de comunicación y remató “no sé si tengan la voluntad y el compromiso ético para hacer del PAN una institución que merezca ser heredera del legado demócrata y liberal de Gómez Morín”.

UN PARTIDO DEMOCRÁTICO

Sin embargo, a pesar de esta visión, hay panista que observa la esencia del PAN como un instituto político democrático, para Fernando Guzmán, lo principal a rescatar, del pasado proceso electoral, es que el PAN es el único partido que eligió a su dirigencia a través de una elección interna en donde votaron todos los panistas que quisieron hacerlo en el país.

Esto es de destacar en estos tiempos en donde los partidos son realmente propiedad de una sola familia o dicen que son movimientos, pero no hay elecciones internas. Bueno, así, dígase lo que se diga, pues hubo una elección interna”, subrayó el panista a Conciencia Pública y reconoció que “ciertamente falta ver todavía cómo se integra la nueva dirigencia porque el Comité Ejecutivo Nacional tendrá que integrarse con la participación de un número que elige el presidente electo, otra parte que es incorporada por la parrilla que quedó en segundo lugar y una más que será electa por el propio Consejo Nacional”.

INICIA JORGE ROMERO CON EL PIE IZQUIERDO

Pero esto no es lo único que estará enfrentando el nuevo dirigente de los panistas a nivel nacional, Jorge Romero no es ajeno a los señalamientos de corrupción, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, marco la agenda de lo que podría ser la gestión de Romero Herrera como primer panista a nivel nacional.

Su relación con el gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, parece haber iniciado con el pie izquierdo. Desde el primer día, las acusaciones sobre su pasado político dominaron la agenda. No obstante, Romero intentó darle la vuelta a la narrativa, posicionándose como una voz de oposición firme.

Y es que desde su gestión como delegado en Benito Juárez, entre 2012 y 2015, su nombre ha sido vinculado al llamado “cártel inmobiliario”. Claudia Sheinbaum, utilizó su conferencia matutina para reiterar estas acusaciones y afirmó que “es el jefe del ‘cártel inmobiliario’, lo conocimos muy bien en la Ciudad de México. Empresarios y testigos revelaron el ‘modus operandi’ de un grupo muy corrupto en la alcaldía Benito Juárez».

Romero respondió de inmediato, cuestionando la postura de Sheinbaum y dirigiéndose a esta le dijo “presidenta, ¿es así como se conducirá con la oposición? ¿Con quienes simplemente no pensamos como usted? Usted debería convocar a la unidad nacional, no a la división ni a la pugna”, expresó Jorge Romero.

A pesar de su defensa, las acusaciones sobre corrupción no han cesado, ni dentro ni fuera del PAN. Incluso Felipe Calderón, expresidente de México y antiguo líder del partido, señaló en su libro ‘Decisiones difíciles’ que Jorge Romero manejaba sumas millonarias derivadas de prácticas irregulares.

Sin embargo, para otros panistas, como el ex gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, quien también habló con Conciencia Pública, la reacción de Jorge Romero ante las declaraciones de la mandataria mexicana, pone en claro las posiciones de la oposición.

Me ha parecido bien la forma en que ha plantado cara a la presidente Sheinbaum, quien de una manera a mi juicio equivocada, está buscando confrontaciones en lugar de unificar a los mexicanos. La posición de Jorge Romero me parece inteligente y me parece valiente. Creo que esto abriga la esperanza de que vengan tiempos nuevos para el PAN, positivos. Todavía no toma posesión y ya está marcando su espacio ante el poder. Me gusta cómo está empezando. Que al final es lo que le hace falta a la oposición”, señaló el ex mandatario jalisciense.

Pero a pesar de la respuesta de Jorge Romero, algunos analistas consideran que el PAN necesita más que retórica para consolidarse como oposición. Guillermo Velasco lo resumió así: “la respuesta de Romero a Sheinbaum es pura estridencia mediática. Pero de eso a construir una narrativa consistente y atractiva para la sociedad, hay un trecho enorme”.

El ex gobernador, González Marque analizó al PAN, en su dirigencia nacional y señaló que Marko Cortés ha sido criticado por su falta de renovación y apertura, por lo que espera que el partido pueda recomponerse, “el PAN no puede ser un partido sin rostro ni principios claros. Tiene que regresar a su esencia y abrirse a la participación ciudadana. Si Jorge Romero mantiene las estructuras actuales de control, lo único que logrará será administrar derrotas”, advirtió González Márquez.

El problema no es nuevo. Durante la presidencia de Marko Cortés, el PAN sufrió su peor debacle electoral desde 1994, acompañado de divisiones internas y cuestionamientos por prácticas antidemocráticas. El panista Fernando Guzmán comentó que la elección de Jorge Romero representa una oportunidad para corregir estos errores.

El PAN debe abrirse a la sociedad, recuperar la confianza de sus bases y abanderar las causas que realmente importan a los mexicanos. Si no lo hace, seguirá siendo un partido cerrado y sin futuro”, señaló.

Para Emilio González se abre una nueva oportunidad, donde se cierra un ciclo y comienza otro nuevo y la posibilidad de recomenzar es la importancia que se debe rescatar y aseguró que está convencido que el PAN es el partido que habrá de dar la batalla nuevamente en contra de las dictaduras perfectas que se han querido instalar en México.

Ahora la dictadura totalitaria de Morena, así como lo hizo en su momento con la parte negativa del PRI, que ahora está en Morena también. Entonces, para que esto se dé, el PAN se tiene que ratificar en sus principios. No puede ser un partido sin rostro, no puede ser un partido veletta. Tiene que ser un partido bien cimentado en sus principios históricos”, resaltó.

Para el analista Guillermo Velazco, la condición de abrirse a la sociedad, es lo que va a determinar la fortaleza del PAN, ya que la coyuntura actual que se vive en el país de un autoritarismo cada vez más fuerte, el PAN, tiene como una alternativa posible y viable, es la de volver a sus orígenes y abrirse a la sociedad.

El PAN surgió bajo la lógica de hacer una realidad del humanismo político, es decir, el bien común, si te pones a ver, ha sido el único partido que en sus estatutos ha hablado del bien común, que es mucho. Creo que más que alguna coyuntura, claro, si presupone derrotar al PRI, y hoy presupone derrotar a Morena, por el riesgo que significa, entonces tiene que hacer un planteamiento que vaya en ese foro, la construcción del bien común en México”, aclaró el analista.

El desafío de Romero no es menor. Por un lado, debe revitalizar un partido que, según sus críticos, está cerrado a la participación ciudadana y alejado de sus principios fundantes. Por otro, necesita lidiar con los constantes señalamientos de corrupción que empañan su liderazgo. A ello se suma la necesidad de decidir el futuro de la alianza con el PRI y el PRD, que ha generado divisiones internas y críticas entre los militantes.

Emilio González ofreció una perspectiva esperanzadora y aseguró que “si el PAN logra abrirse, abanderar causas populares y regresar a sus principios, tiene futuro. Pero si se queda atrapado en sus viejas prácticas, no sólo estará en riesgo como partido, sino que México perderá a su principal fuerza opositora”.

Adriana Dávila, aunque derrotada, dejó un mensaje contundente y apuntó que “el PAN necesita reinventarse como un partido ciudadano. México necesita una oposición congruente, con credibilidad y voces fuertes. Sin eso, estaremos condenados a repetir los mismos errores”.

La elección de Jorge Romero marca el inicio de una etapa crucial para el PAN. Con un partido fragmentado, una militancia desmotivada y una dirigencia nacional rodeada de polémicas, el futuro de Acción Nacional dependerá de su capacidad para superar sus divisiones internas y conectarse con la sociedad. Como lo señaló Fernando Guzmán, “el PAN tiene que decidir si quiere ser un partido relevante o una caricatura de oposición”.

Para Jorge Romero, el reto será demostrar que puede liderar un cambio auténtico en el PAN, alejándose de las sombras de la corrupción y construyendo un proyecto político capaz de enfrentar los desafíos del México actual.

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