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MUNDO

Golpes de Estado en América Latina: Intervención extranjera y la lucha por los recursos naturales

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En la última década, América Latina ha sido escenario de una serie de golpes de estado, tanto duros como blandos, que han tenido profundas repercusiones en la estabilidad política y económica de la región. Muchos de estos golpes han sido auspiciados por Estados Unidos y las grandes corporaciones transnacionales (que son quienes detentan realmente el poder político), con el objetivo de apoderarse de los vastos recursos naturales de estos países. Los casos más recientes -o sus intentonas- ya entrado el siglo XXI, han sido en Venezuela, Bolivia, Honduras, Ecuador, Argentina y Brasil.

GOLPES DE ESTADO: DUROS Y BLANDOS

Los golpes de estado en América Latina han evolucionado en sus métodos y justificaciones. Tradicionalmente, los «golpes duros» implicaban la toma del poder mediante la fuerza militar. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha observado un aumento de los «golpes blandos» o estrategias de lawfare, que utilizan el sistema judicial y legal para deslegitimar y destituir a líderes democráticamente elegidos.

Los golpes duros siguen siendo una herramienta de desestabilización en América Latina, aunque menos comunes que en el siglo XX. Estos golpes involucran la intervención militar directa, a menudo respaldada por potencias extranjeras y grupos de interés nacionales.

Contrario a los golpes de Estado que se vivieron en la época dictatorial, cuando el poder militar tuvo una participación activa, en la recientes década se ha apostado por una guerra híbrida, en la que los medios de comunicación tienen un papel relevante.

El lawfare se refiere al uso de procedimientos legales y judiciales para acosar, deslegitimar y destituir a líderes políticos. Es en el que se pone en jaque a la población ya que existe un acceso masivo al poder (en este caso, el asalto a los poderes legislativos), que obstaculiza su gestión gubernamental y puede puede desencadenar flujos de migración masivos, falta de acceso a alimentos y medicamentos de primera necesidad.

Los medios de comunicación privados -muchos de ellos siendo filiales o socios de las grandes corporaciones internacionales- inciden en la opinión pública con el objetivo de deslegitimar y ridiculizar al líder político, donde también hay participación de políticos locales regionales. Además de que hay declaraciones internacionales de otros mandatarios que van minando la credibilidad.

Asimismo, se hacen uso de bloqueos financiero-económico, sanciones económicas que vulneran la estabilidad en este rubro y alimentaria de la población. Esta estrategia del lawfare ha ganado prominencia en la región, permitiendo que actores nacionales e internacionales manipulen el sistema judicial para alcanzar objetivos políticos y económicos sin recurrir a la fuerza militar.

CASOS RECIENTES EN AMÉRICA LATINA

De entrada, en América Latina los golpes de Estado sólo se ejecutan contra gobiernos de izquierda o progresistas. Y también, de manera generalizada, las derechas en la región siempre están propensas a solicitar, impulsar, apoyar o sostener intentos golpistas cuando se ven amenazados los privilegios de las oligarquías.

Por ello, las oposiciones de derecha a los gobiernos progresistas en Latinoamérica “no son oposiciones normales”; es decir, no se ajustan a lo que se espera de una oposición dentro de las definiciones convencionales del sistema político democrático.

Una democracia que trascienda la forma procedimental e impulse la inclusión de los amplios sectores históricamente postergados “no va a tener una oposición normal; no va a tener una oposición que se someta a las reglas del Estado de derecho tal cual se esperaría en un libro de ciencias políticas”.

La advertencia es de la doctora en ciencia política por el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdova (Argentina) Silvina Romano. Agrega que todo gobierno que intente alterar la estructura de la sociedad y avance en la inclusión económica, política, social y cultura de las mayorías, debe esperar la reacción de una oligarquía que no respeta las reglas y que actúa fuera de la institucionalidad, aunque se diga “respetuosa” de las instituciones.

Los ejemplos más recientes de Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina y Perú, países que buscaron generar una nueva institucionalidad de justicia social y que, sólo por ello, exacerbaron las tensiones históricas en sus respectivas sociedades.

Este tipo de procesos no se reducen a una disputa entre los gobiernos y las oposiciones de derecha. También la confrontación ocurre al interior de los propios gobiernos, porque las instituciones no se renuevan de un día para otro. Sucede que gran parte de quienes integran los propios gobiernos progresistas mantienen vínculos con las élites, algo imposible de evitar porque no se pueden renovar las instituciones echando a todos los que las integran y nombrando nuevos. Entonces, al interior de los propios gobiernos “hay un tire y afloje de cómo ir avanzando”.

Silvina Romano, investigadora y coordinadora de la Unidad de Análisis de Estados Unidos y América Latina del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), señala que la oposición a los gobiernos progresistas se encuentra también siempre en Estados Unidos. Desde allá opera mediante actores políticos, medios de comunicación y organismos como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su siglas en inglés).

Los embates que se dirigen desde ese país explotan los problemas que viven los gobiernos progresistas en América Latina y magnifican sus desaciertos de orden económico, político y de seguridad, como su famosa “lista negra” de los países que, bajo su argumento, protegen, auspician o no cumplen con sus designios en el supuesto combate contra el narcotráfico, aun a sabiendas que es desde las agencias gubernamentales como la DEA y la CIA quienes realmente controlan la producción y tráfico de drogas casi a nivel global. Lo irónico es que la complicada situación de las naciones es resultado de las políticas estadunidenses.

Jorge Retana Yarto, primer director de la Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional (Esisen) del actual gobierno mexicano, advierte que cuando Estados Unidos decide debilitar y derrocar un gobierno, el trabajo es de sus agencias de inteligencia, tanto las que operan desde el propio territorio estadunidense como las que se encuentran en el extranjero.

Los manuales son, incluso, conocidos. Y el guion se ha seguido en, al menos, una docena de países de América Latina desde la segunda mitad del siglo XX, la mayoría con éxito y otros que se han quedado en el intento. La puesta en marcha de los golpes, duros y blandos, se ha observado en Chile, Guatemala, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Honduras, Ecuador, Bolivia, República Dominicana, Panamá. Varios de esos países, en más de una ocasión.

Silvina Romano, por su parte, ejemplifica con la campaña actual contra México, por la violencia que se generó con la supuesta guerra contra las drogas y la securitización de las fronteras. De pronto se le achaca toda la responsabilidad al gobierno actual, señala. Y a quienes desde Estados Unidos lanzan una narrativa de condena “se les olvidan los 13 años de la Iniciativa Mérida, donde se organizó a toda la fuerza de seguridad no solamente con respecto del narcotráfico, sino con respecto de la migración”.

El plan de Estados Unidos para México y Centroamérica no se ha reducido sólo al impulso del libre mercado, explica. Parte sustancial ha sido la securitización de las sociedades. Para ello se ha valido de una supuesta guerra contra el narcotráfico que sólo ha generado más narcotráfico, violencia y ruptura del tejido social.

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MUNDO

Reunión Putin-Trump en Alaska termina sin avances concretos sobre Ucrania

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Por Redacción Conciencia Pública 

La cumbre en Alaska entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump concluyó tras dos horas y 45 minutos sin acuerdos sobre un alto el fuego en Ucrania ni sobre las sanciones adicionales prometidas por Trump si continuaban las hostilidades.

Ambos líderes calificaron el encuentro como “productivo” y “útil”, pero no ofrecieron detalles sustanciales.

La conferencia de prensa decepcionó a los periodistas, ya que no hubo respuestas a preguntas ni explicaciones sobre la cancelación de la reunión con comitivas y el almuerzo de trabajo, ya que redujeron drásticamente la duración prevista de seis a siete horas.

Según el portavoz de Putin, Dimitri Peskov, el programa cambió, sin aclarar razones.

Aunque ambos hablaron de “progresos”, no especificaron cuáles. Trump mencionó “avances” pero señaló que aún faltan acuerdos en puntos clave, sin entrar en detalles.

Es incierto si ocultan entendimientos para consultar con aliados europeos y Ucrania, o si estos no son relevantes aún.

Putin elogió los esfuerzos de Trump por resolver el conflicto, al que llamó “tragedia y dolor” para el “hermano pueblo ucranio”.

Sin embargo, insistió en eliminar las “causas originarias” del conflicto y abordar las preocupaciones de seguridad de Rusia, reiterando su postura de exigir la capitulación incondicional de Ucrania sin ceder terreno.

La falta de resultados concretos y la brevedad del encuentro dejaron más preguntas que respuestas, reflejando la complejidad de las negociaciones y las posturas inflexibles de ambos líderes.

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MUNDO

Trump y Putin se citan en Alaska: la cumbre que podría redibujar el mapa de Ucrania

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Por Redacción Conciencia Pública 

En un movimiento que ha sorprendido a aliados y adversarios, Donald Trump y Vladimir Putin se reunirán este viernes 15 de agosto en la base militar Joint Base Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, con el objetivo de buscar un alto el fuego en la guerra de Ucrania.

La cita, que incluirá un encuentro privado, un almuerzo bilateral y una conferencia de prensa conjunta, ha despertado expectativas y temores a partes iguales. El Kremlin ha adelantado que además de la paz, en la mesa estará el “enorme potencial” para la cooperación económica entre ambas potencias.

El punto más delicado de la agenda es la exigencia rusa de que cualquier acuerdo reconozca su control sobre territorios de Ucrania como Donetsk, Lugansk y Crimea. Trump ha dejado entrever la posibilidad de un “intercambio de territorio” como salida negociada, una idea que ha sido rechazada tajantemente por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien advierte que “todo lo que se decida sin Ucrania es una decisión contra la paz”.

La reunión llega en un contexto de desconfianza internacional. Diplomáticos europeos han expresado preocupación de que un pacto apresurado pueda ser visto como una victoria para Putin y debilite la posición de Occidente.

Analistas apuntan que, más allá de Ucrania, Trump podría usar la cumbre para impulsar proyectos conjuntos en energía y recursos naturales, así como para abrir la puerta a nuevas negociaciones sobre armamento nuclear.

El encuentro en Alaska no solo es estratégico por su aislamiento y alta seguridad —en un enclave cercano al estrecho de Bering—, sino también logístico: la ubicación permite vuelos directos desde Rusia y reduce riesgos políticos para Putin, quien enfrenta órdenes de arresto internacionales.

Aun así, la organización ha sido exprés; la alcaldesa de Anchorage confesó haberse enterado por redes sociales, y ante la saturación hotelera se han habilitado dormitorios universitarios para alojar a las delegaciones y periodistas de medios de comunicación de todo el mundo.

Todo apunta a que esta cita podría marcar un antes y un después en el tablero geopolítico. Para Trump, representa una oportunidad de proyectar su imagen como negociador capaz de poner fin a una guerra que lleva más de tres años. Para Putin, podría ser la vía de consolidar su control territorial.

Para el resto del mundo, la incógnita es si de Alaska saldrá un acuerdo que traiga paz… o que reconfigure las reglas del juego internacional a favor de Moscú.

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Medioambiente

“Avalanchas de hielo” aceleran el retroceso de glaciares en Groenlandia y otras regiones del mundo

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– Por Redacción Conciencia Pública

Un hallazgo revela que cada desprendimiento de iceberg desata un efecto en cadena que derrite el hielo más rápido de lo que se pensaba.

En el sur de Groenlandia, cada vez que un bloque de hielo del tamaño de un edificio se desprende de un glaciar y cae al mar, no solo se pierde ese pedazo de hielo: se activa un mecanismo que acelera aún más el retroceso glaciar.

Así lo revela un estudio publicado en la revista Nature, que utilizó tecnología avanzada para escuchar y medir lo que ocurre bajo el agua después de estos gigantescos derrumbes de hielo, conocidos como “calving”. La capa de hielo de la isla ha perdido 5,091 kilómetros cuadrados de superficie entre 1985 y 2022, de acuerdo al estudio de la revista científica.

Los científicos descubrieron que, tras el estruendo del desprendimiento, se forman enormes olas que viajan bajo la superficie —tan altas como un rascacielos— y agitan el agua del fiordo durante horas. Esta agitación lleva agua más cálida desde el fondo hasta la base del glaciar, derritiéndolo desde abajo y debilitándolo para provocar el siguiente colapso. Es un círculo vicioso: cada caída de hielo prepara el terreno para la siguiente.

El hallazgo es importante porque Groenlandia pierde en promedio 279 mil millones de toneladas de hielo al año, y una parte significativa proviene justamente de estos desprendimientos. Si toda su capa de hielo llegara a derretirse, el nivel del mar en todo el planeta subiría unos siete metros, afectando a millones de personas en zonas costeras, incluidas ciudades mexicanas como Veracruz, Mazatlán o Cancún (tanto en el Atlántico como en el Pacífico y todos los océanos).

Para obtener estas mediciones inéditas, un equipo internacional tendió un cable de fibra óptica de 10 kilómetros en el fondo de un fiordo y lo convirtió en un gigantesco “micrófono submarino”. Así pudieron registrar con precisión las vibraciones y movimientos causados por cada desprendimiento, revelando un mecanismo que hasta ahora solo se intuía.

Los expertos advierten que este efecto en cadena deberá incluirse en los modelos que proyectan el aumento del nivel del mar, y también podría servir para desarrollar sistemas de alerta temprana frente a las olas que provocan estos derrumbes, capaces de poner en riesgo a embarcaciones y comunidades cercanas.

Los glaciares de Groenlandia son más susceptibles a los cambios estacionales, es decir, que se expanden en invierno y retroceden en verano, son también los más sensibles al impacto del calentamiento global y han experimentado su retroceso más significativo desde 1985.

La fusión de la vasta capa de hielo de Groenlandia, la segunda más grande del mundo después de la Antártida, se estima que ha contribuido en más del 20% al aumento observado del nivel del mar desde 2002.

Más allá de la ciencia, el estudio es un recordatorio de que el cambio climático no solo derrite el hielo lentamente, sino que también lo empuja a colapsar en episodios dramáticos que aceleran su desaparición. Y, en Groenlandia, cada “avalancha de hielo” es un golpe que acerca un poco más el mar a nuestras puertas.

ALERTA MUNDIAL: ESTO SUCEDE TAMBIÉN EN OTRAS PARTES DEL PLANETA

El desprendimiento de grandes bloques de hielo desde un glaciar hacia el mar o un lago (calving) no es exclusivo de Groenlandia; también ocurre en muchos lugares del planeta donde los glaciares terminan en agua.

Lo que cambia de región a región es la escala, la frecuencia y la fuerza del impacto que tiene en el retroceso glaciar. Te lo detallo por zonas:


1. Antártida (Polo Sur)

  • Aquí el calving es enorme y natural: las plataformas de hielo (ice shelves) se desprenden en grandes tablones de decenas o cientos de kilómetros cuadrados.
  • El cambio climático está acelerando este proceso, porque el agua oceánica más cálida erosiona la base de estas plataformas y las hace colapsar antes de tiempo. Ejemplos recientes: el desprendimiento del iceberg A-76 en 2021 y el colapso de la plataforma Larsen B en 2002.
  • Igual que en Groenlandia, el calving antártico puede desestabilizar glaciares interiores, haciendo que fluyan más rápido hacia el mar.

2. Glaciares de montaña en Alaska, Canadá, Noruega y Svalbard (Ártico y Europa)

  • Muchos de estos glaciares terminan en fiordos y también sufren calving.
  • En lugares como Svalbard, el retroceso se acelera en verano cuando el hielo marino desaparece y el frente glaciar queda expuesto a olas y aguas más cálidas.
  • El mecanismo de “olas internas” que describió el estudio en Groenlandia probablemente también ocurre aquí, aunque con menos documentación directa.

3. Sudamérica (Patagonia, Chile y Argentina)

  • Los glaciares patagónicos que desembocan en lagos, como el Perito Moreno o el Grey, también tienen calving, pero el agua de lagos dulces es menos densa y menos cálida que la del mar, así que la fusión submarina es menor.
  • Aun así, el desprendimiento contribuye al retroceso, sobre todo cuando el nivel del lago es alto y el hielo queda flotando, lo que reduce su estabilidad.

4. Asia (Himalaya, Karakórum, Alaska-Asia y Kamchatka)

  • El calving se da en glaciares que terminan en lagos proglaciares, cada vez más frecuentes por el derretimiento acelerado.
  • Estos desprendimientos pueden generar olas peligrosas (tsunamis en lagos) que amenazan poblaciones aguas abajo.
  • El impacto en el retroceso es importante a nivel local, pero el volumen de hielo involucrado es mucho menor que en Groenlandia o la Antártida.

En resumen:

  • El calving ocurre en todas partes del mundo donde un glaciar termina en agua (mar o lago).
  • El proceso básico (desprendimiento → olas → agitación → posible fusión adicional) es universal, pero el impacto global es mayor en Groenlandia y la Antártida porque ahí la masa de hielo es gigantesca y conecta con océanos profundos y cálidos.
  • En glaciares de montaña, el calving también contribuye al retroceso, aunque su influencia en el aumento del nivel del mar es más limitada.
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