LOS PELOTEROS
Dodgers llega como favorito: Los mexicanos en la Gran Carpa y el clásico de octubre

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
El béisbol regresa a su ritual sagrado: la Serie Mundial, ese «Clásico de Octubre» que transforma estadios en templos y a los peloteros en gladiadores bajo las luces.
En 2025, con el polvo de las series divisionales aún asentándose, el panorama es tan apasionante como impredecible. Eliminados los Yankees –ese gigante neoyorquino que siempre promete tormentas–, los Tigres de Detroit en la Americana y los Phillies y Cachorros en la Nacional, el telón se abre para un duelo de titanes: los Dodgers de Los Ángeles contra los Cerveceros de Milwaukee en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, y los Marineros de Seattle frente a los Azulejos de Toronto en la Americana.
¿Quién levantará la corona? ¿Los Dodgers, con su maquinaria bien aceitada, irán por el bicampeonato? Y, sobre todo, ¿qué rol jugarán los mexicanos, esos hijos de la tierra del tequila que iluminan la Gran Carpa con su garra y talento?
DODGERS, LOS FAVORITOS
Hablemos claro: los Dodgers son los favoritos indiscutibles. Defensores del título de 2024 –donde barrieron a los Yankees en cinco juegos–, Los Ángeles abrió la temporada como el equipo a vencer y no ha decepcionado. Con cuotas de +155 para repetir hazaña (según BetMGM), su rotación es un arsenal letal: Blake Snell, Yoshinobu Yamamoto, Shohei Ohtani –el MVP presumido que lanza y batea como un dios– y Tyler Glasnow, respaldados por un bullpen que cierra puertas con Roki Sasaki lanzando a 101 millas por hora.
La ofensiva, liderada por Mookie Betts y Freddie Freeman, promedia un .280 en postemporada, y su récord en playoffs recientes habla de experiencia.
Los expertos en ESPN y The Athletic coinciden: los Dodgers tienen un 21.74% de probabilidad implícita de ganar la Serie Mundial, superando a rivales como los Yankees. Pero ojo, el béisbol es caprichoso. Los Cerveceros, que barrieron la serie regular contra L.A. (31-16 en seis juegos), llegan como “underdogs” que pueden sorprender en un determinado momento, con un pitcheo sólido y el mejor diferencial de carreras de la liga (+172).
En la Americana, los Marineros prometen una batalla de pitcheo puro, con Seattle soñando su primer banderín desde 2001.
¿Bicampeonato para Dodgers? Todo apunta a sí, pero Milwaukee y Toronto acechan con hambre de historia.
Y en medio de este torbellino, brillan los mexicanos, esos «aztecas» que, como en las novelas de Rulfo, emergen del polvo para reclamar su lugar. La afición tricolor tiene motivos para el orgullo: dos –quizá tres– figuras consolidadas como ídolos emergen en la postemporada, recordándonos que el béisbol trasciende fronteras y que México exporta no solo cerveza, sino talento puro.
Primero, Andrés Muñoz, el cerrador de los Marineros de Seattle, que ha sido un muro infranqueable. Nacido en Los Mochis, Sinaloa, este relevista de 27 años acumula 38 salvamentos en la temporada regular y, en playoffs, ha lanzado 5.1 entradas en 2025 sin que le anoten carrera.
Si Seattle avanza, su brazo será clave para frenar a los Azulejos y soñar con la Serie Mundial. «Muñoz no cierra juegos; los sentencia», dice un scout muy conocido, y en un Clásico de pitcheo como este, eso vale oro.
Luego, Alejandro Kirk, el receptor de los Azulejos de Toronto, que se ha convertido en el corazón pulsante de su lineup. Este tijuanense de 26 años, con su bateo oportuno (.282 promedio, 15 jonrones), ha sido clave en la ofensiva púrpura, especialmente en la serie divisoria donde bateó dos jonrones.
Kirk no solo defiende el plato con maestría –su WAR defensivo lo ubica en el top 5 de catchers–, sino que inspira con su humildad. Como Valenzuela en los 80, Kirk representa esa «mexicanidad» resiliente: bajo perfil, alto impacto.
No olvidemos a Randy Arozarena, el cubano-mexicano de los Marineros, ese «bombardero» que, aunque silencioso en la postemporada hasta ahora (solo .220 en divisionales), es un volcán dormido. Campeón de la Serie Mundial 2020 con Tampa y héroe en playoffs pasados (récord de 10 jonrones en 2020), Arozarena –naturalizado mexicano y orgullo de Yucatán– ha jugado invierno en Mérida y Navojoa.
Su swing explosivo (27 HR en regular) puede encenderse en cualquier pitcheo; recordemos cómo cruzó el Golfo en una lancha a los 19 años huyendo de Cuba. Si reacciona, como en octubre de 2020, podría inclinar la balanza para Seattle y regalarle a México un momento inolvidable.
Estos tres –Muñoz, Kirk y Arozarena– no son solo jugadores; son embajadores de un México beisbolero que late en las venas de la MLB.
En 2025, con 28.6% de latinos en rosters (según MLB), México contribuye con garra: desde el «Fernandomanía» de 1981 hasta hoy, hemos dado pitcheo (Urías, Osuna) y bate (Paredes, Meneses).
Pero en este Clásico, su participación eleva la apuesta. Imaginen a Muñoz cerrando el noveno en la Serie Mundial, o a Kirk robando un foul pop con Arozarena conectando el batazo ganador. Sería poesía en diamante.
Los Dodgers van por el bi, sí, con Ohtani como estandarte y una banca que gasta como imperio. Pero el béisbol, como la vida, premia a los “underdogs”: Milwaukee con su pitcheo oportunista, Seattle con su juventud y Toronto con su ofensiva explosiva.
¿Favoritos? Dodgers al 100%. ¿Ganadores? Apuesto por el corazón mexicano: si Muñoz y Arozarena impulsan a Seattle, o Kirk a Toronto, octubre podría teñirse de verde.
Que gane el mejor, pero que sea con sabor a tequila. La Gran Carpa nos espera.
LOS PELOTEROS
Toronto impone su poder y elimina a los Yankees: rumbo a la Serie de Campeonato

– Por Redacción Los Peloteros y Conciencia Pública
En un duelo cargado de drama y simbolismo, los Azulejos de Toronto confirmaron su salto al siguiente escalón del béisbol de alto nivel: con un triunfo 5-2 en el Juego 4 de la Serie Divisional, despidieron a los Yankees y alcanzaron la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Con esta victoria, la serie finalizó 3-1 a favor de la novena canadiense.
Desde la lomita, Toronto recurrió a una estrategia enfocada en el bullpen, alternando serpentinares para contener cualquier intento de remontada neoyorquina.
A lo largo del encuentro decisivo, ocho lanzadores combinados limitaron a los Yankees a apenas dos carreras. El abridor Louis Varland inició el juego, y el cuerpo de relevistas se encargó de preservar la ventaja con inteligencia táctica.
Ofensivamente, Toronto golpeó temprano. Vladimir Guerrero Jr. encontró un lanzamiento y conectó un sencillo que impulsó a George Springer en la primera entrada, poniendo el 1-0 inicial.
Más adelante, un elevado de sacrificio de Springer empujó la segunda carrera en el quinto acto. Pero fue en la séptima cuando los Azulejos sentenciaron: con corredores en las esquinas, Nathan Lukes conectó un imparable entre el campocorto y el jardín izquierdo que permitió dos anotaciones más.
En la octava, Myles Straw sumó la quinta con un hit oportuno, poniendo distancia definitiva.
Los Yankees intentaron reaccionar en su última oportunidad. Aaron Judge conectó un sencillo en la novena que envió al plato a Jasson Domínguez, pero fue insuficiente para revertir el destino del equipo. Nueva York puso todo sobre la mesa, pero esta vez no encontró respuestas suficientes para superar el muro canadiense.
La eliminación profundiza un largo desierto de glorias para los Yankees: el equipo más laureado de las Grandes Ligas no conquista un anillo desde 2009, y cada caída en octubre alimenta la reflexión sobre su capacidad para cerrar en momentos decisivos.
En esta serie, incluso con actuaciones destacadas como la de Cam Schlittler, quien estuvo firme en el inicio del duelo decisivo, el equipo no pudo superar sus propias fallas y limitaciones.
Para Toronto, el éxito tiene sabor de reivindicación. Después de temporadas de ruido, decepciones y pronósticos en su contra, el equipo llega a la Serie de Campeonato con espíritu desafiante y hambre de gloria.
Ahora descansarán brevemente antes de recibir al campeón entre los Tigres y Marineros, y una nueva etapa comienza: a cuatro triunfos más de la Serie Mundial.
JALISCO
Edición 810: Claroscuros de la reforma a la Ley de Amparo de Sheinbaum: Javier Hurtado ve la mano de EEUU, GAFI y T-MEC
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Fernando Espinoza de los Monteros: Reforma a la Ley de Amparo, una traición a su esencia
LOS PELOTEROS
Kirk y Muñoz, sobresalientes: Orgullo azteca enciende la postemporada 2025 de la MLB

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
La Gran Carpa se ilumina con el fuego mexicano en la postemporada 2025, donde dos titanes del diamante, Alejandro Kirk y Andrés Muñoz, han elevado el tricolor al cielo de las Grandes Ligas.
En la Serie Divisional de la Liga Americana, estos guerreros aztecas, nacidos en Tijuana y Los Mochis, no solo brillan por su talento, sino que encarnan la garra, el corazón y el orgullo de un México que vive el béisbol como una religión.
En cada swing, en cada pitcheo, Kirk y Muñoz escriben una página dorada, demostrando que el “Deporte Rey” late con sangre mexicana en los momentos que definen campeones.
Alejandro Kirk, el cátcher estelar de los Azulejos de Toronto, se ha convertido en un símbolo de resistencia y liderazgo. En el Juego 1 contra los Yankees de Nueva York, Kirk desató una tormenta ofensiva que marcó el rumbo de la serie.
Con dos jonrones solitarios —uno de 392 pies al prado izquierdo en el segundo inning y otro de 377 pies en el octavo—, el tijuanense lideró una paliza de 14 hits que culminó en un contundente 10-1, rompiendo la racha de siete derrotas consecutivas de Toronto en playoffs, su primera victoria de postemporada desde 2016.
“Es una sensación increíble, el resultado del trabajo duro”, confesó Kirk tras el juego, con la humildad que lo caracteriza. “Pero lo más importante es que conseguimos el triunfo”.
El impacto de Kirk trasciende los números. Su promedio de .282 en la temporada regular, su hit histórico en el Juego de Estrellas 2025 y su maestría detrás del plato, manejando con precisión quirúrgica a un cuerpo de lanzadores que incluye a ases como José Berríos y Kevin Gausman, lo han consolidado como un pilar de los Azulejos.
En el Juego 1, su primer jonrón contra el dominicano Luis Gil puso el 2-0 en la pizarra, encendiendo a los 40,000 aficionados en el Rogers Centre. El segundo, ante el relevista Paul Blackburn, fue un martillazo que selló la humillación a los Yankees. Kirk, con cinco jonrones en sus últimos tres juegos (incluyendo los dos últimos de la temporada regular), se une a leyendas mexicanas como Vinicio “Vinny” Castilla y Erubiel Durazo como los únicos nacidos en México con cuadrangulares en postemporada.
“Estar mencionado junto a esos ídolos significa mucho”, dijo Kirk, con la mirada puesta en el banderín.
Mientras Kirk domina desde el home, Andrés Muñoz, el “plebe” de Los Mochis, se erige como un muro infranqueable en el montículo para los Marineros de Seattle. En el Juego 2 contra los Tigres de Detroit, Muñoz selló una dramática victoria de 3-2 que empató la serie divisional. Con el T-Mobile Park vibrando con 47,371 almas, el cerrador mexicano entró en el noveno inning con la misión de preservar la ventaja. No defraudó. Enfrentó a tres bateadores y los despachó con una precisión que corta el aliento: Zach McKinstry abanicó ante un slider endemoniado, Javier Báez cayó con un elevado a segunda, y Parker Meadows fue neutralizado con un rodado a primera. Tres outs, tres puñales al corazón de Detroit.
Muñoz, impecable en tres entradas de postemporada sin permitir carreras, aseguró su salvamento y desató la euforia en Seattle.
La temporada de Muñoz ha sido un espectáculo de consistencia. Con 38 rescates, se colocó entre los tres mejores cerradores de la MLB, ganándose el reconocimiento como “Relevista del Mes” en marzo/abril. Su velocidad, que roza las 100 millas, y su temple bajo presión lo han convertido en el ancla de los Marineros, que lideraron la División Oeste y se colaron a los playoffs con una campaña memorable.
En la serie contra Detroit, Muñoz no solo ha salvado juegos, sino que ha llevado el orgullo de Sinaloa al escenario más grande del béisbol. “Cuando subo al montículo, siento a todo México conmigo”, confesó Muñoz en una entrevista reciente, reflejando el peso de representar a un país donde el béisbol es más que un deporte: es un lazo de identidad.
El contexto de estas actuaciones no podría ser más electrizante. La postemporada 2025 ha puesto a Toronto y Seattle en el centro del escenario, con los Azulejos enfrentando a los Yankees en una rivalidad histórica y los Marineros desafiando a unos Tigres hambrientos de gloria.
Kirk, con su liderazgo silencioso pero letal, ha sido el cerebro detrás de la estrategia defensiva de Toronto, mientras que Muñoz, con su brazo de acero, ha cerrado la puerta a cualquier esperanza de remontada rival.
Ambos son piezas clave en equipos que sueñan con el banderín de la Liga Americana y un boleto a la Serie Mundial. Pero más allá de las estadísticas —los jonrones de Kirk, los salvamentos de Muñoz—, lo que resuena es el impacto cultural de sus hazañas.
En un México donde el béisbol se vive con fervor, desde las polvorientas canchas de Tijuana hasta los estadios llenos de Los Mochis, estos jugadores son héroes que inspiran a las nuevas generaciones.
Cada batazo de Kirk es un grito de esperanza para los niños que sueñan con la Gran Carpa; cada ponche de Muñoz es un recordatorio de que la disciplina y el talento pueden llevar a un sinaloense al olimpo del deporte.
En el “Deporte Rey”, el béisbol no es solo un juego; es una narrativa de lucha, sacrificio y orgullo. Kirk y Muñoz, con sus actuaciones estelares, están escribiendo un capítulo inolvidable. Mientras los Azulejos y los Marineros avanzan en la postemporada, México entero está de pie, vitoreando a sus guerreros aztecas. En cada swing, en cada pitcheo, el tricolor ondea alto, recordándonos que el béisbol mexicano no solo compite, sino que brilla con luz propia en la cima del mundo.
CULTURA
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