JALISCO
Un Congreso del Estado desacreditado: Violaciones a la ley del Poder Legislativo judicializan nombramientos

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
El viernes pasado, la presidenta de la mesa directiva del Congreso de Jalisco, Mirelle Alejandra Montes Agredano, informó que debieron dar el turno correspondiente para su estudio a dos oficios enviados por un juzgado en materia Administrativa, Civil y de Trabajo de la entidad, siendo los diputados que integran la Comisión de Seguridad y Justicia, y la Coordinación de Asuntos Jurídicos del Legislativo quienes analicen los documentos para cumplir con los efectos legales señalados, siempre que exista viabilidad jurídica.
Fue precisamente la notificación del Juzgado Federal lo que suspendió la designación de titular del Instituto de Justicia Alternativa del Estado, un proceso que ha sido señalado, para no variar, como arreglado con el fin de beneficiar al actual director general, Guillermo Raúl Zepeda Lecuona.
Las quejas de los aspirantes a suplir a Zepeda Lecuona son la exclusión de la aplicación de examen de conocimientos, y la eliminación de pruebas de control y confianza a los aspirantes, mismos requisitos que la Constitución establece que quien sea designado en el cargo debe cumplir, sin embargo, los diputados de MC y el PAN decidieron en esta ocasión no aplicar la ley y votaron 17 a favor del dictamen de convocatoria, siete diputados votaron en contra del PRI, Hagamos y Futuro, los ocho legisladores de Morena que comanda Chema Martínez no acudieron a la sesión, posición cómoda para seguir aparentando ser oposición de nombre.
Una de las características de esta legislatura es el pésimo trabajo que han hecho al momento de realizar renovación de titulares en los diferentes organismos, supuestamente autónomos, mismos que han terminado judicializados, todo con el fin de imponer personajes a modo que respalden al Ejecutivo del Estado.
El 21 de julio de este año, 33 votos a favor, el Pleno del Congreso de Jalisco, presidido por el diputado José María Martínez Martínez, designó a Luz del Carmen Godínez González como titular de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Jalisco (CEDHJ).
Luz del Carmen fue nombrada como ombudsperson, por cinco años, aunque la convocatoria señalara en la segunda base, sección III, que para ser candidato no se debió tener un cargo público en cualquier nivel de gobierno en los dos años anteriores al día de la elección.
Los diputados MCistas y sus compinches, decidieron ignorar ese impedimento en la candidata que nombraron, pues Luz Carmen Godínez era jefa de departamento del gobierno de Guadalajara al momento de buscar la titularidad de la CEDHJ, según su experiencia laboral, en dicho puesto inició el 1 de noviembre del 2021.
“La elección realizada por cédula, se deriva de un proceso transparente que respetó las garantías individuales y derechos humanos de todos los participantes, a fin de garantizar que el mejor perfil fuese seleccionado para ocupar el puesto”, se podía leer en el boletín que la oficina de comunicación del Congreso hizo público ese día, ¿hasta parece burla, verdad?
El resultado de ese tipo de designación, lo vemos meses después:
“Sin pudor ni rubor, la CEDHJ ha mostrado el 7 de diciembre pasado su verdadero rostro: sirve al gobierno, lucra con el presupuesto estatal alfarista y tiene en muy poco el respeto a los derechos humanos (…) Optó por complacer al Ejecutivo haciéndolo (la entrega del premio) en Casa Jalisco”, señaló el observatorio en un pronunciamiento entregado al Diario NTR.
Por cierto, otro pendiente que tienen judicializado los diputados es la designación de la nueva Comisionada Presidenta del Instituto de Transparencia, Información Pública y Protección de Datos del Estado (ITEI) está en pausa, pues Natalia Mendoza Servín, una de las aspirantes al cargo, se inconformó con la segunda convocatoria aprobada por el Congreso de Jalisco, luego que declararon desierto un primer proceso en el que la única candidata que acreditó la evaluación fue Natalia Mendoza. El cambio de titular en el ITEI debió darse el primero de agosto de este año.
Pero, no olvidemos que, ésta misma semana pasada, los diputados del Congreso de Jalisco votaron en contra de la ratificación del magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Luis Enrique Villanueva Gómez; lo que ocasionó que, el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Tercer Circuito emitiera una suspensión provisional a favor del magistrado, a fin de que permanezca en la magistratura en tanto no se resuelva de fondo el asunto.
El lunes por la mañana, los diputados que conforman la Comisión de Justicia votaron a favor de que el magistrado fuera ratificado por 10 años más, luego de revisar el reporte aprobatorio de evaluación del candidato por parte del Poder Judicial, pero, al pasar al pleno del Congreso Estatal, una vez más diputados y diputadas de Movimiento Ciudadano y del PAN, hicieron de las suyas y votaron en contra de la ratificación del Magistrado Villanueva sin justificación alguna.
Hace un mes, en el Congreso Nacional Sobre Estado de Derecho que se realizó en las instalaciones del Congreso de Jalisco, nos enteramos de que, en el más reciente Índice de Estado de Derecho en México, realizado por el Proyecto de Justicia Mundial (World Justice Project), Jalisco está en los últimos lugares en materia de corrupción y justicia civil, se ubica en el lugar 27 a nivel nacional, con un puntaje de 0.32 en ambos rubros, siendo 1 la calificación más alta como máxima adhesión al Estado de Derecho, en la misma medición, Jalisco retrocedió en los límites al Poder gubernamental con una calificación de 0.42, en la medición anterior tenía un 0.43.
La burla y desprecio que los diputados de Jalisco manifiestan por el respeto de la ley y las instituciones, cada vez afecta más el Estado de Derecho en Jalisco, lamentable que sean los encargados de hacer las leyes, quienes precisamente las desprecien.
En Twitter: @DEPACHECOS
JALISCO
El horror de Teuchitlán alcanza a Alfaro

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
La primera semana de diciembre del año pasado escribí en este espacio una colaboración que titulé “Alfaro y el karma de la vida”.
En esa ocasión afirmé:
“Enrique Alfaro deja con su adiós una larga estela de agravios.
“Durante su estancia en el poder siempre privilegió satisfacer su apetito egocéntrico.
“Se sabe muy bien que con el tiempo creció su agrado por la sumisión absoluta de sus colaboradores.
“El control férreo fue su sello particular.
“Incluso algunos de sus chiqueados más cercanos admitían en lo corto que sus furiosas reacciones no eran más que una proyección de su personalidad soberbia e intolerante.
“Se dice del karma que toda acción tiene una consecuencia y que todo lo que se envía al universo volverá a nosotros.
“Si atendemos esto, entonces quizás el ahora ex gobernador de Jalisco debe prepararse para carear las consecuencias de esta ley inevitable”.
No pasó mucho tiempo para que el horror de Teuchitlán lo alcanzara.
Lo que son las cosas, mientras disfrutaba de lo lindo en Europa, se le apareció el rostro macabro de lo que fue su sexenio en materia de desaparecidos.
Las consecuencias serán muchas.
Por lo pronto, me aseguran que Pablo Lemus ni siquiera tiene ganas de responderle las llamadas y que derivado de este y otros asuntos, emprenderá una serie de medidas para despojar a Jalisco y a su gobierno de todo aquello que huela a alfarismo.
Tomar el control de partido MC sería una de sus primeras acciones.
Por cierto, en el centro del drama heredado por Alfaro Ramírez, es pertinente colocar el nombre de quien fue la mente perversa de la pasada gestión: Hugo Luna.
Sabemos que al margen de haber sido el zalamero más cercano, toda decisión institucional pasaba por su aduana, de tal modo que en la mira del actual gobierno su persona se vuelve un objetivo prioritario.
El fuero es un tema que ya está en revisión.
Al respecto, no sé si la justicia se encargará de estos dos personajes; sin embargo tengo fe en que el veredicto de la historia los colocará en el lugar que se merecen, porque ambos –hay que decirlo con toda claridad- se comportaron como unos miserables con los colectivos de padres y madres buscadoras.
Les ignoraron, descalificaron y re-victimizaron.
Por eso creo que podrán escapar de la ley, pero del karma, jamás.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista
político.
CARTÓN POLÍTICO
¿Dormirá tranquilo en Madrid?
JALISCO
La justicia, un privilegio inalcanzable: Teuchitlán, la negación como crimen de Estado

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Hay maneras múltiples de negar un crimen, formas infinitas de enterrar un cuerpo, procedimientos diversos para desaparecer personas, ideas, realidades. En México, especialmente en Jalisco, el gobierno parece haberlas aprendido todas. El más reciente y grotesco episodio de negación oficial se escenifica alrededor de un rancho en Teuchitlán, cuyo nombre, «Izaguirre», se volvió sinónimo del horror: fosas, huesos quemados, restos calcinados, zapatos sin dueño.
Pero, según la fiscalía general del Estado, allí nunca hubo hornos crematorios. Así lo dijeron, con palabras oficiales, tranquilas, demasiado tranquilas, con la frialdad de quien niega para no actuar.
Héctor Flores, vocero del colectivo Luz de Esperanza, habla con el tono cansado de quien ya conoce todas las versiones oficiales. «Quieren minimizar la crisis, callar lo que dicen las familias y los medios», señala. No habla desde la teoría; lo suyo es la práctica cotidiana de una búsqueda desesperada, un intento de hacer justicia con propias manos, mientras el Estado responde con burocracia y negaciones. Y no habla solo de Teuchitlán, sino de una realidad que atraviesa todo México: más de 15,000 desaparecidos solo en Jalisco y decenas de miles más en todo el país. Números que aumentan, cifras que no despiertan acción sino indiferencia.
«La confianza está en las familias, no en las instituciones», sentencia Flores. Las palabras golpean con fuerza porque reflejan una verdad ya inocultable: el Estado ha dejado hace tiempo de ser garante de seguridad para convertirse en cómplice por omisión, por negligencia, por indiferencia. Flores lo explica sencillo, pero la simplicidad de su denuncia encierra toda la complejidad del fracaso institucional: «La federación no puede lavarse las manos echándole la culpa a los estados. La delincuencia organizada es competencia federal y tienen que actuar».
Pero México es el país donde los gobiernos siempre encuentran razones para no actuar. La Fiscalía argumenta que necesita denuncias formales para iniciar carpetas de investigación. Las familias responden que denunciar es ponerse en peligro, es exponerse a la violencia del crimen organizado, protegido por autoridades corruptas. La paradoja es brutal: se exige que las víctimas, ya violentadas, vulnerables, amenazadas, sean quienes se arriesguen aún más para hacer el trabajo que el Estado rechaza.
La negativa oficial sobre los hornos de Teuchitlán no solo busca invisibilizar la tragedia, sino evitar las consecuencias internacionales que podría acarrear el reconocimiento de un crimen que claramente constituye una violación masiva de derechos humanos. Flores apunta hacia organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Penal Internacional, advirtiendo que esta crisis, de ocurrir en cualquier país europeo, sería inmediatamente calificada como una emergencia global. Pero ocurre en México, donde los muertos pesan menos, donde los desaparecidos son culpables antes que víctimas.
La negación no es solo federal, es también local. Enrique Alfaro, gobernador saliente de Jalisco, dejó en herencia un récord macabro: pasó de 5,000 a más de 15,000 desaparecidos durante su mandato. Colectivos como «Por Amor a Ellxs» recuerdan cómo Alfaro prometió diálogo y puertas abiertas, pero solo entregó indiferencia y abandono. María del Refugio Torres resume así el gobierno de Alfaro: «ineficaz, lleno de omisiones y deficiencias».
Ahora la responsabilidad recae en Pablo Lemus, sucesor político que, al parecer, ante esta prueba está actuando a destiempo. En reuniones en noviembre del año pasado, previas a la toma de poder, Salvador Zamora, quien ahora es secretario general de Gobierno, asistió solo para sacarse la foto. No escuchó, no conversó, no actuó, en esta crisis, no ha aparecido.
La crisis institucional no se detiene en el Ejecutivo. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), denunciaba al finalizar la administración de Enrique Alfaro que no había ni siquiera un programa estatal de búsqueda en Jalisco y que el rezago en el Servicio Médico Forense alcanzaba niveles vergonzosos: más de 9,400 cuerpos sin identificar.
Mientras las autoridades siguen negando la realidad, las familias se organizan y protestan. Este sábado pasado, frente al Palacio de Gobierno de Jalisco, más de dos mil personas gritaron consignas claras y dolorosas: «El Estado sí sabía, Alfaro sí sabía». Lo sabían porque es imposible no saberlo, porque los campos del horror no nacen en secreto sino bajo el amparo de complicidades. Daniela Gómez, quien busca a su hermano desaparecido, resume el sentimiento común: «No es posible que haya más de 18,000 desaparecidos y solamente seis buscadores en el gobierno».
La vigilia del sábado fue otra demostración del dolor transformado en resistencia. Héctor Águila Carvajal, padre de otro desaparecido, pidió unidad: «Sigamos uniendo fuerzas, el dolor no cesa». Y no cesa porque la respuesta oficial sigue siendo mínima, burocrática, cínica.
Y lo de que Teuchitlán no se trata de un caso aislado. La lista de sitios donde se repite la tragedia es dolorosamente extensa: desde la macabra «Gallera» en Veracruz hasta los cuerpos disueltos en ácido por el infame «Pozolero» de Tijuana, pasando por la escalofriante cifra de restos en «La Bartolina», Tamaulipas. Un catálogo infernal de barbaries toleradas, acaso protegidas, por autoridades que prefieren mirar hacia otro lado.
Esta crisis no puede seguir siendo escondida bajo excusas burocráticas ni minimizada con comunicados oficiales. Los colectivos lo denuncian: Teuchitlán no es un caso aislado, sino un símbolo más de la impunidad institucionalizada. Héctor Flores alerta sobre al menos seis puntos más similares en Jalisco, que nadie quiere investigar porque nadie quiere reconocer lo evidente.
Desde Madrid hasta Nueva York, mexicanos en el exilio exigen lo básico: reconocer el término «sitios de exterminio», proteger efectivamente a las buscadoras, garantizar justicia y reparación. Es un grito desesperado, es una demanda urgente, y es, sobre todo, una advertencia: la negación no borrará los muertos, solo prolongará el sufrimiento.
Negar lo evidente es una forma más de violencia. México merece más que excusas. Las víctimas merecen más que palabras. Y la justicia, que debería ser obvia, hoy parece un privilegio inalcanzable.
En X @DEPACHECOS
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES6 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN5 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN3 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo