NACIONALES
Construir en épocas de violencia

Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
La palabra constitución, proviene del latín constitutio, concepto formado del verbo constiture que significa establecer, organizar y/o construir; a su vez este verbo se forma con el verbo raíz statuere que comunica la idea situar, disponer y erigir. Así, cuando hablamos de una constitución de algo, expresamos la idea de construir algo nuevo o de regular o dar forma a algo existente.
Aunque es 6 de febrero, hoy conmemoramos el día 5, día en que se promulgó de la carta magna de 1917, esta se logró después de que en septiembre de 1916 se conformara el Congreso Constituyente del país; Venustiano Carranza, envió a dicho congreso una serie de reformas a la anterior constitución, posteriormente se agregaron todas las garantías sociales que incluye (como el derecho a la educación, vivienda, etc.) y finalmente, la nueva constitución fue promulgada.
Aquella constitución sirvió de base para que algunos países modificaran sus cartas magnas o que incluyeran algunas garantías sociales en los documentos que rigen aquellos estados, la aprobación de la constitución del 1917 fue importantísima ya que le dio forma a un país que enfrentaba una serie de conflictos sociales, culturales y económicos.
Para entender la relevancia de aquel documento, pongámonos en contexto: el mundo avanzaba a pasos agigantados, la revolución industrial había dejado atrás el feudalismo creando nuevas clases sociales y movimientos obreros, en 1914 se abrió el servicio de la primera aerolínea en Estados Unidos, Charles Chaplin debutó en el cine, y por supuesto, el hecho más relevante es que el 28 de junio de aquel año Francisco Fernando, heredero al trono austrohúngaro, fue asesinado por el nacionalista serbio Gavrilo Princip. Este crimen desataría la Primera Guerra Mundial que terminó en 1918.
México vivía sus propias problemáticas, mientras el mundo atravesaba una guerra mundial, nuestro país se encontraba en plena revolución, derivado de aquel conflicto que inició en 1910, la violencia se desató y se fue recrudeciendo, llegando a su cúspide en 1915, época en la que muchas centrales mineras y vías de ferrocarril fueron cerradas debido a los contantes asaltos con violencia que sufrían; la constante demanda de materiales metálicos debido a las guerras locales y al conflicto internacional, ayudó a que las empresas más grandes sobrevivieran.
Para 1916, la muerte de muchos mexicanos, el reclutamiento militar y el recogimiento de civiles redujeron todas las ofertas del trabajo, sin embargo, los grandes centros fabriles seguían operando. El envío de tropas norteamericanas a Europa provocó que se abrieran ofertas de trabajo en Estados Unidos para los mexicanos, la emigración aumentó considerablemente. Todos estos factores provocaron un estancamiento en el crecimiento económico y poblacional de México.
Así pues, contextualizando la época en que se promulgó la constitución del 17, nos daremos cuenta de que el panorama era realmente complejo, sin embargo, el país contaba con una serie de personas que, en medio del conflicto armado visualizaron un México mejor, un país de derechos, de obligaciones y de instituciones con utilidad social para sus ciudadanos.
Actualmente, también nos encontramos en un entorno complicado. El conflicto armado al interior del país cobra la vida de decenas de personas diariamente, la economía no vive su mejor momento, apenas comenzamos a salir de la crisis que generó el coronavirus y hay una carencia de ideología y valores; sin embargo, en medio de la crisis se puede construir, la historia nos enseña que a pesar del conflicto se pueden constituir proyectos y mejoras para nuestro país.
Hoy la conformación social y política es distinta, seguramente no se necesita una nueva Constitución, pero es necesario promover proyectos desde la sociedad civil organizada. Si hace 100 años se dio un giro a la conformación del país en medio de una revolución, seguramente, en la actualidad, en medio de la crisis de seguridad, se podrá edificar un mejor país desde la academia, la empresa y las organizaciones civiles, claro, apoyados en las redes sociales.
Con sus bondades y defectos, México ha sido un país de instituciones, de derechos, de oportunidades, de libertad de pensamiento y así deberá seguir siendo, depende de todos mejorarlo.
NACIONALES
Lecciones del 3 de febrero

Opinión, por Iván Arrazola //
El lunes 3 de febrero, la presidenta Claudia Sheinbaum vivió un momento clave en su mandato, enmarcado por la tensión y la incertidumbre. Apenas dos días antes, el sábado 1 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había anunciado la imposición de aranceles a México, argumentando una «alianza intolerable» entre el gobierno mexicano y los cárteles de la droga. La medida entraría en vigor el martes 4 de febrero y de inmediato generó una crisis diplomática y económica, la reacción de la presidenta Sheinbaum permitió alcanzar un acuerdo con Trump.
El riesgo no era menor, considerando que aproximadamente el 80% de las exportaciones de México se dirigen a Estados Unidos, con un valor que alcanzó los 505,851 millones de dólares en 2024. La imposición de un arancel del 25%, como lo planteó el presidente Trump, habría sido catastrófica para la economía mexicana.
Los acuerdos entre la presidenta Sheinbaum y el presidente Trump incluyeron: 1) suspensión por un mes de los aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas, 2) despliegue inmediato de 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte para combatir el tráfico de fentanilo, 3) compromiso de Estados Unidos para frenar el tráfico de armas hacia México, y 4) creación de un grupo de trabajo binacional para coordinar estrategias de seguridad y comercio.
La decisión de suspender los aranceles por un mes trajo estabilidad a los mercados, lo que se reflejó en una inmediata apreciación del peso. Antes del anuncio, el tipo de cambio había superado la barrera de los 21 pesos por dólar el sábado 1 de febrero, pero tras la llamada entre los mandatarios, la cotización se ajustó rápidamente a la baja.
Por otro lado, el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte se llevó a cabo de manera inmediata, cumpliendo con uno de los compromisos asumidos en la negociación. Sin embargo, uno de los puntos que aún genera incertidumbre es la solicitud del gobierno mexicano para frenar el tráfico de armas desde Estados Unidos, cuya implementación y seguimiento no han sido detallados con claridad.
En los días posteriores, la presidenta Sheinbaum expresó que se sintió respaldada por las cámaras empresariales, destacando su apoyo incondicional durante la crisis. Además, enfatizó que la unidad nacional se hizo evidente en torno a su liderazgo, reforzando su papel como mediadora en un momento crítico para la economía y la relación bilateral con Estados Unidos.
Sin embargo, este momento de consolidación política se vio opacado un día después mostrando una careta de gobierno excluyente cuando la presidenta Claudia Sheinbaum al marginó a la presidenta de la SCJN, ministra Norma Piña de la ceremonia para conmemorar en Querétaro el aniversario de la Constitución, lo que contrasta con la llamada de “unidad nacional”.
En su conferencia matutina del día siguiente la presidenta fue cuestionada sobre la ausencia de la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, en la ceremonia.
En respuesta, Sheinbaum afirmó que su gobierno mantiene un carácter republicano y que solo habían sido invitados los poderes Ejecutivo y Legislativo, sugiriendo que el Poder Judicial no ha sido respetuoso de las decisiones de los otros dos poderes, razón por la cual no fue incluido en el evento. No obstante, la ausencia de Piña contrastó con la presencia de tres ministras de la Corte: Yasmín Esquivel, Lenia Batres y Loreta Ortiz, todas ellas cercanas al oficialismo.
La semana ha estado marcada por contrastes. Por un lado, se logró desactivar, al menos temporalmente, la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, lo que brindó un respiro a la economía mexicana. Sin embargo, este episodio dejó en claro el tono que caracterizará las negociaciones con el presidente Trump: una dinámica en la que la amenaza y la presión servirán como herramientas para consolidar su imagen ante su electorado.
Aunque la presidenta Sheinbaum ha promovido un discurso en favor de las mujeres, su negativa a reconocer el papel de la ministra presidenta de la Suprema Corte refleja que el encono y la soberbia política pesan más que la coherencia con sus propios principios. La llamada «unidad nacional» dentro de la Cuarta Transformación parece estar reservada únicamente para quienes forman parte de su movimiento, mientras que aquellos que no se alinean con su proyecto pueden son marginados.
Por último, no se puede pasar por alto la reacción de la presidenta Sheinbaum ante la acusación de Trump sobre la alianza entre el gobierno mexicano y los cárteles de la droga. En un primer momento, su respuesta fue un rechazo categórico, argumentando que el problema del narcotráfico es una cuestión interna de Estados Unidos, posteriormente intentó matizar lo dicho por Estados Unidos al señalar que estaban mal informados y que las acusaciones correspondían, en realidad, al sexenio de Felipe Calderón y su vínculo con Genaro García Luna. A pesar de estos intentos por deslindarse, la sospecha y la sombra de la colusión entre el gobierno y el crimen organizado persisten.
NACIONALES
México: ¿Víctima o protagonista ante Trump?

Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //
Hace pocos días, tras la conversación entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump, en México se nos dijo que la presidenta había ganado tiempo ante la imposición de gravámenes a nuestras exportaciones a Estados Unidos, presumiendo de que ella había ganado en esa escaramuza; hoy, la realidad pareciera demostrar lo contrario y que fue el presidente norteamericano quien ganó tiempo para armar su estrategia de exterminio de dos de los cárteles más importantes de México: Los chapitos y Jalisco Nueva Generación.
Me llama la atención la selección hecha por el gobierno de Trump de los primeros cárteles a quiénes extinguir. Desde mediados de octubre de 2024, según una investigación de Illicit Investigations, con el propósito de acabar con la gente de Ismael “Mayo” Zambada, gente de Iván Archivaldo Guzmán habría formalizado una alianza con gente del Nemesio “el Mencho” Oseguera en estados como Zacatecas, Nayarit y Chiapas. El Mayo ha resultado de gran ayuda al gobierno norteamericano en un tema tan sensible como el del narcotráfico.
Hay muchas especulaciones del porqué un avión espía norteamericano y grandes buques de guerra de aquel país han entrado al Mar de Cortés, especialmente frente a Sinaloa, que senadores de oposición piden aclarar. Hay quienes suponen que es parte de los acuerdos entre los dos presidentes a fin de permitir a Estados Unidos realizar labores de inteligencia y espionaje sobre territorio mexicano.
La presidenta Sheinbaum ha buscado dejar en claro que ella NO está vinculada con ningún cártel de la droga, en respuesta a la acusación de Donald Trump sobre el particular contra el gobierno de México, y de manera específica del presidente Andrés Manuel López Obrador con Joaquín “El Chapo” Guzmán.
López Obrador, siempre rústico en su decir y actuar, no pudo entender que su vida era ejemplo y punto de reflexión, para bien o mal, para todos en México y el mundo. Lo vulgar fue su costumbre porque lo pedestre era y es su esencia. Nunca quiso crecer en dignidad y valía.
López Obrador teatralizó todo en su gobierno. Al no tener materia gris suficiente para ser presidente, vivió de apariencias mañaneras, dramatizando lo que era vano; por desgracia, sus contrarios lo advirtieron tarde, cayendo en el abismo de sus indolencias.
Hay quien cree que López Obrador era leal a sí mismo en su proceder; yo difiero. Como presidente de México tuvo un mandato fundamental: “Desarrollar una genuina personalidad de presidente”. Lo vistieron con buena ropa, pero no pudo evitar convertirla en harapos al momento de vestirla. Mona era y mona se quedó. Y aunque no voté por la señora Sheinbaum, debo aceptar que día a día se diferencia más y más de su predecesor.
Hoy pagamos las lamentaciones mañaneras de López Obrador por la condena judicial del Chapo en EEUU, su encuentro con la mamá del Chapo y la liberación de Ovidio Guzmán en Culiacán. Todo aquello y más, hoy, desde las oposiciones, muchos lo usan para acusar de Claudia Sheinbaum de ser lo mismo; su aparentemente inmovilismo ante casos como el que se vive en Sinaloa con el gobernador Rocha y de otros estados de la república parecieran acusarla, pero quizá cuide las formas que dan fondo y solo espere al momento en que ella tenga todo el poder para actuar sin poner en riesgo ni a su gobierno ni a sí misma.
Trump actuará y México se empezará a limpiar. Desde Calderón, pasando por Peña Nieto y López Obrador no se tuvo la fuerza ni la claridad estratégica para acabar con los cárteles; quizá Sheinbaum haya decidido tomar otro camino. Donald Trump se ha comprometido a detener el tráfico de armas hacia México. Eso no se había logrado antes con tanta puntualidad.
Es increíble pensar que cualquier turista que llegue a Acapulco, Cancún, Chapala, Puerto Vallarta, Ciudad de México, Guadalajara u otros destinos en México, pueda adquirir cualquier droga en unas cuantas horas y nuestra policía no encuentre y arreste a quiénes la trafican y venden. Hay droga disponible en restaurantes, bares, antros y tienditas de barrio.
En Jalisco, seguramente el gobierno norteamericano, a través de su consulado, ya tenga una radiografía puntual de la presencia del narco en cada ciudad del estado y en los gobiernos municipales. Veremos que sucede en los días siguientes en cuanto a sus decisiones en contra del Mencho y su Jalisco Nueva Generación.
Sean como fueren las decisiones, éstas deberán ser casi quirúrgicas para evitar que la guerra declarada por Trump nos alcance en nuestras vidas diarias. Estamos ante un posible cambio radical en México que no debería tomarnos por sorpresa. Quien mejor se prepare, ganará.
Cuando Ricardo Anaya, senador por el PAN, exige, públicamente, que la secretaría Rosa Icela Rodríguez de Gobernación y el canciller Juan Ramón de la Fuente expliquen los alcances de los acuerdos entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump, no demuestra su amor a la verdad sino un muy evidente y lamentable afán protagónico y que no entiende que hay acuerdos del más alto nivel que nos deben sacarse a la luz a fin de no oscurecer el futuro común. Anaya demuestra ser un imberbe político. Hay veces que el silencio ayuda a disimular limitaciones personales.
MUNDO
La sombra alargada del crimen organizado sobre la salud

Bioética, por Omar Becerra Partida //
La intersección entre la bioética y el crimen organizado representa una de las problemáticas más complejas y desafiantes de nuestro tiempo. Tradicionalmente, la bioética se ha enfocado en cuestiones intrínsecamente humanas como la vida, la muerte, la salud y la enfermedad, enmarcadas en un contexto de ética médica y científica. Sin embargo, la creciente influencia del crimen organizado en diversos ámbitos, incluyendo el de la salud, ha obligado a replantear los límites de esta disciplina.
El crimen organizado ha encontrado en la salud un lucrativo campo de acción. Desde el tráfico de órganos hasta la producción y distribución de sustancias ilegales, las actividades criminales han contaminado un sector que debería estar al servicio del bienestar humano. Esta situación plantea una serie de interrogantes éticas que van más allá de los dilemas clásicos de la biomedicina.
Uno de los ejemplos más claros de la perversión de los principios bioéticos por parte del crimen organizado es el tráfico de órganos. Esta práctica, en la que personas en situación de vulnerabilidad son explotadas y sometidas a procedimientos quirúrgicos clandestinos, constituye una grave violación de los derechos humanos y de los principios fundamentales de la bioética, como la autonomía del paciente y la prohibición de la comercialización de órganos.
La producción y el tráfico de drogas, especialmente de sustancias sintéticas como el fentanilo, representan otro gran desafío para la salud pública y la bioética. El crimen organizado se ha aprovechado de la vulnerabilidad de las personas adictas para obtener ganancias económicas, poniendo en riesgo la vida de miles de personas. La producción y distribución de drogas ilegales no solo viola las leyes, sino que también contradice los principios de beneficencia y no maleficencia, al causar un daño significativo a la salud de las personas.
La falsificación de medicamentos es otra actividad criminal que tiene graves consecuencias para la salud pública. Los medicamentos falsificados pueden ser ineficaces o contener sustancias tóxicas, poniendo en riesgo la vida de los pacientes. Esta práctica, además de ser un delito, constituye una grave violación de los principios de beneficencia y justicia, al privar a las personas de acceso a tratamientos seguros y efectivos.
La intersección entre la bioética y el crimen organizado plantea una serie de desafíos complejos:
- Vulnerabilidad de las personas: Las personas más vulnerables, como los migrantes, los presos y los pobres, son las más expuestas a las actividades criminales relacionadas con la biomedicina.
- Conflicto de intereses: Los intereses económicos del crimen organizado pueden entrar en conflicto con los principios bioéticos, lo que dificulta la aplicación de normas y estándares éticos.
- Falta de regulación: La rápida evolución de las tecnologías biomédicas y la globalización han dificultado la creación de marcos regulatorios adecuados para prevenir y combatir las actividades criminales en este ámbito.
Para abordar esta problemática, es necesario adoptar un enfoque multidisciplinario que involucre a profesionales de la salud, del derecho, de las ciencias sociales y de las fuerzas de seguridad.
Es necesario desarrollar marcos regulatorios sólidos y eficaces para prevenir y combatir las actividades criminales relacionadas con la biomedicina.
Tambien, es fundamental fomentar la investigación biomédica ética, transparente y responsable.
La cooperación internacional es esencial para combatir el crimen organizado transnacional y el tráfico de órganos y medicamentos falsificados.
Es necesario sensibilizar a la población sobre los riesgos asociados con las actividades criminales en el ámbito de la salud y promover la educación en bioética.
En conclusión, la intersección entre la bioética y el crimen organizado representa un desafío complejo y multifacético. Para hacer frente a esta problemática, es necesario adoptar un enfoque integral que combine medidas legales, políticas y educativas. La protección de la salud y los derechos humanos debe ser una prioridad en este contexto.
Veremos que nos espera con el gobierno entrante respecto a estos temas.
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