MUNDO
Democracia, dictadura y Venezuela
Opinión, por Miguel Anaya //
El 2024 ha sido un año atípico para el mundo, al finalizar este año, alrededor de 4 mil millones de personas vivirán elecciones de carácter nacional en sus respectivos países; vamos a mitad del año y varias elecciones se han llevado a cabo.
Taiwán y la India culminaron sus procesos electorales durante el primer trimestre del año, México ya pasó por las elecciones presidenciales, Venezuela acaba de vivir un proceso electoral que deja más dudas que certezas y en poco más de dos meses Estados Unidos llevará el suyo.
En los últimos días, la polémica se ha desatado en torno a la elección venezolana, ya que la oposición afirma haber ganado las elecciones y que el gobierno de Nicolás Maduro ha cometido fraude electoral, para esto se basan en una gran capacidad de organización donde cuentan con la gran mayoría de las actas electorales que dan el gane por amplio margen al opositor Edmundo González, por su parte el Tribunal de Justicia que controla Maduro le ha dado la victoria a -prepárese para la sorpresa- ¡Nicolás Maduro!
Derivado de esto, los gobiernos de Chile, Costa Rica, Argentina, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay han levantado la voz exigiendo un proceso limpio, consecuentemente el gobierno venezolano ha pedido que los equipos diplomáticos de estos países abandonen Venezuela.
Así la polémica, México, un país donde el gobierno se recarga a la izquierda y que ideológicamente coquetea con el régimen venezolano ha decidido mantenerse neutral, incluso hay quienes desde sus cargos públicos defienden a Maduro y los 25 años de chavismo y hacen comparativas de como en democracias europeas hay líderes que llevan varios años el poder; Angela Merkel lideró Alemania por 16 años mientras que el canadiense Justin Trudeau lleva casi 10 años en el poder y parece que así seguirá por un tiempo más ¿Por qué allá si está bien y en Venezuela no? Argumentan.
Primero habrá que decir, que si por democracia se entiende llevar a cabo la voluntad del pueblo preguntando constantemente que desea o si algo está bien o mal (sugerencia que ya deja muchas dudas porqué normalmente los que están en el poder preguntan al pueblo solo lo que les conviene preguntar), nos enfrentaríamos a la necesidad de tener un instituto electoral totalmente independiente, mismo que garantizara la imparcialidad de los procesos. Ese no es el caso de Venezuela ya que el conteo de votos se hace desde el gobierno, no por organismos autónomos.
Por otro lado, si bien es cierto que algunos líderes europeos y canadienses han durado bastantes años en el poder es primeramente porque el sistema electoral y político de esos países así lo tienen resuelto desde antes de que ellos tomarán el poder, no han reformado la constitución a su conveniencia ni han tomado el control de los institutos electorales de aquellos países.
La estabilidad política europea y canadiense son resultado de una democracia indirecta donde el parlamento tiene mucho peso, no es un sistema presidencialista como suele ocurrir en Latinoamérica, los líderes europeos suelen encontrar un contrapeso de verdad en el poder legislativo y esto logra un equilibrio gubernamental importante.
Por si fuera poco, la dictadura se define como un régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en una organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales.
La diferencia entre gobiernos europeos que se han perpetuado y la situación en Venezuela es clara, para mantenerse en el poder el gobierno de Maduro ha encarcelado a más de 300 opositores, ha ejercido la violencia contra aquellos que critican su régimen basado en una fuerte inclusión del ejército en las funciones del gobierno y esto ha llevado a crisis económicas y políticas.
Hay que decirlo como es: Maduro es un dictador y las y los venezolanos merecen que sus derechos y sus decisiones se respeten. Como mexicanos no podemos ser omisos ante la situación, ni mucho menos se puede defender a un régimen que constantemente viola los derechos humanos y, sobre todo, hay que ver los sucesos del país vecino para que México nunca caiga en situaciones similares.
MUNDO
Fundamental para el desarrollo de un país: La importancia de un sistema de justicia funcional, honesto, ético y justo
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
Un sistema de justicia adecuado, funcional, honesto, ético y justo es fundamental para el desarrollo integral de cualquier país. Este sistema no solo asegura el cumplimiento de las leyes y la protección de los derechos individuales y colectivos, sino que también promueve la estabilidad política, la prosperidad económica, y la cohesión social.
La existencia de un sistema de justicia robusto y confiable es un pilar esencial para la democracia y la gobernabilidad efectiva, ya que fomenta la confianza ciudadana y la participación de la sociedad en los procesos judiciales y políticos. Países como Suiza, Países Bajos, Noruega, Canadá y Estados Unidos han implementado sistemas judiciales que son ejemplos de cómo la participación ciudadana y la independencia judicial pueden contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
SUIZA: DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN EN LA JUSTICIA
Suiza es conocida por su sistema democrático directo, donde la ciudadanía juega un rol fundamental en la toma de decisiones, incluyendo en la administración de justicia. En Suiza, muchos jueces a nivel cantonal y federal son elegidos mediante el voto popular, lo que garantiza que el sistema judicial esté alineado con los valores y expectativas de la sociedad. Este proceso de elección directa permite a los ciudadanos tener un control más cercano sobre quiénes administran la justicia, promoviendo la rendición de cuentas y la transparencia.
La elección democrática de jueces en Suiza refuerza la independencia judicial al limitar la influencia de los partidos políticos y otros intereses externos en el proceso de selección. Además, la posibilidad de destituir a los jueces a través de referendos garantiza que se mantengan altos estándares de integridad y competencia. Esta participación activa de la ciudadanía fortalece la confianza pública en el sistema judicial y asegura que las decisiones judiciales reflejen las necesidades y valores de la comunidad.
PAÍSES BAJOS: INDEPENDENCIA Y EFICIENCIA JUDICIAL
En Países Bajos, el sistema judicial es reconocido por su independencia y eficiencia. Aunque los jueces no son elegidos directamente por los ciudadanos, el sistema incluye mecanismos que aseguran la participación de la sociedad civil en la supervisión de la justicia. Los jueces neerlandeses son nombrados por el monarca, pero el proceso de selección es altamente meritocrático y supervisado por el Consejo Judicial, que incluye representantes de la sociedad civil.
La transparencia y la profesionalización del sistema judicial neerlandés son claves para su funcionamiento. Los ciudadanos tienen acceso a procedimientos judiciales transparentes y pueden participar en consultas públicas sobre reformas legales y judiciales. Además, existen mecanismos para que los ciudadanos presenten quejas sobre la conducta judicial, lo que asegura que el sistema permanezca receptivo a las preocupaciones públicas. La eficiencia y la previsibilidad del sistema judicial en Países Bajos han convertido al país en un lugar atractivo para la inversión extranjera y el comercio internacional.
NORUEGA: TRANSPARENCIA Y JUSTICIA INCLUSIVA
Noruega se destaca por su enfoque en la transparencia y la inclusión en su sistema judicial. Aunque los jueces no son elegidos por voto directo, existen comités de selección que incluyen a miembros de la sociedad civil y que trabajan para asegurar que los candidatos sean seleccionados en base a sus méritos y ética. Este modelo promueve una justicia que no solo es eficiente, sino también profundamente ética y alineada con los valores de equidad y transparencia que definen a la sociedad noruega.
El sistema judicial noruego también enfatiza la rehabilitación y la reintegración social, en lugar de centrarse únicamente en la retribución. Este enfoque reduce las tasas de reincidencia y promueve una sociedad más segura y cohesionada. La participación ciudadana se extiende a través de programas de jurados populares y consultas públicas, lo que asegura que la justicia refleje las aspiraciones y valores de la comunidad. Esta transparencia y el enfoque inclusivo no solo fortalecen la confianza en la justicia, sino que también contribuyen a una distribución más justa de la riqueza, al garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de su origen, tengan acceso a la justicia.
CANADÁ: PROTECCIÓN DE DERECHOS Y JUSTICIA ACCESIBLE
En Canadá, la justicia es vista como un derecho fundamental y un componente esencial de la democracia. El sistema judicial canadiense es conocido por su enfoque en la protección de los derechos humanos y la accesibilidad de la justicia. Aunque los jueces son nombrados por el gobierno, el proceso de selección incluye consultas públicas y revisiones por parte de comités independientes, lo que asegura que los candidatos sean evaluados por su integridad, competencia y compromiso con los principios de justicia.
La participación ciudadana en Canadá se facilita a través de numerosas organizaciones de la sociedad civil que actúan como vigilantes del sistema judicial y defensores de los derechos. Estas organizaciones trabajan en colaboración con las instituciones judiciales para garantizar que las leyes se apliquen de manera justa y que los derechos de todos los ciudadanos sean respetados. Además, existen programas de asistencia legal y tribunales especializados que abordan cuestiones como los derechos de los indígenas y la justicia juvenil, asegurando que la justicia sea accesible para todos los sectores de la sociedad.
ESTADOS UNIDOS: ELECCIÓN DIRECTA Y RENDICIÓN DE CUENTAS
En Estados Unidos, algunos estados, como California, permiten la elección directa de jueces, fiscales y otros funcionarios judiciales mediante el voto ciudadano. Este modelo promueve una justicia más conectada con la comunidad, al permitir que los ciudadanos elijan a aquellos que administrarán la justicia en sus distritos. Esta participación directa puede fortalecer la rendición de cuentas y hacer que los jueces sean más receptivos a las necesidades y valores de la comunidad.
Sin embargo, este modelo también presenta desafíos, como la influencia del dinero y la política en las elecciones judiciales, lo que puede poner en riesgo la imparcialidad. A pesar de estos retos, la elección directa sigue siendo un ejemplo de cómo la participación ciudadana puede ser un componente clave para un sistema de justicia democrático.
IMPACTO EN LA ECONOMÍA
La existencia de un sistema de justicia funcional y justo tiene un impacto directo y positivo en la economía de un país. La seguridad jurídica que ofrece un sistema judicial confiable es un pilar para atraer inversiones y fomentar la actividad empresarial. Cuando los inversionistas tienen la certeza de que sus derechos serán protegidos y que las disputas se resolverán de manera imparcial y eficiente, se sienten más dispuestos a invertir y a expandir sus negocios.
Por ejemplo, la previsibilidad y la estabilidad del sistema judicial en Países Bajos han convertido al país en un centro de comercio y finanzas internacionales. De manera similar, la claridad y eficiencia del sistema judicial en Canadá promueven la innovación y el desarrollo económico al proteger los derechos de propiedad intelectual y asegurar un entorno legal favorable para los negocios.
En contraste, países con sistemas judiciales percibidos como corruptos o ineficientes tienden a experimentar una disminución en la inversión y un crecimiento económico más lento. La falta de confianza en la imparcialidad y la transparencia del sistema legal puede llevar a la evasión fiscal, la corrupción y un entorno empresarial menos competitivo.
IMPACTO EN LA SOCIEDAD Y LA POLÍTICA
Un sistema de justicia justo y funcional también tiene un impacto profundo en la cohesión social y la estabilidad política de un país. La justicia que se administra de manera equitativa y accesible promueve la paz social al reducir las desigualdades y al proteger los derechos de todos los ciudadanos, incluidos los grupos más vulnerables.
En Noruega, por ejemplo, el enfoque en la rehabilitación en lugar de la retribución ha creado un sistema que no solo castiga, sino que también busca reintegrar a los individuos en la sociedad. Esto no solo mejora la seguridad pública, sino que también fomenta una sociedad más inclusiva y menos propensa a la violencia y la criminalidad.
Políticamente, un sistema judicial independiente actúa como un contrapeso esencial a los otros poderes del Estado, protegiendo los derechos de los ciudadanos frente a posibles abusos de poder. En Suiza, la elección democrática de jueces asegura que las decisiones judiciales estén alineadas con la voluntad popular, mientras que en Estados Unidos, la separación de poderes y la supervisión del Senado sobre los nombramientos judiciales garantizan que el poder judicial opere con un alto grado de independencia.
Un sistema de justicia equitativo contribuye a una distribución más justa de la riqueza en un país. La equidad en la administración de justicia asegura que todos los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades para acceder a recursos y servicios, lo cual es fundamental para reducir la pobreza y las desigualdades económicas.
En Canadá, la aplicación equitativa de las leyes laborales y los derechos de los trabajadores contribuye a una economía más inclusiva y a una sociedad en la que las oportunidades de éxito están más igualmente distribuidas. Asimismo, en Noruega, la protección robusta de los derechos sociales y laborales, asegurada por un sistema judicial independiente, ayuda a mantener una baja disparidad económica y un alto nivel de bienestar para todos los ciudadanos.
Un sistema de justicia adecuado, funcional, honesto, ético y justo es fundamental para el desarrollo integral de un país. Los ejemplos de Suiza, Países Bajos, Noruega, Canadá y Estados Unidos muestran cómo la participación ciudadana y la independencia judicial pueden crear sistemas judiciales que no solo administran justicia, sino que también reflejan los valores y necesidades de la sociedad. La justicia accesible y equitativa fortalece la economía, mejora la cohesión social, promueve la estabilidad política y contribuye a una distribución más justa de la riqueza, cimentando así un desarrollo integral y sostenible para todos los ciudadanos.
MUNDO
Primer debate de elecciones en EEUU el 10 de septiembre: Viene recta final con acusaciones de guerra sucia contra demócratas
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
De Trump ya hemos oído de todo. Desde sus excesos en vocabulario hasta sus asuntos íntimos. Como lo hemos dicho antes, cuando Biden estaba en campaña la elección era prácticamente de Donald para perderla, pero el cambio de candidato dio un vuelco inesperado a la campaña de EUA y posiblemente al resultado de la elección.
Pero de Kamala Harris hemos escuchado poco en comparación con lo que normalmente sabríamos de otros candidatos a estas alturas de la campaña. Algunos sabemos que fue abogada general del Estado de California y de ahí subió a ser senadora por ese estado desde donde se lanzó como precandidata a presidenta de EUA en el 2019 y perdió contra Joe Biden quien la invitó como su compañera de fórmula para la elección del 2020.
Los estrategas de la vicepresidenta argumentan que su campaña ha traído “alegría” a su partido y que es la evolución de la “esperanza” que trajo la campaña de Obama hace 17 años. Comentan que lo corto de la campaña debe ser utilizado para tratar de llegar directamente a los ciudadanos sin la necesidad de dar largas o constantes entrevistas en TV o en redes, sino llevar la campaña a eventos multitudinarios tipo Trump.
Dicha sea la verdad, Biden iba en picada y seguramente habría perdido contra Trump y arrastrado consigo a los candidatos a Senadores y a Congresistas de muchos estados de su partido en la Unión Americana. Desde que Kamala fue designada como candidata las encuestas muestran que está o empatada o por arriba de Trump en la mayoría de los estados que se consideran indecisos, es decir los que no están históricamente cargados a un partido o a otro de los dos partidos mayores en ese país.
Como comentario recordemos que en ese país hay de facto un bipartidismo entre los Republicanos, fundados por Abraham Lincoln, y los Demócratas fundados años después de la independencia de EUA. Pero hay también la figura de candidatos independientes y dos partidos pequeños que han tratado de sobresalir, pero nunca lo han logrado. Dichos partidos son el Partido Verde y el Partido Libertario.
Como lo hemos indicado, las encuestas están muy apretadas y con una ligera ventaja para Kamala Harris. Su campaña la ha mantenido lejos de los escándalos o de las controversias, lo que evita que le puedan pegar por declaraciones reales o mal interpretadas. Recordemos que normalmente los candidatos pasan un año o más en el escrutinio público intenso en sus procesos partidistas internos y después en la campaña general por lo que al haberla nombrado recientemente no ha habido ese periodo de crítica y análisis típico.
Pero esto también ha sido causa de ataques ya que muchos ciudadanos y claro la oposición critican que se esté tratando de elegir con base en la apariencia y no en la sustancia. De todos modos, su estrategia está dando resultado. A casi dos meses solo ha dado una entrevista en la que ratificó que sus valores no han cambiado desde que fue candidata en el 2019 pero que había propuestas que en ese entonces hizo que ya no apoya. Pero el principal argumento de su partido y de ella es que no son Donald Trump a quien señalan como un peligro para la democracia.
Así mismo, debe ser cuidadosa de no ser demasiado lejana a Biden, pero nunca demasiado cercana ya que la mayoría de los norteamericanos están descontentos con el rumbo del país. La vicepresidenta Harris ha propuesto dar dinero gratuito a los jóvenes para adquirir su primera casa y perdonar deudas médicas y de escuela a millones de personas.
Otra propuesta fue la de control de precios y la de endurecer la política migratoria, lo que causó algunas burlas por parte del equipo de Trump quien ha usado dicho tema como bandera por años, finalmente también ha propuesto eliminar los impuestos en propinas lo que también fue propuesto antes por Trump. Cosa curiosa es que las últimas cosas las puede hacer hoy como vicepresidenta.
Llevamos años diciendo que EUA está dividido y una muestra evidente y hasta cierto punto ridícula es que la famosa cantante Taylor Swift, quien ha manifestado su apoyo a Kamala Harris, es novia de uno de los jugadores más famosos de futbol americano y durante el Superbowl del 2024 se sentó en un palco junto a la esposa del más famoso jugador y mariscal de campo Mahomes, quien en fecha reciente ha manifestado su apoyo a Trump, lo que al parecer ocasionó que la cantante pidiera que se le siente en palcos separados para no estar en fotos junto a una mujer que no apoya a Kamala.
El debate entre Trump y Kamala será el 10 de septiembre, por la cadena ABC y seguramente será la única oportunidad en la que los veremos juntos. Se dice que Trump se ha preparado para el evento con el apoyo de la ex precandidata a presidente de EUA por el partido demócrata Tulsi Gabber quien ha acusado a su ex partido de ser un partido ahora dirigido por intereses de grandes capitales por la guerra. Por su lado, Kamala recibió el apoyo del ex vicepresidente de EUA, Dick Cheney, artífice de la guerra de Irak, quien a pesar de ser militante del Partido Republicano, ha dicho que Trump no debe ser presidente.
Los empresarios están divididos, unos pro-Trump, otros líderes de empresas pro-Kamala. Podemos ver que el excandidato Kennedy se sumó a Trump acusando a los demócratas de usar al departamento de Justicia para sabotear su campaña. Es interesante que Jill Stein, quien es candidata del Partido Verde a la presidencia de EUA esté acusando a los demócratas de utilizar el poder del Estado para evitar que otros candidatos puedan contender por la presidencia.
Tanto Jill como Kennedy, sin contar a Trump, aseguran que el Partido Demócrata ya no es lo que era y que en la actualidad ha utilizado a medios de comunicación afines y al sistema judicial para atacar a oponentes. Jill ha dicho que el partido que dice proteger a la democracia no quiere que haya otros candidatos.
Kamala ha conseguido el apoyo de la mayoría de los grandes sindicatos quienes tradicionalmente son pro-demócratas, pero parece ser que hay varios de esos mismos sindicatos que admiten que muchos de sus integrantes ya no creen en ese partido y buscaba votar por otras opciones como Trump o Kennedy.
Finalmente debemos recordar que la economía de EUA ha sufrido mucho del 2021 a la fecha. Esto lo admite la propia candidata Harris y por eso debe asegurar que la elección no sea un referéndum en la administración de Biden-Harris sino en la mala imagen de Trump. A pesar de que las elecciones son oficialmente el 5 de noviembre, muchos estados ya han iniciado con la recepción de votos anticipados vía correo. Es decir, que muchos ya habrán votado antes del debate.
Trump ha estado tratando de enfocar su ataque vs Kamala, pero no ha sido exitoso a pesar de eso Kamala no ha logrado ser contundente en la razón práctica del por qué ella debe ser promovida a presidenta en un momento en el que la situación mundial es cada vez más tensa y la de su país parece pedir cambio de rumbo.
Yo creo que Kamala Harris puede ser mejor que Biden, pero no ha demostrado por qué debe ganar, sin embargo, Trump por sus errores constantes hoy tampoco merece ganar. Gane quien gane nosotros perdemos dicen los ciudadanos independientes cansados de los insultos de ambos lados ¿Quién será el que gane la batalla del acarreo de votos?
MUNDO
El mundo avanza; Occidente se demora y encarece
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Por lo general hablamos de temas político-económicos que nos afectan y hacemos críticas a los mismos como una opinión personal sobre los mismos. Esta ocasión me gustaría más abordar como una crítica y preocupación lo que creo es una vergüenza occidental. El sábado por la mañana estaba leyendo el “chat” de un grupo de amigos periodistas. Ahí vi un video que criticaba los 10 años de obra aún inconclusa del tren suburbano de Toluca a la Ciudad de México.
Casi no me meto en temas nacionales porque de eso usted puede ver ya suficiente en otros espacios. Pero no pude resistir el recordar que aquí en Jalisco nos tardamos 8 años para la Línea 3 del Tren Ligero. De inmediato recordé críticas de algunos empresarios de EUA y de Europa sobre lo lento de las obras públicas de sus países. Esta nota no hablará de uno o de alguien en particular, sino de todos nosotros los que ahora en Occidente padecemos gobiernos ineficientes como pocos en la historia.
Tomaremos algunos ejemplos, pero el centro del mensaje es simple. Somos una sociedad en aprietos porque así lo queremos ser. Nuestros gobernantes nacieron y crecieron entre nosotros, nuestros líderes son emanados de nuestras colonias, son descendientes de los que hace 70, 100 o 200 años lograban cosas geniales en meses o unos cuantos años y sin embargo ahora tardan el doble, el triple o hasta diez veces más por hacer cosas similares con tecnologías mucho más modernas.
El tren del Estado de México a la Ciudad de México no es la excepción sino la nueva norma de México, de EUA, de Europa y de América continental. La línea 3 de Jalisco tardó 8 años para recorrer una distancia de 21 km casi toda a nivel de piso. El tren suburbano tardó 10 años para llegar a Santa Fe en 30 km de recorrido. Hace 60 años se construyó la primera línea del metro por debajo del suelo de la Ciudad de México. Esa línea de 12.5 km de largo tardó dos años en ser construida.
Esta simple comparación de México vs México nos debiera dar vergüenza. Bajo tierra y con tecnologías muy superadas, nuestros gobernantes lograron construir 6 km por año allá en 1965. Pero si usted cree que nosotros estamos mal y como dice el dicho “…mal de muchos, consuelo de…” he de decirle que estamos en la media de la desgracia de los gobiernos occidentales que de todos colores y sabores cada día son más ineficientes en la construcción de obras públicas.
¿Por qué escribo esto? Porque espero que algún joven o algún padre de familia recuerde a sus hijos que pueden hacer las cosas bien y con buen paso, que la iniciativa privada sigue avanzando a paso acelerado pero que los gobiernos son integrados por gente común igual a la de la sociedad civil pero que haciendo o construyendo lo mismo, tardan mucho más, salen más caros y tardan más tiempo. Si comparamos los tiempos de construcción e incluso costos en China y en oriente medio contra los de Occidente nos daremos cuenta de que los grandiosos avances en construcción fueron tomados por oriente y frenados en Occidente. Esto cuando comparamos las obras de infraestructura de gobierno.
Por ejemplo, en China, durante los últimos 20 años el ritmo de construcción de un tren bala, mucho más complejo que cualquiera de los que hay en América continental es de 50 km por año y a veces más. En EUA se gastaron $3,000 millones de dólares para supuestamente construir un tren bala de San Francisco a Los Ángeles. 10 años después ni el dinero ni el tren. Peor aún, ni una sola estación. Eso en los poderosos EUA, en el muy rico y avanzado estado de California. Por cierto, el presupuesto original de ese tren californiano era de $33 mil millones, pero ahora y después de gastar el 10% del monto original, la obra no presenta ningún avance significativo pero el presupuesto ha aumentado a $130 mil millones de dólares.
Europa tiene el promedio de costo de obra pública más caro en trenes, que EUA y no se queda atrás de la vergüenza gubernamental por demoras. Tomemos como ejemplo a la antes gloriosa Alemania. 13 años para un tren, 15 años para un aeropuerto y una red no muy eficiente de internet público. Obvio si comparamos con México es muy buena, pero estoy comparando a cada país con su propia historia. En Francia la renovación de su sistema de metro y tren suburbano lleva más de 10 años y cada dos o tres años anuncian que ahora sí será realidad un nuevo equipo y sistema de trenes.
Así las cosas y con el ánimo de no quedar muy decepcionado, le recuerdo que en occidente también están las empresas y los empresarios que siguen dando muestras de liderazgo como Google, Space X y otras tantas que salvan la dignidad y el honor de Occidente en la carrera por el liderazgo mundial. Pero con los dirigentes políticos de Occidente pronto podría ser que oriente logre hacer que sus inventores y empresarios superen a los nuestros.
Para muestras basta recordar que en China lograron construir una estación de tren en 12 horas y en Arabia Saudita construyeron una tubería para llevar agua desalinizada del mar a una ciudad a 400 km de distancia. Esto en menos de 5 años.
Lo dije hace 6 años y ahora quiero repetirlo. Asegure que sus hijos conozcan y entiendan la cultura de China y de Arabia porque además del inglés y del francés ahora debemos reconocer que los líderes de Occidente podrían perder su liderazgo frente a oriente, en nuestra vida lo que cambiaría el balance de poder de nuestros negocios.
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