NACIONALES
La crisis en Nuevo León

Opinión, por Iván Arrazola //
Termina una semana particularmente intensa para el estado de Nuevo León marcado por una crisis constitucional entre poderes, la determinación de la Corte de que el Congreso local designe a un gobernador interino ante la licencia que solicitó Samuel García, marcó el fin de efímera precandidatura de Samuel García, lo que seguramente afectará el tablero electoral de cara a la contienda presidencial de 2024. Es importante analizar paso a paso qué sucedió y las repercusiones que tendrá este episodio.
Todo comienza cuando el hasta hace poco precandidato, Samuel García, decide pedir licencia ante el Congreso de Nuevo León para buscar la presidencia de la República. El conflicto inicia cuando el gobernador insiste por todos los medios a su alcance en designar a su sucesor, el secretario de Gobierno, Javier Navarro, como encargado de despacho, que estaría ahí hasta que García alcanzara un acuerdo con el Congreso, concluyera la campaña presidencial o García ganara la presidencia de la República. La constitución local establece que es el Congreso el que debe nombrar al gobernador interino, no el gobernador, que insistía que fuera alguien de su partido el que quedara al frente del gobierno.
El Congreso estatal con mayoría opositora, se vio en la necesidad de elegir dos veces al gobernador interino, designando finalmente al vice fiscal, Luis Enrique Orozco, en medio de un zafarrancho en el Congreso generado por una muchedumbre que llegó a reventar la sesión donde sería elegido Orozco.
Samuel García que ya estaba en precampaña desde el 20 de noviembre tuvo que suspender sus actividades proselitistas para incorporarse a sus funciones como gobernador y aunque anunció que Navarro se quedaba como encargado de despacho, una resolución del ministro Javier Laynez ordenaba que Orozco asumiera el cargo de gobernador interino para no “poner en peligro la gobernabilidad misma de la entidad federativa ante la licencia concedida al gobernador”.
Ante dicha decisión García se vio en la necesidad de reasumir el cargo el de 2 de diciembre y con ello quedó inhabilitado para contender por la presidencia de la República, porque no cumple con el requisito constitucional de separarse seis meses antes del cargo, se puede especular sobre las razones que Samuel García tuvo para regresar al cargo, pero una que influyó es que no estaba dispuesto a dejar en manos de la oposición su gobierno.
Todo esto se da en medio de una coyuntura electoral, donde el tono de las descalificaciones ha ido en aumento, como es natural en las contiendas electorales, pero que también termina perjudicando los propios procesos políticos en donde la descalificación y la justificación de los actos más por razones políticas que jurídicas parece ser la norma.
El presidente que ha mostrado un interés particular en la candidatura de García se ofreció como mediador ante el conflicto de poderes en Nuevo León, y cuestionó sobre el porqué no se deja al pueblo decidir sobre la candidatura de García, también lo defendió al señalar que lo quieren descalificar o ganarle en la mesa, como lo quisieron hacer con él durante el proceso de desafuero.
El problema más importante que enfrentará el partido de Samuel García en los próximos días será encontrar un nuevo precandidato o precandidata a la presidencia de la República, en este momento las principales fichas, como podrían ser, Luis Donaldo Colosio, Enrique Alfaro o el propio Dante Delgado, ostentan cargos de gobierno o legislativos por lo que están impedidos para ser candidatos, una persona cercana a Samuel García, su esposa Mariana Rodríguez, tampoco podría ser candidata porque no cumple con el requisito de tener 35 años cumplidos.
Una opción podría ser Marcelo Ebrard, que pidió licencia a mitad de año y está habilitado para ser precandidato presidencial, durante mucho tiempo se especuló que podría contender por el partido naranja, pero hace unas semanas informó que se quedaba en su partido político. Ante dicho escenario uno de los mayores retos para el partido naranja será encontrar un candidato o candidata con un perfil competitivo de cara a las elecciones de 2024.
Este episodio refleja que ante el conflicto entre los actores políticos el marco legal da certeza sobre los pasos a seguir y que la voluntad política no se imponga sobre las leyes. El fin al conflicto se pudo alcanzar porque hubo una autoridad que más allá de los intereses y las posiciones políticas impuso el orden en base a lo que marcan las leyes. De ahí la importancia de seguir preservando un Poder Judicial independiente que no se someta ni a intereses ni negociaciones políticas, en estos días más que nunca es importante que las y los ministros ejerzan sus facultades sin tener que obedecer a algún otro tipo de interés, a pesar de que ciertos actores políticos digan lo contrario.
La disyuntiva entre que se imponga la voluntad política o el cumplimiento de la ley sigue siendo el debate más importante en México y en muchas partes del mundo. Para preservar la vida democrática y el respeto a los derechos de las personas es fundamental que la ley prevalezca sobre la voluntad política, sobre todo en un entorno marcado por el personalismo en política y el constante cuestionamiento a la ley.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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