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NACIONALES

Los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa

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Educación, por Isabel Venegas Salazar //

El lunes pasado se cumplió un año más de una terrible tragedia en nuestro país; el crimen ocurrido con un grupo de estudiantes de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa; la noche del 26 de septiembre del 2014, recordando la serie de eventos en el Estado de Guerrero que tuvieron como saldo final la desaparición de 43 estudiantes, además de personas heridas y asesinadas. Una desgracia que ha tenido narrativas oficiales tituladas como “verdad histórica” o reportes de investigación que señalan la participación de autoridades vinculando los hechos como un crimen de estado.

La responsabilidad que las normales, universidades y tecnológicos, tienen de formar, acompañar y proteger a nuestros jóvenes, debe ser revisada en muchos aspectos

En un momento dado, se han observado las implicaciones que la denominación de “Crimen de Estado” significa, y dada esta relevancia, los debates se centran en la urgencia de identificar a los autores intelectuales y materiales de semejante atrocidad; sin embargo, uno de los reclamos principales de los padres de familia ha sido el de dar respuesta a las preguntas de ¿Por qué estaban los jóvenes en ese lugar, a esas horas? ¿Quién los mandó a hacer los “bajes” a los camiones? ¿Por qué eligieron a los estudiantes más jóvenes?

Si bien es cierto que la magnitud de este evento reclama una investigación profunda, delicada y muy compleja, también es verdad que las razones que dieron pie se deben entender para analizar el contexto actual e histórico de la localidad, pero también para reflexionar sobre los patrones que se repiten en muchas otras instituciones educativas.

Las escuelas normales rurales tienen una historia de trabajo, de idealismos socialistas y de resistencia civil; dieron paso a la formación de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) y han sido grupos de resistencia frente a la amenaza de que estas escuelas pudieran llegar a desaparecer, pero como la mayoría de los grupos de lucha social, terminan por quedar a merced de quien los lidera para su propio beneficio.

Estudiar el contexto y las “tradiciones” de grupos que tenían la consigna de robar camiones para el mitin, implica reconocer que, seguimos en el punto de no formar jóvenes que entiendan la rebeldía como proceso de transformación, que a su vez requiere el desarrollo de una criticidad y de una profunda revisión de la realidad que se vive, así como de los mecanismos que se deben activar para poder evolucionar.

El tiempo sigue corriendo, y nuestros jóvenes siguen siendo presa fácil de grupos que solo los utilizan y los exponen a riesgos inconmensurables, redes que muestran su poder y su brazo fuerte con la movilización de chicos a los cuales el simple hecho de no tener clase les motiva de manera suficiente para ir a marchar.

Es urgente reflexionar sobre lo que sucedió hace ya 8 años como una buena advertencia de lo que se puede seguir presentando, que por cierto, ya ha sucedido en otras localidades, pero que no ha generado la misma cobertura mediática y política debido a que las redes universitarias tienen un enorme potencial para trabajar con las emociones de rebeldía y de movilización, además de los efectos que surte el entorno socio cultural de cada zona.

Dentro de pocos meses volveremos a estar en un proceso electoral, y será muy bueno que nuestros estudiantes participen activamente, manifiesten sus ideas, exijan proyectos que les representen apoyos sustantivos, etc. pero ya veremos si no son expuestos nuevamente al conteo de las fuerzas vivas y a la penetración del crimen organizado en estos espacios. Los adolescentes se suelen cotizar alto para el bastión político a la hora de la marcha y el mitin, pero poco valorados al momento diseñar la política pública, puesto que no son votos que cuenten en la elección que corre, y en los temas electorales la inmediatez es la tasa que aplica.

Hoy muestro mis respetos para los padres de los 43 estudiantes, que mantienen la lucha por descubrir la verdad, así como todos los papás y mamás que depositan su confianza en instituciones comprometidas por velar y salvaguardar la integridad de sus miembros, pero que a la hora de la –realpolitik- no temen en enviar a los más nobles de la tribu, a los de los primeros semestres, junto con los profes de asignatura.

Los procesos educativos en los que el joven estudiante se reconoce a sí mismo como un factor de transformación, implican ese ser consciente de su potencial, crítico de su situación, y creativo para diseñar las líneas de acción que lo llevarán a tener ese nuevo modo de actuación; se trata de dotarlos de herramientas que verdaderamente los lleven a ser mejores, desde sí mismos y para los demás.

Si entendemos esto, podemos concluir tres cosas: que la educación crítica no se forma a partir de la rebeldía adolescente, sino que se va construyendo desde la infancia; que debemos exigir rendición de cuentas en los procesos formativos de adolescentes y universitarios; y por último, que si decimos ¡Los jóvenes son el futuro del mundo! Nosotros, los adultos, somos el futuro de ese futuro.

E-mail: isa venegas@hotmail.com

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MUNDO

Los nuevos paradigmas: Impacto social y emprendimiento sostenible

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En el tejido de la realidad global, las interconexiones entre individuos, comunidades y naciones son cada vez más evidentes y complejas. Desde la economía hasta el medio ambiente, pasando por la cultura y la tecnología, nuestras vidas están intrínsecamente entrelazadas en una red de influencias mutuas.

En este intricado entramado, es esencial despojarnos de los estrechos confines del pensamiento individualista y abrazar una visión más amplia y colectiva del mundo que habitamos debido a que nos encontramos en un punto de inflexión donde el reconocimiento de nuestra interdependencia se vuelve crucial.

Cada acción, cada decisión que tomamos como individuos o como sociedad, tiene repercusiones que trascienden nuestras fronteras personales y afectan a otros, ya sea de manera directa o indirecta y este entendimiento nos lleva a comprender que el bienestar de uno está intrínsecamente ligado al bienestar del otro, y que la búsqueda del éxito personal debe ir de la mano con la búsqueda de un bien común más amplio.

Aplicado lo anterior al ámbito empresarial, recordemos que anteriormente el éxito en este rubro solía medirse únicamente en términos de ganancias financieras. Sin embargo, en la era actual, las empresas están adoptando un enfoque más holístico que considera no solo sus resultados económicos, sino también su impacto en la sociedad y el medio ambiente. Este cambio de paradigma ha dado lugar a una nueva generación de emprendimientos que buscan no solo obtener beneficios, sino también generar un impacto positivo en el mundo que los rodea ya que más allá de buscar meramente el lucro financiero, estas empresas están tejiendo un tejido más profundo de compromiso con el bienestar humano y el equilibrio ecológico.

Un ejemplo elocuente es el surgimiento de empresas que han hecho de la sostenibilidad su piedra angular. Desde la utilización de materiales reciclados en sus procesos de producción hasta la adopción de tecnologías limpias y renovables, estas empresas están demostrando que es posible prosperar económicamente sin comprometer los recursos naturales del futuro. Su enfoque no solo radica en minimizar su impacto negativo en el medio ambiente, sino en ir más allá y contribuir activamente a su regeneración y preservación.

Por ejemplo, empresas como Patagonia han demostrado que es posible ser rentable mientras se protege el medio ambiente. Esta marca de ropa outdoor no solo produce productos de alta calidad, sino que también ha adoptado una serie de medidas para reducir su huella ambiental, como el uso de materiales reciclados y la implementación de prácticas de fabricación sostenibles.

Otro ejemplo inspirador es el de la empresa mexicana ECOCE, que se dedica a la recolección y reciclaje de envases de PET. Además de contribuir a la limpieza del medio ambiente, ECOCE también ha creado programas de concientización para promover el reciclaje entre la población, demostrando que el emprendimiento sostenible puede tener un impacto positivo tanto a nivel ambiental como social.

No obstante, muchos inversores aún no están completamente convencidos de los beneficios a largo plazo del emprendimiento sostenible, lo que dificulta el acceso al capital para estas empresas y en este rubro, el acceso al capital es un aspecto crucial para el éxito y la sostenibilidad de las iniciativas empresariales centradas en la responsabilidad social y ambiental.

Por otro lado, la falta de métricas estandarizadas y de un marco claro para medir y reportar el impacto social y ambiental también puede dificultar la evaluación de la viabilidad y el rendimiento financiero de estas empresas. Los inversores suelen basar sus decisiones en datos y cifras tangibles, y la falta de información transparente y verificable sobre el impacto no financiero puede limitar su disposición a comprometer capital.

Otro desafío importante es la disponibilidad de fondos específicos para empresas sostenibles. Aunque cada vez más fondos de inversión están incorporando criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en sus decisiones de inversión, la cantidad de capital disponible para empresas sostenibles aún puede ser limitada en comparación con el total de inversiones disponibles en el mercado. Esto puede dificultar que las empresas sostenibles accedan a los recursos financieros necesarios para crecer y expandirse.

En ese orden de ideas, retomando un poco lo tratado la semanada pasada, es en este punto donde una reforma en materia fiscal podría desempeñar un papel crucial al otorgar incentivos fiscales a las empresas que adoptan prácticas sostenibles y generan un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, los gobiernos podrían estimular el crecimiento de este tipo de emprendimientos y fomentar una economía más sustentable.

En ese contexto, la importancia de los incentivos fiscales en el contexto del emprendimiento sostenible y el impacto social es innegable. Estos incentivos pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción y el apoyo a empresas que buscan integrar consideraciones ambientales y sociales en su modelo de negocio. Al ofrecer beneficios fiscales a las empresas que adoptan prácticas sostenibles, los gobiernos pueden estimular la inversión en proyectos que generen beneficios tanto económicos como sociales y ambientales a largo plazo.

En primer lugar, los incentivos fiscales pueden ayudar a reducir los costos de operación para las empresas sostenibles, lo que las hace más competitivas en el mercado. Esto puede incluir exenciones o reducciones en impuestos sobre la renta, impuestos a la propiedad o impuestos sobre las ventas para aquellas empresas que demuestren un compromiso con la sostenibilidad y el impacto social

Aunado a ello, los incentivos fiscales pueden fomentar la inversión privada en proyectos sostenibles al hacer que sea más atractivo para los inversores dedicar capital a empresas que están trabajando para abordar desafíos sociales y ambientales. Al ofrecer créditos fiscales, deducciones o incluso exenciones de impuestos sobre las ganancias de capital para inversiones en empresas sostenibles, los gobiernos pueden alentar a los inversores a financiar proyectos que generen un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, al tiempo que obtienen un retorno financiero razonable.

En esa tesitura, los incentivos fiscales pueden ayudar a nivelar el campo de juego para las empresas sostenibles, que a menudo enfrentan desafíos adicionales en términos de acceso al capital y costos operativos más altos en comparación con sus contrapartes convencionales.

En conclusión, los incentivos fiscales desempeñan un papel crucial en la promoción del emprendimiento sostenible y el impacto social al reducir los costos de operación, fomentar la inversión privada y nivelar el campo de juego para las empresas que buscan integrar consideraciones ambientales y sociales en su modelo de negocio. Sin embargo, para que estos incentivos sean efectivos, es necesario implementar una reforma fiscal integral que reconozca y valore adecuadamente las contribuciones de estas empresas y elimine las barreras fiscales y administrativas que puedan obstaculizar su crecimiento y desarrollo.

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JALISCO

Razonar el voto

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Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //

A punto de pasar por las urnas para decidir lo que demanda el país y nuestra entidad federativa en materia gubernamental y legislativa, las conclusiones deben llegar a su punto más alto durante las próximas dos semanas, a muy poco de que queden silenciadas las campañas de los candidatos, para permitir que el ciudadano tenga la oportunidad de concientizar su sentencia sobre sus posibles votos por la presidencia de la república, legisladores federales, la gubernatura, los diputados locales y los presidentes municipales, esto bajo tres ejes partidistas que coinciden en lo federal y en lo local.

Estos partidos están presentes a nivel federal en la coalición “Fuerza y corazón por México”, conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la coalición “Sigamos haciendo historia”, integrada por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y el partido político Movimiento Ciudadano (MC). A nivel local se integran a la coalición de Morena los partidos Hagamos y Futuro.

En este sentido, sabemos que las campañas deben silenciarse la última semana de mayo, para que los ciudadanos pasemos sin presión a las urnas electorales el día 2 de junio y le demos rumbo al país y la entidad.

La importancia es la de evaluar las deficiencias de quienes nos gobiernan a nivel federal y estatal, tomar nota de las omisiones y aquellas promesas de campaña que nunca se cumplieron del año 2018, calcular fríamente las obligaciones gubernamentales que no tuvieron resultados en la sociedad y las necesidades de la población que no fueron cubiertas, son los fondos que debemos razonar muy en lo personal, aunque la deliberación de la elección puede ser entre familia o en el círculo de amistades cercano, el voto es un tema personal que se deduce desde la conciencia y la obligación civil, el resultado de tal decisión es general y de impacto directo en la ciudadanía.

Hoy asumimos la recta final las campañas políticas, todos sus postulantes prometen cambios y atacan ferozmente a sus adversarios, el premio es el poder político mediante un cargo público que en muchas ocasiones no representa cabalmente a la sociedad, sino a grupos de poder que invirtieron o apoyaron en las campañas para asegurar una posición privilegiada en los próximos tres o seis años.

En política y en tiempos electorales nada es lo que parece, es por eso que esta generación de ciudadanos conscientes y abiertos al pensamiento crítico, libres en las decisiones individuales que consideremos el beneficio social por encima de lo político o lo partidista, tenemos la obligación de acudir a votar por lo que merecemos, porque la consecuencia de hacerlo desde la preferencia no razonada o desde la militancia idealizada, nos ha llevado a los peores gobiernos.

Es innegable que el país entero está en una situación insostenible de violencia generalizada, penetración de crimen organizado, desaparición de personas, fosas de restos humanos, corrupción y opacidad; situaciones que van en aumento como poblaciones desplazadas, cobro de piso en todo el país, invalidación del respeto a los derechos humanos, inseguridad extendida, omisión e injusticia. La realidad es que no estamos creando el mejor lugar para vivir, ni porque es realmente nuestro hogar y debe ser un lugar seguro.

Los gobiernos antes votados van dejado estragos que no podemos pasarles por alto, los que buscan la continuidad no reconocen a manera de autocrítica lo que tienen que bien en su propuestos gobiernos, los que quieren llegar tampoco proponen de manera razonable solucionar lo que vivimos, son campañas llenas de egocentrismos y falsas promesas, inviables e incumplibles, además de que especial Morena ha postulado candidatos sin la preparación adecuada y eso es corrupción, obvio llegan por acuerdos políticos, no por posibilidades visibles de aptitud en combinación con una carrera política digna y limpia.

¿Qué demandan el país y Jalisco? Conciencia social, defender la democracia y el voto libre, informado y secreto, nos corresponde dejar atrás en cada elección las prácticas populistas que no son reales y que solo buscan el voto para ganar poder y no para gobernar o legislar a favor absoluto de la ciudadanía, la cual queda olvidada y en segundo plano una vez que se llega al poder.

Más de 80 años de lecciones no aprendidas, en una época de tecnología general, acceso a la información, luchas ganadas en materia de derechos humanos y combate a la corrupción; en este momento nuestro papel como sociedad es evolucionar y ser mucho más serios, ya no podemos idealizar y fanatizarnos por personajes o partidos políticos que no han demostrado nada más allá que buscar el poder, sin que exista ni remordimiento ni vergüenza alguna al venir en campaña política afirmando ser la mejor opción.

Es por eso que en este tiempo final, la decisión del voto debe marcar el hartazgo social, el límite a la simulación de la política en México, diversificado el voto para obtener equilibrios y no votando por las falsas transformaciones.

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NACIONALES

Apagones

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Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

Desde la noche del 7 de mayo el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), ha venido declarado emergencias en el Sistema Interconectado Nacional (SIN) y provocado “apagones” en la mayoría de los estados del país.

Esto se venía venir, por la ineficiencia, el rezago tecnológico y la obsolescencia de mucha de la estructura de generación y distribución de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y el empecinamiento oficial en fortalecer su monopolio.

Desde el inicio de la administración en 2018, se dijo que las ideas que nutrían la política energética traerían consecuencias graves y hoy las estamos padeciendo. Desde entonces, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el ente regulador encargado de emitir los permisos, tanto para la CFE como para los privados que deseen invertir en generación eléctrica, empezó a rechazar todos los nuevos permisos solicitados por los productores privados y a cancelar o detener solicitudes en trámite.

La idea era que la CFE fuera preponderante y se dijo entonces que la prioridad sería la generación hidroeléctrica como fuente limpia y constante de energía, cuando estas generaban, en la matriz de generación eléctrica nacional, solo entre el 10-13% de la energía de este país. Hoy por la sequía las presas están en niveles mínimos y solo generan el 6%.

Los mayores aportantes de energía son las centrales de ciclo combinado que funcionan con gas natural y aportan aproximadamente el 60% de la necesidad total, mientras que las termoeléctricas convencionales, más costosas en su operación y contaminantes aportan el 10%. El resto de la matriz de abastecimiento depende de la producción eólica, solar y geotérmica.

Es notable la fragilidad y precariedad del sistema eléctrico en su totalidad y la solución no vendrá de la reforma propuesta por López Obrador. El que haya sido detenida por la Suprema Corte tampoco implica que pudiéramos estar mejor con ella.

Desafiando la resolución de la Corte, en los hechos, la CFE limitó la participación privada en generación por el prurito ideológico de la soberanía, pero lo que tenemos hoy es una precariedad soberana pues la CFE no ha sido capaz de producir la energía necesaria. La demanda crece y la oferta no.

Desde el inicio la reforma de AMLO empezó mal. La mayor parte de la producción de energía proviene de las plantas de ciclo combinado que funcionan con gas y sin embargo, no se crearon las reservas de gas natural suficientes, por el contrario, se combatieron los contratos de suministro y transportación por gasoductos.

Por otra parte, se tomó la decisión de privilegiar a la CFE en la producción y distribución, sin haber considerado que las condiciones financieras de la empresa del Estado no permitían la construcción y operación inmediata de nuevas fuentes de energía, necesaria según las estimaciones de demanda actuales y futuras, existentes desde antes de la reforma propuesta.

La reforma de Peña Nieto, echada atrás por la hoy combatida nueva ley, permitía que la CFE, limitada financieramente, pudiera adquirir energía donde la obtuviera más barata, sin los gastos de construcción de nuevas instalaciones, y esto era con los productores privados.

La reforma de AMLO lo que hacía, o pretende, es privilegiar a la CFE, hacerla producir energía y mandar al final de la fila a los productores privados.

Los fantasmas ideológicos aparecieron y lo que se planteó fueron condiciones comerciales adversas para cualquier entidad que quiera competir contra la CFE en generación porque compiten y le quitan mercado y eso, según el gobierno va contra la soberanía nacional.

Los apagones pues, no son producto del excesivo calor y aumento de los picos de demanda, sino de la imprevisión, de la priorización de consideraciones ideológicas por encima de razones técnicas pese al conocimiento de la precariedad de la situación del abasto de energía.

No hubo aprendizaje con la crisis del abasto de gasolina de principios de sexenio, cuyo origen no estuvo en el combate del guachicol como se dijo, sino en la imprevisión y la ignorancia sobre las reservas existentes, mismas que, al ordenarse el cese de las compras de gasolina al exterior originaron el desabasto y la caótica situación que se dio.

En el presente caso, había insuficiencia en la oferta de energía y se conocía la urgente necesidad de ampliar la capacidad instalada y garantizar las reservas de gas, sabían también de la situación financiera de la empresa que impedía la disposición de capital para la ampliación y aun así se cerraron a la participación privada y modificaron el régimen de pensiones de los empleados de CFE, restándole capacidad financiera.

En la actualidad la CFE opera con pérdidas millonarias, va retrasada en la construcción de infraestructura tanto en generación como en distribución, sigue sin crear las reservas de gas y de electricidad, hay apagones en 21 estados, mientras la población, las empresas y el near schoring, seguirán esperando que la soberanía los ilumine.

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