Connect with us

NACIONALES

Van tres marchas contra el régimen de la 4T: La marcha rosa, realidades, farsas y excesos

Publicado

el

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //

El domingo 18 de febrero, se llevó a cabo la gran marcha rosa dizque para defender la democracia y el voto libre, anunciada con bombo y platillo por los seguidores de Claudio X. González Guajardo, el incansable impugnador del gobierno de la Cuarta Transformación (4T) que son algo así como 250 organismos -membretes- que alardean representar la sociedad civil. Esos organizadores, advirtieron que para nada participaban los partidos integrantes de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, aunque allí estaban solazadas las dirigencias y sobrados cuadros relevantes.

Este movimiento, viene a ser el tercero a partir del primeri, efectuado en 13 de noviembre de 2022, cuando al grito de “El INE no se toca”, casi llenaron el espacio entre el Ángel de la Independencia y el Monumento a la Revolución de la capital mexicana: entonces propalaron que habían sido 200 mil asistentes, aunque el gobierno del antiguo DF afirmó que solo fueron 10 mil, y otros observadores aceptaron cifras entre 50 y 60 mil partícipes.

El orador estrella fue José Woldenberg, quien en suma llamó para que los mexicanos expresaran rotundo, “no al autoritarismo, … sí a un México democrático”. (Expansión Política, 13-XI-2022). A la arenga, correspondieron nutridos aplausos y vítores de los dirigentes (por sus apodos, Markitito, Alito y Chucho) de la entonces alianza del PRI, PAN y PRD, llamada Frente Amplio por México (FAM).

La segunda gran marcha rosa auspiciada por Claudio X. González y sus subalternos de la sociedad civil (¿?), fue en febrero 26 de 2023: la organización “Unidos por México 2024″, que aseguró integrar a más de 60 asociaciones, convocó también a protestar en más de 82 ciudades del territorio nacional y el extranjero. La concentración llevó el nombre de “Mi voto no se toca”, focalizándose contra el Plan B electoral del presidente; la máxima protesta fue el zócalo de la Ciudad de México, a las 11:00 horas, donde se colocó un templete para que algunos de los representantes de las ahora -dijeron- 117 organizaciones convocantes, brindaran discursos y argumentos en contra de la reforma al INE.

El orador estelar fue el exministro José Ramón Cossío, adalid de los recursos jurídicos contra la 4T, quien llamó a los ministros de la Corte para reprobar las leyes electorales del plan B. También habló la iracunda periodista Beatriz Pagés, -exdiputada priista- quien aseveró que con las reformas que contemplaba el antedicho Plan, Amlo y seguidores “pretenden dar paso a una dictadura electoral”. (Baruc Mayen, en Infobae, 27-II-2023). Excitados, los integrantes del todavía FAM, batían las palmas y multiplicaban vivas.

Ahora pues, se llevaba a cabo la tercera gran marcha de las oposiciones, enmascaradas -como lo prueban los hechos- de sociedad civil. En la plataforma erigida en el centro de la capital azteca, tres personajes de reconocido color antiobradorista: Fernando Belaunzarán, rabioso experredista ahora panista; Amado Avendaño V., activista del Frente Cívico Nacional que juzga a Morena como enemiga de la democracia, y la panista fundadora del membrete Sociedad Civil México, Ana Lucía Medina Galindo, quien califica al presidente de sádico mediático, arengaban a la muchedumbre abigarrada, que ellos proclamaban como impresionante y que Enrique Krause, concurrente al acto vestido de paisano y cachucha, calificó como similar a las de 1968 (¡vaya figuración!, semejante a sus ideas); este afamado ingeniero-empresario de la historia- claramente indicó que el peligro de perder la democracia y la libertad, valores conquistados con sangre, y “que no permitiremos nos los quiten”, tiene su principal riesgo, en “el autoritarismo del presidente, el despotismo del presidente, la tiranía del presidente” y rubricó, que esa concentración sí era un evento político, pero como no veía banderas del PAN, el PRI ni el PRD, “los ciudadanos son los protagonistas de esta marcha”. (X antes twitter, de Reforma, 18-II-2024).

Por cierto, como no estaba la gigantesca bandera del zócalo, Leo Zuckerman (notorio antilopezobradorista) aseveró que “era una canallada y pinta de cuerpo entero a López Obrador”; junto a este comentarista, Héctor Aguilar Camín, encrespado explicó ese detalle: el mensaje siniestro del presidente fue, a los manifestantes, “yo estoy blindado aquí, (en palacio) contra ustedes que no son mexicanos y no están bajo el amparo de su bandera”. (Es la hora de opinar, Foro TV, 19-II-2024).

Haciendo un recorrido entre los miles de asistentes vestidos con indumentarias rositas, la mayoría de buena presencia física, tez blanca y porte garboso, todo observador se podía dar cuenta del talante de ellos. Me da mucho miedo -dice Mari Carmen, señora que porta una pancarta que rotula “El diálogo democrático construye puentes, el autoritarismo levanta muros”- y exterioriza: “me da pavor que el próximo sexenio gane MORENA”; cuando la interroga un youtubero, declara que asiste a la marcha porque tiene pesadilla que los de Morena “Quieran quitar la propiedad privada.” Por ello, considera que “Xóchitl es la mejor opción por el momento”. (Manuel Pedrero, desde el zócalo, 18-II-2024).

En la plancha del zócalo del antiguo DF, en medio de gritos de “voto libre” y pancartas que repiten “Democracia si, dictadura no”, un furibundo pancartista, ostenta en su cartel: “Basta de pejendejadas o nos lleva la shienbada” y entrevistado, no revela como llamarse pero manifiesta que asiste al acaecimiento porque está totalmente en contra “del loco” López Obrador, quien pretende perpetuarse en el poder a través de Sheinbaum; en cambio, Xóchitl es “una gran mujer, bien abusada”, aunque eso sí, todos los partidos le parecen corruptos, y él votará por el que sea menos. Otro individuo, quien manifestó ser Manuel Torres, despliega una placa con solo letras grandes (4T-VT- ALV), afirma que AMLO es un político que “no está preparado para ser gobernante, …desgraciadamente lo llevó el pueblo, pero el pueblo lo va a quitar”; de ahí que votará contra quien sea, pero en contra de la 4T.

El mosaico de leyendas que esgrimían las personas que concurrieron a la manifestación del domingo 18 de febrero, eran variadísimas; muchas aludían a las encuestas conocidas hasta la fecha (favorables ampliamente en pro de Claudia Sheinbaum), tildándolas de pagadas, por lo que, reprobándolas, clamaban “sí al voto informado”. Otros asistentes, sobre todo mujeres, manifestaban su temor por el comunismo, que podría imponerse con el lopezobradorismo, o bien otros repudiaban que México -con la 4T- pudiera ser una Cuba o Venezuela. En manos de un grupo, se podía leer un acróstico, que con el nombre Andrés, construían las palabras: A-bsurdo, N-ecio, D-emagogo, R-esentido, E-squizofrénico, S-invergüenza.

Otros cartelones esgrimían la leyenda: La Suprema Corte de Justicia no se toca, o la de “Basta del financiamiento del narco”. Muchos otros letreros, la verdad más que injuriosos al presidente del país, eran irreverencias a la moral y el lenguaje, por sus obscenidades, lo cual desmerece mucho a quienes los portaban, en general güeritos con matiz de fifí, de esas clases que ordinariamente se afrentan de las palabrotas, siempre que las pronuncien necesitados, prietitos o chairos. Como reza un viejo refrán: Lo que en el rico es alegría, en el pobre es borrachera.

“En defensa de la democracia”, fue el título de la marcha del 18 de febrero. Las organizaciones convocantes presentaron un “manifiesto ciudadano” en el que se pidió al gobierno (federal, estatales y municipales) “no meter las manos en las elecciones”, y se acusó a la administración nacional de promover “encuestas falsas para que creas que este arroz ya se coció y que la elección está definida”.

El evento llegó al cenit cuando arribó al templete el orador oficial de la manifestación, Lorenzo Córdova Vianello, precedido por José Woldenberg, santón del ramo electoral; José Ramón Cossío, quien fue ministro gracias a Fox y ahora está en retiro y la abogada Ma. Del Carmen Alanís Figueroa, expresidenta del Tribunal Electoral Federal: todos con el común denominador de tener ligas entre sí, además de jugosa pensión o ingresos elevadísimos, lo que los hace actuar con la tranquilidad de quien ve llover y no se moja. El “seudocaudillo de la democracia”, Córdova, expresó: “nos reunimos en las plazas del país para defender a la democracia y a las libertades y derechos que hoy pretenden arrebatarnos”. Desde luego que se refiere al “dictador” AMLO (¿?).

Entre alaridos de “fuera López” que se repitieron constantemente mientras hablaba el ex presidente del INE, señalando “no se vale destruir» las circunstancias, normas, y a las autoridades que validaron la renovación pacífica, apuntando: “No se vale exigir reglas de equidad, siendo oposición, y violarlas sistemáticamente, siendo gobierno, esa deslealtad hoy pone en peligro a nuestra democracia”. Y eso que el orador afirmó: “no estamos aquí para criticar a ningún gobierno”. (¡!)

También el señor Córdoba, rebatió las iniciativas del presidente, ahora tramitándose en el Congreso, prediciendo que, así como se detuvo el Plan A y el Plan B, de reformas electorales, las correspondientes a las propuestas del pasado 5 de febrero, no volverán a pasar por ser un “intento de arrebatarnos o debilitar nuestra democracia”. Eso sí, enfatizó: “las instituciones si se tocan, claro que sí, pero sólo si es para mejorarlas”, jamás para destazarlas, porque sería “robarnos la esperanza del futuro para regresar a un pasado autoritario que con mucho esfuerzo dejamos atrás”. A la par del discurso, atronaban las exclamaciones de “las instituciones no se tocan” y otra vez “fuera López”. Y se agotó el discurso, más o menos a la media hora de su inicio.

Variadas han sido las opiniones sobre esa multicitada movilidad. El mismísimo orador central (Córdova) dijo: “La democracia tiene quien la defienda. Somos muchas y muchos. ¿Está en riesgo la democracia ¿? Claro que no, quien eche a tocar las campanas como réquiem para la democracia, nomás no entiende lo que está pasando.” (Lorenzo Córdoba, testimonio en video de YouTube al terminar la marcha). A propósito de asistentes, estos no llegaron a los 700 mil que presumieron las oposiciones, ni los 90 mil que apreciaron las autoridades; el zócalo mide en total 46,800 metros cuadrados y estaba pleno, con las salvedades frente a Palacio Nacional, al lado de catedral, los corredores para desplazarse y las naturales separaciones entre persona y persona, por lo que, considerando un promedio de 6 personas por metro, dan un total de 280,800 concurrentes. Los números no tienen color y esa es la cifra real.

Xóchitl Gálvez, quien ya quisiera para su proyección una marcha como esa del 18 de febrero, declaró en un video: “Mientras México tenga ciudadanos y ciudadanas que salgan a manifestarse para defender su democracia, que ejerzan su derecho a la libre expresión de ideas, no habrá tentación autoritaria que pueda mandar al diablo a nuestras instituciones” (X, antes twitter, 18-II-24). Eso lo repitió en su registro ante el INE como candidata presidencial, el 20 del mes que corre, dedicando sus palabras centrales para atacar al presidente y “su candidata”: es decir, utilizando improperios en lugar de conceptos.

El historiador y maestro emérito, Lorenzo Meyer, explicó: En general, yo veo esto más positivo que negativo, pues lo que prueba es que existe real competición de ideas, reunión y democracia: el pluralismo está vivo. La derecha se inventa un demonio en Palacio para sentirse heroica: la oposición afirma que hay una dictadura, y el hecho es que tienen abierto el campo para presentar su proyecto, que a la mera hora no han mostrado. Ayer prevaleció lo que ya es natural para la derecha, decir “no se toca”: la democracia, la Constitución, el voto, el INE, los organismos autónomos, etc. O sea, quieren que el estatus quo que rige, exigen que continúe, lo cual contradice el discurso de Córdova, quien enfatizó no hubiese inmovilismo. (Los Periodistas, Sin Embargo, 19-II-024).

Entre los asistentes connotados, enemigos declarados de la Cuatro T, se vio: al hijo del padre del neoliberalismo mexicano, Enrique de la Madrid, -vástago del expresidente Miguel de igual apellido-, personaje central de la campaña de Xóchitl Gálvez; a Minerva Hernández Ramos, senadora del Partido Acción Nacional (PAN). Otros más fueron Mauricio Tabe, alcalde blanquiazul de Miguel Hidalgo; Marko Cortés, presidente nacional del PAN; Carlos Alazraki, espinoso publicista cercano a los partidos de oposición y Margarita Zavala de Calderón, diputada federal por el PAN y excandidata independiente -fallida- a la presidencia.

Asimismo, se encontraban Tania Larios, secretaria general del PRI de la Ciudad de México y su correligionaria Mariana Moguel Robles, expresidenta del PRI en la capital y aspirante a diputada local; Rosario Robles Berlanga, extitular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) hoy Secretaría del Bienestar, acusada de la cuantiosa “Estafa maestra”. Y desde luego, el singular impulsor del movimiento, el magnate Claudio X. González, cabecilla de organizaciones adversarias de la administración federal, quien, en su cuenta de X, escribió: “La marcha ciudadana por la democracia es una jornada electoral anticipada. Puede ser, debe ser, presagio del 2 de junio en el que México irá a las urnas para defender su derecho a ser libre y dueño de su destino.”

Innegablemente, el acto que comentamos se registró en muchas ciudades de la república y fue una marcha político-electoral. Los tres partidos -PRI, PAN Y PRD- de “Fuerza y Corazón por México” con su virtual padrino empresarial, azuzaron y buscaron sacar ganancia del movimiento: los portavoces s de la marcha mentían al decirse que no iban contra o a favor de nadie, empero embistieron a la aspirante de Morena y aliados, detractaron al primer mandatario y escarnecieron su investidura. Por lo tanto, la marcha fue amasijo de realidades, farsas y excesos

Concluyendo: entre los mexicanos hay diversidad, derecho a disentir, concientización y multipartidismo; la marcha fue provechosa porque al llevarse a cabo desmiente lo que la oposición pregona: que hay dictadura, carencia de libertad, ataques a la democracia, etc. En una tiranía, la marcha y los agravios infamantes jamás serían posible, en cambio, la oposición los realiza y sin recato recurre a la mentira (esencia de la antidemocracia), incentivando la polarización a la vez que desplegando “fake news” día a día, incitando incalificable guerra sucia que mancilla y degrada el noble oficio de la política. Esta actitud sórdida, aun cuando no lo crean los auspiciadores de ese movimiento, podrá resultarles contraproducente en las urnas, cuando los votantes, en uso de sus atributos, decidirán quién tiene la razón.

Por lo antedicho y de una vez por todas, entiéndase bien: la democracia mexicana, está más viva que nunca y el venidero dos de junio, pondrá a cada segmento participante en su lugar. El que tenga ojos que vea, y quien posea entendimiento que entienda.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Publicado

el

Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

Continuar Leyendo

CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

Publicado

el

Continuar Leyendo

NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Publicado

el

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.