OPINIÓN
Alfaro, AMLO y el agua: Enfoques disparejos en el caso de la presa de El Zapotillo

Por Pedro Vargas Ávalos //
El modo de ser de una persona es determinante para alcanzar metas en la vida. Por ello debemos conocer el ostensible carácter de un individuo, incluida su trayectoria, para percibir lo que persigue, es decir, su real objetivo.
Y nada mejor para valorar a las personas, que su conducta ante problemas de fondo, sustanciales, como en los tiempos actuales es solventar el tema del agua. Tan vital líquido, se presenta bajo distintos perfiles en su problemática: puede ser de índole internacional, territorial, rural, urbano, e incluso, artificial o natural.
Para México, es trascendente resolver año con año sus obligaciones con Estados Unidos, país con el cual tiene un tratado que desde 1944 debe cumplir puntualmente, so pena de dificultades delicadísimas con la potencia del norte. Recordemos como hace unos meses se recrudeció ese asunto, por la inconsecuente negativa de Chihuahua y su gobernador Corral, para que se aportara la cuota acuífera que nuestra nación debe cubrir conforme ese convenio. El primer magistrado federal supo resolver esa contrariedad con habilidad plausible.
Territorialmente, existen evidentes incongruencias, como es el caso de la distribución del torrente del río Lerma, que, en su recorrido desde el Estado de México hasta el lago de Chapala, soporta sustracciones exageradas, siendo Guanajuato la entidad que más abusa, por lo que Jalisco recibe exiguos remanentes contaminados. En muchos lugares de la república se carece de agua suficiente, como en la Laguna, Baja California, Zacatecas y sin ir muy lejos, en nuestra Entidad federativa, resaltando el caso del área conurbada de Guadalajara, que antes del temporal de este año, sobrellevó sequía pasmosa.
Por otra parte, las épocas de lluvias acarrean innumerables inundaciones a todo lo ancho y largo de la República, por lo que se aplican medidas de urgencia y cuantiosos planes especiales, para aliviar los daños que sufren los damnificados de esas catástrofes.
Por ello revistió peculiar importancia el tema latente de la presa El Zapotillo, misma que desde hace más de 16 años ha sido un calvario para los habitantes de Temacapulín y Palmarejo, municipio de Cañadas de Obregón, así como de Acasico, municipalidad de Mexticacán, en los Altos de Jalisco. El suplicio comenzó cuando el frívolo panista guanajuatense Vicente Fox, indujo a los ejecutivos de Jalisco y Guanajuato (sus correligionarios Francisco Ramírez Acuña y Juan Carlos Romero Hicks) aceptaran se construyera una presa que llevaría agua a León y algunos pueblos jaliscienses de Los Altos. La ubicación sería en la Cuenca del Río Verde, en el lugar conocido como El Zapotillo, del municipio de Cañadas de Obregón; el acuerdo se firmó, obsecuentemente, en Los Pinos, la entonces fastuosa residencia del presidente en la ciudad de México, el martes 24 de mayo de 2005.
Desde esa fecha, los habitantes de los tres pueblos aludidos, iniciaron su lucha para no desaparecer, pues el llevar agua a los leoneses, exigía tuviese el embalse una cortina de 105 metros de altura, con lo cual necesariamente se inundarían los poblados antedichos, lo que implicaba su muerte. Como antecedente tuvieron los lugareños, las proezas de los indómitos cazcanes que en el siglo XVI encabezaron una rebelión contra los conquistadores hispanos, quemando a Guadalajara de Tlacotán, derrotando al temible Tonatiuh Pedro de Alvarado (quien murió en la encomienda) y poniendo al borde del desastre la colonia entera.
Así las cosas, se llevó a cabo una tenaz contienda en variados frentes, siendo uno el jurídico y otro el de la concientización de los habitantes.
DIEZ Y SEIS AÑOS DE FÉRREAS BATALLAS
Van dieciséis años de bizarras batallas y tras obtener un amparo para que la cortina no sobrepase los ochenta metros de elevación, los inquebrantables aldeanos de los tres pueblos que abandera Temacapulìn (Temaca), parece que divisan el final del túnel y que su empeño vencerá.
Los dos gobernantes que concurren al desenlace de esta trama del Zapotillo, es decir del agua, son el gobernador de Jalisco (Enrique Alfaron Ramírez, EAR) y el presidente de México (Andrés Manual López Obrador, AMLO). Sus enfoques deberían de coincidir, aunque la forma de abordarlo es bastante dispareja. Para uno (AMLO) el pueblo es la última palabra; para EAR, lo que importa es de golpe tomar las medidas.
Por increíble que parezca, a la zona de Temaca, la ha visitado más veces (5) en tiempos recientes el primer mandatario nacional, que el estatal. Pero las asistencias que más importan son las de agosto y octubre de este año.
En la del 14 del primer mes predicho, AMLO les hizo el gusto a los lugareños de estar con ellos en su pueblo de Temacapulìn, y no hacerlos viajar a la presa motivo del dilema (como se había planeado), y ya en ese lugar, asegurarles que se haría lo que la mayoría resolviese, formulando la oferta de que la obra acuífera no rebasaría los 80 metros de cortina, el líquido vital solo sería para Guadalajara y pueblos de Los Altos de Jalisco, dejando para otra solución el tema de León. Además, les ofreció emitir un decreto para garantizar toda medida que fuese necesaria con el fin de que ninguno de los tres poblados en cuestión se anegara.
El gobernador se mostró complacido con la propuesta, se disculpó con su igual de Guanajuato, con quien había hace meses suscrito un convenio para distribuir el agua del Río Verde (el sustento de la presa Zapotillo) entre sus respectivos Estados.
Desde luego es de imaginar que esa disculpa de EAR (la inconveniencia fue por AMLO, pues lo del agua es competencia federal) no satisfizo a los guanajuatenses, quienes indignados amenazaron con no dar agua de sus embalses (como la presa Solís) para Chapala. Al presidente tocó apaciguar tales conatos de represalia.
El 10 del presente mes, regresó tal como lo ofreció, el presidente a Temaca. Y allí escuchó estipulaciones a que llegaron los habitantes amagados. Estos con buen sentido solidario, admitieron la presa, subrayaron que no pasara los ochenta metros de cortina y plantearon, para su seguridad, una especie de vertedero entre los 40 y 50 metros, con lo cual jamás serían inundados sus pueblos. También hicieron otros planteamientos, como ciertas indemnizaciones y resarcimientos, por todo lo que se les ha inferido en su perjuicio.
“¡Cuchillo, navaja, Temaca no se raja!”, gritaron los pobladores de la comunidad tras escuchar el discurso del Presidente, luego de que este reafirmara su compromiso de no inundar los tres poblados” nos dice Víctor Ramírez de OEM-Informex. En el presídium, EAR se veía incómodo, y hasta el collar de flores que se le obsequió, se lo quitó del cuello, en tanto que AMLO lo lució en todo momento. Y sigue diciendo, el reportero Francisco Félix: “16 años de confrontaciones con autoridades de todos los niveles y de distintos colores y siglas; de solidaridad regional, nacional e internacional, pero también de cansancio, angustia y enfermedades, e inclusive del fallecimiento de quienes no lograron resistir más, muchas veces consumidos por la tristeza a causa de vivir en una zozobra permanente. Más de tres lustros de remar a contracorriente, de resistir, bajo la consigna “ríos para la vida, no para la muerte”. (julioastillero.com, 11 oct.21).
Por cierto, que según ese reportero, cuando los del Comité Salvemos a Temaca, supieron que el gobernador estaría junto al presidente, decían que “Alfaro, otrora férreo opositor a la construcción de la presa, cambió de postura casi desde el inicio de su mandato y es calificado como “traidor” y “mentiroso” por los habitantes de Temacapulìn, Acasico y Palmarejo. La confirmación de su presencia causó algunas tensiones con el equipo de “avanzada” de AMLO. Por ello, cuando se inició la reunión del domingo 10, hubo abucheos y rechiflas contra EAR: “¡Temaca vive!” se leía en las playeras del ‘performance’ de los habitantes de la comunidad”.
Hablaron los del Comité de salvación y sobre todo su vocero y virtual líder moral, el exsacerdote Gabriel Espinoza, quien repitió el anhelo de las comunidades: recuperar por fin la paz que les fue robada por la imposición del proyecto de la presa. Entre los asistentes “se veía gente de distintos rincones del país, del estado, e inclusive de Europa y Norteamérica, que han seguido con atención la lucha en contra del proyecto El Zapotillo. Representantes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco e inclusive de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Todos están ahí para presenciar un día histórico”.
Tras el desfile de oradores de los vecinos, que en punto final piden se acabe con la pesadilla y les vuelva el alma al cuerpo, habla el presidente del país. Todos están atentos, y contentos porque no oirán al gobernador. Nos dice la crónica periodística del día siguiente: El mensaje presidencial es claro desde el inicio: Temacapulín, Acasico y Palmarejo no se inundan pues deben preservarse sus raíces, tradiciones, costumbres, difuntos, templos e historia. López Obrador da a conocer que los asesores técnicos que apoyan a los pueblos han solicitado medidas de mayor seguridad en la presa y anuncia que se atenderá la petición. Para reafirmar el compromiso, asevera: “Si se requiere presupuesto, yo puedo garantizarlo”. Aplausos y vítores.
Enseguida, el Presidente da un paso adelante en la propuesta y habla de un Programa Integral para el Bienestar de los Pueblos de la región que implicará la atención de caminos, el mejoramiento de viviendas y la creación de obras y programas de desarrollo. Lo principal, dice, será la corresponsabilidad entre el Gobierno y el pueblo y anuncia que se entregará el presupuesto directamente a las comunidades para la realización de las obras y programas. De esta forma, dice, a partir del conflicto inicial se construirá algo ejemplar y se demostrará que es posible alcanzar acuerdos a través del diálogo…habla de la oportunidad de unirse y reconciliarse. De cómo pasó del “ni perdón ni olvido” de sus tiempos en la oposición a su convicción actual de: “olvido, no; perdón, sí”. Hace un llamado a la solidaridad y dice que la presa es necesaria para dotar de agua a la gente humilde de Guadalajara. Finalmente, anuncia que volverá a Temacapulín (con todo su Gabinete) para firmar el acuerdo que incorpora las demandas de las comunidades”.
Ante lo anterior, EAR se muestra confuso. Escribe el reportero: “Durante todo el evento, el gobernador Enrique Alfaro aparece, ensimismado en su cubrebocas, fustigado, ofuscado, visiblemente molesto. A ratos, su rostro incluso adquiere tonalidades rojizas. Se quita el collar de flores de cempasúchil que le colocaron a su llegada. No aplaude ninguno de los discursos. Mira hacia arriba en señal clara de desesperación, como esperando que el evento se acabe cuanto antes. Se sabe repudiado. Los oradores de las comunidades no hacen mención de él, salvo para recriminarle. En un gesto de cortesía política, López Obrador finaliza su mensaje con un llamado a respetar al gobernador: “nada de odios. Ustedes son gente buena…Quiero pedirles de manera especial que tengamos mucho respeto, tal como se lo merece el gobernador Enrique Alfaro”, y añadió que el objetivo fundamental de la buena política es el “amor al prójimo”.
Son las 5 de la tarde del domingo 10 de octubre. En Temacapulín saben que no sólo han ganado una batalla. Han dado un ejemplo de lucha y dignidad. Y sí, aunque parezca increíble, al menos esta vez, parece que no ganaron los de arriba. Ha triunfado el pueblo. Y este festeja y canta.
Por su parte, Enrique Alfaro, lamentó que ante la presencia del Presidente no se haya concluido todo lo relativo a El Zapotillo: “Lo que se acordó “no es la ruta correcta”, dijo: “lamento mucho que los grupos de MORENA pretendan hacer de esto un tema político electoral”, en referencia a los desaires que recibió.
Y sobre el vertedero que exigieron los del Comité de Temaca, se expresó pesimista y reprobó lo del túnel o canal, invocando que él (EAR) es ingeniero civil, y sabe sobre la materia. Pero reitera que “aguantará” lo que sea con tal de lograr resolver el grave problema del agua para la Perla Tapatía. Finalmente, sobre la defensa que AMLO hizo de él, expresó tonante que “no ocupa que lo defiendan”.
Del tema del agua, la presa El Zapotillo, y la pesadilla que padecieron los tres poblados a que nos referimos, el lector podrá sacar sus conclusiones y razonar el modo de ser de AMLO y EAR, con motivo de sus dispares enfoques ante el pueblo estoico de la región de Cañadas, Yahualica y Mexticacán, en Los Altos de Jalisco.
JALISCO
Consejos para la jubilación

Opinión, por Arturo Pérez Díaz //
Cumplir 55 años no solo marca un nuevo capítulo en la vida, también enciende una alerta: es momento de pensar con seriedad en el retiro. Muchas personas posponen esta reflexión, confiadas en que aún hay tiempo.
Sin embargo, el marco legal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), establece requisitos que no se cumplen de la noche a la mañana y que, de no gestionarse oportunamente, pueden traducirse en la pérdida de derechos adquiridos durante toda una vida laboral.
Acorde al Consejo Nacional de Población (CONAPO), hasta el año 2024 el 12.3% de la población total del estado eran personas adultas mayores de 60 años o más, lo que equivale a 1 millón 085 mil 609 habitantes.
Así de grande es el problema de las jubilaciones en Jalisco, que en la mayoría de los casos se concibe como problema, dado que reciben pagos mensuales de miseria, en caso de que todo adulto de este grupo de edad haya logrado una jubilación.
Para entender el tema hay que revisar el artículo 138 de la Ley del Seguro Social, que indica requisitos para obtener una jubilación: para la pensión por vejez se necesitan 65 años de edad y al menos 500 semanas cotizadas (diez años de trabajo formal). Pero también existe la opción de cesantía en edad avanzada, disponible de 60 a 64 años de edad, si se cuenta con las mismas semanas cotizadas y ya no se tiene trabajo remunerado.
Aun así, ningún beneficio es automático: hay que solicitarlos y acreditar los requisitos ante el IMSS, lo cual puede ser confuso para muchos, además de que toma tiempo.
La decisión de pensionarse debe ser estratégica y no dejarla al tiempo porque equivale al olvido. Dejar pasar los años sin revisar cotizaciones, sin confirmar la situación laboral, sin conocer los montos aproximados de cesantía o jubilación por vejez, puede poner en riesgo no solo la pensión, sino también las asignaciones familiares, ayuda asistencial y servicios médicos a los que se tiene derecho (arts. 137 y 145).
Por ello, quienes cumplen 55 años deben comenzar ya el proceso de revisión de jubilación, analizando: semanas cotizadas, modalidades de retiro, documentación, trámites y requisitos ante el IMSS. Ser omiso y no hacerlo a tiempo puede llevar a perder beneficios irrecuperables. La vejez no llega de golpe, pero cuando lo hace, no perdona la omisión. Es mejor prevenir que lamentar.
Toda una vida de trabajo puede llevar el riesgo de jubilarse con montos injustos de 9 mil quinientos pesos mensuales. Sin embargo, la mayoría de la gente debería saber que hay opciones de incrementar las jubilaciones hasta montos mayores de 80 mil pesos, mediante una estrategia legal acorde a la propia ley del IMSS.
Una pensión justa es aquella que brinda los medios adecuados para pagar los servicios de salud, alimentación y cuidado del jubilado, pero muchas personas adultas no lograron una pensión, y los que sí tuvieron derecho recibieron pensiones de hambre.
Muestra de ello es que, a pesar de tener edad de retiro, la gente sigue trabajando. Así lo demuestra el INEGI, a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Según resultados del primer trimestre de 2024, el 19.5% de la población de 65 años y más en Jalisco era económicamente activa, es decir, 182 mil 375 personas; de las cuales 64.2% (117,108) eran hombres y 35.8% (65,267) mujeres. Destaca que, el cien por ciento de las personas adultas mayores económicamente activas se encontraba ocupado.
Una jubilación justa se debe empezar a trabajar a los 55 años de edad, en las próximas colaboraciones expondremos las estrategias para lograr pensiones mayores a lo que le tiene programado el IMSS a quienes caminan ya rumbo al sexto piso.
Lograr una vejez tranquila, sin tener necesidad de seguir trabajando hasta una edad muy avanzada, es posible, pero hay que informarse de los derechos laborales y de las prestaciones.
El mayor problema es el de personas que tienen más de 50 años de edad y hoy laboran sin seguridad social, sin los beneficios de una AFORE, INFONAVIT y sobre todo sin cotizar para una jubilación, que con una adecuada información, toda esta gente estaría a tiempo de rescatar una jubilación digna. La informalidad provoca daños en el futuro de los trabajadores, porque, llegado el tiempo, vivirán una vejez sin protección social, sin dinero.
La gente debería saber que existen mecanismos legales para regularizar su situación en cualquier giro laboral, logrando la protección del IMSS con servicios médicos, cirugías y medicamentos en el presente y una pensión para el futuro.
Algunos ejemplos de incorporación al IMSS son los trabajos domésticos, en donde miles de mujeres trabajan para un patrón que no les brinda hasta hoy la afiliación al seguro social que puede realizarse de una forma sencilla. Otro caso son los trabajadores de aplicaciones móviles como Uber y Didi, que a partir de junio de este año ya se deben inscribir por ley al IMSS.
También existen trabajadores independientes de alto nivel, como los dentistas, que siempre por tradición han sido independientes y no tienen patrón que los incorpore al seguro social. Para ellos también existen modalidades de afiliación al IMSS, y aunque muchos creen que la población de escasa formación es la víctima de la injusticia de las jubilaciones, esto no es así, también profesionistas están descobijados en su futuro laboral.
Si toda persona inscrita en el IMSS, que tiene ahora más de 55 años de edad y que pertenece a la Ley 73, se preocupara hoy por informarse, estaría a tiempo de evitar una jubilación injusta con montos bajos que empobrecen a los jubilados.
A la población que pertenece a la ley 73 del IMSS, le asiste la ley con varios beneficios que, sin embargo, no son ejercidos por ignorancia. El mayor beneficio es poder continuar cotizando para una jubilación a pesar de que se hayan quedado sin empleo, y por su edad, ya nadie quiso brindarles empleo formal.
El beneficio se conoce como continuación voluntaria, con lo que, al contribuir directamente y pagar su afiliación, podrán asegurar su retiro aun cuando se hayan quedado sin patrón y un empleo formal. Pero, adicionalmente, tienen el derecho de enriquecer su cotización, elevando el salario base, lo cual repercute en una pensión que puede ser en 2025 superior a 80 mil pesos mensuales.
Es tiempo de prepararse para el futuro y no dejarlo al día a día, el tiempo y el futuro están más cerca de lo que parece, infórmese.
E-mail: amper61@hotmail.com
Arturo Pérez Díaz es periodista independiente, ha sido docente de política, opinión pública y mercadotecnia política, así como asesor profesional de comunicación pública.
NACIONALES
Grupo Salinas y la erosión de la justicia fiscal

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La posibilidad de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falle a favor de Grupo Salinas, eximiendo al conglomerado de Ricardo Salinas Pliego de pagar más de 74 mil millones de pesos en impuestos, trasciende un simple revés fiscal: representa un agravio directo al pueblo de México.
Esta cifra colosal, que supera el presupuesto anual de 25 estados y el financiamiento de programas sociales esenciales como salud y educación, pone en evidencia una verdad incómoda: el poder económico puede doblegar las instituciones diseñadas para velar por el interés colectivo. En un país donde las desigualdades persisten, este caso no es solo un debate legal, sino un reflejo de cómo las élites financieras influyen en la democracia y erosionan la confianza ciudadana.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado un fallo favorable como “la injusticia llevada a la máxima expresión”, y su afirmación encuentra eco en los números. Con 74 mil millones de pesos se podrían construir hospitales como el Agustín O’Horán en Mérida, cuyo costo estimado es de 3 mil millones, financiar el programa de apoyo a mujeres de 60 a 64 años, con un presupuesto de 54 mil millones, o sostener la beca universal para estudiantes de secundaria, beneficiando a millones de jóvenes.
Estos recursos representan una oportunidad perdida para mejorar la calidad de vida de las mayorías, en contraste con el accionar de Grupo Salinas. Este conglomerado, que incluye gigantes como Elektra y TV Azteca, ha acumulado 32 litigios fiscales durante 16 años, retrasando desde 2008 el pago de impuestos que, según la Procuraduría Fiscal, debió saldarse. ¿Es esto justicia o un privilegio camuflado tras tecnicismos legales que solo los poderosos pueden costear?
El trasfondo de esta situación revela una relación alarmante entre el poder económico y el judicial. Durante casi dos décadas, Grupo Salinas ha empleado estrategias como amparos y maniobras dilatorias para evadir sus obligaciones fiscales, una práctica que ha escalado hasta llegar a la SCJN.
Reportes sugieren que ministros como Luis María Aguilar Morales han retrasado resoluciones, dejando expedientes congelados por meses, lo que alimenta sospechas de influencias indebidas. Este problema no es un fenómeno aislado ni reciente; tiene raíces en las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuando el emporio comenzó a litigar para eludir impuestos, acumulando una deuda que hoy alcanza niveles escandalosos.
La pregunta se impone: ¿quién protege los intereses de la nación cuando las instituciones ceden ante la presión de unos pocos magnates? La respuesta parece diluirse en un sistema donde la balanza de la justicia se inclina hacia quienes pueden pagar por su defensa.
Sheinbaum ha vinculado las críticas de TV Azteca —un brazo mediático de Grupo Salinas— contra la reforma judicial y su gobierno con un interés claro: preservar un sistema que permita a corporativos evadir responsabilidades fiscales. Este señalamiento no puede tomarse a la ligera. La cadena ha intensificado su narrativa en contra de las iniciativas del Ejecutivo, lo que refuerza la percepción de un conflicto de intereses.
Un fallo favorable a Grupo Salinas no solo legitimaría una deuda impaga, sino que enviaría un mensaje devastador: en México, la justicia se doblega ante quienes tienen los recursos para litigar eternamente, mientras el pueblo carga con las consecuencias económicas y sociales. Este precedente podría abrir la puerta a más empresas para seguir el mismo camino, agravando la erosión fiscal y la desigualdad.
Estos excesos del poder económico, respaldados por complicidades en el ámbito judicial, justifican la urgente necesidad de reformar el sistema. Millones de mexicanos, sin los recursos ni el acceso a un ejército de abogados como el de Salinas Pliego, quedan desprotegidos frente a un sistema que favorece a las élites.
A nivel local, la situación no es distinta. En Jalisco y otras entidades, se han documentado casos de jueces coludidos con funcionarios políticos para reprimir a ciudadanos que denuncian corruptelas, utilizando su autoridad para aplastar voces disidentes. Algunos de estos actores judiciales incluso buscaron el voto popular para perpetuarse en el poder, pero su pasado de complicidad ha sido expuesto, desmantelando su fachada de imparcialidad.
La reforma judicial propuesta por el gobierno actual busca romper con este ciclo de impunidad. Sin embargo, su éxito dependerá de la voluntad política y de la presión ciudadana para garantizar que los nuevos mecanismos no sean cooptados por los mismos intereses que hoy se cuestionan. Se espera que esta nueva etapa trace un horizonte donde la justicia sea verdaderamente igualitaria, sin distinción de clases ni influencias económicas.
En México y Jalisco, urge un sistema renovado donde el poder político y el económico no dicten el rumbo de la justicia, sino que esta responda a los principios de equidad y transparencia.
Este debate sigue vigente, reflejando las tensiones entre poder político y el económico, y el papel que el poder judicial ha asumido en un país en transformación. La ciudadanía debe mantenerse vigilante, exigiendo que la SCJN actúe con integridad y que las reformas prometidas se traduzcan en un sistema judicial que sirva a todos, no solo a unos pocos. Solo así se podrá cerrar el capítulo de los “juegos del poder” y abrir uno donde la justicia fiscal sea un pilar de la democracia mexicana.
JALISCO
Uribe y su circunstancia

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
Hay cuatro asignaturas en la agenda de Guadalajara que están fastidiando al gobierno de Movimiento Ciudadano: Inseguridad, agua, movilidad y basura.
En todas las evaluaciones brotan esos temas de manera consistente.
Personalmente creo que Verónica Delgadillo hace –como puede y con lo que tiene- un esfuerzo que merece un alto reconocimiento.
Y aunque no tenemos condiciones para afirmar que su labor pinta para lograr la postulación naranja con miras a nuestro próximo encuentro con las urnas, lo cierto es que nadie puede negar que le pone seriedad y esfuerzo a su función como presidenta.
En un contexto así, a Morena se le presenta una oportunidad única para conquistar el triunfo en menos de dos años.
Hay cartas con nombre y apellido en la baraja guinda.
Cito algunos con verdaderas posibilidades de alcanzar la nominación:
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Merilyn Gómez Pozos, presidenta de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara Federal de Diputados.
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Claudia Delgadillo González, ex diputada federal y ex candidata al gobierno del Estado.
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Carlos Lomelí Bolaños, ex candidato al gobierno de Jalisco y actual senador de la República.
Sin embargo debemos colocar en la primera línea a quien ya ha sido alcalde, Alberto Uribe.
Hombre de las confianzas de Marcelo Ebrard, es titular de la Dirección General de Contenido Nacional y Fomento en el Sector Energético y Coordinador del Corredor del Bienestar del Pacífico (Jalisco, Michoacán, Colima y Nayarit) de la Secretaría de Economía, posición que lo coloca en inmejorables condiciones para vincularse con sectores estratégicos que si bien no definen una elección, sí inciden en ella.
Por una extraña razón, distinguidos opinantes se resisten a suponer que a Uribe Camacho le aguarda un futuro prometedor en la escena electoral.
Yo difiero. Lo conozco, y si alguien sabe sortear el oleaje del impredecible e implacable mar de la política, es Alberto.
Por eso, para aquellos que sostienen que la historia sobre la designación de la candidatura de Morena rumbo a la alcaldía tapatía ya se escribió, vale la pena recordarles esa máxima que dice que en la política, como en la vida misma, la circunstancia lo es todo.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, activista, escritor y analista político.
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