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OPINIÓN

Cáncer de mama: Conocimiento, prevención y enseñanza

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Salud y bienestar, por Gabriela Arce Siqueiros //

Queridos lectores, me dirijo a ustedes con el propósito de hablar sobre un tema de gran relevancia y que, desafortunadamente, afecta a millones de personas alrededor del mundo: el cáncer de mama. Esta enfermedad no distingue género, edad ni condición social, y aunque mayormente se asocia con las mujeres, también puede afectar a los hombres.

Mi intención es ofrecerles información clara y precisa, que no solo brinde una mayor comprensión sobre el cáncer de mama, sino que también los motive a adoptar hábitos preventivos y a mantenerse atentos a los signos que puedan requerir atención médica.

¿QUÉ ES EL CÁNCER DE MAMA?

El cáncer de mama se origina cuando las células en el tejido mamario comienzan a crecer de manera descontrolada, formando un tumor que puede invadir los tejidos circundantes o diseminarse a otras partes del cuerpo. Aunque existen distintos tipos de cáncer de mama, los más comunes son el carcinoma ductal, que se desarrolla en los conductos que transportan leche, y el carcinoma lobulillar, que comienza en las glándulas que producen la leche.

Es importante tener en cuenta que no todos los tumores son malignos; algunos pueden ser benignos y no representar un peligro para la vida. Sin embargo, solo un diagnóstico médico adecuado puede determinar la naturaleza de un tumor, por lo que es esencial consultar a un profesional de la salud ante cualquier cambio en los senos.

Factores de riesgo. Aunque el cáncer de mama puede desarrollarse sin una causa aparente, existen varios factores que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad. Estos factores se dividen en modificables, aquellos que están bajo nuestro control, y no modificables, aquellos que no podemos cambiar.

Edad: El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad, siendo más frecuente en mujeres mayores de 50 años.

Historial familiar: Tener familiares cercanos (madre, hermana o hija) que hayan tenido cáncer de mama incrementa las probabilidades de padecer la enfermedad.

Mutaciones genéticas: Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 están asociadas a un riesgo mayor de cáncer de mama. Estas mutaciones pueden ser hereditarias y detectarse mediante pruebas genéticas.

Ciclos menstruales tempranos y menopausia tardía: Las mujeres que comenzaron su menstruación antes de los 12 años o que entraron en la menopausia después de los 55 años tienen un riesgo ligeramente mayor.

Obesidad y sobrepeso: El exceso de grasa corporal después de la menopausia está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama, debido a que el tejido adiposo produce estrógenos que pueden fomentar el crecimiento de células cancerosas

Consumo de alcohol: Beber alcohol en exceso puede aumentar el riesgo, ya que el alcohol altera los niveles hormonales y daña el ADN de las células.

Falta de actividad física: Las personas que llevan un estilo de vida sedentario tienen mayor riesgo de padecer cáncer de mama.

Uso prolongado de terapia hormonal: La terapia de reemplazo hormonal combinada (estrógeno y progesterona) tomada por más de tres a cinco años aumenta el riesgo de cáncer de mama.

SIGNOS Y SÍNTOMAS

El cáncer de mama puede desarrollarse sin causar síntomas en sus etapas iniciales, lo que hace aún más importante la autoexploración mamaria regular y las mamografías de rutina. A medida que el tumor crece, pueden aparecer algunos signos que requieren atención médica. Estos incluyen:

Un bulto o engrosamiento en el seno o en la axila.

Cambios en el tamaño o forma del seno.

Dolor en una parte del seno que no desaparece.

Secreción del pezón que puede ser clara, sanguinolenta o de otro color.

Cambios en la piel del seno, como enrojecimiento, hoyuelos o aspecto de “piel de naranja”.

Inversión del pezón (cuando el pezón se retrae hacia adentro).

Es crucial recordar que estos síntomas no siempre indican la presencia de cáncer de mama, pero cualquier cambio inusual debe ser evaluado por un profesional de la salud para descartar problemas serios.

DETECCIÓN TEMPRANA Y DIAGNÓSTICO

Uno de los mayores avances en la lucha contra el cáncer de mama es la posibilidad de detectarlo en sus fases iniciales, cuando es más tratable y las tasas de supervivencia son más altas. Las siguientes herramientas son fundamentales en la detección precoz:

Mamografía: Es la prueba de detección más común y eficaz para identificar anomalías en el tejido mamario. Se recomienda que las mujeres a partir de los 40 años se realicen una mamografía anual o bianual, dependiendo de sus factores de riesgo.

Autoexploración mamaria: Aunque no sustituye a las mamografías, la autoexploración mamaria regular puede ayudar a las mujeres a conocer mejor su cuerpo y a detectar cualquier cambio inusual. Se recomienda hacerlo una vez al mes, preferiblemente después del ciclo menstrual, cuando los senos están menos sensibles.

Ultrasonido y resonancia magnética (RM): Estas pruebas complementan la mamografía en casos donde es necesario un análisis más detallado, especialmente en mujeres con senos densos o en personas con un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Una vez que se detecta una anomalía, el siguiente paso es realizar una biopsia para determinar si el tumor es maligno. Durante una biopsia, se toma una muestra de tejido que es analizada en un laboratorio.

TRATAMIENTO

El tratamiento del cáncer de mama varía según el tipo de cáncer, el estadio en el que se encuentra y la salud general del paciente. Las opciones de tratamiento más comunes incluyen:

Cirugía: La cirugía es el tratamiento principal para la mayoría de los casos de cáncer de mama. Existen dos tipos principales: la mastectomía, en la que se extirpa todo el seno, y la tumorectomía, en la que solo se extrae el tumor y una pequeña cantidad de tejido circundante.

Radioterapia: Este tratamiento utiliza rayos de alta energía para destruir las células cancerosas en el área del tumor. Se suele emplear después de la cirugía para eliminar cualquier célula residual que pueda haber quedado.

Quimioterapia: La quimioterapia implica el uso de medicamentos para destruir las células cancerosas. Dependiendo del tipo y estadio del cáncer, puede administrarse antes de la cirugía (quimioterapia neoadyuvante) para reducir el tamaño del tumor, o después (quimioterapia adyuvante) para prevenir su reaparición.

Terapia hormonal: Algunos tipos de cáncer de mama son sensibles a las hormonas, por lo que la terapia hormonal ayuda a bloquear el estrógeno o la progesterona que puede estar alimentando el crecimiento de las células cancerosas.

Terapias dirigidas: Estas son tratamientos más recientes que atacan específicamente las proteínas o genes que fomentan el crecimiento del cáncer. Un ejemplo es el uso de anticuerpos monoclonales, como el trastuzumab, que se dirige a las células cancerosas HER2-positivas.

PREVENCIÓN Y ESPERANZA

Si bien no es posible prevenir por completo el cáncer de mama, adoptar hábitos de vida saludables puede reducir significativamente el riesgo. Mantener un peso adecuado, limitar el consumo de alcohol, realizar actividad física regularmente y someterse a exámenes de detección periódicos son medidas clave. Además, aquellas personas con antecedentes familiares fuertes de cáncer de mama pueden beneficiarse de pruebas genéticas para detectar mutaciones en los genes BRCA y, en algunos casos, considerar intervenciones preventivas.

Hoy en día, el diagnóstico de cáncer de mama ya no es una sentencia de muerte. Gracias a los avances en la investigación y el desarrollo de tratamientos cada vez más eficaces, la tasa de supervivencia ha mejorado notablemente, especialmente cuando se detecta a tiempo. La ciencia sigue avanzando, y con ella, las oportunidades de vencer a esta enfermedad.

El cáncer de mama es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, pero con el conocimiento adecuado y la detección temprana, se pueden salvar muchas vidas. Al mantenernos informados y adoptar hábitos saludables, estamos un paso más cerca de vencer este desafío. Recuerden, la prevención es la mejor herramienta a nuestra disposición.

Cuidémonos, estemos atentos y apoyemos a quienes luchan contra el cáncer de mama. Juntos, podemos hacer la diferencia. Me despido de ustedes y les recuerdo que juntos podemos trabajar hacia soluciones que promuevan la salud. Gracias por su atención y su compromiso con este artículo, siempre quedo atenta a sus comentarios.

E-mail: siqueiros.arte@gmail.com

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JALISCO

El choque de Lemus y la UdeG, un juego de equilibrios y reflexiones

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

El reciente enfrentamiento entre el gobernador Pablo Lemus Navarro y la Universidad de Guadalajara (UdeG) por la propuesta de corresponsabilidad en materia de seguridad es un capítulo más en la larga saga de tensiones entre el poder político y la máxima casa de estudios de Jalisco.

La propuesta de Lemus, que sugería destinar 200 millones de pesos del presupuesto universitario para mejorar la infraestructura de seguridad en los entornos de los planteles de la UdeG, desató una reacción contundente: un desplegado del Consejo de Rectorías que, con firmeza, recordó que la seguridad pública es una obligación constitucional del Estado, no de la universidad. Sin embargo, el desenlace —una mesa de diálogo que parece haber superado las diferencias— deja un terreno fértil para reflexionar sobre los actores, sus estrategias y las lecciones que este episodio deja para Jalisco.

Un gobernador con prisa y una universidad vigilante

Pablo Lemus, emanado de Movimiento Ciudadano, ha mostrado desde su llegada al gobierno un estilo pragmático, pero también ambicioso, que busca diferenciarse de su antecesor, Enrique Alfaro, con quien la UdeG mantuvo una relación de enfrentamientos abiertos.

Lemus, consciente de la deuda histórica en materia de seguridad —con Jalisco liderando las cifras de desapariciones en el país (15,348 casos al 31 de octubre de 2024)— propuso una solución que, en teoría, buscaba sumar esfuerzos. Sin embargo, su planteamiento de involucrar el presupuesto universitario tocó una fibra sensible: la autonomía de la universidad pública, un bastión defendido con celo por sus liderazgos.

La respuesta de la UdeG, liderada por la rectora Karla Planter, no se hizo esperar. El desplegado no solo rechazó la propuesta como una injerencia indebida, sino que subrayó que la universidad ya invierte significativamente en seguridad interna (más de mil millones de pesos desde 2013 y 222 millones aprobados para 2025). Este intercambio evidenció una vez más la capacidad de los universitarios para movilizar su autoridad moral y política, recordándole al gobierno que la universidad no es un actor subordinado, sino un contrapeso con peso propio.

El diálogo: ¿Reconciliación o tregua estratégica?

La mesa de diálogo, que incluyó a la rectora Planter, la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), Zoé García, y el propio Lemus, logró apaciguar las aguas. Se acordó trabajar en conjunto para fortalecer los protocolos de seguridad, retomar el programa Senderos Seguros y diseñar campañas preventivas contra las desapariciones.

Este desenlace, aunque positivo, no debe leerse como una victoria absoluta de uno u otro bando, sino como un ejercicio de pragmatismo político. Lemus, que se ha presentado como un gobernante abierto al diálogo, evitó escalar un conflicto que pudo haberle costado caro en términos de capital político.

Los Leones Negros, por su parte, reafirmaron su autonomía, pero aceptaron sentarse a la mesa, conscientes de que la seguridad de sus estudiantes es un tema que no pueden ignorar.

Poder, autonomía y la sombra de Alfaro

Este episodio deja varias lecciones. Primero, la propuesta de Lemus, aunque bienintencionada en su objetivo de proteger a los estudiantes, fue políticamente desacertada. Pretender involucrar el presupuesto universitario sin una negociación previa, subestima la historia de la UdeG como un actor político que ha enfrentado y sobrevivido a múltiples gobernadores.

Desde los tiempos de Raúl Padilla, la universidad ha sabido posicionarse como un contrapeso que no se doblega fácilmente. Lemus, aun en los primeros meses de su gestión, debe aprender que en Jalisco no se puede gobernar sin considerar a la máxima casa de estudios de Jalisco como un interlocutor clave.

Segundo, el desplegado de la UdeG no solo defendió su autonomía, sino que expuso una verdad incómoda: el Estado ha fallado en garantizar la seguridad pública, un problema que no puede transferirse a otras instituciones. La universidad, al destacar sus propias inversiones en seguridad, puso en evidencia las carencias del gobierno estatal, obligando a Lemus a recalibrar su discurso y pasar de la confrontación al diálogo.

Tercero, este choque refleja la sombra de Enrique Alfaro, cuyo enfrentamiento con la universidad por el recorte de 140 millones de pesos al Museo de Ciencias Ambientales marcó un precedente de tensión. Lemus, aunque ha prometido una relación respetuosa con la universidad, parece haber tropezado con un eco de ese conflicto. La pregunta es si este episodio será un aprendizaje para construir una relación más sólida o si, como en el pasado, las tensiones resurgen ante nuevas pugnas presupuestales o políticas.

¿Y ahora qué?

El diálogo alcanzado es un paso adelante, pero no garantiza una relación sin fricciones. La Universidad de Guadalajara, con su capacidad de movilización y su influencia en la opinión pública, seguirá siendo un actor vigilante. Lemus, por su parte, deberá demostrar que su discurso de “puertas abiertas” no es solo retórica.

La seguridad en Jalisco, especialmente en el contexto de las desapariciones, requiere una coordinación efectiva entre el gobierno estatal, el federal y la sociedad civil, incluyendo a la universidad. Sin embargo, esta coordinación debe respetar los roles institucionales y evitar cualquier percepción de intromisión en la autonomía universitaria.

En el ajedrez político de Jalisco, este episodio es una jugada que no termina en jaque mate, sino en un movimiento que reconfigura el tablero. Lemus ha mostrado voluntad de rectificar, pero la UdeG ha dejado claro que no cederá en su defensa de la autonomía. Mientras tanto, los estudiantes, el verdadero centro de esta discusión, esperan resultados concretos: entornos más seguros y una universidad que siga siendo un faro de conocimiento y resistencia. Jalisco, como siempre, observa expectante.

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Beisbol

Edwin Díaz se despide como un grande: Charros arrasa a los Dorados y enciende la pasión en el Panamericano

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Los Charros de Jalisco han encontrado su ritmo en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y lo demostraron con una contundente barrida ante los Dorados de Chihuahua en el Estadio Panamericano. Bajo la batuta de Benjamín Gil, “El Matador”, el equipo ha transformado su estilo de juego, convirtiéndose en una máquina de espectáculo que combina velocidad, estrategia y garra. Esta serie no solo marcó un punto de inflexión en la temporada, sino que también hizo vibrar a la afición jalisciense, que se rindió ante la entrega de sus caporales.

El fin de semana fue un despliegue de emociones. Charros, que venía de menos a más, consolidó su ascenso con una actuación histórica. Hace apenas unas semanas, el equipo rompió récords al robar 12 bases en un solo juego, superando la marca centenaria de 9 hurtos y demostrando que la velocidad es su nueva carta fuerte. Este ímpetu se trasladó al enfrentamiento contra Chihuahua, donde los albiazules no solo ganaron, sino que humillaron a sus rivales con un juego vibrante y una remontada épica que quedará grabada en la memoria de los aficionados.

El segundo juego de la serie, el sábado por la noche en Zapopan, fue el clímax de la hazaña. Con un marcador adverso de 0-6, los Charros se negaron a rendirse. La afición, al borde de sus asientos, fue testigo de una remontada electrizante que culminó en la novena entrada. Fue entonces cuando el puertorriqueño Edwin Díaz, en su despedida de la temporada con Jalisco tras ser convocado por los Astros de Houston, conectó un batazo decisivo para dejar en el terreno a los Dorados con un apretado 11-10. El hit no solo aseguró la serie, sino que selló una noche mágica para Díaz, quien se fue de 3-3, con dos remolcadas, dos anotadas y un par de bases por bolas, despidiéndose como héroe.

La barrida a Chihuahua no fue solo un triunfo deportivo, sino una declaración de intenciones. Bajo el liderazgo de Gil, los Charros están redefiniendo su identidad: un equipo que combina talento joven, como el de Díaz, con una estrategia agresiva que pone en jaque a cualquier rival. La afición, entregada, respondió con un rugido que retumbó en el Panamericano, recordándonos por qué el beisbol es el deporte rey en Jalisco. Este equipo, que apenas comienza a escribir su historia en la temporada, ya nos hace soñar con la gloria en la LMB.

Mientras Edwin Díaz se prepara para brillar en las Grandes Ligas, los Charros de Jalisco se consolidan como un contendiente serio. La barrida a Dorados es un aviso: este equipo no solo juega, sino que enamora, pelea y, sobre todo, gana. Que siga el espectáculo, porque en Zapopan la pelota está más viva que nunca.

CHARROS LLEGA A MEDIA TABLA

Los Charros están encendiendo la pasión en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), consolidándose como un equipo que, de menos a más, ha encontrado su ritmo bajo la dirección de Benjamín Gil, “El Matador”. Este lunes, los albiazules amanecen en el quinto lugar de la Zona Norte con un récord de 14 victorias y 13 derrotas, a solo 4.5 juegos del líder Sultanes de Monterrey (18-8). Con Acereros (15-11), Tecos (14-11) y Toros (15-12) por encima, los jaliscienses han superado a Algodoneros, posicionándose en la pelea por un codiciado boleto a los playoffs.

El ascenso de Charros no ha sido casual. Los ajustes estratégicos de Gil y la directiva, especialmente en el cuerpo de pitcheo, han dado frutos, transformando a un equipo que ahora combina garra ofensiva con una defensa más sólida. Sin embargo, el pitcheo sigue siendo el talón de Aquiles de los caporales. Tanto los lanzadores inicialistas como el relevo han mostrado altibajos, y la afición espera que las recientes modificaciones permitan al equipo mantener el impulso en esta etapa crucial de la temporada.

La próxima semana será una prueba de fuego en el Estadio Panamericano, cuando Charros reciba a los Sultanes de Monterrey, líderes indiscutibles de la Zona Norte. Este enfrentamiento pondrá a prueba la capacidad de los lanzadores jaliscienses para contener a una ofensiva poderosa que ha dominado la liga. La serie no solo es una oportunidad para medir el progreso de los Charros, sino también para enviar un mensaje claro: los albiazules están listos para competir con los gigantes de la LMB.

La afición, siempre fiel, espera que el Panamericano se convierta en un fortín donde los Charros demuestren que su ascenso no es pasajero. Con el liderazgo de Gil y el apoyo de Zapopan, el equipo tiene todo para dar la sorpresa y acercarse aún más a la postemporada. Que retumbe el estadio, porque los Charros están decididos a seguir escalando en el “deporte rey”.

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JALISCO

Revictimización en tiempo real: El asesinato de Valeria Márquez y la simulación de la justicia digital

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

Un disparo, dos palabras y una pantalla en negro. “¿Tú eres Valeria?”, preguntó el asesino. “Sí”, respondió ella. Luego vino el silencio digital, pero también el estruendo mediático. Así murió Valeria Márquez, influencer de 23 años, frente a miles de espectadores en TikTok. No fue una muerte íntima, ni siquiera clandestina. Fue una ejecución pública, transmitida en tiempo real desde su salón de belleza, con la fría lógica de un espectáculo contemporáneo: la violencia como contenido, el crimen como clip, el morbo como algoritmo.

Lo que siguió fue el guion ya conocido de la tragedia mexicana: un fiscal que promete “indagar”, sospechosas públicas sin pruebas, “amigas” que se convierten en tendencia y un video que se replica sin cesar, sin ética, sin ley. Las redes sociales convirtieron el asesinato en un trending topic. Mientras la Fiscalía de Jalisco, en voz de Salvador González, declaraba que “se están haciendo entrevistas”, la opinión pública ya tenía culpables, móviles y teorías. La justicia, como siempre, llegó tarde. Y sin dientes.

Este no es un caso aislado. Es el reflejo de una constante nacional: la combinación letal entre violencia de género, impunidad institucional y exposición digital. Valeria no solo fue asesinada. Fue revictimizada. Su muerte fue reproducida, analizada, editada y compartida como si se tratara de un episodio más en la serie criminal que es la realidad cotidiana de este país.

UNA LEY DE NOMBRE BONITO Y APLICACIÓN NULA

¿Dónde está la Ley Ingrid? Esa que, tras el brutal feminicidio de Ingrid Escamilla, prometía castigar con cárcel a quien difundiera imágenes o videos violentos de mujeres asesinadas. Esa que fue aplaudida en tribuna y aplaudida por funcionarios que hoy guardan silencio. Esa que, en los hechos, no existe en la mayoría de los estados. Jalisco, por ejemplo, no la ha implementado en su Código Penal. ¿Qué clase de Estado crea leyes simbólicas que no puede o no quiere aplicar?

En teoría, la Ley Ingrid sanciona la difusión de imágenes o videos violentos. Pero hay dos condiciones que la vuelven inútil en casos como el de Valeria: uno, que el material provenga de servidores públicos, y dos, que el estado en cuestión haya armonizado su legislación local. Nada de eso ocurrió aquí. El video se generó desde su propia cuenta de TikTok. Y Jalisco, aunque presentó una iniciativa en 2021, no ha aprobado nada.

La abogada feminista Leslie Jiménez lo resume con claridad en una entrevista al portal lacaderadeeva.com: “No hay un delito que se tenga que investigar porque no está en el Código Penal de Jalisco”. Así de simple. La justicia depende del código postal.

DE LA INDIGNACIÓN AL ESPECTÁCULO

No deja de ser cínico que mientras el crimen organizado ejecuta a mujeres jóvenes con la misma facilidad con que comparte “narcocorridos” en plataformas digitales, la sociedad mexicana —esa masa morbosamente conectada— consuma los asesinatos como parte de su dieta diaria de entretenimiento. Lo vimos con Ingrid Escamilla. Lo vivimos hoy con Valeria Márquez.

En redes sociales, el dolor se convierte en carne de cañón para influencers, páginas de “noticias” y tuiteros de ocasión. El asesinato es apenas el pretexto para subir seguidores, comentarios, monetización. No se busca justicia, sino visibilidad. No se exige un Estado funcional, sino una teoría que entretenga.

Y mientras tanto, las autoridades fingen que trabajan. Se limitan a pedir “respeto”, a prometer “líneas de investigación abiertas” y a deslindarse de la viralización del contenido. Pero ¿dónde están las órdenes para eliminar esos videos? ¿Dónde están las sanciones a medios que revictimizaron a Valeria? ¿Dónde está la famosa Comisión Calificadora de Publicaciones de la Secretaría de Gobernación?

Según información oficial, entre noviembre de 2023 y noviembre de 2024 no se ha iniciado ni una sola carpeta de investigación bajo la Ley Ingrid. Ni una. El mensaje es claro: el feminicidio sí se puede viralizar, no pasa nada. La ley existe solo en el boletín de prensa.

Por supuesto, las redes sociales tienen responsabilidad. TikTok, Facebook, X (antes Twitter), Instagram: todas han permitido la reproducción del video del asesinato de Valeria. Algoritmos que no detectan violencia explícita, sistemas de denuncia ineficaces y políticas ambiguas permiten que estos contenidos circulen impunemente.

Estas plataformas son empresas privadas con poder global, pero en México operan como si no tuvieran obligación alguna con los derechos humanos. No hay transparencia, no hay auditorías, no hay sanciones. Tampoco hay voluntad política para regularlas con eficacia. Ni el IFT ni la Segob ni el Congreso se atreven a tocarlas. La censura preocupa más que la impunidad.

El asesinato de Valeria Márquez nos recuerda que en México el cuerpo de las mujeres es territorio de conquista: física, simbólica, económica. Se les asesina y luego se les monetiza. La violencia no termina con el disparo: continúa en el clic, en la réplica, en el consumo.

Mientras los fiscales y legisladores siguen discutiendo competencias, las mujeres siguen cayendo. Y cuando una de ellas tiene cámara, seguidores y estética propia, el crimen adquiere rating. La línea entre la denuncia y el espectáculo se vuelve tan delgada como la ética de quienes lucran con el dolor ajeno.

En la historia de este país, pocas veces se ha hecho justicia a las víctimas de feminicidio. Y en el entorno digital, la impunidad se duplica. No basta con sancionar al asesino: hay que frenar el sistema que reproduce la violencia con cada reproducción, con cada compartido.

Lo que sigue, si todo permanece como hasta ahora, es la repetición. Otra mujer será asesinada. Otro video se hará viral. Otra ley será redactada, aprobada y engavetada. Y la opinión pública, adicta al horror, pedirá justicia con un tuit mientras comparte el video que alimenta al mismo monstruo que dice combatir.

Valeria Márquez no fue sólo víctima de un feminicidio. Fue víctima de una cultura que ha normalizado la muerte de mujeres como si fuera parte del espectáculo. Su caso es espejo y síntoma: de un Estado ineficaz, de una sociedad desensibilizada, de una justicia que no actúa y de una tecnología que reproduce violencia sin freno.

Y mientras no cambiemos ese ecosistema, no habrá ley —ni Ingrid ni ninguna— que nos salve. Porque las leyes sin voluntad, sin sistema judicial funcional y sin ética pública son sólo tinta muerta. Como tantas otras promesas rotas en este país donde morir mujer, y en vivo, sigue siendo una noticia que nadie quiere atender… salvo para verla repetida una y otra vez.

En X @DEPACHECOS

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