OPINIÓN
Despensas de dudosa procedencia

Metástasis, por Flavio Mendoza //
Por si fuera poco el problema presupuestal que enfrentan las Escuelas de Tiempo Completo, hay una operación financiera en el Estado de Jalisco con innumerables inconsistencias que debería ser objeto de revisión con lupa, pues pone en jaque a dicho programa.
En las Escuelas de Tiempo Completo de 8 horas se presta el servicio de alimentación (comida) para los estudiantes, en Jalisco existen 258 escuelas de este tipo, a las que se les destina dentro del presupuesto para cada año fiscal un recurso específico para la compra de alimentos, con base a las Reglas de Operación del Programa Escuelas de Tiempo Completo (PETC) para el ejercicio fiscal 2020 se destinó un costo por alumno de 15 pesos por día clase, independientemente que el presupuesto para este año traía un recorte de más del 50%, se dispuso del mismo para el periodo de enero a julio, sin embargo derivado del cierre de las escuelas desde el mes de marzo, el recurso no se operó en tiempo y forma, por lo que la Coordinación Estatal del PETC de la Secretaría de Educación Jalisco determinó que el recurso para el servicio de alimentación se entregara de manera directa en despensas por cada estudiante, operación que tardó meses en concretarse y que además está plagado de irregularidades.
A finales del mes de mayo, la Coordinación Estatal del PETC citó a directores de estas escuelas para explicar el procedimiento del ejercicio de dicho recurso, que con base en las Reglas de Operación 2020 establece que el apoyo financiero para el servicio de alimentación se deberá entregar directamente a las escuelas y éste deberá ser ejercido con total transparencia y sólo para los fines establecidos (Acuerdo No. 29/12/2019, RO 2020, punto 3, numeral 3.4), es decir para la compra de alimentos. Sin embargo, la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ) solicitó a los directores firmar un acuerdo para que Diconsa fuera quien entregara las despensas ya hechas por los montos exactos asignados para cada Escuela y los directores en conjunto con los coordinadores del servicio de alimentación sólo tendrían que entregar el cheque, por el monto total que les fueron asignados, a dicha empresa. Y pese a que algunos directores, como fue mi caso, manifestamos nuestra inconformidad y duda sobre los acuerdos directos de la SEJ, de palabra se garantizó ser una transacción transparente y con toda la logística para hacer fácil la comprobación de dichos recursos beneficiando a las familias de los estudiantes.
No fue hasta finales del mes de noviembre cuando comenzó la dispersión de los recursos a las cuentas mancomunadas aperturadas por los directivos, al mismo tiempo que comenzaron a entregar las despensas desde las bodegas de Diconsa a las escuelas y es ahí donde comienzan las dudas, pues el costo por cada despensa es de $1,649 pesos, sin embargo solo se entregaron 11 variedades de productos por despensa, para un total de 20 artículos correspondientes a 1 kg de arroz, 5 pastas de verdura, 4 latas de ensalada de verduras, 2 bolsas de atún en agua, una bolsa de tinga de pollo, una bolsa de picadillo de res, una bolsa de chilorio de cerdo, una bolsa de frijol refrito, dos bolsas de hojuela de papa, una bolsa de carne de pollo y otra de carne de res en trozo marca el Fogón del Tío.
Cada escuela recibió igual número de despensas como alumnos matriculados en dichos centros educativos, pero adicional a las despensas llegaron a las escuelas artículos de limpieza comprados con el mismo recurso destinado al servicio de alimentación, lo que está prohibido por las propias reglas de operación, pero además el gel a base de alcohol y la solución sanitizante sin marca tuvieron un costo por litro de $106.77 y $47.91 pesos respectivamente y los artículos de limpieza facturados para cada escuela no corresponden al número de despensas.
La preocupación surge por la selección de alimentos que no es acorde a las necesidades básicas de las familias y para nada cercano a los productos de la canasta básica, los artículos embolsados de alimentos procesados principalmente carne son de marcas desconocidas en el mercado local, además de dudosa calidad, tan sólo en las carnes y atún embolsado hay un gasto de más de 900 pesos. Así mismo cabe aclarar que en el caso de los productos que sí se encuentran en el mercado tienen una variación de precio considerable, por ejemplo, en el caso de la pasta de verduras marca Italpasta de 200 g se encuentra en la tienda Waltmart en un precio unitario de $5.60 y Diconsa la facturó en $7.32 pesos, una diferencia del 30% más, considerando precio unitario. El colmo es que los propios jefes de almacén de las bodegas Diconsa han argumentado que la paraestatal no comercializa los productos que fueron entregados, salvo el arroz.
Por lo que es necesario dejar algunas preguntas al Gobierno del Estado de Jalisco sobre el ejercicio de este recurso:
¿Quién seleccionó y con base en qué los productos que se entregarían?
¿Por qué Diconsa tiene precios más altos de algunos productos que otras tiendas de conveniencia y/o supermercados?
¿Por qué las marcas de la mayoría de carnes procesadas y embolsadas no se encuentran en el mercado ni hay referencias de la calidad de dichos productos?
¿Por qué 10 de los 11 productos vendidos por Diconsa no se encuentran en su catálogo de productos comercializados, ni en stock de bodegas y tienditas comunitarias de dicha empresa?
¿Por qué se dispersó el recurso a las cuentas bancarias hasta finales del mes de noviembre previo al cierre del ejercicio fiscal?
¿Por qué se pidió a los directores aceptar un convenio con Diconsa sin establecer con claridad los productos y costos de estos?
Definitivamente hay muchas cosas que aclarar, principalmente para los cientos de directores escolares quienes al final serían los responsables de la compra directa a Diconsa, aceptando un acuerdo entre esta empresa y la Secretaría de Educación Jalisco.
Twitter: @FlavioMendozaNA
JALISCO
Mis dudas razonables sobre el futuro de la transparencia en Jalisco

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Representa la propuesta del gobernador Pablo Lemus un retroceso en la autonomía y participación ciudadana del Subsistema de Transparencia y su Consejo Consultivo?
Lemus promete un “organismo completamente ciudadano”, integrado por rectores, empresarios y miembros de la sociedad civil. Sin embargo, el proceso de designación del titular y los consejeros del órgano desconcentrado dependerá de ternas propuestas por el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) y el Consejo Consultivo, pero la decisión final recaerá en el gobernador.
Esto genera suspicacias: ¿cómo puede ser un organismo ciudadano si el Ejecutivo tiene la última palabra?
De entrada, la transferencia de las funciones del ITEI a la Contraloría del Estado, un organismo subordinado al Ejecutivo, plantea serias dudas. Este modelo, inspirado en el federal (“Transparencia para el Pueblo”), ha sido criticado por su falta de independencia, y en Jalisco parece repetirse el mismo error.
La falta de autonomía podría convertir al órgano desconcentrado en una extensión del gobierno estatal, incapaz de sancionar la opacidad o exigir rendición de cuentas de manera imparcial, como advirtió Olga Navarro, titular del ITEI, al señalar que las autoridades serán “juez y parte”.
Por un lado, el gobernador exalta la participación ciudadana en 15 foros con más de 3,000 asistentes; por otro, académicos critican que las propuestas de la iniciativa “Compromiso Jalisco por el Derecho de Acceso a la Información” fueron ignoradas por el Congreso del Estado.
Esta iniciativa pedía un Sistema Estatal de Transparencia robusto y un Consejo Consultivo verdaderamente ciudadano, pero los legisladores de la alianza Movimiento Ciudadano-Morena optaron por un modelo que centraliza el poder en la Contraloría.
La exclusión de estas propuestas debilita la legitimidad del nuevo sistema y refuerza la percepción de que la reforma busca cumplir con la desaparición del INAI e ITEI sin innovar ni proteger los avances de Jalisco, pionero en transparencia.
La centralización en la Contraloría podría generar conflictos de interés, especialmente en casos que involucren información sensible, como contratos, licitaciones o el ejercicio del gasto público.
Otro punto débil es la falta de claridad en temas como datos abiertos y rendición de cuentas. Aunque la iniciativa menciona transitar hacia datos abiertos y mantener la publicación de sueldos, agendas y obras públicas, la vaguedad de estas promesas las deja sin fuerza.
LAS CONTRALORÍAS MUNICIPALES
La iniciativa del gobernador contempla legislar la obligatoriedad de transparencia en los 125 municipios de Jalisco, un aspecto que la reforma federal omite. Sin embargo, esta propuesta choca con la realidad, el problema es que la gran mayoría de los municipios del estado carecen de la fortaleza económica de los ayuntamientos de la zona metropolitana.
Es positivo que se piense en los municipios, pero sin un plan robusto para capacitar y financiar sus contralorías, la transparencia municipal será una quimera. Muchos ayuntamientos ya incumplen con sus obligaciones actuales; ¿cómo esperamos que manejen un sistema más complejo?»
La carga adicional a las contralorías municipales podría generar desigualdades en el acceso a la información entre municipios urbanos (como Guadalajara) y rurales, perpetuando la opacidad en regiones marginadas.
Sin un marco claro, ¿qué garantiza que este modelo no se quede en buenas intenciones?
El ITEI, con sus limitaciones, tenía mecanismos para obligar a las autoridades a transparentar información; el nuevo sistema, en cambio, podría permitir que se eluda la publicación de datos clave, debilitando 20 años de cultura de transparencia en Jalisco.
La iniciativa de Pablo Lemus, aunque bien intencionada, resulta insuficiente al priorizar la armonización federal sobre los avances históricos de Jalisco en transparencia. El estado, que fue referente nacional, corre el riesgo de dar un paso atrás si este modelo no se fortalece con verdadera independencia y participación ciudadana. La transparencia no se decreta; se construye con hechos.
JALISCO
Transparencia en Jalisco: El costo político de extinguir el ITEI

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El 10 de junio de 2025, el Congreso de Jalisco aprobó con 27 votos a favor de Movimiento Ciudadano (MC), Morena, Hagamos, Futuro, PT y Verde, y 8 en contra de PAN y PRI, la desaparición del Instituto de Transparencia e Información Pública de Jalisco (ITEI), cuyas funciones fueron transferidas a la Contraloría del Estado.
Esta decisión, que armoniza la legislación local con la reforma constitucional federal de 2024 impulsada por Morena para eliminar organismos autónomos como el INAI, ha desatado un debate crucial: ¿fortalece o debilita la transparencia en Jalisco? La medida, aunque obligada por la federación, revela tensiones políticas, contradicciones ideológicas y un pragmatismo que podría costarle caro al gobierno de Pablo Lemus.
¿Cómo lo va a tomar el elector local? ¿Qué tanto le va a afectar a Movimiento Ciudadano ir con Morena en esta decisión de desaparecer al ITEI? Pablo sacrifica parte de la autonomía regional que demandó en campaña contra el centralismo chilango -así le llamó- para evitar conflicto con la presidenta Claudia Sheinbaum
La reforma federal, respaldada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum, extinguió el INAI y reasignó sus tareas a la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, una dependencia del Ejecutivo.
En Jalisco, el Congreso tuvo hasta el 18 de junio de 2025 para alinear su marco legal, optando por disolver el ITEI y crear un órgano desconcentrado dentro de la Contraloría. Aunque Lemus no inició esta reforma, su decisión de alinearse con Morena en el Congreso local contrasta con la postura combativa de su antecesor, Enrique Alfaro, quien desafió al gobierno federal en defensa de la autonomía estatal. Este pragmatismo sugiere que Lemus prioriza la gobernabilidad y una relación tersa con Sheinbaum, pero a un costo político que aún está por definirse.
Movimiento Ciudadano enfrenta una contradicción evidente. En el Senado, su coordinador, Clemente Castañeda, defendió con vehemencia la autonomía del INAI durante las discusiones de 2024, calificando su eliminación como un retroceso democrático que socavaría la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción.
En el foro “Diálogos Abiertos por la Transparencia” de noviembre de 2024, Castañeda respaldó a expertos que alertaron sobre los riesgos de centralizar funciones en el Ejecutivo, como la pérdida de la Plataforma Nacional de Transparencia y la falta de independencia en la gestión de información pública.
Sin embargo, en Jalisco, los legisladores de MC votaron junto a Morena para extinguir el ITEI, exponiendo una dualidad discursiva que podría confundir a su base electoral, especialmente en un estado donde MC ha construido su identidad en torno a la autonomía regional y la crítica al centralismo.
El ITEI, hay que reconocerlo, no era un bastión de imparcialidad. Durante el sexenio de Alfaro, expertos en transparencia acusaron al organismo de ser cooptado por el Ejecutivo, funcionando más como una extensión del poder estatal que como un contrapeso al servicio de la sociedad. Gabriel Torres Espinoza, académico y analista, cuestiona la utilidad de los Organismos Constitucionalmente Autónomos (OCA), describiéndolos como “burocracias politizadas, independientes solo en el papel”. En su opinión, muchos OCA, incluido el ITEI, se convirtieron en espacios para colocar aliados en la nómina o tejer redes de influencia con fines de lucro, desviándose de su propósito original. “Deben ser contrapesos reales, no simulaciones ni monumentos vacíos”, sentencia Torres, reflejando un escepticismo compartido por sectores críticos que ven en la extinción del ITEI una oportunidad para replantear la transparencia, siempre que se garantice su efectividad.
Consciente de las críticas, Lemus propuso un nuevo modelo dentro de la Contraloría, con participación de universidades, sociedad civil y actores independientes, para preservar la transparencia y el acceso a la información. Sin embargo, PAN y PRI han acusado al gobierno de convertirse en “juez y parte” al subordinar estas funciones a un organismo dependiente del Ejecutivo, lo que podría comprometer la imparcialidad.
La alianza de MC con Morena, su rival directo en las elecciones intermedias de 2027, añade una capa de complejidad. En campaña, Lemus prometió resistir el “centralismo chilango”, pero su voto conjunto con Morena podría alienar a votantes que valoran la autonomía regional, especialmente en un contexto donde la polarización política está en aumento.
El impacto electoral de esta decisión es incierto, pero significativo. MC ha dominado Jalisco en los últimos años, pero la percepción de que Lemus cede ante el gobierno federal podría erosionar su capital político, particularmente entre los sectores urbanos y jóvenes que apoyaron su discurso de independencia. Además, la transferencia de funciones a la Contraloría plantea desafíos operativos: ¿tendrá la capacidad técnica y la autonomía necesaria para manejar solicitudes de información y garantizar la protección de datos? La inclusión de la sociedad civil en el nuevo modelo es un intento de mitigar estas dudas, pero su éxito dependerá de la transparencia en su implementación y de la vigilancia ciudadana.
En última instancia, la extinción del ITEI refleja un dilema más amplio: cómo equilibrar la armonización con las reformas federales sin sacrificar los principios de autonomía y transparencia que Jalisco ha defendido. Lemus apuesta por un enfoque pragmático, pero el costo político y social de esta decisión podría manifestarse en las urnas y en la confianza ciudadana, especialmente si el nuevo modelo no logra desterrar las prácticas de control que marcaron al ITEI en el pasado.
JALISCO
Un gobernador de redes sociales: La diplomacia según Lemus y el silencio que delata…

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Pablo Lemus quiso jugar a la diplomacia. Se colocó su traje de “estadista internacional”, abrió su cuenta de X y decidió pronunciarse —veinticuatro horas después— sobre un conflicto que ni le competía ni le concernía directamente, pero que olía a oportunidad política: una funcionaria menor de Morena, Melissa Cornejo, fue cancelada —en redes y en visa— por el exembajador Christopher Landau, actual vicecanciller estadounidense. Lemus, con más cálculo que convicción, tomó aire, y escribió: “Eso no es Jalisco”.
Pero, ¿qué es Jalisco para Lemus? ¿Es acaso ese estado ejemplar que presume ante los diplomáticos gringos mientras, al mismo tiempo, sufre una de las tasas más alarmantes de desapariciones en el país? ¿Es ese “pueblo hermano” que, según él, mantiene relaciones respetuosas con los Estados Unidos, mientras la impunidad se pasea libremente entre sus aliados políticos, como Enrique Alfaro en Madrid, sin rendir cuentas por los más de 17 mil desaparecidos?
En su intento por desmarcarse de Melissa Cornejo —una joven militante que se inmoló en un tuit rabioso contra el imperio migratorio estadounidense— Lemus no midió que estaba exponiendo su propia desnudez política. Porque es muy cómodo condenar un mensaje soez desde la altura del poder, pero es más difícil responder cuando la diputada Itzul Barrera le devuelve el golpe con los datos que Lemus no publica en sus redes: alcaldes de su partido presos por crimen organizado, crisis hídrica en medio estado, y una Mesa de Seguridad donde el gobernador prefiere scrollear a intervenir.
Lemus no defendió a Jalisco. Se defendió a sí mismo. Se posicionó como el “buen mexicano”, el que sabe hablar inglés, el que presume relaciones internacionales y que, como todo buen político tecnócrata, se sube a los trending topics con frases bien medidas para caerle bien a los de afuera.
Pero en casa, su voz suena hueca. ¿Dónde está el mismo Lemus para condenar las ejecuciones extrajudiciales que policías municipales han protagonizado en su administración? ¿Dónde está para exigir justicia para las madres buscadoras hostigadas o desaparecidas? ¿Dónde estaba cuando Itzul Barrera le respondió con datos y él no supo replicar más que con silencio?
Este es el verdadero problema: Lemus no ve el fondo, solo la forma. Mientras Melissa Cornejo borra sus redes, él limpia su imagen con trapos ajenos. Mientras el vicecanciller Landau pontifica sobre los “glorificadores de la violencia”, el gobernador guarda silencio sobre los desaparecidos del 5 de mayo, los cuerpos embolsados en el río Santiago o los feminicidios en la zona metropolitana.
Y todo, para quedar bien con Washington.
Como decía un viejo columnista —al que esta pluma sigue rindiendo tributo—, “los políticos no son lo que dicen, sino lo que callan”. Y Lemus, al callar frente a los escándalos reales que le competen, pero alzar la voz solo cuando hay reflector extranjero de por medio, se pinta de cuerpo entero: es un gobernador de redes, no de gobierno.
En X @DEPACHECOS
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