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MUNDO

El barril de petróleo rebasa 100 dólares: El conflicto ruso-ucraniano y la crisis económica que se perfila

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Economía Global, por Alberto Gómez-R. //

Al tiempo que avanza la ofensiva tanto de Rusia en Ucrania contra el gobierno fascista y neonazi de Volodimir Zelenski, y se recrudece la guerra de desinformación en Occidente tratando de ocultar el verdadero origen y situación actual del conflicto entre el gobernante ucraniano y Rusia, los precios de los commodities aumentan rápidamente en una espiral ascendente que amenaza con una nueva depresión –incluso estanflación- a la economías globalizadas.

Para comprender un poco más del contexto en que ahora el mundo se encuentra, habría que saber algunos datos de importancia para no caer víctima del juego de información/desinformación orquestado por las potencias occidentales de la OTAN lideradas por Estados Unidos con el fin de manipular a la opinión pública mundial, cuya mayoría basa sus opiniones y criterios en la “comentocracia”, redes sociales y medios informativos con mayor poder económico y de penetración en el mundo occidental.

Algunos datos importantes de conocer:

Volodimir Zelenski, el actual presidente ucraniano, tiene 44 años de edad, y su vida profesional, antes de su incursión en la política, fue como actor, comediante y productor del show business; incluso llegó a interpretar el personaje de presidente de Ucrania. Sabe muy bien caracterizar sus papeles y del manejo de las emociones y timing del público. Fue hasta 2019, el año que se postuló y ganó las elecciones presidenciales en la segunda vuelta electoral que incursionó en la política.

Zelenski saltó a la fama con una serie de televisión en la que interpretaba el papel de un maestro de escuela malhablado que se convertía en presidente del país después de que se difundiera video donde soltaba una diatriba contra la corrupción en Ucrania.

Esta emisión supo captar perfectamente el estado de ánimo del país después de la revolución favorable a la Unión Europea de 2014, que derrocó a un presidente prorruso, alejado de los intereses occidentales, y democráticamente electo (Viktor Yanukovich), y el ascenso al poder de Petró Poroshenko (2014-2019) apoyado por los sectores más conservadores y reaccionarios, quienes conmemoran oficialmente el nacionalismo ucraniano el día del cumpleaños de Stepán Bandera, líder nacionalista que batalló contra la URSS y colaboró con los nazis a mediados del siglo pasado.

Las simbologías no están de más, y lo mencionado sobre Stepán Bandera no es lo único. El escudo del Batallón Azov -una unidad paramilitar de extrema derecha​ de voluntarios neonazis​ de Ucrania, y varios países- consta de una runa wolfsangel estilizada, y detrás de ella, un sol negro, ambos símbolos profusamente utilizados en la Alemania nazi, entre otros, por divisiones enteras de las SS o Waffen SS, el cuerpo de élite del Ejército de Hitler. Es por eso que a nadie le debiera extrañar que en las sucesivas votaciones que ha habido en la Asamblea General de la ONU de una resolución contra la glorificación del nazismo y otras formas de discursos de odio racial, los votos en contra han sido de Estados Unidos y de Ucrania, con la abstención de los gobiernos de la Unión Europea y el voto a favor de una amplia mayoría de países. (jornada.com.mx)

Volodimir Zelenski ha llegado a la presidencia con un objetivo claro: continuar la labor iniciada por su predecesor (Poroshenko): facilitar la integración de Ucrania a la Unión Europea y a la OTAN, para así poner a disposición de los imperialistas occidentales los vastos recursos de ese país, y facilitar la instalación de bases militares de la Alianza Atlántica en territorio ucraniano, con misiles apuntando a Moscú. Prueba de ello son las exigencias de Zelenski a los países miembros de la OTAN de dotarlos de armamento y “ayuda humanitaria”, haciendo uso de sus dotes histriónicas aparentando ser un héroe de guerra luchando en el frente de batalla, tal como hizo en la serie que protagonizó como actor.

Desde el 2014 han muerto más de 14 mil ucranianos en una guerra interna entre los nacionalistas y la región de Dombás (en el Este de Ucrania), en la cual se concentra la mayor cantidad de prorrusos, donde se habla el ruso, se practica la religión de la Iglesia Ortodoxa Rusa, así como sus hábitos y costumbres. Es importante recordar que Ucrania, al igual que otros países ahora independientes, formaron parte de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) durante 69 años.

Estados Unidos no cumplió la promesa de que la OTAN no se expandiría a Europa del Este, un acuerdo hecho durante las negociaciones de 1990 entre Occidente y la Unión Soviética sobre la unificación alemana. Desde este punto de vista, Rusia se ve obligada a impedir la marcha hacia el este de la OTAN como una cuestión de autodefensa. Occidente ha protestado enérgicamente que nunca se llegó a tal acuerdo. Sin embargo, cientos de memorandos, actas de reuniones y transcripciones de archivos estadounidenses indican lo contrario.

A principios de febrero de 1990, los líderes estadounidenses hicieron una oferta a los soviéticos. Según las transcripciones de las reuniones en Moscú el 9 de febrero, el entonces secretario de Estado, James Baker, sugirió que, a cambio de la cooperación con Alemania, Estados Unidos podría ofrecer «garantías férreas» de que la OTAN no se expandiría «ni una pulgada hacia el este». Menos de una semana después, el presidente soviético Mikhail Gorbachev accedió a iniciar conversaciones de reunificación. No se llegó a ningún acuerdo formal, pero según toda la evidencia, el quid pro quo estaba claro: Gorbachov se adhirió al alineamiento occidental de Alemania y Estados Unidos limitaría la expansión de la OTAN. (latimes.com)

EE.UU. y sus aliados han bloqueado los medios noticiosos y de información que presentan un panorama distinto al que Occidente quiere imponer. La manipulación de fotografías, videos, incluso entrevistas, han logrado convencer a millones de occidentales sobre la versión invasora de Rusia sobre Ucrania, y la valentía y heroísmo del presidente ucraniano Zelenski. Los medios de información y periodismo independiente han sufrido ataques cibernéticos continuos, hackeando sus servidores y borrando toda la información y bases de datos, hasta bloqueando su acceso a internet. No se debe olvidar que internet tiene dueños y que no es un espacio cien por ciento libre, sino todo lo contrario.

Es larga la lista de sucesos y eventos que llevaron la situación al punto en el que ahora se encuentra, y de la cual no se avizora una salida rápida o fácil. Por lo pronto los efectos en la economía se manifiestan crudamente.

Como consecuencia del conflicto bélico en Eurasia, el precio de los commodities sigue en aumento y, considerando otros elementos inflacionarios y la alta demanda mundial, la proyección para los próximos meses de las materias primas y productos manufacturados manifiesta un alza continua que continuará impactando en el poder adquisitivo.

La cotización del oro está llegando a sus máximos históricos, situándose en $1,966 usd la onza, a poco de llegar al precio alcanzado en 2020, cuando alcanzó los $2,067 en julio del 2020, como respuesta a la incertidumbre económica por la pandemia del coronavirus.

El precio del petróleo sigue en aumento día tras día, y ha rebasado ya los $118 usd por barril (Brent), rebasando por mucho la barrera psicológica de los cien dólares; asimismo el precio del gas ha aumentado en más de 60% para los europeos, como resultado del conflicto ruso-ucraniano, encareciendo duramente la vida para los habitantes de Europa. En Alemania, por ejemplo, el precio de la gasolina ha aumentado de 1.10 a casi 2 euros por litro.

Entre los pronósticos más alcistas, JP Morgan espera que el crudo alcance los 185 dólares a fines de 2022 si la interrupción de las exportaciones rusas se extiende hasta finales del año, aunque su promedio para el año es de 98 dólares.

El Brent superó los 100 dólares la semana pasada por primera vez desde 2014 y tocó los 119.84 dólares el jueves. El viernes, cotizaba por encima de los 112 dólares, apuntalado por las sanciones a Rusia, que exporta más de 7 millones de barriles por día (bpd).

Los precios podrían subir a 150 dólares por barril e incluso más si Estados Unidos y sus aliados toman medidas aún más agresivas para reducir las exportaciones de crudo ruso, ya que no hay suficiente capacidad disponible para compensar una reducción significativa en los embarques rusos”, dijo John Paisie, presidente de Stratas Advisors. (forbes.com.mx)

Las consecuencias económicas para el mundo derivadas de las sanciones «sin precedentes» impuestas contra Rusia por su operación militar en Ucrania «ya son muy graves» y podrían empeorar, comunicó este sábado el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Si bien la situación sigue siendo muy inestable y las perspectivas están sujetas a una incertidumbre extraordinaria, las consecuencias económicas ya son muy graves. Los precios de la energía y de las materias primas, incluido el trigo y otros granos, han aumentado, lo que se suma a las presiones inflacionarias por las interrupciones en las cadenas de suministro y la recuperación de la pandemia del covid-19», reza el comunicado. (actualidad.rt.com)

Será prácticamente inevitable que esta nueva crisis –aunada a la provocada por la pandemia- genere un impacto adverso en la inflación y en la actividad económica mundial. El resultado a corto plazo será un aumento del costo de vida, con todas las consecuencias a mediano y largo plazo que conllevan, y esto sin considerar una posible escalada en el conflicto bélico que podría extenderse territorialmente si no se encuentra una salida diplomática lo antes posible.

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MUNDO

Crisis política en el país galo: Francia, la política y su eterno teatro de lo absurdo

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

En 1958, Francia vivió el ocaso de su Cuarta República, un régimen político marcado por la inestabilidad, la fragmentación y la incapacidad de responder a los desafíos de su tiempo. Fue una crisis existencial que llevó al país al borde del abismo, hasta que Charles de Gaulle, casi como un deus ex machina en una tragedia griega, emergió para restaurar el orden y forjar la Quinta República.

Hoy, 66 años después, la historia parece resonar entre las bambalinas del teatro político francés: el telón cae sobre el gobierno de Michel Barnier, tumbado por una moción de censura que unió a extremos ideológicos en un espectáculo digno del teatro del absurdo.

La caída del primer ministro Barnier, tras el uso del controvertido artículo 49.3 de la Constitución para aprobar el presupuesto sin votación parlamentaria, no solo evidencia una crisis coyuntural, sino un síntoma de algo mucho más profundo: el desgaste de la democracia representativa frente a la polarización. La alianza entre la izquierda del Nuevo Frente Popular y la extrema derecha de Marine Le Pen para derrocar al gobierno es un recordatorio de cómo las democracias pueden ser víctimas de sus propios actores, quienes, en su afán por ganar protagonismo, olvidan el guion fundamental de la estabilidad y el consenso.

En cualquier obra teatral, los personajes que ocupan extremos opuestos del escenario raramente trabajan juntos. Pero en la política francesa actual, la izquierda y la extrema derecha han hecho un pacto que recuerda al Fausto de Goethe: sacrificaron principios a cambio de un beneficio inmediato, en este caso, la caída del gobierno. La pregunta que queda suspendida en el aire es si este acuerdo, tan oportunista como efímero, es el preámbulo de una mayor desestabilización.

Esta dinámica no es exclusiva de Francia. En democracias de todo el mundo, la fragmentación y el oportunismo político han llevado a alianzas insólitas que terminan minando la legitimidad de las instituciones. Sin embargo, Francia, con su rica tradición de debate político y su rol central en la Unión Europea, se encuentra en una posición particularmente frágil. Cada golpe al sistema no solo debilita su capacidad de gobernar internamente, sino que también envía señales de incertidumbre a nivel internacional.

El artículo 49.3 de la Constitución de Francia, diseñado para sortear bloqueos parlamentarios, es un ejemplo clásico de cómo una herramienta pensada para garantizar la gobernabilidad puede convertirse en un detonante de crisis. Al aprobar el presupuesto sin votación parlamentaria, Barnier activó una bomba política que detonó su propio gobierno. En términos teatrales, fue un acto de improvisación que, lejos de salvar la escena, terminó dejando al escenario vacío y al público desconcertado.

Este episodio plantea preguntas fundamentales sobre los límites del poder ejecutivo en una democracia. ¿Hasta qué punto puede un líder priorizar la eficiencia sobre la deliberación? Y, sobre todo, ¿qué implica este tipo de medidas para la confianza pública en las instituciones? En un momento en que la desafección ciudadana hacia la política está en su punto más alto, la percepción de autoritarismo, aunque sea en nombre de la eficacia, puede resultar devastadora.

En este drama político, Emmanuel Macron se encuentra como el solitario protagonista de una obra que no logra conectar con su audiencia. Su proyecto centrista, que alguna vez prometió trascender la división izquierda-derecha, se enfrenta a un parlamento fragmentado donde ninguna facción está dispuesta a ceder. Es un recordatorio de que, en política, los discursos ambiciosos rara vez sobreviven al choque con la realidad.

Macron, al igual que De Gaulle en 1958, se encuentra en un momento definitorio. Sin embargo, a diferencia de su ilustre predecesor, carece de la legitimidad moral y el respaldo popular para imponer su visión. En un sistema político cada vez más dependiente del consenso, el liderazgo autoritario ya no es una opción viable. Pero ¿cómo liderar cuando los actores clave están más interesados en sus propias líneas que en el éxito colectivo de la obra?

La inestabilidad política en Francia tiene implicaciones que van más allá de sus fronteras. Como uno de los pilares de la Unión Europea, Francia desempeña un rol crucial en temas como la seguridad, la transición energética y la reforma económica. Sin un gobierno estable, su capacidad para liderar en estos frentes se ve gravemente comprometida.

Además, la crisis francesa ocurre en un momento en que Europa enfrenta desafíos existenciales, desde la guerra en Ucrania hasta el auge del euroescepticismo en varios países miembros, por ello, la incapacidad de Francia para actuar como un socio confiable y predecible en este contexto es un golpe para el proyecto europeo en su conjunto.

La crisis política en Francia es un recordatorio de que la democracia no es solo una cuestión de procedimientos, sino de cultura política. En una época marcada por la polarización y el populismo, el arte de construir consensos se ha convertido en una habilidad cada vez más rara. Sin embargo, es precisamente este tipo de liderazgo el que Francia –y el mundo– necesita para navegar los desafíos del siglo XXI.

La política, como el teatro, requiere de ensamble. Los mejores espectáculos no son aquellos donde una sola estrella brilla, sino donde el elenco trabaja en armonía para contar una historia convincente. Hoy, Francia necesita líderes que comprendan esta lección, que sean capaces de poner el bien común por encima de sus intereses individuales y que puedan restaurar la confianza en un sistema que, pese a sus imperfecciones, sigue siendo la mejor opción para resolver nuestras diferencias.

Cuando la Cuarta República cayó en 1958, el dramaturgo francés Jean-Paul Sartre reflexionó que la política de su tiempo era un «teatro sin final». Hoy, esa observación sigue siendo inquietantemente relevante. Francia, atrapada entre bastidores en su propio drama político, debe decidir si permitirá que la obra termine en tragedia o si encontrará la manera de reinventarse una vez más.

El reto es formidable, pero no insuperable. La democracia, al igual que el teatro, siempre tiene espacio para un nuevo acto, un nuevo protagonista y, con suerte, un final que haga justicia a los ideales que nos inspiran a seguir creyendo en ella.

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MUNDO

La edición genética: ¿Un futuro a la medida o una caja de pandora?

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Bioética, por Omar Barrera //

Imaginemos un mundo donde enfermedades como el cáncer o la fibrosis quística sean cosa del pasado. Un mundo donde podamos diseñar a nuestros hijos, libres de enfermedades hereditarias. Este futuro, que hasta hace poco parecía reservado a la ciencia ficción, está cada vez más cerca gracias a la edición genética, una tecnología que nos permite modificar el ADN de cualquier organismo, incluyendo al ser humano.

La reciente decisión de Sudáfrica de flexibilizar sus regulaciones sobre esta práctica ha encendido un debate global sobre los límites de la ciencia y las implicaciones éticas de esta poderosa herramienta. El caso de Sudáfrica: un precedente controvertido.

Sudáfrica ha sido pionera en relajar las restricciones a la edición genética, abriendo la puerta a una amplia gama de aplicaciones, desde la cura de enfermedades hasta la mejora de características humanas.

Sin embargo, esta decisión ha generado una gran controversia a nivel internacional. ¿Estamos preparados para modificar el genoma humano? ¿Cuáles son los riesgos y beneficios de esta tecnología? ¿Cómo podemos garantizar que se utilice de manera ética y responsable?

MÉXICO: ENTRE LA ESPERANZA Y LA INCERTIDUMBRE

En México, la edición genética también ha generado gran interés y debate. Si bien nuestro país cuenta con una sólida comunidad científica en el área de la biotecnología, la regulación en materia de edición genética aún es incipiente basta con meterse a leer la ley general de salud y su reglamento.

La decisión de Sudáfrica representa un punto de inflexión que obliga a México a replantear su marco normativo y a enfrentar los desafíos éticos y sociales que plantea esta tecnología.

LOS BENEFICIOS DE LA EDICIÓN GENÉTICA

Los potenciales beneficios de la edición genética son inmensos. Esta tecnología podría permitirnos:

1. Curar enfermedades genéticas: Eliminar la causa genética de enfermedades como la fibrosis quística, la anemia falciforme y la distrofia muscular.

2. Desarrollar nuevos tratamientos: Crear terapias más eficaces para enfermedades como el cáncer y el VIH.

3. Aumentar la producción de alimentos: Desarrollar cultivos más resistentes a plagas y enfermedades, y con mejores características nutricionales.

LOS RIESGOS Y DESAFÍOS

Sin embargo, la edición genética también plantea riesgos y desafíos importantes:

1. Creación de “bebés de diseño”. La posibilidad de seleccionar rasgos físicos y cognitivos en los futuros hijos plantea serias preocupaciones éticas.

2. Desigualdad: El acceso a la edición genética podría estar limitado a aquellos que puedan pagarla, exacerbando las desigualdades sociales.

3. Consecuencias imprevistas: Las modificaciones genéticas podrían tener efectos secundarios no deseados a largo plazo.

4. Riesgos ambientales: La liberación de organismos genéticamente modificados en el medio ambiente podría tener consecuencias impredecibles.

EL MARCO ÉTICO Y LEGAL

Para aprovechar los beneficios de la edición genética y minimizar los riesgos, es necesario establecer un marco ético y legal sólido a nivel nacional e internacional. Este marco debe abordar cuestiones de garantizar que los beneficios de la edición genética sean accesibles a todos, y no solo a unos pocos privilegiados.

Debe existir protección de la dignidad humana para evitar la discriminación y la eugenesia. Hay que asegurar que la investigación en edición genética sea transparente y esté sujeta a supervisión pública. También fomentar la cooperación entre países para establecer normas comunes y evitar una carrera armamentista genética.

MÉXICO ANTE UN DILEMA

México se encuentra en una encrucijada. Por un lado, la edición genética representa una oportunidad para mejorar la salud de la población e impulsar el  desarrollo científico. Por otro lado, plantea desafíos éticos y sociales que requieren una reflexión profunda y un debate abierto.

Es fundamental que nuestro país desarrolle un marco regulatorio adecuado que permita aprovechar los beneficios de esta tecnología, al tiempo que garantiza la seguridad y la dignidad de las personas.

Este marco debe ser flexible y adaptable a los rápidos avances científicos, pero al mismo tiempo debe ser sólido y capaz de proteger a las futuras generaciones. La edición genética es una tecnología con un potencial revolucionario, pero también plantea desafíos éticos y sociales sin precedentes.

La decisión de Sudáfrica ha abierto un nuevo capítulo en este debate global, y México debe asumir un papel protagónico en la construcción de un futuro donde la ciencia y la ética vayan de la mano.

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MUNDO

Gran desafío político para Claudia Sheinbaum: El poder de la negociación, futuro del T-MEC

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, asumirá su cargo hasta el día 20 de enero del 2025, sin embargo, ya se comporta como presidente en funciones, mientras que el todavía presidente Joe Biden se queda cada vez más en las sombras.

Trump inició una gira por Europa en la que ha sido invitado de honor por el gobierno de Francia para la reapertura de la catedral de Notre Dame, en París, reconstruida luego del incendio que la consumió en su totalidad en 2019.

El presidente electo Trump, tiene una apretada agenda en su visita a Europa con distintos líderes políticos y empresariales para comenzar a plantear los primeros pasos de su segundo mandato presidencial, actuando como si ya hubiera ocupado nuevamente la Casa Blanca.

El caso de Donald Trump pone de manifiesto varios principios clave de la negociación:

La importancia de la preparación: Comprender las fortalezas y debilidades propias y de la contraparte es esencial para establecer estrategias efectivas.

El uso del poder de alternativa: Estar dispuesto a retirarse de la mesa de negociación puede proporcionar una ventaja significativa.

La comunicación estratégica: Adaptar el mensaje según la audiencia y el contexto puede influir en el resultado de manera decisiva.

El manejo de la percepción: La percepción de fuerza y control puede influir en la disposición de la contraparte a ceder.

Sin embargo, también existen riesgos asociados con un estilo negociador que enfatiza la confrontación o las amenazas. La falta de flexibilidad puede resultar en acuerdos a corto plazo insostenibles o en la ruptura de relaciones importantes.

LA COMPLEJA RELACIÓN MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

La relación entre Estados Unidos y México es una de las más complejas y significativas en el panorama internacional, especialmente en el contexto actual. Ambos países comparten una frontera de más de 3,000 kilómetros, una interacción económica robusta, y una dinámica social y cultural profundamente interconectada. Esta asociación trasciende el ámbito geográfico y se convierte en un pilar fundamental para las economías de ambas naciones, con impactos globales. Sin embargo, las recientes declaraciones y amenazas del presidente electo Donald Trump ponen en riesgo este equilibrio delicado.

LA BALANZA COMERCIAL: UNA RELACIÓN INTERDEPENDIENTE

El comercio bilateral entre México y Estados Unidos es uno de los más grandes del mundo. Según datos de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), México es el segundo socio comercial más importante de Estados Unidos, solo detrás de China, con un intercambio de bienes y servicios que superó los $779 mil millones de dólares en 2023. En tanto, cifras del Banco de México destacan que alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos.

En el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), esta relación se ha consolidado como un esquema de cooperación económica basado en reglas claras y mutuamente beneficiosas. Sin embargo, Trump ha amenazado con imponer aranceles elevados a los productos mexicanos, una medida que podría desestabilizar la balanza comercial. Este tipo de políticas proteccionistas no solo afectarían a México, sino también a las empresas estadounidenses que dependen de insumos fabricados en territorio mexicano.

Un ejemplo claro es la industria automotriz, donde México desempeña un papel clave como proveedor de autopartes y ensamblaje de vehículos. De acuerdo con la Organización Mundial de Comercio (OMC), más del 37% de las autopartes utilizadas en vehículos fabricados en Estados Unidos provienen de México. La imposición de aranceles podría aumentar los costos de producción en un sector estratégico para la economía estadounidense.

Las amenazas de Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos podrían desestabilizar estas cadenas de suministro y aumentar los costos para los consumidores estadounidenses. Según la Cámara de Comercio de Estados Unidos, aranceles elevados podrían traducirse en un incremento de precios de hasta un 15% en productos básicos, afectando principalmente a los hogares de ingresos medios y bajos.

La mano de obra mexicana: Un pilar del crecimiento económico en Estados Unidos

El aporte de los trabajadores mexicanos en la economía de Estados Unidos es otro elemento esencial en esta relación bilateral. Según el Pew Research Center, se estima que en 2023 había 12 millones de inmigrantes mexicanos viviendo en Estados Unidos, de los cuales alrededor de 8 millones formaban parte de la fuerza laboral. Este grupo contribuye significativamente en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios, que dependen en gran medida de esta mano de obra.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos señala que más del 50% de los trabajadores en el sector agrícola son mexicanos, un dato que subraya la dependencia de Estados Unidos en este ámbito para garantizar la seguridad alimentaria. Además, los inmigrantes mexicanos pagan miles de millones de dólares en impuestos y aportan al sistema de seguridad social, a menudo sin acceso a los beneficios que generan.

A pesar de su impacto positivo en la economía estadounidense, las amenazas de Trump de realizar deportaciones masivas representan un riesgo no solo para las familias afectadas, sino también para los sectores económicos que dependen de esta fuerza laboral. El Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés) advierte que la deportación de trabajadores mexicanos podría causar un déficit en sectores críticos, encareciendo productos y servicios básicos para los consumidores estadounidenses.

EL IMPACTO DE LAS REMESAS Y LA INTERDEPENDENCIA ECONÓMICA

Otro aspecto relevante en la relación económica bilateral es el flujo de remesas. Según el Banco Mundial, México recibió más de $60 mil millones de dólares en remesas en 2023, la mayoría provenientes de trabajadores en Estados Unidos. Estas transferencias no solo son una fuente vital de ingresos para millones de familias mexicanas, sino también un motor económico para comunidades enteras.

Por otro lado, el capital humano y las inversiones mexicanas en Estados Unidos también son notables. Empresas mexicanas como Bimbo, Cemex y Grupo Alfa tienen una presencia significativa en el mercado estadounidense, generando empleo y contribuyendo al desarrollo de sus economías locales.

CÁRTELES DE DROGAS Y LA AMENAZA A LA SOBERANÍA MEXICANA

En contraste con los beneficios económicos, las amenazas de Trump de denominar como «terroristas» a los cárteles de drogas mexicanos y justificar el envío de tropas a México representan una grave violación de los principios de soberanía nacional y autodeterminación. Este tipo de intervenciones, además de generar tensiones diplomáticas, podrían contravenir el Derecho Internacional y exacerbar los problemas de seguridad en la región. Aunque esta medida tiene como objetivo justificar una intervención más directa en México, plantea serias implicaciones legales y diplomáticas. Según expertos en Derecho Internacional, como los analistas del Centro para el Estudio de los Derechos Humanos de la Universidad de Harvard, esta clasificación podría ser utilizada para justificar acciones militares unilaterales, violando los principios de soberanía y autodeterminación consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.

Además, las acciones militares estadounidenses en territorio mexicano podrían desestabilizar aún más la región y afectar negativamente la cooperación bilateral en temas clave como seguridad y migración. México ha insistido en la necesidad de abordar el problema del narcotráfico como una responsabilidad compartida, subrayando que el consumo de drogas en Estados Unidos y el tráfico de armas hacia México son factores clave que alimentan esta problemática.

El gobierno mexicano, respaldado por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha rechazado categóricamente estas propuestas, argumentando que los problemas de seguridad deben resolverse mediante la cooperación y el respeto mutuo, no mediante imposiciones unilaterales. México ha enfatizado su disposición a trabajar con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, pero sin ceder a presiones que comprometan su soberanía.

UN FUTURO INCIERTO PERO LLENO DE OPORTUNIDADES

A pesar de las tensiones actuales, la relación entre México y Estados Unidos tiene un enorme potencial de crecimiento si se manejan adecuadamente los desafíos. La dependencia mutua, lejos de ser una debilidad, es una fortaleza que debe ser aprovechada para construir un futuro más equitativo y próspero para ambas naciones.

Las amenazas de políticas proteccionistas y medidas unilaterales pueden tener efectos negativos a corto plazo, pero también ofrecen la oportunidad de revalorar los términos de cooperación bilateral. Instituciones como la OCDE y el Banco Mundial han señalado que una relación económica equilibrada y justa es clave para el desarrollo sostenible de ambos países.

Las contundentes respuestas de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, a las controversiales y agresivas declaraciones y mensajes de Donald Trump, establecen un primer paso en lo que podría la relación bilateral, basada en el respeto. La fortaleza de México, así como su potencial de crecimiento que lo ha situado en la posición número 12 entre las economías más grandes del planeta, respaldan una postura firme ante un experto negociador como Trump, que busca los puntos débiles en sus contrapartes para imponerse, incluso intimidar, para lograr sus objetivos.

La relación bilateral entre México y Estados Unidos es fundamental en el panorama actual, no solo por su impacto económico, sino también por su importancia estratégica y social. Aunque existen tensiones y desafíos, la historia ha demostrado que ambos países son más fuertes cuando trabajan juntos. El reto para los próximos años será encontrar un equilibrio entre los intereses de ambas naciones, respetando los principios de soberanía y cooperación internacional, para que esta relación continúe siendo un modelo de éxito en el ámbito global, y ante los desafíos de la conformación nuevos bloques económicos, que están cambiando la dinámica y el equilibrio de poderes mundiales.

El poder de la negociación trasciende culturas, sectores y épocas. Como habilidad esencial para resolver conflictos, crear valor y fortalecer relaciones, su importancia no puede ser subestimada. El ejemplo de Donald Trump ilustra cómo esta herramienta puede aplicarse tanto en los negocios como en la política internacional, resaltando tanto sus beneficios como sus desafíos.

En un mundo cada vez más interconectado y complejo, dominar el arte de la negociación será indispensable para quienes deseen influir en los acontecimientos globales y liderar con éxito.

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