OPINIÓN
Elección abierta de 3 mil consejeros en Morena: Jornada concurrida, pacífica, exitosa y con defectos

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
El sábado y domingo finales del reciente mes de julio (27 y 28) se realizó en toda la faz de la república, una jornada sustancial para el partido político en el poder a nivel federal (Morena) y sobre ese suceso se tienen diversos puntos de vista, algunos de plano encontrados. Esto porque para la dirigencia nacional del partido guinda, así para el mismo fundador y actual presidente de la nación, el lance fue democrático, concurrido y pacífico.
En cambio para los críticos de la Cuatro T, hubo todo género de anomalías y prácticas antidemocráticas e incluso ilegales, que merecen se anulen las susodichas votaciones internas de los morenistas.
En los pareceres emitidos sobre ese renglón, por los impugnadores del siempre omnipresente Poder Ejecutivo Federal, arrecian sus críticas y refutaciones, señalando a los morenos como seguidores de los pésimos procedimientos (robos de casillas, de boletas electorales, acarreos de votantes, compra de votos, etc., etc.), propios de los partidos tradicionales (PRI, PAN, PRD, MC) que ellos criticaban ásperamente.
Ante los ánimos desbordados tanto de partidarios del morenismo, como de sus antagonistas, es menester reflexionar serenamente y admitir los hechos positivos de los parciales de la Cuatro T, como reconocer los defectos que les achacan sus adversarios.
Durante el sábado y domingo aludidos, simpatizantes y militantes de Morena participaron en la realización de asambleas distritales, a las que fueron convocados para elegir sus coordinadores del partido, en total 300 asambleas distritales en la República; para desahogar esos ejercicios se instalaron 345 casillas: el primer día, implicó a 20 Entidades federativas; el segundo, a doce. Así se proyectó el proceso de renovación de los órganos de dirección de este partido político (cuyo acrónimo es MORENA, proveniente de su nombre original: Movimiento Regeneración Nacional) a nivel estatal y nacional.
Varios medios de prensa, sobre todo los denominados “nacionales”, desde el domingo publicaron notas sobre acarreos, compra y coacción de sufragios, que según su perspectiva provocaron violencia caracterizada por enfrentamientos entre grupos de aspirantes a cargos partidistas, suspensiones de votación, quema y hasta robos de documentos específicos de unos comicios. En la sección “Cúpula” del diario mural de ese día 28, se publicó: “Más allá del tremendo cochinero en el que se convirtió el primer día de la elección de los delegados al Congreso Nacional de Morena, detrás de las malas prácticas…se alcanzaron a ver profundas grietas en ese partido”. Y luego ejemplifica dicha columna: “Por un lado, el senador Ricardo Monreal de plano renegó del proceso y decidió no participar. Por el otro, los cercanos a la exsecretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval y su marido, John Ackerman, organizaron brigadas de ‘caza mapaches´ para balconear a sus adversarios.”
En cambio los principales personajes morenistas, como su dirigente nacional -Mario Delgado- y los gobernadores de varios Estados, (como Campeche, con Layda Sansores), afirmaron que la jornada había sido democrática, limpia, abierta, plural y ordenada: todo un modelo de participación popular. Al día siguiente presumieron que casi tres millones de ciudadanos habían sido los que acudieron a su llamado. Pero esta misma fecha, se difundió por diarios como Reforma, que “En su segundo día de elecciones internas Morena registró actos violentos acarreos y voto inducido por lo que morenistas de diferentes corrientes anticiparon que impugnarán el proceso interno ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido y ante el Tribunal Electoral.” Entre los dizques morenistas que respaldaron esas ideas, están Gibrán Ramírez y Alejandro Rojas Díaz Durán -tildados de monrealistas y revanchistas- por sus antecedentes de no lograr sus fines personales cuando disputan cargos.
Así pues, informó la prensa impugnadora de la Cuatro T, “además de la compra e inducción del voto, la constancia de afiliación no tuvo los requisitos partidarios, no hubo secrecía del voto, hubo intervención indebida de personas en el proceso de votación y se excluyó a escrutadores designados para colocar a personas ajenas en el conteo”. (Reforma, 01-08-2022).
No obstante, los militantes y simpatizantes de Morena, seleccionaron a quienes serán sus coordinadores distritales, mismos que a su vez tendrán el cargo de consejeros estatales y congresistas estatales y nacionales, importantísimos delegados que elegirán consejos estatales y estos, escogerán Comités Ejecutivos Estatales el 6 y 7 de agosto, y también serán delegados al III Congreso Nacional de septiembre, que decidirá a los nuevos integrantes de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
El guía formal de MORENA, Mario Delgado, manifestó “que se observaron “plazas llenas en todo el país”, por lo que el nivel de participación puede llegar a 3 millones” de ciudadanos morenistas: El dirigente, “celebró la gran participación que ha tenido el pueblo de México en el proceso de reorganización interna de dicho partido”, lo cual califica como “una jornada histórica”; y sobre los actos violentos aseveró fueron generados por “personas ajenas a su movimiento”.
Al respecto se preguntó al primer mandatario nacional su opinión, en la mañanera del lunes uno de agosto, y dijo: “considero que fue una buena jornada democrática, porque participaron alrededor de dos millones 500 mil ciudadanos, fue masiva la participación para…elegir delegados al Congreso. Dos millones 500 mil, es muchísimo…también muchos que no eran militantes de Morena, me informan, …al mismo tiempo se estaban afiliando…por eso fueron muchos los que participaron.
Y conducir esta jornada fue muy meritorio de los dirigentes, Mario Delgado, Citlalli, la secretaria, y todos, muchos dirigentes que ayudaron para la celebración de las elecciones.
Hay, desde luego, inconformidad. Hay que mejorar cada vez más estos procesos para que no haya violaciones, acarreos, inducción de voto. Y hubo todavía ese tipo de prácticas, pero en muy pocas casillas; no se generalizó, no es como los opositores, los conservadores, hubiesen querido.
Porque estuve viendo que repetían y repetían y repetían ¿no?, de fraude y de irregularidades, pero no, nada que ver con lo que ellos han hecho, nada, nada que ver…como consta, en el 2006, bueno, nada más se robaron la Presidencia…Entonces, felicidades a todos los que participaron ayer. Ojalá y así se haga en todos los partidos, que en el bloque conservador convoquen a elecciones abiertas para decidir, que no sean nada más los de arriba los que hacen los acuerdos, los enjuagues y deciden en los restaurantes de lujo de la Ciudad de México. Es muy importante el que participe la gente…Entre más participación de los ciudadanos, mejor, y hacía allá tenemos que ir.
Y desde luego, van a haber problemas, pero el pueblo se equivoca menos y sabe distinguir bien quién conviene, quién no conviene, quién es quién”. Es indispensable, haya ideales, pues dice el Presidente, “si no hay principios, no dura ningún partido, porque todo es pragmatismo, todo es la lucha del poder por el poder, sin ideales, es el quítate tú porque quiero yo, es triunfar a toda costa sin escrúpulos morales de ninguna índole”. Esto es típico de los que solo se mueven “por la ambición al poder o al dinero” y quien eso hace, “no es ni político ni empresario en sentido estricto, ni buen ciudadano, porque se requiere tener ética y la política es un imperativo ético”.
Terminamos diciendo sobre esa jornada del partido guinda, que indudablemente fue exitosa, que sí registró defectos, y finalmente, meditamos: si las oposiciones no quieren perder los comicios estatales del año que viene (Coahuila y Estado de México) así como la elección presidencial de 2024, tienen que apurarse y elevar su método de trabajo, porque si continúan como hasta la fecha, ninguna oportunidad tendrán de vencer, pues a como van, se puede afirmar junto a Gabriel García Márquez, que su papel en las votaciones venideras, son la crónica de una derrota anunciada.
JALISCO
Mis dudas razonables sobre el futuro de la transparencia en Jalisco

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Representa la propuesta del gobernador Pablo Lemus un retroceso en la autonomía y participación ciudadana del Subsistema de Transparencia y su Consejo Consultivo?
Lemus promete un “organismo completamente ciudadano”, integrado por rectores, empresarios y miembros de la sociedad civil. Sin embargo, el proceso de designación del titular y los consejeros del órgano desconcentrado dependerá de ternas propuestas por el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) y el Consejo Consultivo, pero la decisión final recaerá en el gobernador.
Esto genera suspicacias: ¿cómo puede ser un organismo ciudadano si el Ejecutivo tiene la última palabra?
De entrada, la transferencia de las funciones del ITEI a la Contraloría del Estado, un organismo subordinado al Ejecutivo, plantea serias dudas. Este modelo, inspirado en el federal (“Transparencia para el Pueblo”), ha sido criticado por su falta de independencia, y en Jalisco parece repetirse el mismo error.
La falta de autonomía podría convertir al órgano desconcentrado en una extensión del gobierno estatal, incapaz de sancionar la opacidad o exigir rendición de cuentas de manera imparcial, como advirtió Olga Navarro, titular del ITEI, al señalar que las autoridades serán “juez y parte”.
Por un lado, el gobernador exalta la participación ciudadana en 15 foros con más de 3,000 asistentes; por otro, académicos critican que las propuestas de la iniciativa “Compromiso Jalisco por el Derecho de Acceso a la Información” fueron ignoradas por el Congreso del Estado.
Esta iniciativa pedía un Sistema Estatal de Transparencia robusto y un Consejo Consultivo verdaderamente ciudadano, pero los legisladores de la alianza Movimiento Ciudadano-Morena optaron por un modelo que centraliza el poder en la Contraloría.
La exclusión de estas propuestas debilita la legitimidad del nuevo sistema y refuerza la percepción de que la reforma busca cumplir con la desaparición del INAI e ITEI sin innovar ni proteger los avances de Jalisco, pionero en transparencia.
La centralización en la Contraloría podría generar conflictos de interés, especialmente en casos que involucren información sensible, como contratos, licitaciones o el ejercicio del gasto público.
Otro punto débil es la falta de claridad en temas como datos abiertos y rendición de cuentas. Aunque la iniciativa menciona transitar hacia datos abiertos y mantener la publicación de sueldos, agendas y obras públicas, la vaguedad de estas promesas las deja sin fuerza.
LAS CONTRALORÍAS MUNICIPALES
La iniciativa del gobernador contempla legislar la obligatoriedad de transparencia en los 125 municipios de Jalisco, un aspecto que la reforma federal omite. Sin embargo, esta propuesta choca con la realidad, el problema es que la gran mayoría de los municipios del estado carecen de la fortaleza económica de los ayuntamientos de la zona metropolitana.
Es positivo que se piense en los municipios, pero sin un plan robusto para capacitar y financiar sus contralorías, la transparencia municipal será una quimera. Muchos ayuntamientos ya incumplen con sus obligaciones actuales; ¿cómo esperamos que manejen un sistema más complejo?»
La carga adicional a las contralorías municipales podría generar desigualdades en el acceso a la información entre municipios urbanos (como Guadalajara) y rurales, perpetuando la opacidad en regiones marginadas.
Sin un marco claro, ¿qué garantiza que este modelo no se quede en buenas intenciones?
El ITEI, con sus limitaciones, tenía mecanismos para obligar a las autoridades a transparentar información; el nuevo sistema, en cambio, podría permitir que se eluda la publicación de datos clave, debilitando 20 años de cultura de transparencia en Jalisco.
La iniciativa de Pablo Lemus, aunque bien intencionada, resulta insuficiente al priorizar la armonización federal sobre los avances históricos de Jalisco en transparencia. El estado, que fue referente nacional, corre el riesgo de dar un paso atrás si este modelo no se fortalece con verdadera independencia y participación ciudadana. La transparencia no se decreta; se construye con hechos.
JALISCO
Transparencia en Jalisco: El costo político de extinguir el ITEI

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El 10 de junio de 2025, el Congreso de Jalisco aprobó con 27 votos a favor de Movimiento Ciudadano (MC), Morena, Hagamos, Futuro, PT y Verde, y 8 en contra de PAN y PRI, la desaparición del Instituto de Transparencia e Información Pública de Jalisco (ITEI), cuyas funciones fueron transferidas a la Contraloría del Estado.
Esta decisión, que armoniza la legislación local con la reforma constitucional federal de 2024 impulsada por Morena para eliminar organismos autónomos como el INAI, ha desatado un debate crucial: ¿fortalece o debilita la transparencia en Jalisco? La medida, aunque obligada por la federación, revela tensiones políticas, contradicciones ideológicas y un pragmatismo que podría costarle caro al gobierno de Pablo Lemus.
¿Cómo lo va a tomar el elector local? ¿Qué tanto le va a afectar a Movimiento Ciudadano ir con Morena en esta decisión de desaparecer al ITEI? Pablo sacrifica parte de la autonomía regional que demandó en campaña contra el centralismo chilango -así le llamó- para evitar conflicto con la presidenta Claudia Sheinbaum
La reforma federal, respaldada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum, extinguió el INAI y reasignó sus tareas a la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, una dependencia del Ejecutivo.
En Jalisco, el Congreso tuvo hasta el 18 de junio de 2025 para alinear su marco legal, optando por disolver el ITEI y crear un órgano desconcentrado dentro de la Contraloría. Aunque Lemus no inició esta reforma, su decisión de alinearse con Morena en el Congreso local contrasta con la postura combativa de su antecesor, Enrique Alfaro, quien desafió al gobierno federal en defensa de la autonomía estatal. Este pragmatismo sugiere que Lemus prioriza la gobernabilidad y una relación tersa con Sheinbaum, pero a un costo político que aún está por definirse.
Movimiento Ciudadano enfrenta una contradicción evidente. En el Senado, su coordinador, Clemente Castañeda, defendió con vehemencia la autonomía del INAI durante las discusiones de 2024, calificando su eliminación como un retroceso democrático que socavaría la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción.
En el foro “Diálogos Abiertos por la Transparencia” de noviembre de 2024, Castañeda respaldó a expertos que alertaron sobre los riesgos de centralizar funciones en el Ejecutivo, como la pérdida de la Plataforma Nacional de Transparencia y la falta de independencia en la gestión de información pública.
Sin embargo, en Jalisco, los legisladores de MC votaron junto a Morena para extinguir el ITEI, exponiendo una dualidad discursiva que podría confundir a su base electoral, especialmente en un estado donde MC ha construido su identidad en torno a la autonomía regional y la crítica al centralismo.
El ITEI, hay que reconocerlo, no era un bastión de imparcialidad. Durante el sexenio de Alfaro, expertos en transparencia acusaron al organismo de ser cooptado por el Ejecutivo, funcionando más como una extensión del poder estatal que como un contrapeso al servicio de la sociedad. Gabriel Torres Espinoza, académico y analista, cuestiona la utilidad de los Organismos Constitucionalmente Autónomos (OCA), describiéndolos como “burocracias politizadas, independientes solo en el papel”. En su opinión, muchos OCA, incluido el ITEI, se convirtieron en espacios para colocar aliados en la nómina o tejer redes de influencia con fines de lucro, desviándose de su propósito original. “Deben ser contrapesos reales, no simulaciones ni monumentos vacíos”, sentencia Torres, reflejando un escepticismo compartido por sectores críticos que ven en la extinción del ITEI una oportunidad para replantear la transparencia, siempre que se garantice su efectividad.
Consciente de las críticas, Lemus propuso un nuevo modelo dentro de la Contraloría, con participación de universidades, sociedad civil y actores independientes, para preservar la transparencia y el acceso a la información. Sin embargo, PAN y PRI han acusado al gobierno de convertirse en “juez y parte” al subordinar estas funciones a un organismo dependiente del Ejecutivo, lo que podría comprometer la imparcialidad.
La alianza de MC con Morena, su rival directo en las elecciones intermedias de 2027, añade una capa de complejidad. En campaña, Lemus prometió resistir el “centralismo chilango”, pero su voto conjunto con Morena podría alienar a votantes que valoran la autonomía regional, especialmente en un contexto donde la polarización política está en aumento.
El impacto electoral de esta decisión es incierto, pero significativo. MC ha dominado Jalisco en los últimos años, pero la percepción de que Lemus cede ante el gobierno federal podría erosionar su capital político, particularmente entre los sectores urbanos y jóvenes que apoyaron su discurso de independencia. Además, la transferencia de funciones a la Contraloría plantea desafíos operativos: ¿tendrá la capacidad técnica y la autonomía necesaria para manejar solicitudes de información y garantizar la protección de datos? La inclusión de la sociedad civil en el nuevo modelo es un intento de mitigar estas dudas, pero su éxito dependerá de la transparencia en su implementación y de la vigilancia ciudadana.
En última instancia, la extinción del ITEI refleja un dilema más amplio: cómo equilibrar la armonización con las reformas federales sin sacrificar los principios de autonomía y transparencia que Jalisco ha defendido. Lemus apuesta por un enfoque pragmático, pero el costo político y social de esta decisión podría manifestarse en las urnas y en la confianza ciudadana, especialmente si el nuevo modelo no logra desterrar las prácticas de control que marcaron al ITEI en el pasado.
JALISCO
Un gobernador de redes sociales: La diplomacia según Lemus y el silencio que delata…

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Pablo Lemus quiso jugar a la diplomacia. Se colocó su traje de “estadista internacional”, abrió su cuenta de X y decidió pronunciarse —veinticuatro horas después— sobre un conflicto que ni le competía ni le concernía directamente, pero que olía a oportunidad política: una funcionaria menor de Morena, Melissa Cornejo, fue cancelada —en redes y en visa— por el exembajador Christopher Landau, actual vicecanciller estadounidense. Lemus, con más cálculo que convicción, tomó aire, y escribió: “Eso no es Jalisco”.
Pero, ¿qué es Jalisco para Lemus? ¿Es acaso ese estado ejemplar que presume ante los diplomáticos gringos mientras, al mismo tiempo, sufre una de las tasas más alarmantes de desapariciones en el país? ¿Es ese “pueblo hermano” que, según él, mantiene relaciones respetuosas con los Estados Unidos, mientras la impunidad se pasea libremente entre sus aliados políticos, como Enrique Alfaro en Madrid, sin rendir cuentas por los más de 17 mil desaparecidos?
En su intento por desmarcarse de Melissa Cornejo —una joven militante que se inmoló en un tuit rabioso contra el imperio migratorio estadounidense— Lemus no midió que estaba exponiendo su propia desnudez política. Porque es muy cómodo condenar un mensaje soez desde la altura del poder, pero es más difícil responder cuando la diputada Itzul Barrera le devuelve el golpe con los datos que Lemus no publica en sus redes: alcaldes de su partido presos por crimen organizado, crisis hídrica en medio estado, y una Mesa de Seguridad donde el gobernador prefiere scrollear a intervenir.
Lemus no defendió a Jalisco. Se defendió a sí mismo. Se posicionó como el “buen mexicano”, el que sabe hablar inglés, el que presume relaciones internacionales y que, como todo buen político tecnócrata, se sube a los trending topics con frases bien medidas para caerle bien a los de afuera.
Pero en casa, su voz suena hueca. ¿Dónde está el mismo Lemus para condenar las ejecuciones extrajudiciales que policías municipales han protagonizado en su administración? ¿Dónde está para exigir justicia para las madres buscadoras hostigadas o desaparecidas? ¿Dónde estaba cuando Itzul Barrera le respondió con datos y él no supo replicar más que con silencio?
Este es el verdadero problema: Lemus no ve el fondo, solo la forma. Mientras Melissa Cornejo borra sus redes, él limpia su imagen con trapos ajenos. Mientras el vicecanciller Landau pontifica sobre los “glorificadores de la violencia”, el gobernador guarda silencio sobre los desaparecidos del 5 de mayo, los cuerpos embolsados en el río Santiago o los feminicidios en la zona metropolitana.
Y todo, para quedar bien con Washington.
Como decía un viejo columnista —al que esta pluma sigue rindiendo tributo—, “los políticos no son lo que dicen, sino lo que callan”. Y Lemus, al callar frente a los escándalos reales que le competen, pero alzar la voz solo cuando hay reflector extranjero de por medio, se pinta de cuerpo entero: es un gobernador de redes, no de gobierno.
En X @DEPACHECOS
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