JALISCO
Enrique Alfaro reconoce que pandemia está al alza: Contagios de COVID se salen de control del Gobierno de Jalisco

Por Daniel Emilio Pacheco //
«Si los números siguen al alza, vamos a estar en el riesgo y en la necesidad de aplicar lo que hemos denominado el Botón de Emergencia y vamos a tener que volver a parar», señaló el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro sorpresivamente el viernes 2 de octubre, cuando aún se escuchaban voces que hablaban del regreso a clases presenciales.
Según el mandatario, en los últimos días se había registrado un repunte de casos de Covid-19, específicamente mencionó en esa ocasión: «Los que más relajaron la disciplina fueron los jóvenes y entonces eso explica por qué tenemos más contagios, aunque no tenemos más hospitalizaciones».
Enrique Alfaro lamentó que, durante los recorridos que realizó, en los días previos a su mensaje, por municipios del interior del Estado, notó el relajamiento en las medidas de seguridad sanitaria principalmente en los jóvenes, sobre todo en el uso del cubrebocas, por lo que solicitó a autoridades municipales reforzar la vigilancia.
Lo dicho por el Gobernador de Jalisco pareciera que muestra preocupación por lo que está sucediendo en el Estado con el Covid-19.
Sin embargo, no se entiende que hasta ahora Enrique Alfaro muestre preocupación por el aumento de casos y el relajamiento en las medidas de prevención en la ciudadanía.
Jalisco el sábado 3 de octubre reportó 724 nuevos casos de Covid-19, con lo que se registra la cifra más alta de casos activos en el Estado desde el 14 de marzo, que se registró el primer caso: 4,024 personas con contagios activos.
Los casos activos se refieren a aquellos que comenzaron con síntomas en los últimos catorce días y, por tanto, representan un alto riesgo de transmisión, por ello, su monitoreo y búsqueda de personas con que tienen o han tenido contactos es importante. Hasta esta fecha, no se conoce el tipo de programa de seguimiento y control que se aplica a los nuevos casos detectados cada día, algunos de los casos positivos incluso, solo se les envía a su casa, ¿Y el control de contagios?
El Gobernador dijo: «Porque los jóvenes que están contagiándose, por su misma edad y su salud, no necesitan en su mayoría hospitalizarse, pero están llevando el riesgo a sus casas con sus papás, con sus abuelos, y el problema se puede volver mayor».
Llama la atención la repetida mención de Enrique Alfaro a la no hospitalización de los jóvenes, y por ello no tener un aumento de casos hospitalizados. Según el reporte de casos hospitalizados que presentó la Secretaría de Salud Jalisco, hasta el 10 de octubre solo se tenían 563 pacientes internados por causa del Covid-19 en el Estado.
Los primeros 10 días de octubre, la Secretaría de Salud Jalisco reportó así el número de casos nuevos por Covid-19, cada día: 1 de octubre, 634; 2 de octubre, 688; 3 de octubre, 724; 4 de octubre, 516; 5 de octubre, 671; 6 de octubre, 755; 7 de octubre, 729; 8 de octubre, 751; 9 de octubre, 650; 10 de octubre, 680. En total los 10 días de octubre suman: 6,798.
6,798 casos nuevos en los primeros 10 días de octubre. ¡Ojo! Sin contar todos los casos previos activos de Covid-19 antes del primero de octubre.
Según la Secretaría de Salud Jalisco, el 30 de septiembre se reportaban solo 576 hospitalizados por Covid-19 en Jalisco. Aumente usted los 6,798 nuevos casos por Covid-19 de los siguientes 10 días, y llegar a una hospitalización de 563 pacientes al día 10 de octubre, merece una investigación médica detallada a nivel mundial, Jalisco es capaz de atender en 10 días casi 7,000 nuevos casos por Covid-19, ¡Sin aumentar su número de pacientes hospitalizados! ¡Increíble!
Un caso digno de revisar por parte de la autoridad Federal de Salud y de organismos internacionales el manejo a la baja en casos de pacientes hospitalizados por Covid-19 en Jalisco; la investigación podría iniciar a partir del 12 de agosto, cuando la Secretaría de Salud Jalisco reportó: «De los pacientes hospitalizados, hoy al mediodía se reportaban en condición estable (63), grave (696) y muy grave (118)», fue la última vez que especificó el estado de los pacientes y un número cercano a los 900 casos hospitalizados.
A partir del 13 de agosto, la Secretaría de Salud Jalisco dejó de compartir esa información y los números fueron a la baja… Evitando la aplicación del «Botón de Emergencia» por aumento de hospitalización en el Estado. ¿Qué curioso verdad?
Algo que llama la atención del comentario del Gobernador respecto a que sigue a la alza el número de contagios, es que la información le llega a pesar de que la aplicación de pruebas PCR ha bajado, pues tanto UdeG, como el Gobierno de Jalisco han reducido su atención en este servicio.
Esa reducción de pruebas PCR, que en un principio le sirvió a Enrique Alfaro para ser nota a nivel nacional, criticando al Gobierno Federal, pues exigía se hicieran el mayor número de pruebas; ahora le sirven al Gobierno del Estado para hablar de una tendencia a la baja, sin embargo, apunta el Dr. Victor M. González: «5% menos muertes reportadas por Covid19, en Jalisco, en septiembre con respecto a agosto.También hubo 12% menos casos reportados. Pero se hicieron 18% menos pruebas».
Desde el 1 de octubre, los números de UdeG para citas ya no responden, el equipo humano para atención en CUCS se retiró. ¿Números a la baja en Jalisco? Si ¿Por menos contagios? No
Jalisco seguirá en semáforo naranja, por dos semanas más.
Jalisco se encuentra en el cuarto lugar por casos activos a nivel nacional.
Y no hablemos de la manipulación de números que se ha hecho para engañarse el Gobierno mismo y no aplicar el «Botón de Emergencia» que inventó, pues ya lo he explicado en anteriores colaboraciones.
Los resultados de la semana epidemiológica 38, que fueron los que conocía el Gobernador al anunciar la posible implementación del Botón de Emergencia, marcaban que Jalisco tenía 459.93 casos por millón de habitantes.
En Jalisco, desde la semana epidemiológica 28 se rebasaron los 400 casos por millón de habitantes, con 495.90.
El abrir nuevamente casi todas las actividades comerciales, ha permitido un mayor contagio y también un mayor número de muertes, la noche del sábado 3 de octubre, la Secretaría de Salud Jalisco reportó 42 defunciones, acumulando al 10 de octubre, 3 mil 536 muertes por Covid-19… Muy lejos queda el recuerdo del llanto de los primeros días.
La gira del Gobernador la semana ante pasada por los municipios le hizo ver el poco cuidado que se tiene en los cuidados previos, al grado de que, de los 125 municipios de Jalisco, 124 municipios ya han reportado casos de Covid-19, y en 91 existen casos activos en este momento. Siendo Puerto Vallarta el municipio con más casos reportados de contagio, fallecimientos y personal de salud contagiado, después de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque, y es el municipio al que se le promueve para visitar para reactivar la economía. ¿Alguien lo puede explicar?
Parece que, entender la verdadera situación del Covid-19 en Jalisco y el no tenerlo controlado, ha permitido que el Gobernador eche atrás la idea de regresar en este mes de octubre a las clases presenciales, veremos cuánto aguanta la presión de los dueños de escuelas privadas que ya quieren regresar.
La manipulación de cifras y datos que se ha buscado hacer desde la Secretaría de Salud Jalisco, no será suficiente debido al aumento de casos que las familias viven, el problema de salud pública se puede llegar a complicar más las próximas semanas con la llegada de la Influenza, entonces, la imagen del líder que tenía la fórmula para enfrentar el Covid-19, se caerá aún más… Pero, llegar a esa realidad, nos habrá costado muchas vidas.
En Twitter: @DEPACHECOS
JALISCO
El horror de Teuchitlán alcanza a Alfaro

De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
La primera semana de diciembre del año pasado escribí en este espacio una colaboración que titulé “Alfaro y el karma de la vida”.
En esa ocasión afirmé:
“Enrique Alfaro deja con su adiós una larga estela de agravios.
“Durante su estancia en el poder siempre privilegió satisfacer su apetito egocéntrico.
“Se sabe muy bien que con el tiempo creció su agrado por la sumisión absoluta de sus colaboradores.
“El control férreo fue su sello particular.
“Incluso algunos de sus chiqueados más cercanos admitían en lo corto que sus furiosas reacciones no eran más que una proyección de su personalidad soberbia e intolerante.
“Se dice del karma que toda acción tiene una consecuencia y que todo lo que se envía al universo volverá a nosotros.
“Si atendemos esto, entonces quizás el ahora ex gobernador de Jalisco debe prepararse para carear las consecuencias de esta ley inevitable”.
No pasó mucho tiempo para que el horror de Teuchitlán lo alcanzara.
Lo que son las cosas, mientras disfrutaba de lo lindo en Europa, se le apareció el rostro macabro de lo que fue su sexenio en materia de desaparecidos.
Las consecuencias serán muchas.
Por lo pronto, me aseguran que Pablo Lemus ni siquiera tiene ganas de responderle las llamadas y que derivado de este y otros asuntos, emprenderá una serie de medidas para despojar a Jalisco y a su gobierno de todo aquello que huela a alfarismo.
Tomar el control de partido MC sería una de sus primeras acciones.
Por cierto, en el centro del drama heredado por Alfaro Ramírez, es pertinente colocar el nombre de quien fue la mente perversa de la pasada gestión: Hugo Luna.
Sabemos que al margen de haber sido el zalamero más cercano, toda decisión institucional pasaba por su aduana, de tal modo que en la mira del actual gobierno su persona se vuelve un objetivo prioritario.
El fuero es un tema que ya está en revisión.
Al respecto, no sé si la justicia se encargará de estos dos personajes; sin embargo tengo fe en que el veredicto de la historia los colocará en el lugar que se merecen, porque ambos –hay que decirlo con toda claridad- se comportaron como unos miserables con los colectivos de padres y madres buscadoras.
Les ignoraron, descalificaron y re-victimizaron.
Por eso creo que podrán escapar de la ley, pero del karma, jamás.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista
político.
CARTÓN POLÍTICO
¿Dormirá tranquilo en Madrid?
JALISCO
La justicia, un privilegio inalcanzable: Teuchitlán, la negación como crimen de Estado

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Hay maneras múltiples de negar un crimen, formas infinitas de enterrar un cuerpo, procedimientos diversos para desaparecer personas, ideas, realidades. En México, especialmente en Jalisco, el gobierno parece haberlas aprendido todas. El más reciente y grotesco episodio de negación oficial se escenifica alrededor de un rancho en Teuchitlán, cuyo nombre, «Izaguirre», se volvió sinónimo del horror: fosas, huesos quemados, restos calcinados, zapatos sin dueño.
Pero, según la fiscalía general del Estado, allí nunca hubo hornos crematorios. Así lo dijeron, con palabras oficiales, tranquilas, demasiado tranquilas, con la frialdad de quien niega para no actuar.
Héctor Flores, vocero del colectivo Luz de Esperanza, habla con el tono cansado de quien ya conoce todas las versiones oficiales. «Quieren minimizar la crisis, callar lo que dicen las familias y los medios», señala. No habla desde la teoría; lo suyo es la práctica cotidiana de una búsqueda desesperada, un intento de hacer justicia con propias manos, mientras el Estado responde con burocracia y negaciones. Y no habla solo de Teuchitlán, sino de una realidad que atraviesa todo México: más de 15,000 desaparecidos solo en Jalisco y decenas de miles más en todo el país. Números que aumentan, cifras que no despiertan acción sino indiferencia.
«La confianza está en las familias, no en las instituciones», sentencia Flores. Las palabras golpean con fuerza porque reflejan una verdad ya inocultable: el Estado ha dejado hace tiempo de ser garante de seguridad para convertirse en cómplice por omisión, por negligencia, por indiferencia. Flores lo explica sencillo, pero la simplicidad de su denuncia encierra toda la complejidad del fracaso institucional: «La federación no puede lavarse las manos echándole la culpa a los estados. La delincuencia organizada es competencia federal y tienen que actuar».
Pero México es el país donde los gobiernos siempre encuentran razones para no actuar. La Fiscalía argumenta que necesita denuncias formales para iniciar carpetas de investigación. Las familias responden que denunciar es ponerse en peligro, es exponerse a la violencia del crimen organizado, protegido por autoridades corruptas. La paradoja es brutal: se exige que las víctimas, ya violentadas, vulnerables, amenazadas, sean quienes se arriesguen aún más para hacer el trabajo que el Estado rechaza.
La negativa oficial sobre los hornos de Teuchitlán no solo busca invisibilizar la tragedia, sino evitar las consecuencias internacionales que podría acarrear el reconocimiento de un crimen que claramente constituye una violación masiva de derechos humanos. Flores apunta hacia organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la Corte Penal Internacional, advirtiendo que esta crisis, de ocurrir en cualquier país europeo, sería inmediatamente calificada como una emergencia global. Pero ocurre en México, donde los muertos pesan menos, donde los desaparecidos son culpables antes que víctimas.
La negación no es solo federal, es también local. Enrique Alfaro, gobernador saliente de Jalisco, dejó en herencia un récord macabro: pasó de 5,000 a más de 15,000 desaparecidos durante su mandato. Colectivos como «Por Amor a Ellxs» recuerdan cómo Alfaro prometió diálogo y puertas abiertas, pero solo entregó indiferencia y abandono. María del Refugio Torres resume así el gobierno de Alfaro: «ineficaz, lleno de omisiones y deficiencias».
Ahora la responsabilidad recae en Pablo Lemus, sucesor político que, al parecer, ante esta prueba está actuando a destiempo. En reuniones en noviembre del año pasado, previas a la toma de poder, Salvador Zamora, quien ahora es secretario general de Gobierno, asistió solo para sacarse la foto. No escuchó, no conversó, no actuó, en esta crisis, no ha aparecido.
La crisis institucional no se detiene en el Ejecutivo. Jonathan Ávila, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), denunciaba al finalizar la administración de Enrique Alfaro que no había ni siquiera un programa estatal de búsqueda en Jalisco y que el rezago en el Servicio Médico Forense alcanzaba niveles vergonzosos: más de 9,400 cuerpos sin identificar.
Mientras las autoridades siguen negando la realidad, las familias se organizan y protestan. Este sábado pasado, frente al Palacio de Gobierno de Jalisco, más de dos mil personas gritaron consignas claras y dolorosas: «El Estado sí sabía, Alfaro sí sabía». Lo sabían porque es imposible no saberlo, porque los campos del horror no nacen en secreto sino bajo el amparo de complicidades. Daniela Gómez, quien busca a su hermano desaparecido, resume el sentimiento común: «No es posible que haya más de 18,000 desaparecidos y solamente seis buscadores en el gobierno».
La vigilia del sábado fue otra demostración del dolor transformado en resistencia. Héctor Águila Carvajal, padre de otro desaparecido, pidió unidad: «Sigamos uniendo fuerzas, el dolor no cesa». Y no cesa porque la respuesta oficial sigue siendo mínima, burocrática, cínica.
Y lo de que Teuchitlán no se trata de un caso aislado. La lista de sitios donde se repite la tragedia es dolorosamente extensa: desde la macabra «Gallera» en Veracruz hasta los cuerpos disueltos en ácido por el infame «Pozolero» de Tijuana, pasando por la escalofriante cifra de restos en «La Bartolina», Tamaulipas. Un catálogo infernal de barbaries toleradas, acaso protegidas, por autoridades que prefieren mirar hacia otro lado.
Esta crisis no puede seguir siendo escondida bajo excusas burocráticas ni minimizada con comunicados oficiales. Los colectivos lo denuncian: Teuchitlán no es un caso aislado, sino un símbolo más de la impunidad institucionalizada. Héctor Flores alerta sobre al menos seis puntos más similares en Jalisco, que nadie quiere investigar porque nadie quiere reconocer lo evidente.
Desde Madrid hasta Nueva York, mexicanos en el exilio exigen lo básico: reconocer el término «sitios de exterminio», proteger efectivamente a las buscadoras, garantizar justicia y reparación. Es un grito desesperado, es una demanda urgente, y es, sobre todo, una advertencia: la negación no borrará los muertos, solo prolongará el sufrimiento.
Negar lo evidente es una forma más de violencia. México merece más que excusas. Las víctimas merecen más que palabras. Y la justicia, que debería ser obvia, hoy parece un privilegio inalcanzable.
En X @DEPACHECOS
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