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OPINIÓN

Expectativas para el año nuevo: 2022, la oportunidad de transformar

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

El 22 de diciembre, se me informó que la próxima edición de Conciencia Pública saldría el día de hoy, 3 de enero del 2022, y que con motivo de este nuevo año, sería importante hablar sobre mis expectativas del 2022.

Después de un tiempo pensando en cómo desarrollar esta columna que hoy tienen la oportunidad de leer, llegué a la conclusión de que no puedo hablar de mis expectativas del 2022 sin hablar de algunos problemas que se gestaron en el 2021, año que batió records en muchos temas que sin lugar a duda serán el dolor de cabeza este año.

Empezando por la pandemia, el COVID-19 nos dio un regalo que pone en riesgo los esfuerzos emprendidos en todo el mundo desde el 2020: ómicron.

Esta nueva cara del virus, que aunque si es cierto que es menos letal, también es cierto que es mucho más contagiosa, y es justamente esto, es lo que la vuelve más peligrosa, ya que el hecho de que el virus sea más contagioso, implica que este tendrá más movilidad, y al tenerla, las posibilidades de que este mute a versiones más peligrosas o bien, más resistentes a las vacunas que muchos ya tenemos.

En virtud de lo anterior y al ver cómo nuestro país se toma a la ligera las medidas sanitarias, desestima la importancia de la vacunación y desestima el valor de los estudios científicos que alertan de los riesgos de ómicron, no me queda la menor duda que este año estaremos obligados a rediseñar la estrategia de vacunación y las campañas para incentivar el uso de cubrebocas, herramienta que aunque no lo crean, puede marcar una enorme diferencia.

Por otro lado, el 2021 al igual que con ómicron, hereda para este 2022 un reto igual de complejo: la inflación que debido al cuello de botella en las cadenas de suministro, ha llegado al incremento más alto en los últimos 20 años con un 7.45%.

Si bien es cierto que la inflación es un fenómeno externo y no podemos esperar que combatirla con medidas en la política monetaria interna pueda disminuir este problema, lo que sí podemos esperar es que el Banco de México pueda ser capaz de dar el mayor orden posible a la economía y a los mercados, de tal manera que se pueda asimilar lo mejor posible este choque de tal manera que haya un mayor margen de maniobra.

No obstante, el Banco de México tendrá que enfrentar esta crisis inflacionaria, mientras trabaja para garantizarle a los mercados internacionales y al pueblo de México que su autonomía no está en riesgo como se ha venido señalando.

Pero el 2021 no solamente nos ha heredado problemas de salud y económicos, también heredó a este 2022 una crisis ambiental que continúa mandando señales alarmantes a nuestras autoridades que pese a ello, continúan mandando este tema tan importante para nuestro futuro al último lugar de prioridades en su agenda.

Ahora, aunque la famosa reforma energética que planteó el Gobierno Federal se robó la atención el año pasado en temas ambientales, creo que este año vale la pena que todos tengamos muy presentes que la lucha contra el cambio climático debe plantearse desde el colectivismo y no desde el individualismo.

Dicho lo anterior, creo que debemos tener presente que nuestro estado no fue ajeno a las advertencias climáticas, ya que durante la ultima semana de diciembre, durante 4 días permanecieron activas tres contingencias atmosféricas en el sur de la ciudad, lo cual representa el lapso más critico de contaminación que se haya registrado en el año dentro de la AMG. 

En ese orden de ideas, creo que es valioso preguntarnos muy seriamente: desde lo estatal ¿qué se ha hecho para combatir el cambio climático?

Creo que si tratan de responder esta pregunta, se darán cuenta que el medio ambiente no solamente ocupa el último lugar de prioridades en la agenda del Gobierno Federal y al mismo tiempo, esto nos ayudará a darnos cuenta de lo peligroso que es cuando se adoptan banderas solamente con el objetivo de contrarrestar y de ganar simpatías electorales.

Por ultimo, el 2022 se juega mucho en términos políticos, para empezar se disputarán 6 gubernaturas: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Tamaulipas, con estas elecciones, el Gobierno Federal tiene la oportunidad de dar un fuerte golpe a la oposición, y por su parte, la oposición tiene la oportunidad de demostrar que sí es una alternativa.

Pero no solo eso, este año se llevará a cabo la famosa y polémica revocación de mandato, evento que de la manera en la que se ha venido socializando, pareciera que el reto no es para Andrés Manuel López Obrador, sino para el INE que pareciera que enfrenta una lucha de credibilidad y confianza que pone en riesgo su autonomía.

En esta lucha aunque muchos no lo crea, la oposición jugará un papel clave y por ello, esperemos que despues del desastrozo 2021 que tuvieron, este año por fin puedan entender que esa venda partidista que ciega no solo ciega sus luchas, sus decisiones y sus causas, sino que también los hace defender más a sus partidos que a los mexicanos, es igual de dañina para los mexicanos.

Por ultimo, creo que no puedo cerrar esta columna sin hablar del evento político más importante del 2021: el triunfo de Gabriel Boric Font en las elecciones presidenciales de Chile, y toco este tema porque creo que su victoria, independientemente de si se simpatiza o no con su ideología o visión, manda un mensaje importante al mundo: la esperanza es la clave para la transformación.

El 2022, debe de ser un año para transformar, ya lo hizo Grupo Orlegi con el Atlas… ¿qué estamos esperando?

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NACIONALES

Entre la renovación y el control

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Opinión, por Miguel Anaya //

En el contexto del aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció una relevante iniciativa de reforma constitucional destinada a eliminar la reelección en todos los cargos de elección popular y a prohibir el nepotismo en la sucesión de dichos puestos.

Para formarnos una opinión al respecto, es esencial mirar hacia el pasado. La bandera de la no reelección fue utilizada como un instrumento para que Porfirio Díaz llegara al poder, combatiendo contra la reelección de Benito Juárez. Posteriormente “Sufragio efectivo, no reelección” fue el lema que utilizó Francisco I. Madero durante la revolución para aglutinar a las masas, precisamente, contra Díaz.

En su momento, con el PRI en el poder, la no reelección se adoptó como una herramienta para construir y conservar la estructura partidista. Con la no reelección, el Revolucionario Institucional fomentó la rotación periódica de sus líderes, lo que le permitió «renovar» sus cuadros internos y evitar que figuras poderosas se consolidaran de manera permanente, al menos de forma pública. Así nacieron los períodos y planes sexenales, donde el que se iba, ya no volvía a aparecer en la escena.

Este mecanismo de renovación periódica se transformó en un instrumento dual: reforzaba la imagen de cambio que el régimen deseaba proyectar, mientras facilitaba el control político al permitir que, en cada sexenio, desde la presidencia y las gubernaturas se decidiera quién continuaría en la cúspide. Este equilibrio aparente entre renovación y estabilidad se convirtió parte de la esencia del modelo político mexicano.

Según sus promotores, el principal beneficio de la no reelección radica en su capacidad para evitar el estancamiento político y la formación de dictaduras personalistas, favoreciendo la entrada de nuevos actores y la innovación en la gestión pública.

No obstante, la instrumentalización del principio también ha suscitado críticas. Aunque en teoría se promueve la renovación, en la práctica se ha utilizado el mecanismo de la no reelección para mantener un control férreo sobre la política, que aseguraba la continuidad del poder en manos de la élite. Esta práctica ha sido señalada por algunos como un obstáculo para la verdadera competencia democrática, ya que históricamente el cambio aparente en la dirección del país ocurría en un marco previamente estipulado y controlado por unos pocos.

Así, el principio se ha convertido en un elemento paradójico: si bien impide la reelección inmediata y la concentración prolongada del poder en una sola persona, también restringe la emergencia de alternativas políticas fuera del círculo del poder.

Por todo lo anterior, el anuncio de la presidenta ha desencadenado un intenso debate en el ámbito político. Los defensores de la iniciativa argumentan que estas medidas fortalecerán la democracia al garantizar la alternancia política.

Los críticos sostienen que la reelección permite a los funcionarios dar continuidad a proyectos, ya que incentiva a los políticos a desempeñarse adecuadamente con la expectativa de un nuevo mandato por parte de los electores. En contraste, la no reelección los obliga a depender exclusivamente de la disciplina y acuerdos con la cúpula partidista que los postuló.

En fin, actualmente, después de más de 150 años el postulado de la no reelección sigue vigente, precisamente porque en el proceso quienes lo han propuesto se han perpetuado (o han intentado perpetuarse) en el poder.

Para que esta iniciativa prospere, deberá ser aprobada por dos tercios de los miembros en ambas cámaras del Congreso de la Unión y, posteriormente, por la mayoría de las legislaturas estatales, dado que implica una reforma constitucional. Con la abrumadora mayoría de Morena en el Congreso de la Unión y en los congresos locales, la aprobación parece un hecho, a menos que las tensiones internas compliquen el proceso.

Del éxito o fracaso de esta reforma dependerá la consolidación de un sistema político democrático, donde se renueven las y los políticos que -al menos en teoría- deberán tener la formación y experiencia adecuadas para llevar al país a un mejor rumbo. Así las cosas.

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MUNDO

La personalidad de Donald Trump

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Donald Trump, con Tony Schwartz, escribieron el libro “El arte de la negociación”. De la edición del 26 de octubre de 2019 de Epublibre provienen estas frases entresacadas del texto para ilustrar con quién está lidiando el mundo.

“No lo hago por dinero. Tengo mucho dinero; más del que necesitará jamás. Lo hago ‘por amor al arte’. La negociación yo la entiendo como un arte. Que otros pinten magníficas telas o escriban poesías maravillosas. A mí me gusta hacer negocios, preferiblemente grandes negocios. Esa es mi vocación”.

Trump, el empresario, se ganó su reputación en Estados Unidos de Norteamérica por sus millonarios negocios inmobiliarios. “En contra de lo que muchos creen, no me gusta salir en periódicos; no soy partidario de hablar de mi vida privada. Sin embargo, tener una cobertura en los medios de información puede ser muy útil en los negocios”.

“Cuando concedo entrevistas procuro ser muy breve. Me protejo a mí mismo procurando permanecer flexible. Nunca me ato a un solo planteamiento; en mis malabarismos mantengo muchas bolas en el aire al mismo tiempo, porque muchos negocios fracasan, por muy prometedores que hayan parecido al principio.

“Lo peor que puede pasarle a uno en un negocio es tener una necesidad desesperada de hacerlo. Lo mejor es negociar desde una posición de fuerza, porque la posición más fuerte es la que encierra una ventaja. En los negocios, la ventaja se define como ‘tener algo que el otro quiere’, o que necesita; o, mejor aún, que no puede pasar sin lo que uno tiene. Muchas veces la ventaja demanda imaginación y labia vendedora; dicho de otra manera: hemos de convencer a nuestro oponente de que su propio interés está en cerrar el trato.

“La clave última de mi estilo promocional es la osadía. Juego con las fantasías de la gente. Muchos, aunque no sepan pensar a lo grande, sí que pueden emocionarse con las grandes ideas de otros. Por eso nunca está de más un poco de hipérbole. A la gente le gusta creer que tal o cual cosa es la más grande, la más atrevida o la más espectacular. Exagerar no es mentir; es decir, la exageración en su variedad inocente, que es, además, una forma de promoción muy eficaz.

“Aunque siempre conviene destacar lo positivo, en ocasiones la única opción es el enfrentamiento. Mi carácter es muy llevadero, me porto bien con los que se portan bien conmigo. Pero si alguien me trata mal o injustamente o pretende aprovecharse de mí, entonces peleo con la máxima dureza; no recomiendo ese género de reacción a todo el mundo, pero –según mi experiencia- cuando uno lucha por lo que cree, las cosas siempre terminan por arreglarse para bien (aunque en el camino se pierdan algunos que consideraba amigos)”.

“No se puede engañar a todo el mundo, todo el tiempo. Se puede crear expectación, montar una promoción estupenda y conseguir que los medios publiquen sus declaraciones (que usted no habrá de sazonar con una buena dosis de hipérbole; pero, al final, debe servir la ‘mercancía’ o la gente se sentirá engañada)”.

“Jimmy Carter poseía el atrevimiento, la osadía y los tamaños para osar lo extraordinario. Esa cualidad, por encima de todas las demás, le ayudó a llegar hasta la presidencia; pero luego, como es natural, el pueblo no tardó en darse cuenta de que Carter no estaba capacitado para la primera magistratura del país y por eso fue derrotado por amplia mayoría y perdió la reelección”.

“Ronald Reagan era un actor tan hábil y tan eficaz que supo conquistar por completo al pueblo estadounidense. Luego de terminar su presidencia, la gente se preguntó qué había detrás de su sempiterna sonrisa. La vida es muy frágil y eso no puede remediarlo ni el éxito; si acaso la hace más frágil, todavía”.

“Todo puede cambiar sin previo aviso y por eso procuro no tomarme demasiado en serio nada de lo ocurrido a la fecha. El dinero nunca ha representado un móvil muy importante para mí…a no ser como estímulo. La verdadera emoción consiste en jugar la partida. No pierdo el tiempo en meditar si debería haber obrado de tal o cual forma o sobre lo que pasará después. Por eso respondo que me divierto mucho con lo que hago”.

“En el vecindario fui una especie de caudillo…como sigue ocurriendo actualmente. Concitaba adhesiones incondicionales o antipatías similares. Era muy apreciado en nuestra pandilla, de la que tendía a ser el jefe; en la adolescencia fui muy bullicioso; por algún motivo me gustaba crear agitación y poner a prueba a los demás. Arrojaba bolsas llenas de agua al patio y bombas fétidas en el salón; armaba grandes follones en las fiestas del colegio. No por malicia, sino por mi agresividad, la que aprendí a canalizar cuando mi padre me inscribió en la Escuela Militar de Nueva York”.

“A veces, para hacerse de un negocio, no hay más remedio que denigrar a los rivales”.

Saque usted sus conclusiones sobre la personalidad y manera de actuar del actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica y cambie negocios por política, para que cuadre la radiografía.

 

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NACIONALES

El espíritu de las cruzadas

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Opinión, por Fernando Plascencia //

Cruzadas suena empolvado, anacrónico. Las cruzadas fueron hace siglos, las católicas para recuperar Tierra Santa, y no se ha escuchado de otra en fechas actuales. Aunque no se haya escuchado es real que sí ha habido.

El siglo pasado, un joven acomodado, escritor y con puesto público de alto nivel, Jaime Torres Bodet, decidió iniciar una cruzada por la alfabetización y logró que quinientas mil personas leyeran, un en país, principalmente, rural y centralizado.

En otro tiempo se pensó que la educación pública y la cultura debían ser accesibles para todos, los logros históricos de nuestra nación y nuestro pasado de subyugación podían acercarse a la gente a través de pintar hazañas y arte simbólico en los muros públicos; era una cruzada por el arte, la cultura y la educación.

A pesar de esas cruzadas, que han sido momentáneas, de tiempos ya pausados, hoy vivimos un estancamiento de educación, de cultura, de lectura, entre otras. Decimos una vez más que tenemos datos para respaldarlo. MOLEC reconoce sus peores cifras desde que se mide la lectura y por ahora, estamos fuera de competir en matemáticas y español en el mundo.

La vida pública requiere de esfuerzos colosales para transformar realidades, pero también de perfiles valerosos que encabecen cruzadas. Que lleven sus espíritus a lugares no accesibles, con proyecto de envergadura como el Jacques de Molay, como el de Horace Mann para dotar a la nación norteamericana de educación pública, el de John Dewey o María Montessori. México necesita un perfil así, que como se pide desde la ONU, venga y digitalice la educación, se renueven las aulas o se estimule a hacer un país competitivo en la lectura.

Estamos huérfanos ante grandes pensadores. Nos urge un empuje de gente que piense, de idealistas que se junten con quien sí puede, porque no solo será el origen de algo bueno, sino el destino, y además inspirarán a más a unirse, porque las buenas cosas atraen gente buena. Es el tiempo de que con cruzadas danzantes se tumben los mitos sobre la pobreza, sobre el supuesto desinterés de la gente de México de leer y el enamoramiento hacia la televisión abierta.

Volteemos alrededor y con ojo crítico seamos capaces de dilucidar el inicio de una gran cruzada. Los cruzadistas se notan por tener un ideal claro y preciso, idea clara de qué y cómo llegar a la meta; asimismo, un alma entregada y una mente que soporte los embates de los adversarios. La educación y los grandes proyectos son políticos, no necesariamente partidista, pero sí de choque de ideas. Hemos sido temerosos de la ideología, agazapando las narices cuando algo se sale de un estado anterior, como si lo que viniera se tratase de un final. Las cruzadas vendrán acompañadas de una nueva ideología, que de funcionar será un mejor camino.

Alguna vez leí de una cruzada extraordinaria, que provenía no de un caballero templario, pero que es recordado con mayor cariño que muchos de ellos. Se trata de Louis Germain, profesor argelino del filósofo y ganador del premio Nobel de literatura en 1957 Albert Camus, quien respondió la pequeña carta que el escritor le dedicó en su premio. La misiva era la de un verdadero cruzadista.

El profesor tuvo la misión de crear un movimiento intenso ético y animador, con el propósito de observar gestos, con mirada pedagoga, de su alumnado, por su carácter revelador. Reconoció en Camus no solo a un chico entusiasmado por el saber, sino que también como él dijo: Creo conocer bien al simpático hombrecito que eras y el niño, muy a menudo, contiene en germen al hombre que llegará a ser. Y ya sabemos qué fue lo que pasó.

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