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MUNDO

God bless you, Mr. Trumpapa

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

A quienes los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco, sentenciaron los griegos antiguos. Si aunamos la soberbia, la locura a la estupidez, podremos comprender la foto que la cuenta oficial del presidente Donald Trump publicó, en la que aparece como el nuevo Papa.

Burlarse de las creencias de la gente, sea cual fuere su religión, no es cualquier cosa. La reacción de los católicos a lo que se considera una blasfemia es una de las primeras manifestaciones de rechazo.

¿En qué cabeza cabe hacer este tipo de “chistosadas”? No es un meme que “alguien” publicó. Proviene de una cuenta oficial de Trump. En momentos donde todavía la grey católica mundial llora la muerte del Papa Francisco y en espera que se nombre al nuevo Vicario de Cristo, se antoja que, efectivamente, lo haya confeccionado y aprobado un loco, ensoberbecido por el poder del imperio otrora amo del mundo.

Roma comenzó su decadencia con los emperadores insanos, con Tiberio a la cabeza; enseguida otro no menos “zafado” como lo fue Calígula; Nerón, el piromaníaco incestuoso con su propia madre; Cómodo, el narcisista, también incestuoso con su propia hermana y el adolescente Heliogábalo, señalado como pedófilo, homosexual, sátiro y que se propuso imponer a su Dios (él nació en Siria y fue proclamado emperador a los 14 años) por encima de los dioses romanos.

¿A qué viene todo esto? Al imperio yanqui, otrora dueño del planeta, sólo le faltaba un “emperador” de la talla de los antes señalados para comprobar la decadencia que vive este “reino” en estos tiempos.

Esta pifia no va a pasar desapercibida. No es una “bromita” cualquiera. Es una declaración de guerra en contra de los católicos y en Estados Unidos de Norteamérica hay millones, sobre todo los de origen irlandés, italiano y latinoamericano.

José Saramago, escritor portugués, escribió en uno de sus geniales textos: “Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero ‘el factor Dios’ está presente en la vida como si, efectivamente, fuese dueño y señor de ella. No es un Dios, sino ‘el factor Dios’ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden la bendición divina para América (la de Estados Unidos, no la otra).

Y fue el factor Dios lo que se transformó el dios islámico, que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones suicidas contra los desprecios y en venganza por las humillaciones sufridas por creer en ese dios.

Ese factor Dios es terriblemente igual en todos los seres humanos, dondequiera que estén y sea cual fuere la religión que profesen. Ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a la intolerancia más sórdida, que solo respeta aquello que se le manda creer; el que, después de presumir haber hecho de la bestia un hombre, terminó por hacer del hombre una bestia.

Esa “bestialidad” del hombre surge al volverse irracional y una de las condicionantes para perder la mesura es que “alguien” se atreva a burlarse de su dios, de su religión, de su clero.

Ahmed Salman Ruashdie, escritor hindú, de nacionalidad inglesa, sufrió por años el claustro obligado, luego de la sentencia de muerte que le fue proferida por los altos clérigos islámicos, quienes consideraron que su libro Versos Satánicos atentaba en contra del Islam.

En México no cantamos mal las rancheras. La guerra cristera se dio por varios y variados factores que motivaron a los católicos, sobre todo a los de la zona de Los Altos de Jalisco y el Bajío.

Muerte, destrucción, barbarie, fueron los resultados de esta guerra en la que participaron incluso sacerdotes católicos que desestabilizó la paz social en los años 20.

Donald Trump no es ningún comediante. Adolece de humor y no tiene vis cómica. Por tanto, su gracejada no será sólo anecdótica. Tendrá consecuencias políticas, sociales y quizá hasta económicas.

La grey católica no dejará pasar la oportunidad de arremeter contra Donald. Esa irreverencia, esa blasfemia (así la consideran los católicos) ha dolido en lo más profundo de la sensibilidad de los creyentes.

Entonces, bajo esa óptica, el imperio de los Estados Unidos de Norteamérica ya tiene su “emperador” demente. Ya solo falta ver cómo y cuándo se derrumba, y no por el escándalo que ha generado su meme donde aparece como el Papa, sino por las “locuras” económicas que ha impuesto “su majestad” y que -dicen los enterados de la economía- habrán de regresarse con creces y de manera destructiva a su nación.

¿No tendrá Donald Trump alguien con mediana inteligencia en su staff de asesores como para que le adviertan que su soberbia, su demencia le acarreará la perdición, no solo a su persona, sino a su país? Ahí se deja esa interrogante.

God bless you, Mr. Trumpapa.

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MUNDO

Elección del Papa León XIV: El mundo recibe su elección entre esperanza y cautela

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Por Raúl Cantú //

La elección del cardenal Robert Francis Prevost como Papa León XIV el 8 de mayo de 2025, marcó un hito histórico al ser el primer pontífice estadounidense y el segundo de América, tras el Papa Francisco. Su nombramiento generó un amplio espectro de reacciones globales, desde celebraciones hasta análisis críticos, reflejando la relevancia de la Iglesia Católica en el panorama mundial. A continuación, se destacan los impactos y reacciones más significativos, organizados en cuatro aspectos clave:

Celebración y orgullo en Estados Unidos y Perú

Estados Unidos: La elección de León XIV fue recibida con entusiasmo en su país natal. El presidente Donald Trump expresó su orgullo en Truth Social, calificándola como “un gran honor para nuestro país” y mostrando interés en reunirse con el nuevo pontífice.

Líderes políticos como el secretario de Estado Marco Rubio, el expresidente Barack Obama y el alcalde de Chicago Brandon Johnson destacaron el significado histórico de un Papa estadounidense, enfatizando su potencial para unir y liderar con compasión. La Arquidiócesis de Chicago y la Universidad de Villanova, alma máter de Prevost, también celebraron su trayectoria y humildad. 

Perú: La nacionalidad peruana de León XIV, adquirida en 2015 tras décadas de trabajo misionero, generó una ola de júbilo. La presidenta Dina Boluarte lo describió como un “ciudadano peruano por elección y corazón”, destacando su labor pastoral en Chiclayo y su cercanía con los más necesitados. La Conferencia Episcopal Peruana lo elogió como un “latino-estadounidense” con visión global, y la Federación Peruana de Fútbol lo celebró como un “capitán” de la fe.

Impacto: La doble identidad de León XIV como estadounidense y peruano rompió el tabú histórico contra un Papa de una superpotencia, posicionándolo como un puente entre el Norte y el Sur global, con expectativas de un liderazgo inclusivo y centrado en los marginados.

REACCIONES POLÍTICAS Y DIPLOMÁTICAS GLOBALES

Europa: Líderes europeos destacaron el potencial de León XIV para promover la paz y los derechos humanos. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó su esperanza de que el pontificado fortaleciera el diálogo global, mientras los Reyes de España resaltaron su mensaje de paz. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y otros líderes de la UE subrayaron la disposición para colaborar con el Vaticano en desafíos como el cambio climático y la dignidad humana. El primer ministro británico Keir Starmer calificó la elección como “trascendental”, y la primera ministra italiana Giorgia Meloni lo vio como una guía espiritual en un mundo necesitado de esperanza. 

Rusia y Ucrania: Vladimir Putin expresó su deseo de mantener un “diálogo constructivo” basado en valores cristianos, mientras Volodímir Zelenski valoró la postura del Vaticano contra la invasión rusa y pidió apoyo moral continuo.

América Latina: La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum reafirmó la convergencia humanista con el Vaticano, y el presidente colombiano Gustavo Petro instó a León XIV a defender a los migrantes latinoamericanos “humillados” en EE.UU. La presidenta de Argentina, a través de su vicepresidenta Cristina Fernández, y el presidente Javier Milei también celebraron la elección, este último con un mensaje simbólico. 

Impacto: Las reacciones reflejan expectativas de que León XIV actúe como mediador en un contexto global polarizado, con énfasis en la paz, la justicia y la cooperación multilateral, continuando el legado diplomático de Francisco.

EXPECTATIVAS DE CONTINUIDAD Y DESAFÍOS ECLESIALES

Continuidad con Francisco: León XIV, cercano al Papa Francisco, es percibido como un centrista con inclinaciones progresistas, lo que sugiere una continuidad en temas como la atención a los pobres, la sinodalidad y la reforma eclesial. Su elección del nombre “León” evoca a León XIII, conocido por su doctrina social, lo que podría indicar un enfoque en la justicia social y el diálogo con la modernidad. Su primera misa en la Capilla Sixtina, donde habló de ser un “fiel administrador” de la Iglesia, reforzó estas expectativas.

 Desafíos internos: La elección generó debates sobre el poder estadounidense en la Iglesia. Expertos como Anne Barrett Doyle de BishopAccountability expresaron preocupaciones sobre una percepción de “consolidación excesiva” del poder de EE.UU., mientras otros, como Cristina Traina, esperaban un Papa del Sur global. Además, surgieron controversias sobre supuestos encubrimientos de abusos en Perú, negados por el obispo Edinson Farfán, quien afirmó que Prevost actuó correctamente derivando casos al Centro de Escucha.

Impacto: León XIV enfrenta el reto de equilibrar las reformas de Francisco con las tensiones internas entre facciones conservadoras y progresistas, mientras mantiene la credibilidad de la Iglesia frente a escándalos históricos.

PERSPECTIVAS AMBIENTALES Y SOCIALES

Cambio climático: La elección de León XIV fue vista como una oportunidad para continuar el legado ambiental de Francisco, autor de Laudato Si’. Su discurso de noviembre de 2024, donde pidió pasar “de las palabras a la acción” en el cambio climático, y su defensa de una relación recíproca con la naturaleza, generaron esperanzas de un liderazgo climático fuerte, especialmente relevante para países vulnerables como Perú.

Derechos humanos y migración: Su experiencia en América Latina, especialmente en Perú durante la represión de los años 90, lo posiciona como un defensor potencial de los derechos humanos. Su crítica al indulto de Alberto Fujimori en 2017, pidiendo un perdón personal a las víctimas, refleja un enfoque de reconciliación. Líderes como Petro esperan que abogue por los migrantes, mientras otros anticipan un énfasis en la pobreza y la justicia social.

Impacto: León XIV tiene la oportunidad de consolidar la influencia moral del Vaticano en temas globales urgentes, pero deberá navegar un contexto de creciente nacionalismo y polarización, donde su pragmatismo y cautela política serán clave.

ENTRE ESPERANZA Y CAUTELA

La elección de León XIV desató una mezcla de celebración, esperanza y cautela a nivel mundial. Su identidad como estadounidense y peruano, su cercanía al legado de Francisco y su experiencia pastoral lo posicionan como un líder con potencial para unir regiones y abordar desafíos globales. Sin embargo, enfrenta retos significativos, desde percepciones de hegemonía estadounidense hasta tensiones internas en la Iglesia. Las reacciones de líderes mundiales, organizaciones y fieles reflejan una expectativa común: que su pontificado sea un faro de paz, diálogo y justicia en un mundo fragmentado.

DISCURSO COMPLETO DEL PAPA LEÓN XIV (8 DE MAYO DE 2025) 

El discurso inaugural del Papa León XIV, pronunciado el 8 de mayo de 2025 desde el balcón de la Basílica de San Pedro tras su elección como Sumo Pontífice, es un mensaje de paz, unidad y diálogo, con un fuerte énfasis en la continuidad del legado del Papa Francisco. Robert Francis Prevost, cardenal estadounidense con nacionalidad peruana, elegido en la cuarta votación del Cónclave de 2025, adoptó el nombre de León XIV y se dirigió a los fieles en italiano, con una parte en español dedicada a la diócesis de Chiclayo, Perú, donde fue obispo. A continuación se ublica el discurso completo basado en transcripciones de fuentes confiables.

¡La paz esté con todos vosotros! Queridísimos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en vuestros corazones, alcanzara a vuestras familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la Tierra. La paz esté con vosotros.

Esta es la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente. Aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco, que bendecía a Roma. ¡El Papa que bendecía a Roma daba su bendición al mundo entero, aquella mañana del día de Pascua! Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: ¡Dios nos quiere, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá! ¡Estamos todos en las manos de Dios! Por lo tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo va delante de nosotros. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor.

Ayúdennos también ustedes, los unos a los otros, a construir puentes con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco! Quiero agradecer también a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como una Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros.

Soy hijo de San Agustín, agustino, que dijo: “Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo.” En este sentido, todos podemos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado. ¡A la Iglesia de Roma, un saludo especial! [Aplausos] Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, el diálogo, siempre abierta a acoger como esta plaza con los brazos abiertos. Todos, todos los que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia, el diálogo y el amor.

(Parte en español) Y si me permiten también, una palabra, un saludo a todos aquellos y, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo. (Fin de la parte en español)

A todos vosotros, hermanos y hermanas de Roma, de Italia, de todo el mundo, queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca, sobre todo, de aquellos que sufren. Hoy es el día de la Súplica a la Virgen de Pompeya. Nuestra Madre María quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor.

Ahora quisiera rezar junto a ustedes por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo. Pidamos esta gracia especial a María, nuestra Madre. [Recita el Ave María]. [Imparte la bendición Urbi et Orbi].

 

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MUNDO

La sorpresa de León XIV: El espíritu santo y las bolas de cristal

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Mi primo Gabriel Ibarra Félix me escribió tras la elección del Papa León XIV, con su típico humor: “¿Qué tal los vaticanólogos y sus bolas de cristal? ¡Está más difícil adivinarle al Espíritu Santo que a una elección mexicana!” Y no le falta razón. La elección del cardenal Robert Francis Prevost, estadounidense y peruano, como nuevo pontífice el 8 de mayo de 2025, dejó a todos con la boca abierta. Ni los expertos más sesudos ni las casas de apuestas, que ya hacen negocio con los cónclaves, tuvieron al nuevo Papa en sus quinielas.

La elección sorprendió porque los pronósticos subestimaron la opacidad del cónclave, se centraron en candidatos de alto perfil, ignoraron la viabilidad de un candidato de consenso como Prevost y no anticiparon cómo los cardenales priorizarían estabilidad y continuidad sobre narrativas regionales o mediáticas

Los vaticanólogos, con sus listas de “papabili”, apostaban por nombres como Parolin, Tagle, Erdő o Schönborn, figuras de alto perfil que encajaban en narrativas previsibles: un Papa asiático, un europeo moderado o un progresista carismático. Pero Prevost, un agustino de 69 años con trayectoria misionera en Perú y un perfil discreto como prefecto del Dicasterio para los Obispos, no estaba en el radar. ¿Por qué? Porque el cónclave, con sus 129 cardenales electores, es un enigma sellado por el secreto y guiado por dinámicas internas que escapan a las especulaciones externas.

La elección de León XIV demuestra que el Espíritu Santo no sigue guiones mediáticos. Los cardenales, moldeados por el legado de Francisco, buscaron un candidato de consenso: alguien que uniera al Norte y al Sur global, que continuara las reformas sinodales y que ofreciera estabilidad en una Iglesia herida por escándalos. Prevost, con su doble identidad y su experiencia en periferias, emergió como esa figura inesperada, recordándonos que los cónclaves no son elecciones políticas, sino actos de fe y discernimiento.

La elección de un nuevo Papa, tras la muerte de Francisco, ha dejado en evidencia, una vez más, que el poder —incluso en su dimensión espiritual— no se somete fácilmente a las quinielas de los expertos. Los autodenominados «vaticanólogos» y analistas, con sus elaboradas proyecciones basadas en tendencias geopolíticas, perfiles ideológicos y supuestas señales del cónclave, han fallado estrepitosamente en predecir al sucesor de Jorge Mario Bergoglio.

¿Por qué se equivocaron? La respuesta no está en la falta de información, sino en la incapacidad de comprender la complejidad de una institución milenaria que opera en un terreno donde lo humano y lo divino se entrelazan de formas impredecibles.

Primero, los vaticanólogos cayeron en la trampa de proyectar sus propios prejuicios y agendas. Muchos apostaron por un Papa que reflejara las prioridades de la modernidad: un líder progresista para continuar el legado de Francisco, un conservador para «corregir el rumbo» o incluso un outsider de África o Asia para simbolizar una Iglesia global.

Sin embargo, olvidaron que el Colegio Cardenalicio no es un parlamento ni una junta corporativa. Sus decisiones no se rigen por encuestas o corrientes mediáticas, sino por un delicado equilibrio de poder, fe y, en muchos casos, inspiración impredecible. La elección de un Papa no es solo política; es un acto que los cardenales creen guiado por el Espíritu Santo, un factor que ningún algoritmo o análisis puede prever.

Segundo, los analistas subestimaron la opacidad del cónclave. A pesar de los avances en la era de la información, el Vaticano sigue siendo un bastión de secretismo. Las filtraciones son mínimas, y las verdaderas negociaciones entre cardenales —si es que las hay— ocurren en susurros, no en titulares.

Los vaticanólogos, confiados en sus fuentes y en la lógica de las facciones, construyeron castillos en el aire. Creyeron que los cardenales votarían como bloques predecibles: los europeos contra los latinoamericanos, los progresistas contra los tradicionalistas. Pero la historia del cónclave nos enseña que las alianzas son fluidas y las sorpresas, frecuentes. Recordemos que el propio Bergoglio, en 2013, no estaba en las listas de los favoritos.

Tercero, muchos se dejaron llevar por profecías sensacionalistas, como las de Nostradamus, que hablaban de un «Papa Negro» o el fin del catolicismo. Estas narrativas, amplificadas por medios en busca de clics, distorsionaron el análisis serio. En lugar de estudiar la composición del Colegio Cardenalicio o las prioridades teológicas de la Iglesia, algunos analistas se perdieron en especulaciones esotéricas, alimentando un circo mediático que poco tenía que ver con la realidad. Como escribí alguna vez sobre la política mexicana, «las sorpresas de la vida son más dinámicas e impredecibles de lo que los expertos quieren admitir» (Conciencia Pública, 2022). Lo mismo aplica al Vaticano.

Finalmente, los vaticanólogos olvidaron que la Iglesia no opera con la lógica del mundo secular. Mientras los analistas buscaban un Papa que respondiera a las demandas de la opinión pública —diversidad, inclusión, cambio climático—, los cardenales priorizaron la misión espiritual y la estabilidad institucional. La elección del nuevo Papa, cuya identidad ha desafiado las expectativas, refleja una decisión que trasciende las categorías de izquierda o derecha, Norte o Sur. Es un recordatorio de que la Iglesia, con sus contradicciones y misterios, no se deja encasillar.

En conclusión, los vaticanólogos erraron porque confiaron demasiado en sus herramientas terrenales: contactos, tendencias y narrativas prefabricadas. Subestimaron la profundidad de una institución que, aunque anclada en el mundo, se rige por reglas propias.

LO QUE ESPERA EL MUNDO DE LEÓN XIV

León XIV hereda las reformas sinodales de Francisco y el reto de los escándalos de abusos. Los fieles esperan que impulse la sinodalidad, incluya a los laicos y restaure la credibilidad eclesial, con claridad en la inclusión femenina y la respuesta a víctimas. Su pragmatismo como prefecto del Dicasterio para los Obispos es un activo, pero su pasado en Perú será escrutado.

Globalmente, se anticipa un liderazgo en cambio climático, siguiendo Laudato Si’, y en derechos humanos, por su experiencia en Perú durante la represión. Líderes como Petro lo ven como defensor de migrantes y pobres, aunque deberá sortear tensiones geopolíticas entre EE.UU. y otras potencias para mantener la neutralidad vaticana.

León XIV es esperado como un unificador en un mundo dividido. Su humildad y formación agustina le permiten dialogar con diversas culturas y religiones. Con gestos proféticos y misericordiosos, tiene la oportunidad de guiar a la humanidad hacia la reconciliación, consolidándose como pastor global.

 

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CARTÓN POLÍTICO

León XIV: El Papa de la unidad y la esperanza

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