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MUNDO

La disputa por la presidencia de EEUU: Elon Musk en busca de una casa…¡blanca! ¿cuánto cuesta?

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

La competencia por la Presidencia de los EUA se sigue calentando. En el país del Tío Sam hay básicamente dos partidos políticos. el Partido Demócrata y el Partido Republicano. En el 2020, de manera casi sorpresiva y gracias al voto de la población afroamericana, Joe Biden ex vicepresidente de EUA con Barack Obama, logró consolidar la candidatura del Partido Demócrata para ir a las urnas en contra del candidato del republicano Donald Trump, quien buscaba su reelección.

La elección general del 2020 dio como resultado una Presidencia, un Senado y una Cámara de Representantes, todos en manos del Partido Demócrata. Es decir, Trump y el Partido Republicano perdieron el Senado y la Presidencia ya que la Cámara ya era lidereada por los demócratas encabezados por Nancy Pelosi desde dos años atrás en el lejano 2018.

A finales del 2021 en un anuncio extrañamente prematuro el expresidente Trump anunció que buscaría ser presidente para el 2024. De ahí en adelante varios republicanos han anunciado que también buscarán la candidatura. Pero nadie ha causado tanta expectativa como lo ha hecho el actual gobernador de Florida Ron DeSantis, quien el pasado miércoles hizo formal su aspiración por ser candidato a la Presidencia de EEUU. El anuncio se dio en un formato nunca antes visto, en un foro llamado Spaces en Twitter.

Lo novedoso no solo es que la campaña se anunció en esa red social en un evento con un par de empresarios y unos 600 mil seguidores que se conectaron a Spaces para escuchar e incluso tratar de hacer preguntas al candidato e invitados principales.

Pero lo que más ha hecho revuelo, fue que el anfitrión del evento para el destape del gobernador de Florida fue el propio Elon Musk quien fungió como moderador y casi como periodista haciendo algunos comentarios y dando paso al mensaje de DeSantis.

El evento se suponía duraría una hora, pero estuvo plagado de fallas técnicas que de inmediato generaron burlas y ataques de sus contrincantes, desde Trump hasta Biden se burlaron del destape. Los empresarios y científicos dicen que esto es como todo evento innovador y que de él se aprendió mucho, pero los opositores dicen que la política no es para experimentos.

En su mensaje DeSantis dijo que buscaba acabar con el virus de la derrota que había infectado a su partido en años recientes, aludiendo a Trump. Añadió que la política no era para dar espectáculos sino para dar resultados. Asegura tener los resultados de un buen gobierno y la capacidad de ganar la elección general que Trump perdió y de asegurar un gobierno estable por ocho años lo que Trump solo podría por cuatro al ya haber sido presidente por un periodo previo.

DeSantis es visto por muchos como un conservador con ideas similares e incluso más conservadoras que las de Trump, pero sin sus desplantes o drama. Pero DeSantis tiene algo que Trump no tiene. El apoyo de muchos de la clase política que por años dominó al Partido Republicano y que Trump desplazó e incluso insultó.

Detrás de Ron está el ex gobernador de Florida y ex candidato, Jeb Bush; el ex líder del Congreso, Paul Ryan actual vicepresidente de Fox News; el empresario George Soros que también apoya a los demócratas en todo el territorio de EUA; está Elon Musk y presumiblemente el propio yerno de Trump, Jered Kushner y con él algunos empresarios sauditas, que son socios en Twitter y amigos de Musk como se pudo ver en la final de la copa de futbol en diciembre pasado.

La historia muestra que en EUA y en el mundo muchas veces los grandes empresarios se ponen de acuerdo para apoyar a una persona en su carrera por la presidencia. Los Rockefeller, Cargnegie y Morgan pagaron millones de dólares para ayudar a la movilización que llevó a McKenley a la Casa Blanca.

En el 2020 Facebook gastó $400 millones de dólares para movilizar votos a favor de Biden. Bezos y George Soros donaron otro tanto para las elecciones del congreso siendo la elección más cara en la historia de ese país. Con ese camino parece que Elon ha decidido hacer su luchita y con Twitter da su respaldo a Ron o más bien en contra de Trump por estridente y de Biden a quien acusa de estar destruyendo la tela social de EUA y las libertades, mensaje muy similar al discurso de DeSantis.

Como sabemos, Elon apoyó a Ucrania de forma gratuita para poder tener comunicación satelital cuando Rusia inició la guerra hace más de un año. Elon también ha apoyado en otros aspectos a Ucrania, pero está en contra de una guerra prolongada y en contra de una alianza de medios con la izquierda en contra de lo que él llama la libertad de expresión.

Desde que adquirió Twitter expuso muchas conductas cuestionables de la empresa en presunta colusión con agencias del gobierno de EUA para suprimir libre intercambio de ideas en temas sensibles como la pandemia, la educación, la guerra y otros asuntos económicos y políticos en los que Twitter habría servido como herramienta de publicidad del gobierno de Biden, quien desde la campaña había hecho muy buenas relaciones con los dueños o altos directivos de Facebook, Twitter y otras plataformas que apoyaron a la movilización el día de la elección y que ahora ocupaban cargos de gobierno y desde ahí se coordinaban con sus antiguos compañeros de la IP.

Esa alianza de empresas y gobierno es criticada por muchos libertarios y conservadores porque parece darse de manera curiosa entre las empresas y la actual ideología llamada progresista de EUA. Parece que Elon decidió no quedarse al margen y como parece se ha unido con otros empresarios para impulsar al gobernador de Florida siendo más “trumpista” para ganar a Trump y de ahí a Biden.

En el círculo de Elon está el príncipe heredero de Arabia Saudita y su amigo el yerno de Trump quien parece desea ser el nuevo Henry Kisshinger de la política global norteamericana. Esto es evidente con eventos organizados por el gobernador de Florida en lugares en los que Kushner tiene influencia. Así podemos ver a DeSantis en eventos con el primer ministro de Israel, con el príncipe de Arabia Saudita y claro con otros influyentes banqueros y empresarios judíos del mundo radicados en EUA que ya han empezado a donar a favor del nuevo Trump, lo que naturalmente ha enfurecido al expresidente quien se siente traicionado por DeSantis a quien apoyó para ser gobernador de Florida, sin haber hecho mención en contra de Elon o de su yerno.

Black Berry y redes sociales fueron básicas para el triunfo de Barack Obama. Trump utilizó Facebook y Twitter para subir y ganar la primera elección. Biden y sus alianzas con las grandes plataformas y los sindicatos lograron una votación muy superior a la de Obama y a la de Trump en el 2020 y ahora parece que la nueva plaza pública que Elon trata de popularizar se podría convertir en la herramienta por excelencia para impulsar a un candidato que de momento no es tan conocido y que tratará de alcanzar a Trump quien cuenta con un 70% de popularidad al interior de su partido en contra de un 30% del nuevo candidato.

Pero si Ron no gana, el que sí ganó es Elon quien está tratando de convertir a Twitter en la nueva super app para todo desde videos conferencias y pequeñas notas particulares hasta el lanzamiento de campañas políticas virtuales como se vio el miércoles pasado.

A pesar de que Musk apoya a Ron, ha dicho que su foro está abierto para que todos los precandidatos puedan participar, porque su mayor interés es que la plaza pública digital sea de acceso a todos y no solo a los que comparten sus ideas como sucede con las televisoras.

DeSantis cambió hace tres semanas la ley del Estado de Florida para poder ser candidato a Presidente sin tener que dejar el cargo y a 24 horas de su lanzamiento recaudó millones de dólares, pero muchos de esos recursos están vinculados a empresarios con negocios en el Estado quienes presuntamente habrían sido coordinados para dichas donaciones por empleados del propio gobernador. Lo anterior no es muy bien visto por algunos conservadores que buscan a un candidato más independiente y claro, esto es utilizado por sus contrincantes para cuestionar su carácter.

El 41% de la población de EUA piensa que una reelección de Biden sería un desastre para el país, 26% piensan que sería un retroceso, 27% opinan que sería un avance y únicamente 7% opinan que sería favorable. Biden había prometido ser un presidente de transición y de un solo turno con la idea de derrotar a Trump, pero ahora que Biden se ha lanzado a su reelección parece ser que hay otros demócratas, republicanos e independientes que opinan que ni Trump ni Biden deben estar en la Casa Blanca, por lo que se ve a grandes empresarios haciendo sus apuestas.

Elon Musk ha dicho en muchos foros que él quiere un presidente normal, aludiendo a los dramas de Trump o a los errores y pifias de Biden. Normal no necesariamente es lo mismo para todos. Los progresistas que se dicen de izquierda quieren una transformación de fondo que ya iniciaron con el actual gobierno en el que las ideas sociales impulsadas por el gobierno y las empresas de un grupo deban ser aceptadas como la nueva normalidad de derechos colectivos que no necesariamente son individuales.

Los nacionalistas quieren regresar a un país en el que mantengan sus libertades individuales y una superioridad de EUA con respecto al mundo y los auto llamados normales desean una superioridad de empresas y organizaciones multinacionales con acuerdos que se apliquen para todos en el mundo. Todos tienen una posibilidad real de ganar la Casa Blanca y el Congreso de EUA en el 2024.

A los millones de dólares que aportarán Musk, Home Depot y los Murdoc dueños de Fox News a favor de Ron DeSantis o de los apoyos de Zuckerberg, Soros, Bill Gates y Bezos a favor de demócratas, hay que sumar los miles de millones de dólares que aportarán las empresas médicas y de la industria militar que en EUA reciben cada año del Gobierno Federal $800 mil millones de dólares para armas y en medicamentos más de $1.2 trillones.

La cantidad de dinero que esas empresas pueden aportar a las campañas es monumental ya que no hay límite económico para los llamados SUPERPAC, que son algo así como una asociación civil de apoyo a una ideología o campaña pero que sin ser parte oficial de la misma. En EUA los sindicatos juegan un papel muy importante, lo mismo que en México que es la capacidad de movilización el día de la elección, quienes logran poner secretarios de estado como al de educación y que naturalmente tratarán de repetir en el 2024.

Con Kushner por un lado y Schumer por otro, la presencia de Israel está segura. Twitter tratará de mudarse a la Casa Blanca que hoy es territorio Facebook.

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JALISCO

«Es mejor que las personas trabajen 48 horas y ganen más, a que trabajen 40 y ganen menos: Carlos Slim

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CIERTO O FALSO

“Es mejor que las personas trabajen 48 horas y ganen más, a que trabajen 40 y ganen menos. Eso es muy importante para la población, tener mejor ingreso para el mayor poder adquisitivo y es lo que se ha logrado”

CARLOS SLIM / PRESIDENTE DEL GRUPO CARSO

“Esta iniciativa busca materializar el derecho a un descanso digno, asegurando que todos los trabajadores del país puedan gozar de un equilibrio justo entre su vida laboral y personal”

NAPOLÉON GÓMEZ URRUTIA / LÍDER DEL SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS

FUEGO CRUZADO

“La amenaza que más me preocupa respecto de Europa no es Rusia, no es China, no es ningún actor externo, lo que me preocupa es la amenaza desde dentro, el retroceso de Europa en algunos de sus valores más fundamentales, valores compartidos con EEUU”

JD VANCE / VICEPRESIDENTE DE LOS EEUU

“Parece que están tratando de iniciar una pelea con Europa, hogar de algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos”

KAJA KALLAS / JEFA DE LA POLÍTICA EXTERIOR EN LA UNIÓN EUROPA

VOZ ALTA

Aliados

Qué tan circunstancial suele ser la política. Hace no mucho tiempo, los Leones negros vivían una situación difícil en la época de su otrora líder moral, Raúl Padilla en la confrontación con el entonces gobernador Enrique Alfaro y en medio del choque de trenes estaba el rector Ricardo Villanueva a quien el beligerante político lo tenía denunciado ante la Fiscalía de Jalisco. Villanueva resistió la embestida. Ya no están ni Padilla ni Alfaro y ahora Villanueva ha sido invitado por la Presidenta Claudia Sheinbaum a integrarse a su equipo de Subsecretario de educación Superior de la SEP.

RICARDO VILLANUEVA. El líder de la manda con el viento a su favor.

Violencia de género

La empresaria Julieta Angulo, que tiene denunciado al abogado Rodrigo Moreno Trujillo por violencia de género ejercida contra ella y su hermana Janel Vanessa, cuando éste fue director jurídico de Ipejal, pide aclaración de que ella no tiene diferencia alguna con el director general de Pensiones, Juan Partida. Fue en la pasada administración cuando Julieta Ángulo Mejía recibió la amenaza del abogado referido Rodrigo Moreno, cuando éste le exigió la renuncia de su hermana después de haber sido reinstalada por el Tribunal de Arbitraje y Escalafón del Estado de Jalisco en la Gerencia de Préstamos.

JULIETA ANGULO. Precisa que tiene denunciado al abogado Rodrigo Moreno Trujillo por violencia de género, bajo expediente 85/2024 Quinta Sala del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Jalisco..

Pónganle atención

La jalisciense más encumbrada en el Congreso de México es Merilyn Gómez Pozos, quien se ha ido abriendo espacios con base en trabajo serio y consistente entre los morenos en la Cámara de Diputados. Como presidenta de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, Merilyn enfrentó la prueba de fuego en la discusión del presupuesto federal para este ejercicio fiscal y salió airosa y con buena nota, respondiendo así a la confianza que le depositó la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a quien le coordinó la campaña presidencial en Jalisco, obteniendo más de 1 millón 800 mil votos.

MERILYN GÓMEZ POZOS. El cuadro femenino que se perfila 

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MUNDO

Bernays y el arte de la manipulación

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Aunque fue Sigmund Freud quien revolucionó el estudio de la mente humana, correspondió a su sobrino Edward Louis Bernays Freud, aplicar con crudeza a la realidad las teorías de su ilustre tío. Nacido en Viena, pero emigrado a Estados Unidos de Norteamérica, Eddy, como fue conocido en los altos círculos del poder y el dinero, fue uno de los hombres más influyentes de EEUU en el siglo XX.

Lo catalogaron como “amo de la manipulación”. Con justa razón.

Al reproducir escritos de su famoso tío, en una revista médica que Eddy editaba, conoció de las pulsiones del inconsciente, que gobiernan buena parte del proceder de los individuos. Este agrónomo y periodista entendió pronto, gracias a las teorías de Sigmund, los mecanismos susceptibles de ser manipulados con fines políticos y de consumo económico.

En 1928 editó un libro intitulado Propaganda, donde se resumía su maestría en el arte de guiar y vincular a las personas -en su comportamiento irracional- hacia las ideas políticas o productos, según fuera el interés del manipulador, con sus emociones y deseos más profundos.

Surgieron frases contundentes como “te necesito”, del Tío Sam, para enlistar jóvenes para combatir en la Primera Guerra Mundial.

En el plano comercial logró que las mujeres fumaran en público, hasta entonces mal visto por la sociedad norteamericana. Para ello contrató un grupo de guapas modelos femeninas que desfilaron en Nueva York el Día de la Independencia, fumando los famosos Lucky Strike en la calle. Su eslogan “antorchas de la libertad”, ocupó las primeras planas (pagadas, obviamente) de los principales periódicos del país.

Además, contrató a directores de cine y divas de moda, para que en las películas fumaran dejando ver la marca de los cigarrillos, lo que multiplicó las ventas de las cigarreras. En política hizo que los presidentes recibieran en la Casa Blanca a celebridades para hacer simpáticos a los mandatarios Calvin Coolidge, Hoover y Eisenhower ante los ciudadanos.

Ideó y propuso la manera de que sólo dos partidos fueran los que disputaran el poder, “para evitar la fragmentación del voto y el caos”.

Ligó también a la democracia con el capitalismo. Las incursiones o intervenciones de Estados Unidos en otros países llevaron siempre el eslogan de “velar por la democracia”, cuando se trataba de defender a los capitalistas norteamericanos en los países invadidos.

También bautizó a los países centro y sudamericanos como “repúblicas bananeras” y si se rebelaban contra el dominio gringo entonces les colgaba el mote de “comunistas”, palabra que todavía engatusa a las mayorías ignorantes de todos los países.

Fue el creador del término “Relaciones Públicas” y su idea de un gobierno con un poder absoluto residía en hacerlo “invisible”, para lo cual los gustos fueran formados, las ideas del colectivo fueran sugeridas y las mentes moldeadas, “por hombres de los que nunca se haya oído hablar”.

En 1955 publicó su libro “Ingeniería del Consentimiento” que el propio Bernays definió como “la manera de controlar la mente de la gente sin que ésta lo note”.

Cuando Eddy supo que Göebbels utilizó su término “propaganda” para difundir las ideas nazis no quiso utilizar más esa palabra que había plasmado en su libro “Cristalizando la opinión pública”. Göebbels, sabía perfectamente que Bernays había “aterrizado” muchas de las ideas de Sigmund Freud, y por eso su admiración a pesar de que ambos eran judíos.

Poco antes del crac financiero de 1929, Eddy había ideado una manera de masifica el uso del automóvil, hasta entonces reservado para personas ricas, y de que el grueso de la población adquiriera una casa propia. Presentó un plan de financiamiento bancario, de créditos casi sin requisitos para que cualquier persona con un empleo tuviera casa y automóvil con base en créditos.

La crisis financiera hizo restringir los empleos, bastantes empresas desaparecieron, y los bancos quebraron al no pagarse los créditos. Fue un duro golpe para la economía norteamericana y para Eddy Bernays. Sin embargo, por los vaivenes bursátiles el país se recuperó y Eddy siguió con sus asesorías a políticos y empresarios.

Eddy nació en Viena el 22 de noviembre de 1891. Su familia se trasladó a Estados Unidos de Norteamérica en 1912. Su padre era hermano de la esposa de Sigmund Freud, Martha Bernays, y su madre, Anna Freud, hermana de Sigmund.

Falleció en 1995 y a él se debe que el tocino fuera parte del desayuno de los norteamericanos, ya que los productores de carne lo contrataron para que, con sus artes manipuladoras, se incluyera en la dieta (sobre todo matinal) que hasta entonces no era del gusto popular.

No pocos de los políticos norteamericanos han abrevado en las enseñanzas de este hombre que aprovechó a la perfección las proposiciones científicas sobre el comportamiento humano que descubrió su doble tío Sigmund Freud. Conocer sus ideas nos dará un panorama más claro de lo que, hasta la fecha, los estadounidenses pregonan en torno a la supremacía de su peculiar manera de propagar, defender e imponer la “democracia” y… ¡of course! sus intereses económicos.

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MUNDO

Elon Musk al mando: DOGE, ¿innovación o caos en la administración pública?

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

Los gobiernos, como los organismos vivos, a veces crecen sin control, acumulando peso innecesario hasta que su propia inercia los vuelve torpes y poco eficientes. La creación del Departamento de Optimización Gubernamental y Eficiencia (DOGE) en Estados Unidos, bajo la dirección de Elon Musk, es el intento más reciente de poner a dieta a la administración pública.

Sin embargo, como cualquier régimen drástico, el éxito o el fracaso de esta medida dependerá de la ejecución y de la resistencia de aquellos que ven en la reducción del aparato gubernamental una amenaza más que una solución. Elon Musk, un empresario acostumbrado a simplificar problemas complejos con soluciones agresivas, ha asumido el liderazgo de DOGE con la misma mentalidad con la que ha dirigido Tesla o SpaceX: eliminar lo superfluo y optimizar lo esencial.

La misión de esta nueva dependencia es reducir el gasto público mediante la eliminación de agencias y la automatización de funciones burocráticas. No es un objetivo menor, y el primer gran ejemplo de su impacto ha sido la desaparición de USAID, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que durante décadas ha canalizado recursos para la asistencia humanitaria y el desarrollo global.

A primera vista, la desaparición de USAID puede parecer una medida meramente administrativa: un tijeretazo más en la larga lista de recortes que buscan aligerar la carga del gobierno federal. No obstante, lo que muchos han señalado es que la decisión se tomó sin un análisis integral de las consecuencias.

USAID no solo era una agencia de ayuda internacional, sino una herramienta geopolítica clave para la diplomacia estadounidense. Su eliminación abrupta, sin un replanteamiento estratégico, podría significar un vacío en la influencia de Estados Unidos en regiones clave del mundo, cediendo terreno a otras potencias con agendas menos alineadas con los intereses estadounidenses.

El caso de USAID es un recordatorio de que reducir el gobierno no es lo mismo que hacerlo más eficiente. Es cierto que hay dependencias infladas con funciones redundantes, procesos arcaicos y un gasto excesivo que se justificaría en una novela de Kafka más que en un balance de administración pública. Pero también hay instituciones que, aunque imperfectas, cumplen un papel vital en la estabilidad y el desarrollo de una nación. Aquí es donde DOGE enfrenta su mayor reto: discernir entre la grasa y el músculo.

La lógica detrás de DOGE es difícil de refutar. Un aparato burocrático desbordado puede ahogar la innovación, frenar el crecimiento económico y aumentar la corrupción. El modelo de Musk sugiere que, al igual que una startup, el gobierno debe funcionar con la menor cantidad posible de intermediarios y con la mayor automatización posible. La tecnología permitiría eliminar procesos obsoletos, reducir la cantidad de empleados públicos y hacer que el Estado funcione como una máquina bien aceitada en lugar de una estructura obesa y torpe.

Sin embargo, la teoría choca con la realidad cuando se enfrenta a la complejidad de la gobernanza. La eficiencia absoluta en el sector privado no necesariamente se traduce en el sector público, donde la burocracia no es un defecto accidental, sino a veces una necesidad estructural. Reducir el número de empleados públicos o digitalizar trámites puede sonar atractivo, pero si no se acompaña de una estrategia que garantice la continuidad de los servicios esenciales, el resultado puede ser una administración ineficaz y caótica.

Además, la idea de que el Estado puede manejarse como una empresa ignora un principio fundamental: los gobiernos no existen para generar ganancias ni para maximizar la productividad, sino para garantizar el bienestar y la estabilidad de su población. Mientras que en el ámbito privado la eficiencia suele medirse en términos de rentabilidad y reducción de costos, en el sector público el éxito se mide en términos de acceso, equidad y calidad de los servicios que brinda a sus ciudadanos. La reducción del gasto público no siempre equivale a una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente cuando los recortes afectan áreas sensibles como la educación, la salud o la seguridad.

Un Estado con menos recursos puede volverse más ágil, pero también puede debilitar su capacidad para responder a crisis sociales, garantizar derechos fundamentales o sostener políticas de desarrollo a largo plazo. La eficiencia en el gobierno no debe confundirse con la simple eliminación de costos, sino con la capacidad de administrar de manera efectiva los recursos sin comprometer su función social. A diferencia del sector privado, donde la eficiencia se mide en términos de rentabilidad y reducción de costos, en el sector público la efectividad se mide en términos de acceso, equidad y sostenibilidad.

Un Estado eficiente no es aquel que simplemente gasta menos, sino el que distribuye sus recursos de manera estratégica para garantizar que ningún ciudadano quede desprotegido. Los recortes indiscriminados pueden debilitar el tejido social, creando desigualdades más profundas y afectando la confianza de la ciudadanía en sus instituciones. Sin una visión integral, la obsesión por la reducción de costos puede terminar afectando negativamente a la sociedad en su conjunto, comprometiendo la estabilidad a largo plazo.

Elon Musk ha demostrado ser un visionario en muchos campos, pero el gobierno no es un cohete que simplemente se puede hacer despegar con ingeniería e innovación. DOGE puede lograr avances en términos de eficiencia, pero si la única métrica de éxito es la reducción del tamaño del gobierno, entonces la iniciativa corre el riesgo de convertirse en una poda indiscriminada en lugar de una verdadera optimización.

Un gobierno eficiente no es necesariamente un gobierno pequeño. La clave está en el balance entre austeridad y funcionalidad, entre innovación y estabilidad. Si DOGE logra encontrar ese punto de equilibrio, podría marcar un hito en la administración pública moderna. Pero si la reducción se convierte en un fin en sí mismo, corremos el riesgo de caer en la paradoja de querer salvar un barco quitándole tanto peso que termine hundiéndose.

La historia ha demostrado que las reformas gubernamentales radicales tienden a generar más preguntas que respuestas. El recorte de USAID debería haber sido una lección sobre la necesidad de evaluar cada dependencia no solo en términos de gasto, sino de impacto. Si DOGE realmente busca optimizar la administración pública, debe hacerlo con bisturí, no con machete. De lo contrario, podríamos estar presenciando no la creación de un gobierno eficiente, sino el nacimiento de un caos disfrazado de innovación.

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